EL Rincón de Yanka: diciembre 2020

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jueves, 31 de diciembre de 2020

LIBRO "ENTREVISTA" DE JESÚS QUINTERO, MEMORIAS DEL LOCO 😵

JESÚS QUINTERO

Autorretrato Sevilla (abril de 2007)

Durante más de veinticinco años he recorrido —apoyado en una cámara o un micrófono— un largo y fascinante camino pleno de encuentros, emociones, experiencias, lecciones de vida, enseñanzas... 

He predicado la paz y el amor desde una colina. Me he convertido en Perro Verde para conocer de cerca la marginación y la rareza, me he metido en la Boca del Lobo para investigar la condición humana. Le he aullado cada noche a la Luna bajo la piel de un lobo estepario. He pasado una temporada en el infierno escuchando a los condenados en las cárceles españolas y americanas, ciento cuarenta presos en cuarenta cárceles. He recorrido España en una roulotte extravagante y vagamunda llena de sartenes y libros de viaje. Empecé con un Nagra en la radio y terminé grabando en un Betacam digital. Para mí la comunicación no es un oficio, sino un destino; no es un medio de vida, sino un estilo de vida, una manera de vivir: un compromiso. No hay contradicción entre lo que digo en público y lo que digo en privado. No estoy aquí para vender productos ni para hacer programas al dictado de nadie, ni al gusto de la época, mucho menos en un tiempo que ha perdido el gusto, la sensibilidad y hasta la vergüenza. No estoy aquí para ganar dinero a cualquier precio a costa de rebajar el listón de la calidad y de hablar en necio al vulgo. Amo la comunicación y por eso me duele verla en manos de gente sin escrúpulos, gente que se ha rendido al mercado, a la publicidad, a la dictadura de las audiencias. Cada día me da más miedo formar parte de ese mundo que ha sido y es mi mundo y que cada vez siento más extraño. 

Hablarle a un micrófono es hablar al viento. Pero al final, como enunció Mallarmé, todo termina en un libro. 

Aunque siempre tuve claro que lo mío era ser entrevistador y no entrevistado, quiero arrancar este libro entrevistándome a mí mismo con la ayuda de Proust, del primer cuestionario de la historia contestado por el propio escritor francés. 

¿Quién dicen los hombres que eres tú? 
Mi padre se llamaba José; mi madre, María. Parecía inevitable que me bautizaran con el nombre de Jesús. No éramos la Sagrada Familia, ni mucho menos, pero sí recuerdo momentos de inocencia en los que llegué a sentirme un «niño-Dios» correteando libre y feliz por los campos buscando nidos, jugando en las calles, viendo parir a las yeguas, morir a los viejos, observando la vida y la muerte, su eterna lucha, con mis curiosos y asustados ojos. Crecí a la intemperie. Luego llegó el diablo. 

Rasgo principal de tu carácter. 
La curiosidad y la necesidad de aventura. Me hubiera gustado estar en la búsqueda de El Dorado, en el asesinato de César, en el proceso a Cristo y en el juicio a Sacco y Vancetti. 

Tu primer recuerdo de la infancia. 
Tenía 8 años cuando la gente me miraba con pena en el entierro de mi abuelo, camino del cementerio; es terrible que en ese momento por primera vez me sintiera protagonista. Recuerdo como si fuera hoy cuando mi padre y yo cogíamos cada día el tren a Huelva desde San Juan, él para ir a trabajar, yo para estudiar. Durante el trayecto le gustaba preguntar a los compañeros de viaje quién es usted, adónde va, ante mi avergonzado silencio de adolescente. Quién me iba a decir que yo me iba a pasar la vida preguntando a la gente, quién es, de dónde viene y adónde va. La curiosidad de mi padre me llevó al periodismo, a la entrevista. Después hice más de cinco mil entrevistas. 

¿Cuál es tu mayor defecto? 
Estar como un arco tenso hacia un horizonte que está siempre más lejos. El perfeccionismo.

¿Qué talento te hubiera gustado tener? 
Puestos a soñar me hubiera gustado tener la malicia de Maquiavelo, la inspiración de Whitman, la capacidad de seducción de Casanova y la voz de Welles. Puestos a desear, me hubiera gustado tener la serenidad de Buda y la bondad de Francisco de Asís. 

¿Qué persona te gustaría ser si pudieras reencarnarte? 
Yo mismo un poco mejor. 

¿Qué te preguntas? 
¿Por qué no me retiro a meditar y contestar todas las grandes preguntas que les he hecho a los demás? ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Qué hago yo por los demás? Si se me han apagado los motores de la vanidad y de la ambición, ¿por qué sigo ante un micrófono? 

¿Rezas por tener éxito? 
No busco el éxito si el éxito significa estar en desacuerdo con uno mismo; siempre he tenido la idea de que la calidad y la popularidad no están reñidas, y de que la calidad puede ser popular; siempre he creído que la gente tiene mejor gusto de lo que piensan los directivos de las televisiones. El éxito que importa es tener la conciencia de haber creado verdad y belleza, de haber sido útil, de haber llevado un poco de luz a alguien que la necesitaba y de no haber comerciado con el hombre, con su dolor y sus miserias, el éxito que nos permite mirarnos sin vergüenza a los ojos y al espejo; para mí siempre será mas importante hablar para diez personas interesadas y atentas que para millones de gente distraída, sin sensibilidad y sin criterio no creo en la multitud, la multitud es mentira, y quizá por eso la multitud está con la mentira, con el ruido, con el camelo. 

