EL Rincón de Yanka: ZOMBIS

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domingo, 8 de diciembre de 2024

LIBRO "CLICS CONTRA LA HUMANIDAD": LIBERTAD Y RESISTENCIA EN LA ERA DE LA DISTRACCIÓN TECNOLÓGICA por JAMES WILLIAMS 📱📺💻


Clics contra 
la humanidad: 
Libertad y resistencia 
en la era de la distracción tecnológica


• Premio Nine Dots al pensamiento innovador

"LA LIBERTAD DE ATENCIÓN NO TIENE SENTIDO 
SIN LIBERTAD DE ATENCIÓN". 

“La liberación de la atención humana podría ser la lucha ética y política decisiva de nuestro tiempo”, afirma el filósofo y exestratega de Google James Williams en su ensayo Clics contra la humanidad (Gatopardo), un grito de alarma que nos llama a cambiar nuestra relación con la tecnología antes de que sea demasiado tarde.

“RECUPERAR LA ATENCION ES VITAL PARA QUE SOBREVIVA EL YO TAL Y COMO SE ENTIENDE EN OCCIDENTE”, AFIRMA JAMES WILLIAMS
Vivimos pegados a la pantalla, sometidos a los cantos de sirena de la tecnología digital. En la era del exceso informativo, la atención ha pasado a ser un bien escaso y codiciado por las grandes empresas tecnológicas. ¿Cómo afecta este fenómeno a nuestra autonomía y nuestra libertad? ¿Cómo podemos oponer resistencia a la colonización de nuestra mente? Con un pie en la antigua Grecia y el otro en Silicon Valley, Clics contra la humanidad arroja luz sobre uno de los problemas más urgentes de nuestro tiempo.
James Williams, que fue estratega de Google antes de estudiar filosofía en Oxford, afirma que los sistemas inteligentes de persuasión que condicionan nuestro pensamiento y nuestra conducta constituyen una grave amenaza para la libertad y la democracia. En vez de ayudarnos a alcanzar nuestras verdaderas metas vitales, las tecnologías digitales desvían y explotan nuestra atención, aprovechándose de nuestras vulnerabilidades psicológicas. Hace demasiado tiempo que minimizamos los trastornos resultantes, descartándolos como simples «distracciones» o molestias menores. Sin embargo, son mecanismos que socavan la voluntad humana, cuyos efectos pueden ser irreversibles si no actuamos a tiempo.

CRÍTICA

Antes de llegar a la página 70 ya había eliminado mi cuenta de Instagram. Todavía no es demasiado tarde para detener el secuestro de la atención, el alud de información no procesable y la ‘proliferación de la mezquindad’. Este libro puede cambiar su vida (y el mundo).

Kiko Amat

Nadie ha reflexionado con tanta profundidad sobre la crisis moderna de la atención.

Tim Wu, autor de Comerciantes de atención

Si te importa el futuro de la sociedad, presta atención a este libro.

Wael Ghonim, activista de internet

Apasionado, provocador, personal y divertido. Partiendo de la filosofía, los videojuegos, la literatura clásica y la ciencia contemporánea, nos ayuda a entender cómo está cambiando la experiencia humana y cómo podemos recuperar el control de nuestras vidas.

David Runciman

Prólogo

Para hacer cualquier cosa que valga la pena, hay que ser capaz de prestar atención a las cosas que importan. No es tarea fácil, no lo ha sido nunca, pero de un tiempo a esta parte se ha vuelto aún más complicado, por nuevas e insospechadas razones. 

Mientras mirábamos hacia otra parte, una amenaza de última generación para la libertad del ser humano se ha materializado ante nuestros ojos. No hemos reparado en ella porque ha llegado en distintas formas que nos resultaban familiares. Ha llegado trayendo consigo el regalo de la información, un recurso escaso y valioso hasta la fecha, pero que se nos ha brindado en tal abundancia y a tal velocidad que se ha convertido en una rémora. Y, para acabar de seducirnos, ha llegado con la promesa de que está de nuestra parte, de que ha sido diseñada para ayudarnos a conducir nuestras vidas por los derroteros que nosotros mismos nos hemos marcado. 

Pero, por grande que sea su potencial, estas máquinas maravillosas no están exactamente de nuestra parte. En lugar de secundar nuestras intenciones, se dedican a captar y monopolizar nuestra atención. En su competencia despiadada por «persuadirnos», por determinar nuestros actos e ideas conforme a sus objetivos preestablecidos, estas máquinas se han visto obligadas a recurrir a las astucias más mezquinas y rastreras del manual para apelar a nuestros impulsos más viles, a ese ser inferior que nuestra naturaleza más noble ha tratado siempre de combatir y superar. Para colmo de males, han desplegado los sistemas de computación más inteligentes que se hayan visto jamás con el solo propósito de captar nuestra atención y servirse de ella. 

