EL Rincón de Yanka: MOTIVAR

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jueves, 11 de julio de 2024

POEMAS DE ALEXIS DÍAZ PIMIENTA, REPENTISTA


Décimas contra la depresión
Alexis Díaz Pimienta

Cuando uno está deprimido
Piensa que todo se hunde.
La soledad lo confunde:
El silencio huele a ruido.
En las penumbras, hundido,
Un segundo se eterniza.
Llovizna polvo y ceniza.
Hay azufre en el café.
Y todo el cuerpo es un pie
en arena movediza.

Al llegar, la depresión
cierra puertas y ventanas.
Doblan todas las campanas
menos las del corazón.
Pero nos queda la opción
De confiar en uno mismo.
De inocular optimismo
Pensando en cosas mejores.
Sembrar de Luces y Flores
Lo que parece un abismo.

Porque del hueco se sale.
Del pozo ciego también.
Cada cuál es cada quién,
Y el Olvido no nos vale.
Que el dolor no nos iguale.
Que no nos mate ni ciegue.
Que la tristeza no juegue
A ganarnos la partida.
Lo único inmenso es la Vida,
Aunque la muerte lo niegue.

Bebe. Canta. Juega. Vive.
Sueña. Ríe. Salta. Crece.
Sal de hueco. Reaparece.
Corre. Grita. Suda. Escribe.
Habla. Cocina. Revive.
Dúchate. Píntate. Sal.
Nunca olvides que al final
Solo una vez se está vivo.
¡La vida es un buen motivo
Para no pasarla mal!

Todo el mundo alguna vez
Pasa por un pozo ciego.
Pero todo el mundo luego
Se hace luz y lucidez.
¡Te espero en la nitidez
Y en la palabra encendida!
Tras la fase deprimida
Destierra la depresión.
Escucha a tu corazón.
¡Te esperamos en la vida!


La tristeza

La tristeza es de piedra,
música sólida cayendo sobre el pecho,
inoportuna brizna bajo el párpado.

La tristeza, si llega,
no aceptará negociar un minuto,
no respetará los teléfonos
ni las alacenas.

De nada servirá desnudar hembras,
romper vasos,
mirar la luna hasta que críe nuevos cráteres.
De nada valdrá mirar revistas
o aceptar una lluvia hipotética.

La tristeza es de piedra,
música sólida cayendo
y destrozando.

II
Nada se sabe sobre la distancia.
Inútiles ventanas, inútiles teléfonos,
pobres nubes.

Siempre se habla sobre la lejanía,
sobre la ausencia, sobre la nostalgia;
se habla,
se canta,
se escribe,
se sueña,
pero nada se ha dicho sobre la distancia.

A no ser ese humillo que sube de los ceniceros.
A no ser ese olor que, inesperadamente,
entra por los balcones.
A no ser esta música desgraciada en el pecho.

(LA TRISTEZA. Poema de mi libro 
«En Almería casi nunca llueve», 
Scripta Manent Ediciones, 2010)


La ciudad de los locos

Poema de Alexis Díaz Pimienta
Del cuaderno "Traficantes de oxígeno",
mención del Premio Casa de las Américas 2008 y
publicado por Scripta Manent Ediciones en 2017.


Esta ciudad tiene locos ilustres
poetas del escándalo
locos sin los que la ciudad no sería ella
no pensemos en el Caballero de París
sino en esos pequeños
cotidianos transeúntes de la indiferencia
pensemos en el gordo que hace bailar un tanque de agua
de los grandes / en medio de las avenidas
pensemos en la vieja de las tetas enormes
que siempre pide centavitos de dólar
para arreglar su casa
y en el que lleva 21 años lavando carros
y tiene título de fregador
y es «socio fuerte» de Eusebio Leal
y en el que se disfraza cada día
de un cuerdo distinto
y en el que habla en voz alta con antiguos
jugadores de las Grandes Ligas
y en el que ladra y ríe / ríe y ladra
ladra y compra la prensa
y en el que saca la lengua gorda / blanca
cuarteada como tierra del desierto
y en el que le cobra a las turistas los piropos
y en la que lee los periódicos de atrás hacia adelante
y en el que recoge las colillas para luego venderlas
y en la que cree que es invisible
y en el que tose en alemán
y en el que se masturba sin tocarse el cuerpo
y en el que / bien vestido / va pensando en comer
cuando llegue a su casa
y en el que enamorado de mil mujeres a la vez
solo duerme con una
y en el que militante de diez partidos a la vez solo vota por uno
y en el que fuma y fuma y fuma y fuma y fuma
para acabar con el tabaco
y en el que lee sus poemas en las paradas de las guaguas
y se cree Dios con espejuelos / sí /yo mismo

Alexis Díaz-Pimienta, nació en La Habana, Cuba, en el año 1966. Es escritor, repentista, investigador y docente. Director de la Cátedra Experimental de Poesía Improvisada, y Sub-director del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado (CIDVI), ambas con sede en La Habana, Cuba. Cultiva casi todos los géneros literarios (Novela, cuento, poesía, enyayo, literatura para niños), y su obra ha sido traducida al inglés, francés, italiano, farsi (lengua autóctona iraní), árabe, búlgaro y alemán, en antologías y revistas.


VER+:

La improvisación […] es suficientemente importante como para exigir un análisis que se le ha negado, que no existe. Parece que el espíritu científico que nos caracteriza ha olvidado que los factores casuales encajan en las teorías físico-matemáticas de la probabilidad. Leo Brouwer 
La improvisación es un misterio. Se puede escribir un libro sobre el tema, pero al final nadie sabe qué es. Cuando improviso y estoy en buena forma, estoy como semidormido. Hasta me olvido de que hay gente mirándome. Los grandes improvisadores son como sacerdotes: solo piensan en su dios. Stéphane Grappelli 
Me preocupa igualmente […] que a veces se descarte sin más el término de “poesía popular”, que no hace sino remitir al ámbito socio-cultural en el cual se desarrolla mayoritariamente esa poesía […] Usemos el término que usemos, siempre tendremos que explicitar lo que entendemos por él, porque todas esas palabras son endemoniadamente polivalentes. Me parece que no vale la pena, pues, darle importancia excesiva a esa cuestión puramente léxica. Margit Frenk

V. Completa. Un día de rimas, risas e improvisación. Alexis Díaz-Pimienta, escritor y repentista

miércoles, 3 de julio de 2024

PELÍCULA "ESTRELLAS EN LA TIERRA (Taare Zameen Par)": CADA NIÑO ES ÚNICO Y ESPECIAL ☆☆☆☆✨🌍

 

ESTRELLAS  EN  LA  TIERRA
CADA  NIÑO   ES   ESPECIAL

Hermosa película, sin duda tendría que ser vista por todo el mundo, especialmente padres y profesores, el mundo necesita altas dosis de empatía para seguir evolucionando.
"Taare Zameen Par" es una película de la India que narra la historia de un niño llamado Ishaan Awasthi quien tiene necesidades especiales debido a dislexia (dificultad especifica en el aprendizaje de la lectura y escritura de un niño que no presenta ningún otro déficit intelectual o sensorial, y que está sometido a un régimen de escolarización normal), lo cual le impide progresar en el colegio; y de Ram Nikumbh, su maestro.

Ishaan Awashi es un niño de 8 años cuyo mundo está plagado de maravillas que nadie más parece apreciar: colores, peces, perros y cometas, que simplemente no son importantes en la vida de los adultos, que parecen más interesados en cosas como los deberes, las notas o la limpieza. E Ishaan parece no poder hacer nada bien en clase. Cuando los problemas que ocasiona superan a sus padres, es internado en un colegio para que le disciplinen. Las cosas no mejoran en el nuevo colegio, donde Ishaan tiene además que aceptar estar lejos de sus padres. Hasta que un día, el nuevo profesor de arte, Ram Shankar Nikumbh, entra en escena y se interesa por el pequeño Ishaan.