¿Qué consideras como tu mayor éxito en la vida? 
Haber creado un estilo, sentirme escuchado, saber que tengo amigos que nunca veré. 

¿De qué te arrepientes o tienes remordimientos? 
De algunas cosas que no hice o que hice tarde; y no haber acudido aquella tarde a la cita, donde me esperaba la que siempre vuelve a mis sueños.

¿Eres un desastre...? En la venganza. No es que perdone, es que olvido las ofensas. 

¿Odias por encima de cualquier cosa...? 
La maldad, sobre todo si es mediocre. 

¿Cuál es la mayor bajeza? 
Abusar del poder, de la fuerza, de la riqueza para herir o humillar a los otros. 

¿Cuál consideras la virtud más sobrevalorada? 
La fama. La fama aburre, la gloria pesa, el poder corrompe, el dinero esclaviza y perturba, el amor se muere, la pasión se acaba, los sueños, si algún día se alcanzan, decepcionan. La historia de una vida, cualquiera que sea, es la historia de un fracaso. 

¿Tienes alguna pasión? 
La noche, la radio, los desobedientes y las miradas de Lola y Andrea. La historia del mundo es la historia de una pasión. 

¿Y alguna fobia? 
Los políticos en campaña. 

¿Tu ocupación favorita? 
Crear, tejer sueños, contemplar y viajar. Me fascina Grecia. Como dijo Borges, mis contemporáneos son los griegos. 

¿Tu mayor temor es? 
El puto aerolito, que suba la temperatura en agosto en Sevilla por el efecto invernadero y que no dejen un rascacielos de pie. Y el insomnio. 

¿Cómo te gustaría morir? 
Pensando en otras cosas. 

¿Cuál es tu mayor extravagancia? 
Pensar que un periodista está aquí para contar la verdad. 

¿Qué palabra o frase usas con mayor frecuencia? 
No, y no las veces que debiera. Lo dijo Camus, el hombre rebelde es el que dice no. 

Un olor que recuerdes. 
La colonia de las chicas del barrio de La Perdición, el incienso de la iglesia en las fiestas, las flores a María, el olor dorado del pan y Andalucía cuando irrumpe la primavera 

¿El color que prefieres? 
El mar turquesa de los atardeceres. El rojo y negro de los anarquistas. 

¿Tu flor favorita? 
La violeta, símbolo del amor furtivo. 

¿Admiras algún hecho histórico? 
Muchos, pero creo que lo que más ha marcado la historia del mundo ha sido el nacimiento de Jesús, el otro. También la marcó aquel barbudo que nació en Tréveris. 

El personaje que más desprecias. 
Soy poco dado al desprecio, aunque reconozco que hay personajes despreciables, como Hitler. Pero quizá son juguetes del destino y tienen que existir, como tuvieron que existir Judas y Pilatos para que fuera posible lo que estaba escrito y fuera posible la Semana Santa de Sevilla. 

¿Bajo qué bandera batallarías? 
La del arco iris. El arco iris que simboliza la paz universal, el arco iris que utilizaron los hippies en la década de 1970, el arco iris del movimiento racial, de los ecologistas de Greenpeace y el de la comunidad gay. Si no recuerdo mal, cada color tiene un significado: el rojo representa la vida; el anaranjado, la salud; el amarillo, el sol; el verde, la naturaleza; el azul, el arte, y el lila, el espíritu. 

¿Dónde te gustaría vivir? 
Para mí el paraíso está donde está mi amor. 

¿Cuál es tu viaje favorito? 
El viaje al centro de mí mismo. 

Pequeños placeres. 
Gran placer, la Odisea; pequeño placer, el borriquito de mi pueblo. Un vino. El Oporto me lleva a la melancolía. 

Un momento del día. 
Entre dos luces. 

Una película. 
Ciudadano Kane, de Orson Welles. 

Elige un lugar en el mundo fascinante 
Es una idea deprimente atarse a un solo lugar. He vivido en Madrid, París, Buenos Aires, Nueva York, Montevideo, en una roulotte. Nunca he sido sedentario. He vivido en hoteles de cinco estrellas y en pensiones con pulgas. Pero si me obligaran a elegir diría Cádiz, la bahía con más sal y talento del mundo, liberal, bohemia, divertida, donde vivieron Lord Byron, Trotsky, y donde se estrenaron Las siete palabras, donde nació la libertad española, de donde salían los perseguidos, los navegantes, los soñadores. 

¿Es sincero? 
Sí. Ante un micrófono o una cámara me sale una sinceridad casi salvaje. Si no se transmite verdad, no se llega a nadie. La cámara y el micrófono son dos detectores que denuncian a quien no siente lo que expresan. 

¿Qué es para ti el tiempo? 
El bien más escaso. 

¿Cuál es la palabra más hermosa del diccionario? 
Gracias. 

¿La más peligrosa? 
Amor. 

¿Soportas mejor a un hombre malvado que a un hombre vulgar? 
Como dice el Libro Sagrado, las hojas de los árboles se entristecen cuando pasa ante ellos un hombre malvado. También se entristecen cuando pasan los envidiosos. 