Durante demasiado tiempo hemos quitado importancia a los peligros de esta forma de persuasión inteligente y nociva, desdeñándola como una mera «distracción» o una molestia de poca monta. A corto plazo, estos obstáculos pueden mermar nuestra capacidad de hacer lo que queremos hacer. A largo plazo, pueden llegar a impedirnos vivir las vidas que queremos vivir y, lo que es peor, minar facultades fundamentales como la reflexión o el autocontrol, dificultándonos aún más la tarea de «querer lo que queremos querer», por emplear la expresión del filósofo Harry Frankfurt. En este sentido, los nuevos adversarios de la atención no solo suponen una amenaza para el triunfo de la voluntad, sino también para su misma integridad esencial, tanto en el plano individual como en el colectivo. 

De entre la variedad de amenazas que pesan sobre la libertad, algunas son reconocibles de inmediato, pero otras necesitan cierto tiempo para revelarse como tales. En lo que respecta a este sistema de persuasión inteligente, cuya influencia perniciosa crece por momentos, el proceso de reconocimiento no ha hecho más que comenzar. Las amenazas, en cambio, ese cúmulo de infraestructuras e incentivos que se esconden tras su funcionamiento, están ya bastante asentadas y consolidadas. Así las cosas, puede que sea demasiado tarde para poner a estos sistemas perniciosos de nuestra parte. Es posible que, a estas alturas, sus mecanismos estén demasiado arraigados en nuestra vida para extirparlos. Personalmente, no creo que sea el caso. No está todo perdido, pero la vía de la salvación es angosta y no tardará en cerrarse. 

Hubo un tiempo en que pensaba que los grandes desafios políticos habían pasado a la historia. Las luchas épicas por la libertad, me decía, habían sido ya libradas por generaciones más ilustres que la nuestra. A nosotros nos quedaba tan solo la tarea de administrar diligentemente su herencia política, el fruto de su esfuerzo. 

No podía estar más equivocado. La liberación de la atención humana podría ser la lucha ética y política decisiva de nuestro tiempo. Su éxito es requisito previo de cualquier otra lucha que quepa imaginar. Nos incumbe a nosotros, pues, la responsabilidad de modificar el cableado de estos sistemas de persuasión inteligente y nociva antes de que ellos modifiquen el nuestro. Para ello es preciso encontrar, entre todos, nuevas formas de hablar y abordar el problema, y reunir luego el coraje necesario para lidiar con él, por más que nuestras acciones resulten intempestivas e impopulares. 

En el poco espacio del que aquí dispongo no aspiro a dibujar un mapa detallado de la problemática, sino a calibrar la brújula que habrá de ayudarnos a navegar por ella. Habrá, pues, más preguntas que respuestas y más exploración que alegato. Debería leerse como un despliegue de intuiciones, como una búsqueda de los términos precisos. Ralph Waldo Emerson dijo que «a veces un grito es mejor que una tesis». Habrá aquí un poco de ambas cosas. 

El corto pero intenso periodo que he pasado escribiendo este libro no habría sido posible sin la extraordinaria generosidad y clarividencia de la Kadas Prize Foundation, la Cambridge University Press y el Centro de Investigaciones para las Artes, las Ciencias Sociales y las Humanidades (CRASSH) de la Universidad de Cambridge, así como el ímprobo esfuerzo del personal y la directiva del Premio Nine Dots. El privilegio es aún mayor, pues se trata de inaugurar lo que sin duda será una larga serie de proyectos similares a este. Solo espero que el mío sea digno de su generosa atención y de la del lector.

VER+:













James Williams. Clics contra la humanidad (Español)

lunes, 25 de noviembre de 2024

LOS ENGRANAJES DE OCCIDENTE: LA CRISIS DE LOS VALORES TRADICIONALES por FABIÁN C. BARRIO 💥 y LIBRO "EL ENGRANAJE Y LA REBELIÓN" por LUCIANO SANGUINETTI

Los engranajes de Occidente  (cap. 11)

LA CRISIS 
DE LOS VALORES 
TRADICIONALES 

Quiero que observen dos imágenes publicitarias separadas por tres décadas: 

- la casa Calvin Klein en los años 90', vendía cuerpos perfectos, esculturales, un canto al triunfo, la vida sana y el ejercicio, modelos fuertes hasta la última célula. 
- En el 2022 esta imagen había cambiado radicalmente y el modelo a seguir según esta misma marca era el de personas que rozan la obesidad mórbida, personas que no pisan el gimnasio ni por casualidad, el hombre ha sido despojado de su masculinidad y se oculta tras la imagen de una mujer que hoy se considera body positive y que no es más que el reflejo de los problemas de salud atornillados a la sociedad moderna. 


