EL Rincón de Yanka: FAMICIDIO

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viernes, 4 de julio de 2025

DOSSIER/DOCUMENTAL "UNA FAMILIA VASCA. LOS BAGLIETTO": EL CENTRO-DERECHA. OBJETIVO DE ETA 👥💥💀



EL CENTRO-DERECHA. 
OBJETIVO DE ETA

Algunas personas, no tantas como sería deseable, conocen algunos de los hechos relacionados con el asesinato de Ramón Baglietto Martínez, exconcejal de UCD en Azcoitia (Guipúzcoa), en el Alto de Azkárate, un 12 de mayo de 1980.

Así, por ejemplo, el hecho de que uno de sus dos asesinos, Cándido Azpiazu, había sido salvado por su víctima dieciocho años antes, cuando un camión arrolló a su madre y su hermano. E igualmente el que el victimario, después de cumplir doce años de prisión, de los cuarenta y nueve a que había sido condenado por la Justicia, abrió un negocio de cristalería en los bajos de la misma casa en que habitaba Pilar Elías, viuda de Ramón Baglietto, y en esos momentos concejala del PP en Azcoitia, una afrenta especialmente cruel.

Todas esas circunstancias serán abordadas en nuestro documental, pero la intención del mismo es mucho más ambiciosa: 
En primer lugar, queremos inscribir ese crimen en un contexto más amplio, el de la sistemática persecución que ETA llevó a cabo en el País Vasco contra los dos principales grupos que representaban a la derecha y al centro-derecha (Alianza Popular y Unión del Centro Democrático) durante los años de la Transición, al objeto de lograr, mediante el terror, que esas opciones políticas quedaran excluidas de las tres provincias vascas. Y para ello entrevistaríamos al periodista Gorka Angulo, autor del libro “La persecución de ETA a la derecha vasca”, y miembro del staff del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, y al político Jaime Mayor Oreja, quien, como líder de UCD en el País Vasco en aquellos momentos, vivió de primera mano ese feroz acoso, que tuvo en el militante Luis Candendo, asesinado en Anzuola (Guipúzcoa) en 1978, a su primera víctima.

En segundo lugar, perseguimos aproximarnos a la familia vasca de los Baglietto a través de varias generaciones, con especial hincapié en Ramón y sus hermano Pedromari. Una familia, la que nos ocupa, en la que se da la paradoja de que encontremos incluso a un cabecilla etarra, Eugenio (Antxon) Etxebeste, primo de Ramón Baglietto. Y un crimen que se produjo en una zona especialmente hostil para los demócratas vascos (recordemos, por ejemplo, que en 1980 José María Piris, de solo trece años, había fallecido en Azcoitia a consecuencia de la bomba que ETA había colocado en los bajos del coche de un guardia civil, crimen sobre el que la banda “pediría perdón” cuatro décadas más tarde, y que en la misma localidad los terroristas asesinaron a José Tomás Larrañaga, íntimo amigo de Ramón Baglietto, en su tercer intento.


DOCUMENTAL "UNA FAMILIA VASCA. LOS BAGLIETTO, 
el centro derecha objetivo de ETA"


FUNDACIÓN MIGUEL ÁNGEL BLANCO

sábado, 26 de abril de 2025

REVISTA "LA CASA DE NUESTROS PADRES": UN PASEO NOSTÁLGICO POR LO QUE NOS LEGARON NUESTROS MAYORES 👪👦👧👨👩👴👵


LA CASA DE NUESTROS PADRES
Un paseo nostálgico por los valores, 
los principios, las normas y tradiciones 
del mundo que nos legaron nuestros mayores

Revista Naves en Llamas Nº 8: 
Crónicas y análisis desde el fin de Occidente

 Raúl González Zorrilla

La Revista Naves en Llamas, que se ha convertido en uno de los grandes referentes informativos del pensamiento conservador en castellano, alcanza su octavo número. En este número especial de Navidad, que se abre con una magnífica ilustración que el inolvidable dibujante y pintor norteamericano Norman Rockwell realizó en 1950, la publicación, de la mano de algunos de los ensayistas españoles más destacados del momento, recorre lo que define como "la casa de nuestros padres". O, lo que es lo mismo: un espacio nostálgico donde se aglutinan los valores, los principios, las normas y las tradiciones que construyeron el mundo que nos legaron nuestros mayores, y que hoy parecen licuarse ante nuestros ojos a velocidad de vértigo.
La revolución del Varón Dandy

Mis recuerdos de la infancia huelen a café recién hecho, a biz­cochos dorándose en el horno y a vapores de eucalipto en una cocina que era el corazón de todos y de todo. Mis recuerdos de la infancia tienen de fondo la voz de mi madre charlando con las vecinas, la sintonía del con­sultorio de Elena Francis que permanentemente sonaba en la radio del aparador, las canciones de Nino Bravo que se repetían una  y otra vez en el radiocasette del coche familiar y los discos de Fórmula V que buscaba en los mercadillos de las fiestas de los pueblos. Mis recuerdos de la infancia tienen el sabor del cocido madrileño que en los inviernos oscuros y siempre húmedos del norte preparaba nuestra yaya, de la merluza a la parrilla que cocinaba mi padre en una auténtica ceremonia cotidiana en la que él era rey y vasallo a la vez y de los polvorones que siempre llegaban por Navidad. Mis recuerdos de la infancia son imágenes cada vez más borrosas de mis padres vestidos de domingo para salir a tomar el vermut, de mi tío Julio, perfumado a rebosar de Varón Dandy, ataviado con su eterna gabardina marrón, su inmenso maletín negro y un Farias inagota­ble colgando de la boca, llegando a casa siempre protestando porque lo que veía en la calle ya casi nada tenía que ver con lo que él había cono­cido en su amada tierra castellana...

Ahora, muchos años después de aquellos tiempos idos ya para siempre, cuanto más me esfuerzo en rememorar cómo era el hogar donde viví los primeros años de mi vida, más claramente comprendo que el universo de aromas, sabores, sonidos y visiones que conformó nuestra infancia y nuestra primera juventud estaba también repleto de una larga ristra de valores, saberes, costumbres, tradiciones, principios y normas que pa­cientemente, y en ocasiones también involuntariamente, nos transmitían nuestros mayores y que son los que, en tiempos muy difíciles, hablan conseguido convertir el mundo, en general, y nuestro mundo, en particu­lar, en un lugar infinitamente mejor que el que ellos habían recibido de sus antecesores.

De este modo, junto a los vahos de Brummel y del Agua de Colonia Concentrada Álvarez Gómez viajaba nuestro primer contacto con la hon­radez, la decencia y la dignidad y, sobre todo, aquellos aromas alumbra­ban una realidad en la que nuestros padres y abuelos, con mucha menos riqueza que nosotros a su alrededor, distinguían claramente a las víctimas de sus verdugos, valoraban como un tesoro el acceso a la educación que ellos apenas habían disfrutado, reconocían a un bribón en cuanto lo te­nían delante, sabían el significado de un apretón de manos y conocían la justa medida, la importancia exacta y los límites claros de palabras como democracia, libertad, tolerancia, justicia o progreso. Todavía no había caído el Muro de Berlín y, por ello, aún no había comenzado la venta generalizada de compromisos, el toma y daca de principios e ideas y la quiebra de las grandes ideologías referenciales del pasado siglo XX, cu­yo estrepitoso hundimiento abriría el camino al mundo distópico que hoy arde impenitentemente ante nuestros ojos.

