EL Rincón de Yanka: mayo 2022

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martes, 31 de mayo de 2022

LIBRO "LA MEMORIA DE LAS VÍCTIMAS": XX ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN VÍCTIMAS DEL TERRORISMO 👥💣💥💀


L A  M E M O R I A
DE LAS VÍCTIMAS
XX ANIVERSARIO
DE LA FUNDACIÓN
VÍCTIMAS DEL TERRORISMO

IN MEMORIAM a todas
las víctimas del terrorismo

La Fundación Víctimas del Terrorismo, en el marco de la celebración del XX aniversario de su constitución, ha publicado MEMORIA DE LAS VÍCTIMAS, un libro IN MEMORIAM a todas las víctimas del terrorismo, en defensa de la verdad, memoria, dignidad y justicia que todas ellas merecen, compuesto por más de cuatrocientas páginas, y coordinado por el periodista Miguel Renuncio.

Sus páginas recogen una recopilación conmemorativa de los numerosos testimonios de víctimas del terrorismo que, a lo largo de los años, han ido apareciendo en la revista Fundación, ordenados cronológicamente, dibujando un gran relato de la historia del terrorismo en España, formado a su vez por multitud de pequeños relatos, cuyos protagonistas son los supervivientes de los atentados o los familiares de quienes en ellos perdieron la vida. También se ha querido recoger el testimonio de algunas personas que, desde las instituciones públicas o desde cualquier otro ámbito de la sociedad, han contribuido a la defensa de las víctimas del terrorismo.
Con ilustración de portada cedida por José Ibarrola, con saluda de S.M. el Rey, siempre tan próximo y cercano a las víctimas del terrorismo, y prólogo del actual presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, su contenido está estructurado en dos partes. Una primera, HÉROES INVOLUNTARIOS, con 75 entrevistas a familiares de víctimas mortales y a víctimas heridas en atentados, con reseña del atentado y fotografía de la víctima; y una segunda parte, TESTIGOS DEL HORROR, con 28 aportaciones, entrevistas y artículos, de quienes han sido testigos directos de la sinrazón terrorista que ha asolado a nuestro país durante seis décadas.

Tras una primera lectura, entre las conclusiones que se pueden extraer una primera, en palabras de Tomás Caballero, para remarcar que “el sufrimiento de las víctimas ha sido siempre el mismo, con independencia de la época en la que se produjo cada uno de los atentados, de la organización terrorista que los perpetró, de sus objetivos fanáticos y totalitarios o de cualquier otra circunstancia. La muerte violenta de un inocente —y todas las víctimas lo son— es siempre cruel e injustificable, y deja a su alrededor un gran número de personas afectadas, que deberán sufrir de por vida el dolor provocado por la ausencia de un ser querido”.
También como conclusión, la posibilidad de vislumbrar la evolución que la percepción de las víctimas del terrorismo por parte de la sociedad española ha experimentado con el paso del tiempo. Desde la invisibilidad de las víctimas, incluso cuando los atentados se sucedían casi a diario, hasta la actual situación, afortunadamente muy distinta, en parte por el desarrollo de las asociaciones y fundaciones de víctimas del terrorismo a partir de 1981, la creación de la Fundación Víctimas del Terrorismo —adscrita al Ministerio del Interior— en 2001 o la aprobación de la Ley 29/2011, de 22 de septiembre, de Reconocimiento y Protección Integral de las Víctimas del Terrorismo.

Un libro entendido como “justo homenaje dedicado a quienes más sufren y han sufrido”, para S.M. El Rey, que contribuye para no olvidar nunca a los que perdieron la vida, sufrieron heridas físicas o psicológicas o vieron sacrificada su libertad como consecuencia del fanatismo terrorista.
Y es que, como reflexión de Tomás Caballero en el prólogo, “la deslegitimación ética, social y política de la violencia es un deber que nos incumbe a todos, y el testimonio directo de quienes la han sufrido en primera persona es el mejor instrumento para conseguir”.
En definitiva, historias personales de las víctimas del terrorismo como parte importante de la historia reciente de España, de necesario conocimiento para las próximas generaciones con el fin de que tanto horror y tanto sufrimiento no vuelvan a repetirse jamás.

Con motivo del XX aniversario de la Fundación Víctimas del Terrorismo, hemos querido recopilar en un libro conmemorativo los numerosos testimonios de víctimas del terrorismo que, a lo largo de los años, han ido apareciendo en nuestra revista. Ordenados cronológicamente, componen un gran relato de la historia del terrorismo en España, formado a su vez por multitud de pequeños relatos, cuyos protagonistas son los supervivientes de los atentados o los familiares de quienes en ellos perdieron la vida. También hemos querido recoger el testimonio de algunas personas que, desde las instituciones públicas o desde cualquier otro ámbito de la sociedad, han contribuido a la defensa de las víctimas del terrorismo.

Quizá la primera conclusión que se pueda extraer de la lectura de este libro sea que el sufrimiento de las víctimas ha sido siempre el mismo, con independencia de la época en la que se produjo cada uno de los atentados, de la organización terrorista que los perpetró, de sus objetivos fanáticos y totalitarios o de cualquier otra circunstancia. La muerte violenta de un inocente —y todas las víctimas lo son— es siempre cruel e injustificable, y deja a su alrededor un gran número de personas afectadas, que deberán sufrir de por vida el dolor provocado por la ausencia de un ser querido.

