EL Rincón de Yanka: METAS

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domingo, 9 de febrero de 2025

LIBRO "VIAJE A LA CIUDAD ETERNA": EN LA BÚSQUEDA DEL SENTIDO DE LA VIDA por DR. ANDREAS MAY 🔁

VIAJE A LA CIUDAD ETERNA
En la búsqueda del sentido de la vida

Viaje a la ciudad eterna es un ensayo que invita al lector a un viaje de pensamiento, en el que se buscan y se encuentran respuestas viables a las siguientes preguntas fundamentales de sentido: «¿De dónde vengo?», «¿cuál es el sentido de mi vida?», «¿qué viene después de la muerte?» y «¿cuál es el objetivo de la humanidad?».
El motor de este viaje de pensamiento es la búsqueda de la verdad objetiva y unívoca. El viaje comienza con preguntas filosóficas, continúa con una parte de ciencias naturales, que trata de la evolución, y conduce al cristianismo. 
Las observaciones recogidas en el libro, muestran que podemos encontrar las respuestas a nuestras preguntas existenciales en el cristianismo. Por lo tanto, se toma una nueva y fresca mirada al cristianismo. 
El libro muestra que el conocimiento científico y la revelación cristiana no se contradicen entre sí, sino que se complementan. La sinopsis de los resultados de las ciencias naturales con las verdades de la fe cristiana crea un cuadro impresionante, en el que la libertad humana juega un papel central.
INTRODUCCIÓN

Este libro es probablemente diferente a cualquier otro que haya leído hasta ahora. Quizás lo haya intuido al hojear el índice, ya que junto a preguntas filosóficas y temas científicos, aborda una temática religiosa amplia. Se preguntará si no habrá que hacer encaje de bolillos para conjugar cosas tan dispares. Antes que nada, tengo que confesar que lo he escrito pensando especialmente en todos los buscadores del sentido de la vida y de la verdad. Para mí, estos buscadores de sentido de la vida son personas que buscan responder a las tres preguntas más fundamentales del hombre: «¿De dónde vengo?», «¿Cuál es el sentido de mi vida?» y «¿Qué hay después de la muerte?».

A mi entender, buscadores de la verdad son todos los seres humanos que no quieren conformarse con lo que la sociedad actual les ofrece, todo un abanico de posibles diversas «verdades» bajo una clara premisa: 
«Elige las verdades que te plazcan; construye tu concepto privado del mundo como te guste; pero no te atrevas jamás a postular, ¡que tu verdad es válida también para los demás!». 
Los buscadores de la verdad son personas, que no han abandonado la esperanza de que existe una verdad única, realmente verdadera entre todas las múltiples «verdades» inconexas o incluso contradictorias que, hoy en día, se ofrecen en cualquier mercado. Anhelan una verdad que sea igualmente válida para todos los seres humanos y que dé sentido a todo. 
Los buscadores de la verdad son personas que se atreven a creer que, esa verdad objetiva y absoluta nonos está completamente oculta, sino que podemos aproximarnos a ella y reconocerla progresivamente desde nuestras limitaciones.

Este libro quiere ayudar al lector a acercarse a esta verdad objetiva y absoluta para conocerla cada vez más. Aquí se entiende por conocer, no solo un conocimiento puramente intelectual, sino un conocimiento que puede abarcar y llenar toda la vida, y darle un sentido profundo e indestructible. Sí, se trata de una verdad que puede y quiere dar un sentido colmado a cada vida humana, al sufrimiento y a la muerte y una esperanza sostenible para la eternidad. Ese camino es el que quiero recorrer con el lector en este libro. 

La búsqueda de la verdad siempre ha sido un leitmotiv, un tema principal de mi vida. Puede que también haya sido el suyo. 
En mi investigación científica como geólogo y paleontólogo, así como en mi vida espiritual y en mis relaciones interpersonales, siempre le he dado mucha importancia a la verdad. De modo metódico, pongo en cuestión absolutamente todo y trato de comprobarlo lo mejor posible antes de creerlo. 

Con esta búsqueda de la verdad también comienza la historia de este libro, hace ya cuarenta años. Mi entusiasmo por la paleontología y por el cristianismo siempre despertó, y sigue haciéndolo,controversias con la gente con la que me encuentro. Una y otra vez tuve y tengo que justificar cómo puedo creer en Dios como un científico razonable o cómo puedo estar convencido de la evolución siendo un buen cristiano. Más que en otros asuntos científicos, es en el campo de la evolución donde se libra una batalla mucho más cruenta por el dominio de las mentes. Probablemente sea porque el tema de la evolución siempre incluye la pregunta sobre el origen del ser humano, la cuestión «de dónde venimos». Y eso nos afecta más que cualquier otra cosa; porque la respuesta a la pregunta de dónde venimos incide directamente sobre las respuestas a las cuestiones de «quiénes somos» y «cuál es nuestra meta». 

He lidiado intensamente con todos estos interrogantes a lo largo de mi vida; porque para mí, como para muchas otras personas, es importante vivir una vida verdadera y auténtica. En mi opinión, esforzarse por la veracidad y la autenticidad es una condición necesaria e imprescindible para vivir una vida plena y verdaderamente feliz.

Sin embargo, pasó mucho tiempo y sucedieron muchas cosas en mi vida antes de que por primera vez intentara plasmar en papel mis pensamientos sobre estos temas: me doctoré en ciencias naturales en una universidad alemana, escribí numerosas publicaciones geológicas y paleontológicas1, empecé una nueva carrera profesional como informático, me mudé a Madrid para casarme con una encantadora española y ser profesor en una universidad americana, y regresé a Alemania después de casi diez años con mi esposa española y mis cuatro hijas. Mientras tanto, mi vida espiritual se hacía cada vez más profunda y la Iglesia Católica Romana se volvía cada vez más importante para mí. 

Aquí abordaré temas que me preocupan desde hace mucho tiempo y puede que a usted también, aunque tenga otra experiencia de vida totalmente distinta a la mía. Soy un paleontólogo entusiasta y un cristiano comprometido. Conozco a cristianos de muy diversas denominaciones y grupos, así como a ateos y agnósticos. 
Gracias a este contexto tengo la ocasión de conocer de un modo estrecho las muy diferentes opiniones sobre el tema de la evolución y el cristianismo. Sin embargo, yo no experimento que mi fe cristiana y la paleontología se opongan en lo más mínimo. 
El libro presenta una síntesis que orienta mi vida y que tal vez pueda dar luz a preguntas que se mantienen abiertas en su mente. 

