“La liberación de la atención humana podría ser la lucha ética y política decisiva de nuestro tiempo”, afirma el filósofo y exestratega de Google James Williams en su ensayo Clics contra la humanidad (Gatopardo), un grito de alarma que nos llama a cambiar nuestra relación con la tecnología antes de que sea demasiado tarde.
“RECUPERAR LA ATENCION ES VITAL PARA QUE SOBREVIVA EL YO TAL Y COMO SE ENTIENDE EN OCCIDENTE”, AFIRMA JAMES WILLIAMS
Vivimos pegados a la pantalla, sometidos a los cantos de sirena de la tecnología digital. En la era del exceso informativo, la atención ha pasado a ser un bien escaso y codiciado por las grandes empresas tecnológicas. ¿Cómo afecta este fenómeno a nuestra autonomía y nuestra libertad? ¿Cómo podemos oponer resistencia a la colonización de nuestra mente? Con un pie en la antigua Grecia y el otro en Silicon Valley, Clics contra la humanidad arroja luz sobre uno de los problemas más urgentes de nuestro tiempo.
James Williams, que fue estratega de Google antes de estudiar filosofía en Oxford, afirma que los sistemas inteligentes de persuasión que condicionan nuestro pensamiento y nuestra conducta constituyen una grave amenaza para la libertad y la democracia. En vez de ayudarnos a alcanzar nuestras verdaderas metas vitales, las tecnologías digitales desvían y explotan nuestra atención, aprovechándose de nuestras vulnerabilidades psicológicas. Hace demasiado tiempo que minimizamos los trastornos resultantes, descartándolos como simples «distracciones» o molestias menores. Sin embargo, son mecanismos que socavan la voluntad humana, cuyos efectos pueden ser irreversibles si no actuamos a tiempo.
CRÍTICA
Antes de llegar a la página 70 ya había eliminado mi cuenta de Instagram. Todavía no es demasiado tarde para detener el secuestro de la atención, el alud de información no procesable y la ‘proliferación de la mezquindad’. Este libro puede cambiar su vida (y el mundo).
Kiko Amat
Nadie ha reflexionado con tanta profundidad sobre la crisis moderna de la atención.
Tim Wu, autor de Comerciantes de atención
Si te importa el futuro de la sociedad, presta atención a este libro.
Wael Ghonim, activista de internet
Apasionado, provocador, personal y divertido. Partiendo de la filosofía, los videojuegos, la literatura clásica y la ciencia contemporánea, nos ayuda a entender cómo está cambiando la experiencia humana y cómo podemos recuperar el control de nuestras vidas.
David Runciman
Prólogo
Para hacer cualquier cosa que valga la pena, hay que ser capaz de prestar atención a las cosas que importan. No es tarea fácil, no lo ha sido nunca, pero de un tiempo a esta parte se ha vuelto aún más complicado, por nuevas e insospechadas razones.
Mientras mirábamos hacia otra parte, una amenaza de última generación para la libertad del ser humano se ha materializado ante nuestros ojos. No hemos reparado en ella porque ha llegado en distintas formas que nos resultaban familiares. Ha llegado trayendo consigo el regalo de la información, un recurso escaso y valioso hasta la fecha, pero que se nos ha brindado en tal abundancia y a tal velocidad que se ha convertido en una rémora. Y, para acabar de seducirnos, ha llegado con la promesa de que está de nuestra parte, de que ha sido diseñada para ayudarnos a conducir nuestras vidas por los derroteros que nosotros mismos nos hemos marcado.
Pero, por grande que sea su potencial, estas máquinas maravillosas no están exactamente de nuestra parte. En lugar de secundar nuestras intenciones, se dedican a captar y monopolizar nuestra atención. En su competencia despiadada por «persuadirnos», por determinar nuestros actos e ideas conforme a sus objetivos preestablecidos, estas máquinas se han visto obligadas a recurrir a las astucias más mezquinas y rastreras del manual para apelar a nuestros impulsos más viles, a ese ser inferior que nuestra naturaleza más noble ha tratado siempre de combatir y superar. Para colmo de males, han desplegado los sistemas de computación más inteligentes que se hayan visto jamás con el solo propósito de captar nuestra atención y servirse de ella.
Durante demasiado tiempo hemos quitado importancia a los peligros de esta forma de persuasión inteligente y nociva, desdeñándola como una mera «distracción» o una molestia de poca monta. A corto plazo, estos obstáculos pueden mermar nuestra capacidad de hacer lo que queremos hacer. A largo plazo, pueden llegar a impedirnos vivir las vidas que queremos vivir y, lo que es peor, minar facultades fundamentales como la reflexión o el autocontrol, dificultándonos aún más la tarea de «querer lo que queremos querer», por emplear la expresión del filósofo Harry Frankfurt. En este sentido, los nuevos adversarios de la atención no solo suponen una amenaza para el triunfo de la voluntad, sino también para su misma integridad esencial, tanto en el plano individual como en el colectivo.
De entre la variedad de amenazas que pesan sobre la libertad, algunas son reconocibles de inmediato, pero otras necesitan cierto tiempo para revelarse como tales. En lo que respecta a este sistema de persuasión inteligente, cuya influencia perniciosa crece por momentos, el proceso de reconocimiento no ha hecho más que comenzar. Las amenazas, en cambio, ese cúmulo de infraestructuras e incentivos que se esconden tras su funcionamiento, están ya bastante asentadas y consolidadas. Así las cosas, puede que sea demasiado tarde para poner a estos sistemas perniciosos de nuestra parte. Es posible que, a estas alturas, sus mecanismos estén demasiado arraigados en nuestra vida para extirparlos. Personalmente, no creo que sea el caso. No está todo perdido, pero la vía de la salvación es angosta y no tardará en cerrarse.
Hubo un tiempo en que pensaba que los grandes desafios políticos habían pasado a la historia. Las luchas épicas por la libertad, me decía, habían sido ya libradas por generaciones más ilustres que la nuestra. A nosotros nos quedaba tan solo la tarea de administrar diligentemente su herencia política, el fruto de su esfuerzo.
No podía estar más equivocado. La liberación de la atención humana podría ser la lucha ética y política decisiva de nuestro tiempo. Su éxito es requisito previo de cualquier otra lucha que quepa imaginar. Nos incumbe a nosotros, pues, la responsabilidad de modificar el cableado de estos sistemas de persuasión inteligente y nociva antes de que ellos modifiquen el nuestro. Para ello es preciso encontrar, entre todos, nuevas formas de hablar y abordar el problema, y reunir luego el coraje necesario para lidiar con él, por más que nuestras acciones resulten intempestivas e impopulares.
En el poco espacio del que aquí dispongo no aspiro a dibujar un mapa detallado de la problemática, sino a calibrar la brújula que habrá de ayudarnos a navegar por ella. Habrá, pues, más preguntas que respuestas y más exploración que alegato. Debería leerse como un despliegue de intuiciones, como una búsqueda de los términos precisos. Ralph Waldo Emerson dijo que «a veces un grito es mejor que una tesis». Habrá aquí un poco de ambas cosas.