¡ATENCIÓN PADRES CON NIÑOS 
QUE TIENEN DIFICULTADES DE LECTOESCRITURA!

Me ha llenado el corazón esta película. Me ha hecho volver a la infancia y recordar muchos momentos en los cuales, como el niño protagonista, mi cabeza estaba principalmente ida hacia fantasías, dibujos, juegos e imaginaciones, lo cual era visto por los demás como un problema, como una indisciplina, como un niño no apto para estudiar que había que dejar por imposible.

Entonces, cuando un pequeño (que por ser así no es tonto ni falto de inteligencia, sino simplemente necesitado de un ritmo distinto) siente como la familia, los maestros y los demás niños te recriminan, te miran raro, sin entender que todos los árboles no tienen el mismo ritmo de crecimiento ni de poda, entonces ese niño incomprendido, sufre mucho, se siente afuerado, se ensimisma, se hacia solitario, insociable, incluso puede hundirse y perecer.

La suerte del niño protagonista de esta preciosa y educativa película es que se cruza en su camino un maestro que nada más verlo, comprende qué es lo que le pasa, entiende su proceso y lo que está ocurriendo dentro de su ser. Este maestro resulta un bendito de Dios, un ángel de la guarda, un salvador, un valedor del débil, segregado e incomprendido ante el mundo y la gente que lo habita.

El director Aamir Khan demuestra con esta película que sabe filmar una historia real como la vida misma, tocando con mucha ternura los sentimientos y las contrariedades por las que cualquier marginado ha de pasar, removernos el alma y la fuente de las lágrimas, y además compaginarlo todo con canciones pegadizas al estilo del cine indio actual de Bollywood, e incluso ser un serio aspirante a suceder al magnífico e imperecedero director indio de "El mundo de Apu", Satyajit Ray.

Bellísima película, una desapercibida aguja de oro en un pajar de miles de filmes intrascendentes llenando las carteleras, la cual será encontrada o vista por muy pocos seres humanos. Yo por lo pronto he cumplido escribiendo de forma gratis y desinteresada sobre esta joya cinematográfica "made in India".

Por último les hago una llamada a los padres que tienen niños con dificultades de lectoescritura: ¡Vean esta película! Les será de mucha utilidad, les abrirá ventanas que quizás no conocían, de las que no se habían percatado o que no sabían que se podían abrir. Será una bendición para ustedes y para sus hijos.



¿Cómo papás, mamás, entrenadores, 
maestros, adultos, vecinos, podemos ver más allá?
¿Podemos ver más allá de las apariencias?
¿Podemos ver más allá de los prejuicios?
¿Podemos ver más allá de las etiquetas?
¿Podemos ver más allá de lo pre establecido?
¿Nacimos para volar o para arrastrarnos?


Un día, Thomas Alva Edison llegó a casa y le dio a su mamá una nota.
Él le dijo a ella: "Mi maestro me dio esta nota y me dijo que sólo se la diera a mi madre".
Los ojos de su madre estaban llenos de lágrimas cuando ella leyó en voz alta la carta que le trajo su hijo.
"Su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarlo, por favor enséñele usted".
Entonces la madre se dedicó a enseñarle a Edison.
Muchos años después la madre de Edison falleció, y él fue uno de los más grandes inventores del siglo.

Un día él estaba mirando algunas cosas viejas de la familia. Repentinamente él vio un papel doblado en el marco de un dibujo en el escritorio.
Él lo tomó y lo abrió. En el papel estaba escrito:
"Su hijo está mentalmente enfermo y no podemos permitirle que venga más a la escuela".
Edison lloró horas, entonces él escribió en su diario: "Thomas Alva Edison fue un niño mentalmente enfermo, pero por una madre heroica se convirtió en el genio del siglo".

Qué impresionante la reacción de la mamá, ¿verdad?
En lugar de leer lo que realmente decía la carta, y habiendo podido hacer sentir menos a su hijo, le dió un giro completamente y ¡le inyectó seguridad y certeza a su hijo!
Le hizo creer que era un genio y se lo creyó tanto, que creció y murió siéndolo.
Es asombroso el poder que tienen los padres sobre los hijos.
ES MUY IMPORTANTE RECORDAR SIEMPRE EL PODER QUE TIENEN LAS PALABRAS…
Y como la mamá de Edison, no hay que dejar que las palabras nos afecten, si ya las escuchamos entonces hay que superar las expectativas de los demás y lo más importante…
¡No rendirse nunca!
Autor: desconocido

Taare Zameen Par - Estrellas en la Tierra

VER+:






domingo, 26 de mayo de 2024

LIBRO Y PELÍCULA "REMANDO COMO UN SOLO HOMBRE" (The Boys in the Boat): LA HISTORIA DEL EQUIPO DE REMO QUE HUMILLÓ A HITLER por DANIEL JAMES BROWN


REMANDO  COMO   
UN   SOLO   HOMBRE
(THE   BOYS  in   the   BOAT)
La historia del equipo de remo   
que humilló a Hitler

«En un deporte como este -de mucho trabajo, 
poco reconocimiento y una gran tradición-, 
tiene que haber algo que a los hombres 
normales se les escapa, pero que los hombres 
extraordinarios captan». 
George Yeoman Pocock

“Cuando el bote de ocho asientos consigue el ritmo justo, estar dentro es un auténtico placer. No es duro cuando se alcanza el ritmo, el SWIMG, como lo llaman. He oído gritos de placer entre los remeros cuando el bote lo alcanza; es algo que no olvidarán mientras vivan”. George Yeoman Pocock.
“El valor espiritual del remo está en el sacrificio y la abnegación de uno mismo por el esfuerzo colectivo de la tripulación”. George Yeoman Pocock
“Todos era hábiles, duros y decididos, pero también eran todos buenas personas. Cada uno había aprendido que en la vida había fuerzas que superaban a la fuerza, belleza y juventud. Los retos que se habían enfrentado juntos les había enseñado la humildad”.
Es esta una fascinante historia de perseverancia, superación individual y espíritu de equipo. Con orígenes en la depresión americana y a pocos años de la Segunda Guerra Mundial, Daniel James Brown narra la epopeya del equipo de ocho remeros y su timonel de la Universidad de Washington y su épica misión de ganar la medalla de oro en 1936 en los Juegos Olímpicos del Berlín de Hitler. El equipo de remo estadounidense que sorprendió al mundo y que transformó este deporte atrajo la atención de millones de personas. Fue una misión improbable desde el principio. Con un equipo compuesto por hijos de madereros, trabajadores de los astilleros y agricultores, el equipo de la Universidad de Washington no esperaba poder derrotar a los equipos de élite de la Costa Este y Gran Bretaña; sin embargo lo hizo, y llegó a sorprender al mundo al derrotar al equipo alemán de remo de Adolf Hitler. Partiendo de los propios diarios de los chicos y de los vívidos recuerdos de un sueño, Brown ha creado el retrato inolvidable de una era, una celebración de un logro notable y una crónica de búsqueda personal a través de la visión de uno de estos jóvenes extraordinarios.
"Había una razón muy sencilla para explicar lo que pasaba. A los chicos del Clipper se les había seleccionado con una competencia muy dura, y de la selección había surgido una especie de personalidad común: todos eran hábiles, todos eran duros y todos eran muy decididos, pero todos eran también buenas personas. Todos tenían orígenes humildes o habían sufrido una cura de humildad debido a los estragos de la época. Cada uno a su manera, habían aprendido que en la vida no se podía dar nada por supuesto, que, a pesar de su fuerza, belleza y juventud, en el mundo había fuerzas que los superaban. Los retos a los que se habían enfrentado juntos les habían enseñado la humildad -la necesidad de integrar sus egos individuales en el bote conuunto- y la humildad era la puerta de entrada común a través de la cual ahora podían juntarse y empezar a hacer lo que no habían podido hacer antes". (p.282)

Este libro nació un día de primavera, frío y lloviznoso, en el que trepé por encima de la cerca de cedro que rodea mi prado y me abrí camino a través del bosque húmedo hasta la modesta casa de madera donde John Rantz agonizaba.
Solo sabía dos cosas de Joe al llamar ese día a la puerta de su hija Judy. Sabía que, con setenta y tantos, arrastró él solo un montón de troncos de cedro montaña abajo, que los partió a mano, cortó los postes e instaló los 667 metros lineales de la cerca por la que acababa de trepar; una tarea tan hercúlea que, cada vez que pienso en ella, muevo la cabeza maravillado. También sabía que había sido uno de los nueve jóvenes del estado de Washington -agricultores, pescadores y leñadores- que conmocionaron tanto al mundo del remo como a Adolf Hitler al ganar la medalla de oro en la modalidad de ocho con timonel en los Juegos Olímpicos de 1936.