Occidente ha crecido, se ha desarrollado y se ha convertido durante cen­turias en el faro del mundo levantándose sobre la fuerza del individuo, de los derechos y deberes de cada persona, pero también haciéndose fuerte en una inquebrantable estructura familiar que, siguiendo poderosas estir­pes, engarza con nuestros más remotos antecesores y que, a lo largo de los siglos, se ha visto reforzada por la solidez y consistencia que la filo­sofía griega, el conocimiento romano y la espiritualidad cristiana han proporcionado a esta institución troncal para el desarrollo colectivo. Hoy, cuando todo lo que un día levantó nuestra civilización parece encontrarse en liquidación por derribo, bajo múltiples fuegos cruzados o en el más completo abandono, vemos cómo la familia, en su papel de piedra angu­lar de nuestras sociedades, es la principal pieza a abatir por todos aque­llos que desde visiones, intereses y puntos de vista muy diferentes, con­vergen y coinciden en un objetivo común: acabar lo más rápidamente posible con eso que la nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha definido como "estilo de vida europeo", aunque poste­riormente haya tenido que pedir perdón por semejante "atrevimiento".

En este sentido, las elites empresariales y económicas, abrazadas en el "capitalismo woke" o en el "capitalismo políticamente correcto" que po­ne el planeta en manos de personajes de sainete como Greta Thunberg con el fin de poder continuar haciendo lo que les resulte más interesante para sus cuentas de resultados; los nuevos bárbaros neocomunistas que tratan de conquistar Hispanoamérica y Europa impulsados por el marxismo cultural difundido desde el Foro de Sao Paulo; el islam políti­co y económico que arrasa Occidente devorando nuestros valores y prin­cipios más sólidos con la fuerza de un tsunami alimentado incansable­mente con millones de petrodólares; y, en fin, el totalitarismo socialdemócrata que quiere convertir nuestras sociedades en un gigantesco proyecto de ingeniería política y cultural, saben, todos ellos, que las familias tradicionales, como si fueran las neuronas más activas del cuerpo social, son las que almacenan la memoria de nuestro pasado, nuestras tradiciones, nuestras costumbres, nuestras creencias y, en fin, todo el acervo ético, ideológico, intelectual y emocional que forma parte de nuestra geografía moral colectiva, desde Lisboa a Estocolmo y de Lon­dres a Moscú. 

Y, por ello, quieren acabar con esas mismas familias sub­vencionando sin concesiones el aborto extremo, promocionando la ideo­logía de género hasta la extenuación, impulsando los matrimonios del mismo sexo, eliminando la figura del padre de la ecuación procreadora, ridiculizando el instinto maternal, alentando el invierno demográfico, pennitiendo la difusión de la poligamia que llega de la mano de un ince­sante y bien engrasado flujo migratorio que tiene su origen en múltiples países musulmanes y, sobre todo, bailando el concepto de 'familia natu­ral' de una pátina de radicalismo, extremismo, intolerancia y "ultradere­chismo" que actúa como un disolvente perfecto para licuar esa trinidad que ya casi no se puede nombrar padre-madre-hijos.

Pero, sobre rodo, al dinamitar la familia tradicional, buscan acabar con el legado de nuestros antecesores para que los mandarines del nuevo orden mundial, ya saben, los turbocapitalistas tradicionales, los tecnócratas so­cialdemócratas, los funcionarios contados a miríadas, Jos matones de extrema-izquierda que hacen el trabajo sucio a todos los anteriores y los ejércitos islamistas bien subvencionados también por todos los anterior­mente citados, puedan a comenzar a recrear una realidad virginal mol­deada a su medida, sin pasado, sin tradición, sin nostalgia y sin anales ni legados a los que atender y rendir respeto. El sociólogo canadiense Ma­thieu Bock-Côté, lo explicaba perfectamente en el número anterior de Naves en Llamas: 
"La tentación totalitaria que se está desplegando hoy en día significa alejamos de la antigua civilización occidental y obligar­nos a una utopía diversitaria que dará a luz al nuevo hombre, sin raíces ni sexo, sin naturaleza ni cultura, sin padres o hijos, y perfectamente ma­leable de acuerdo con los métodos de la ingeniería de la identidad".
Efectivamente, eslc es el porvenir que están tratando de conformar para nuestros vástagos, un mañana volteado y alienante donde las ideas con­servadoras serán castigadas con la cárcel, donde el sentido común más elemental, como heredero privilegiado de una larga cadena de conoci­mientos transmitidos de padres a hijos, será arrumbado a los manicomios estatales y en el que día tras día todo será impenitentemente nuevo, reno­vado, reciente, actual y moderno. Vayan preparándose para entrar en ac­ción, porque cuando la quimera tiránica que tantos de entre nosotros están empeñados en poner en marcha se convierta en una realidad inelu­dible habrá de nacer una nueva Resistencia que reconocerá a los suyos en pequeños detalles que serán como linternas identificativas entre la llovizna totalitaria que nos calará hasta los huesos: una mano de mujer que tenuemente roza la mano de un hombre, un árbol de Navidad apenas vis­to en un jardín, un niño que juega con un viejo fuerte Comansi de vaque­ros e indios mientras su hermana peina a una estilizada muñeca Nancy, el humo poderoso de un asado de carne trabajado en la intimidad de una cocina recóndita, una pequeña cruz disimulada en el pecho, un flyer con la imagen de una modelo en bikini o, simplemente, la contraseña XXv­ XYp ('Las niñas tienen vulva y los niños, pene), que correrá solamente entre los canales más codificados, secretos y privados. Cosas como estas serán las que llamen a la acción. Que no les quepa duda: la siguiente Re­conquista, que también será conocida como la Revolución del Varón Dandy, comenzará un no muy lejano mes de diciembre, cuando unas po­cas familias, que luego serán muchas, levantarán un nacimiento sexista mientras cantan un villancico discriminador en un mercadillo navideño que, por supuesto, será ilegal.

Felíz Navidad.

 
Dégénération - DEGENERACIÓN (Mes aïeux) (Subtitulada)


Degeneration
Mes Aïeux

Degeneración

Tu tatarabuelo limpió la tierra
Ton arrière-arrière grand-père il a défriché la terre
Tu bisabuelo aró la tierra
Ton arrière-grand-père il a labouré la terre
Y entonces tu abuelo hizo la tierra rentable
Et puis ton grand-père a rentabilizé la terre

Y entonces tu padre vendió para convertirse en funcionario
Et puis ton ton père il a vendu pour devenir fonctionaire
Y entonces tu pequeño no sabes lo que vas a hacer
Et puis toi mon petit gars tu sait plus se que tu vas faire
En su pequeño tres y medio demasiado caro, 
frète en invierno
Dans ton petit trois et demi bien trop chère, frète en hiver
Se trata de usted del deseo de convertirse en un propietario
Il te vient des envie de devenir propriètaire
Y sueñas en la noche con tener tu pequeño pedazo de tierra
Et tu rêve la nuit d'avoir ton petit lopin de terre