El corto pero intenso periodo que he pasado escribiendo este libro no habría sido posible sin la extraordinaria generosidad y clarividencia de la Kadas PrizeFoundation, la Cambridge University Press y el Centro de Investigaciones para las Artes, las Ciencias Sociales y las Humanidades (CRASSH) de la Universidad de Cambridge, así como el ímprobo esfuerzo del personal y la directiva del Premio Nine Dots. El privilegio es aún mayor, pues se trata de inaugurar lo que sin duda será una larga serie de proyectos similares a este. Solo espero que el mío sea digno de su generosa atención y de la del lector.
El Flautista de Hamelín es una de esas historias que, cuanto más se explora, más oscura se vuelve. Según la leyenda, en 1284, en el pequeño pueblo alemán de Hamelín, un hombre extraño con una flauta apareció de la nada. Vestido con colores brillantes, el forastero ofreció al pueblo un trato: liberaría a Hamelín de la plaga de ratas que los azotaba a cambio de una recompensa. Los habitantes aceptaron, pero lo que no sabían era que este encuentro iba a terminar de una manera mucho más siniestra.
Con su flauta en mano, el misterioso hombre tocó una melodía encantadora, una música que hipnotizó a las ratas y las llevó fuera de la ciudad, ahogándose en el río Weser. Pero cuando el Flautista regresó por su pago, los ciudadanos, ingratos y codiciosos, se negaron a cumplir su promesa. Fue entonces cuando el verdadero terror comenzó.
Lleno de ira, el Flautista tocó una nueva melodía, esta vez dirigida a los niños del pueblo. Encantados, como lo habían estado las ratas antes que ellos, los niños siguieron al hombre fuera de la ciudad, bailando y sonriendo, completamente ajenos al destino que les aguardaba.
Aquí es donde la leyenda adquiere un tono verdaderamente inquietante. Según diversas versiones de la historia, los niños desaparecieron para siempre, pero ¿a dónde los llevó el Flautista? Algunas versiones sugieren que los guió hacia una cueva en las montañas, donde desaparecieron sin dejar rastro. Otros relatos más perturbadores sugieren que se los llevó a un lugar subterráneo, una tierra oscura y fría donde los niños quedaban atrapados eternamente, condenados a vagar por túneles interminables.
Existen teorías que intentan dar una explicación más histórica al mito. Algunos dicen que los niños fueron víctimas de un reclutamiento masivo para las Cruzadas, enviados a tierras lejanas donde nunca más se supo de ellos. Otros creen que pudieron haber sido capturados por traficantes de esclavos o haber muerto por alguna epidemia. Sea cual sea la verdad, el destino de esos niños ha quedado sumido en el misterio, alimentando siglos de miedo y especulación.
Incluso los propios habitantes de Hamelín, muchos años después, inscribieron la fecha del evento en documentos oficiales, indicando que el 26 de junio de 1284 "nuestros niños fueron arrebatados". Este detalle sugiere que, más allá del mito, algo real y terrible sucedió en aquel pueblo.
El Flautista de Hamelín no es solo una historia de advertencia sobre las promesas incumplidas, sino una perturbadora leyenda de venganza y pérdida, donde la dulzura de una melodía ocultaba un oscuro final. El lugar al que los niños fueron conducidos sigue siendo un enigma que, a lo largo de los años, ha hecho que generaciones se pregunten: ¿qué fue de esos niños? ¿A dónde los llevó el Flautista?
Tal vez nunca lo sabremos, pero el escalofrío que recorre la columna al oír su historia es prueba suficiente de que no era solo una simple leyenda para asustar a los niños.
Esta historia no solo invita a la reflexión, sino también a mirar con cuidado aquello que parece demasiado encantador o fácil, porque detrás de una música hipnótica, podría ocultarse el eco de una tragedia olvidada.
Inscripción en alemán antiguo tallada en piedra en la parte superior de la Rattenfängerhaus (“Casa del cazador de ratas”) de Hamelin.
En el año de 1284
en el día de Juan y Pablo
siendo el 26 de junio
por un flautista
vestido con toda suerte de colores,
fueron seducidos 130 niños nacidos en Hamelin
y se perdieron en el lugar del Calvario, cerca de las colinas.
El protagonista de la emblemática leyenda
fue en realidad un secuestrador.
Esta inscripción data del año 1602. Sin embargo, no es la única referencia al hecho. Según reconstruyó la BBC, dentro de los registros de la alcaldía de Hamelin, con fecha de 1384, hay un documento que manifiesta: “Pasaron 100 años desde que se fueron nuestros hijos”.
Otro de los documentos hallados que avala el crimen del músico es el manuscrito de Luneburg, que se escribió en el siglo XV. Este material relata la extraña desaparición de 130 niños el 26 de junio de 1284. Según atestigua el escrito, los jóvenes siguieron a un flautista hacia las afueras del pueblo y jamás regresaron.
Vitrales de la iglesia de Hamelín
Decan Lude, nacido en Hamelin, aseguraba que su abuela tenía un libro que contaba el episodio de los niños. También está la historia de Jobus Fincelius, De Miraculis sui Tempores que dice:
"De la perversidad y el poder del demonio, contaré aquí una historia verdadera. (…) En Hamelin, a orillas del Wesser, en Sajonia, el Demonio caminó por las calles visiblemente en forma humana, atrayendo muchos niños con el toque de su flauta, varones y hembras, y los guió a través de la puerta de la ciudad, hacia las montañas". También Marcel Schwob en La Cruzada de los niños escribe:
"El maligno se apodera gustoso de los niños. En otro tiempo adoptó la figura de un cazador de ratas, para arrastrar con las notas de música de su caramillo a todos los pequeñuelos de la ciudad de Hamelin.
Unos dicen que aquellos infortunados se ahogaron en el río Wesser, otros que los encerró en la falda de una montaña".
"El Flautista de Hamelin" 1957
LA LEYENDA DEL FLAUTISTA DE HAMELIN 2024 trailer HD
Una joven compositora se encuentra frente a la oportunidad de su vida cuando recibe el encargo de terminar el concierto final de su difunto mentor, que quedó incompleto tras su muerte. Sin embargo, pronto descubrirá que tocar esas notas tiene repercusiones mortales, lo que la llevará a desenmascarar los orígenes perturbadores de la melodía y la malvada fuerza que ésta despierta.
Michael D. O'Brien, autor canadiense mundialmente conocido por su saga protagonizada por el "Padre Elías", anima a los lectores de Misión a no dejarse hipnotizar por la situación actual ocasionada “por el pecado y por oscuras fuerzas espirituales”. Lo que toca al cristiano es recordar que su horizonte es Jesucristo que viene, que está cerca.