¿Por qué utilizas tanto el silencio en tus entrevistas? 
En el silencio todos somos inocentes, de la misma manera que en el ruido todos somos víctimas. El silencio es la única respuesta cuando alguien te deja sin palabras. Ninguna civilización valoró tanto el silencio como la árabe y en mi tierra estuvieron más de setecientos años. El día en que nos callemos todos volverá el paraíso. La traición es un grito; la entrega, un silencio. 

¿El peor momento con un entrevistado? 
En un reportaje de calle empecé a hacer preguntas a un marinero y a la cuarta pregunta descubrí que era mudo. Recuerdo que estaba transmitiendo en directo. 

¿Cuál es el secreto para que le cuenten lo que no cuentan a los demás? 
Los brujos no cuentan sus fórmulas, unas veces puedo elegir el drama y otras la comedia. 

¿Por qué a veces no eres más agresivo? 
No me gusta convertir el micrófono en picana, no me gusta la tensión del interrogatorio policial. Me gusta conducir al otro, gentilmente, hacia lo que el otro es. 

¿Eres complaciente con los políticos? ¿Qué idea tienes de ellos? 
Desde que me siento con un político estoy pensando qué me va a ocultar, y a veces se lo pregunto. La política se ha convertido en una rama más de la sociedad del espectáculo. Los políticos tienen que interpretar, sobreactuar; mienten, ocultan, no cuentan lo que no quieren contar, manejan el lenguaje, utilizan los eufemismos y las falsas promesas. Hay que ser con ellos más detective que periodista si quieres sacarles alguna verdad. Hay que temerles; Bertrand Russell dijo: «No te preocupes; lo que suceda en el mundo no depende de ti, depende del señor Kruschev, del señor Mao Zedong, del señor Foster: si ellos dicen morir, moriremos; si dicen vivir, viviremos». 

¿Qué es el off the record? 
Una propuesta de complicidad. Un buen periodista sabe que no hay nada oculto que no deba ser publicado. 

La televisión ¿refleja la realidad o es un entretenimiento? 
Hemos pasado del Homo sapiens al hombre que se divierte. Incluso la guerra es una realidad virtual. Hoy ser es ser visto, lo que no aparece en televisión no existe, ni un hombre ni un producto. «La televisión que pretende ser un instrumento que refleja la realidad acaba convirtiéndose en instrumento que crea una realidad», según escribe Pierre Bourdieu. 

¿Qué quieres que sea una entrevista? 
Un encuentro apasionado, espectáculo para pensar, una teatralización de la realidad, aunque hacer pensar hoy puede ser una agresión. 

¿Se siente libre ante un micrófono, ante una cámara? 
La libertad no existe en absoluto, no ha existido nunca y no puede existir, aunque, como dice Oriana Fallaci, hay que comportarse como si existiera y buscarla, cueste lo que cueste. Acabo de vivir una vez más esa amarga experiencia. 

¿Hablas antes de empezar con tus invitados? 
Los evito. Me gustan las charlas espontáneas. 

¿Recuerdas algunas de las preguntas más terribles que hayas hecho? 
Por ejemplo, ¿matar es fácil?, ¿a qué sabe la carne humana? ¿La respuesta pavorosa? La de un loco de Sevilla al que pregunté cuándo había perdido la cabeza y me contestó: «Un día que me metí en mi cuarto, me senté en una silla y me dije: de aquí no salgo hasta que no me entere de quién soy». 

¿Recuerdas momentos dramáticos en la Colina? 
Una joven oyente que tomó un tubo de pastillas, se echó en la cama, estaba la radio puesta en el momento en que el Loco estaba haciendo un canto a la vida, avisó a la madre, la llevaron al hospital y se salvó. Después su madre mandó a la mía un pañuelo bordado. 

¿Qué te hubiera gustado preguntar a Jack el Destripador? 
¿Te gusta ir por partes? 

¿En qué escenario, en qué clima has entrevistado a tus personajes? 
En la penumbra de un locutorio de radio, en celdas de la cárcel, en platós con la escenografía de Wolfgang Burman y las luces de Escamilla... 

¿Qué es hoy una entrevista? 
La entrevista se ha convertido en un ingrediente imprescindible del periodismo. En algunas culturas primitivas creen que hacer una fotografía a alguien es robarle el alma, otros opinan que las entrevistas hieren a alguna gente que siente que pierde una parte de sí misma. Como dijo Saul Bellow: «Las entrevistas son, eran, como marcas de huellas dactilares en la garganta». La entrevista, tal como se entiende ahora mismo, es la fusión de farsantes y oportunistas políticos con periodistas embaucadores. Primero fue el discurso y luego llegaron los escribas y amanuenses para dinamizar las palabras del político 

¿Quiénes son los maestros del género? 
Para mí, los sofistas en el ágora, los fariseos que provocaban a Jesucristo. ¿Cuántas entrevistas has hecho a lo largo de tu vida? Más de cinco mil y en muchas me han pasado cosas extraordinarias y he escuchado respuestas terribles. De las cinco mil entrevistas grabadas he tenido que elegir veinticuatro para este libro. Me pregunto qué es un entrevistador: ¿un psicoanalista, un confesor, un periodista, un detective, un sofista? Ustedes mismos lo comprobarán.

