EL Rincón de Yanka: LOS POLÍTICOS SON PEORES QUE LA GANGRENA Y PUDREN TODO LO QUE TOCAN: 💩 SON EL PEOR ENEMIGO DE LA ESPECIE HUMANA por FRANCISCO RUBIALES

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lunes, 9 de diciembre de 2024

LOS POLÍTICOS SON PEORES QUE LA GANGRENA Y PUDREN TODO LO QUE TOCAN: 💩 SON EL PEOR ENEMIGO DE LA ESPECIE HUMANA por FRANCISCO RUBIALES


El peor enemigo 
de la especie humana
💩

El mal adopta diferentes formas en cada momento de la Historia. En un momento, la maldad suprema se encarnó en las tribus bárbaras que avanzaban destruyendo y asesinando; en otros momentos, la maldad estuvo representada por las religiones fanáticas que asesinaban y destruían la vida y la cultura en nombre de un Dios furioso y vengador; casi siempre el mal anidó en los usureros, los mercenarios, los déspotas, los maestros de la mentira y otras especies despreciables.

En la actualidad, la más dañina representación del mal y el peor enemigo de la especie humana y del planeta que habitamos es el político.
La gran novedad de nuestra época es que en lugar de combatir al enemigo, los elegimos en las urnas y les entregamos el poder. Los políticos son como el cáncer: destructivos, pero sin que sean reconocidos por el sistema defensivo como adversario. Ese camuflaje eficaz hace del político el peor de todos los enemigos que el planeta y la raza humana han padecido en la Historia porque provoca guerras, hambre, injusticias, dolor y exterminio y, en lugar de ser castigado, se le premia, mientras él se exhibe como triunfador y exige cada vez más poder y dominio.
¿Por que son los políticos la encarnación suprema del mal en los tiempos presentes? Porque su deber es mejorar el mundo y luchar para propagar la virtud, el bien, la justicia y la felicidad, pero ellos han elegido el camino opuesto y, victimas de los vicios de la codicia, la soberbia y el egoísmo más despiadado, han optado por destruir y arrasar, tanto al planeta que nos acoge como a la raza humana, creada para dominarlo.

La mayoría de la gente cree que lo peor de los políticos es la corrupción, pero no es así porque la corrupción es solo una consecuencia de algo mucho peor: el mal gobierno, un liderazgo que, tras apoderarse del Estado y sus recursos, utiliza el "divide e impera" y emplea el poder para promover el mal. Los telediarios son una película de terror, no tanto por la podredumbre de la clase política, sino porque reflejan los peores vicios y carencias de una sociedad sin valores y orientada a despedazarse.
A muchos seres humanos les resulta difícil ver en algunos políticos con poder a miembros de su misma especie. Parecen distintos y resultan incomprensibles su ausencia de misericordia, su insensibilidad ante el dolor ajeno, su afán por enriquecerse, por acumular privilegios, por degradar a los demás, por hacer sufrir al prójimo, en definitiva. Ni los chacales se comportan de ese modo con sus congéneres.

La naturaleza es sabia y siempre consigue derrotar a sus enemigos. El político, por su corrupción, egoísmo, torpeza, codicia y por los inmensos daños que produce, se ha convertido en el gran enemigo del planeta y de la especie humana. El político crea guerras, saquea la economía, deteriora la naturaleza, daña al planeta, extermina especies, esclaviza a los humanos, los degrada, los empobrece y les empuja hacia la esclavitud y la infelicidad. Los políticos pudieron haber elegido una ruta distinta para gobernar, el camino del bien, promoviendo desde los gobiernos el amor, la ayuda mutua, el respeto, la honradez y otros muchos valores, pero han elegido una vía miserable, por puro egoísmo, promoviendo la envidia, el embrutecimiento y la degradación de la raza humana, sin otro fin que el egoísmo y el afán de poder, conscientes de que es mas fácil dominar a esclavos asustados y aborregados que a ciudadanos libres y pensantes.

En todos los momentos de la Historia en los que el mal avanzaba, había grupos de resistentes que promovían una visión distinta del mundo, una esperanza y la firme lucha por mejorar el mundo. Esa lucha entre el bien y el mal, la luz y las sombras, la libertad y la opresión, el bien y el mal en definitiva, es la espina dorsal de la Historia y el núcleo de la vida humana.