- Pasemos ahora a julio de 2024 la izquierda levantisca asalta las calles de Washington y tomando como excusa la visita de Netanyahu, se dedica a vandalizar los monumentos más representativos de la capital, aquellos símbolos que definen Estados Unidos como nación: una turba perfectamente organizada inunda calles, descuelga la bandera, quizá lo sagrado para la inmensa mayoría de la población, la sustituye por la bandera Palestina y quema la norteamericana, sin que se produzca una intervención por parte de los cuerpos de seguridad. Esto es especialmente relevante en un país como Estados Unidos que históricamente ha tenido una veneración casi ciega por los símbolos nacionales. 

Viendo ambos ejemplos cabe preguntarse: ¿existe una guerra contra el concepto de occidente mismo? 

Los engranajes de occidente es una serie dedicada a estudiar los mecanismos psicosociales que están provocando la degradación de la civilización occidental. 

Capítulo 11: La crisis de valores tradicionales 

La identidad de los pueblos se fundamenta en una serie de valores axiales que han sido tradicionales y determinantes en la formación y cohesión de las comunidades a lo largo del tiempo. Estos principios axiales actúan como pilares que dan forma al carácter colectivo y guían el comportamiento social a lo largo del tiempo. Esos valores se han entreverado en el tejido cultural, influyendo las costumbres, tradiciones y normas que definen a una comunidad. Su persistencia y su adaptación a través de los siglos permite mantener una continuidad histórica, mientras que su transmisión de una generación a otra, fortalece los lazos comunitarios. 

Comprender estos valores es por lo tanto esencial para desentrañar la esencia de un pueblo porque revelan sus prioridades, aspiraciones y formas de interpretar el mundo; al mismo tiempo, atacarlos es capaz de razonar y destruir esa cohesión porque en última instancia estos principios axiales no solo reflejan el pasado de una sociedad sino que también moldean su presente y proyectan su futuro, actuando como un hilo conductor que mantiene unida a la comunidad frente a los desafíos del cambio y la modernidad. 

1-.  La lengua es un elemento central de la identidad cultural ya que es el medio a través del cual se transmiten conocimientos tradiciones y formas de pensamiento. 
El idioma es uno de los aspectos más distintivos de la identidad cultural de un pueblo, es el vehículo principal a través del cual se expresan las tradiciones, las historias y los valores de una comunidad. Hemos tratado ya en diversas ocasiones en esta misma acción cómo se emplea el lenguaje para manipular la opinión pública. Hoy me gustaría, sin embargo, enfocar nuestra atención a cómo el lenguaje se utiliza como ariete, cómo se pervierte, como se destruye con el objeto de atacar las bases mismas de la sociedad. 

🟡 LA CRISIS DE LOS VALORES TRADICIONALES -- Los engranajes de Occidente 11

Europa sin fe y sin futuro ❌ Desde mi punto de vista por Constantino de Miguel. 

🔔 En este episodio te traigo una reflexión personal y contundente: Europa ha matado a Dios... y ha perdido el alma. Desde la Reforma y la Ilustración, pasando por la Revolución Francesa y la Unión Europea, el viejo continente ha sustituido lo trascendente por el poder del Estado y la burocracia sin alma. 
🕍 ¿Qué queda de la civilización cristiana que dio origen a catedrales, arte, filosofía, derecho y sentido de vida? Hoy Europa se avergüenza de sus raíces, mientras el islam crece y ocupa el vacío que dejó un cristianismo débil y domesticado.
📉 Las iglesias están vacías. El suicidio, la baja natalidad y la desesperanza lo demuestran: un continente que renunció a la eternidad también ha renunciado al futuro. Pero hay esperanza: la Hispanidad conserva la llama viva. 
👁‍🗨 No te pierdas este análisis histórico, cultural y espiritual. 
 BIBLIOGRAFÍA 
• Rémi Brague – Europa, la vía romana; El futuro de Occidente
• Philippe Nemo – ¿Qué es Occidente? 
• Christopher Dawson – La religión y el origen de la cultura occidental; La crisis de la civilización occidental • Alasdair MacIntyre – Tras la virtud 
• George Weigel – El cubo y la catedral: Europa, América y la política sin Dios 
• Edmund Burke – Reflexiones sobre la Revolución Francesa 
• Augusto Del Noce – El problema del ateísmo; La crisis de la modernidad 
• Juan Donoso Cortés – Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo 
• Juan Vázquez de Mella – Discursos (selección) 
• Eric Voegelin – Las religiones políticas
• Alexis de Tocqueville – La democracia en América
• Hannah Arendt – Los orígenes del totalitarismo
• Carl Schmitt – Catolicismo romano y forma política
• Robert Nisbet – La búsqueda de la comunidad
• Bat Ye’or – Eurabia: The Euro-Arab Axis
• Oriana Fallaci – La rabia y el orgullo; La fuerza de la razón
• Thilo Sarrazin – Alemania se suprime a sí misma
• Douglas Murray – La extraña muerte de Europa
• Francisco de Vitoria – Relecciones (especialmente De potestate civili)
• Juan de Mariana – De rege et regis institutione
• Marcelino Menéndez Pelayo – Historia de los heterodoxos españoles
• Ramiro de Maeztu – Defensa de la Hispanidad
• José Antonio Primo de Rivera – Discursos
• Julián Marías – La España real y la España oficial
• Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) – Sin raíces. Europa, relativismo, cristianismo, islam