VER+:

Memorias del loco - Capítulo 5 "En el nido del cuco"

Jesús con el Dr. Cabrera sobre el miedo

13 Noches - Jesus Quintero (7) by PEDROARTES


Cuerda de Presos - Jesus Qu... by Eruaro Guerra Carvajal


miércoles, 30 de diciembre de 2020

TRILOGÍA DE RELATOS DE PLOMO: HISTORIA Y MEMORIA DEL TERRORISMO EN NAVARRA 👿💀💣


Relatos de plomo. 
Historia del terrorismo en Navarra

Javier Marrodán, autor de Relatos de plomo (La página en internet sobre el proyecto se ha eliminado sin aviso alguno del Gobierno, que ahora homenajea e invita a familiares de etarras y asesinos. Al mismo tiempo que el Gobierno de Navarra organizaba un acto para equiparar a la policía con una banda terrorista y distinguía con su reconocimiento a líderes terroristas e invitaba al acto a familiares de miembros de ETA, el Ejecutivo de Uxue Barkos ordenaba desactivar la página web relatosdeplomo.es, donde se recogía con detalle el terror de la banda vasca durante 40 años en Navarra), creación de los tres tomos que reconstruyen la historia del terrorismo en la Comunidad foral mediante crónicas de los atentados de ETA y entrevistas a familiares de las víctimas y afectados.

Memoria viva

Tras el alto al fuego de ETA en el año 2011, el periodista y profesor de la Universidad de Navarra recibió el encargo por parte del gobierno de Navarra de crear “un producto divulgativo” para que “dentro de un tiempo cualquier persona que quiera asomarse al terrorismo tenga un lugar donde esté contado de manera rigurosa”.

“Los terroristas han cosificado a sus víctimas, se blindan sentimentalmente”

El equipo estuvo 18 meses sumidos en el trabajo periodístico. Recorrieron España para localizar a las familias de los asesinados, con “gente que nunca había hablado o que nadie se había interesado por su historia”, lo que en palabras de Marrodán fue “la aportación más novedosa del proyecto”. Además manejaron la hemeroteca, los documentos policiales y judiciales.

“Hemos conseguido hacer un recorrido bastante exhaustivo por la historia del terrorismo en Navarra”

Dice Marrodán que “la responsabilidad pasa en el dejar constancia para la historia” y que “es muy importante contar bien ya que el entorno de ETA quiere imponer su versión de lo ocurrido”.

Las entrevistas y “el efecto moralizante de los relatos”

En los tres volúmenes de Relatos de Plomo se pueden leer unas 60 entrevistas, que han permitido que la noción que tenía Marrodán sobre el terrorismo haya cambiado. “Los propios autores comentábamos que la idea que teníamos del terrorismo era superficial o el escaparate pero cuando te haces cargo de verdad es cuando vas sumando todas esas historias individuales que descubres tras cada encuentro”, dice el periodista.

“Las víctimas se han tomado las entrevistas como un deber de justicia con sus familiares”

Del trabajo periodístico se han podido sacar tres conclusiones. La primera, comenta Marrodán, es que a nivel narrativo “siempre es mejor contar una historia con nombres y apellidos que hacer un relato abstracto”; luego alude al factor histórico por la importancia que tienen las víctimas por ser “testigos muy cualificados”; y finalmente habla de la cuestión moral por “el efecto moralizante de los relatos” y explica que para que “un simpatizante de ETA se plantee que lo que estaba haciendo no era bueno, resulta eficaz que conozca la historia de alguien que el juicio moral de un experto”.

El poder de la crónica escrita

“¿Cómo consigues formalizar el pacto con el lector?”, se pregunta el periodista. Pues con muchos detalles que ayudan a situarse y le dan un sentido de profundidad a lo escrito. El objetivo del trabajo, dice Marrodán, era que cualquier lector tuviera claro desde el principio que el relato iba a ser riguroso.

Marrodán asegura que “el libro se hace sobre todo pensando en quienes lo van a leer ahora o dentro de 50 años”. La reacción más repetida de quienes han ido leyendo es de gente de Pamplona que se pregunta dónde estaba mientras ocurrían todos esos atentados a su alrededor y esa, según el navarro, es una pregunta muy buena “porque eso ha sido una de las razones por las que el terrorismo ha perdurado tanto tiempo. Entonces aunque sea con sentido retroactivo está bien que hagamos esa especie de auto crítica personal y colectiva”.

