EL Rincón de Yanka: DISCIPLINA

inicio














Mostrando entradas con la etiqueta DISCIPLINA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta DISCIPLINA. Mostrar todas las entradas

miércoles, 27 de septiembre de 2023

CARTA DE UN PADRE PARA SU HIJO por RICARDO MONTALBÁN


QUERIDO HIJO:

Mientras vivas en esta casa obedecerás las reglas. Cuando tengas tu casa obedecerás tus propias reglas. Aquí no gobierna la democracia, no hice campaña electoral para ser tu padre: tú no votaste por mí. Somos padre e hijo por la gracia de Dios, y yo acepto respetuosamente el privilegio y la enorme responsabilidad ... Al aceptarla adquiero la obligación de desempeñar el papel de padre.

No soy tu cuate, nuestras edades son muy diferentes. Podemos compartir muchas cosas pero no somos compañeros. Soy tu padre ¡Y eso es cien veces más que un amigo! ... También soy tu amigo, pero estamos en niveles completamente distintos, voy a establecer límites y no voy a mediar con la excusa de no perder tu amistad.
 de Dios, y yo acepto respetuosamente el privilegio y la enorme responsabilidad ...
En esta casa harás lo que tu madre y yo digamos y aunque puedes cuestionar nuestra decisión, lo que se te diga estará por encima de tu deseos porque todo lo que ordenemos estará motivado por el amor. Te será difícil comprenderlo hasta que tengas un hijo, mientras tanto confía en mí...

CON AMOR, TU PADRE

RICARDO MONTALBÁN

CAT STEVENS - PADRE E HIJO

lunes, 13 de marzo de 2023

"EL HONOR DE LA NACIÓN" por CARLOS MARTÍNEZ-VARA DE REY 🕂

"Tengo miedo, Señor, de tener miedo y no saber luchar. 
Tengo miedo Señor de tener miedo y poderte negar. 
Yo te pido, Señor, que en tu grandeza, no te olvides de mí; 
y me des con Tu amor la fortaleza para morir por Ti". 
Isabel la Católica

El Honor de la Nación 
Carlos Martínez-Vara de Rey








COL. DEL EJÉRCITO DEL AIRE, CARLOS MARTÍNEZ-VARA DE REY NOVALES, CESADO POR PEDIR LA SUSPENSIÓN INMEDIATA DE LA "VACUNACIÓN" EN LAS FFAA. EL PLAN DE LA TIRANÍA ES ELIMINAR CON TODO AQUEL QUE SEA UNA AMENAZA, PARTICIPAN DE SU EJECUCIÓN LOS CACHORROS Y VERDUGOS.


miércoles, 25 de noviembre de 2020

LOS POSTMILENIALES O GENERACIÓN "Z": LA GENERACIÓN QUE ACABARÁ CON EL MUNDO Y SIN GENERACIÓN ALFA 😵😚


Los postmileniales (Generación Z): 
la generación que acabará con el mundo

¿Cuál es la esencia del joven nacido en el 2000? La fuerza de trabajo más preparada pero más perezosa de la Historia es bipolar, pero hay motivos para ello.

Se los ha tildado de perezosos, y "la fuerza de trabajo más mantenida y menos productiva de la historia de la humanidad".
Lo han tenido todo en abundancia desde que nacieron, todo lo que no tuvimos las generaciones anteriores.

¿Por qué entonces tienen ese tufo de fracaso?

Los chicos de la generación del milenio son complejos porque están en un punto de inflexión crucial en la historia de la Humanidad: el paso entre el hombre que trabaja y el hombre que hará otra cosa, que todavía no sabemos muy bien qué es.

Pero hay un motivo fundamental por el que los milennials se portan como se portan. Los que los hemos criado hemos pecado de sobreprotección.
Los estamos cuidando tanto como si fueran un pequeño y delicado huevo de Fabergé. No permitimos que se rompan, se traumaticen, chapoteen en el fango, respiren humo, se metan de hostias en el parque infantil, defiendan su territorio a pedradas. No les hemos aplicado disciplina a tiempo. Comen lo que quieren, desayunan inglés, comen japonés, cenan chino, escuchan la canción que quieren en el momento que les apetece, el mundo está al alcance de sus pulgares. Y el mundo no es así.

El mundo es un lugar jodido, hay que sudar para conseguir las cosas, la tierra está hecha de tierra, la comida está hecha de tierra, el carácter se forja a través de frustraciones, de pedradas, de que te digan que no, de que te obliguen a hacer cosas, de que te impidan hacer otras.
Nadie se ha encargado de explicarles de que el mundo es una mierda, y al final te mueres. Hemos dedicado demasiado tiempo a facilitarles las cosas, a explicarles que son el centro del universo, a que tienen infinitos derechos y muy pocos deberes. Y más dura será la caída. Estas dos características, el hallarse entre dos mundos y el choque entre el mundo de gomaespuma que les hemos proporcionado y el real que está ahí fuera, están convirtiendo a los milennials en bipolares. Ambiciosos, pero perezosos: 
Yo creo que esa es una de las características más definitorias de la generación nacida en el dos mil. La discrepancia entre sus aspiraciones y su ética de trabajo que, en el mejor de los casos, podríamos considerar tibia.