El engranaje 
y la rebelión
Tecnología y 
subjetividades digitales
"Esta no es una revisión neutral de significados. Es una exploración del vocabulario de un área crucial de discusión social y cultural, heredado dentro de condiciones históricas y sociales precisas y que debe ser a la vez consciente y crítico, sujeto tanto al cambio como a la continuidad, si se pretende que los millones de personas en quienes es una presencia activa lo vean como tal: no como una tradición que hay que aprender, ni como un consenso que hay que aceptar, ni como como un conjunto de significados que, por ser “nuestro lenguaje”, tiene una autoridad natural; sino como un vocabulario en constante formación y reforma, en circunstancias reales y desde puntos de vista profundamente diferentes e importante; un vocabulario para usar, para encontrar nuestro camino en él, para cambiarlo en la medida que lo encontremos necesario, mientras seguimos haciendo nuestro lenguaje y nuestra historia". Raymond Williams, Palabras Clave
El mundo virtual que prometía mejorar las comunicaciones entre los individuos, acaba formando una sociedad solipsista. Una tecnología que claramente facilita y acelera los contactos, paradójicamente inhibe el diálogo. En consecuencia, las calles se llenan de zombies, los colectivos y trenes de sonámbulos, las plazas y los parques de solitarios. 
¿Pero sólo es eso? ¿Cómo es que las pantallas ya saben lo que estoy buscando? Es evidente, entonces, que además estamos siendo vigilados. ¿Por quién? ¿Para qué? 
Por supuesto que esto tampoco es nuevo, la modernidad, ya sabemos gracias a Foucault, había erigido sobre nosotros otros centros de vigilancia, otros encierros: la familia, la escuela, la fábrica; pero eran instituciones que en general apreciábamos y de algún modo habíamos hecho nuestras (por supuesto como parte de unos “aparatos ideológicos”), aunque por momentos buscáramos estar solos, escabullirnos en ciertos rincones o incluso rechazarlas. Sin embargo, cuando levantamos los ojos de las pantallas de nuestro celular, ¿podremos encontrar ese rincón donde ocultarnos, esa exterioridad a la que salir? Difícil.

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martes, 9 de abril de 2024

"INGENIERÍA SOCIAL (Y GLOBALISTA)" por JUAN MANUEL DE PRADA

INGENIERÍA SOCIAL

Todas las formas de tiranía que en el mundo han sido han actuado de la misma manera: socavando, erosionando, destruyendo los vínculos comunitarios que hacen fuertes a los miembros de la sociedad, ligándolos a un acervo moral que, revivificado generación tras generación, constituye el andamiaje sobre el que se edifican las personalidades fuertes y con libertad de juicio. 
El tirano aspira a modelar la sociedad a su antojo, configurando un 'hombre nuevo' que, desligado de ese acervo moral que lo precede, comulgue con ruedas de molino; y, para ello, necesita hacer de esas personalidades fuertes y con libertad de juicio una especie de papilla humana uniforme y gregaria, huérfana de las enseñanzas que le transmitieron sus mayores.

A este proceso que tritura las comunidades humanas, reduciéndolas a una masa genuflexa, lo llamamos ingeniería social. Antaño, tal proceso de ingeniería social se lograba actuando sobre los individuos desde una esfera exterior, mediante métodos policiales represivos, prohibiciones y normas de obligado cumplimiento cuya infracción acarreaba las penas más onerosas. En las formas más evolucionadas de tiranía, la ingeniería social se logra actuando, mediante el adoctrinamiento cultural y la propaganda, sobre la esfera interior o conciencia del individuo. Se trata ésta última, claro está, de una forma de ingeniería social mucho más eficaz, porque si en las sañudas tiranías de antaño quien era reducido a papilla tenía conciencia del despojo que estaba sufriendo, en las tiranías de hogaño, mucho más sibilinas y buenistas, el despojo ya no se percibe como tal, sino más bien como una forma de paternalismo amable y protector. 

