EL Rincón de Yanka: LIBRO "CLICS CONTRA LA HUMANIDAD": LIBERTAD Y RESISTENCIA EN LA ERA DE LA DISTRACCIÓN TECNOLÓGICA por JAMES WILLIAMS 📱📺💻

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domingo, 8 de diciembre de 2024

LIBRO "CLICS CONTRA LA HUMANIDAD": LIBERTAD Y RESISTENCIA EN LA ERA DE LA DISTRACCIÓN TECNOLÓGICA por JAMES WILLIAMS 📱📺💻


Clics contra 
la humanidad: 
Libertad y resistencia 
en la era de la distracción tecnológica


• Premio Nine Dots al pensamiento innovador

"LA LIBERTAD DE ATENCIÓN NO TIENE SENTIDO 
SIN LIBERTAD DE ATENCIÓN". 

“La liberación de la atención humana podría ser la lucha ética y política decisiva de nuestro tiempo”, afirma el filósofo y exestratega de Google James Williams en su ensayo Clics contra la humanidad (Gatopardo), un grito de alarma que nos llama a cambiar nuestra relación con la tecnología antes de que sea demasiado tarde.

“RECUPERAR LA ATENCION ES VITAL PARA QUE SOBREVIVA EL YO TAL Y COMO SE ENTIENDE EN OCCIDENTE”, AFIRMA JAMES WILLIAMS
Vivimos pegados a la pantalla, sometidos a los cantos de sirena de la tecnología digital. En la era del exceso informativo, la atención ha pasado a ser un bien escaso y codiciado por las grandes empresas tecnológicas. ¿Cómo afecta este fenómeno a nuestra autonomía y nuestra libertad? ¿Cómo podemos oponer resistencia a la colonización de nuestra mente? Con un pie en la antigua Grecia y el otro en Silicon Valley, Clics contra la humanidad arroja luz sobre uno de los problemas más urgentes de nuestro tiempo.
James Williams, que fue estratega de Google antes de estudiar filosofía en Oxford, afirma que los sistemas inteligentes de persuasión que condicionan nuestro pensamiento y nuestra conducta constituyen una grave amenaza para la libertad y la democracia. En vez de ayudarnos a alcanzar nuestras verdaderas metas vitales, las tecnologías digitales desvían y explotan nuestra atención, aprovechándose de nuestras vulnerabilidades psicológicas. Hace demasiado tiempo que minimizamos los trastornos resultantes, descartándolos como simples «distracciones» o molestias menores. Sin embargo, son mecanismos que socavan la voluntad humana, cuyos efectos pueden ser irreversibles si no actuamos a tiempo.

CRÍTICA

Antes de llegar a la página 70 ya había eliminado mi cuenta de Instagram. Todavía no es demasiado tarde para detener el secuestro de la atención, el alud de información no procesable y la ‘proliferación de la mezquindad’. Este libro puede cambiar su vida (y el mundo).

Kiko Amat

Nadie ha reflexionado con tanta profundidad sobre la crisis moderna de la atención.

Tim Wu, autor de Comerciantes de atención

Si te importa el futuro de la sociedad, presta atención a este libro.

Wael Ghonim, activista de internet

Apasionado, provocador, personal y divertido. Partiendo de la filosofía, los videojuegos, la literatura clásica y la ciencia contemporánea, nos ayuda a entender cómo está cambiando la experiencia humana y cómo podemos recuperar el control de nuestras vidas.

David Runciman

Prólogo

Para hacer cualquier cosa que valga la pena, hay que ser capaz de prestar atención a las cosas que importan. No es tarea fácil, no lo ha sido nunca, pero de un tiempo a esta parte se ha vuelto aún más complicado, por nuevas e insospechadas razones. 

Mientras mirábamos hacia otra parte, una amenaza de última generación para la libertad del ser humano se ha materializado ante nuestros ojos. No hemos reparado en ella porque ha llegado en distintas formas que nos resultaban familiares. Ha llegado trayendo consigo el regalo de la información, un recurso escaso y valioso hasta la fecha, pero que se nos ha brindado en tal abundancia y a tal velocidad que se ha convertido en una rémora. Y, para acabar de seducirnos, ha llegado con la promesa de que está de nuestra parte, de que ha sido diseñada para ayudarnos a conducir nuestras vidas por los derroteros que nosotros mismos nos hemos marcado. 