Tu tatarabuela tuvo catorce hijos
Ton arrière-arrière-grand-mère elle a eu quatorze enfants
Tu bisabuela tenía casi tantos
Ton arrière-grand-mère en a eu quasiment autant
Y luego tu abuela tenía tres, eso fue suficiente
Et puis ta grand-mère en a eu trois c'tait suffisant
Entonces tu madre no lo quería, fuiste un accidente
Puis ta mère en voulait pas; toi t'étais un acciden
Y luego tú, mi niña, cambias de pareja todo el tiempo
Et puis toi ma p'tite fille tu change de partenaire tout le temp
Cuando haces basura, te salías con un aborto
Quand tu fait des conneries tu t'en sors en avortant
Pero hace la mañana te despertaste llorando
Mais ya des matin tu te reveille en pleurant
Cuando sueñas en la noche de una gran mesa rodeada de niños
Quand tu rêve la nuit d'une grande table entouré d'enfants

Tu tatarabuelo ha vivido la gran miseria
Ton arrière-arrière-grand-père a vécu la grosse misère
Tu bisabuelo recogió los Black Cennes
Ton arrière-grand-père il ramassait les cennes noir
Y entonces tu abuelo, milagro, se convirtió en millonario allí
Et puis ton grand-père, miracle, y est devenu millionaire
Tu padre lo heredó y lo puso todo en su RRSP
Ton père en a hérité et l'a toute mis dans ses REER
Y entonces, joven, le debes el trasero al ministerio
Et puis toi p'tite jeunesse tu dois ton cul au ministère
No hay forma de tener un préstamo en una institución bancaria
Pas moyen d'avoir un prêt dans une institution bancaire
Para calmar tus antojos de atracar al cajero
Pour calmer tes envies de hold-uper la caissière
Usted lee libros que hablan de simplicidad voluntaria
Tu lis des livres qui parlent de simplicité volontaire

Tus tatarabuelo sabían cómo celebrar
Tes arrière-arrière-grand-parents il savaient comment fêtez
Tus bisabuelos se arremolinaron fuerte en la estela
Tes arrière-grand-parents ça swignait fort dans les veillées
Entonces tus abuelos conocían la era del yé-yé
Puis tes grand-parents on connu l'époque yé-yé
Tus padres eran disco. Ahí es donde se conocieron
Tes parents c'etait les disco c'est là qu'ils se sont rencontrés
Y luego, amigo mío, ¿qué haces con tu noche?
Et puis mon ami qu'est-ce tu fais de ta soiré
Apaga el televisor. No te quedes atascado
Éteint donc ta TV, faut pas rester encabanné
Cada hora que en la vida hay cosas que se niegan a cambiar
Heuresement que dans la vie y a des choses qui refusent de changer
Ponte tu mejor ropa porque vamos a bailar esta noche
Enfile tes plus beaux habits car nous allons ce soir danser

VER+:



lunes, 17 de abril de 2023

PELÍCULAS "UNA FAMILIA DE TANTAS" 👪 y "LOS FERNÁNDEZ DE PERALVILLO (ESTE MUNDO EN QUE VIVIMOS) y LIBRO DE ANTHONY TROLLOPE y MINI-SERIE "THE WAY WE LIVE NOW"


Los Fernández de Peralvillo 
(Este mundo en que vivimos)

Los Fernández de Peralvillo es una película mexicana dramática del director mexicano Alejandro Galindo estrenada en 1954. Obtuvo el Premio Ariel a Mejor Película.

En este mundo en que vivimos, la modernidad ha dado paso a la deshumanización. Como un espíritu del barrio que previene a Mario Fernández de la maldad de sus actos, el cineasta incorpora al relato un borrachín, encarnado por Resortes, que fue amigo del padre del protagonista y único nexo con su origen. Éste será testigo del cruel destino que espera, según Alejandro Galindo, a quienes nacen para maceta y se atreven a pasar del corredor.

"Una familia de tantas" (1948)
Alejandro Galindo

Melodrama clásico mexicano. La violenta moral patriarcal tradicional y la rebelión del amor en la modernidad del consumo.
El orden y la tranquilidad de la familia Cataño es quebrantado el día en que toca a la puerta un vendedor de aspiradoras, empeñado en vender uno de sus modernos productos. A partir de ese momento, la adolescente Maru soñará con romper las cadenas que la atan a su conservadora familia.

La película “Una familia de tantas” es un filme de Alejandro Galindo en el cual, se expone un melodrama mexicano que involucra a la institución básica donde el hombre realiza su proceso de socialización y humanización: La familia. 
De acuerdo a los temas vistos en clase, uno de los más importantes y que más relación tiene con el filme es el de la representación ideológica. La ideología es un sistema de ideas, valores o preceptos de una colectividad, la cual organizará los sucesos del mundo con base en esas creencias sociales. En relación al filme, se puede observar en primera instancia un tipo de montaje ideológico ya que, las actitudes y valores que presentan los personajes y el espacio donde se lleva el de la historia dan a mostrar cómo era el modelo de conducta de una familia de los años cuarenta.

Finalmente, me gustaría mencionar que el filme se muestra una serie de modificaciones en el núcleo de la familia mexicana que dan paso a nuevas formas de convivencia y toma de roles de cada miembro que han sobrevivido hasta hoy en día. Sin embargo, aún existen muchas mujeres que presentan el modelo de mujer oprimida de Maru ya que, sus padres, aún viven inmersos en una sociedad donde los valores culturales y actitudes aún reflejan viejas ideologías. Esto confirma el hecho de que aunque las ideologías tiendan a cambiar con el tiempo, siempre se necesita de un agente de cambio que ayude a cambiar estos valores, lo que en este caso, en el filme, la mama de Maru logra mejorando la educación de sus hijos pequeños.


(The Way We Live Now)
(2001) Cap. 1 al 4
SUBTITULADO

Miniserie de TV. 4 episodios. Adaptación de la novela homónima del novelista inglés Anthony Trollope. Denuncia con crudeza el abandono de los modelos morales, el doble juego económico o la obsesión por el dinero que se esconden detrás de la intachable fachada de las instituciones victorianas.

Anthony Trollope

Augustus Melmotte, un banquero sin escrúpulos recién llegado a Londres, vende a sus inversores un producto sin valor y crea una burbuja que hace subir el precio de las acciones para acaparar beneficios. Esta historia, que podría pasar hoy, es la que se cuenta en esta novela de Anthony Trollope. 

El mundo en que vivimos está ambientada en el Londres de finales del siglo XIX y es una obra maestra, reconocida por la crítica como la mejor novela de Trollope. Su origen se encuentra en que el autor, tras regresar a Inglaterra de las colonias en 1872, se quedó horrorizado por la inmoralidad y deshonestidad que encontró en su país. Indignado, se sentó a escribir El mundo en que vivimos, y nada escapó a la sátira de su pluma: 
ni los políticos, ni los banqueros, ni el mundillo literario, ni los apostadores, ni siquiera el sexo. En un mundo de sobornos, venganzas y en el que las herederas se ganan como fichas de casino, los personajes de Trollope personifican los vicios de su sociedad, que son también los de la nuestra.
Una Familia de Tantas | Restaurada | 
Fernando Soler, David Silva, Martha Roth, Eugenia Galindo

EL MUNDO EN QUE VIVIMOS Cine de Oro Mexicano Película completa

VER+:







Unos versos para este tiempo 
en el que vivimos

Vivimos en la inmediatez. Todo lo queremos ‘para ayer’. Vivimos deprisa pues nos creemos que el tiempo ‘se nos agota’, como si no tuviéramos tiempo. ¿Tiempo para qué? Para llegar ¿a dónde? Y una vez alcanzada ‘la meta’ sin haber disfrutado del camino ‘pues no teníamos tiempo…’ ¿Qué hemos conseguido? ¿A dónde hemos llegado? ¿Ha merecido la pena todo lo que ‘hemos dejado’ mientras corríamos? Hemos convertido nuestra existencia en una carrera a ninguna parte.