Otra de las conclusiones que pueden extraerse es que la percepción de las víctimas del terrorismo por parte de la sociedad española ha ido evolucionando a lo largo del tiempo.
Durante muchos años, incluso cuando el país se veía sacudido a diario por una continua sucesión de atentados, las víctimas eran prácticamente invisibles. Cosificadas por la lógica de los terroristas o convertidas en parte de una fría estadística, a nadie parecía importarle su dolor. Mucho tuvieron que luchar aquellas primeras víctimas para que las instituciones comenzaran a prestarles atención.

Afortunadamente, la situación actual es muy distinta. El desarrollo de las asociaciones y fundaciones de víctimas del terrorismo a partir de 1981, la creación de la Fundación Víctimas del Terrorismo —adscrita al Ministerio del Interior— en 2001 o la aprobación de la Ley 29/2011, de 22 de septiembre, de Reconocimiento y Protección Integral de las Víctimas del Terrorismo, son buena prueba de ello. Nuestra sociedad ha aprendido a rendir homenaje a las víctimas, a expresar su compromiso permanente con ellas y a manifestarles su reconocimiento, su respeto y su solidaridad, inspirándose en los principios de memoria, dignidad, justicia y verdad. Cuatro principios fundamentales que vertebran todo el sistema español de apoyo a las víctimas del terrorismo.

En definitiva, este libro pretende contribuir al objetivo de no olvidar nunca a los que perdieron la vida, sufrieron heridas físicas o psicológicas o vieron sacrificada su libertad como consecuencia del fanatismo terrorista. La deslegitimación ética, social y política de la violencia es un deber que nos incumbe a todos, y el testimonio directo de quienes la han sufrido en primera persona es el mejor instrumento para conseguirlo. Las historias personales de las víctimas del terrorismo constituyen una parte importante de la historia
reciente de España, cuyo conocimiento debemos transmitir a las próximas generaciones con el fin de que tanto horror y tanto sufrimiento no vuelvan a repetirse jamás.
Tomás Caballero Martínez
Presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo


S U M A R I O
PRIMERA PARTE. HÉROES INVOLUNTARIOS

Fermín Monasterio..................................14
Humberto Fouz..........................................18
Baldomero Barral
y María Josefina Pérez......................22
Casimiro Sánchez.....................................28
Juan Ruiz......................................................... 32
Diego Del Río Martín.............................36
Manuel Albizu.............................................40
Juan María De Araluce........................44
Jesús Lolo........................................................50
Aurelio Salgueiro.......................................54
Alejandro Hernández............................58
Miguel Chavarri..........................................62
Sonsoles Álvarez De Toledo.............66
Manuel Moya...............................................70
Aureliano Calvo..........................................74
Javier Rupérez.............................................78
Ramón Baglietto......................................82
Basilio Altuna...............................................88
Fernández De Arroyabe.....................88
José Luis Vázquez....................................92
Emilio Casanova........................................96
José Luis Veiga........................................ 100
José Arturo Rodríguez...................... 104
Gerardo Puente........................................ 110
Alfonso Sánchez....................................... 114
Raimundo Plata........................................ 118
Enrique González...................................120
Juan Atarés.................................................. 122
Alejandro Sáenz....................................... 126
Jesús María Faucha..............................130
Antonio Lancharro.................................134
Javier Gómez............................................. 138
María Del Carmen Mármol............. 142
Sonia y Susana Cabrerizo................. 142
Silvia y Jordi Vicente............................146
Mercedes Manzanares.......................146
Roberto Manrique.................................150
José María Pino........................................154
Francisco Zaragoza............................... 156
José María Sánchez..............................160
Isidro Villalibre...........................................164
Pedro Samuel Martín..........................168
Irene Villa....................................................... 172
José San Martín....................................... 176
Alfonso Morcillo.......................................180
Gregorio Ordóñez..................................184
Publio Cordón...........................................188
Juan José Aliste........................................ 192
Fernando Múgica...................................196
Alberto Jiménez-Becerril............... 200
Ascensión García.................................. 200
Tomás Caballero.................................... 204
Manuel Zamarreño...............................210
Luis Portero.................................................214
Julia Iglesias................................................ 218
Santos Santamaría...............................222
Silvia Martínez..........................................226
José Manuel Sánchez........................230
Juan Pablo Moris...................................236
Rodolfo Benito.........................................248
Vicente Marín............................................ 252
Sonia Parrondo.......................................254
Miguel Antonio Serrano...................258
Óscar Encinas...........................................260
Clara Escribano.......................................264
Paqui Falcón..............................................268
Jana Gallardo.............................................272
Marta Oliver............................................... 276
Esther Sáez.................................................278
Antonio Miguel Utrera.......................282
Ignacio González....................................286
Román Sánchez.....................................290
Julia Vilaró....................................................294
Diego Salvá.................................................298
Jean - Serge Nerin................................302
Juan Alberto González......................306
Jorge García e Isidro Gabino San Martín...308
Ignacio Echeverría.................................314




La revista de la Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT) ha venido publicando, durante veinte años, el testimonio de personas que contaban, muchas veces por primera vez, cómo el terrorismo rompió sus vidas y la de sus familias. Veinte años des­pués, ha seleccionado una parte de esos testimonios atesorados y los ha reunido en un libro que es un monumento a la decencia.