Y una vez triturada en los engranajes de la ingeniería social, la sociedad sometida puede incluso llegar a considerar el despojo sufrido como una 'conquista' a la que no está dispuesta a renunciar. Lo cual es perfectamente comprensible, pues destruidos los vínculos comunitarios que hacen a las personas fuertes, quien ha sido sometido a un proceso de ingeniería social ya no tiene donde refugiarse, fuera de la égida del tirano disfrazado de mesías.
Todos los gobernantes, partidos políticos e ideologías contribuyen con unánime espíritu lacayuno a implantar una tiranía gigantesca.
En las últimas décadas, los españoles hemos sido sometidos a un formidable proceso de ingeniería social que nos ha empujado a renunciar inconscientemente al acervo moral que nos ha constituido, como quien se desprende de una rémora del pasado. Actuando sobre la esfera interior o conciencia de los individuos, se ha logrado que cuestiones que hace apenas unos años a cualquier persona le hubiesen resultado estrafalarias, desquiciadas o aberrantes sean hoy aceptadas con completa naturalidad; e incluso que cualquier persona que se atreva a discutirlas se nos antoje estrafalaria, desquiciada o aberrante, como si de repente hubiésemos sido extirpados de ese depósito de sabiduría acumulada que nos permitía discernir el bien y el mal. Así, exactamente así, despojados de ese depósito de sabiduría acumulada, es como nos quieren los nuevos tiranos, para que nuestra orfandad sin vínculos con la tradición se convierta en el terreno de cultivo de sus consignas ideológicas, que actúan a modo de implantes emocionales en nuestros cerebros y en nuestras almas. Este proceso se ha acelerado en los últimos años, en volandas de un proyecto político muy bien definido y, en gran medida, consumado, cuyas consecuencias quizá sean difícilmente reversibles; y cuyo alcance es planetario.

Pues esta ingeniería social no la lleva a cabo tal o cual gobernante, tal o cual partido politico, tal o cual ideología, sino que todos los gobernantes, todos los partidos politicos, todas las ideologías en boga contribuyen con unánime espíritu lacayuno a la implantación de una tiranía gigantesca, al estilo de aquella avizorada por Donoso Cortés: 

«En el mundo antiguo la tiranía fue feroz y asoladora; y sin embargo, esa tiranía estaba limitada físicamente, porque los Estados eran pequeños y las relaciones universales imposibles de todo punto. Hoy, señores, las vías están preparadas para un tirano gigantesco, colosal, universal, inmenso... Ya no hay resistencias ni físicas, ni morales, porque todos los ánimos están divididos, y todos los patriotismos están muertos».

Este nuevo tirano gigantesco derriba o tutela gobiernos, monopolizabel poder económico, controla la educación, promueve tm nuevo orden antropológico y hasta postula una nueva religión sincrética, fundada sobre una adoración del progreso y una falsa filantropía. Así crea un espejismo de 'consenso' que acaba sometiendo a su imperio todas las conciencias, convirtiendo a los disidentes -por tímida que resulte su disidencia- en réprobos sociales. Porque, para entonces, las sociedades ya son papillas humanas que han aprendido a amar la grata servidumbre que les brinda la ingeniería social.

INGENIERÍA SOCIAL

Ingeniería social (tertulia de Lágrimas en la lluvia - 50)

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lunes, 11 de marzo de 2024

LIBRO "QUI EST CHARLIE? (¿QUIÉN ES CHARLIE?)": SOCIOLOGÍA DE UNA CRISIS RELIGIOSA y EL CATOLICISMO ZOMBI 💀👻

¿Quién es Charlie?: 
Sociología de una crisis religiosa 
Qui est Charlie ?: 
Sociologie dune crise religieuse
¿Quiénes somos realmente nosotros, los que mostramos tanta determinación en el rechazo de la violencia ciega y nuestra fe en la República el 11 de enero? 
La cartografía y la sociología de los tres o cuatro millones de caminantes parisinos y provinciales deparan muchas sorpresas. Porque si Charlie reivindica valores liberales y republicanos, las verdaderas clases medias que marcharon en este día de indignación también tenían en mente un programa completamente diferente, muy alejado del ideal proclamado. Sus valores profundos evocaban más bien los momentos tristes de nuestra historia nacional: conservadurismo, egoísmo, dominación, desigualdad. ¿Debería realmente Francia seguir maltratando a su juventud, rechazar a los hijos de inmigrantes en las afueras de sus ciudades, relegar a sus clases trabajadoras a las profundidades de sus departamentos, demonizar al Islam y alimentar un antisemitismo cada vez más amenazador? Identificar las fuerzas antropológicas, religiosas, económicas y políticas que nos han llevado al borde del abismo, indicando los difíciles, inciertos, pero posibles caminos para un retorno a la verdadera República, tal es la ambición que impulsa este libro. Emmanuel Todd es historiador y antropólogo. En particular, publicó El destino de los inmigrantes (Seuil, 1994 y "Points Essais", 1997), Le Rendez-vous des civilizaciones (Seuil/République des idées, 2007, con Y. Courbage), Después de la democracia (Gallimard, 2008) y Le Mystère français (Seuil/République des idées, 2013, con H. Le Bras).
Ahora sabemos, con el tiempo, que Francia experimentó un ataque de histeria en enero de 2015. La masacre de la redacción del periódico satírico Charlie Hebdo, policías y clientes de una tienda judía provocaron una reacción colectiva sin precedentes en la historia de nuestro país. Hablar de ello acaloradamente hubiera sido imposible. Los medios unidos en la denuncia del terrorismo, en la celebración del carácter admirable del pueblo francés, en su realización de la libertad y de la República. Charlie Hebdo y sus caricaturas de Mahoma estaban protegidas. El gobierno anunció un subsidio para ayudar al renacimiento del semanario. Las multitudes, convocadas por el gobierno, marcharon por toda Francia, lápices en mano como símbolo de la libertad de prensa, dando una gran ovación a los CRS y a los francotiradores apostados en los tejados. El logo “Je suis Charlie”, dibujado con letras blancas sobre fondo negro, apareció en pantallas, calles y menús de restaurantes. Los niños regresaban del paso con una letra escrita en la mano. 