Cuando Judy me abrió la puerta y me acompañó hasta la acogedora sala de estar, Joe estaba echado en un sillón reclinable con los pies levantados, con todos sus 188 centímetros de altura. Llevaba un chándal gris y unos botines afelpados de un rojo in­tenso. Lucía una barba blanca y corta. Tenía la piel cetrina y los ojos hinchados, debido a la insuficiencia cardíaca congestiva que le aquejaba. Cerca había una bombona de oxígeno. El fuego crepitaba y silbaba en la estufa de leña. 
Las paredes estaban cubiertas de viejas fotografías de familia. Una vitrina atestada de muñecas, caballos de loza y porcelana con motivos florales descansaba contra la pared del fondo. La lluvia salpicaba una ventana que daba al bosque. En la minicadena, sonaban con suavidad canciones de jazz de los años treinta y cuarenta.

Judy me presentó y Joe me tendió la mano, extraordinariamente larga y delgada. Judy le había leído en voz alta uno de mis li­bros y él quería conocerme y hablar del texto. Se daba la casualidad de que, de joven, había sido amigo de Angus Hay Jr., hijo de un personaje determinante en la historia que cuenta ese libro. Así que estuvimos hablando un rato del tema. Luego la conversación fue derivando hacia su propia vida.
Tenía la voz aflautada, frágil y debilitada casi hasta el límite. De vez en cuando se quedaba en silencio. Sin embargo, poco a poco, incitado con suavidad por su hija, se puso a tirar de algunos hilos de su vida. Al recordar su infancia y sujuventud durante la Gran Depresión, habló con la voz entrecortada, pero con decisión, sobre las privaciones que soportó y los obstáculos que superó: una historia que, mientrasyo tomaba notassentado, empezó por sorprenderme y luego me asombró.

Sin embargo, no fue hasta que empezó a hablar de su dedicación al remo en la Universidad de Washington cuando se puso a llorar de cuando en cuando. Habló del aprendizaje del arte de remar, de botes y remos, de tácticas y técnica. Rememoró las largas y frías horas pasadas en el agua, bajo cielos grises como el acero; las victorias cosechadas y las derrotas evitadas por los pelos; el viaje a Alemania y la entrada en el Estadio Olímpico de Berlín bajo la atenta mirada de Hitler; y al resto de compañeros de tripula­ción. Sin embargo, ninguno de estos recuerdos le arrancó una lágrima. Fue en un intento de hablar del «bote» cuando se le empe­zaron a entrecortar las palabras y los ojos, todavía vivaces, se le llenaron de lágrimas.

En un primer momento, pensé que se refería al Husky Clipper, el bote de competición con el que saltó a la fama. ¿O tal vez se refería a sus compañeros de equipo, un grupo inverosímil que consiguió uno de los grandes hitos del remo? Finalmente, al ver a Joe esforzándose una y otra vez en no perder la compostura, me di cuenta de que «el bote» era algo más que la embarcación o los remeros. Para Joe, incluía ambas cosas pero las trascendía: era algo misterioso y casi imposible de definir. Era una experiencia compartida, algo singular que pasó en una época dorada y lejana, en la que nueve jóvenes generosos lucharon juntos, trabajaron codo con codo, como un solo hombre, y dieron todo lo que tenían los unos por los otros, unidos para siempre por el orgullo, el res­peto y el afecto. Joe lloraba, como mínimo en parte, por la pérdida de ese momento, pero mucho más, creo, por la pura belleza del mismo.

Cuando ya estaba a punto de irme, Judy sacó la medalla de oro de Joe de la vitrina y la puso entre mis manos. Mientras la ad­miraba, me contó que años atrás desapareció. La familia buscó y rebuscó en la casa de Joe, pero finalmente se rindió y la dio por perdida. No fue hasta al cabo de muchos años, al reformar la casa, cuando por fin la encontraron escondida entre el material ais­lante del desván. Al parecer, una ardilla le cogió afición a los destellos del oro y escondió la medalla en su nido como si de un tesoro se tratara. Mientras Judy me lo contaba, se me ocurrió que la historia de Joe, igual que la medalla, llevaba demasiado tiempo oculta.

Estreché de nuevo la mano de Joe y le comenté que me gustaría volver otro día y hablar un poco más con él, y que me gusta­ría escribir un libro sobre su época de remero. Joe me agarró otra vez de la mano y dijo que a él le parecía bien, pero entonces se le volvió a entrecortar la voz y me advirtió con delicadeza: «Pero no tiene que ser solo sobre mí. Tiene que ser sobre el bote».




REMANDO COMO UN SOLO HOMBRE TRAILER SUBTITULADO

miércoles, 5 de abril de 2023

SUPERANDO LA ADVERSIDAD: EL VIOLINISTA QUE, PESE A TODO, SIGUIÓ TOCANDO 🎻🎶


Superando la adversidad: 
El violinista que, pese a todo, siguió tocando

Hay una historia que recorre Internet desde hace unos años y tiene que ver con Itzhak Perlman, un excepcional violinista de nuestra época, que a lo largo de su vida ha tenido que enfrentarse cara a cara con la adversidad.
Ha sido solista en una serie de bandas sonoras de películas, como el tema de la película de 1993 La lista de Schindler de John Williams, que ganó un premio de la Academia a la mejor banda sonora original.

Cuando era niño, Itzhak contrajo la polio y su movilidad quedó muy reducida de por vida. Las muletas le han acompañado desde entonces. Eso no impidió, sin embargo, que su talento y sus enormes ganas de tocar el violín le hayan llevado a la cumbre, a ser uno de los mejores en lo que más le gusta hacer: tocar el violín.

Cada vez que Itzhak da un concierto junto con una gran orquesta, entra en el auditorio lentamente, con signos de fatiga y dolor, hasta finalmente lograr colocarse en su sitio. Lo que para los demás músicos es muy sencillo, llegar andando a su sitio en el escenario, para él es muy difícil. Por contra, lo que para la gran mayoría de nosotros es tremendamente difícil: tocar el violín, para Itzhak parece muy sencillo.

Cuenta la historia que en un concierto muy especial, con un público muy ilusionado, que llevaba mucho tiempo esperado ver y escuchar a Itzhak Perlman, ocurrió algo muy infortunado: a los pocos segundos de comenzar el concierto, con sólo unos pocos -pero mágicos- acordes interpretados por Itzhak en su maravilloso violín Stradivarius, repentinamente una de las cuatro cuerdas del violín se rompió con un tremendo chasquido.