El resultado de este recorrido intelectual y espiritual da lugar a este libro cuyas pretensiones resumo así: 

—Está dirigido a personas que busquen la verdad, que posean la voluntad de entrar sin prejuicios en este territorio. Es por esto que puede ser leído con independencia del nivel de conocimiento que se posea. Es adecuado tanto para personas con amplios conocimientos de ciencia o religión como para las que desconocen ambos ámbitos.
—El libro apunta a aquellos que buscan el sentido y la meta de su vida. En particular, a personas con una visión del mundo formada o influenciada por las ciencias naturales y que no se contentan con cualquier respuesta a su búsqueda del sentido y/o sus anhelos espirituales, sino que demandan una respuesta que se tome en serio sus conocimientos científicos.
—Se ofrecen al lector respuestas viables a las preguntas más fundamentales del hombre: 
«¿De dónde vengo?», «¿Cuál es el sentido de mi vida?», «¿Qué hay después de la muerte?»y «¿Cuál es la meta de la humanidad?». 
He puesto especial cuidado en presentar el estado actual de la investigación científica sobre la evolución humana, como parte de la respuesta a la cuestión: «¿De dónde vengo?».
—Partiendo de la visión científica del mundo que prevalece en la actualidad, apunto a una ruta hacia una vida plena. 
El libro ofrece una vista nueva y fresca del cristianismo que penetra en las verdades fundamentales de la fe. Descubrimos que el cristianismo no es una polvorienta reliquia del pasado, sino un camino hacia la verdad objetiva y el sentido de la vida. Este camino es factible para muchas personas.
—Se presenta una síntesis del conocimiento científico y de la revelación cristiana, que toma en serio ambas formas de percibir el mundo y no las mutila, sino que las pone en fructífera conversación entre sí. Lejos del reduccionismo, el libro esboza las líneas maestras de una cosmovisión integral en laque las ciencias naturales y la fe se complementan de forma armoniosa y constructiva2. El objetivo es ofrecer a la persona del siglo XXI una base intelectual sostenible para su vida. 

Lo que estoy formulando aquí son metas muy altas. Estoy seguro de que a usted también se lo parecen. Además, hay un gran número de ensayos y libros que tratan aspectos individuales de los temas abordados aquí. He consultado más de 1.300 publicaciones,de las cuales sólo he citado en el libro las 701 más recientes e importantes. Si se quiere llegar a las fuentes actuales de investigación, a menudo es mejor leer muchos artículos de revistas que unas pocas monografías. Sin embargo, estos 1.300 publicaciones son solo una pequeña parte del número total. Lo que falta es una sinopsis completa. Todos estos artículos y libros solo presentan aspectos puntuales. Además, a menudo están escritos desde perspectivas tan diferentes que no es fácil unirlos. Para un no especialista, a menudo es muy difícil saber qué publicaciones hay que tomar enserio y cuáles no tanto. En resumen, usted, como lector, tiene entre sus manos un libro fruto de ese arduo trabajo en el que se ha separado ya el trigo de la paja, ofreciéndole ahora un pan fácil de diger ira la par que nutritivo. 

Para abordar la escritura de este libro, me siento respaldado por mi doctorado en paleontología y los cuarenta años que he dedicado a la investigación en este campo, estoy familiarizado con los modelos que tienen las ciencias naturales para explicar el mundo. Como cristiano, soy miembro de una religión mundial, que existe desde hace 2000 años y que quiere abarcar y dar sentido a la vida. Me gano la vida como informático. Soy esposo, padre de cuatro hijas y vivo la vida de un empleado muy normal del siglo XXI en Alemania. 

Paleontólogo, informático y cristiano, esos son tres modos muy diferentes de percibir y explicar el mundo. Exactamente por eso he tenido siempre el afán de encontrar la verdad más profunda,poner en diálogo ópticas diferentes y enlazar distintos puntos de vista para alcanzar a vivir una vida auténtica e integrada. Les hablaré un poco más sobre mí y mi vida en el capítulo Retrospectiva al viaje, que concluye este libro. No tengo un título universitario en filosofía o teología, sin embargo, todos los lectores que quieran profundizar en las discusiones filosóficas o teológicas actuales encontrarán referencias a literatura moderna en los lugares apropiados del libro. Para quien todavía tenga dudas sobre mi cualificación en cuestiones teológicas, he publicado cinco artículos (May 2021a, 2021b, 2022, 2023a, 2023b) en revistas internacionales de teología en lengua inglesa revisadas por pares en los últimos años. Además,este libro forma parte del proyecto de investigación «Understanding Reality (Theology and Nature)», dirigido por el Prof. Dr. Johan Buitendag, Departamento de Teología Sistemática e Histórica de la Facultad de Teología y Religión de la Universidad de Pretoria (Sudáfrica). Pertenezco al grupo de investigación del profesor Buitendag.

Tras años de formación y trabajo personal, en este momento,me siento suficientemente preparado para abordar la escritura del libro que tiene en sus manos. Sin embargo, eso no me bastaría si yo fuera el lector de este libro; porque yo mismo he leído cosas espeluznantes en demasiadas publicaciones de expertos generalmente reconocidos o autoproclamados. Y aquí se trata de lo más importante, del sentido de la vida, respectivamente, su vida.

Para que usted pueda entender y comprobar que mis líneas de pensamiento están basadas en datos reales doy numerosas referencias bibliográficas y documento con la mayor precisión posible mis fuentes de información. Lo hago como se hace en muchas revistas científicas: 
escribo el autor y el año de publicación en el texto normal, y con eso se puede encontrar el trabajo en la bibliografía. Utilizo las notas a pie de página solo para las notas marginales y los comentarios complementarios que puedan distraer dela línea de pensamiento del texto principal. Soy consciente de quelas referencias a veces pueden ralentizar un poco la fluidez de la lectura, y que sería más cómodo prescindir de las citas. Pero no quiero contarle una historia fácil de consumir, sino que quiero ir con usted a la búsqueda de la verdad objetiva, la búsqueda del sentido de la vida y la búsqueda de la trascendencia. Por eso quiero y necesito ser lo más honesto y preciso posible.

He escrito este libro para los buscadores de sentido y de la verdad, porque yo mismo me considero uno de ellos. Tengo la valentía de afirmar que he encontrado un camino para aproximarme a esa verdad objetiva y absoluta. Esa verdad da un sentido profundo e indestructible a mi vida y a cada vida humana. No he descubierto el camino solamente por mí mismo o por inteligencia propia, sino que en mi vida he recibido muchísima ayuda. Con este libro me gustaría compartir este camino con usted. Sé que hoy en día estas palabras resultan escandalosas por dos motivos. Por un lado, afirmo que existe una verdad objetiva, válida no solo para mí, sino también para todos los seres humanos. Por otro lado —y eso es lo decisivo— en este libro propongo un camino para aproximarse a esa verdad objetiva. Le invito a comprobar por sí mismo, si considera válido lo que escribo. 

Este libro quiere invitarle de todo corazón a plantearse nuevamente las preguntas existenciales. Leerlo puede ofrecerle un acercamiento novedoso a estas cuestiones y quizás abrir horizontes desconocidos para su vida. También esta obra puede serle muy valiosa si tiene interés por los seres vivos. Quizás se haya preguntado, cómo puede compatibilizarse la teoría científica de la evolución con la enseñanza religiosa de la creación. Y espero que disfrute leyendo un resumen breve de lo que se sabe hoy sobre la evolución del hombre. 