Entrevistamos a niños de siete años u ocho años fuera de las escuelas primarias para hacerles comentar sobre el horror de los acontecimientos y la importancia de la libertad de caricaturizar. El gobierno decreta sanciones. Cualquier negativa de un estudiante de secundaria a observar el minuto de silencio decidido por el gobierno se interpretó como una apología implícita del terrorismo y una negativa a unirse a la comunidad nacional. Hacia finales de enero, supimos que algunos adultos habían llegado a adoptar conductas narcóticas represivas: niños de ocho o nueve años entrevistados por la policía. Un destello totalitario.

Las cadenas de televisión y la prensa nos decían que vivíamos un momento “histórico” de comunión: “Somos un pueblo, Francia está unida en la adversidad, refundada por y para la libertad". La obsesión por el Islam, bueno, sí, estaba en todas partes. Los periodistas políticos no se contentaban con escuchar a los imanes y a los musulmanes franceses de base que les decían, como a todos los demás, que la violencia era inaceptable, que los terroristas eran infames y que estaban traicionando su religión. Los periodistas les exigieron, como a todos nosotros, que pronunciaran la fórmula ritual “Je suis (Yo soy) Charlie”, ahora sinónimo de “Je suis francais” (Yo soy francés). La necesitaban, para ser completa.

integrados en la comunidad nacional, admiten que la blasfemia por las caricaturas de Mahoma eran un componente de la identidad francesa. Tuvimos que blasfemar. En nuestras pantallas de televisión, los periodistas, convertidos en educadores, nos explicaban sabiamente la diferencia entre un acto que incita al odio racial (mala) y blasfemia religiosa (buena). Sufrí mientras escuchaba a Jamel Deb Bouze, un personaje central de la cultura francesa, sometido a esta orden judicial en TFl. Había llegado a afirmar su calidad de musulmán, su lealtad a los jóvenes de las ligas, su amor por Francia, por su esposa no musulmana, por sus hijos de unión mixta y que son la Francia del mañana. Trató de explicar amable y dolorosamente a su inquisidor que la blasfemia era difícil para un musulmán, que no estaba en su tradición. Pero no, sé francés, no era tener el derecho, sino el deber de blasfemar. Voltaire dixit. No pude evitar pensar en lo que había leído sobre la Inquisición, sobre esos interrogatorios a judíos conversos que querían estar seguros de que comían buena comida de cerdo, como todo verdadero cristiano.

El relanzamiento de Charlie Hebdo, subvencionado por el Estado, representa la culminación de la reacción nacional ante la tragedia. En la portada pudimos admirar una vez más a Mahoma, con su rostro alargado como un pene, rematado por un turbante que cubría dos masas redondas que parecían testículos. Este elegante dibujo fue realizado sobre un fondo verde -el color del Islam- pero un verde plano y opaco, bueno lejos de los verdes de extraordinaria belleza y sutileza que coronan los edificios del culto musulmán.

No puede escaparse a un historiador de largo plazo, familiarizado con las crisis recientes, religiosos, iconófilos o iconoclastas, que la santificación por parte del Estado francés de una imagen de Mahoma en forma de pene constituye un punto de inflexión histórico. De hecho, Francia está experimentando una crisis religiosa, después de todas las crisis religiosas que han marcado su historia y la de Europa desde el ocaso del Imperio Romano. Por lo tanto, por una vez podemos seguir a los medios de comunicación en su caracterización.
Descripción "histórica" ​​de la manifestación del 11 de enero, calificación intensa, repetitiva, obsesiva, encantadora, por decir lo menos religiosa.
Luego rechacé todas las entrevistas y debates sobre la crisis. Sin embargo, no dudé en pronunciarme en 2005, durante la gran revuelta de los suburbios, para afirmar el carácter absolutamente francés de los jóvenes que incendian...