Todo lo que hoy resta de decencia en el mundo está en rebelión contra los enemigos de la especie y del planeta. Cualquier persona reflexiva y con capacidad de análisis sabe que los políticos corrompieron a una sociedad razonablemente sana. Por todas partes y en todas las naciones surgen grupos de resistencia que quieren cambiar el mundo y mejorarlo. En Brasil, cientos de miles de ciudadanos gritan "que se marchen todos los políticos", un grito similar al que se escucha en Francia, Alemania, Italia, Grecia, España y decenas de países de los cinco continentes. El denominador común de todos ellos es el rechazo a los que gobiernan promoviendo la pobreza, la desigualdad, la opresión y la destrucción del planeta.

El mundo está en guerra, aunque no todos los humanos sean conscientes de esa lucha. En un bando están los que quieren un mundo mejor; en el otro los que quieren seguir disfrutando de privilegios y utilizan para ello el mal en todas sus versiones, desde la tiranía al asesinato de la libertad, de la decencia y de los valores.
En apariencia, el bando de los ciudadanos deseosos de libertad y de valores es más débil, pero no es así porque los rebeldes tenemos de nuestra parte al mas poderosos de los aliados: la naturaleza. El mundo tiene sus leyes y su armonía y repudia la labor y la línea que han impuesto los depredadores. Al final de la batalla, los miserables van a ser derrotados.

Para ganar la batalla hay que conocer bien al enemigo. Parecen poderosos, pero no son nada. Están muertos, pero ellos todavía no lo saben. Son espectros sin carne ni huesos, incapaces de tener ideología y principios. Se pavonean, sonríen, parecen henchidos de orgullo y se exhiben en las televisiones, pero ellos saben que no pintan nada porque otros les mandan y les hacen sentir miedo. Sólo son fantasmas esclavos de la arrogancia y la codicia. Lo único importante que poseen es su capacidad de hacer daño y de generar rechazo. Son lo peor de la especie y la peor pesadilla del bien. Algunos los consideran poseídos por Belcebú, pero ni siquiera son malignos. Sólo son momias que desprenden mal olor, en un limbo inútil.

Se pelean entre ellos como hienas, pero siempre se ponen de acuerdo para defender sus privilegios y cuando enfrente aparece su enemigo, que es el hombre libre y pensante.
Ambas bandos saben que el arma decisiva para alcanzar la victoria es la opinión pública, la gran palestra donde los medios tienen un peso especial y donde el mal compra personas, conciencias e ideas, corrompe, miente y confunde, mientras que los luchadores por un mundo mejor utilizan el recurso que siempre ha vencido, tarde o temprano, cualquier batalla en la Historia: la verdad.


Los políticos son peores 
que la gangrena 
y pudren todo lo que tocan

No existe en el mundo una plaga más destructiva y letal que los políticos. Son peores que la gangrena y pudren todo lo que tocan. Hasta que la humanidad no se libre de ellos, el mundo entero estará en peligro de muerte.
LOS ENEMIGOS DE LAS NACIONES SON SUS PROPIOS ESTADOS. 

Los políticos son la encarnación del mal en la Tierra y de la estupidez más destructiva en el planeta. Algunos, aterrorizados después de analizar sus obras y daños, los consideran como el verdadero anticristo que precede a la destrucción del mundo. Con su ineptitud, torpeza y corrupción son los causantes de los grandes incendios, de las inundaciones y hasta del calentamiento global y de la muerte de los mares y océanos. Son incapaces de limpiar los cauces de los ríos y los busques, que arden como la estopa, mientras han permitido sin reaccionar que los océanos se llenen de plásticos y otras basuras, que ni siquiera limpian, poniendo en peligro la supervivencia humana. Permiten el exterminio de los bosques y de las especies y son los responsables de la agonía de nuestro planeta. Cuanto más poder tienen, más desastres provocan. El hambre es obra suya, las guerras las provocan ellos, al igual que la pobreza, la desigualdad y muchas veces la muerte. Tan solo en el siglo XX, los políticos asesinaron a más de cien millones de ciudadanos, sin contar a los que murieron en las ciudades bombardeadas y en los campos de batalla.