Pero esto tiene una explicación: la generación anterior, la de los noventa, lleva un tiempo dándose de hostias con la cruda realidad: con padres sobreprotectores, con carreras universitarias que les costó un huevo sacar adelante, al enfrentarse al mercado laboral se dieron cuenta de que las promesas que les hicieron sobre su futuro eran poco realistas.
Se formaron como ninguna otra generación, pero esa formación no llegó a traducirse en logros reales.

Y los milennials echan un vistazo a los chicos de los noventa, y obviamente se sienten menos interesados ​​en trabajar duro para alcanzar sus metas.
Por desgracia, la generación del milenio ha adoptado la idea de que la causa del éxito es la alta confianza en sí mismo; No la disciplina, ni el auto-conocimiento, ni la humildad, ni el trabajo duro.

Todo eso lo probaron las generaciones anteriores sin éxito. Así que ellos mantienen intactas sus esperanzas en su talento -que no deja de ser algo subjetivo-, como si más pronto o más tarde alguien (Youtube, "Gran Hermano", "La Voz", "Mujeres y Hombres y Viceversa", quien sea) descubrirá espontáneamente su potencial, incluso si no dedican mucho tiempo -o ninguno- a desarrollarlo.
Por desgracia, tienen suficientes iconos que han tenido la suerte de alcanzar esa fama inmerecida, y son sus referentes. Chavales millonarios por improvisar, por cuestionar a la autoridad, por reírse del mundo, por
tener una simple idea. Acumulan seguidores que a su vez también chillan a la webcam soñando con ser mileuristas por hablar en Youtube. Y como son jóvenes, no se preocupan demasiado por el futuro, por qué ocurrirá cuando su sonrisa ya no sea cautivadora y la lucecita de la webcam se apague. Hiper-conectados, pero obsesionados consigo mismos: Analicen los selfis.
Los selfis compulsivos. Los selfis desesperados, enloquecidos, que son el bastión de lo que quedará del hoy el día de mañana.

Imaginen todo el dolor, frustración, inseguridades y soledad que hay detrás de decenas de descartes, composición de plano, filtros retro y muecas frente al espejo del baño.
Imaginen la competencia atroz y despiadada que representan esas caras escuálidas, esos labios de pato, esas miradas insinuantes.
La masiva presencia de esos selfis felices en Facebook, Twitter, en Instagram, en Snapchat, nos hace creer que la generación del milenio es increíblemente alegre, sin embargo, quizá no sea así.

Los Millennials están hiper-conectados, pero muestran poco interés en los demás, excepto como una audiencia. Su gente está en el móvil.
Una mañana, cincuenta mil seguidores son deslumbrados por su sonrisa, por la tarde todos le dan la espalda porque otro sonríe más y mejor o se tiñe el pelo de verde o enseña algo más de culo o toca mal la flauta.

Imaginen la frustración desgarradora que supone ser una estrella fugaz. O no llegar nunca a serlo sin saber por qué. Son estrellas fugaces que acaban por estamparse con una bonita estela de chispas sobre la capa de la atmósfera de la realidad.
Su principal ambición, casi desesperada, es difundirse a sí mismos, incluso si se requiere el acopio de amigos desechables. Inconformistas pero materialistas: A pesar de que la generación Y es algo menos materialista que la generación X - al menos en Estados Unidos, donde los niveles del materialismo parecían haber alcanzado su punto máximo a finales de los años 80, los milennials viven un permanente conflicto interno entre la compra obsesiva y su carácter inconformista.

De hecho, la Generación Y es más individualista, rebelde e independiente que las generaciones anteriores, a excepción de su deseo de encajar.
Como resultado, la generación del milenio se encuentra atrapada en un círculo vicioso: por un lado, quieren perturbar el sistema; por otro, sufren más miedo al rechazo.

Yo creo que los hemos estropeado. Los hemos ahogado de amor. Hemos creído que no sabrían soportar un mundo hostil, los estamos educando en exceso pero no preparando para la desdicha, el esfuerzo, para trabajar con las manos, para pisar una mierda, para aguantar a un jefe cabrón, para cargar con cajas, para soportar la lluvia, para que un matón les escupa en la cara, para obedecer, para sacrificar tiempo y esfuerzo, para tolerar la frustración, para todas esas cosas suplementarias pero ineludibles que suponen ser adulto y vivir en sociedad. Los hemos criado para vivir en un móvil. Y eso es lo que hacen. Las generaciones mayores siempre se han quejado de los jóvenes y siempre lo harán, a pesar del hecho de que una vez fueron notablemente similares.

Los youtubers de hoy son los Beatles de ayer, tampoco nuestros padres y abuelos entendían que veían los jóvenes en aquellos melenudos que no habían hecho nada para merecer tantas atenciones.
A pesar de lo que pudiera parecer, quiero pensar que el ser humano seguirá avanzando. Lo ha hecho en las últimas 5.300 generaciones de homo sapiens, con un nivel semejante de frustración, desigualdades, precariedad, miedo y un poquito de dicha que nos mantiene vivos.