VER+:

Los años de plomo (el terrorismo de ETA)

RELATOS DE PLOMO -DOCUMENTAL-
11 víctimas de ETA sobre las consecuencias del terrorismo en Navarra

11 víctimas de ETA en Navarra protagonizan la primera película que aborda las consecuencias humanas y sociales que ha producido el terrorismo en la Comunidad en los últimos 50 años. El documental Relatos de Plomo, producido por Navarra Televisión, está basado en el trabajo de tres libros del mismo nombre editados por el Gobierno de Navarra y coordinado por el periodista pamplonés Javier Marrodán. En este trabajo, que ha contado con la colaboración del Ministerio de Interior, se recoge el relato de los más de 400 atentados de ETA en la Comunidad autonómica, que han causado 42 muertos y cientos de heridos. 
En el documental Relatos de Plomo se podrá escuchar el testimonio de Mari Carmen Belascoain, madre de Alfredo Aguirre, niño asesinado en Pamplona en 1985; Miguel Ángel Ruiz de Langarica, concejal de Pamplona que sufrió un intento de asesinato en el año 2000; María José Rama, viuda del guardia civil Juan Carlos Beiro, asesinado en Leitza en 2002; Lina Navarro, viuda del policía nacional Francisco Berlanga, asesinado en Pamplona en 1979; Carmen Imaz, hija del policía nacional Joaquín Imaz, asesinado en Pamplona en 1977; José Ignacio Ulayar, hijo de Salvador Ulayar, alcalde de Etxarri Aranaz, asesinado en 1979; Olvido Mañas, madre de José Luis Hervás, guardia civil asesinado en Lumbier en 1990; José Aguilar, guardia civil herido en un atentado en Alsasua en 1988; Íñigo Pascual, hijo del ingeniero Ángel Pascual, asesinado en 1982; María Caballero, hija de Tomás Caballero, concejal de Pamplona asesinado en 1998; Montse Lezáun, madre del guardia civil Diego Salvá Lezaun, asesinado en 2009.

Heridos y Olvidados. Los Su... by Yanka

martes, 29 de diciembre de 2020

MANIFIESTO DE "PSICÓLOGOS POR LA VERDAD" ANTE LAS MEDIDAS PATOLOGIZADORAS QUE ESTÁN TRASTORNANDO A LA POBLACIÓN 😷😯😱😲😵

Manifiesto 
ante las medidas que están 
trastornando a la población

COMUNICADO POR LA VERDAD 
ANTE LAS NUEVAS MEDIDAS DE CONFINAMIENTO.

Ante las recientes medidas en distintas comunidades españolas para volver a confinar a la población, se hace necesario realizar un análisis del impacto que tienen sumadas a otras anteriores. Éstas suponen la confirmación de la clara intención de seguir por la senda errónea por parte de las Administraciones Publicas en España, fundamentadas en argumentos no científicos..

En Marzo de este año se declaró el Estado de alarma mediante un Real Decreto centrado en recomendaciones de la OMS, sin tener en cuenta los criterios médicos de carácter científico. Las recientes decisiones de la Comunidad autónoma de Madrid, confinando a 830.000 habitantes, nos hace reaccionar para dejar clara nuestra protesta, al tiempo que hacemos público este comunicado.

Haciendo historia y un análisis esclarecedor, todo apunta a que el impacto psicoemocional que ha tenido la pandemia ha sido mucho peor de lo que los peores agoreros de los medios de comunicación anunciaban. El daño sanitario, asociado a medidas de protección tanto a nivel individual como interpersonal ha deparado desagradables consecuencias que, por supuesto, nunca nos contaron. Es más, desde el principio de esta crisis, ni la OMS, ni las autoridades sanitarias ni políticas (gobiernos incluidos) quisieron anunciar la debacle que iba a suceder en ese sentido.

Es por ello que psicólogos por la verdad declara que para entender los mecanismos que están detrás de estas estrategias oficiales:

- Se ha empleado el miedo. Siguiendo las técnicas asociadas a la sobreinformación, la sensación de falta de liderazgo o de dirección, así como la amenaza, constituyen el cóctel molotov para crear un clima social de pánico pocas veces visto en la historia reciente de la humanidad. En una sociedad cuyos miembros carecen de niveles idóneos de autoestima, fue fácil ir inoculando ese temor. En una sociedad acomodada, sin aparentes ni grandes sobresaltos, la introducción de la pandemia y el confinamiento de la noche a la mañana fue una estrategia muy bien pensada y efectiva ya que todo estímulo de extraordinaria intensidad y duración como el que nos ocupa provoca una ruptura con la zona de confort en forma de falta de sensación de seguridad y de imposibilidad de predicción.

- Las creencias que nos sostienen no ya como individuos sino además como seres sociales se derrumban y la pandemia ha tenido ese pretendido efecto. Si a ello le sumamos la manipulación con datos falsos o tergiversados que hacen que la información parezca creíble, se logra un doble efecto: por un lado, los sujetos buscan una nueva zona de confort en base a nuevos constructos sociales (ello explica por qué tantas personas siguen creyendo aún en la existencia de una pandemia y el uso de mascarillas como requisito indispensable) y, por otro, crea una barrera mental en la que todo esquema de esta naturaleza, que no se corresponda con lo preestablecido, genera un cuadro de miedo irracional. El resultado es una conducta a la defensiva, alimentada por los medios, cuyas creencias fundamentales se asientan en el miedo a la muerte.

- Y en el nombre de la supervivencia se hace cualquier cosa, de ahí el rol del confinamiento, que se interpretó como el rincón en el que el individuo se sentía a salvo, a pesar de sus negativos efectos (y no nos referiremos a los económicos, muy evidentes). Esta medida, empleada en el ámbito militar y carcelario, nunca se puso en práctica de manera tan masiva como este año, 2020. Cuando un ser humano se aísla de otro se ataca a la naturaleza social misma, a la necesidad de que tanto nuestro desarrollo cognitivo y emocional están asociados a la interrelación, el intercambio de información y, por supuesto, el afecto.