Es natural responder ante las situaciones amenazantes con la que se conoce como “reacción de lucha o huida”. Este instinto está inscrito en nuestro ser con el propósito de favorecer la supervivencia. Todos los seres vivos lo tenemos de un modo u otro. En cualquier caso, como hijos de la luz, y porque los seres humanos estamos creados a imagen y semejanza de Dios, estamos llamados por Él a algo más grande para responder en las situaciones críticas.
Las crisis que hoy proliferan –algunas genuinas, otras exageradas o tremendamente distorsionadas por los medios– han creado una especie de tormenta psicológica en muchos individuos y en la mayoría de naciones. La pandemia del coronavirus, la pérdida de libertades civiles y religiosas, la inestabilidad económica, grandes figuras mundiales maniobrando por un reinicio global, los escándalos y la confusión creciente dentro de la Iglesia, entre otros factores, han formado una “tormenta perfecta” .
Todo ello es, en parte, consecuencia del pecado diseminado por agentes humanos, y también causado por oscuras fuerzas espirituales, pero el resultado final es el de sumergirnos en una visión distorsionada de la realidad. Ya sea por querer huir de las amenazas o por vernos paralizados por ellas, nos encontramos ante una especie de hipnosis.
Sin descontar las medidas razonables que cualquiera debería adoptar en un mundo siempre peligroso (y sublimemente bello), nuestra condición interior siempre debería de ser la de Verdad y Amor: la verdad y el amor integrados como un todo unificado. Nuestra labor es mantener la paz interior a través de la oración constante, dejando que el Espíritu Santo nos forme más y más en el camino del abandono total a la Divina Providencia. Este tipo de abandono no supone nunca darse por vencido: no es ni pasividad, ni indiferencia, ni tampoco negación de la realidad. Es un santo desapego, incluso mientras seguimos realizando aquellas tareas que son propias de nuestra vocación y misión en la vida.
“Las crisis que hoy proliferan –genuinas o exageradas por los medios– han creado una especie de tormenta psicológica”
Aun así, se plantea la pregunta: ¿Qué es razonable en tiempos como estos? Las precauciones razonables durante la Peste Negra, o la Crisis del 29, o la Segunda Guerra Mundial fueron distintas en función de las características de cada situación, y según las circunstancias de cada uno (si tiene familia o es soltero, si tiene trabajo o no, si vive en la ciudad o el campo…). No existe una hoja de ruta detallada o un manual de supervivencia para navegar de manera infalible en tiempos de crisis. Los intentos de encontrar esta solución “mágica” (incluso a través de una supuesta magia racional) pueden ser una forma disfrazada de gnosticismo pagano –incluso cuando se rocía, por así decirlo, con agua bendita–. Claro que el conocimiento es bueno en sí mismo, pero el conocimiento por sí solo no puede salvarnos. Como tampoco puede salvarnos la acumulación de bienes materiales. Todo eso puede darnos, temporalmente, la ilusión de ser capaces de dominar las situaciones amenazantes, reforzando nuestra sensación de seguridad y una más sutil sensación de autosuficiencia. Sin embargo, al final, cualquier intento de vivir en el reino de la autosuficiencia nos será de poco o ningún provecho.
Entonces, ¿qué tenemos que hacer? Para los que seguimos a Cristo, la respuesta razonable antes las amenazas (sean meras percepciones o amenazas reales) es invocar constantemente al Espíritu Santo para que ilumine lo que tenemos que hacer en nuestras circunstancias particulares de cada día. Y debemos ofrecer esta plegaria con total sinceridad. Con gran sencillez. Con el corazón de un niño.
“Para el cristiano, la respuesta razonable ante las amenazas es invocar al Espíritu Santo con total sinceridad y sencillez”
Sí, tenemos que ser conscientes de la agrupación de diferentes fuerzas paganas cada vez más anticristianas, pero no nos dejemos hipnotizar por nuestro antiguo enemigo, el Diablo, a quien las Escrituras llaman “la serpiente astuta”, la más sutil de las criaturas. Como las verdaderas serpientes, paralizará a sus potenciales víctimas con el veneno del terror, inundará nuestras mentes con escenarios oscuros, buscará convencernos de que ha vencido y, por tanto, tratará de desanimarnos profundamente para poder devorarnos más fácilmente.
En su audiencia del 11 de mayo de 2005, pocos días después de su elección como pontífice, el Papa Benedicto xvi dijo: “En efecto, la Historia no está en las manos de potencias oscuras, de la casualidad o únicamente de las decisiones humanas. Sobre las energías malignas que se desencadenan, sobre la acción vehemente de Satanás y sobre los numerosos azotes y males que sobrevienen, se eleva el Señor, árbitro supremo de las vicisitudes históricas. Él las lleva sabiamente hacia el alba del nuevo cielo y de la nueva tierra, sobre los que se canta en la parte final del libro del Apocalipsis con la imagen de la nueva Jerusalén”.
Hay momentos en los que podemos pensar o sentir que el maligno (y sus agentes humanos) han ganado. Pero hemos de recordar que un gran número de personas perciben la procedencia diabólica que subyace en la oscuridad presente. Cada vez más personas ven signos de alerta en las colinas y oyen las campanas lejanas mientras continúan con sus vidas.
“¿Pero y yo que tengo que hacer?”, preguntas. Cumple con el deber de las tareas que tienes a mano. Mantén la fe en tus responsabilidades, tu vocación. Ama a las almas que has traído al mundo, y a las que Dios trae a tu vida. Trabaja y reza. Trata de convertir todo en oración. Adora a Jesús vivo que siempre está entre nosotros. Busca la paz que el mundo no puede dar. Pide a Dios diariamente el don sobrenatural de la Esperanza, que es muy diferente de un optimismo humano natural. Y, luego, practica la esperanza. Por supuesto, poner todo esto en práctica es lo más difícil. Pero es en la práctica donde tu carácter, renovado una y otra vez, se forma y fortalece. De esta manera, te conviertes en quien eres. De esta manera te conviertes en más de lo que crees que eres. Y de esta manera el equilibrio del mundo cambia.
“Cada vez más personas perciben la procedencia diabólica que subyace en la oscuridad presente, mientras continúan con sus vidas”
El Salmo 56 tiene mucho que decir sobre nuestra condición humana. Con la Iglesia entera, recemos a menudo con las palabras de David: “Oh, Altísimo, cuando yo temo, en Ti confío”.
Dejemos que cale hondo en nuestros corazones, en nuestras mentes y en nuestras almas las palabras de Jesús en el Evangelio acerca de las tribulaciones venideras: “Cuando estas cosas comiencen a suceder, mirad y levantad vuestras cabezas, porque se acerca vuestra liberación”.
No miremos hacia abajo con consternación, sino alrededor, con conocimiento. Y, sobre todo, miremos hacia arriba con esperanza, fijando los ojos de nuestro corazón en el verdadero horizonte: Jesús viene. Él está cerca.