Los postmillennials: la generación que acabará con el mundo

lunes, 14 de septiembre de 2020

LIBRO "LA HEREJÍA COMO DOGMA": ENSAYO APOLOGÉTICO DE LA HISTORIA DE OCCIDENTE Y EDUCAR LA LIMITACIÓN FRONTERIZA ⛙⛜⛞🚦🚧🚫

Ensayo apologético de la historia de Occidente

Transgresión de los límites
"Hay formas correctas de estar y actuar en el mundo, otras que lo son menos y otras que no lo son en absoluto" y, con el apoyo de C.S. Lewis, que es muy necesario saber y defender que "ciertas actitudes son realmente verdaderas y otras realmente falsas". En consecuencia, tenemos derecho a conocer la verdad -y el deber de intentarlo, añadiría yo-, pues que no todo vale.

Macario Valpuesta ha volcado en este trabajo de madurez todo su conocimiento sobre el sentido del presente. Y lo ha hecho a partir de amplias lecturas, que van desde filósofos clásicos –con especial mención a Tomas de Aquino- a historiadores, literatos, poetas. Es decir, lo que conforma el bagaje de un hombre culto de nuestro tiempo y de todos los tiempos.
Entrados ya en materia, el concepto de herejía, digamos secularizado, hace referencia a todo lo que tenga que ver con la transgresión de los límites, la infracción de las normas, la distorsión de los cánones, la confusión de las ideas, la manipulación de los sentimientos, la tergiversación de los hechos. Es decir, que las herejías son esas ideas que se han vuelto locas, esas ideas –las ideas también condicionan la vida de las personas- que han evolucionado contra el modelo, el sistema desde el que nacieron para volverse contra su origen.
De ahí que, acertádamente, nuestro autor haga un análisis en profundidad, desde un método de carácter histórico, no solo historicista, de los períodos de la “reforma” protestante, la Ilustración, las herejías de la revolución social y los herejes post-modernos.
Comprender nuestro mundo 
Lo que sin duda debemos agradecer es que no haya caído ni el tremendismo, ni en el pesimismo antropológico, ni en la apocalíptica. Está claro que el concepto al que llega, digamos el término ad quo, es el de decadencia.
Simplemente bucea en el realismo de intentar comprender nuestro mundo y nuestra historia desde sus orígenes, con un método que pretende ir a la raíz de los fenómenos antropológicos, sociales y culturales. Estamos por tanto hablando de un libro de teología de la cultura, mejor dicho, de filosofía de la cultura.

Sobre "La herejía como dogma", nos dice el autor: 

“Nuestra postura -la defensa de la ortodoxia- se basa en una noción muy simple que todavía es aceptada por el buen sentido popular, aunque cada vez está más erosionada en nuestro ambiente, a saber: que hay formas correctas de estar y de actuar en el mundo, otras que lo son menos y otras que no lo son en absoluto. Siguiendo a C.S. Lewis, pretendemos defender “la doctrina del valor objetivo, la convicción en que ciertas actitudes son realmente verdaderas, y otras realmente falsas”, que no todo vale y que tenemos derecho a conocer la verdad”.
El autor, utiliza el término hereje en un sentido amplio y figurado pues, no en vano, nos dice que “Vivimos en una época caracterizada por el triunfo de la herejía. Los medios de comunicación de nuestros días, los políticos, los artistas, los que dominan en el pensamiento actual son en su inmensa mayoría (aunque muchos de ellos no lo saben) unos herejes de tomo y lomo que, como buenos herejes, están siempre en permanente lucha contra la ortodoxia”

“Este libro, si hoy es útil y necesario para todos, va a serlo mucho más cuando nos introduzcamos en la crisis social que viene, que afectará a nuestro concepto de modelo de sociedad; crisis que además se va a intensificar tras la terrible pandemia del coronavirus que estamos hoy padeciendo.
Pero el autor de este libro, Macario Valpuesta Bermúdez, que tanto que me ha impresionado, ha sido capaz de profundizar aún más en la raíz de la crisis, esto es, en la piedra angular de la que, como él certeramente nos recuerda, deriva toda la organización social: la Teología”

Jaime Mayor Oreja

Loquillo: “Cuando tengas miedo no busques nada nuevo”


DEMASIADO AL ESTE ES EL OESTE (Too East is West)
Proverbio inglés

"El valor de una civilización se mide no por lo que sabe crear, 
sino por lo que sabe conservar"

"El verdadero instrumento del progreso radica en el factor moral." 
Giuseppe Mazzini

Con el paso del tiempo, se ha perdido poco poco algo que estaba muy presente en la sociedad y que es de suma importancia en la crianza de los niños: los límites.

Los límites son la forma en que se relacionan los miembros de la familia entre sí y hacia el exterior. Es decir, son las reglas que definen quién participa y de qué manera en determinado escenario, estableciendo roles y comportamientos definidos para el funcionamiento correcto de la estructura familiar. Salvador Minuchin, reconocido médico psiquiatra y pediatra argentino, es creador de la Terapia Familiar Estructural, teoría en la que define tres tipos de límites:

1. Rígidos
Son interacciones en las que los miembros de la familia son independientes y tienen roles claros, pero hay una mala comunicación entre ellos y son des apegados entre sí. En este tipo de dinámica, los padres son demasiado autoritarios, exigiendo que sus hijos manifiesten pensamientos y conductas que ellos consideran correctas, sin dar lugar al cuestionamiento de tales órdenes.

2. Difusos
Aquí no están definidas las reglas de interacción de manera clara ni precisa, lo que provoca que los miembros de la familia sean muy dependientes entre sí. Por ejemplo, un hijo puede ejercer la función de padre dando órdenes e imponiendo su autoridad. Asimismo, los padres asumen el rol de los hijos, acatando las órdenes que ellos imponen o no haciéndose cargo de éstos.