Correr para llegar
a ningún lugar
pretendiendo ser más rápidos que el tiempo
cuando simplemente nos esclaviza
con nuestro consentimiento
permitimos que nos marque
cuándo hacer
aquello que queremos hacer
ignorando el verdadero ritmo del Universo.

Inventamos segundos que se harían minutos
minutos que se convertirían en horas
horas que se transformarían en días
días que crearían semanas
semanas que serían meses
meses que forjarían años
años que harían…
qué más da saber en qué se trocarían
si solo sabemos que perder el tiempo
porque en realidad
nada nos pertenece.

Buscamos la inmediatez
de algo que nunca llegará
pues la Naturaleza no tiene prisa
su paciencia es acorde
con aquello que nace, crece, vive y muere
tan solo el hombre altera el ritmo
de lo que debe ser
altera el orden
de lo que debería ser inalterable
creyéndose dominador de todo
cuando nada domina
iluso ignorante
que nada entiende
sencillamente
porque no se detiene y piensa
porque no se detiene y mira
porque no se detiene y siente
porque no se detiene
pues se cree dominador y señor del tiempo
demasiada prisa para llegar a ningún lugar.

miércoles, 7 de diciembre de 2022

POR QUÉ LAS LEYES TRANS PONEN EN PELIGRO A LOS NIÑOS por CARLOS NOVO 👪


Descubre por qué el movimiento trans es totalitario

por CARLOS NOVO
👪
El movimiento transgénero, promovido y respaldado por el poder político y mediático con la interesada complicidad buena parte del poder económico, constituye la gran manipulación del siglo XXI, la magna operación de adoctrinamiento de todos los niños de los países occidentales, la creación artificial de generaciones de ciudadanos convencidos de que pueden ser y elegir y tener cualquier cosa, aunque la realidad, convenientemente ocultada, señala que es el poder quien decide por ellos. También es una continua demostración de la profunda incoherencia de los dogmas izquierdistas, que tratan de diluir la identidad femenina definiendo a las mujeres como "personas menstruantes", mientras consideran auténticas mujeres a los hombres que dicen serlo.

Del pansexualismo a la sexualidad
El amor entre hombre y mujer lo es entre los dos componentes de su ser, el cuerpo y el alma. El pansexualismo es una deformación de esa realidad.
“Qué película más bonita, incluso para mis hijos. Lástima que hayan metido esa escena de sexo, que además no aporta nada a la trama” “Qué anuncio más ingenioso; lástima que tengan que poner esa imagen provocativa”. Son comentarios que en muchas ocasiones hemos pensado y hemos dicho. Constatamos, con pena, que en muchos ámbitos de la sociedad campea demasiado el sexo, sexo que se traduce en una escena subida de tono o en el uso comercial de una persona con escasa ropa. Es lo que llamamos el pansexualismo. Todo es sexo y sexo reducido a su dimensión física, externa.

Pero hay algo de cierto este pansexualismo. Somos sexo, sexualidad, y esta dimensión permea profundamente nuestra existencia diaria, nuestro ser. Y aquí viene la pregunta del filósofo. ¿Qué somos realmente? O mejor dicho, quiénes somos, quién soy. Está claro que no somos un mero objeto, como la piedra o la mesa, y también está claro, aunque algunos lo duden, que no somos simples animales. Reflexionamos sobre lo que hacemos, pensamos, nos damos cuenta de qué hacemos y de por qué lo hacemos. Somos algo más que un cuerpo vivo que se mueve de modo reflejo, de acá para allá, buscando comida y matando para poder vivir.

No lo dice solo la Iglesia católica, lo dice también la historia del Derecho, empezando por el derecho romano. Realizamos ciertos actos de los que somos responsables, y la justicia nos puede pedir cuentas, nos puede castigar, por ejemplo, por matar a un inocente. A un zorro no le podemos llevar ante un tribunal por haber matado dos gallinas.

¿Quién soy? Se han dado muchas respuestas a esta pregunta, incluso dentro de un sano pensamiento. La tradición cristiana clásica, sobre todo Santo Tomás de Aquino y sus muchos seguidores, hablan de cuerpo y alma. Corrientes más modernas hablan del espíritu encarnado, de la inteligencia sentiente, e incluso, precisando bien los términos, de cuerpo humano o mente y cuerpo. Son expresiones parecidas, cada una con sus matices propios. Todas expresan que el ser humano es un único ser que tiene, a la vez, dos componentes, uno material y otro espiritual o trascendente. Y como es un único ser, no puede prescindir de ninguno de los dos elementos. Ni es cuerpo, únicamente, ni es espíritu, únicamente. Es un cuerpo-alma, un ser entre dos mundos, pero que no puede prescindir de ninguno de los dos. Ciertamente, su parte espiritual es superior a su parte corporal, y en algunos casos tendrá que privilegiar esta parte; pero no puede despreciar sin más su parte corporal.

Vuelvo al tema inicial, el pansexualismo y su parte de verdad. El sexo (yo prefiero hablar de sexualidad) ésta insertado en el ser humano, y como él, es una realidad que vive entre dos mundos, que participa de los mismos dos mundos en los que vive el hombre, el mundo físico, biológico, tangible, del cuerpo, y el mundo no menos real del amor, de la voluntad, de la libre decisión y la trascendencia. Por ello la sexualidad tiene una parte biológica, física, y una parte afectiva, y ambas caras componen la misma moneda. No existen monedas con dos anversos o dos reversos; todas tienen un anverso y un reverso.

¿De quién se enamora Juan? ¿Del cuerpo de Juana, o de Juana, que tiene un cuerpo y a la vez un modo de ser, un corazón, una vida? ¿Con quién tiene una relación sexual, en sentido amplio y en sentido estricto? Si el centro de la relación es sólo el cuerpo de Juana, la relación está desbalanceada, y corre el peligro de terminar por los suelos, igual que si montamos una bicicleta con una rueda pinchada y rota. Necesitamos las dos ruedas, las dos dimensiones, los dos mundos que forman la vida del ser humano, igual que una mariposa necesita las dos alas para volar.

Esto es lo que enseñó San Pablo VI en la Humanae vitae (n.12), con unas palabras más profundas y más densas. Este Santo Padre nos recuerda “la inseparable conexión... entre los dos significados del acto conyugal: el significado unitivo y el significado procreador”. Simplificando los términos, y consciente del riesgo de toda simplificación, podríamos hablar del significado unitivo, afectivo o amoroso, y del significado procreador, más biológico, de procreación de un nuevo ser humano.