Aclaración: un violín que pierde una de las cuerdas se convierte en algo prácticamente inútil para tocar música sinfónica, debido a los inarmónicos que genera. Cualquiera que toque el violín u otro instrumento de cuerda de la misma familia lo podrá corroborar. Es imposible tocar un violín de tres cuerdas y por eso los violinistas suelen llevar un violín de reserva, aunque cuando se toca un Stradivarius no es posible tener otro de las mismas características en reserva.

La orquesta dejó de tocar inmediatamente, el público enmudeció y el director de orquesta, tras ver lo que había ocurrido, se dio la vuelta y se dirigió al público:

Estimado público, lamentamos profundamente lo ocurrido. Por desgracia, una de las cuerdas del violín del maestro Perlman se ha roto. Es un hecho muy poco frecuente, pero es una adversidad que no podemos resolver a tiempo para continuar con este concierto, por falta de tiempo; el horario es muy ajustado y se necesita más de media hora para cambiar la cuerda y poner a punto el violín. Les pedimos sinceras disculpas…

En ese momento, Itzhak Perlman interrumpió al director y le dijo que por favor se preparase para continuar con la obra. Itzhak cerró los ojos, se quedó en silencio unos segundos, como recomponiendo su mente y visualizando interiormente las tres cuerdas de su Stradivarius. Y acto seguido le hizo una señal al director y la pieza musical arrancó donde se había quedado.

Itzhak puso tanta pasión en su interpretación con sólo tres cuerdas, imposible de hacer según muchos, que aquella noche se escuchó uno de los conciertos más bellos de la historia. Al finalizar, Itzhak se secó el sudor de la frente (fue un grandísimo esfuerzo el que tuvó que hacer aquella noche para tocar lo imposible) y se dirigó al público con estas palabras:

¿Saben ustedes? en ocasiones el artista tiene la obligación de descubrir cuánta música puede aún hacer con los recursos que le quedan.

Itzhak hizo esa noche lo imposible. En lugar de concentrarse en la cuerda que se había roto, se concentró con toda su energía, talento y ganas, en las otras tres cuerdas que le quedaban. Y con ellas siguió adelante y superó todas las expectativas.

Itzhak, nacido en 1945 de padres judíos originarios de Polonia, habiendo superado la polio en su infancia, habiendo, pese a la adversidad, llegado a lo más alto en la carrera musical, nos enseño a todos esa noche una gran lección, que es aplicable a muchos ámbitos de la vida:

No te concentres en lo que has perdido debido a la crisis o a cualquier adversidad acontecida; concéntrate en lo que te queda, en todo lo que puedes hacer con los recursos que tienes ahora.
Nada es más fuerte que la voluntad, y eso es algo que todos llevamos dentro y que no nos pueden quitar. Si tienes voluntad por hacer algo, nada te podrá detener.

A pesar de que la historia apareció publicada en el diario Houston Chronicle e incluso inspiró un libro, podría tratarse de una leyenda urbana. ¿Demasiado bonita para ser verdad? Y, sin embargo, tras investigar un poco he dado con otros casos –si bien no tan bellos– de violinistas que siguieron adelante con sus conciertos tocando con sólo tres cuerdas. Y todos sabemos de alpinistas cojos que coronan cimas porque, como Perlman en esta historia, no sabían que se trataba de algo imposible.

En el contexto en el que la escuché, sin embargo, la historia no pretendía ejemplificar hasta dónde se puede llegar con el esfuerzo en medio de la adversidad (este no era el principal objetivo). Se trataba de una charla sobre ecuanimidad, ese palabro que no hay que confundir con indiferencia, frialdad o titubeo. La ecuanimidad se interesa por lo que sucede, sea lo que sea, simplemente porque está ocurriendo, y tiene la capacidad de abrazar los extremos sin perder el equilibrio. Contiene la voluntad de observar los eventos placenteros y dolorosos con la misma intensidad.
La vida sucede, en fin, y a menudo no colabora con nosotros. Entonces, cuando parece que sólo tenemos tres cuerdas, todavía es posible hacer música.

Deseo que esta historia te haga reflexionar. Es sólo una historia; algunos dicen que nunca ocurrió, otros dicen que es una leyenda urbana que se ha ido exagerando con el paso de los años, otros cuentan que se publicó en el New York Times y que es totalmente verídica. Yo pienso que el mensaje es lo importante y que hoy, más que nunca, su vigencia es completa.

Deja de pensar en la cuerda rota y concéntrate en las otras tres.
Supera la adversidad y con tu voluntad, sigue tocando.

CON TAN SÓLO TRES CUERDAS (ITZHAC PERLMAN)

Itzhak Perlman - Theme From Schindler's List

viernes, 10 de marzo de 2023

LIBRO "EL MILAGRO MÁS GRANDE DEL MUNDO": EL MEMORÁNDUM DE DIOS por OG MANDINO


EL MILAGRO 
MÁS GRANDE 
DEL MUNDO
 
OG MANDINO

EL MEMORÁNDUM DE DIOS 
Para ti, de DIOS 

Acepta el consejo. 
Escucho tu lamento. 

Este atraviesa la oscuridad, se filtra a través de las nubes, se mezcla con la luz de las estrellas y se abre camino hasta mi corazón siguiendo la trayectoria de un rayo de sol. 

Me he angustiado al escuchar el lamento de una liebre asfixiándose en el lazo de una trampa del cazador, por el gorrión que ha caído del nido de su madre, por un niño que se debate impotente en un estanque, y por un hijo que vierte su sangre clavado en una cruz. 

Sabe que también te escucho a ti. Está en paz, está tranquilo. 
Te traigo alivio para tu pena, porque conozco su causa... y también su cura. 

Lloras por todos los sueños de tu infancia, que se han desvanecido con el transcurso de los años. 
Lloras por toda tu dignidad que se ha visto corrompida por el fracaso. 
Lloras por todo eso potencial que tienes y que has trocado por la seguridad. Lloras por toda tu individualidad que ha sido pisoteada por las multitudes. Lloras por todo tu talento que se ha desperdiciado por el mal uso que has hecho de él. Te consideras a ti mismo con vergüenza y te apartas aterrado de la imagen que ves reflejada en el estanque. 

¿Quién es ese remedo de humanidad que te devuelve la mirada con los insensibles ojos de la vergüenza?. ¿En dónde ha quedado la gracia de tus modales, la belleza de tu figura, la agilidad de tus movimientos, lo talentoso de tu conversación? ¿Quién te despojó de tus bienes? ¿Conoces la identidad del ladrón, como lo conozco yo? 

Uno vez colocaste tu cabeza sobre una almohada de césped en el campo de tu padre y alzaste la mirada hasta una catedral de nubes y entonces supiste que con el tiempo todo el oro de Babilonia sería tuyo. Alguna vez leíste incontables libros y escribiste en muchas tablillas, convencido más allá de toda duda de que llegarías a igualar, e incluso a superar, toda la sabiduría de Salomón. Y las estaciones seguirían fluyendo hasta desembocar en años y he aquí que reinarías como soberano supremo en tu propio jardín del Edén. 

¿Acaso no recuerdas quién implantó en tu ser todos esos planes y sueños y esas semillas de esperanza? No puedes recordarlo. ¿No tienes el menor recuerdo del momento en que emergiste del vientre de tu madre y yo coloqué mi mano sobre tu suave frente, ni del secreto que murmuré en tu pequeño oído cuando té concedí todas mis bendiciones? ¿Recuerdas nuestro secreto? 

No puedes recordarlo. El paso de los años ha destruido tus remembranzas, ya que ha saturado tu mente de temores, dudas, ansiedades, remordimientos y odio y ya no queda lugar para los recuerdos agradables en un sitio en donde moran todas esas bestias. Ya no llores más. Estoy contigo... y este momento marca la línea divisoria de tu vida. Todo eso que ha sucedido antes no es sino algo muy semejante a todo ese tiempo en que dormiste en el seno de tu madre. Lo pasado está muerto. Deja que los muertos sepulten a los muertos. 