Con todo —independientemente, de cuán diferente sea su punto de partida o su motivación—, quisiera hacer un viaje, en el cual nos expondremos a preguntas existenciales, buscaremos respuestas y nos enfrentaremos a las consecuencias. ¡No se preocupe!No va a necesitar una capacidad intelectual especial. Solamente necesita desear conocer la verdad y estar en disposición de buscarla honradamente, no tener miedo a cuestionarse, hacer observaciones desde distintos ángulos e ir razonando de una forma sistemática los hallazgos. No tema abandonar clichés infundados por amor a la verdad y la honestidad. Le prometo que este libro, en su totalidad, lo he escrito desde el anhelo profundo por conocerla verdad y desde la honestidad, y por eso voy a ser tan veraz y honesto como pueda. 

El contenido de este libro está enfocado a mostrar un camino para encontrar la verdad objetiva y el sentido de la vida. No postulo que sea el único camino posible, pero estoy convencido que es un sendero transitable para muchas personas. Si admito que existe una verdad objetiva y absoluta, entonces lógicamente, esta verdad tiene que afectar, no solo a la esfera material sino también, en el sentido más amplio, a la religiosa. Aspectos diferentes de la misma verdad pueden complementarse entre sí sin llegar jamás a contradecirse. Esto debe constituir una característica axial de esa verdad objetiva, que da a todo un sentido profundo y que todo lo relaciona satisfactoriamente entre sí. Claro está, que no puedo escribir sobre«todo», ya que soy un ser humano limitado. Tanto en la elección de los temas como en la profundidad con que la que los trato, me he ceñido a lo que, en mi opinión, es necesario para comprender y seguir mis razonamientos. 

Para empezar, el libro aborda las cuestiones fundamentales de si hay alguna verdad y por qué existe el universo, adentrándose rápidamente en el campo de las observaciones científicas. Aquí seda una importancia central al tema de la evolución y se presenta el estado actual de los conocimientos sobre la evolución del hombre.En este contexto, dedicaré un espacio relativamente amplio al área conflictiva entre creación y evolución, ya que sé por experiencia propia que las personas que buscan en este difícil terreno pueden perderse con demasiada facilidad. A partir de los resultados de los capítulos puramente científicos, se sucede el capítulo final, Creación y evolución, en el que se destilan algunos rasgos importantes del Creador. Tener en cuenta los hallazgos de las ciencias naturales modernas, nos ayuda a conocer mejor al Creador del universo,sin tener que recurrir (incluso ahora) a las tradiciones religiosas.

El libro afronta entonces la cuestión de cómo un Ser superior puede comunicarse con nosotros. A partir de ahí, se elabora un catálogo de criterios que se utilizan para averiguar qué cosmovisión o religión se corresponde más con la verdad. Las observaciones recogidas en el transcurso del viaje del pensamiento muestran que podemos encontrar las respuestas a nuestras preguntas de sentido en el cristianismo. Por ello, el último capítulo de la primera parte, ofrece una breve visión sobre los contenidos básicos de lafe cristiana y responde a las siguientes preguntas fundamentales:

¿De dónde vengo?», «¿Cuál es el sentido de mi vida?», «¿Qué hay después de la muerte?» y «¿Cuál es la meta de la humanidad?». 

Quiero revelarle ya desde ahora, que la meta de este viaje es la«Ciudad Eterna», en donde los seres humanos de todos los tiempos y todas las razas van a vivir juntos eternamente felices. Después de haberle conducido hasta allí en la primera parte de este libro,la segunda parte tratará de la vida para y en la «Ciudad Eterna». 
Este paseo por la «Ciudad Eterna» intenta mostrar una vista nueva y fresca del cristianismo. En el caso de que ahora comience a fruncir el ceño y piense que el cristianismo no puede decirle nada más, quisiera rogarle, más insistentemente si cabe aún, que no abandone la lectura. Estoy convencido, de que va a descubrir novedades importantes que van a ayudarle a revisar su opinión sobre el cristianismo. 

En la segunda parte del libro —titulada La Ciudad Eterna—presento en primer lugar importantes puntos comunes que tienen todos los cristianos. Después, se examina lo que el cristianismo tiene que decir sobre el sufrimiento. A continuación, se aborda el tema del pecado, seguido de un capítulo sobre la muerte, la resurrección y la vida eterna. Después examino Los relatos de creación del libro Génesis y constituyo así el puente hacia el capítulo Cristianismo y evolución: una síntesis, que es el punto culminante del libro. En dicho capítulo encontrará una importante combinación de los resultados científicos de la primera parte del libro con las verdades cristianas de la fe en la segunda parte del libro. Se demuestra que el conocimiento científico y la revelación cristiana no se contradicen, sino que se complementan. Esto es especialmente cierto para el tema de la evolución y la creación. Surge un cuadro impresionante en el que la libertad humana juega un papel central. El libro concluye con el capítulo Retrospectiva al viaje. Aquí no me limito a un resumen con comentarios, sino que lo complemento con acontecimientos de mi experiencia personal. 

Como podrá ver, el libro tiene una estructura muy clara, una argumentación muy trabajada de modo que cada capítulo se apoya en el anterior siendo todos premisas de la conclusión. En puntos clave de la primera parte del libro, plantearé cuestiones fundamentales. Para cada una de estas preguntas hay varias respuestas posibles y cada una de ellas conllevará consecuencias para la continuación del viaje. Por eso, usted verá dónde se separan los caminos y podrá decidir, honestamente, qué dirección quiere tomar. Debido a que estas preguntas encierran aspectos válidos para todos los hombres y otros quizás no tanto, habrá en el camino tramos que recorreremos juntos y otros que quizás recorrerá en solitario. 

Como puede ya atisbar, en algunos casos, ni las preguntas ni las respuestas serán en absoluto nuevas. Sin embargo, le prometo que el viaje le resultará muy enriquecedor, interesante y en algunos puntos seguramente sorprendente. Esta es mi apuesta. 

Y ahora, por favor, tome asiento y ajústese el cinturón porque el viaje que comienza aquí no será en absoluto tranquilo. 

Mientras se abrocha, quiero comentarle que este libro está basado en un manuscrito que había preparado para mis compatriotas alemanes. Estoy muy agradecido a mi esposa, Ana Mª Contento, por su apoyo incansable. Además, doy muchas gracias a la Sra. María Dolores Toves (Madrid) y al Sr. Javier Menárguez MD PhD (Madrid) porque han revisado el español de mi traducción. También quiero expresar mi agradecimiento a todas las otras personasen Alemania y España que ayudaron a mejorar el manuscrito.
_____________________

1 Por si acaso usted se preguntase ahora qué he hecho como geólogo y paleontólogo, puede bajar mis publicaciones de las siguientes páginas de internet: https://www.researchgate.net/profile/Andreas-May-2https://independent.academia.edu/AndreasMay
2 Golshani (2020: p. 447) sostiene que la investigación científica necesita como base una cosmovisión integral, en la que la ciencia y la fe se complementen. Por lo tanto, me gustaría invitar a los lectores que son científicos naturales a que consideren hasta qué punto la cosmovisión presentada en este libro podría serles útil.