VER+:



* Sexocentrismo: se reduce y se busca reducir al hombre al conjunto de sus deseos, y dentro de ellos, a los deseos libidinales en el sentido más estrecho posible.

POR QUÉ LAS LEYES TRANS PON... by Yanka


viernes, 3 de junio de 2022

TEORÍA GENERAL DE LA FAMILIA Y EL MATRIMONIO COMO INSTITUCIONES ANTROPOLÓGICAS SEGÚN EL MATERIALISMO FILOSÓFICO 👪


Teoría general de la familia y el matrimonio 
como instituciones antropológicas

Se explica el núcleo, el cuerpo y el curso de estas instituciones, así como se esboza una tipología de familias y se expone un análisis funcional del papel de la familia nuclear en la España del presente
Introducción

La familia como institución parece estar desde hace años en el centro del debate público español y de otros países, habiendo recibido valoraciones muy diversas que se mueven entre dos polos extremos:

(1) de un lado, quienes conciben la familia como una Idea fuerza de la política, reducida a la familia tradicional católica entendida a su vez como familia natural, que consideran que la cultura occidental habría entrado en decadencia al ritmo que esta institución se iba devaluando en favor o bien del individualismo más atroz o bien de estructuras socialistas sucedáneas y falsas como el Estado, que quieren suplantar sus funciones; y
(2) de otro lado, quienes ven en la familia un estado de servidumbre de la mujer frente al varón, que impediría su autonomía y autorrealización laboral y personal, como eje principal de la estructura cultural patriarcal y opresora de la que ésta tendría que liberarse. Esta perspectiva tiende a ir acompañada de críticas más o menos definidas a la concepción de los primeros, acusándolos de reducir la variedad infinita de formas familiares a sólo la familia católica, e ignorando las familias monoparentales, con hijos adoptados, de padres homosexuales o incluso con alguno de ellos transexual, interraciales, etc. que harían de ésta una institución arbitraria en el fondo, en la que todo cabe y donde toda forma de familia es equivalente, es decir, vale lo mismo, que cualquier otra. O bien la familia sería una institución vestigial, sin sentido o incluso perjudicial en el moderno Estado de bienestar, dado que opondría a la igualdad de oportunidades que éste puede proveer a los ciudadanos el privilegio de ser hijo de tal persona.

De entre las dos posiciones extremas, la que ha llegado a calar en mayor grado en la opinión pública española actualmente es la segunda, oficial además a través de instituciones políticas como el Ministerio de Igualdad a cargo de Irene Montero o el Instituto de la Mujer, y es también la más peligrosa y dañina para España, por las razones que en seguida vamos a ver. Esta es la razón que aconseja que la crítica filosófica se centre en este tipo de concepción antes que en la tradicionalista, de carácter a día de hoy minoritario, y que pese a su tendencia a presentar como natural la familia católica reconoce al menos la diferencia fundamental y de valor entre la familia nuclear y las formas de familia no nucleares. Pero como hemos visto, la cuestión del valor de la familia es hasta cierto punto indisociable de la cuestión de qué es la familia, o sea de cuál es la esencia de la familia. En este sentido, hay que empezar por preguntarse esto último. Por tanto: ¿Qué es la familia?

1. Qué es la familia

La respuesta aparentemente más fácil a esta pregunta sería la siguiente: la familia es lo que las leyes vigentes en España digan que es la familia. Este tipo de concepción es lo que se conoce como formalismo jurídico, porque en la definición no entra en el contenido de lo que es la familia, sino que la reduce a una forma jurídica. Sin embargo, al formular este tipo de definición se incurre principalmente en cuatro contradicciones:

(1) Se cae en un puro círculo vicioso, porque incluye en la definición la misma palabra que quiere definir: la familia es lo que la ley diga que es la familia.
(2) No se da cuenta del hecho de que “lo que las leyes dicen que es la familia” va cambiando dependiendo de la sociedad política y del tiempo al que estemos haciendo referencia. No son lo mismo las definiciones de familia que aparecían en las leyes españolas de la Segunda República, que las que aparecían durante el Franquismo, que las que aparecen actualmente, ni que las que aparecen en las leyes mexicanas, argentinas, chilenas, francesas, alemanas, inglesas, italianas, etc. Esta es la razón por la cual una definición de este tipo no dice nada del contenido de lo que es la familia.
(3) Se incurre en una forma de idealismo al suponer que son leyes arbitrarias puestas por un gobierno las que crean de la nada la familia, cuando lo que sucede es que las leyes formalizan una institución material de la familia que ya preexistía a ellas, es decir, se limitan a darle un estatuto jurídico propio cuyo fin consiste en regular el tipo de relación económica que los esposos que se han casado van a mantener entre sí, la distribución de herencia entre los hijos cuando hayan fallecido, las obligaciones que los padres tienen de cuidarlos cuando estos son menores, etc.
(4) Y se incurre además en una forma de etnocentrismo, porque al reducir la familia a una forma jurídica deja fuera de ésta a todas las sociedades donde no existe un Estado que regule sus relaciones a través de leyes positivas. O sea, implicaría que ninguna sociedad no organizada políticamente puede tener instituciones familiares.

Por tanto, nosotros vamos a empezar por desmarcarnos de la concepción formalista jurídica de la familia, y en su lugar vamos a optar por una concepción institucionalista. Desde esta perspectiva, vamos a suponer que la familia no es meramente una forma jurídica sino sobre todo una institución antropológica, entendiendo por tal un modelo repetible y artificioso, generalmente transmitido de generación en generación con más o menos alteraciones, que define normativamente algún tipo de pauta de comportamiento de los miembros de una sociedad histórica dada. O sea, repetible porque para que un español pueda aprender a comportarse como se espera de un padre, el rol social de ser un padre tiene que poder ser repetido, y lo mismo va para el hijo, el hermano, el tío, el sobrino, la esposa, el nieto, la nieta, etc.; y artificioso no en el sentido de arbitrario, como si no hubiese razones objetivas de tipo histórico o ecológico que determinen por qué necesariamente la institución de la familia es de determinado tipo en X sociedad, sino en el sentido de que esas razones no son naturales, es decir, no están reguladas meramente por la biología. Y con esto nos desmarcamos de un lado de la concepción tradicional católica de la familia que ve en ésta una forma natural y de otro lado de la concepción progresista que supone que la familia es una especie de constructo arbitrario y opresor donde entra todo, puesto ahí voluntariamente por alguien sin que se sepa muy bien por qué ni cómo ha llegado a existir.