En La memoria de las víctimas cada historia, única, es un ejem­plo de dignidad, en estos tiempos de concordia oportunista con el entorno social y político de los asesinos y chivatos. En muchas de las entrevistas se relata el calvario de la impunidad, cimentada so­ bre prescripciones que se han acumulado como si fueran un fenó­ meno meteorológico, contra el que no cabía luchar, o sobre suma­rios que no llegaron a su destino. Se llegó tarde a la eliminación de la tarifa plana para los asesinos múltiples. Se llegó tarde a la aprobación de la imprescriptibilidad de los delitos de terrorismo con resultado de muerte. Se llegó tarde a reconocer la estructura etarra de los abogados. Estamos abriendo los ojos a que el terro­rismo de ETA no fue sólo un terrorismo convencional, sino una maquinaria de dominación ideológica y social que expulsó a de­cenas de miles de ciudadanos, que dificultó extraordinariamente el ejercicio del pluralismo político y que conjuraba a decenas de miles de chivatos de los asesinos y acosadores. Lesa humanidad y responsabilidad de los líderes políticos y de los jefes de la organización terrorista. Llegaron tarde muchas decisiones porque cada Gobier­no fantaseaba con soluciones mágicas negocia­das, incentivando más que desincentivando los atentados en la lógica del trueque de cese de la violencia por prebendas o impunidad.

La Fundación, con este libro, presenta las pa­labras que visibilizan las capas concéntricas del dolor y de la injusticia. En estos días de son­risas regocijadas de la izquierda con sus hijos pródigos, expresémoslo: los deseos políticos de los acosadores y asesinos fueron más im­portantes que nuestras vidas para amplias ca­pas de la sociedad. Y sin denunciar el pasado son aceptados en sociedad.

No hubo, no había, azar en la construcción de la industria del terror, sólo hace falta aso­ marse a los camiones de documentación con las actas de las decenas de miles de reuniones que eran necesarias para mantener la estructura del control social, perfectamente organi­zadas, perfectamente jerarquizadas , para ob­ tener el silencio, el adoctrinamiento, o la espi­ral de radicalización violenta.

Durante cincuenta años envenenaron lo su­ficiente las conciencias como para destilar el conjunto de asesinos necesarios para la causa. Y ahora, los herederos políticos del tinglado trabajan para los presos de ETA, pero sobre todo para limpiarse todos ellos la conciencia y ganar su imagen muy blanqueada para el futuro.
'La memoria de las víctimas', editado por la Fundación de Víctimas del Terrorismo, recopila testimonios publicados en su revista a lo largo de 20 años. Cada historia es un ejemplo de dignidad en estos tiempos de oportunis­mo político. 
Enrique Bonete escribió sobre la maldad, asegurando que en algunos casos es toda una práctica de autoglorificación, que va extendiéndose, como una pegajosa mancha que todo lo corroe, a gran parte de las esferas de una sociedad y un Estado. Yo pienso en sus palabras cuando veo fotos de la portavoz de EH Bildu en el Parlamento español.

Bonete explica la necesidad de la denuncia del mal personal y social, por el daño, dolor e injus­ticia que produce, así como la de­fensa de la dignidad de cada per­sona como uno de los mejores es­cudos teóricos y prácticos que puede resguardamos de los di­versos tipos de males infiltrados en las sociedades democráticas. 

Leer esas palabras funciona co­mo defensa en estos tiempos en que se admira a los políticos que no han deslegitimado esa estra­tegia para sentirse víctimas mien­tras mataban a niñas y abuelos. 

Para borrar la crueldad plani­ficada necesitan poder político. Lo necesitan para banalizar la dignidad de los ino­ centes y para crear una nueva digni­dad de los asesinos y sus lobistas, no arrepentidos de la violencia política.

Yo agradezco a la FVT que no pier­ da la capacidad de señalar la banali­dad de la crueldad pasada, a través del espejo de las palabras de aque­llos a los que les arrebataron todo. 

El mal radical es causarlo, buscarlo y después, disimu­ larlo mientras se sigue sacando be­neficio de la maqui­naria perfectamente jerarquizada del autoritarismo in­dustrial del pasa­do. Es sofisticado, si bien se pien­sa. Por eso sonríen. Por eso hace falta leer este libro. 


Maite Pagazaurtundua es eurodiputa­da 
en la delegación de Ciudadanos 
y ex presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo

L A MEMORIA DE LAS VÍCTIMA... by Yanka


ASÍ MATABA ETA

VER+:







lunes, 30 de mayo de 2022

LIBRO "BIOÉTICA EN TIEMPOS DEL COVID-19" por JOSÉ RAMÓN AMOR PAN 🔆👴👵💀


BIOÉTICA 
EN TIEMPOS DEL COVID-19



El coordinador del Observatorio de Bioética y Ciencia de la Fundación Pablo VI denuncia “la falta de recursos en salud pública”.
El experto presenta el libro ‘Bioética en tiempos de Covid-19’ en un encuentro digital: “Los informes sobre la atención a mayores son para ponerse a llorar”.