3. Claros
Las reglas de interacción son definidas con precisión. Los padres indican lo que el hijo puede o no hacer y aunque estos límites resultan definibles, son modificables de acuerdo a la situación. Esta adaptación sería la ideal, pues se amoldan las reglas a un contexto en particular para producir resultados que beneficien tanto a los padres como figuras de autoridad, como a los hijos en su desarrollo personal.

Las modificaciones en la estructura familiar se reflejan en cambios de comportamiento en un miembro de la familia y, en consecuencia, en los procesos individuales de los otros miembros. Se debe ejercer la autoridad sin temor a perder el amor de los hijos, por lo que hay que tomar conciencia de que los padres, más que ser amigos y compañeros de sus hijos, deben ser una guía, un ejemplo y un apoyo.
Tener un niño que conozca los límites en una familia, formará a un adulto que conozca los límites en una sociedad. Es decir, se podrían evitar problemas graves como abuso de drogas, alcohol, conductas sexuales de riesgo, delincuencia, entre muchos otros, si los hoy adultos aprendiéramos sobre los límites en la infancia. Un niño que vive con límites, entenderá que éstos se hicieron para respetarse y sabrá cuáles pueden transformarse y en qué contexto, sin dañar su integridad personal ni la de las personas que lo rodean.

sábado, 9 de mayo de 2020

RUDY RUETTIGER: ¿QUÉ MATA UN SUEÑO?... UN PRETEXTO 🏉💪


“¿Qué mata un sueño?… Un pretexto”

Rudy nunca se rinde, porque, tal y como le dice su mejor amigo: “soñar hace que la vida sea tolerable”.

Hay quienes se dan por vencidos muy cerca de la meta, y muchos más se derrotan antes de iniciar el camino. Por eso te invito a que conozcas la motivadora historia de Rudy.
Además de jugar, este joven, sin tener dinero y con dislexia, logró una carrera profesional en la Universidad de Notre Dame (Indiana). No están para saberlo, pero el costo actual para estudiar en una universidad pública en Estados Unidos ronda los 13,000 dólares anuales, y en una universidad privada puede alcanzar los 26,000 en promedio, sin contar alojamiento, alimentación y transporte.

Como ven, no fue sencillo de lograr, pero lo hizo. La receta fue perseverancia, esfuerzo, dedicación, sacrificio y, sobre todo, un gran espíritu guerrero.

Daniel Eugene Ruettiger, conocido por todos como "Rudy", nació el 23 de agosto de 1948 en Joliet (Illinois), en el seno de una familia numerosa (era el tercero de catorce hermanos). Tras dejar el instituto, se alistó en la Marina, donde sirvió dos años como administrativo en un barco de comunicaciones. Luego trabajaría en una central eléctrica hasta que en 1972, tras la muerte de un amigo en un accidente laboral, decidió matricularse en la Universidad de Notre Dame (Indiana). Desde niño, su gran sueño había sido jugar al fútbol americano con el equipo de la universidad, los Fighting Irish, y decidió que no podía dejarlo pasar más tiempo. Pero, dadas sus bajas notas en el instituto, se vio obligado a realizar un curso previo en una de las instituciones asociadas a la Universidad, el Holy Cross College. Allí le fue diagnosticada dislexia, lo que explicaba sus dificultades de aprendizaje. Mientras esperaba ser admitido, consiguió un trabajo como jardinero en el estadio de la universidad. Finalmente, Ruettiger fue aceptado en Notre Dame en 1974.

De inmediato, trató de entrar en el equipo de fútbol, pero su físico jugaba en su contra. Con menos de 1'70 de estatura y 80 kilos, distaba mucho del poderío físico habitual en los jugadores de este deporte. Pero a él no le importó. Insistió tanto que logró ser aceptado para colaborar con el equipo como parte del llamado scout team: el equipo "B", los que no jugaban sino que participaban en los entrenamientos como "equipo rival" para que los titulares pudieran ensayar estrategias y jugadas. No le importó; lo vio como un paso adelante hacia su objetivo, poder debutar en un partido. Desde ese momento, Rudy se esforzó en cuerpo y alma para conseguirlo. No se perdía un entrenamiento, trabajaba duro, sin descanso, sin quejarse, siempre dispuesto a hacer lo que hiciera falta por el equipo. A fuerza de trabajo e ilusión, se acabó ganando el aprecio de jugadores y técnicos, hasta el punto de que el entrenador, Ara Parseghian, le prometió que lo sacaría a jugar en un partido antes de que terminara el último año de Rudy en Notre Dame. Pero Parseghian dejó el puesto tras el final de la temporada de 1974 y llegó un nuevo entrenador, Dan Devine, Y Rudy siguió intentándolo: trabajo duro, sacrificio y una fe inquebrantable

Y por fin llegó el día que Rudy tanto había estado esperando. Corría el 8 de noviembre de 1975, la temporada estaba a punto de terminar y Notre Dame se enfrentaba al poderoso equipo de Georgia Tech. El partido fue mejor de lo esperado; quedaba medio minuto del último cuarto y Notre Dame ganaba 24 a 3. Ante el aplauso unánime de la grada, Devine dio entrada a Rudy para que jugara aquellos últimos segundos. tuvo tiempo de intervenir en tres jugadas: un despeje, un pase incompleto y un placaje al quarterback de Georgia, Rudy Allen, que fue ampliamente aplaudido por los espectadores. Tras el final del partido, Rudy fue sacado a hombros del campo por sus compañeros. Fue su primera y última aparición con el equipo.