Y finalmente tenemos que distinguir entre concepciones fijistas y evolucionistas de la familia, para optar por las segundas. Así, supondremos que no hay una sola forma de familia, sino que como tal institución cultural hay muchas formas de familia distintas dependiendo de la cultura que estemos teniendo en cuenta, y que esas formas de familia van transformándose y cambiando con el paso del tiempo, y que además la familia no es eterna, sino que tiene un origen. Por tanto, a la definición de lo que es la familia, o sea, de su núcleo, tiene que acompañarle una precisión de cuál es también su género radical (es decir, de la transformación de qué ha resultado la familia, cuál es el origen de la familia), su cuerpo (es decir, los rasgos que se van acumulando en las transformaciones que van teniendo lugar en la institución familiar) y su curso (es decir, qué transformaciones se producen propiamente):

(1) Género radical de la familia:

Las especies animales, y entre ellas el ser humano como homo sapiens biológico, han evolucionado con un tipo de reproducción vivípara, es decir, en la que el embrión se desarrolla directamente en el interior del cuerpo de la hembra madre, al contrario que los organismos ovíparos como las aves o los peces, para los que el embrión se desarrolla en el interior de un huevo. El nuevo organismo animal resultado de esta multiplicación nace muchas veces en un estado indefenso frente a depredadores e incapaz de alimentarse por sí mismo, siendo así que requiere del cuidado al menos de la madre hasta alcanzada la madurez, que lo provee tanto de leche como de protección; así ocurre en todo tipo de primates. Si admitimos que los españoles actuales y el resto de hombres somos el resultado de la evolución de otras especies biológicas previas (homo afarensis, homo erectus, homo habilis, etc.) y que estas instituciones propias del homo sapiens se han ido sedimentando paulatinamente conforme las diferentes sociedades de hombres primitivos se fueron desarrollando históricamente, la familia como institución que aparece en culturas de todo el planeta no es sino la transformación por aprendizaje a través de instituciones de las relaciones etológicas que ya preexistían en el homo sapiens “en estado de naturaleza”. Hay que insistir en que esto no significa que la familia pueda ser explicada a través de “leyes naturales”, o que la familia sea algo que corresponda estudiar a un biólogo, más que a los antropólogos, sino que simplemente reconoce que, puesto que nada surge de la nada, también la familia como institución cultural tiene que ser el resultado de la transformación de algo previo que no era propiamente aún una institución.

(2) Núcleo de la familia:

Desde este punto de vista, podemos definir el núcleo de la familia como la comunidad o círculo estable de roles sociales que se establece entre padres y madres respecto de sus hijos o progenie, y el matrimonio como la relación que los progenitores de la familia mantienen entre sí.
En todas las culturas del mundo, el matrimonio es una estructura que está funcionalmente orientada a la procreación, a tener hijos. Si seguimos el análisis que de él hizo Arnold van Gennep (1986) en su obra Los ritos de paso, la boda como ceremonia que instituye un matrimonio sería el medio por el cual los individuos contrayentes que se casan ingresan en la madurez social. Dicho con otras palabras, alcanzar la madurez implica casarse y casarse implica alcanzar la madurez.

Además, el matrimonio, y por tanto la familia que se va a formar, no sólo interesa a quienes se casan, sino también a los mozos y damas de honor, a los parientes cercanos, a los grupos de ascendientes por línea materna y paterna y el resto de parientes en general, a la corporación profesional, casta, etc. a que estos pertenecen y, en suma, a la sociedad en su integridad. De ahí que las bodas conllevan una ruptura del equilibrio de toda la sociedad: se paraliza la producción, se gastan los ahorros… y que por su importancia le suela preceder un período más o menos largo de noviazgo. La boda suele tener lugar en primavera, invierno y otoño, es decir, en malas estaciones y no en época de trabajo en los campos, porque es en esta época cuando los trabajos están terminados, los graneros y las arcas llenos y es por tanto una buena ocasión para que los novios arreglen el nuevo hogar.
Una vez constituido el matrimonio, los contrayentes adquirirán el deber de contribuir a que la sociedad pueda continuar existiendo en el tiempo a través de la procreación, teniendo hijos, y tendrán además la obligación de educarlos conforme a las reglas y pautas de comportamiento tradicionales del grupo y de conseguir de ellos que se conviertan en miembros útiles y productivos. En una palabra, habrán generado una nueva familia.

(3) Cuerpo de la familia:

Si utilizamos la teoría de Gustavo Bueno (1978) de los tres ejes del espacio antropológico, es decir, la teoría según la cual las relaciones propias de una sociedad pueden ser clasificadas en tres planos o ejes: el eje circular (correspondiente a las relaciones que sus sujetos o miembros mantienen entre sí), el eje radial (correspondiente a las relaciones que estos mantienen con objetos o cosas) y el eje angular (correspondiente a las relaciones que mantienen con los animales como sujetos no humanos), es evidente que el núcleo de la familia se mantiene fundamentalmente en el eje circular.

Sin embargo, conforme la familia se desarrolla históricamente, se abren dentro de sus instituciones características relaciones que ya no son exclusivas del eje circular, sino también del eje radial y del eje angular:

(A) Del eje radial, una propiedad comunitaria de la familia, empezando por una vivienda compartida u hogar, que es lo que se conoce como patrimonio, y que los hijos heredarán bien a través de la línea de ascendencia materna, cuando la sociedad es del tipo matrilineal, bien a través de la línea de ascendencia paterna cuando es del tipo patrilineal, bien de un modo mixto a través de ambas cuando es del tipo ambilineal, como sucede actualmente en España. En este punto, cabe citar la interesante aportación que Luis Carlos Martín Jiménez hizo hace poco en el programa Teatro crítico del canal fgbuenotv que se titula “El estatuto jurídico de la institución familiar”{1}, donde propone que la familia adquiere su significado político precisamente a través de la propiedad familiar o patrimonio, siendo la propiedad privada una institución esencialmente política, regulada indirectamente por el Estado.
(B) Y del eje angular, de un lado los animales domésticos, o sea del hogar familiar, bien de recreo –mascotas como los gatos o muchas especies de perros– bien de ganado –para la producción de leche o lana en el caso de las ovejas, o para comerlos–, y de otro lado los esclavos en el caso de las sociedades esclavistas, como las de Antigüedad Clásica, Grecia y Roma. Y es que en éstas no se consideraba propiamente a los esclavos como personas, ni se los trataba del mismo modo que se podía tratar a un hombre libre (es decir, como contenidos del eje circular), sino como propiedades privadas del paterfamilias (del “padre de familia”), y por tanto como contenidos del patrimonio.


En cuanto a los animales de compañía, conviene aclarar la lamentable confusión que afecta a muchos de los pensadores progresistas de la España del presente cuando afirman que las mascotas son miembros de la familia. Efectivamente, las mascotas son parte de la familia en cierto sentido, y lo llevan siendo durante toda la historia, pero lo que no son es parte del núcleo de la familia sino del cuerpo; o sea, no están en pie de igualdad con los hijos o los padres sino al mismo nivel que otras propiedades familiares, aunque las relaciones que se mantengan con ellos no sean las mismas que se mantienen con una mesa o una puerta del hogar (propias del eje radial), sino de un tipo especial que los reconoce como sujetos y no como meros autómatas, aunque no sean sujetos humanos (eje angular).

(4) Curso de la familia:

Finalmente, sobre las transformaciones que la institución de la familia ha ido sufriendo a lo largo del tiempo, nos interesan particularmente las que terminarán dando lugar a la actual familia en España, y en esta línea de desarrollo tenemos que remontarnos por tanto a las familias griega y romana, donde se origina la propia palabra “familia”. Y ésta deriva precisamente de famulus, que hace referencia al esclavo doméstico. De esta etimología, Engels (1977) dedujo erróneamente que la mujer en la Antigua Roma tenía un estatus familiar del mismo tipo que un esclavo. Sin embargo, si siguiendo a Daniel Jiménez (2019) atendemos al testimonio de Dominico Ulpiano, las leyes romanas distinguían dos usos distintos de la palabra familia: uno con sentido el de propiedad (res), que hacía referencia al patrimonio, y otro con sentido personal (personae) que hacía referencia a todas aquellas personas libres bajo la autoridad del paterfamilias: hijos, nietos e hijos adoptivos. En cuanto a la mujer, había dos tipos de matrimonio: el cum manu, en el que ésta pasaba a la autoridad del marido, y que cayó en desuso ya a finales de la etapa republicana, y el sine manu, en el que permanecía bajo la autoridad del padre. Pero tanto en el primero como en el segundo, la mujer mantenía con su marido una relación completamente distinta de la que éste mantenía con sus esclavos.