“Desde hace diez años, no se ha invertido suficiente en recursos, en salud pública, no se han cubierto las bajas de muchos profesionales”. Es la denuncia que lanzó esta tarde José Ramón Amor Pan, presidente del Comité de Ética Asistencial del Complejo Hospitalario Universitario de la Coruña y Coordinador del Observatorio de Bioética y Ciencia de la Fundación Pablo VI. Amor Pan alzó la voz en nombre de los sanitarios españoles durante la presentación del libro ‘Bioética en tiempos de Covid-19’, en un encuentro digital moderado por la periodista Sandra Várez.
“El gran problema del COVID-19 en nuestro país de manera sobresaliente ha sido un problema de gobernanza y de recelo institucional. Quienes tienen responsabilidad de esta gobernanza, tendrán que rendir cuentas en su momento”, lamentó Amor Pan, que puso como ejemplo el hecho de que se creara un grupo de expertos en bioética, existiendo ya un Comité Nacional de Bioética.

Apostar por la Sanidad

“Estamos más irritados que en la primera ola, porque en ese momento estábamos desprevenidos. Estamos indignados porque no ha habido una apuesta por la Sanidad. Evidentemente esto no es un paraíso, pero sí se podría haber evitado que la política tuviera una gran injerencia”, denunció María Rosa Arroyo Castillo, vicepresidenta general del Consejo General de Colegios de Médicos de España
Sobre la mesa redonda virtual, también se puso el problema de las residencias. Eva Fernández Mateo, enfermera y presidenta de Acción Católica General, apuntó que “es un problema estructural de cómo vive nuestra sociedad y, donde los mayores no producen”. “No solo hay un déficit estructural sanitario para atender a los ancianos, tenemos que integrar las residencias en el sistema para que no se queden desconectados y que ni siquiera tuviéramos la posibilidad de tener un contacto más directo con ellos. Estoy convencido de que se va a modificar el modelo”, dejó caer Arroyo Castillo.

Sentirse cuidados y amados

“El informe de Médicos Sin Fronteras al respecto es demoledor y para ponernos a llorar. Y sabíamos lo que pasaba antes de la pandemia”, añadió Amor Pan que comentó cómo muchas residencias han decidido “pagar los 6.000 euros de sanción por no tener médico y seguir igual”. “Hay muchos pecados de omisión en los que hay que entonar el mea culpa en residencias confesionales”, remarcó.
“El anciano no quiere que se le cuide solo físicamente, sino, sobre todo, que se le ame”, explicó el doctor René Zamora Marín , presidente del Comité Nacional de Bioética de Cuba, director del Instituto de Bioética Juan Pablo II de La Habana y Académico de la Pontificia Academia para la Vida. “Tenemos que hacer una revolución en las residencias de ancianos, pero no va a tener un final feliz si no tejemos una alianza de fraternidad”, advirtió Amor Pan.

Sobre la segunda oleada de contagios, con la mirada puesta en los jóvenes, el experto en bioética apuntó que “no basta con promulgar normas, hace falta un mayor compromiso personal”. “Nos falta crecer en una cultura donde hay responsabilidad. No podemos pedirles altura de mira a los jóvenes, cuando no les hemos pedido responsabilidad en casa o en la escuela ante otros temas”, añadió Fernández Mateo. “Hay que hablar más de la bioética de la cloroquina”, sentenció Arroyo Castillo.
El director general de la Fundación Pablo VI, Jesús Avezuela, cerró el acto valorando la pedagogía presente en la nueva obra de Amor Pan: “No solo utiliza un lenguaje sencillo, sino un lenguaje claro que hace entender lo que es la bioética global, afectiva y efectiva”.

“Las residencias de ancianos no deben ser un negocio ni basta con la buena voluntad. Hay que esmerarse en la preparación técnica y ética de quienes van a trabajar en nuestras residencias de ancianos”.
El doctor en Teología Moral, José Ramón Amor presenta: ‘Bioética en tiempos del Covid 19’: “La sociedad reclama una revolución de las residencias de ancianos”

La Fundación Pablo VI celebró ayer una video conferencia para presentar el libro "Bioética en tiempos del COVID-19” escrita por José Ramón Amor Pan, doctor en Teología Moral y coordinador del Observatorio de Bioética y Ciencia de la Fundación Pablo VI.
La obra, como indica su autor, “es un alegato en favor de la integridad, la dignidad, la humildad y la cooperación”.

Drama de las residencias de ancianos
Durante la conferencia, se abordaron los problemas más relevantes ocasionados por la pandemia de la COVID-19 que ha supuesto no solo un grave impacto sanitario sino también económico.
El drama vivido en las residencias de ancianos, el colapso de los hospitales, la obligación de tener que tomar decisiones críticas en situaciones límite, pone no sólo en cuestión los modos actuales de asistencia y cuidado de los más vulnerables, o la gestión y atención sanitaria, sino que obliga a un revisionismo general de nuestra normalidad en todos los ámbitos: social, político, científico, etc.

En el 50 aniversario del nacimiento de la bioética, el autor reclama "una Bioética global, afectiva y efectiva”.

Problema de gobernanza

Durante su intervención, José Ramón Amor recordó que los propios médicos venían denunciando una deficiencia del sistema sanitario. Pero el problema no ha radicado exclusivamente en la escasez de recursos del sistema sanitario, sino que fundamentalmente, la crisis sanitaria en España ha empeorado por "un problema de gobernanza e institucional, y tendrán que rendir cuentas".
En declaraciones posteriores a Religión Confidencial, José Ramón Amor, presidente del Comité de Ética Asistencial del Complejo Hospitalario Universitario de la Coruña, cuestionó la labor en concreto de Fernando Simón, cuando "cuestiona en público las cifras que da la Comunidad de Madrid. Esto no es dar ejemplo", afirma.
"Hay que remarcar la palabra confianza. Si no podemos estar seguro de la contabilidad de los propios gobiernos, hay un problema de confianza. Me pregunto cómo después de Stalin hay comunistas en el mundo. Lo dejo allí. En psicología se conoce como la negación de la realidad", insistió el experto en bioética.