Artículo publicado en la edición número 63 de la revista Misión, la revista desuscripción gratuitamás leída por las familias católicas de España.
(Michael D. O’Brien en Il Timone)-¿Realmente están a punto de pulsar el botón de «reset»? Pero, ¿quién lo está haciendo? He aquí la respuesta del conocido escritor católico canadiense, cuya nueva novela Il Timone publica para Italia.
La proliferación de las crisis en todo el mundo -algunas reales, otras infladas o groseramente distorsionadas por los medios de comunicación- ha creado una especie de tormenta psíquica en muchos individuos y en la mayoría de las naciones. La guerra en Ucrania, la pandemia del COVID, la inestabilidad económica, los frentes socio-revolucionarios como el transgenerismo, el transhumanismo y unos cuantos «ismos» tóxicos más, las poderosas figuras mundiales maniobrando para presionar el botón de “reset” global, los escándalos y la confusión en la Iglesia, etcétera. La tormenta perfecta, podríamos decir. Todos estos fenómenos son, en parte, producto del pecado difundido por agentes humanos y en parte debidos a oscuras fuerzas espirituales. El demonio está desatado porque sabe que le queda poco tiempo. El efecto acumulativo es el de sumirnos en un sentido distorsionado de la realidad. Tanto si huimos de las amenazas como si quedamos paralizado por ellas, de un modo u otro estamos hipnotizados. Es natural reaccionar ante situaciones peligrosas con la llamada reacción de «ataque o huida». Este instinto es inherente a nuestro ser por el principio de autoconservación. Todos los seres vivos poseemos parte de él. Sin embargo, puesto que los seres humanos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, estamos llamados por Él a responder a las crisis como hijos de la luz.
Sin descuidar las medidas razonables que hay que tomar en un mundo siempre peligroso (y sublimemente bello), nuestro estado interior debe ser siempre el de la Verdad y el Amor, integrados en un todo único. Nuestro cometido consiste en mantener la paz interior a través de la oración constante, permitiendo que el Espíritu Santo nos moldee cada vez más en el camino de la entrega total a la Providencia divina. Este tipo de abandono nunca es renuncia; no es pasividad, ni indiferencia, ni negación. Es un santo desprendimiento, aunque sigamos realizando las tareas propias de nuestra vocación y de las misiones que tenemos en la vida.
¿Qué hacer?
Sin embargo, la pregunta que surge es: ¿qué se entiende por «razonable» en tiempos como estos? Las precauciones razonables durante la peste negra, la gran depresión o la Segunda Guerra Mundial variarían también en función de la posición de cada uno en la vida, de si se tiene familia o se es soltero, de si se trabaja o no, de si se vive en el campo o en la ciudad, etc. Nunca existirá un mapa detallado o un manual de supervivencia que nos guíe, sin fallar nunca, en tiempos de crisis. El intento de encontrar un remedio mágico (incluso una supuesta magia racional) puede ser una forma encubierta de gnosticismo pagano, aunque inmerso en agua bendita, por así decirlo. Aunque el conocimiento es bueno en sí mismo, no puede salvarnos por sí solo. Tampoco puede salvarnos la razón por sí sola. Ni la acumulación de recursos materiales. Todas estas cosas pueden darnos, durante un tiempo, la ilusión de dominar situaciones amenazadoras, reforzando nuestra sensación de seguridad y el sentido más sutil e inconsciente de autosuficiencia. Sin embargo, al final, cualquier intento de vivir en el reino del yo autónomo nos servirá de poco o nada.
«Pero, ¿qué tengo que hacer?», te preguntarás angustiado.
Cumple con tu deber realizando las tareas que se te han encomendado, cumple con tus responsabilidades, con tu vocación. Ama a las almas que has traído al mundo y a las almas que Dios trae a tu vida.
Busca la paz que el mundo no puede dar. Trabaja y reza. Intenta transformarlo todo en oración.
Invoca continuamente al Espíritu Santo por el don sobrenatural de la esperanza, que no es ni un optimismo superficial ni un pesimismo aterrador. Pide la luz de Dios sobre lo que debes hacer en cada una de tus situaciones, día a día. Ofrece esta oración con total sinceridad. Con gran sencillez. Con corazón de niño.
Con esta práctica, renovada cada vez, tu carácter se forma y se fortalece. Así te conviertes en lo que eres. Así te conviertes en más de lo que crees ser. Y de esta forma se invierte el equilibrio del mundo.
Levantaos, alzad la cabeza
Sí, sé consciente de las diversas fuerzas que se están reuniendo, paganas y cada vez más anticristianas, pero no te dejes hipnotizar por nuestro enemigo ancestral, el diablo, a quien las Escrituras llaman la «serpiente astuta», la más sutil de las criaturas. Como las verdaderas serpientes, este trata de paralizar a sus víctimas potenciales con el terror, inundando nuestras mentes con escenarios oscuros, tratando de convencernos de que ha vencido y así desanimarnos por completo, para poder devorarnos más fácilmente.
En la audiencia general del 11 de mayo de 2005, pronunciada pocos días después de su elección al pontificado, el papa Benedicto XVI dijo: «La historia no está en las manos de potencias oscuras, de la casualidad o únicamente de las opciones humanas. Sobre las energías malignas que se desencadenan, sobre la acción vehemente de Satanás y sobre los numerosos azotes y males que sobrevienen, se eleva el Señor, árbitro supremo de las vicisitudes históricas. Él las lleva sabiamente hacia el alba del nuevo cielo y de la nueva tierra, sobre los que se canta en la parte final del libro con la imagen de la nueva Jerusalén (cf. Ap 21-22)».
El salmo 56 tiene mucho que enseñarnos sobre nuestra condición humana. Junto con toda la Iglesia, recemos a menudo las palabras de David: «Oh Altísimo, cuando tengo miedo, en Ti confío». Y guardemos en el corazón, en la mente y en el alma las palabras de Jesús en los Evangelios sobre los tiempos de triunfo que se avecinan: «Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación» (Lc 21, 28).
No miremos hacia abajo con consternación, sino alrededor nuestro con conciencia. Sobre todo, miremos hacia arriba con esperanza, manteniendo los ojos de nuestro corazón en el horizonte verdadero: el Señor viene. Está cerca.
Qué es el dominio mental, para qué sirve y cómo se controlan las poblaciones.
Tras los exitosos "Así se domina el mundo" (traducido a 11 idiomas) y "El dominio mundial", Pedro Baños dirige su atención en este nuevo libro a las técnicas que el poder utiliza para controlar nuestras emociones, porque quien. consigue controlar nuestra mente controla el poder.