Tras dejar la universidad, Rudy aprovechó la fama que había alcanzado su historia para convertirse en un exitoso orador de charlas motivacionales. Su historia fue llevada al cine en 1993, en una película titulada "Rudy, reto a la gloria". Deportistas como Kobe Bryant han reconocido haberse sentido inspirados por la historia de Rudy Ruettiger para no desfallecer en sus carreras en pos del éxito.

Cinco de sus hermanos menores fueron a la universidad y todos se graduaron. Rudy cuando no está ocupado en su profesión, se dedica a la oratoria motivacional, enfocado a jóvenes de su país que están terminando la preparatoria y desean estudiar en la universidad.





VER+:


En el año 1973, un renacer espiritual consiguió que el entrenador y casi todos los jugadores de fútbol americano de un equipo de instituto, el Woodlawn, consiguieran superar sus diferencias de racismo y odio.

LA VIDA EN JUEGO
Gridiron Gang (2006)


Existe una estadística que indica que el 75% de los jóvenes que abandonan el centro de detención para menores «Camp Kilpatrick» vuelven a reincidir. Ante tal hecho Sean, trabajador de dicho centro, se pregunta qué están haciendo, ya que su labor está sirviendo de bastante poco.
Sean es consciente de que para lograr que los jóvenes puedan cambiar y llevar una vida de provecho, es necesario llenar con alguna actividad positiva el vacío que genera la decisión de abandonar las pandillas.
Por tal razón, Sean decide formar un equipo de fútbol americano compuesto de jóvenes pandilleros, pues está convencido que a través de la práctica de este deporte logrará hacer que pasen de ser unos «perdedores» a convertirse en unos auténticos ganadores.


martes, 13 de agosto de 2019

MADRES FORJADORAS DE UNA NACIÓN POR ADRIANA CORONA 👪

Madres Forjadoras de una Nación



¿Alguna vez te has puesto a pensar que en buena parte las naciones se forjan a través de las madres?

Efectivamente, somos nosotras, las mamás, las que parimos o damos a luz a los ciudadanos del mundo, pero no solo biológicamente, también somos las responsables de transmitirles educación y valores. Pero, ¿Qué les enseñamos? En este mes dedicado a las madres, es importante que seamos conscientes del papel que desempeñamos en la construcción de nuestra nación.
Tal vez te preguntes, ¿Por qué hay naciones más educadas que otras? Definitivamente, la respuesta tiene que ver en buena medida con la educación que damos a nuestros hijos.

¿Qué nos ha pasado que no estamos educando como deberíamos?

¿Cuántas mujeres de América latina participan en actos ilícitos como el narcotráfico, los secuestros y otros delitos? ¿En qué momento perdimos la brújula? ¿En qué momento olvidamos la importancia que la educación que damos a nuestros hijos los preparará para su futuro?
Una nación se forja a través de valores como el amor, el respeto, la dignidad, la colaboración y la entrega. Si como madres no nos esmeramos en enseñar estos valores a nuestros hijos desde la cuna, desde que son pequeños, no tendremos ningún derecho para estar quejándonos después y reclamar ¿Por qué mi hijo salió así? No, tu hijo no “salió así”. ¡Así lo educaste, y solo estás cosechando lo que sembraste!
Estamos perdidas, nos hemos vuelto muy permisivas y muy condescendientes, y hemos olvidado que es hacia adentro, hacia donde deben inculcarse los valores que edifiquen a nuestros hijos.

Por otro lado, si cometiste uno o varios errores en la crianza y educación de tus hijos, no digas que no puedes enderezarlos. ¡Todo es posible cuando hay voluntad y amor de por medio!
Es nuestra responsabilidad enseñar a nuestros hijos a socializar y colaborar con los demás, o en su caso, a pedir perdón cuando ofenden a los otros.
Es importante también que nos cuestionemos ¿En qué momento permitimos que nuestros esposos traigan dinero mal habido a la casa y lo hemos usado? Siempre, desde luego, con el pretexto de que “es lo que hay”. ¡Por supuesto que no! Si sabes que tu esposo, o cualquiera de tu familia anda en malos pasos, tú puedes contribuir a formar o reformar a esa persona.

Tenemos que preguntarnos en qué tipo de nación queremos vivir: ¿Queremos una nación en paz, donde haya oportunidades?, pues entonces pongámonos a trabajar en base a ello. Para esto, te propongo algunas recomendaciones:

1.- Enseñemos a nuestros jóvenes a respetar y amar a Dios, pues el que respeta y ama a Dios, en automático respeta y ama a sus semejantes.
2.- Enséñale el respeto, la amabilidad, la colaboración y la consideración a través de ejemplos concretos. El amor a una nación debe vivirse y expresarse, pero hazlo con el ejemplo.
3.- Establece límites claros. No seas tan permisiva y mantente firme en tus decisiones. Si te pide un permiso o cualquier cosa, y dices “NO”, mantente firme para que no crees confusión en tu hijo. Hazle saber que sus malos comportamientos, tarde o temprano tendrán consecuencias que deberá a sumir con responsabilidad.
4.- Enséñale a soñar, respeta e impulsa sus sueños, porque cuando obstruimos u opacamos sus sueños, estamos obstruyendo el desarrollo y la grandeza de una nación.
5.- Enséñales que los dones que tienen son para generar riqueza para ellos y para los demás.