"España no ha aprendido nada"
En su opinión, España no ha aprendido "nada" en esta segunda ola de la pandemia. "Para aprender de los errores, hay que estar en disposición de reconocer que a veces no no sabe de todo, y tener voluntad de trabajar en equipo", resalta Amor a RC.
Sobre el caos que se ha producido en las residencias de ancianos, muchos de ellos muriendo en soledad, que ha sido la gran tragedia de esta pandemia, el experto en bioética denunció las "17 legislaciones diferentes entre sí de atención a las personas mayores, con una ratio de atención a mayores absolutamente infumable".

Y aportó un dato escandaloso: "En residencias de ancianos, incluso las confesionales, había centros que preferían pagar 6.000 euros de multa interpuesta por la inspección antes de contratar a un médico. Por su parte, la inspección autonómica, imponía la sanción sin hacer nada más. Todos hemos cometido pecados de omisión".
"La sociedad reclama una revolución de las residencias de ancianos. Porque no pueden ser hogares, ni tampoco hospitales. Las residencias no pueden sobrepasar las 150 plazas y deben ofrecer un tercio de camas para dependientes con oxígeno y otros servicios sanitarios".

La soledad de los ancianos

También denunció la situación de muchas enfermeras de las residencias de ancianos, que ganan un 30% menos que en los hospitales. "La pandemia nos cogió con un sistema de atención a las personas mayores fragmentado", apuntó.
En el encuentro se puso sobre la mesa también el problema de la soledad de nuestras sociedad. El autor recalca en su libro que "en nuestras unidades de cuidados paliativos hay muchos enfermos que mueren solos, sin una mano amiga".

En la conferencia participaron María Rosa Arroyo Castillo, vicesecretaria general del Consejo General de Colegios de Médicos de España; Eva Fernández Mateo, enfermera y presidenta de Acción Católica General; y el doctor René Zamora Marín, presidente del Comité Nacional de Bioética de Cuba, director del Instituto de Bioética Juan Pablo II de La Habana y Académico de la Pontificia Academia para la Vida.

«Se quedaban en la residencia, 
los sedaban y morían. 
Esa es la verdad. Había instrucciones»

Santa Elena. En Torrent aseguran que del 25 de marzo al 2 de abril murieron nueve ancianos que no llevaron al General, y en Alcoy eran conscientes «de lo que se podía derivar al hospital»
Domingo, 24 de mayo 2020

Entre el 25 de marzo y el 2 de abril fallecieron nueve personas por coronavirus que vivían en el centro de mayores Santa Elena. No los llevaron al hospital. Se quedaron en la residencia. Los médicos los sedaron para evitarles el dolor y allí murieron». El testimonio, crudo, es de Francisco Nemesio, secretario y portavoz del patronato que rige este centro, referencia en Torrent desde que se creó en 1927 a través de una fundación inspirada en el humanismo cristiano.

Esta semana también se ha conocido un informe interno de la conselleria de Sanidad sobre estadísticas de lugares en los que ha habido víctimas mortales por coronavirus. Indicaba que un 57% de los residentes en los geriátricos valencianos fallecidos por la pandemia han muerto en sus centros y no en los hospitales. Eso supone que 6 de cada 10 enfermos de Covid-19 de las residencias no fue llevado a un hospital para su tratamiento. En esta pandemia han muerto 525 residentes, dos de ellos se contabilizaron ayer, después de tres días sin ningún fallecido, y ha dejado un rastro de más de 170 geriátricos afectados. Ahora hay 80 con algún caso.




La residencia Santa Elena está intervenida por la conselleria de Sanidad desde el 16 de abril, cuando empezaron a incorporarse sanitarios de la administracion autonómica. La toma de control de esas instalaciones culminó el 19 de marzo. Buena parte de la plantilla del asilo estaba entonces o enferma de coronavirus o en cuarentena. El patronato había lanzado un grito de socorro porque con los medios que tenía no disponía de manos ni medos para atender a sus residentes enfermos. Y pese a la intervención, siguió el goteo de muertes. «Había un protocolo que tenían establecido para no enviar a los mayores de 75 años al hospital. Se quedaban en la residencia, los sedaban y morían. Esa es la verdad», recalca Nemesio. «Había instrucciones», reitera.
«En el hospital no iban a llevarlos a la UCI ni a ponerles ventiladores. Todos tenían más de 80 años y la instrucción era no mandar al hospital a los mayores de 75 con patologías previas o con enfermedades crónicas», afirma dolido.
Durante los últimos 15 años la edad media de los mayores que viven en geriátricos se ha situado en 84 años y muchos de ellos presentan patologías y enfermedades crónicas, lo que dificulta un tratamiento exitoso, especialmente la intubación, a los que caen bajo las garras del Covid-19.
«De esta manera, sin llevarlos al hospital, no fallecieron ni uno ni dos ni tres residentes, sino muchos más», asegura Francisco Nemesio.