Este día regresas de entre los que están muertos en Vida. Este día, igual que Elíseo con el hijo de la viuda, me extiendo tres veces por encima de ti y vuelves a vivir. Este día, lo mismo que Elías con el hijo de la sunamita, uno mis labios a los tuyos y mis ojos a los tuyos y pongo mis manos sobre las tuyos y tus carnes vuelven a recobrar el calor. Este día, lo mismo que Jesús frente a la tumba de Lázaro, te ordeno que te levantes y abandones la sepultura de tu ruina a fin de que inicies una nueva vida. Este es el día en que naces. 

Es tu nueva fecha de nacimiento. La primera parte de tu vida, como sucede en una obra de teatro, solamente fue un ensayo. Esta vez se ha alzado el telón. En esta ocasión el mundo observa y espera para aplaudirte. Esta vez no tallarás. Enciende tus velas. Compone tu pastel. Escancia el vino. Has vuelto a nacer. Como una mariposa que rompe su crisálida, podrás volar... vuela tan alto como lo desees y ni las avispas ni las libélulas, ni las mantis de la humanidad serán un obstáculo para tu misión o para tu búsqueda en pos de las verdaderas riquezas de la Vida. Siente mi mano sobre tu cabeza. 

Atiende a mi sabiduría. Deja que comparta contigo, una vez más el secreto que escuchaste en el momento de tu nacimiento y del cual te has olvidado. 

Tú eres mi milagro más grande. 

Tú eres el milagro más grande del mundo. 

Esas fueron las primeras palabras que escuchaste. Después lloraste. Todos lloran. En ese momento no me creíste... y durante todos estos años pasados no ha sucedido algo que enmiende tu incredulidad. Pues ¿cómo podrías ser un milagro cuando te consideras un fracaso en la más humilde de las tareas. 
¿Cómo puedes ser un milagro cuando tienes tan poco confianza para enfrentarte a la más trivial de las responsabilidades? ¿Cómo puedes ser un milagro cuando te sientes encadenado por las deudas y permaneces despierto, atormentado al pensar de dónde vendrá el pan del día de mañana? 

Ya basta. 

La leche que se derrama es agria. Sin embargo, ¿cuántos profetas, cuántos hombres sabios, cuántos poetas, cuántos artistas, cuántos compositores, cuántos científicos, cuántos filósofos y mensajeros he enviado con la palabra de tu divinidad, de tu potencial para alcanzar la sanidad y para hablarte de los secretos del logro? ¿Cómo los trataste? 

Pero a pesar de todo te sigo amando y en estos momentos estoy contigo a través de estas palabras, para cumplir con las palabras del profeta que anunció que el Señor volverá o posar su mano, por segunda vez, para recuperar los remanentes de su pueblo. He vuelto o pasar mi mano. Esta es la segunda vez. Tú eres ni remanente. Seria en vano preguntar, ¿acaso no lo has sabido, no lo has escuchado, no se te dijo desde el principio, no lo has comprendido desde los fundamentos de la Tierra? 

No lo has sabido; no lo has escuchada; no lo has comprendido. Se te ha dicho que eres una divinidad disfrazada, un dios haciendo el papel de un tonto. Se te ha dicho que eres una obra especial, noble en su razón, infinita en sus facultades, precisa y admirable en su forma y movimiento, como un ángel en acción, como un dios en cautiverio. Se te ha dicho que eres la sal de la Tierra. 

Te fue concedido incluso el secreto de mover las montañas, de realizar lo imposible. Pero no le creíste a nadie. Quemaste el mapa que te conduciría a la felicidad, abandonaste tu derecho a la paz mental, apagaste de un soplo las velas que se habían colocado a lo largo del sendero a la gloria que se te había destinado y después tropezaste, perdido y atemorizado, en medio de la oscuridad de la utilidad y la autocompasión, hasta que al fin caíste en un infierno de tu propia creación. 

Entonces lloraste y te diste golpes en el pecho, maldiciendo la suene que te había correspondido. Te rehusaste a aceptar las consecuencias de tus propios pensamientos mezquinos y de tus acciones indolentes y buscaste un chivo expiatorio a quien culpar de tu fracaso. Qué pronto lo encontraste. ¡Me culpaste a mí! Te lamentaste diciendo que tus impedimentos, tu mediocridad, tu falta de oportunidades, tus fracasos . . . ¡eran la voluntad de Dios! ¡Estabas equivocado! Hagamos un inventario. 

En primer lugar, vamos a hacer una lista de tus desventajas. Porque, ¿cómo puedo pedirte que construyas una nueva vida sino dispones de las herramientas necesarias? ¿Estás ciego? ¿Acaso el sol sale y se pone sin que tú seas testigo de ello?

No puedes ver... y los cien millones de receptores que he instalado en tus ojos te permiten disfrutar de la magia de una hoja, de un copo de nieve, de un estanque, de un águila, de un niño, de una nube, de una estrella, de una rosa, de un arco iris... y de una mirada de amor. Anota una bendición. 

¿Estás sordo? ¿Puede un bebé llorar o reír sin atraer tu atención? No puedes oír... y los veinticuatro mil filamentos que he construido en coda uno de tus oídos vibran con el viento que sopla entre los árboles, con las alas que azotan contra las rocas, con la majestuosidad de una opera, con la súplica de un petirrojo, con las risas de los niños mientras juegan...y con las palabras "Te amo'. Anota otra bendición. 

¿Estás mudo? ¿Acaso tus labios se mueven y sólo producen saliva? No puedes hablar... como no puede hacerlo ninguna otra de mis criaturas, y tus palabras pueden calmar al colérico, animar al desesperanzado, estimular al cobarde, alentar al desdichado, brindarle amistad al solitario, alabar al prócer, darle animo al vencido, enseñar al ignorante... y decir te amo. 

Anota otra bendición. 
¿Estás paralítico? ¿Tu desvalida forma es un despojo de la tierra? No puedes moverle. No eres un árbol condenado a permanecer en una pequeña parcela de tierra, mientras el viento y el mundo abusan de ti. Puedes estirar tus miembros y corre, bailar, y trabajar, ya que en tu interior he diseñado quinientos músculos. Doscientos huesos y once kilómetros de fibras nerviosas, todo ello sincronizado por mí para obedecer tus mandatos. 

Anota otra bendición. 
¿No amas ni eres amado? ¿Te sientes hundido en la soledad, noche y día? No. Ya no. Puesto que ahora ya conoces el secreto del amor, que para recibir amor debes darlo sin la esperanza de que sea retribuido. Amor por obligación, por satisfacción o por orgullo no es amar. El amor es un don por el cual no se exige nada a cambio. Ahora ya sabes que el amor sin egoísmo encuentra en si su propia recompenso. E incluso en el caso de que el amor no sea correspondido no se pierde, puesto que ese amor que no te ha sido devuelto volverá a fluir hacia ti, suavizando y purificando tu corazón. 

Anota otra bendición. 
Y anótala como si fuese doble. ¿Está afectado tu corazón? ¿Sientes que se te escapa y se agota para mantenerte con vida? No. Tu corazón es fuerte. Lleva tu mano al pecho y siente su ritmo, latiendo una hora tras otra, día y noche, treinta y seis millones de latidos cada año, un año tras otro, dormido o despierto, bombeando tu sangre a lo largo de más de noventa y seis mil kilómetros de venas, arterias y tuberías, bombeando más de dos millones doscientos setenta mil litros de sangre cada año. El hombre jamás ha creado una máquina semejante. 