En la práctica, la situación familiar de la mujer en esta y otras sociedades en las que la autoridad recae sobre el padre de familia (la familia patriarcal) no es de su esclavización u opresión por parte de éste, como pretende el feminismo hegemónico, sino en todo caso de infantilización. Es decir, a las mujeres se las trataba de manera semejante a como se trataba a los niños, y como tales no se las maltrataba por regla, como tampoco a los niños, sino que el rol masculino del padre, analizado también por David Gilmore (1994), tenía como fines fundamentales los tres “pro”: proveer, es decir, traer dinero a casa, proteger, es decir, evitar que cualquier otra persona pueda hacerle daño a su familia, y procrear, es decir, engendrar muchos hijos.

Sobre el desarrollo posterior de la familia, cabe también mencionar como tema de polémica en la actualidad la incorporación de la mujer casada al mercado laboral, tal y como fue explicada por Marvin Harris (1992) en su conocida obra La cultura norteamericana contemporánea. De acuerdo con el relato feminista oficial, la mujer en el hogar estaba oprimida y dependía del marido cuando el surgimiento espontáneo de la conciencia feminista y su organización como movimiento social condujo a su incorporación al mercado laboral, y con ello a su emancipación o liberación. Sin embargo, para Marvin Harris el proceso fue justamente el inverso: fue la incorporación de la mujer al mercado laboral, como resultado de procesos objetivos que estaban teniendo lugar en la base económica, la que dio lugar como superestructura ideológica al surgimiento del feminismo. En todo caso, esta incorporación no fue en ningún sentido una liberación o emancipación de la mujer, sino un cambio de la dependencia que ésta tenía respecto de su marido hacia una dependencia del jefe o jefa en el trabajo, o bien de los clientes que sustentan su negocio cuando llega a ser ella misma empresaria.
No se puede decir en ningún sentido, por tanto, que las mujeres en el mercado laboral son absolutamente libres y autorrealizadas, mientras que como amas de casa en el hogar están oprimidas y esclavizadas; lo que ha tenido lugar en cuanto a la posición de la mujer no es, en suma, una liberación, sino una transformación en su relación de dependencia.

2. Géneros y especies de familia

De entre los diferentes tipos de familia, lo primero que hay que hacer es distinguir la familia nuclear de la familia no-nuclear. Con familia nuclear nos referimos a todas aquellas formas de familia que cumplen la definición del núcleo, es decir, el ser una institución que consiste en la comunidad o roles sociales que se articulan en torno a los hijos o progenie; y con familia no-nuclear nos referimos a las formas de familia que si bien han partido históricamente de ese núcleo, son el resultado de su transformación hacia un estado tal que la comunidad doméstica en cuestión ha dejado de cumplir su función esencial relacionada con la procreación. O dicho en otras palabras, familias no-nucleares son todas aquellas estructuras evolucionadas de la familia que por razones objetivas son incapaces de generar descendencia dentro del seno de la propia pareja matrimonial; principalmente: la llamada “familia monoparental”, la “familia adoptiva”, la “familia de padres divorciados” y la “familia de padres (o madres) homosexuales”, dentro del “matrimonio homosexual”.
No se trata de dos géneros de familia simultáneos y puestos en pie de igualdad, porque para que puedan haber llegado a existir formas familiares no nucleares ha sido necesario que previamente existieran históricamente durante milenios formas familiares nucleares, mientras que, por el contrario, no era necesario que existiesen formas de familia no nucleares para que existiesen formas nucleares. O sea, la familia no-nuclear presupone la familia nuclear como de-generación suya, como pérdida del núcleo esencial, sin que se dé la contrarrecíproca. La familia nuclear tiene prioridad lógica e histórica sobre la familia no nuclear, dicho esto sin que tenga por sí mismo ningún sentido valorativo, es decir, sin que la nuclear tenga sólo por ser nuclear también prioridad axiológica.

(1) Especies de familia nuclear:

Dentro del género de la familia nuclear, dependiendo de cuál sea la línea de ascendencia por la que se hereda el patrimonio, ya hemos visto que se distinguían de un lado las instituciones familiares matrilineales, las patrilineales y las ambilineales. Y dependiendo de si en el momento de la boda es el hombre el que se traslada a la residencia de la mujer o al contrario, se puede distinguir también entre formas matrimoniales patrilocales (cuando la mujer se desplaza al hogar del marido), matrilocales (cuando es el hombre el que se desplaza al hogar de la mujer) y ambilocales (cuando no está socialmente definido de entrada el desplazamiento). Pero sobre todo, el criterio más importante de distinción de especies de familia es el que separa las formas familiares monogámicas (cuando el matrimonio se compone de únicamente un hombre y una mujer), poligínicas (cuando se compone de un hombre y varias mujeres) y poliándricas (cuando se compone de una mujer y varios hombres). La mayoría de culturas del mundo han desarrollado sobre todo familias del tipo monogámico, y sólo en condiciones ecológicas muy particulares llegan a formarse familias poligínicas (como en el caso de la cultura musulmana), o más raramente incluso poliándricas. La familia nuclear en España actualmente es del tipo ambilineal, ambilocal y por supuesto monogámica.

(2) Especies de familia no-nuclear:

Y dentro del género de la familia no nuclear podemos considerar las siguientes especies:

(a) En primer lugar, la familia monoparental. Es no nuclear por la sencilla razón de que el homo sapiens ha evolucionado hacia un tipo de reproducción sexual que requiere de dos progenitores distintos, y una sola madre o un solo padre no se puede autofecundar a sí mismo. Una madre puede tener hijos con otro hombre, pero si no está casado con ella como parte de la familia, entonces los hijos no han sido tenidos dentro del matrimonio ni es una familia, pero si sí lo ha hecho, entonces no sería una familia monoparental sino biparental, o sea nuclear.
(b) En segundo lugar, la familia adoptiva. De nuevo vuelve a ser no nuclear, porque si los hijos son adoptados, entonces por definición han sido concebidos fuera del matrimonio que los adopta, lo que no impide que puedan ser tratados por éste exactamente igual que si fuesen hijos biológicos suyos, y posteriormente heredarán de la misma manera de acuerdo con el código legal vigente en España.
(c) En tercer lugar, la familia de padres divorciados. En este caso, se parte inicialmente de una familia en el sentido nuclear, pero a través del divorcio el núcleo se desestructura; los padres ya no conviven juntos y con los hijos, sino que se reparten de mutuo acuerdo o a través de un juez cuándo corresponde tenerlos a cada uno de ellos.
(d) Y, en cuarto lugar, la familia de padres homosexuales, es decir con dos padres varones o con dos madres mujeres. Gustavo Bueno decía de ella en una entrevista en vídeo para Periodista digital sobre su ensayo El fundamentalismo democrático en enero de 2010, en palabras textuales, que el concepto de matrimonio homosexual “destroza completamente la estructura del matrimonio”{2}. Esto puede parecer una actitud homófoba, y sin embargo Bueno significó con esas palabras que si el núcleo –y por tanto la estructura– del matrimonio –y de la familia a su través– implica la generación de descendencia, entonces la noción de un matrimonio homosexual es esencialmente absurda, porque dos hombres, como machos generadores de espermatozoides, no pueden dar lugar a un nuevo individuo, ni tampoco dos mujeres, como hembras generadoras de óvulos, y por tanto el tipo de relación que se establece entre ellos no puede tampoco constituir un matrimonio en el sentido nuclear o fuerte. Y puntualizaba también que no hablaba de su derecho de constituir libremente todo tipo de vínculos de cariño mutuo, sino al concepto con el que se pone nombre a esos vínculos, en la medida en que el nombre “matrimonio” arrastra necesariamente un concepto de matrimonio que depende a su vez una teoría de lo que es antropológicamente el matrimonio.