Si se analizaran las obras de los políticos con rigor y el papel letal que representan, nadie se atrevería a votarles, por razones de supervivencia. Si los ciudadanos tuvieran conciencia de lo que realmente son los políticos, jamás emitirían un voto a sus partidos y los expulsarían del poder como si fueran serpientes venenosas.
Lo pudren todo, hasta las instituciones y tareas más nobles. Compran voluntades y medios de comunicación con dinero público y cierran con sus alianzas las puertas a la verdad y a la información necesaria; el rescate de náufragos lo transforman en tráfico de inmigrantes, en colaboración con las mafias; los mejores ejércitos son castrados y podridos cuando los políticos nombran a los generales; la policía dedica más empeño en cuidar a los poderosos que en defender a los ciudadanos de la delincuencia; la Justicia la transforman en parcial, arbitraria y al servicio del poder; dividen y enfrentan a los pueblos; premian la incultura; adoctrinan en las escuelas; crean legiones de parásitos a cargo del Estado para colocar a sus amigos y familiares; llenan las ciudades de delincuentes e indigentes; castigan más al que roba un jamón que a los que saquean los fondos públicos; disfrutan privilegios escandalosos e inmerecidos; atribulan y aplastan a los pueblos y a las empresas con impuestos desproporcionados, que serian innecesarios si ellos fueran austeros y decentes; han construido un mundo injusto, escandalosamente desigual y en quiebra, donde los mil más ricos tienen más dinero y bienes que el resto de la humanidad y donde la deuda ha situado a la mayoría de los estados en absoluta quiebra; han llenado los palacios de gobierno y las grandes instituciones públicas de delincuentes e ineptos y han olvidado que el fin último de la política es la felicidad de los ciudadanos.

El mundo que han construido con su poder, utilizando los recursos más valiosos de la humanidad, es un mundo asqueroso que nada tiene de admirable, en el que no se respetan los derechos humanos y en el que se asesina a los enemigos recalcitrantes, mientras se margina y se aplasta a los disidentes y a los que se empeñan en ser libres. No soportan la crítica cuando pone en peligro su hegemonía y han prostituido la democracia hasta convertirla en un sistema nauseabundo, sin contrapesos ni leyes respetables, sin controles ni valores sólidos.

España se ha convertido en un país puntero en deterioro y perversión de la política. Los políticos españoles son especialmente letales. Han creado un Estado tan grueso y plagado de parásitos que resulta insostenible y sólo lo mantienen a base de endeudamiento y de expolio de ciudadanos y empresas, obligados a soportar impuestos abusivos a cambio de servicios de tercera categoría y en constante declive. Hasta la sanidad pública, que era el orgullo de España, se hace pedazos por culpa de los políticos españoles, expertos en enfrentamientos, divisiones, saqueos y corrupción a gran escala. Hasta el peligroso separatismo, que amenaza con despedazar la nación, es obra de políticos corruptos y miserables.

Algunos, al leer este informe, pensaran que el autor exagera, pero les reto a que analicen cualquier factor de nuestras vidas y verán sin duda, detrás de ellos, la mano incompetente y destructiva de los políticos, que para colmo de males se autopremian con privilegios fastuosos que no merecen, como si en lugar de destruir nuestro mundo gobernaran con acierto. No limpian los cauces de los ríos; los fondos de los pantanos están llenos de lodo y embalsan la mitad de lo que dicen; los bosques arden porque los políticos impiden que se limpien de maleza; se ocultan datos vergonzantes sobre ciudadanos desesperados por el trato que reciben de la justicia, muchos de ellos convertidos en pirómanos, vagabundos callejeros, asesinos vengativos o suicidas. Las ayudas benefician más a los extranjeros que a los españoles; las ciudades, por culpa de los políticos, se llenan de delincuentes y hay barrios enteros en los que ya la policía teme penetrar; los hospitales se colapsan y la enseñanza sirve para adoctrinar y fabricar seres inútiles, muchas veces violentos, inadaptados y sin capacidad de pensar en libertad. Vean un desastre, sea el que sea, desde un descarrilamiento a una inundación y verán siempre detrás la ineptitud de una clase política que ha olvidado que tiene que ser ejemplar y que su deber es ser eficaz, no sólo disfrutar del poder.

En nuestro mundo, es metafísicamente cierto que el político es el peor enemigo del ser humano.


"EL ESTADO ES PEOR QUE UNA MAFIA. 
ES MÁS GRANDE, MÁS CRIMINAL 
Y ADEMÁS TIENE ESCUELAS MEDIOS PALANGRISTAS. 
UNA MAFIA NORMAL TE ROBA PERO TE DEJA EN PAZ". 
MIGUEL ANXO BASTOS

EL PUEBLO LO PAGA TODO. 
EL ESTADO LO ROBA TODO.

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