Cristianismo y evolución:
unas tesis para la enseñanza de la religión

Referencia: Andreas May (2024): Viaje a la ciudad eterna

  • El libro del Génesis afirma que Dios creó todo. Pero el libro del Génesis no quiere describir cómo Dios creó todo. Por eso, al principio del libro del Génesis hay dos relatos de la creación muy diferentes uno al lado del otro. [Referencia: pp. 315-322] Las ciencias naturales modernas proporcionan una cantidad abrumadora de pruebas de que a) el universo y la Tierra tienen miles de millones de años de edad y b) la abundancia actual de seres vivos se ha desarrollado en el camino de la evolución. [Referencia: pp. 49-121] 
  • Dios creó el universo con las condiciones necesarias para que la vida pueda desarrollarse libremente: a) la indeterminación de la física cuántica y b) la sintonía exacta de las constantes físicas. [Referencia: p. 143, p. 329, pp. 133-135 ] 
  • Dios ha dado a la vida la libertad de desarrollarse según sus propias leyes. Dios intervino varias veces en la historia de la Tierra para promover el surgimiento y desarrollo de la vida inteligente. [Referencia: pp. 136-146] 
  •  Dios ha creado al hombre en el camino de la evolución para que tenga la máxima libertad. El hombre debe poder decidir libremente a favor o en contra del amor de Dios. Este máximo de libertad solo es posible a través de la evolución. [Referencia: pp. 260-261, pp. 347-349] 
  • Para que los seres humanos puedan vivir eternamente con Dios, Dios da a cada ser humano un alma inmortal. El alma no ha surgido de la evolución ni está compuesta de energía o materia, sino que es un regalo de Dios desde la trascendencia. [Referencia: p. 102-132, pp. 294-296] 
  • En la Caída del Hombre (Génesis 3), los seres humanos se dejaron seducir por el diablo. Los seres humanos querían ser como Dios. Como resultado, los seres humanos perdieron gran parte de su libertad y se convirtieron en esclavos del pecado. [Referencia: p. 267-291, p. 329, p. 343, pp. 348-349] 
  • Jesucristo, el Hijo de Dios, se hizo hombre, murió en la cruz y resucitó de entre los muertos para liberarnos de la esclavitud del pecado y abrirnos el camino hacia la comunión eterna con Dios Padre. [Referencia: pp. 281-286, p. 329, pp. 349-352] 
  • Todos los hombres que en su vida terrenal se deciden por Dios y responden a su amor vivirán eternamente en comunión con el Dios trino. [Referencia: pp. 293-313]

viernes, 22 de octubre de 2021

PRIMER FERROCARRIL TRANSCONTINENTAL: CENTRAL PACIFIC Y UNION PACIFIC 🚂



EE.UU. (10 de mayo 1869)
🚂

Fue el presidente Abraham Lincoln quien firmó la Ley de la Pacific Railroad que autorizaba la construcción de la primera línea de ferrocarril transcontinental de Estados Unidos y del mundo, una línea que unía las ciudades de Omaha con Sacramento.
MIentras la primera pertenecía a la red de ferrocarriles del Este de los Estados Unidos, la segunda pertenecía a California, en el lado del Pacífico.
Aquél fue un evento histórico que más de una vez hemos podido ver en diferentes películas.

Fue una loca carrera por conseguir el mayor número de kilómetros de vía férrea por las dos compañías implicadas en su construcción, la Union Pacific, que con sus 10.000 obreros, la mayoría de ellos irlandeses, partía desde la ciudad de Omaha en diciembre de 1865, y la Central Pacific, que con 12.000 trabajadores, mayormente chinos, lo hacía desde Sacramento en enero de 1863.
El resultado fue que la Central Pacific construyó 1.110 kms. de vías, atravesando California y Nevada, mientras que la Union Pacific construyó 1.749 kms. de vías férreas, atravesando el río Missouri, y pasando por Nebraska, Colorado y Utah.
Aún así, la competencia fue brutal y en muchísimas ocasiones desleal, con continuos sabotajes y desviación de las líneas para ocupar la mayor parte de terreno posible y así reclamar mayores subvenciones del Gobierno.
Finalmente, éste tuvo que tomar cartas en el asunto y ponerles a ambas investigadores y peritos que estudiaban y guardaban de la correcta construcción de las vías férreas día a día. Además, el Gobierno estableció exactamente cuál sería el punto de unión de ambas vías.

A causa del modo en que el Estado subvencionaba a las compañías que construían el ferrocarril, era sabido que éstas a veces saboteaban los ferrocarriles del otro para reclamar el terreno como propio. Cuando llegaron cerca del punto de unión, cambiaron las rutas hasta ser casi paralelas, de modo que cada compañía pudiera reclamar subvenciones del gobierno sobre la misma parcela de terreno. Harto de los enfrentamientos, el Congreso finalmente declaró dónde y cuándo deberían encontrarse los ferrocarriles. Equipos de inspección seguidos estrechamente por equipos de trabajo de cada ferrocarril se distribuyeron entre una y otra, impacientes por tender tanta vía como fuera posible. El equipo principal de la Central Pacific batió un récord tendiendo 16 kilómetros de vía en un solo día, conmemorando el acontecimiento con un poste indicador al lado de la vía para que se viera al pasar los trenes.




Trabajadores

La mayoría del tramo de la Union Pacific fue construida por trabajadores irlandeses, y por veteranos de los ejércitos de la Unión y Confederados. Brigham Young, presidente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, quiso ver el soporte inmigrante del ferrocarril y los campamentos en Ogden y Salt Lake City, Utah. Cuando la vía se aproximaba al Territorio de Utah, solicitó un contrato de trabajo con la Union Pacific. Conforme a este contrato llevado a cabo, las cuadrillas de trabajo estaban formadas casi por completo por mormones que construyeron la mayor parte de la vía en el territorio de Utah.
El tramo de la Central Pacific fue construido principalmente por inmigrantes chinos. Incluso aunque al principio se pensaba que eran demasiado débiles o frágiles para hacer este tipo de trabajo, después del primer día de los chinos en la línea, se tomó la decisión de emplear a tantos como fuera posible encontrar en California (donde la mayoría eran mineros del oro o trabajaban en industrias de servicio, como lavanderías y cocinas). Muchos más fueron traídos de China. La mayor parte de los hombres recibían entre uno y tres dólares por día, pero los trabajadores de China recibieron mucho menos. Con el tiempo, éstos se declararon en huelga y consiguieron un pequeño aumento de sueldo.
Además de la colocación de los rieles (que empleaba aproximadamente al 25% de la mano de obra), la operación también requirió los esfuerzos de cientos de herreros, carpinteros, ingenieros, albañiles, topógrafos, camioneros, telegrafistas y hasta cocineros, por mencionar solo algunos de los trabajos implicados en la construcción del ferrocarril.