💀👻
Su último ensayo, ¿Quién es Charlie? Sociología de una crisis religiosa, publicado en Francia a principios de mayo, ha dividido a la sociedad francesa en una viva polémica. Emmanuel Todd (Saint-Germain-en-Laye, Francia, 1951) identifica el movimiento oficial y burgués que marchó bajo el lema “Je suis Charlie” con la Francia oficial, dominada por lo que él bautizó hace tiempo como el “catolicismo zombi” del que François Hollande es el máximo exponente: socialista, hijo de familia católica descristianizada recientemente y de modelo troncal (tradición del heredero único) y, por tanto, no igualitaria y autoritaria. Francia y Europa, que glorificaron la moneda única, viven una crisis religiosa, asegura Todd, cuyas conclusiones desatan pasiones: el laicismo radical es la nueva amenaza a la libertad de creencia, y el sistema político galo de hoy se parece demasiado al Gobierno de Vichy, títere de Berlín. Desde que Todd predijo en 1976 la descomposición de la Unión Soviética, sus obras rara vez han dejado indiferente. 

¿Quién es Charlie? ha desencadenado la tormenta.

PREGUNTA. Un conocido le dijo que después de publicar este libro se quedaría sin amigos. ¿Ha sido así?
RESPUESTA. No. Ha sido justamente lo contrario. Una parte de la prensa me insulta gratuitamente, pero otra me ha tratado muy bien. Honestamente, la lista de los que me han atacado es maravillosa porque la forman aquellos a los que nunca he tomado en serio. En cuanto a los correos electrónicos que he recibido, solo el 3% dicen estar en desacuerdo. El debate ha sido acalorado, es verdad, pero porque los franceses somos apasionados y excesivos, pero mi caso ha demostrado que nuestra cultura liberal está muy viva.

P. Es sorprendente que incluso el primer ministro, Manuel Valls, haya publicado un artículo para rebatirle; bien es verdad que usted no se ha ahorrado opiniones duras, como la de que el Partido Socialista es “objetivamente xenófobo”.
R. Yo no entiendo por qué Valls hace publicidad a mi libro porque quien lo lea, si es de izquierdas, no volverá a votar al socialismo en su vida. Mi análisis del PS es cruel, pero permite explicar muchas cosas, como, por ejemplo, por qué Francia mantiene una política económica tan dura. El PS tiene la huella del catolicismo zombi. El catolicismo ha muerto y es su fantasma el que habita en la izquierda. Eso es lo que molesta. Porque es verdad.

P. El desencuentro es enorme. Mientras Valls asegura que la caricatura, como la de Mahoma, ha jugado siempre un papel esencial en la construcción de la opinión pública, usted dice que es una incitación al odio religioso.
R. El corazón del proceso liberal-democrático es la alfabetización; no la caricatura. Es una idea loca creer que, por su propia naturaleza, la caricatura está bien ideológicamente. Las caricaturas antisemitas en Alemania precedieron al nazismo. En la Francia posterior a 1968 fue muy importante el cómic, no la caricatura, y ahí se inscribía Charlie Hebdo. El nuevo Charlie no está en la tradición cultural francesa y es islamófobo, cosa que defiendo desde antes de los atentados. El derecho a caricaturizar y a blasfemar es sagrado, pero también debe existir el derecho a decir que no vale para nada. Me acusan de complicidad con el terrorismo por decir esto.

P. La defensa de Charlie como sinónimo de la libertad y de la República Francesa está, sin embargo, muy extendida.
R. Mire, estoy muy contento de poder hablar con la prensa italiana y española para poder desvelar a nuestros socios del Sur el misterio de la Francia de hoy [se ríe]: por qué Francia apoya a Alemania para que tenga a Europa bajo su bota. Porque Alemania nunca hubiera podido imponer su política de austeridad sin el acuerdo francés. Lo que dice mi libro es que hay dos Francias. Una es la Francia liberal e igualitaria (dos tercios del país). Está en el corazón de la cuenca de París, con estructura familiar liberal e igualitaria y que (ya sé que es sorprendente) se asemeja mucho a Andalucía y la nueva Castilla, donde está el corazón liberal y un poco anarquista de España. Tolerante y descristianizada. Y esa es la Francia de la Revolución y el laicismo. Pero hay otra Francia, la periférica (al oeste de los Pirineos, el sur y el este de la región central, el Ródano, Lorena, Alsacia…). Ahí la estructura familiar es troncal, al igual que todo el arco del norte de España entre Cataluña y Galicia. En esta otra Francia, católica hasta hace 50 años, antirrevolucionaria, monárquica, antisemita y vichista. Ahora domina esta última germanófila, autoritaria y amante del euro y la austeridad. Lo que yo pretendo es denunciar esa estafa.