3. El valor de la familia nuclear en la España del presente

Y llegamos finalmente al punto de debate en torno al valor que cabe atribuir a la familia nuclear para España actualmente. Y es que es evidente que la familia nuclear como institución ya no ocupa la posición central de la sociedad que le correspondía hasta al menos el siglo XIX, lo cual además puede verse por el surgimiento de las diferentes formas de familia no-nuclear que acabamos de analizar. Este proceso, que acompaña al descenso continuo de la tasa de natalidad y a la caída del llamado por Marvin Harris (1992) “imperativo procreador”, de acuerdo con el cual la actividad sexual y el matrimonio permanecían indisociables del fin de la reproducción, viene determinado principalmente por el hecho de que muchas de las funciones sociales que hasta la industrialización había desempeñado la familia van a ir siendo sustituidas por estructuras extrafamiliares de tipo político y mercantil, algo ya percibido por Max Weber (1979). Así, la función educativa va a pasar de la madre a las incipientes escuelas de instrucción pública; la función de protección va a pasar del padre a los servicios de policía nacional; la función de provisión intradoméstica, como el huerto de la casa, va a ir desapareciendo en favor del mercado público, y posteriormente más aún con la incorporación de la mujer casada al mercado laboral; y la función de cuidado de los ancianos va a pasar de los hijos a los nuevos sistemas públicos de pensiones, entre otras.

Todas estas transformaciones podrían dar lugar a pensar que la familia y el matrimonio actualmente no son más que instituciones vestigiales y accesorias, anacrónicas, que podrían simplemente desaparecer. Y sin embargo no es en absoluto así; ambas siguen siendo instituciones fundamentales{3}, y no sólo porque por razones biológicas y psicológicas un niño necesita para desarrollarse del cuidado de una madre estable y definida, y no simplemente de una mujer cualquiera funcionaria del Estado, sino porque el matrimonio nuclear es precisamente el que estadísticamente favorece en mayor medida la generación de descendencia.
Para que España pueda mantenerse en el tiempo, es decir, para constituir su eutaxia, es imprescindible determinado porcentaje de población activa laboralmente y contribuyendo con su acción económica (educación, sanidad, ejército, pensiones…), y para que eso suceda el mejor medio consiste en incrementar la tasa de natalidad nacional. Como alternativa, la inyección constante de inmigración no constituye ninguna solución, y no sólo porque la inmigración de países como Marruecos o Argelia no siempre es rentable económicamente, sino también porque ésta da lugar a una serie de contradicciones étnicas objetivas que terminan en conflictos de tipo religioso endémicos como los que se vienen sucediendo durante los últimos años en Francia.

Pero si la institución que mejor puede contribuir a mantener esa tasa de natalidad es precisamente el matrimonio nuclear, y no cualquier otro tipo de matrimonio sino particularmente éste, entre un hombre y una mujer, entonces podemos deducir de aquí la que llamaremos la regla política de protección del matrimonio nuclear. Lo que significa que un buen gobierno debería tender a favorecer la constitución del mayor número de matrimonios nucleares y por tanto de familias nucleares posible. Otros medios para favorecer la natalidad pasan por políticas como incentivos económicos directos (“cheque bebé”), rebajas impositivas a familias o campañas publicitarias. Y si bien es muy difícil que España pueda llegar a tener la tasa de natalidad que presentaba hace doscientos años, ejemplos como el de Hungría{4} son una muestra de que se puede revertir al menos parcialmente el proceso.

Final
Hemos visto, en suma, por qué la familia es una institución antropológica y no meramente una forma jurídica, y que si bien es cierto que hay muchos tipos de familia distintos (monogámica, poligínica, poliándrica) y no meramente la familia católica tradicional, no puede ponerse en pie de igualdad a las especies de familia y matrimonio nucleares y a las especies de familia y matrimonio no-nucleares. La familia nuclear no es ninguna ficción arbitraria destinada a la opresión de la mujer, sino una institución fundamental que sigue siendo imprescindible para la España del presente y que las políticas públicas deben procurar promocionar por los medios que sean necesarios.
Referencias bibliográficas

Bueno, G. (1971). Etnología y utopía. Valencia: Azanca.
Bueno, G. (1978). “Sobre el concepto de 'espacio antropológico'”, El Basilisco, 5, 57-69.
Gennep, A. van (1986). Los ritos de paso. Madrid: Taurus.
Gilmore, D.D. (1994). Hacerse hombre. Concepciones culturales de la masculinidad. Barcelona: Paidós.
Harris, M. (1992). La cultura norteamericana contemporánea: una visión antropológica. Madrid: Alianza.
Jiménez, D. (2019). Deshumanizando al varón. Kindle Direct Publishing.
Marx, K. y Engels, F. (1977). Obras escogidas de Marx y Engels. Tomo II. (En particular: El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.) Madrid: Fundamentos.
Weber, M. (1979). Economía y Sociedad. México: Fondo de Cultura Económica.
_______________________

{1} El estatuto jurídico de la institución familiar”, TC157 (5 marzo 2022), con José Luis Pozo Fajarnés, Luis Carlos Martín Jiménez, José María Fernández, Antonio Muñoz Ballesta y Francisco López Ruiz.
{3} 
Aludo a la distinción de Bueno (1971) entre componentes arcaicos, antiguos, clásicos y fundamentales de la civilización.

BODA EN LA PELÍCULA "EL VALLE DE LA VIOLENCIA"
(Shenandoah) 1965

"Yo, ------------, te acepto ------------- como mi legítimo espos@
para compartir junto a tu lado desde este día, lo bueno y lo malo;
la riqueza o la pobreza; la salud o la enfermedad;
y amarte, y protegerte, y obedecerte hasta que la muerte nos separe,
de acuerdo con las leyes sagradas de Dios te doy mi palabra de matrimonio.
Recibe este anillo como prueba de amor y de fidelidad.
Puesto que ------------- y ------------ han acordado
unirse por el santo sacramento del matrimonio
y han proclamado sus promesas ante Dios
y en presencia de cuantos aquí se encuentran.
Yo los declaro marido y mujer.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Aquellos a los que Dios ha unido nadie puede separarlo.

¿Qué es la familia? FORJA 156