Central Pacific

Seis meses después de la ley del Ferrocarril del Pacífico, el 8 de enero de 1863 el Gobernador Leland Stanford ceremoniosamente colocó la «primera piedra» para comenzar la construcción del ferrocarril Central Pacific en Sacramento, California. La Central Pacific hizo un gran progreso a lo largo del Valle de Sacramento. Sin embargo redujeron la marcha de la construcción, primero por las estribaciones de Sierra Nevada, luego por las propias montañas y, aún más importante, por las tormentas de nieve del invierno. Como consecuencia de ello, la Central Pacific amplió sus esfuerzos para contratar trabajadores inmigrantes (muchos de los cuales eran chinos). Los inmigrantes parecían estar más dispuestos a tolerar las horribles condiciones, y continuó el progreso de las obras. La necesidad creciente de construir túneles comenzó a reducir la marcha del progreso de la línea otra vez. Para combatir esta situación, la Central Pacific comenzó a usar los recién inventados y muy inestables explosivos de nitroglicerina —que aceleraron tanto el precio de construcción como la mortalidad de los trabajadores. Horrorizado por las pérdidas, la Central Pacific comenzó a utilizar explosivos menos volátiles y desarrolló un método de colocar los explosivos en el que los barreneros chinos trabajaban en grandes cestas suspendidas que eran rápidamente izadas a lugar seguro tras encender las mechas. La construcción comenzó a acelerarse otra vez.


Fue un empresario estadounidense del sector del ferrocarril, uno de los cuatro inversores principales que acordó financiar la idea de Theodore D. Judah de construir un ferrocarril atravesando la Sierra Nevada desde Sacramento (California) hasta Promontory (Utah). Fundó el Ferrocarril del Pacífico Central junto con Leland Stanford, Charles Crocker y Collis Huntington en 1861.
En 1861, como parte de The Big Four, fundó el Ferrocarril del Pacífico Central. A veces llamado "Tío Mark", era el miembro de los cuatro socios de mayor edad, conocido por su frugalidad (se decía que sabía cómo "exprimir 106 centavos de cada dólar"), una reputación que le valió el puesto de tesorero de la empresa. El destacado historiador estadounidense Hubert Howe Bancroft cita a Collis Huntington diciendo: 

"Nunca pensé que algo estuviera terminado hasta que Hopkins lo revisara". Bancroft describió a Hopkins como la "rueda de equilibrio de los Asociados y uno de los hombres más verdaderos y mejores que jamás haya existido". Whig por sus ideas políticas, posteriormente se asoció con el Partido del Suelo Libre. Abolicionista convencido, participó en la organización del Partido Republicano en California.

Union Pacific

El principal inversor en la Union Pacific era Thomas Clark Durant,​ que había hecho su fortuna pasando algodón Confederado de contrabando con la ayuda de Grenville M. Dodge. Durant eligió rutas que favorecerían sitios donde él poseía tierras, y anunció conexiones con otras líneas que a veces satisficieron las acciones de sus negocios. Durant pagó a un socio para presentar la oferta de construcción quién a su vez se la dio a otra compañía controlada por Durant, la Crédito Mobiliario de América. Durant entonces manipuló las finanzas y subvenciones oficiales, haciéndose con otra fortuna. Durant contrató a Dodge como ingeniero jefe y a Jack Casement como jefe de construcción.

En el Este, las obras comenzaron en Omaha, Nebraska, por parte del ferrorarril Union Pacific, y continuaron muy rápidamente gracias al terreno abierto de las Grandes Llanuras. Sin embargo, pronto comenzaron a sufrir retrasos cuando entraron en tierras en manos de los indios. Los nativos americanos que vivían allí vieron la entrada del ferrocarril como una violación de sus tratados con los Estados Unidos. Grupos de guerreros comenzaron a asaltar los campamentos de trabajo móviles que seguían el progreso de la línea. La Union Pacific respondió aumentando la seguridad y contratando a tiradores para matar bisontes —que eran tanto una amenaza física para los trenes, como principal fuente de comida para muchos de los indios de llanuras. Los indios nativos americanos comenzaron entonces a matar trabajadores cuando comprendieron que el llamado «caballo de hierro» amenazaba su existencia. Las medidas de seguridad fueron reforzadas, y el progreso del ferrocarril continuó.


Golden Spike

Seis años después del comienzo de las obras, trabajadores del ferrocarril Central Pacific desde el Oeste y de la Union Pacific desde el Este se encontraron en la cumbre de Promontory (Utah). Fue el 10 de mayo de 1869 cuando Stanford colocó el Clavo de Oro (Golden Spike) o el Último Clavo (Last Spike), que se encuentra actualmente en el Centro de Artes Cantor en la Universidad de Stanford, que simbolizó la finalización del ferrocarril transcontinental. En el que quizás fue el primer acontecimiento de medios de comunicación en directo del mundo, los martillos y el clavo fueron unidos por un cable a la línea de telégrafo de modo que cada golpe de martillo fuera oído como un chasquido en las estaciones de telégrafo a escala nacional. Tan pronto como el clavo ceremonial fue sustituido por un clavo de hierro ordinario, un mensaje fue transmitido tanto a la costa Este como a la costa Oeste que simplemente decía: «HECHO». El país estalló en celebraciones al recibir este mensaje. Los viajes directos de costa a costa se redujeron de seis o más meses a solo una semana.

Después de conducir el último pico, el motor No. 119 de Union Pacific y el Júpiter de Central Pacific se pusieron en marcha hasta que casi se tocaron. Los funcionarios del ferrocarril se retiraron a sus vagones, dejando a los ingenieros y obreros para celebrar.
El champán fluyó y los ingenieros George Booth y Sam Bradford rompieron una botella en la locomotora del otro. Samuel S. Montague, ingeniero jefe de Central Pacific y su homólogo, el general Grenville M. Dodge, se dieron la mano para simbolizar el final de la carrera para construir el primer ferrocarril transcontinental de la nación. Este momento en el tiempo quedó inmortalizado en la famosa fotografía de Andrew J. Russell.




Desarrollo del ferrocarril

Cuando se colocó el clavo de oro, la red ferroviaria en realidad no conectaba el Atlántico con el Pacífico, solo conectaba Omaha y Sacramento. En noviembre de 1869 la Central Pacific finalmente conectó Sacramento con la bahía de San Francisco en Oakland (California). La Union Pacific no conectó Omaha con Council Bluffs hasta la terminación del puente Union Pacific Missouri River en 1872.
Con la finalización de la Guerra Civil, los ferrocarriles competidores procedentes de Misuri aprovecharon su ventaja estratégica inicial para un auge de la construcción. La Hannibal and St. Joseph Railroad (H&SJ) terminó el Hannibal Bridge que fue el primer puente en cruzar el río Misuri en julio de 1869 en Kansas City. Esto por su parte conectó los trenes de la Kansas Pacific que iban de Kansas City a Denver, que había construido la Denver Pacific, y que conectaba con la Union Pacific. En agosto de 1870 la Kansas Pacific puso el último clavo que conectaba con la línea Denver Pacific en Strasburg (Colorado) y el primer auténtico ferrocarril Atlántico-Pacífico de los Estados Unidos quedó completo.
La ventaja de Kansas City al conectarse en primer lugar con un auténtico ferrocarril transcontinental, contribuyó a que se convirtiera en la línea férrea dominante al oeste de Chicago, en lugar de Omaha.

La Kansas Pacific se convirtió en parte de la Unión Pacific en 1880.