Anota otra bendición. 
¿Padeces alguna enfermedad de la piel? ¿Acaso las personas se dan vuelta horrorizadas cuando te acercas a ellas? No. Tu piel está sana y es una maravilla de la creación, que sólo necesita que cuides de ella con agua y jabón, un cepillo y amor. Con el tiempo, todos los aceros se deslustran y se enmohecen, pero no tu piel. A la larga, el más resistente de los metales se desgasta con el uso, pero eso no sucede con esa capa que he construido a tu alrededor. Constantemente se renueva a sí misma y nuevas células reemplazan a las viejas, así como tu antiguo yo ahora se está viendo reemplazado por el nuevo. 

Anota otra bendición. 
¿Están contaminados tus pulmones? ¿EI aliento de la vida lucha por entrar a tu cuerpo? No. Tus portañolas que se abren a la vida te sostienen incluso en el más repugnante de los ambientes de tu propia creación, y siempre trabajan para filtrar el oxígeno vivificante a través de seiscientos millones de cavidades formados por los pliegues de tu carne, al mismo tiempo que liberan a tu organismo de los desperdicios gaseosos. 

Anota otra bendición. 
¿Está envenenada tu sangre? ¿Está diluida con agua y pus? No. Dentro de tus cinco litros de sangre hay veintidós billones de células sanguíneas y dentro de cada molécula hay un átomo que oscila a más de diez millones de veces cada segundo. Cada segundo mueren dos millones de tus células sanguíneas para ser reemplazadas por otros dos millones mas en una resurrección que no se ha visto interrumpida desde el momento de tu nacimiento. Anota otra bendición. ¿Eres débil mental? ¿Ya no puedes pensar por ti mismo? No. Tu cerebro es la estructura más compleja de todo el universo. Lo sé. En sus mil trescientos gramos de peso hay quince millones de células, una cifra tres veces mayor que el número de personas que habitan sobre la faz de tu planeta. 

Para ayudarte a archivar cada percepción, cada sonido, cada sabor, cada olor, cada acción que has experimentado desde el día de tu nacimiento, he implantado en el interior de tus células más de mil trillones de moléculas proteicas. Cada uno de los incidentes de tu vida se encuentra almacenado, allí, en espera sólo de tu recordación. Y para auxiliar a tu cerebro el control de tu cuerpo he dispersado por todo tu organismo cuatro millones de estructuras sensibles al dolor, quinientos mil detectores de temperatura. Ninguna nación tiene sus reservas de oro mejor protegidas de lo que estás tú. Ninguna de sus antiguas maravillas es más grandiosa que tú. 

Tú eres mi mejor creación. Dentro de tu ser existe la suficiente energía atómica para destruir cualquiera de las ciudades más grandes del mundo... y para reconstruirla. ¿Eres pobre? ¿No tienes oro ni plata en tus bolsillos? No. ¡Eres rico! Juntos acabamos de hacer un inventario de tus riquezas. Estudia bien la lista. Vuelve a cortarlas. ¡Cuenta tus bienes! 

¿Por qué te has traicionado? ¿Por qué te has lamentado diciendo que fuiste despojado de todas las bendiciones de la humanidad? ¿Por qué te engañaste pensando que eras impotente para cambiar de vida? ¿Acaso careces de talento, sentidos, habilidades, placeres, instintos, sensaciones y orgullo? ¿Has perdido toda esperanza? ¿Por qué te arrastras entre las sombras como un gigante derrotado en espera sólo de un compasivo transporte hacia el bienvenido vacío y la humedad del infierno? 

Tienes tantas cosas. Tus bendiciones se desbordan de tu copa... y tú te has mostrado negligente con ellos, como un niño mimado en medio de los lujos, puesto que yo te las he conferido con generosidad y con regularidad. Respóndeme. Respóndete a ti mismo. 

¿Qué hombre opulento, anciano y enfermo, débil e impotente, no cambiaría todo el oro que hay en sus bóvedas por todas las bendiciones que tú has tratado tan a la ligera? Aprende entonces a conocer el primer secreto para alcanzar la felicidad y el éxito que tú posees incluso en este momento, todas las bendiciones necesarias para obtener una inmensa gloria, son tu tesoro, tus herramientas con las cuales construir, a partir del día de hoy, los cimientos para una vida nueva y mejor. 

Por tanto, haz como te digo, cuenta tus bendiciones y sabe que ya eres mi máxima creación. Esta es la primera le y a la cual debes obedecer a fin de realizar el milagro más grande del mundo el regreso de tu humanidad desde la muerte en vida. Y muéstrate agradecido por las lecciones que has aprendido en medio de la pobreza. Ya que no es pobre el que tiene poco; sólo lo es aquel que desea mucho... y la verdadera seguridad radica no en las cosas que un individuo posee, sino en las casas de los cuáles pueden prescindir. 

¿En dónde están las desventajas que ocasionaron tu fracaso? ¿Sólo existían en tu mente? 

Cuenta tus bendiciones. 

Y la segunda ley es muy semejante a la primera. 

Proclama tu naturaleza excepcional, tu individualidad. Te habías condenado a una fosa común y allí yacías, incapaz de perdonar tu propio fracaso, destruyéndote con el odio hacia ti mismo, con autoincriminaciones y repugnancia entre los crímenes que cometiste en contra de ti mismo y de los demás. 
¿Acaso no te sientes perplejo? ¿No te preguntas por que Yo puedo perdonar tus fracasos, tus transgresiones, tu despreciable conducta... cuando tú no eres capaz de perdonarte a ti mismo? 

Ahora me dirijo a ti por tres razones. 
Me necesitas. No eres un individuo entre una muchedumbre que se encamina hacia la destrucción en medio de una grisácea masa de mediocridad. Y eres algo excepcional y maravilloso. 

Examina una pintura de Rembrandt, un bronce de Degas, un violín hecho por Stradivarius o una obra de Shakespeare. Tienen un gran valor por dos razones: sus creadores fueron maestros y su número es muy reducido. Sin embargo, hay más de uno en cada una de esas romas. Si nos basamos en este razonamiento, tú eres el tesoro más valioso sobre la faz de la tierra, puesto que sobes quién fue tu creador y también sabes que sólo hay un ser como tú. Jamás, entre los setenta mil millones de seres humanos que han caminado sobre este planeta desde el inicio de los tiempos ha habido alguien que sea exactamente Igual a ti. 

Nunca hasta el final de los tiempos existirá otro ser humano igual a ti. No has demostrado que conoces o aprecias tu singularidad. Y sin embargo, eres el ser más raro y singular en todo el mundo. Desde tu padre, en su momento de supremo amor, fluyeron incontables semillas de amor, cuyo número sumó más de cuatrocientos millones. Todas ellas, mientras nadaban en el seno de tu madre, entregaron el alma y murieron, ¡Todas, excepto una! Tú. 

Solamente tú perseveraste en el amoroso calor del cuerpo de tu madre, en busca de tu otra mitad, una sola célula de tu madre tan pequeña que se necesitarían más de dos millones de ellas para llenar la cáscara de una bellota. No obstante, a pesar de las imposibles probabilidades, en ese vasto océano de oscuridad y desastre, tú perseveraste y logrando encontrar esa infinitesimal célula, te uniste a ella para iniciar una nuevo vida. Tu vida. 

Llegaste trayendo contigo, como lo hace cada niño, el mensaje de que aún no me he decepcionado del hombre. Dos células unidas ahora en un milagro. Dos células, cada una de ellas conteniendo veintitrés cromosomas y dentro de cada cromosoma cientos de genes, los cuales controlarían cada una de tus características, desde el color de tus ojos hasta el encanto de tus modales y el tamaño de tu cerebro. Teniendo bajo mi mano todas esas combinaciones, empezando con ese único espermatozoide entre los cuatro millones de tu padre, gracias a los cientos de genes en cada uno de los cromosomas de tu madre y de tu padre podría haber creado trescientos mil millones de seres humanos, cada uno de ellos diferentes de los demás. Pero, ¿Quién fue el ser creado por mí? ¡Tú! Único en su clase. El más excepcional entre los más excepcionales. 