Recuerda este directivo del patronato de Santa Elena que entre el 12 y el 16 de marzo murieron tres residentes en el Hospital General ingresados días antes, cuando el virus todavía no había llegado a desbordar a los sanitarios. El 16 y el 18 de marzo murieron dos ancianos en la residencia. Del 21 al 24 de marzo expiraron tres residentes que habían sido hospitalizados tiempo atrás, igual que el 27, cuando finó otro en el General, «y entre el 25 de marzo y el 2 de abril fallecieron nueve residentes que no fueron hospitalizados», asegura. La conselleria de Sanidad tenía, y aún tiene, el control médico de la residencia Santa Elena. La conselleria ha llegado a medicalizar una treintena de geriatricos durante la parte más dura de la crisis, una de cada 10. Ahora aún hay 28 residencias intervenidas.

«A partir de la segunda semana de abril, cuando bajó la curva de contagio, ya volvieron a enviar a residentes de Santa Elena al hospital», sostiene Francisco Nemesio.

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El secretario del patronato y portavoz de la residencia Santa Elena ya relató cómo procedían los médicos destacados por la conselleria de Sanidad en Santa Elena. «Hemos pedido explicaciones de por qué no se llevan al hospital a los casos graves y nos han contestado que no se les aplican procedimientos extraordinarios», lamentó Nemesio. «Nos han dicho que se aplica el protocolo y que los mayores de 75 años con coronavirus y otras patologías que se pueden complicar ya no ingresan en la UCI del Hospital General ni se les conecta a un respirador automático. Los médicos hablan con la familia, les cuentan cómo está la situación y les solicitan permiso para aplicarle un tratamiento paliativo», describía Nemesio en los peores días de la residencia.

En esas fechas de las que habla el dirigente del patronato, el Hospital General, del que depende médicamente Santa Elena, no atravesaba por sus mejores momentos. El sindicato de enfermería Satse realizaba una denuncia pública sobre la saturación de este centro sanitario. Esta organización sindical, el 27 de marzo, aseguraba que la UCI estaba llena, tenía 250 pacientes ingresados en planta por Covid-19 y se estaba empezando a derivar a pacientes de otras patologías a diferentes hospitales. El General se quedaba sin hueco para los pacientes de las residencias.

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Por su parte, José Fina Pérez, directora asistencial de las residencias Domus Vi para la Comunitat Valenciana, que regenta los centros de Alicante, Cocentaina y Alcoy, el más afectado con diferencia por la pandemia con 75 mayores fallecidos, cifra dada por los familiares de los finados, también se pronunció sobre cómo se funcionaba en los días más crudos de la pandemia. Pérez afirma que en Alcoy «siempre hemos tenido el soporte del hospital», el Verge dels Lliris, pero también desliza que se actuó como buenamente se pudo: «Hemos sido muy conscientes de que había que derivar al hospital lo que se podía derivar porque había cierto colapso del sistema». Y apuntó también que «lo que está claro con esta crisis es que la sanidad no estaba preparada».

La consellera de Sanidad, Ana Barceló, negó el pasado martes que no se atendiera en los hospitales a los mayores con coronavirus procedentes de las residencias, pero tampoco negó que seis de cada 10 residentes murieran en la cama de su geriátrico. «No comparto que no se hospitalizaran los casos más graves. Siempre se hizo siguiendo el criterio clínico, fuera cual fuera la circunstancia», dijo. Barceló afirmó que a mediados de abril, en la fase más grave de la pandemia, «estuvimos a un 71 % de camas críticas, nunca se dio saturación» en los hospitales.

También dijo la consellera que «se trasladó a los departamentos de salud que el objetivo era cuidar de los mayores» y afirmó que «siempre ha primado la atención y la asistencia a las personas. Se ha seguido el criterio médico: ante la gravedad, hospitalización».

Aunque los datos y los testimonios de quienes han sufrido esta situación, como el de Francisco Nemesio o el del presidente de Aerte, la patronal de las residencias, José María Toro, no parecen dar la razón a la consellera.
José María Toro también ha manifestado que considera que hubo internos de los geriatricos, enfermos de Covid-19, que fallecieron por no ser trasladados a un hospital. Cree que posiblemente por la saturación del sistema sanitario «los hospitales no fueron capaces de dar respuesta», con lo que «hubo residentes que acabaron falleciendo en la residencia por no haber podido recibir esa atención».

Y en un informe de finales del pasado mes de abril, elaborado por la profesora de Psicología Social y doctora Sacramento Pinazo, afirmaba que durante la crisis «ha habido protocolos de triaje y se ha incluido la edad para la no realización de determinados procedimientos terapéuticos». El estudio de Pinazo, presidenta de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, se redactó para la Universitat de València y el Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local.

Pinazo incidió en la discriminación. «El estado de cuarentena en el que nos encontramos desde el 14 marzo condiciona la elaboración de protocolos de triaje para facilitar la toma de decisiones clínicas en un marco de recursos insuficientes. Y se incluye la edad para la (no) realización de determinados procedimientos terapéuticos», indicó en el informe.

ABANDONADAS A SU SUERTE: G... by Yanka

ABANDONADAS A SU SUERTE LA DESPROTECCIÓN Y DISCRIMINACIÓN DE LAS PERSONAS MAYORES EN RESIDENCIAS DURANTE LA PANDEMIA COVID-19 EN ESPAÑA

***
ES URGENTE ACTUAR PARA QUE NO VUELVA A HABER MUERTES EN RESIDENCIAS DE MAYORES. ¡NECESITAMOS TU APOYO!



Bioética en tiempos del COVID-19


domingo, 29 de mayo de 2022

LA BATALLA POR EL CONTROL DE TU MENTE, DE NUESTRA MENTE 😵 LA DEMOCRACIA DESAPARECERÁ



George Orwell escribió la famosa frase: «Si quieres una imagen del futuro, imagina una bota pisoteando un rostro humano para siempre». Las nuevas formas de represión no serán menos reales por ser más virtuales que físicas, incluyendo el uso lenguaje y el fin del pensamiento crítico.