El 4 de junio de 1876, un tren rápido llamado Transcontinental Express llegó a San Francisco vía «primer ferrocarril transcontinental» tan solo 83 horas y 39 minutos después de su partida desde la ciudad de Nueva York. Solo diez años antes el mismo viaje habría llevado meses por tierra o semanas por barco.
La Central Pacific fue absorbida por la Southern Pacific en 1885. La Unión Pacific se hizo inicialmente con la Southern Pacific en 1901, pero fue obligado por la Corte Suprema estadounidense a desprenderse de sus acciones debido a temas de monopolio en 1913. Finalmente, la Unión Pacific consiguió a la adquisición de la Southern Pacific en 1996.
Habiendo sido circunvalado el punto inicial de encuentro con la finalización del Lucin Cutoff (un puente de ferrocarril sobre el Gran Lago Salado) en 1904, los raíles de Promontory fueron levantados en 1942 para ser reciclados para su utilización durante la Segunda Guerra Mundial. Este proceso comenzó con una ceremonia de «descolocación» de un Golden Spike. En 1957, el Congreso autorizó la creación del Lugar Histórico Nacional denominado Golden Spike National. El 10 de mayo de 2006, en el aniversario de la colocación del clavo de oro, Utah anunció que el diseño de la moneda de cuarto de dólar estatal del programa 50 State Quarters de los Estados Unidos, sería una representación de la colocación del clavo.




Al fin el encuentro se produjo.

Fue el 10 de mayo de 1869. El día que se ha conocido desde entonces como el Golden Spike (el clavo de oro). Habían pasado 6 años desde que se pusiera el primer remache, y aquel día en Promontory Point, en Utah, ambas líneas se encontraron.
Siguiendo la ceremonia habitual en aquellos casos, el presidente Grant, junto con Stanford, se dispuso a colocar el último clavo, que sería de oro. Además, aquella ceremonia se convirtió en todo un fenómeno de masas puesto que dentro de los medios de que se disponía en aquella época, se retransmitió vía telégrafo a todo el país. Para ello, se unieron el martillo y el clavo a un cable de telégrafo de modo que cada golpe que se daba era transmitido para los oídos de todos los estadounidenses.
Hasta aquel día, atravesar el país de una costa a la otra requería de casi 6 meses de viaje.
Desde aquel día, gracias a aquella línea de ferrocarril transcontinental, se pudo atravesar de Este a Oeste en poco más de una semana.
Las palabras del presidente Grant al golpear aquel clavo e inaugurar el primer ferrocarril transcontinental fueron:
“Ojalá siga Dios manteniendo unido a nuestro país como este ferrocarril une los dos grandes océanos del globo".
INFIERNO SOBRE RUEDAS (Hell On Wheels)



UNION PACIFIC 1939

sábado, 9 de mayo de 2020

RUDY RUETTIGER: ¿QUÉ MATA UN SUEÑO?... UN PRETEXTO 🏉💪


“¿Qué mata un sueño?… Un pretexto”

Rudy nunca se rinde, porque, tal y como le dice su mejor amigo: “soñar hace que la vida sea tolerable”.

Hay quienes se dan por vencidos muy cerca de la meta, y muchos más se derrotan antes de iniciar el camino. Por eso te invito a que conozcas la motivadora historia de Rudy.
Además de jugar, este joven, sin tener dinero y con dislexia, logró una carrera profesional en la Universidad de Notre Dame (Indiana). No están para saberlo, pero el costo actual para estudiar en una universidad pública en Estados Unidos ronda los 13,000 dólares anuales, y en una universidad privada puede alcanzar los 26,000 en promedio, sin contar alojamiento, alimentación y transporte.

Como ven, no fue sencillo de lograr, pero lo hizo. La receta fue perseverancia, esfuerzo, dedicación, sacrificio y, sobre todo, un gran espíritu guerrero.

Daniel Eugene Ruettiger, conocido por todos como "Rudy", nació el 23 de agosto de 1948 en Joliet (Illinois), en el seno de una familia numerosa (era el tercero de catorce hermanos). Tras dejar el instituto, se alistó en la Marina, donde sirvió dos años como administrativo en un barco de comunicaciones. Luego trabajaría en una central eléctrica hasta que en 1972, tras la muerte de un amigo en un accidente laboral, decidió matricularse en la Universidad de Notre Dame (Indiana). Desde niño, su gran sueño había sido jugar al fútbol americano con el equipo de la universidad, los Fighting Irish, y decidió que no podía dejarlo pasar más tiempo. Pero, dadas sus bajas notas en el instituto, se vio obligado a realizar un curso previo en una de las instituciones asociadas a la Universidad, el Holy Cross College. Allí le fue diagnosticada dislexia, lo que explicaba sus dificultades de aprendizaje. Mientras esperaba ser admitido, consiguió un trabajo como jardinero en el estadio de la universidad. Finalmente, Ruettiger fue aceptado en Notre Dame en 1974.

De inmediato, trató de entrar en el equipo de fútbol, pero su físico jugaba en su contra. Con menos de 1'70 de estatura y 80 kilos, distaba mucho del poderío físico habitual en los jugadores de este deporte. Pero a él no le importó. Insistió tanto que logró ser aceptado para colaborar con el equipo como parte del llamado scout team: el equipo "B", los que no jugaban sino que participaban en los entrenamientos como "equipo rival" para que los titulares pudieran ensayar estrategias y jugadas. No le importó; lo vio como un paso adelante hacia su objetivo, poder debutar en un partido. Desde ese momento, Rudy se esforzó en cuerpo y alma para conseguirlo. No se perdía un entrenamiento, trabajaba duro, sin descanso, sin quejarse, siempre dispuesto a hacer lo que hiciera falta por el equipo. A fuerza de trabajo e ilusión, se acabó ganando el aprecio de jugadores y técnicos, hasta el punto de que el entrenador, Ara Parseghian, le prometió que lo sacaría a jugar en un partido antes de que terminara el último año de Rudy en Notre Dame. Pero Parseghian dejó el puesto tras el final de la temporada de 1974 y llegó un nuevo entrenador, Dan Devine, Y Rudy siguió intentándolo: trabajo duro, sacrificio y una fe inquebrantable

Y por fin llegó el día que Rudy tanto había estado esperando. Corría el 8 de noviembre de 1975, la temporada estaba a punto de terminar y Notre Dame se enfrentaba al poderoso equipo de Georgia Tech. El partido fue mejor de lo esperado; quedaba medio minuto del último cuarto y Notre Dame ganaba 24 a 3. Ante el aplauso unánime de la grada, Devine dio entrada a Rudy para que jugara aquellos últimos segundos. tuvo tiempo de intervenir en tres jugadas: un despeje, un pase incompleto y un placaje al quarterback de Georgia, Rudy Allen, que fue ampliamente aplaudido por los espectadores. Tras el final del partido, Rudy fue sacado a hombros del campo por sus compañeros. Fue su primera y última aparición con el equipo.

Tras dejar la universidad, Rudy aprovechó la fama que había alcanzado su historia para convertirse en un exitoso orador de charlas motivacionales. Su historia fue llevada al cine en 1993, en una película titulada "Rudy, reto a la gloria". Deportistas como Kobe Bryant han reconocido haberse sentido inspirados por la historia de Rudy Ruettiger para no desfallecer en sus carreras en pos del éxito.