Un tesoro inapreciable, poseedor de cualidades mentales y de lenguaje, de movimiento y de apariencia y capaz de acciones como ningún otro ser que haya vivido, viva o vivirá. ¿Por qué te has valorado en centavos cuando eres digno del rescate de un rey'?. ¿Por qué escuchaste a todos aquellos que te menospreciaron... y lo que es aun peor por qué les creíste? 

Acepta el consejo. Ya no ocultes tu singularidad en la oscuridad. Haz que te salga a relucir muéstrasela al mundo. No te esfuerces por caminar como camina tu hermano, ni en hablar como habla tu líder, ni en trabajar como lo hace al mediocre. Jamás hagas lo que hacen los demás. Nunca imites. Porque como podrás saber que no estas imitando el mal; y aquel que imita el mal siempre va más allá del ejemplo que le han dado mientras que a quien imita el bien, siempre se queda corto. No imites a nadie. Sé tú mismo. Demuéstrale al mundo tu singularidad y todos te cubran de oro. 

Esta es entonces, la segunda ley. Proclama tu singularidad. 
Y ahora ya has recibido dos leyes. ¿Cuenta tus bendiciones? ¿Proclama tu singularidad? No tienes ninguna desventaja. No eses un ser mediocre. Asientes. Luces una sonrisa forzada. Reconoces que te has engañado a ti mismo. ¿Y qué me dices de tu siguiente queja? ¡La oportunidad jamás sale a tu encuentro! 

Acepta el consejo y te saldrá al paso, ya que ahora te ofrezco la ley del éxito en toda empresa. Hace muchos siglos se les dio esta ley a tus antepasados, desde la cima de una montaña. Algunos acataron la ley y he aquí su vida se vio colmado con el fruto de la felicidad, el logro, el oro y la paz mental. La mayoría no escuchó, pues buscaba medio mágicos, senderos tortuosos o esperaba que el dominio llamado suerte les hiciera entrega de toda la riqueza de la vida. Todos ellos esperaron en vano... así como tu esperaste, y después se lamentaron, lo mismo que tú te lamentaste, culpando de tu falta de suerte a mi voluntad. 

La ley es muy sencilla. Jóvenes o ancianos, mendigos o reyes, blancos o negros, hombres o mujeres... todos pueden emplear este secreto en beneficio propio; ya que de todas las reglas, de todos los discursos y escritores que versan sobre el éxito y las formas de alcanzarlo, sólo hay un método que jamás ha fallado... a quién quiera que te exija que lo acompañes un kilómetro. . . acompáñalo dos. 

Esta es, entonces la tercera ley... el secreto que te producirá riquezas y hará que sea aclamado más allá de todos tus sueños. 
¿Sigue adelante otro kilómetro? 
El único medio seguro para alcanzar el éxito es prestar más y mejores servicios de los que se esperan de ti, sin importar cuales puedan ser las tareas. Es un hábito que han seguido todas las personas que han tenido éxito desde inicios de los tiempos. 
Por tanto te digo que el camino más seguro para condenarte a la mediocridad es desempeñar aquellas tareas por las cuáles te pagan. No pienses que estafan si rindes más de las amonedas de plata que recibes. Ya que en la vida hay un péndulo para todo y el sudor de tu frente, sino se vio recompensado el día de hoy, lo será el día de mañana multiplicado diez veces. El mediocre nunca camina otro kilómetro ya que piensa que por qué habría de estafarse así mismo. Pero tú no eres ese mediocre. Caminar un kilómetro más es un privilegio del cuál debes apropiarte por iniciativa propia. No puedes, no debes evitarlo. 

Despreocúpate, has sólo tan poco como los demás y la responsabilidad de tu fracaso será únicamente tuya. No puedes prestar un servicio sin recibir la justa recompensa, como tampoco puedes evitar prestarlos sin sufrir la pérdida de la recompensa. Causa y efecto, medio y fines, semilla y fruto, son cosas que no se pueden separar. El efecto ya florece en la causa, el fin preexiste en el medio y el fruto siempre está en la semilla. 

Sigue adelante otro kilómetro. No te preocupes si sirves a un amo ingrato. Sírvelo aún más. Y en ves de él permite que yo sea tu deudor, ya que entonces sabrás que cada minuto, cada esfuerzo de un servicio adicional te será pagado con creces. Y no te preocupes en cada caso de que tu recompensa no llegue pronto. Ya que entre más tiempo te sea retenido el pago, tanto mejor para ti... puesto que el mayor beneficio de la ley son los intereses compuestos sobre los intereses compuestos. No puedes exigir el éxito, solo puedes merecerlo... y ahora el maravilloso secreto que es necesario para merecer su singular recompensa. 

¡Camina otro kilómetro! 
¿En donde está ese campo desde donde una vez clamaste que no había la menor oportunidad? 
¡Mira! Mira a tu alrededor. Observa en donde apenas ayer te revolcabas en los desechos de la autocompasión, ahora caminas erguido sobre una alfombra de oro. Nada ha cambiado. . . excepto tú, pero tú lo eres todo. 

Tú eres mi milagro más grande. Tú eres el milagro más grande del mundo. Y ahora las leyes de la felicidad y el éxito son tres. 

¡Cuenta tus bendiciones! 
¡Proclama tu singularidad! 
¡Camina otro kilómetro!

Muéstrate paciente con tu progreso. Contar tus bendiciones con gratitud, proclamar con orgullo tu singularidad, avanzar un kilómetro adicional y después otro, son actos que nos llevan a cabo en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo todo aquello que se adquiere con más dificultad es lo que se conserva durante mayor tiempo; como quienes han ganado una fortuna se muestran más cuidadosos de ella que aquellos que la han heredado. Y no temas adentrarte en tu nueva vida. Toda adquisición noble va acompañada de riesgos. 

El que teme tropezarse con estos últimos no debe esperar el logro de la primera. Ahora ya sabes que eres un milagro. Y no puede existir el temor en un milagro. Siéntete orgulloso. No eres el capricho momentáneo de un despreocupado creador que experimenta en el laboratorio de la vida. No eres esclavo de fuerzas que puedes comprender. Eres una libre manifestación de una fuerza que sólo es mía, de un amor que sólo es mío. Fuiste creado con un propósito. 

Siente mi mano. Escucha mis palabras. Tú me necesitas... y yo necesito de ti. Tenemos un mundo que debemos reconstruir... y si para ello se necesitase un milagro, ¿qué significa eso para nosotros? 

Ambos somos un milagro y ahora nos tenemos el uno al otro. Jamás he perdido la fe en ti, desde ese día en que por vez primera te hice girar en una gigantesca ola, arrojándote impotente sobre la arena. Según tu manera de medir el tiempo, eso sucedió hace más de quinientos millones de años. Hubo un gran número de modelos, muchas formas y muchos tamaños antes de llegar a la perfección en ti hace más de treinta mil años. En todos estos años, no he vuelto a hacer ningún esfuerzo adicional por mejorar lo que hice en ti. Ya que ¿Qué como es posible mejorar un milagro? 

Fuiste algo maravilloso de contemplar y me sentí complacido. 
Te entregué este mundo y el dominio sobre él. Después, a fin de permitirte que alcanzaras tu pleno potencial, coloqué mi mano sobre ti una vez más, y te doté de poderes desconocidos para cualquier otra criatura en el universo, incluso hasta este día. 

Te concedí el poder de pensar. 
Te concedí el poder de amar. 
Te concedí el poder de reír. 
Te concedí el poder de imaginar. 
Te concedí el poder de crear. 
Te concedí el poder de planear. 
Te concedí el poder de hablar. 
Te concedí el poder de orar. 