En su clásica novela distópica 1984, George Orwell escribió la famosa frase: «Si quieres una imagen del futuro, imagina una bota pisoteando un rostro humano para siempre». Esta impactante imagen sirvió como un poderoso símbolo del totalitarismo en el siglo XX. Pero, como observó recientemente Caylan Ford, con la llegada de los pasaportes sanitarios digitales en el estado de seguridad biomédica emergente, el nuevo símbolo de la represión totalitaria «no es una bota, sino un algoritmo en la nube: sin emoción, impermeable a las llamadas, formando silenciosamente la biomasa».

Las nuevas formas de represión no serán menos reales por ser más virtuales que físicas.

Estos nuevos mecanismos de vigilancia y control digitales no serán menos opresivos porque sean virtuales y no físicos. Las aplicaciones de rastreo de contactos, por ejemplo, han proliferado, con al menos 120 aplicaciones diferentes utilizadas en 71 estados diferentes, y se han utilizado otras 60 medidas digitales de rastreo en 38 países. En la actualidad no hay pruebas de que las aplicaciones de rastreo de contactos u otros métodos de vigilancia digital hayan contribuido a frenar la propagación del covid; pero, al igual que ocurre con muchas de nuestras políticas contra la pandemia, esto no parece haber impedido su uso.
Otras tecnologías de punta han sido desplegadas en el marco de lo que un escritor ha llamado, haciendo un guiño a Orwell, «el reflejo del pisotón», para describir la propensión de los gobiernos a abusar de los poderes de emergencia. Veintidós países han utilizado drones de vigilancia para rastrear a los infractores de las reglas del covid, otros han desplegado tecnologías de reconocimiento facial, veintiocho países han recurrido a la censura de Internet, y trece países han recurrido a los cortes de Internet para controlar la población durante el covid. En total, treinta y dos países utilizaron el ejército o dispositivos militares para hacer cumplir las normas, con el resultado de pérdidas de vidas humanas. En Angola, por ejemplo, la policía disparó y mató a varios ciudadanos mientras aplicaba un confinamiento. España no es diferente.

Orwell ha explorado el poder del lenguaje para moldear nuestro pensamiento, incluido el poder de un lenguaje descuidado o degradado para distorsionar el pensamiento. Expresó estas preocupaciones no sólo en sus novelas "Rebelión en la granja" y "1984", sino también en su ensayo clásico, «La política y la lengua inglesa», donde argumenta que «si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento».
El régimen totalitario descrito en 1984 exige a los ciudadanos que se comuniquen en neolengua, una lengua cuidadosamente controlada con una gramática simplificada y un vocabulario restringido diseñado para limitar la capacidad del individuo de pensar o expresar conceptos subversivos como la identidad personal, la autoexpresión y el libre albedrío. Con esta bastardización del lenguaje, los pensamientos completos son reducidos a términos simples que sólo transmiten un significado simplista.
La neolengua elimina la posibilidad de matizar, haciendo imposible la consideración y la comunicación de los matices de significado. El Partido también pretende, con palabras cortas de neolengua, hacer que el discurso sea físicamente automático y, por tanto, que sea en gran medida inconsciente, lo que disminuye aún más la posibilidad de un pensamiento verdaderamente crítico.

En la novela, el personaje Syme habla de su trabajo de redacción en la última edición del diccionario Novlanguage:

“Para 2050 – antes, probablemente – todo conocimiento real del Oldspeak [inglés estándar] habrá desaparecido. Toda la literatura del pasado habrá sido destruida. Chaucer, Shakespeare, Milton, Byron… existirán solo en versiones de neolengua, no sólo transformadas en algo diferente, sino realmente contradictorias a las que fueron. Incluso la literatura del partido cambiará. Incluso los eslóganes cambiarán. ¿Cómo se puede tener un eslogan como «La libertad es esclavitud» cuando el concepto de libertad ha sido abolido? Todo el clima de pensamiento será diferente. De hecho, no habrá pensamiento tal y como lo entendemos hoy. La ortodoxia significa no pensar, no necesitar pensar. La ortodoxia es la inconsciencia».
Varios términos de denigración han sido desplegados repetidamente durante la pandemia, frases cuya única función era impedir cualquier posibilidad de pensamiento crítico. Entre ellos, los términos » negacionista del virus», «antivacunas» y «teórico de la conspiración». Algunos comentaristas tergiversarán sin duda este libro, y en particular este capítulo, utilizando estos y otros términos similares, atajos predefinidos que ahorran a los críticos la molestia de leer el libro o de examinar críticamente mis pruebas o argumentos.