P. Me parece que en el Sur estamos más inquietos a ese respecto con el Frente Nacional que no con la izquierda francesa.
R. El FN no es una amenaza para ustedes. Es horrible, sí. Pero la cuestión es que la inversión es completa. Nuestra situación es como si el FN dominara Andalucía o que el PSOE fuera fuerte en Castilla y León, base histórica del franquismo.

P. ¿Es la laicidad la nueva religión de Europa?
R. Creo que tanta reivindicación de la laicidad demuestra que atravesamos una crisis metafísica, religiosa. La reacción a los atentados de enero fue inmensa, lo que sobrerrepresentó el fenómeno terrorista. Pero el problema no es el islam, sino la crisis terminal del catolicismo. Francia vive en la ilusión de que es racional y moderna, que progresa en libertad y valores positivos (emancipación de la mujer, matrimonio homosexual…), pero detrás de toda esa satisfacción hay una angustia subterránea porque por primera vez la humanidad vive sin ninguna creencia metafísica.

P. ¿Acaso la religión es una necesidad intrínseca del ser humano?
R. La gente no puede vivir sin una creencia colectiva. El individuo es otra cosa. El neoliberalismo es para mí una concepción religiosa sobre el mercado absoluto. El fracaso económico, el fracaso del mercado y del euro ha producido una crisis metafísica. Hemos elegido el islam como objetivo de todos nuestros males. Eso nos permite comprender esa movilización increíble, de fe colectiva…

P. En su libro critica duramente el “laicismo radical”.
R. El laicismo radical no es laicidad. Cuando yo era niño, en la escuela laica había capellanes católicos y los viernes se comía pescado aunque nadie supiera por qué. Era una escuela relajada respecto al hecho religioso. Porque la laicidad no es una creencia negativa. Es más bien indiferencia. La situación es hoy muy distinta y acusamos constantemente a los militantes del islam.

P. ¿Cuál es el corazón de Europa?
R. Es Alemania. No hace falta ser antropólogo para saberlo. Alemania en su estructura fundamental familiar es troncal y un tercio es católico, así que un tercio es católica zombi [recientemente descristianizado]. Esa parte es la que instintivamente defiende la austeridad, la autoridad y la disciplina. Yo diría que el catolicismo zombi es el fundamento ideológico de la eurozona.

P. Su idea de Europa es bien distinta al ideal eu­ropeo tradicional.
R. En toda sociedad occidental hay un Charlie durmiente que puede despertar en cualquier momento. La eurozona está paralizada. Vive una mezcla de crisis económica y religiosa porque el euro es el nuevo dios. En el vacío de creencias hay que inscribir también los movimientos secesionistas de Escocia y Cataluña. Es el intento de reconstruir la identidad en esa nación periférica. Hubo un sueño europeo, pero en 2015 tenemos ya la certeza absoluta de que el euro es un fracaso monstruoso, aunque sigue siendo, todavía, una religión. Continuamos haciendo sacrificios. Es una crisis religiosa en la crisis religiosa, y es en ese contexto en el que todas las clases medias francesas, cuatro millones, se movilizan [las manifestaciones en Francia reunieron a cuatro millones de personas el 11 de enero contra los atentados]. Es la angustia. Y lo peligroso es que esa gente hipermovilizada no está preparada todavía para abandonar el euro. Hay una gran obstinación en mantener esa religión monetaria y hay una gran islamofobia en esas clases medias movilizadas.

P. Tanto el islam como el judaísmo son religiones minoritarias con escaso poder en nuestras sociedades. ¿Dónde está la razón profunda de la islamofobia y el antisemitismo?
R. La posguerra europea, como la transición española, nos hicieron perder la noción de la historia. Estamos viviendo la continuidad. Mire, a mí me trastornó especialmente la matanza en el supermercado judío, el Hyper Cacher. Resistí la tentación tras las matanzas antisemitas anteriores. Esta es la primera vez que escribo un libro en tanto que judío. Porque es verdad que hay antisemitismo en los barrios y, sobre todo, en los medios islamistas, pero soy historiador y sé que el único continente que ha masacrado a los judíos es Europa. Jamás ha habido algo parecido en el mundo árabe. En mi libro trato de demostrar esa interacción perversa entre la islamofobia y el antisemitismo. Más islamofobia traerá más antisemitismo. Es una trampa de la neo-República, en la que los débiles luchan unos contra otros. El catolicismo zombi en el poder desciende de los antisemitas.

P. Sobre ello debo decir que ha sido llamativo observar cómo el ataque a Charlie ha dejado siempre en segundo plano ese crimen antisemita del Hyper Cacher.
R. Levantar solo el estandarte de Charlie es lo que yo llamo el pecado original de Charlie.