- El manejo emocional propio exige del conocimiento de los sentimientos ajenos. En la medida en que la comunicación entre los seres humanos queda rota por diversos motivos y, de darse, ha de producirse con reglas tan estrictas que la hacen muy insatisfactoria, se produce un desequilibrio psicológico en el mismo individuo pues, en la mayoría de los casos, su autoconcepto no es autónomo del social por el bajo nivel de autoestima en la población, en líneas generales. El ser humano pierde su punto de equilibrio y se vuelve claramente dependiente gracias al miedo resultante.

- La zona de confort pasa a ser una nueva prisión para la mente humana de la que escapar no se desea. Así pues, el confinamiento fue clave para erradicarla. Además los síntomas emocionales consiguientes pueden ser considerados como un mal menor o daño colateral necesario. La ansiedad, en forma inicial de insomnio desgastante y lento, las alteraciones emocionales crecientes y la carencia de objetivos personales (asociados al trabajo, porque, entre otras cosas, la pandemia tiene como fin echar abajo la economía), hizo el resto. Lo grave de este truculento y macabro plan es que el daño que se auto infringe el sujeto está relacionado directamente con el deseo de vivir en esa especie de confinamiento que les ciega y cierra para el cumplimiento de las normas.

- No hay, por ende, comunicación con las propias emociones y mucho menos con las de los demás, las cuales se ven como altamente peligrosas pues la clave reside en sentirnos seguros a cualquier precio. En dichas interacciones las reglas están tan marcadas que se convierten en obsesivas. La distancia de seguridad vendría a ser un nuevo confinamiento, pero esta vez voluntario, pues un ser humano se aleja de otro por su propio deseo; romperla supone toda una amenaza porque quien ve que la otra persona lo rompe cree que va a ser contagiado o que va a morir si se aproxima demasiado. Lo más grave de ello es que si este plan macabro dura meses y es alimentado por el gobierno, puede provocar un efecto de habituación en el sujeto, de modo que ver el peligro que conlleva a nivel interno puede considerarse un asunto baladí y sin repercusión alguna.

- Para lograr este objetivo se exige primero de sobreinformación y luego desorientación, siguiendo la técnica de aprendizaje sin líder: el primer aspecto es obvio pues si no somos capaces de procesar todo los datos que nos inoculan, muchos de ellos se colapsan ante necesidad urgente y sin tiempo para la observación objetiva; es por eso que las creencias, fruto de este proceso, resultan estar sesgadas; el segundo es necesario porque la figura del líder o la referencia sobre la que se construye la realidad de manera continua, tanto de uno mismo como del entorno, requiere de un anclaje firme y el hecho de que éste sea breve y se altere por otro de manera constante, provoca que el sujeto requiera de su existencia.

- Los efectos emocionales del confinamiento vendrían a agravar los preexistentes, destacando entre ellos el síndrome de la cabaña, consistente en el temor de contactar con otras personas y el ambiente exterior una vez que la urgencia de permanecer confinado ha desaparecido supuestamente. Dado que el pánico interiorizado ha bloqueado todo los mecanismos de seguridad, readaptarse a otra realidad supone una reacción de desconfianza. El yo interior ha quedado roto y sólo el tiempo puede ir recomponiéndolo. Del mismo modo que la zona de confort genera hábitos, el romperlos supone un trauma para no pocas personas. Es por ello que el miedo provoca conductas de sometimiento exceso a las normas del absurdo.

- La mayor parte de la comunicación humana es no verbal, es decir, basada en gestos, movimientos bucales y expresividad en la mirada, siendo estos datos los que llegan a nuestro inconsciente y hacen que el mensaje sea comprensible en un 100%; la entonación y el aspecto verbal en sí suponen una pequeña parte del conjunto. El uso de la mascarilla elimina ese importantísimo aspecto de manera tan tajante que las relaciones humanas se vuelven frías y robóticas si se guarda la distancia de seguridad reglamentaria. El contacto con nuestras emociones es básico para el autoconocimiento y el de los demás (saber cómo nos sentimos en todo momento, por qué y cómo resolverlo es esencial para tener un equilibrio psicológico interno que redunde en el externo o marco de interrelación con otras personas).

- El efecto lógico es la despersonalización y la conversión del sujeto en altamente manipulable ya que uno de los objetivos es que los ciudadanos no se expresen por sí mismos, pero sí a través de las normas socialmente admitidas.

- La mascarilla constituye entonces una forma de control sobre la sociedad y los miembros que la conforman, como una orden de sometimiento obligatoria, ajustada a la moral de todo el conjunto. Este fenómeno no es ajeno a otro: el concepto de uno mismo está relacionado con el sujeto como miembro de su colectivo, el problema surge cuando éste asume todo el protagonismo y el sujeto, totalmente despersonalizado, es incapaz de pensar por sí mismo y no acepta crítica alguna, como ejemplo del grupo en el autoconcepto resultante. Nos encontramos con el espécimen perfecto para los fines de manipulación por parte de los medios de comunicación y gobiernos.