Un breve comentario sobre cada uno de estos términos puede ser útil para ilustrar su funcionamiento

El primer término, «negacionista del virus», necesita poca atención. Los que lanzan esta acusación a cualquiera que critique nuestra respuesta a la pandemia están equiparando imprudentemente el covid con el Holocausto, lo que sugiere que el antisemitismo continúa infectando el discurso tanto de la derecha como de la izquierda. No es necesario insistir en esta frase.
El epíteto «antivacunas», desplegado para caracterizar a cualquiera que plantee preguntas sobre la campaña de vacunación masiva o la seguridad y eficacia de las vacunas covid, funciona igualmente como un freno a la conversación más que como una etiqueta descriptiva precisa. Cuando la gente me pregunta si soy antivacunas porque cuestiono los mandatos de las vacunas, sólo puedo responder que la pregunta tiene tanto sentido para mí como la pregunta «Dr. Kheriaty, ¿es usted «pro-medicación» o «anti-medicación»?» La respuesta es obviamente contingente y matizada: ¿qué medicamento, para qué paciente o población de pacientes, en qué circunstancias y para qué indicaciones? Está claro que no hay ningún medicamento, o vacuna, que sea siempre bueno para todos, en todas las circunstancias y todo el tiempo.
En lo que respecta al término «conspiración», Agamben señala que su uso indiscriminado «demuestra una ignorancia histórica sorprendente». Cualquiera que esté familiarizado con la historia sabe que las historias que cuentan los historiadores trazan y reconstruyen las acciones de individuos, grupos y facciones que trabajan hacia un objetivo común para lograr sus objetivos utilizando todos los medio disponibles. Cita tres ejemplos de los miles que hay en la historia.

En el año 415 a.C., Alcibíades utilizó su influencia y su dinero para convencer a los atenienses a que embarcaran en una expedición a Sicilia, una empresa que resultó desastrosa y marcó el fin de la supremacía ateniense. En represalia, los enemigos de Alcibíades contrataron falsos testigos y conspiraron contra él para condenarlo a muerte. En 1799, Napoleón Bonaparte violó su juramento de fidelidad a la Constitución de la República, derrocó al Directorio en un golpe de Estado, asumió todo el poder y puso fin a la Revolución. Unos días antes, se había reunido con sus co-conspiradores para afinar su estrategia contra la oposición prevista del Conseil des Cinq-Cents.

Más cercano a nuestros días, menciona la marcha sobre Roma de 25.000 fascistas italianos en octubre de 1922. Hasta el día de hoy, Mussolini preparó la marcha con tres colaboradores, estableció contactos con el primer ministro y con poderosas figuras del mundo de los negocios (algunos incluso afirman que Mussolini se reunió en secreto con el rey para explorar posibles lealtades). Los fascistas repitieron su ocupación de Roma con una ocupación militar de Ancona dos meses antes.
Otros innumerables ejemplos, desde el asesinato de Julio César hasta la revolución bolchevique, pueden ser citados por cualquier estudiante de historia. En todos estos casos, los individuos se reúnen en grupos o partidos para elaborar estrategias y tácticas, anticiparse a los obstáculos y luego actuar con decisión para lograr sus objetivos. Agamben reconoce que esto no significa que siempre sea necesario recurrir a las «conspiraciones» para explicar los acontecimientos históricos. «Pero cualquiera que califique a un histórico que trató de reconstruir en detalle las tramas que desencadenaron tales eventos como un ‘teórico de la conspiración’ definitivamente estaría demostrando su propia ignorancia, si no idiotez».

Cualquiera que mencionara «El Gran Reinicio» en 2019 era acusado de adherirse a una teoría de la conspiración -al menos hasta que el fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, publicó un libro en 2020 exponiendo la agenda del FEM con el útil título, Covid-19: El Gran Reinicio. Tras las nuevas revelaciones sobre la hipótesis de la filtración en el laboratorio (o el óxido de grafeno en las vacunas en conjuncion con las antenas de telefonía), la financiación por parte de Estados Unidos de la investigación sobre la ganancia de función en el Instituto de Virología de Wuhan, la supresión deliberada de los problemas de seguridad de las vacunas y la censura coordinada de los medios de comunicación y las campañas de desprestigio del gobierno contra las voces disidentes, parece que la única diferencia entre una teoría de la conspiración y una noticia creíble fue de unos seis meses.
Reproducido de la  Substack  del autor
Verdad y Paciencia

LA REALIDAD DE LA HUMANIDAD EN 3 MINUTOS

¡LIBERTAD!

EL FIN DEL SER HUMANO ESTÁ CERCA: NUEVA (SUB)NORMALIDAD
AGENDA 2023 - 2030

TRANSHUMANISMO CONTROL DICTADURA ALIENACIÓN 
 GLOBALISMO GENOCIDIO HUMANICIDIO


ENFRIAMIENTO DEL ESPÍRITU HUMANO

Nos preparan una realidad que será un infierno. Lo dice también Barak Obama. Con la luz azul activarán neuronas que en ratones, los hacen comer por el tiempo que ellos quieran, o ponerse violentos. Poner pensamientos. Como si fuera una frase que se repite ininterrumpida mente.
Ya hay videos de lugares públicos que en lugar de las clásicas luces blancas las tienen azules. La noche será como un estado de sitio para nosotros.
Si están haciendo de todo para que escaseen los alimentos y si sumaran escasez más activar el comer, están creando canibalismo.
Masas violentas de repente sin causa y sin control más que el de ellos.
Tendremos que tener rifles para dispararles a las luces.
O bien empezar a practicar con una onda o gomera como el rey David.


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👉👥 LIBRO "EL DOMINIO MENTAL": 
LA GEOPOLÍTICA DE LA MENTE POR PEDRO BAÑOS BAJO