Pero, por grande que sea su potencial, estas máquinas maravillosas no están exactamente de nuestra parte. En lugar de secundar nuestras intenciones, se dedican a captar y monopolizar nuestra atención. En su competencia despiadada por «persuadirnos», por determinar nuestros actos e ideas conforme a sus objetivos preestablecidos, estas máquinas se han visto obligadas a recurrir a las astucias más mezquinas y rastreras del manual para apelar a nuestros impulsos más viles, a ese ser inferior que nuestra naturaleza más noble ha tratado siempre de combatir y superar. Para colmo de males, han desplegado los sistemas de computación más inteligentes que se hayan visto jamás con el solo propósito de captar nuestra atención y servirse de ella. 

Durante demasiado tiempo hemos quitado importancia a los peligros de esta forma de persuasión inteligente y nociva, desdeñándola como una mera «distracción» o una molestia de poca monta. A corto plazo, estos obstáculos pueden mermar nuestra capacidad de hacer lo que queremos hacer. A largo plazo, pueden llegar a impedirnos vivir las vidas que queremos vivir y, lo que es peor, minar facultades fundamentales como la reflexión o el autocontrol, dificultándonos aún más la tarea de «querer lo que queremos querer», por emplear la expresión del filósofo Harry Frankfurt. En este sentido, los nuevos adversarios de la atención no solo suponen una amenaza para el triunfo de la voluntad, sino también para su misma integridad esencial, tanto en el plano individual como en el colectivo. 

De entre la variedad de amenazas que pesan sobre la libertad, algunas son reconocibles de inmediato, pero otras necesitan cierto tiempo para revelarse como tales. En lo que respecta a este sistema de persuasión inteligente, cuya influencia perniciosa crece por momentos, el proceso de reconocimiento no ha hecho más que comenzar. Las amenazas, en cambio, ese cúmulo de infraestructuras e incentivos que se esconden tras su funcionamiento, están ya bastante asentadas y consolidadas. Así las cosas, puede que sea demasiado tarde para poner a estos sistemas perniciosos de nuestra parte. Es posible que, a estas alturas, sus mecanismos estén demasiado arraigados en nuestra vida para extirparlos. Personalmente, no creo que sea el caso. No está todo perdido, pero la vía de la salvación es angosta y no tardará en cerrarse. 

Hubo un tiempo en que pensaba que los grandes desafios políticos habían pasado a la historia. Las luchas épicas por la libertad, me decía, habían sido ya libradas por generaciones más ilustres que la nuestra. A nosotros nos quedaba tan solo la tarea de administrar diligentemente su herencia política, el fruto de su esfuerzo. 

No podía estar más equivocado. La liberación de la atención humana podría ser la lucha ética y política decisiva de nuestro tiempo. Su éxito es requisito previo de cualquier otra lucha que quepa imaginar. Nos incumbe a nosotros, pues, la responsabilidad de modificar el cableado de estos sistemas de persuasión inteligente y nociva antes de que ellos modifiquen el nuestro. Para ello es preciso encontrar, entre todos, nuevas formas de hablar y abordar el problema, y reunir luego el coraje necesario para lidiar con él, por más que nuestras acciones resulten intempestivas e impopulares. 

En el poco espacio del que aquí dispongo no aspiro a dibujar un mapa detallado de la problemática, sino a calibrar la brújula que habrá de ayudarnos a navegar por ella. Habrá, pues, más preguntas que respuestas y más exploración que alegato. Debería leerse como un despliegue de intuiciones, como una búsqueda de los términos precisos. Ralph Waldo Emerson dijo que «a veces un grito es mejor que una tesis». Habrá aquí un poco de ambas cosas. 

El corto pero intenso periodo que he pasado escribiendo este libro no habría sido posible sin la extraordinaria generosidad y clarividencia de la Kadas Prize Foundation, la Cambridge University Press y el Centro de Investigaciones para las Artes, las Ciencias Sociales y las Humanidades (CRASSH) de la Universidad de Cambridge, así como el ímprobo esfuerzo del personal y la directiva del Premio Nine Dots. El privilegio es aún mayor, pues se trata de inaugurar lo que sin duda será una larga serie de proyectos similares a este. Solo espero que el mío sea digno de su generosa atención y de la del lector.

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James Williams. Clics contra la humanidad (Español)