Con su reconocida amenidad y lucidez, Pedro Baños aborda en "El dominio mental" un perturbador porvenir —que, en muchos sentidos, ya es plenamente actual— desde múltiples perspectivas: la manipulación cultural y psicológica, la (de)formación de las voluntades personales, el control de la información y también las posibilidades que se abren con la evolución de las neurotecnologías o la inteligencia artificial en todos los campos, incluido el militar. Además de combinar una rica divulgación con un abundante caudal de información puesta al día, esta obra se presenta como un claro aviso a navegantes, porque se trata, en palabras del propio autor, «de abrir los ojos para estar alerta. Solo si conocemos en qué consiste y cómo se consigue esta forma perfecta de dominación mental, tendremos la posibilidad de ofrecer cierta resistencia a ella y preservar nuestras libertades». Aferrémonos, pues, a esa posibilidad porque todos —niños, adolescentes y adultos— estamos aún a tiempo de desintoxicarnos, de desengancharnos del dominio mental, utilizando el arma más potente de la que disponemos: pensar por nosotros mismos.
Con la dominación mental, con la dominación psicológica, se persiguen básicamente dos fines. Por un lado, el fin político, que estaría liderado por los Estados; y por otro, el económico. Y ahí es donde entran en juego las grandes multinacionales digitales, que lo que hacen es influirnos para, entre otras cosas, obtener datos que luego son vendidos a través de data brokers y que se venden también a los propios Gobiernos, que los compran para ejercer su propia dominación política y psicológica.
Para dominarnos, para manipular completamente nuestra mente y dirigirnos en la dirección que quieran -algo que consiguen todos los días- lo primero es saber todo de nosotros. Y ahí es donde entra en juego la vigilancia, tanto la vigilancia física (que hoy en día es la que menos importancia tiene) como la vigilancia electrónica, la vigilancia digital, que es la trascendente hoy en día. Nosotros mismos aportamos constantemente una enorme cantidad de información, tanto a través de los datos como de los metadatos, lo que permite establecer un perfil absolutamente perfecto sobre nosotros. Nos quedaríamos sorprendidos de lo que pueden llegar a conocer sobre nuestra propia vida, conocen cosas que incluso ni nuestros familiares o amigos más cercanos conocen.
La palabra smart significa siempre espía, significa que están obteniendo datos sobre nosotros. Desde las horas que estamos en nuestro domicilio, cuando utilizamos ese electrodoméstico, cuando usamos la televisión... Cuando por ejemplo vemos en televisión películas o series a través de plataformas digitales como Netflix o HBO, estamos ofreciendo muchísima información sobre nosotros. Nosotros vemos la película, pero la película o la serie nos ve a nosotros. Y de ese modo saben nuestros gustos, el tiempo que pasamos viéndola, si repetimos sobre esa misma afinidad... Y por eso saben lo que nos tienen que recomendar para mantenernos el mayor tiempo posible enganchados a esas plataformas. Y sucede exactamente igual con cualquier aparato que esté conectado a internet, a través de él estamos aportando información.
Pensar se está convirtiendo en un verdadero acto subversivo. Las sociedades cada vez están más narcotizadas, más adormecidas, incluso ante los hechos más execrables que en el plano internacional se conozcan de nuestros dirigentes. Parece que ya no somos capaces de alzar la voz, o por lo menos no con la suficiente energía. Y uno de los instrumentos principales para conseguir eso es el entretenimiento. Vemos que cada vez hay más gente a la que, lamentablemente, hay que tener entretenida porque no va a encontrar un trabajo digno en el que pueda desarrollarse plenamente como persona. Y obviamente, para que no se desate una revolución social, hay que tenerla entretenida.
Nos encaminamos a una especie de 'mundo feliz', la distopía de la que hablaba Aldous HuxleyNo sólo en el ámbito del entretenimiento sino también en el de las drogas. Esa droga que en Un mundo feliz de Huxley se llama soma y que la gente toma cuando está deprimida, también nos la tendrán que administrar, porque si no estamos abocados clarísimamente a una revolución. Sobre todo, viendo la situación en la que se encuentra en toda Europa la juventud, una juventud muy desmoralizada, muy frustrada, que ve que no puede ejercer con dignidad -y a veces incluso sin dignidad- aquello para lo que se ha formado durante años. Antes o después a la gente se le terminará agotando la paciencia y, para evitarlo, los dirigentes pretenden tenernos entretenidos y también drogados, drogados con droga digital, porque al final también nos estamos convirtiendo en yonquis digitales.
Con los grandes avances que hay en la neurotecnología, van a ser capaces de leer nuestro pensamientoDe leerlo y de condicionarlo. Ahora mismo sistemas como Neuralink, desarrollado por Elon Musk, permiten relacionar el cerebro con un ordenador, es decir, que a través de nuestro pensamiento se pueda manejar un ordenador. Pero también el ordenador, una máquina, va a poder relacionarse con nuestros pensamientos y cambiarlos. Esto no es ninguna fantasía, no es algo que pueda pasar dentro de muchísimos años. De esta situación nos está alertando ni más ni menos que Rafael Yuste, la persona que convenció a Barack Obama para sacar adelante el proyecto BRAIN, que inicialmente era algo maravilloso para intentar paliar enfermedades tan terribles como el Parkinson o Alzheimer. Pero el mismo Rafael Yuste se ha dado cuenta -como sucedió en su momento con los creadores de la bomba atómica- de que puede haber creado un Frankenstein. Y nos está alertando de que si no somos muy prudentes en este campo, si no tenemos unos neuroderechos perfectamente establecidos y aplicados por los gobiernos, estamos abocados a que controlen absolutamente nuestro cerebro, nuestra mente, nuestros pensamientos y a ser verdaderos zombis vivientes.
Siempre, a lo largo de la Historia, ha habido unas élites que han manejado el mundo. Hablamos de las grandes élites económicas de verdad, de quienes tienen el verdadero poder, y hoy eso está relacionado con las nuevas élites económicas y tecnológicas, que van a ser las que verdaderamente estén en la cúspide de la sociedad. Y curiosamente, los miembros de esas élites no permiten a sus hijos que estén involucrados en el mundo tecnológico como lo estamos el resto de la sociedad. Impiden que sus hijos se conviertan en yonquis digitales, a ellos los preparan para dominar el sistema, no para servir al sistema como hacen con los demás. Estas élites también pelean entre ellas para intentar imponernos sistemas sociales y modos de conducta. Pero, desde luego hay alguien que lo está intentando y, en cierto modo, con gran éxito.
A la democracia hay que darle otra vuelta de tuerca, se nos ha quedado fría y hay que volver a calentarla, hay que darle otro hervor. Y hay que hacer un nuevo contrato social porque si no la democracia como tal, como deberíamos ser, con los ciudadanos como verdaderos soberanos de las naciones, desde luego va a desaparecer.
Nos encaminaríamos a sistemas mucho más totalitarios que ejercerían un control pleno sobre los ciudadanos, por más que aparentemente sigan manteniendo el nombre de democracia. Los ciudadanos debemos exigir una política diferente. Debemos exigir una política verdaderamente transparente, con personas altísimamente capacitadas, con los mejores, y con un nuevo contrato social que nos permita recuperar la soberanía popular que es la esencia de la democracia.