- Se dan auténticas pandemias de paranoias colectivas. Uno de los temores más delirantes y comunes en las sociedades sometidas es el miedo a la muerte por un virus altamente infeccioso. El sujeto desarrolla un síndrome similar al delirio persecutorio, pero esta vez es el peligro de la no existencia lo que le atormenta. Dado lo exagerado y desmedido que es, se puede decir que roza el aspecto psicopatológico en personas que parecen sanas. Todo ello se conecta con rituales exagerados al lavado de manos y normas de comportamiento que provocan un Trastorno Obsesivo Compulsivo en gran parte de la población.

- En no pocos casos, tras este terror se esconde un cuadro depresivo ante la grave insatisfacción que presenta el sujeto por no poder sentirse bien; la carencia de medios para equilibrar las emociones, anterior a la pandemia en la mayoría de los casos, hace que los sujetos sean altamente dependientes de aspectos externos tales como el trabajo, los ingresos o la estabilidad de ciertas relaciones sociales. La depresión se convierte en un pilar en consciente e inconsciente del sujeto, primero porque se aferra a la misma como única forma posible de pensar y sentir, y, segundo, porque en no pocos casos puede conducir a conductas suicidas, bien sean en forma de pensamiento o tentativa real.
El sistema nervioso se agota, del impacto de la adrenalina pasamos al del cortisol, que comienza a debilitar el sistema inmunitario, reduce los niveles de serotonina cerebral y produce cuadros que pueden llegar a ser agudos
- La situación económica es el factor detonante y causante de que tanto la ansiedad como la depresión estén siempre alimentadas. La crisis ocasionada por el impacto de la pandemia produce un problema añadido, pues el día a día se ve entorpecido y la sensación de impotencia, asociada a la patología por aislamiento social hace que estos cuadros se agraven.

- La antropofobia, como consecuencia añadida de los medios de comunicación, provoca conductas y actitudes claramente antisociales porque el sujeto sólo se siente seguro cuando un ser humano no conocido no se le aproxima ni establece contacto con él. Con la excusa del posible contagio por covid, el mero hecho de contextualizar con otro ser humano no es algo incómodo, sino que puede resultar peligroso incluso recibir visitas o encontrarse con seres queridos.

El efecto de la pandemia es la ruptura, no sólo entre los individuos, sino a niveles más preocupantes. El sistema social, que necesita del juego interactivo entre las personas que generan las reglas y las adaptan a sus necesidades, se vuelve hierático y deja de ser útil para el mismo individuo que se somete sin apenas resistencia. Todo ello incrementa los problemas psicoemocionales antes anotados y hace que esta estrategia sea el cóctel molotov perfecto para la autodestrucción de individuo y de su modelo social, con todas las consecuencias que acarrea.

Por lo tanto, denunciamos enérgicamente las medidas tomadas en este sentido porque:

a) Suponen una violación de los derechos fundamentales, establecidos tanto en la Constitución de 1978 como en el Estatuto autonómico correspondiente.
b) Constituyen la continuación de la acción manipuladora que se inició con el Decreto del Estado de Emergencia del mes de marzo.
c) Profundiza aún más la crisis social y humanitaria de la población, injustificadamente controlada hasta su colapso.
d) Permite que las Fuerzas de Seguridad del estado desarrollen su labor de manera claramente inconstitucional y limitando los derechos de sus ciudadanos de forma injustificada.
e) Y, finalmente, no cumplen ni un solo requisito ético ni acogido a la evidencia científica, ni sobre el covid ni el conocimiento que los expertos más objetivos y veraces han vertido sobre lo que, según versiones de la OMS, consideran una gravísima pandemia.
22 de septiembre de 2020.
Firmado,


Enlaces recomendados:

ATENCIÓN A LO QUE DICE PSICÓLOGA Lourdes Relloso

CANCIÓN DE CARMEN PARIS
EN LA CONCENTRACIÓN DE PADRES POR LA VERDAD 
EN ZARAGOZA 14/08/2021


Qué pasó en la humanidad, 
que ya no puede sentir, 
por tener miedo a la muerte,
ha dejado de vivir. (2)

Se ocultaron las sonrisas, 
se evitaron los abrazos,
se distanciaron amigos
 y hasta los padres y hermanos.

Se acabaron las salidas,
los gritos y tradiciones,
se acabaron las parrandas,
los bailes y las canciones.

Qué pasó en la humanidad, 
que ya no puede sentir, 
por tener miedo a la muerte,
ha dejado de vivir. (2)

Se abandonan a los ancianos,
se sometió a los infantes,
se profanaron las leyes,
se castigó a los pensantes.

Aterradas y asfixiadas, 
la gente cumple condena,
creyendo que el enemigo
puede esconderse en cualquiera.

Qué pasó en la humanidad, 
que ya no puede sentir, 
por tener miedo a la muerte,
ha dejado de vivir. (2)

Dónde va la humanidad
si prohíben ser feliz,
no puede ser natural
que te tapes la nariz.

