Cuando los medios se convierten
en aliados estratégicos
(y en fines siniestros)
En el contexto actual de la comunicación religiosa, resulta preocupante observar cómo algunos miembros destacados de la jerarquía eclesial establecen relaciones con medios que no solo son ajenos a la doctrina de la Iglesia, sino que, en ocasiones, se muestran abiertamente contrarios a ella.
Este fenómeno plantea preguntas incómodas sobre las motivaciones e intereses personales que pueden estar detrás de estas alianzas, y el caso del obispo Ángel Pérez Pueyo, de la diócesis de Barbastro-Monzón, ofrece un ejemplo que merece ser analizado con detenimiento.
Las relaciones mediáticas del obispo Pérez Pueyo
Desde hace tiempo, el obispo Pérez Pueyo ha cultivado vínculos con ciertos medios de comunicación que, lejos de defender los valores eclesiales, se dedican a cuestionarlos o reinterpretarlos bajo prismas ideológicos particulares. Entre estos medios destaca Religión Digital, cuyo enfoque editorial se caracteriza por un tratamiento sensacionalista y, en ocasiones, abiertamente sesgado de los temas religiosos.
Resulta llamativo que un obispo con responsabilidades pastorales en una diócesis como Barbastro-Monzón se apoye en un medio conocido en algunos círculos como “Herejía Digital”, debido a su inclinación por interpretar la doctrina y los acontecimientos eclesiales de forma contraria a la enseñanza oficial de la Iglesia. Pero Religión Digital no es el único caso. Bastante también escribe en eldiario.es, dirigido a un público marcadamente secularizado y crítico con la Iglesia, lo que subraya la peculiar elección de aliados mediáticos del obispo.
Los intereses detrás de las filtraciones
No es un secreto que medios como Religión Digital se han beneficiado de información privilegiada proveniente de altos cargos de la Iglesia. La cuestión que surge es: ¿por qué algunos obispos o figuras relevantes dentro de la Conferencia Episcopal facilitan estas filtraciones? Una posible respuesta radica en el uso estratégico de los medios para promover intereses personales o agendas particulares.
En el caso de Pérez Pueyo, su relación con Religión Digital parece estar alineada con su manejo del conflicto en Torreciudad. Las publicaciones de este medio han adoptado un tono que, más que informar, busca desacreditar la posición del Opus Dei en su disputa con el obispado. Este tipo de maniobras, lejos de buscar la reconciliación o el bien común, refuerzan narrativas que dividen a los fieles y socavan la credibilidad de la Iglesia en su conjunto.
Medios al servicio de agendas personales
El fenómeno no se limita a un solo obispo o medio de comunicación. Dentro de la Conferencia Episcopal Española, también existen figuras que, desde posiciones de poder, han utilizado ciertos canales mediáticos para promover sus propias visiones o enfrentarse a sectores con los que no están de acuerdo. Esta instrumentalización de los medios no solo es un problema ético, sino que también pone en riesgo la unidad de la Iglesia y la confianza de los fieles.
Cuando estos vínculos mediáticos se consolidan, se corre el peligro de que las noticias sobre la Iglesia reflejen más los intereses particulares de unos pocos que la realidad objetiva de los hechos. En este contexto, medios como Religión Digital actúan como altavoces de una narrativa que no siempre es fiel a la verdad, sino que responde a agendas previamente diseñadas.
Es importante destacar que el periodismo crítico tiene un papel esencial en cualquier sociedad, incluida la Iglesia. Sin embargo, cuando ese periodismo se convierte en un ataque sistemático, impulsado por actores internos, se genera un problema profundo. No se trata únicamente de desacreditar a ciertas instituciones o prelaturas, como ocurre en el caso de Torreciudad, sino de debilitar el testimonio de la Iglesia en su conjunto.
La necesidad de una comunicación fiel a la verdad
En tiempos de crisis, los medios de comunicación deberían ser un puente para el diálogo y la reconciliación, no una herramienta para la división. Es fundamental que la jerarquía eclesial reflexione sobre el impacto de sus alianzas mediáticas y se comprometa a construir relaciones con medios que, más allá de sus inclinaciones editoriales, respeten la verdad y promuevan una visión integral de la Iglesia.
El caso de Pérez Pueyo y su relación con medios como Religión Digital es un recordatorio de los peligros de utilizar la comunicación como arma. Frente a esta realidad, la Iglesia necesita apostar por un modelo de comunicación basado en el respeto, el rigor y la fidelidad a su misión evangelizadora. Solo así se podrá contrarrestar el ruido mediático y fortalecer el testimonio de la fe en el mundo actual.
No se puede imponer la contradicción ni la incoherencia. La inobservancia de este tipo de normas no es desobediencia, y se convierte, según el autor, en un deber.
EL QUE OBEDECE A BERGOGLIO Y A SU AGENDA SATÁNICA 2030 DESOBEDECE A DIOS Y A LA IGLESIA.
0 comments :
Publicar un comentario