Tras los exitosos "Así se domina el mundo" y"El dominio mundial", Pedro Baños dirige su atención en este nuevo libro a las técnicas que el poder utiliza para controlar nuestras emociones, porque quien consigue manejar las emociones es capaz de condicionar las decisiones de las personas. El poder, como estructura de control de la masa, no ignora que esta es manipulable por medio del contagio sugestivo, ni que tiene sed de sometimiento y demanda ilusión, fantasía y afectividad. Para lograr este dominio mental existen técnicas muy sofisticadas, como el lavado de cerebro, que supone el adoctrinamiento repetitivo, el monopolio y control de la información y las comunicaciones, la anulación del sentido crítico, el refuerzo de las dependencias grupales y emocionales, la modificación y restricción de la dieta (reducción de glucosa y proteínas), y la despersonalización. Hoy en día estas acciones son mucho más sencillas gracias a los avances tecnológicos, y lo serán aún más a corto plazo, lo que permitirá que los poderosos logren el dominio absoluto de las poblaciones.
¿Has tocado alguna vez un campo magnético? ¿Y sentido una onda de radio? ¿Tu oído ha percibido los rayos cósmicos? ¿Has podido oler o degustar una muy baja frecuencia? Salvo que tengas inusitadas facultades extrasensoriales, seguro que tu respuesta a esas cuatro preguntas es la misma que la de cualquier otra persona: ¡no! Pero que ninguno de tus cinco sentidos te haya permitido percibir elementos del espectro electromagnético, o que estos últimos no se pudieran cuantificar con aparatos específicos hasta no hace tantos años, no significa que no existan. Evidentemente, aceptar la realidad del espectro electromagnético, por seguir el ejemplo, no debe llevarnos a caer en la credulidad absoluta ante cualquier cosa que nos cuenten, exigiéndonos un acto de fe. Pero sí hacernos reflexionar. Que no podamos sentir algo, verlo con nuestros ojos, oírlo con nuestros oídos, no significa, ni mucho menos, que no sea real, que no esté pasando, que no nos afecte incluso muy directamente. Esa ignorancia puede ser debida a un desconocimiento sobre el tema concreto —la cual no nos debe obsesionar, es imposible saber de todo—, a que nunca haya despertado nuestra curiosidad o, simplemente, a no haber tenido ni la más mínima noticia sobre ello. Aunque no debemos descartar que ese «algo» se nos haya ocultado de manera intencionada porque no interesa su difusión universal, para así aplicarnos sibilinamente, sin que nos demos la menor cuenta, aquello que desconocemos.
Esto es lo que sucede con las muy diversas técnicas, procedimientos y estratagemas de dominio mental que sufrimos a diario, de forma constante, los ciudadanos. Un dominio favorecido, además, por las imparables innovaciones tecnológicas. El propósito de esta obra es llegar a una amplia parte de la población, popularizar unos conocimientos sobre los que, por afectarnos a todos, tenemos derecho a estar debidamente informados. De este modo, podremos percibir lo que no nos dejan sentir, desarrollar una hipersensibilidad —por así decirlo— que nos permita detectar las artimañas psicológicas con las que nos condicionan y prever lo que nos espera si no abrimos los ojos a tiempo. Para lograrlo, he procurado evitar al máximo el empleo de terminología científica compleja que pudiera dificultar la lectura a las personas menos avezadas en estas cuestiones. Así, quitándonos la venda de la mente, seremos no más libres, sino verdaderamente libres y dueños de nuestras decisiones y nuestro destino, como personas y como sociedad. Podremos pensar por nosotros mismos. Este es un libro con muchas claves, que pone sobre el tapete abundantes aspectos cotidianos, pero sin nombrarlos o concretarlos.
La idea es que seas tú, lector, quien piense en ello, se plantee su significado y resuelva las incógnitas creadas. Sin duda, este ejercicio te será de utilidad personal. He tenido el privilegio de contar con la contribución, en forma de apéndices, de cuatro grandísimos expertos en los campos de la psicología, la psiquiatría y la neurociencia, como atestiguan sus dilatados currículums. Además de su indiscutible conocimiento de la materia sobre la que versa el libro, son personas que tienen un especial significado para mí. No solo por considerarlos amigos, sino también porque tres de ellos —Manuel MartínLoeches, José Manuel Muñoz y José Miguel Gaona— son compañeros en el programa de televisión Cuarto Milenio , el cual suele contar con personalidades científicas de primera línea. En cierto modo, el hecho de que ellos estén presentes en la obra es un homenaje a nuestro admirado Iker Jiménez. El cuarto es Pedro Rocamora García-Valls, un ejemplo de los extraordinarios cerebros con los que contamos en España en tantos campos del conocimiento.
Estoy convencido de que la aportación de todos ellos da lustre y prestigio a esta obra. Disfruta y aprovecha la lectura. Y si en algo no estás de acuerdo, detectas cualquier errata o simplemente quieres ayudarme a mejorar la obra, siempre me tendrás a tu disposición en esta dirección de correo electrónico: . Suerte y salud.
Introducción
La geopolítica actual va mucho más allá de límites geográficos concretos — origen de su nombre— para convertirse en el ejercicio de un geopoder con ambiciones universales. Se materializa en la permanente rivalidad por el control de toda la humanidad. Y la forma mejor, la más completa, de lograr dicho control total es actuar sobre la mente de las personas, lo que hoy es más sencillo que nunca gracias a las nuevas tecnologías. Así, el geopoder definitivo se alcanza cuando las mentes quedan subyugadas, a merced de los grandes hacedores. De ahí el subtítulo de este libro, pues, lo creamos o no, existe todo un mundo de tácticas y estrategias, de trucos y engaños, perfectamente planificados, diseñados e implementados, para conseguir el poder definitivo: el dominio mental.
Antiguamente, se conquistaban territorios en busca de recursos y mano de obra, dominando así a las poblaciones de forma física. Lo hacían los Estados y también las empresas, como la Compañía Británica de las Indias Orientales y la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. En la actualidad, la conquista —virtual y remota— se realiza directamente sobre la mente de las personas, con las mismas finalidades de dominio, también por Estados y por compañías (Google, Facebook, etcétera). El resultado es mucho más beneficioso para el «ocupante», el conquistador. Adquiere todas las ventajas, sin los inconvenientes de tener que preocuparse por los dominados, ni siquiera levemente, pues una gran mayoría de estos no se entera de que lo están siendo, con lo cual no hay rebeldía ni oposición por su parte. De hecho, muchos incluso van con agrado más allá de lo que el dominador pretendía, subordinándose —digitalmente— con complacencia. Ya no hace falta enviar decenas de barcos de guerra, lanzar andanadas de misiles, invadir con tropas terrestres o amenazar con ataques masivos para someter a poblaciones enteras, a países completos.