Nada se puede cambiar,
si no comienzas por ti,
es hora de despertar,
levantarse y decidir. 
(2)

Qué pasó en la humanidad, 
que ya no puede sentir, 
por tener miedo a la muerte,
ha dejado de vivir. (2)

El pueblo está loco de miedo, 
y las élites están locas de codicia, Heyke Freire Rodríguez

"Aquel a quien los dioses quieren destruir,
primero lo vuelven loco” (Proverbio antiguo)

VER+:
🔅 EL CORONAVIRUS HACE SALIR NUESTRAS PARANOIAS EGOCÉNTRICAS Y EGOTISTAS





Un psiquiatra ha afirmado que la actual pandemia de coronavirus de Wuhan ha provocado que el mundo sufra de una »psicosis delirante masiva«. 
El Dr. Mark McDonald dijo que la verdadera crisis de salud pública no es el COVID-19 en sí, sino el miedo a contraerlo. Expresó su preocupación de que este miedo “altamente irracional” tenga un efecto duradero en los niños, ya que sus propios padres y abuelos son los responsables de inculcar esta reacción.
McDonald citó un artículo de diciembre de 2020 escrito por SG Cheah para la revista Evie . Su artículo mencionó una serie de comportamientos irracionales que se han normalizado en el tiempo actual. Estos incluyeron a los padres que fueron expulsados de los aviones porque sus hijos no llevaban máscaras, y personas que tenían crisis nerviosas cuando ven a alguien sin cubrirse la cara.

Cheah comentó que muchos todavía entran en un estado de histeria cuando ven a alguien sin máscara, a pesar de que la persona está perfectamente sana y no tiene problemas respiratorios. Este es un estado altamente irracional sin ninguna base en la realidad, comentó. Cheah elaboró: “En lugar de enfrentar la realidad, la persona delirante preferiría vivir en su mundo de fantasía. [Otros] tienen que jugar con la forma en que ven el mundo [imaginario]; de lo contrario, su mundo no tendrá sentido para ellos. Es [la razón] por la que la persona delirante se enojará cuando se enfrente a alguien que no se ajuste a su visión del mundo«.
El psiquiatra dijo que las personas que Cheah describió sufren de psicosis delirante. Ver la prevalencia de esta psicosis hizo que McDonald se diera cuenta de algo. Explicó: “Me quedó claro … en las primeras dos o tres semanas de marzo [2020] que era miedo. Desde entonces, el miedo … se ha transformado y evolucionado … [en] una creencia real que está en contra de la realidad«.

McDonald continuó diciendo que estas personas delirantes “creen que van a morir, sin importar la edad [o] el estado o la salud que tengan, si no salen de su casa con una máscara y guantes puestos todos los días y huyen de [otros seres humanos.] ”. Él comentó:“ Eso es psicosis delirante. Es falso, está mal [y] no está respaldado por evidencia. Y muchos, muchos estadounidenses viven eso y lo creen.
Los niños tienen mayor riesgo de sufrir los efectos de esta psicosis delirante.
McDonald expresó especial preocupación por las posibles consecuencias de esta psicosis generalizada en los niños a medida que crecen. El tema es de particular importancia para él, ya que se especializa en el tratamiento de niños y adolescentes. Desde que comenzó el bloqueo en marzo de 2020, McDonald vio un aumento masivo en los problemas de salud mental entre las cohortes más jóvenes.

Citó estadísticas recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades que muestran un aumento del 400 por ciento en la depresión adolescente en comparación con hace un año. Los adolescentes involucrados en el 25 por ciento de estos casos han contemplado el suicidio, lo que McDonald comentó como inaudito. Según el psiquiatra, estar desconectado de otras personas es una causa principal de depresión, especialmente entre los niños y adolescentes. Continuó diciendo que las personas necesitan contacto físico e intimidad emocional para sentirse seguras con los demás y dentro de sí mismas, y las interacciones digitales no pueden simplemente reemplazar las reales.
Aparte de la depresión, los niños también pueden sufrir traumas derivados de la idea de que pueden matar a sus padres o abuelos simplemente por estar cerca de ellos. Cheah señaló que se está condicionando a los jóvenes a sentirse culpables por ciertos comportamientos que normalmente se considerarían normales. Ella comentó: «No es normal que los niños crezcan pensando que todos son un peligro para los demás».
La escritora citó en su artículo para la revista Evie un ejemplo de adultos histéricos que llaman a un niño pequeño que se niega a disfrazarse como un «mocoso». Antes de la pandemia, un niño que se resista a una máscara en su rostro sería un comportamiento perfectamente normal.

McDonald comentó que la proliferación de conductas delirantes fue «un evento de víctimas masivas», señalando con el dedo a los adultos por infundir miedo en los niños, hasta el punto de que los jóvenes sienten que ya no vale la pena vivir la vida. Afortunadamente, propuso que los adultos también tienen un papel que desempeñar para revertir este engaño. “Depende de nosotros, los adultos, arreglar esto, porque los niños no podrán arreglarlo por sí mismos”, dijo McDonald.
El psiquiatra sugirió a Mercola una serie de cosas que los adultos pueden hacer para «escapar del asilo proverbial» y recuperar la cordura. McDonald exhortó a la gente a rechazar la idea de que el uso de máscaras es algo bueno porque se hace por miedo y cumplimiento. También llamó a las personas sanas a evitar el uso de máscaras, distanciarse físicamente y ponerse en cuarentena. Estas estrategias promueven la psicosis delirante que ocurre junto con la pandemia y tampoco son saludables desde un punto de vista físico, explicó McDonald.

AL PAIRO DE LOS VIENTOS (Damián Galerón)