No importa en qué país vivamos. Cuando entendamos estos puntos, estaremos siendo madres forjadoras de naciones fuertes, responsables y económicamente sustentables.

¡Si verdaderamente quieres forjar un gran país, comienza haciéndolo en tu hogar!






Las madres forjadoras de una nación
Simplemente Adriana


miércoles, 3 de abril de 2019

LIZ MURRAY, UNA ADOLESCENTE INDIGENTE EN HARVARD 🎓



Liz Murray, 
la historia de una joven indigente 
que se graduó en Harvard
"No dejes que lo que no puedes hacer interfiera en aquello que puedes hacer", del entrenador de baloncesto John Wooden
Las memorias de una adolescente que pasó de dormir en la calle a ser una estudiante modelo en esta prestigiosa universidad se han convertido en un fenómeno editorial.


El día en que Liz Murray nació su padre se encontraba en la cárcel y su madre intentaba desengancharse de las drogas. Cuando su padre salió de prisión Liz y su hermana se acostumbraron a ver a sus padres consumir en casa. A duras penas iba al colegio y en clase sus compañeros se reían de ella por llevar la ropa y el pelo sucios. Esa situación provocó que hiciera novillos a diario y que al final acabase en un reformatorio. Después de varios problemas su madre la echó de casa. Liz sobrevivió comiendo basura y durmiendo en el metro. Un día conoció a Carlos, que la protegió durante un tiempo. Cuando su madre murió decidió retomar las riendas de su vida y volvió a estudiar. Se graduó y fue aceptada en Harvard.


Quemar la noche es la reconstrucción de un viaje a los infiernos, el periplo de una joven por el escenario de hambre, drogas y mendicidad que le tocó vivir y al que podría haberse visto abocada sin remedio. Su fuerza y su determinación por cambiar el curso de un destino en apariencia escrito hicieron que Liz Murray lograse sobreponerse a la calle y a la desesperación, y seguir adelante porque tenía algo valioso por lo que luchar: su vida. Una historia real conmovedora que nos enseña a confiar en nuestro instinto y en el poder del ser humano de cambiar frente a la adversidad y conseguir sus objetivos

Liz Murray, ahora de 30 años, tiene un trabajo estable, vive en un bonito apartamento en Nueva York y su nevera siempre está llena. Sin embargo, su vida no siempre fue así. Durante su adolescencia tuvo que dormir en estaciones de metro y comer desperdicios. Todas esas experiencias están incluidas en su primer libro, "Quemar la noche. Mi viaje desde la indigencia hasta la  Universidad de Harvard (Breaking night. A memoir of forgiveness, survival, and my journey from homeless to Harvard), un recuento de sus años en las calles del Bronx, luego de que sus papás se volvieron adictos a la heroína y contrajeron el virus del sida. Su testimonio es un ejemplo para millones de personas en el mundo, y la publicación se ubicó en la lista de los más vendidos del diario "The New York Times" apenas una semana después de salir al mercado.


Su historia es tan conmovedora que en 2003 inspiró una película para televisión nominada a tres premios Emmy. Liz recuerda que antes, cuando caminaba por la calle, la gente la miraba con asco y cambiaba de acera. Ahora se le acercan a pedirle autógrafos y consejos. Oprah Winfrey, la reina de la televisión gringa, le entregó un premio por su labor. Y hoy dicta conferencias en todo el mundo al lado de personalidades como el Dalái Lama, Tony Blair y Mijail Gorbachov. Uno de los episodios más impactantes que suele contar a los asistentes a sus charlas es que, con su hermana Lisa, para calmar el hambre solían comer cubos de hielo, crema dental y hasta humectante labial con sabor a cereza.


Pero hay detalles aún más escalofriantes. Las sábanas, sillas y paredes de su casa estaban manchadas de sangre porque sus papás se inyectaban heroína a toda hora y en cualquier lugar. En una ocasión su mamá le robó la plata que le habían regalado de cumpleaños, y, en otra, vendió el televisor y un pavo de acción de gracias para comprar droga. Aunque su papá también era adicto, había alcanzado a cursar unos semestres en la universidad. Era un lector voraz de la revista "The New Yorker" y nunca devolvía los libros que alquilaba en las bibliotecas públicas. Además, se sabía todas las respuestas del famoso concurso de televisión Jeopardy!, y en sus momentos de lucidez les enseñaba a leer a sus hijas. 


Liz sacaba muy buenas notas en el colegio, pero casi no iba a clase porque los niños le decían "piojosa". Podía pasar varias semanas sin bañarse y sus papás ni siquiera se daban cuenta. A pesar de su descuido, no les guarda rencor. "Ambos tenían una adicción muy seria, pero no eran malos. Aunque cometieron errores, yo siempre supe que, de no ser por su enfermedad, habrían sido mejores padres". Por eso, cuando a los 15 años se enteró de que su mamá tenía sida, se dedicó a cuidarla día y noche. Poco después de su muerte, su papá, también infectado, dejó de pagar el arriendo y se fue a vivir a un hogar de paso donde falleció en 2006. Fue entonces cuando Liz y Lisa quedaron abandonadas. Su hermana solía quedarse en la casa de sus amigos, mientras que ella dormía en estaciones del metro y en las bancas de los parques.