Basta con actuar en las mentes de los ciudadanos, con subyugarlos psicológicamente, con condicionar sus pensamientos y comportamientos. Así, millones de individuos se subordinan a los dictados que se les imponen, reaccionando mansamente y felices con su situación. ¿No es esto el verdadero geopoder? ¿Puede existir mejor geopolítica para dominar por completo el mundo? ¿No ha sido siempre el sueño de cualquier líder o grupo de poder?
MANIPULAR, UN INSTINTO BÁSICO
Nacemos con un poder que rara vez llegamos a desarrollar ni siquiera a la mitad de su capacidad. Nuestra mente tiene todas las claves para ser felices, para superar pruebas que se presentan como insuperables, para seguir adelante cuando la adversidad apremia, para paliar el dolor o, por el contrario, enfermarnos. Nuestro cerebro es también, eso sí, la clave para manipularnos. Quien conozca sus secretos, conocerá también los nuestros. En estos tiempos, la mayor parte de los habitantes del planeta vivimos en dos planos distintos, el físico y el virtual. Pero hay un punto de contacto que une a ambos: la mente. Por tanto, para dominar a las personas hay que influir en ella. Podríamos decir que las técnicas de control mental son «etéreas» o intangibles, al ir dirigidas contra algo que sigue siendo tan indefinido como nuestra psique. De lo que no hay duda es de que el verdadero dominio de la sociedad, el más eficaz, es el que se realiza a través de la mente, sin coerción ni represión física. Y va mucho más allá del uso del electroshock, el lavado de cerebro, las drogas y la tortura física o mental. Los métodos son cada vez más sofisticados, menos perceptibles por el que los padece. El objetivo final es claro: controlar emociones para controlar decisiones.
CONTROL INNATO DE LAS MENTES
Aunque la manipulación puede parecer un invento moderno, nos ha acompañado durante nuestra evolución como seres humanos. Cuando solo nos preocupaba conseguir recursos para alimentarnos y sobrevivir, ya importaba manejar a nuestros semejantes. Quien más control tenía sobre la mente de los demás, mejor acceso a los recursos conseguía, más fuerte se hacía y mejor era su línea evolutiva. Esto se explica si dejamos de entender la manipulación únicamente como un conjunto de técnicas modernas que conllevan el uso de medios de comunicación, de ondas cerebrales o de reconocimiento facial para mantenernos bajo control y decidir por nosotros. Nuestro intelecto, sin necesidad de ningún añadido externo, nos permite adentrarnos en la mente de otras personas para conocer sus emociones, para diseccionar su modo de pensar y comportarse, y, en última instancia, poder utilizarlas a nuestro antojo.
Uno de los mecanismos que los humanos incorporamos «de serie», por ejemplo, es la interpretación del blanco de los ojos, la esclerótica ocular blanca, para obtener claves sobre las intenciones de nuestros interlocutores cuando miran para uno u otro lado, o de una u otra forma (el importante lenguaje no verbal). La manipulación innata nos permite interactuar con nuestros semejantes y juzgar sus reacciones, crear una empatía básica como parte de nuestra supervivencia. Aunque ahora la relacionemos con intereses encubiertos que buscan nuestro perjuicio u opresión, la manipulación es parte de nuestro instinto más primario. Precisamente por eso, si dedicásemos al conocimiento de nuestro cerebro el esfuerzo y el tiempo requeridos, podríamos convertirnos en maestros de la manipulación y el control mental; pero también podríamos aprender a protegernos ante los mecanismos de control que nos intenten imponer. O, por lo menos, a ser más conscientes de su existencia. Lo cierto es que adquirir el control de la mente humana es una aspiración que se remonta a un pasado lejano, bajo distintos nombres y distintas técnicas, pero con el mismo objetivo. Pocos métodos hay más efectivos para controlar la voluntad de un pueblo que controlar la mente de los individuos. ¿A qué finalidad mayor podría aspirar un dirigente que a anular el proceso de pensamiento de sus súbditos y mantenerlos en un estado de ensoñación en el que no se ponga en duda ninguna de sus decisiones y se acaten sus órdenes voluntariosamente? Una vez anulado el pensamiento consciente, la mente se encuentra en su punto más débil y sugestionable, y está plenamente receptiva para ser programada por un agente externo.
MÉTODOS DE MANIPULACIÓN MENTAL
Si siempre ha sido importante controlar las «mentes y corazones» de las personas, vencer en la guerra de las ideas, las narrativas, las emociones y los afectos, cada vez lo es más. Aunque con esa misma finalidad, los métodos y medios empleados a lo largo de la historia han variado. Tradicionalmente se ha empleado la educación —civil y religiosa—, la propaganda o la difusión de bulos y rumores. En la actualidad se consigue mediante el amplio y aparentemente inocente campo del entretenimiento, del que cada vez es más difícil sustraerse en las sociedades avanzadas. Como las películas, las series de televisión y los reality shows . Por no hablar de la televisión de pago, sector dominado por potentes multinacionales como Netflix o HBO. Así mismo, y de modo muy destacado, se emplean con profusión la manipulación mediática y las diversas formas de desinformación. Herramientas básicas dentro del amplio espectro de la guerra híbrida que se libra actualmente entre las principales potencias, y cuyo objetivo es precisamente la mente de las personas, convertidas en campo de batalla por su control absoluto. Sin olvidar las hábiles estrategias de neurocomunicación y neuromarketing , como es la «obsolescencia percibida». Con ella, llevan a las sociedades a comprar, desechar y reemplazar sus bienes de consumo a un ritmo cada vez más acelerado, sin dejar tiempo para reflexionar sobre la verdadera necesidad de la adquisición. Lo mismo sucede con las ideas políticas. El sistema de pago electrónico será otra herramienta de control y dominio social. Una vez completamente incorporado, la siguiente fase será que alguien decidirá en qué y para qué se debe gastar el dinero. Solo afectará a la gente normal, pues los delincuentes y las agencias de inteligencia, por ejemplo, siempre encontrarán otras formas de pago, sea con metales y piedras preciosas, drogas, tráficos ilícitos o servicios diversos. Otra forma tradicional de dominación indirecta de la sociedad es el miedo. Si el poder es capaz de inculcar en las poblaciones un temor tal a cierta amenaza, haciéndole creer que tiene el potencial de afectar de modo estructural, cuando no existencial, a su modo de vida, pocos ciudadanos se resistirán a la imposición de las más estrictas medidas de seguridad. Aun cuando les limiten, o incluso les prohíban, el ejercicio de derechos que hasta entonces habían considerado fundamentales y, por tanto, inamovibles.
VIGILANCIA, EL COMPLEMENTO NECESARIO
La vigilancia no tiene que ver con la seguridad,
tiene que ver con el poder.