Cinco de sus hermanos menores fueron a la universidad y todos se graduaron. Rudy cuando no está ocupado en su profesión, se dedica a la oratoria motivacional, enfocado a jóvenes de su país que están terminando la preparatoria y desean estudiar en la universidad.





VER+:


En el año 1973, un renacer espiritual consiguió que el entrenador y casi todos los jugadores de fútbol americano de un equipo de instituto, el Woodlawn, consiguieran superar sus diferencias de racismo y odio.

LA VIDA EN JUEGO
Gridiron Gang (2006)


Existe una estadística que indica que el 75% de los jóvenes que abandonan el centro de detención para menores «Camp Kilpatrick» vuelven a reincidir. Ante tal hecho Sean, trabajador de dicho centro, se pregunta qué están haciendo, ya que su labor está sirviendo de bastante poco.
Sean es consciente de que para lograr que los jóvenes puedan cambiar y llevar una vida de provecho, es necesario llenar con alguna actividad positiva el vacío que genera la decisión de abandonar las pandillas.
Por tal razón, Sean decide formar un equipo de fútbol americano compuesto de jóvenes pandilleros, pues está convencido que a través de la práctica de este deporte logrará hacer que pasen de ser unos «perdedores» a convertirse en unos auténticos ganadores.


lunes, 20 de abril de 2020

LIBRO QUE INSPIRÓ A MILES DE PIONEROS: "EL CAMINO DE OREGÓN" (OREGON TRAIL) ⛬ ⛰ y EL ATAJO DE HASTINGS: EXPEDICIÓN DONNER





Un libro que inspiró a millares de pioneros a aventurarse hacia el Oeste recorriendo más de 3.200 km durante seis meses fue "EL CAMINO DE OREGÓN" DE FRANCIS PARKMAN Jr.  
La primera ruta terrestre cartografiada que atravesaba los Estados Unidos fue la seguida por Lewis yClark entre 1804 y 1805. Ellos creyeron que habían encontrado una ruta práctica hacia la Costa Oeste. Sin embargo, el paso que tomaron a través de las Rocosas, el Lolo, resultó ser demasiado difícil para que lo utilizaran las carretas. En 1810, el peletero John Jacob Astor sufragó una expedición —conocida popularmente como “Expedición Astor” o “Expedición de los Astorianos”— en busca de una ruta terrestre de abastecimiento para su enclave comercial de Astoria, situado en la boca del río Columbia, Oregón. Te mien do el ataque de los pies negros, la expedición se des vió hacia el sur de la ruta de Lewis y Clark por lo que hoy es Dakota del Sur, continuó luego por Wyoming, para bajar por el río Snake y llegar al Co - lumbia. Tiempo después, miembros de aquella expedición, dirigidos por Robert Stuart (1785-1848), volvieron al Este vía río Snake, después de que Astor vendiera el fuerte a la British North West Company en 1812. En su camino, el grupo tropezó con el South Pass: un puerto de montaña de baja altitud y amplio que atraviesa las Rocosas por Wyoming. Por primera vez se había utilizado lo que parecía una ruta practicable por carretas en su totalidad. A partir de 1823, la Senda de Oregón comenzó a ser explorada a fondo por tramperos y exploradores. En la década de 1830, comenzó a ser regularmente utilizada por tratantes de pieles, misioneros y expediciones militares. Al mismo tiempo, pequeños grupos de colonos intentaron seguirla y llegaron con éxito a Fort Vancouver, en lo que hoy es el estado de Wa - shington. A primeros de mayo de 1839, un grupo de hombres procedentes todos de Peoria, Illinois, partió con intención de colonizar el Territorio de Oregón en nombre de los Estados Unidos y expulsar de allí a las compañías peleteras inglesas. El grupo estaba dirigido por Thomas J. Farnham (1804-1948) y se llamó a sí mismo “los Dragones de Oregón”. Portaban una gran bandera blasonada con el motto “Oregón o la tumba”. Aunque el grupo se dividió, algunos de sus miembros llegaron efectivamente a Oregón. El 16 de mayo de 1842, la primera caravana de carretas organizada que intentaba recorrer la senda de Oregón por entero partió de Elm Grove, Missouri, con unos 125 pioneros. El grupo era dirigido por Elijah White (1806-1879), nombrado subagente indio para Oregón y, por tanto, primer funcionario federal en la región. Al llegar, el delegado de la Hudson’s Bay en Fort Vancouver, John McLoughlin, ofreció alimentos y equipo agrícola a crédito a los colonos, pues, pese a que la política de la compañía era desalentar la emi - gración estadounidense, él era reacio a matar de hambre a nadie. Finalmente, en 1843, Peter Burnette, Jesse Applegate y Marcus y Narcissa Whitman, miembros de la conocida después como “Gran Migración” o “Caravana de 1843”, formada por unos 1.000 inmigrantes, demostraron que esa vía permitía las grandes expediciones en carretas. En su definitivo trazado, la senda estaba entrecortada por numerosos atajos desde Missouri a Oregón, pero el brazo principal seguía una sucesión de valles fluviales durante unos cinco meses, en los que se atravesaban los actuales estados de Missouri, Kansas, Nebraska, Wyoming, Idaho y Oregón. Los veinticinco años siguientes, el sendero vio pasar a no menos de 500.000 emigrantes. Aproximadamente uno de cada 17 de ellos (unos 30.000 en total) no sobrevivió al viaje debido a innumerables causas, especialmente al cólera. Los carros solían ir tirados por bueyes, animales potentes bien adaptados al terreno y que se servían de los alimentos disponibles en el propio sendero. El único inconveniente era su lentitud: no recorrían más de 4 kilómetros a la hora. La senda se mantuvo en uso durante la Guerra de Secesión, pero el trasiego de personas declinó lógicamente tras 1869, cuando se completó el ferrocarril transcontinental.

La ruta de Oregón (en inglés: Oregon Trail). Fue una de las principales rutas de emigración por tierra de Norteamérica, que partía del este, de varios lugares en el río Misuri y llegaba hasta el Territorio de Oregón. Esta histórica ruta comenzó a ser explorada por comerciantes españoles a finales del siglo XVIII, cuando la Gran Luisiana pertenecía a la Corona de España. Manuel Lisa, uno de los primeros, comenzó a comerciar en el río Misuri yendo desde San Luis de Illinues (entonces una pequeña ciudad que luego será San Luis (Misuri)), hacia el Oeste. Después de la compra de Luisiana (1803), los primeros en usar la ruta fueron, hacia 1820, los comerciantes de pieles (como el ya citado hispano Lisa), seguidos luego por misioneros, expediciones militares y algunos grupos de civiles a partir de la década de 1830.

A partir de 1841, y con la aparición de la doctrina del Destino Manifiesto (hacia 1845), comenzaron a recorrer la pista o ruta grupos y caravanas organizadas con cientos de colonos, ganaderos, agricultores, mineros y hombres de negocios que emigraban desde el Atlántico hacia el Pacífico Noroeste, cruzando el país recorriendo unos 3200 km. Viajaron a lo largo de la ruta en caravanas, carretas, carros, reatas, a caballo, a pie, en balsa y en barco, para establecer nuevas granjas, vida y empresas en el Territorio de Oregón, un territorio que desde principios del siglo XIX estaba administrado conjuntamente por los Estados Unidos y Gran Bretaña. El uso de la ruta alcanzó el clímax con el descubrimiento de oro en California en 1848.