Durante cuatro años Liz se mantuvo a punta de limosnas y se hizo amiga de otros jóvenes desamparados como ella. "Yo sabía que tenía que cambiar mi vida. Acababa de cumplir 16 y estaba siguiendo los mismos pasos de mi mamá cuando tenía mi edad. Ella también se había quedado sin hogar y había abandonado la escuela. Su muerte me impactó profundamente y me di cuenta de que debía romper ese ciclo de pobreza". 


La joven decidió entonces validar el bachillerato. En 1999 ganó una de las becas que anualmente entrega "The New York Times" para estudiar en Harvard, y se inclinó por la Psicología. Al poco tiempo la llamaron para que hablara de su experiencia frente a un grupo de estudiantes en una escuela; el primer día solo asistieron ocho, luego llegaron 30 y la siguiente semana ya eran 200. Después de una década, hoy a muchos todavía les parece difícil creer que, con todo ese historial a cuestas, Liz no terminara convertida en una delincuente.


De la calle a Harvard


Liz Murray. De mendiga a universitaria en Harvard


El proyecto arthur
ACABAR CON LA POBREZA GENERACIONAL ATRAVÉS DEL APRENDIZAJE BASADO EN RELACIONES
El Proyecto Arthur es un programa único que transforma la mentoría tradicional mediante el uso de mentores profesionales para trabajar intensamente con jóvenes en riesgo durante la secundaria.

martes, 16 de octubre de 2018

LIBRO "DE LA CULPA A LA CALMA" 😟😊

"DE LA CULPA A LA CALMA" 
¿Por qué a pesar de hacer lo posible por ser mejores padres, nos sentimos tan culpables? ¿A qué se debe que ahora seamos unos padres tan sumisos? ¿Por qué nos sentimos culpables si trabajamos? y también si no lo hacemos? ¿Qué es lo que más temen los hijos cuando nos divorciamos? ¿Cómo saber si por ayudar a los hijos los estamos sobreprotegiendo? En definitiva, ¿Qué tenemos que hacer para triunfar como padres? En este libro Ángela Marulanda, educadora de familia de amplio reconocimiento y trayectoria, identifica y reúne las dudas que enfrentan hoy cientos de personas a la hora de criar a sus hijos y brinda una serie de pautas, consejos y guías, para que desde el amor todos puedan triunfar en la más ardua y satisfactoria tarea de todas: ser padres.

Padres dan a hijos todo 
y se quedan sin nada

Cada vez son más los jóvenes que viven a expensas de sus padres sin buscar independizarse y sin reconocer el valor de ganarse las cosas a través del esfuerzo.

Esta realidad es una problemática que, de acuerdo con expertos, solo dará pie a una generación de adultos inútiles.
"A los hijos no se les está exigiendo nada y por eso es una generación del merecimiento. Son chicos súper débiles: se traumatizan con todo, se deprimen con todo, se quieren suicidar por todo, porque no saben luchar. Les quitamos la capacidad de postergar la gratificación, trabajar duro y de luchar por lo que quieren por darles demasiado".
"Les enseñamos algo muy grave a los hijos: su función es recibir y la nuestra, como papás, es darles. Les enseñamos a recibir, pero no a dar", señala la autora del libro "De la Culpa a la Calma".
"Estamos viendo una cantidad de niños malagradecidos, sin entusiasmo, vagos, de todas clases sociales. Es la generación del merecimiento, la generación de los niños que se merecen todo. Ellos ya no piden, exigen".

Inculcar el esfuerzo

Al margen del estrato social o ubicación geográfica, cada vez se ha vuelto más común ver a hijos que se quedan con sus padres muchos años después de llegar a la edad adulta y terminar sus estudios.
Los creadores de la generación del merecimiento son los padres sobreprotectores que perdieron de vista los valores importantes en la formación de sus hijos al tratar de evitarles las carencias que ellos tuvieron.
"Un factor es que estos adultos, y yo me incluyo entre ellos, vivimos carencias cuando éramos pequeños o adolescentes, crecimos con muchas responsabilidades, y ahora que soy papá, no quiero que mi hijo sufra eso, que tenga lo que yo nunca tuve.
"Es una generación muy cómoda de muchachos. Viven con pocas carencias y muchas comodidades. No viven las consecuencias de sus conductas o sus malas decisiones, están siendo sobreprotegidos, no hay responsabilidades. Todo esto hace que el muchacho crezca en un mundo virtual y ficticio".

Un enfoque en el que el fin es la felicidad y no el resultado de acciones gratificantes, agrega Marulanda, influye también en la formación de jóvenes que de adultos solo buscarán la comodidad con nada o el mínimo esfuerzo.
Así, la generación del merecimiento está integrada por jóvenes que no han madurado y que al sobreprotegerlos se han quedado como adolescentes permanentes.
Es por eso que los expertos exhortan a los papás a que enseñen a sus hijos desde pequeños a ganarse sus privilegios.