Mi orgullo en ti no conoció límites. Fuiste mi máxima creación, mi milagro más grande. Un ser viviente completo. Un ser capaz de adaptarse a cualquier clima, a cualquier penuria, de enfrentarse a cualquier desafío. Un ser capaz de controlar su propio destino sin ninguna interferencia de mi parte. Un ser capaz de traducir una sensación o una percepción, no por instinto, sino otra ves del pensamiento y la liberación, en cualquier ocasión que sea mejor para sí mismo y para toda la humanidad. 

Así hemos llegado a la cuarta ley para alcanzar el éxito y la felicidad... ya que te concedí un poder más, un poder tan grandioso que ni siquiera mis ángeles los poseen. 

Te concedí... el poder de elegir. 
Con este don te situé incluso por encima de mis ángeles. . . ya que los ángeles no son libres de elegir el pecado. Te concedí un control absoluto sobre tu destino. Te dije que deberías determinar, por ti mismo, tu propia naturaleza de acuerdo con tu libre albedrío. Al no ser de naturaleza divina ni terrenal, estuviste en libertad de modelarte en cualquier forma que prefieras. Tuviste el poder de elegir si querías degenerar en una de las formas más bajas de la vida, pero también tuviste el poder, de acuerdo con el juicio de tu espíritu, de renacer en las formas más elevadas, que son divinas. Jamás te he quitado ese grandioso poder, el poder de elegir. 

¿Qué has hecho con esa tremenda fuerza? Contémplate a ti mismo. Piensa en las elecciones que has hecho en tu vida y recuerda, ahora, esos amargos momentos en que habrías estado dispuesto a caer de rodillas si tan solo hubieses tenido la oportunidad de volver a elegir. Lo pasado, pasado está. . . y ahora ya conoces la cuarta gran ley de la felicidad y el éxito. Emplea con sabiduría tu poder de elección. 

Elige amar... en vez de odiar. 
Elige reír... en vez de llorar. Elige crear... en vez de destruir. 
Elige perseverar... en vez de renunciar. 
Elige alabar... en vez de criticar. 
Elige curar... en vez de herir. 
Elige dar... en vez de robar. 
Elige actuar... en vez de aplazar. 
Elige crecer... en vez de corromperte. 
Elige orar... en vez de maldecir. 
Elige vivir... en vez morir. 

Ahora ya sabes que tus infortunios no fueron obra de mi voluntad, ya que se te había conferido todo el poder, y la acumulación de hechos y pensamientos que te colocaron entre los despojos de la humanidad fueron obra tuya, no mía. Mis dones de poder resultaron demasiado grandes para su pequeña naturaleza. 
Ahora has crecido y has adquirido sabiduría y tuyos serán los frutos de la tierra. 
- Eres algo más que un ser humano, eres un ser humano digno. 
Eres capaz de lograr grandes maravillas. Tu potencial es ilimitado. 
¿Quién más, entre mis criaturas ha dominado el fuego? ¿Quién más, entre mis criaturas ha conquistado la ley de la gravedad, ha cruzado los cielos, ha conquistado a la enfermedad, a la peste y la sequía? 
¡Jamás vuelvas a menospreciarte! 
¡Jamás te conformes con las migajas de la vida! 

¡A partir de este día jamás ocultes tus talentos! Recuerda al niño que dice “Cuando sea un niño grande” pero, ¿qué significa eso? Ya que el niño grande dice: “Cuando sea adulto”. Y cuando ha llegado a la edad adulta, dice: 

“Cuando contraiga matrimonio”. Pero después de todo, ¿Qué significa estar casado? Entonces ese pensamiento cambia a “Cuando me jubile”. Y después llega la jubilación y mira hacia atrás el paisaje que ha recorrido; un viento helado lo barrido y de alguna manera se ha perdido de todo y ahora ha desaparecido. 

Disfruta de este día, el día de hoy... y mañana, disfruta del mañana. Has realizado el milagro más grande del mundo. Has regresado de una muerte en vida. Ya no volverás ha sentir compasión de ti mismo y cada nuevo día será un desafío y una alegría. Has vuelto a nacer... pero lo mismo que antes puedes elegir entre el fracaso y la desesperación, o el éxito y la felicidad. 

La elección es sólo tuya. Yo únicamente puedo observar como antes... lleno de orgullo... o de pesadumbre. 

Recuerda entonces, las cuatro leyes de la felicidad y el éxito. 
  • Cuenta tus bendiciones. 
  • Proclama tu singularidad. 
  • Camina otro kilómetro. 
  • Emplea con sabiduría tu poder de elegir. 
Y hay otra más, para cumplir con las otras cuatro. 
  • Haz todas las cosas con amor... amor hacia ti mismo, amor hacia los demás y amor hacia mí. 
Enjuga tus lágrimas. Estira tu mano, toma la mía y mantente erguido. Permíteme cortar la mortaja que te ha mantenido atado. 

El día de hoy has sido notificado. 

TÚ ERES EL MILAGRO MÁS GRANDE DEL MUNDO.


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500 mil personas en Estados Unidos experimentan la indigencia todas las noches. Enséñame el camino a casa, es un corto documental que captura la experiencia desde varias perspectivas, a través de emotivas historias de algunos ‘sin techo’ de la Costa oeste de los Estados Unidos, que enmarcan un retrato de la creciente crisis humanitaria que se está viviendo.
Esta película que te sumerge en la desgarradora situación que viven miles de personas contando sus historias reales, es un primer paso luchar contra las actitudes desinformadas y las políticas anticuadas de la sociedad capitalista.
En definitiva, el film muestra a los espectadores una mirada profunda de la escalada, alcance y diversidad de una América desamparada en muchos aspectos.

INVOLUCRARSE

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sobre las organizaciones con las que trabajó 
el equipo de filmación de Lead Me Home 
durante la filmación del documental.

Lead Me Home | Official Trailer | Netflix

Angel Olsen 

 Endless Road 
Camino sin fin

Bueno, cada camino que veo
Well, every road I see

Se aleja de mi
Leads away from me

no hay uno solo
There's not a single one

Eso me lleva a casa
That leads me home

El camino sigue diciendo
The road keeps saying

Amigo, ven a ver qué hay a la vuelta de la esquina
Friend, come see what's round the bend

Entonces, ¿es de extrañar que deambule?
So is it any wonder that I roam?
Todos los lugares en los que he estado
All the places I have been

Sigue llamándome de nuevo
Keep calling me back again

Abajo en los pinos
Down in the pines

Escucho los vientos fríos soplar
I hear the cold winds blow

Mi corazón sigue diciéndome
My heart keeps telling me

Footloose y sin fantasía
Footloose and fancy-free

Y el camino pasa
And the road goes by

Y me llama como va
And calls me as it goes
Bueno, tal vez en algún lugar hay alguien
Well, maybe somewhere there's a someone

Esperando allí con una sonrisa
Waiting there with a smile

Y tal vez habrá un lugar
And maybe there'll be a place

Para parar y descansar un rato
To stop and rest awhile

Y tal vez no estabas destinado a ser
And maybe you weren't meant to be

Solo una piedra rodante
Just a rolling stone

Y hay un camino para viajar
And there's a road to travel on

Que te lleva de vuelta a casa
That leads you back to home
Oh, pero seguiré viajando
Oh, but I'll keep travelling on

Sigue mirando el amanecer
Keep looking at the dawn

Hasta que pueda dejar este cuerpo solitario
Till I can lay this lonesome body down

Y cuando ese día haya llegado
And when that day has come

Nunca más vagaré
I nevermore will roam

Y cada camino que veo me llevará a casa
And every road I see will lead me home

Autores de la canción: 
Mae Boren Axton / Ray Phoenix
Letra de Endless Road © Irving Music Inc.

El milagro mas grande del m... by Kamus Campos