La mitad oriental de la ruta fue también utilizada por los viajeros de la ruta de California, la ruta de Bozeman y la ruta Mormón, que usaban en gran parte los mismos caminos antes de separarse y dirigirse a sus destinos. Para completar el viaje en una temporada, la mayoría de los viajeros partían entre abril y junio, tan pronto como la hierba crecía lo suficiente para mantener a los animales y los caminos estaban secos. Para hacer frente a las constantes necesidades de agua, pasto y leña para las fogatas, la ruta seguía varios ríos y arroyos a lo largo de la mitad del continente. Además, la red de caminos requirió un mínimo de obras viales para ser transitable por los carromatos.

Los cinco a seis meses de viaje permitían atravesar más de la mitad del continente y las caravanas, partiendo de Misuri, cruzaban las tierras de lo que más tarde serán cinco estados de los EE. UU.: Kansas (1861), Nebraska (1867), Wyoming (1890), Idaho (1890) y Oregón (1859). Además, algunos de los ramales de esta ruta se convirtieron en las principales arterias que alimentaron de colonos otros seis estados: Colorado, Utah, Nevada, California, Washington y Montana.

Cuando se terminó en 1869 el primer ferrocarril transcontinental —construido por las compañías Union Pacific y Pacific Central—, el uso de la ruta por los viajeros de gran distancia decayó rápidamente a medida que el tráfico ferroviario aumentaba, aunque siguió siendo usada para el transporte de grandes rebaños de ganado. En 1883 el Ferrocarril del Pacífico Norte (Northern Pacific Railway) llegó a la ciudad Portland y desaparecieron definitivamente las razones para seguir la ruta. Algunos emigrantes continuaron utilizando la ruta hasta la década de 1890 y después se construyeron carreteras para servir a los viajeros que viajaban a las ciudades que se habían ido estableciendo a lo largo de la ruta. Finalmente, se construyeron modernas carreteras y vías férreas paralelas a largos tramos de la primitiva ruta de Oregón. La U.S. Highway 26, la Interestatal 84 (en Idaho y Oregón), y la Interestatal 80 (en Nebraska) siguen en gran parte el recorrido de la ruta de Oregón.

El interés contemporáneo en esta ruta ha llevado a que los estados y el gobierno federal preserven los tramos que permanecen inalterados y los hitos de la ruta, incluidos los rastros de las roderas de las caravanas y los edificios e inscripciones donde los emigrantes tallaron sus nombres. A lo largo del siglo XX se han recreado esas largas marchas y caminatas, con los participantes ataviados con ropas de la época y viajando en caravanas que son reproducciones de las originales.

Cuando la ruta de Oregón se desarrolló surgieron numerosos atajos, variantes y nuevos accesos. La ruta siguió, básicamente, los valles de los grandes ríos, ya que la hierba y el agua eran absolutamente necesarias.
Si bien las primeras partidas fueron organizadas y partieron desde Elm Grove, la ruta de Oregón tenía como principales puntos de partida Independence (Misuri) y Westport (Kansas), ambas a orillas del río Misuri. Más tarde, varios caminos atravesaban Kansas y otras ciudades se convirtieron en puntos de partida, incluyendo varias ciudades a lo largo del río Misuri, como Weston y St. Joseph (Misuri), Fuerte Leavenworth, Atchison (Kansas) y Omaha (Nebraska).

La ruta de Oregón tenía como punto de terminación nominal la ciudad de Oregón, en esa época, ya propuesta como capital del Territorio de Oregón. Sin embargo, muchos colonos siguieron otros ramales y atajos y no llegaron hasta el final, asentándose en lugares que estimaron convenientes y prometedores a lo largo de la ruta. El comercio con los pioneros que seguían al Oeste fue de gran ayuda para esos primeros asentamientos que establecieron locales y puestos de comercio que fueron vitales para la prosperidad de esos asentamientos.
En los cruces peligrosos o difíciles de los ríos, se establecieron también ferris o puentes de peaje y los lugares «malos» del camino fueron "fijados" o rodeados. Se construyeron varias carreteras de peaje. Poco a poco, la ruta hizo el viaje más fácil, con una media de duración (según consta en numerosos diarios) que se redujo de unos 160 días, en 1849, a 140 días 10 años después.

Muchos otros caminos seguían a la ruta de Oregón en gran parte de su recorrido, incluidos la ruta Mormón Trail (desde Illinois a Utah) y la ruta de California (hasta los campos de oro de California). Debido a que era más una red de caminos que un solo camino, hubo numerosas variantes, estableciéndose finalmente otros caminos a ambos lados de los ríos Platte, Platte Norte, Snake y Columbia. Con, literalmente, miles de personas y miles de animales viajando en un intervalo de tiempo del año bastante reducido, los viajeros tuvieron que extenderse para encontrar agua limpia, madera, hierba buena y campamentos. El polvo levantado por los numerosos viajeros fue un constante motivo de queja y siempre que el terreno lo permitía llegaba a haber entre 20 y 50 caravanas viajando en columnas, para reducir al mínimo el polvo de los demás.

Algunos restos de la ruta en Idaho, Kansas, Oregón, y Wyoming, se han inscrito en el Registro Nacional de Lugares Históricos (National Register of Historic Places), y todo el camino es considerado como un sendero histórico nacional, designado como Ruta Histórica Nacional de Oregón (Oregon National Historic Trail). (...)



El atajo de Hastings (Hastings Cutoff) fue una ruta alternativa seguida por los emigrantes al Oeste que viajaban a California como proponía su valedor Lansford Hastings en 1845 en una guía que había publicado: The Emigrant's Guide to Oregon and California [Guía del emigrante a Oregon y California]. La desafortunada expedición Donner tomó esa ruta en 1846, falleciendo cuarenta de sus 87 integrantes.


La gran jornada (1930)

El filme de Raoul Walsh presenta la historia de un joven vaquero que tiene la misión de organizar el viaje en tren de un numeroso grupo de colonos que pretenden atravesar el estado de Oregón. Durante el trayecto, siguiendo las características más típicas del género 'western', los protagonistas se ven obligados a superar las adversidades que se les van cruzando en el camino: estampidas de búfalos, ríos que se desbordan, ataques de los indios...

El camino de Oregón (1959)

En 1846, una caravana de colonos se dirige hacia Oregón. El viaje será largo y lleno de penalidades. El reportero Neal Harris (MacMurray), enviado por su periódico para investigar si es cierto el rumor de que el Presidente James Polk está enviando a Oregón soldados disfrazados de pioneros, cae en manos de los indios, pero es liberado por una nativa llamada Shona (Gloria Talbott) y consigue llegar a tiempo para advertir a la guarnición de Fort Laramie del inminente ataque de los pieles rojas. Después de ayudar a repeler el ataque indio, Harris decide abandonar su trabajo como periodista y establecerse con Shona en el nuevo estado de la Unión.