Es cuestión de reglas

-Educar a los hijos desde pequeños.
-Establecer reglas. Los hijos tienen derechos, pero también obligaciones.
-Buscar que los chicos se esfuercen por lo que quieren. Los hará adultos responsables.
-Analizar tus motivaciones si vas a comprar algo que un hijo te pide: ¿Él debe tener eso para estar a la moda o no ser "menos" que los demás?, ¿o realmente lo necesita?
-Estar consciente de que si tus hijos carecen de algo no los "traumará" para el resto de sus días, más bien, ellos formarán su carácter y sabrán valorar sus posesiones.
-Tener en cuenta que al dar algo especial a tus hijos, ellos deben saber que es una gratificación bien ganada.


– En el libro describe a los padres de hoy como sumisos, lo que no pasaba con los papás de antes. ¿Qué pasó?

– Las generaciones de padres a partir de la década de los 80 son las primeras que tienen conciencia de los efectos de sus actos en la vida de sus hijos. Los papás de antes no reflexionaban de que si le decían al niño: “No sea bruto”, lo estaban convenciendo de que era bruto… Ellos no se daban cuenta… Mi mamá fue bastante buena, pero a veces hacía unas injusticias terribles: No dejaba que le expliquemos qué había pasado que antes ya nos había regañado. O nunca se sintió culpable: Jamás la vi salir de casa como yo cuando dejaba a mis hijos (y hace una parodia de todas las bendiciones que les daba). Entonces, me di cuenta que (como padres) nos tocó el cambio de la era moderna a la era posmoderna, lo cual es como una mudanza de mundo, de familia, de sociedad…”.


– Tomar conciencia de los comportamientos que afectan a nuestros hijos no está mal. ¿Cómo no caer en la sumisión?
– “Como tenemos esa nueva conciencia de lo fácil que es hacerles daño, estamos atemorizados… Además, los niños de hoy son más despiertos. Todo esto nos hace muy inseguros, lo que nos lleva a ser sumisos, a rendirnos, a abstenernos ante la duda. En el pasado, los hijos debían ganarse el amor de los padres, que eran los importantes de la familia. Ahora es al contrario y desde el momento que tratamos de ganarnos el amor de los niños, les estamos dando todo el poder a ellos… Entonces, ahí están los padres suplicándoles, explicándoles, intentando de convencerlos…”.

– En su libro, el trabajo es señalado como fuente número 1 de culpas. ¿Qué errores cometemos a nombre de la culpa?
– “El principal error es la permisividad. Nos morimos de la angustia de que no nos van a querer porque no hemos estado con ellos… Entonces, permitimos y damos muchas cosas, pero no tiempo. Tratamos de reemplazar el tiempo con gustos. El otro error es que no ponemos nada de límites. Ahora a los niños por la mañana hay que llevarlos al fútbol, luego a comer pizza, después al cine, de ahí de compras, y son las 11 de la noche y seguimos corriendo atrás de ellos…”.

– Es válido aquello de que la calidad de tiempo compensa a la cantidad?
– “Hay que estar presentes en la vida de los hijos a diario y suficiente tiempo. Si uno está todo el fin de semana dedicado a ellos y luego se desaparece, no sirve. Es como si no te alimentarán 3 días, y al cuarto día te dieran de comer todo lo que no has comido, lo único que tendrás es una indigestión… El tiempo tiene que ser cotidianamente dado a los hijos. Que hayas estado las 24 horas del sábado a su servicio, no va a quitar las carencias de no verlo entre semana…”.

– ¿Qué deben hacer las madres que trabajan más por realización personal que por necesidad? ¿Deben renunciar a sus trabajos para aliviar la culpa?
– “Pueden renunciar a una parte; es decir, si tú trabajas cuatro horas fuera de casa, estás tranquila, pero si ya tu trabajo implica estar 10 horas lejos de tu hogar, es otra cosa. Hoy en día, nos venden todo como oportunidades y a veces son tentaciones… Entonces, en ocasiones, hay que renunciar a algo que nos provoca por otra cosa que es debida para la tranquilidad de nuestra conciencia… Yo me bajé de nivel. Me tocó irme de una casa grande con piscina a una más sencilla y pequeña… Pero muchas veces no queremos sacrificar el estilo de vida. En mi caso, me sentí aliviada… Todos los padres decimos que lo más importante en nuestras vidas son los hijos, pero en realidad lo más importante en la vida de uno es a lo que se le dedica más tiempo y más esfuerzo”.

– Díganos tres cosas que sean las mejores que podemos hacer como padres.
“Primero, amar a los hijos tanto como para ponerlos en el primer lugar de nuestro corazón. Son unas personas frágiles que estamos formando y hay que estar con ellos… Segundo, preguntarnos siempre cuál es el verdadero motivo de lo que estamos haciendo. Por ejemplo: si le compramos un juguete, ¿lo hacemos para comprar amor y perdón? Y tercero, tener muy presente que no estamos criando niños, sino a los adultos en que queremos que se conviertan mañana. ¿Qué cualidades y virtudes queremos en esos adultos? Somos las personas que más amamos a nuestros hijos, por lo tanto, las que más podemos influir en ellos”.





¿Qué necesitas para ser feliz?
Ángela Marulanda


¿ESTUPIDEZ, querer feliz a tus hijos?
PILAR SORDO



Educar más y complacer menos

PILAR SORDO