EDWARD SNOWDEN
Para poder manipularnos, primero han de conocernos. Y de eso se encarga la vigilancia, que nunca ha sido tan amplia y constante como ahora. Saber sobre nosotros es muy sencillo. Nos hemos rodeado de todo tipo de dispositivos electrónicos que aportan infinidad de datos sobre nuestras vidas, incluidos los detalles más íntimos. Unos datos que, además, proporcionamos con total displicencia. Móviles, ordenadores, tabletas, altavoces inteligentes y un sinfín de dispositivos nos vigilan día y noche, sin descanso. Verdaderos espías que hemos metido en nuestros bolsillos y en nuestros domicilios. A los que se añaden sistemas de reconocimiento facial o de videovigilancia instalados en cada vez más lugares. No podemos escondernos. No hay escapatoria a la hipervigilancia. Incluso si no tenemos redes sociales, ni teléfono inteligente, ni televisor. Da igual que nos recluyamos en una cueva o nos vayamos al lugar más remoto. Seguro que algún satélite nos puede localizar e identificar desde su órbita. Nadie nos asegura que estemos a salvo. La principal consecuencia es que, a pesar de que prestamos una mayor y creciente atención a nuestra privacidad, cada vez nos es más difícil preservarla. Puede que creamos gozar de mayor seguridad porque ahora nos preguntan sobre la política de privacidad al navegar por internet, o porque desactivamos la opción de rastreo de las aplicaciones en el móvil, pero no son más que espejismos. Y una vez que nos conocen a fondo, física y psíquicamente, manipular nuestras emociones y sentimientos no puede resultarles más sencillo.
SIGUIENTE PASO: MANEJAR EL CEREBRO
Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho. ISAAC ASIMOV Pero si que nos dominen la mente ya da escalofríos, el que se actúe directamente sobre el cerebro, con métodos invasivos o no, es para preocuparnos sobremanera. No son visiones futuristas. Muchos de estos avances relacionados con el cerebro, el organismo que rige todo el cuerpo, ya son una realidad. Además, las investigaciones prosiguen a un ritmo vertiginoso. Pensemos, por ejemplo, en la implantación de chips, cada vez más habituales. No estamos lejos de que se puedan enviar mensajes directamente al cerebro, sin ni siquiera pasar por los sentidos de la vista o el oído. Mensajes «cerebrales» que pueden ser también colectivos, afectando a grupos de personas con afinidades comunes. Estaremos ante la dictadura del microchip.
A pesar de las estadísticas y los modelos matemáticos que sobrestiman dramáticamente el riesgo del virus y los efectos secundarios obvios de la vacuna, muchos no son capaces de verlo. La característica más destacada de esta tendencia psicológica es que ciega radicalmente a las personas ante todo lo que vaya en contra de la narrativa en la que creen.
HISTORIA DE UN VISTAZO
La “formación de masas” es una forma de hipnosis de masas que emerge cuando se cumplen condiciones específicas y casi siempre precede al surgimiento de sistemas totalitarios.
Cuatro condiciones centrales que deben existir para que surja la formación de masas son la soledad generalizada y la falta de vínculos sociales, lo que lleva a experimentar la vida sin sentido, lo que lleva a una ansiedad y un descontento generalizados y flotantes, que conducen a una frustración generalizada y libre. y agresión, lo que resulta en sentirse fuera de control.
Bajo la formación masiva, una población entra en un trance de tipo hipnótico que los hace dispuestos a sacrificar cualquier cosa, incluidas sus vidas y su libertad.
Las estrategias clave para interrumpir el proceso de formación de masas son hablar en contra y practicar la resistencia no violenta. Las voces disidentes evitan que los sistemas totalitarios se deterioren hasta convertirse en una inhumanidad abyecta donde la gente está dispuesta a cometer atrocidades atroces.
En definitiva, “totalitarismo” se refiere a la ambición del sistema. Quiere eliminar la capacidad de elección individual y, al hacerlo, destruye el núcleo de lo que es ser humano. Cuanto más rápido un sistema destruye al individuo, más pronto colapsa el sistema.
El profesor Mattias Desmet, psicólogo belga con maestría en estadística, ganó reconocimiento mundial a finales de 2021, cuando presentó el concepto de “formación de masas” como explicación al comportamiento absurdo e irracional que veíamos con respecto a la pandemia de COVID y sus contramedidas. También advirtió que la formación de masas da lugar al totalitarismo, que es el tema de su nuevo libro, “La psicología del totalitarismo”. El trabajo de Desmet fue popularizado aún más por el Dr. Robert Malone, cuya aparición en el podcast de Joe Rogan fue vista por unos 50 millones de personas. Pero a medida que el término de búsqueda «formación masiva» se hizo cada vez más popular, Google respondió manipulando los resultados del motor de búsqueda en un intento de desacreditar a Desmet y mostrar a las personas en sus resultados de búsqueda información que les haría descartar la importancia de este trabajo. ¿Por qué? Porque Google está en el centro de la camarilla global y el movimiento hacia el totalitarismo.
Comprender la psicología de la época es crucial
Aquellos que se niegan a aprender de la historia están obligados a repetirla, dicen, y esto parece particularmente pertinente en la actualidad porque, como explica Desmet, si no entendemos cómo se produce la formación de masas y a qué conduce, no podemos Prevenirlo. ¿Cómo llegó Desmet a la conclusión de que estábamos en el proceso de formación masiva? El explica:
“Al comienzo de la crisis del coronavirus, allá por febrero de 2020, comencé a estudiar las estadísticas sobre las tasas de mortalidad del virus, las tasas de mortalidad por infección, la tasa de letalidad, etc., e inmediatamente tuve la impresión, y conmigo, varios estadísticos de fama mundial, como John Ioannidis de Stanford, por ejemplo, que las estadísticas y los modelos matemáticos utilizados sobrestimaron dramáticamente el peligro del virus. Inmediatamente, escribí un artículo de opinión tratando de llamar la atención de la gente sobre algunos de los errores. Pero me di cuenta de inmediato que la gente simplemente no quería saber. Era como si no vieran ni los errores más flagrantes al nivel de las estadísticas que se usaban. La gente simplemente no era capaz de verlo”.
Esta temprana experiencia le hizo decidirse a centrarse en los mecanismos psicológicos que intervienen en la sociedad, y se convenció de que lo que estábamos viendo eran, de hecho, los efectos de un proceso de formación de masas a gran escala, porque la característica más destacada de esta tendencia psicológica es que vuelve a la gente radicalmente ciega a todo lo que vaya en contra de la narrativa en la que cree. Básicamente, se vuelven incapaces de distanciarse de sus creencias y, por lo tanto, no pueden asimilar o evaluar nuevos datos. Desmet continúa:
“Otra característica muy específica es que este proceso de formación en masa hace que las personas estén dispuestas a sacrificar radicalmente todo lo que es importante para ellos, incluso su salud, su riqueza, la salud de sus hijos, el futuro de sus hijos. Cuando alguien está en las garras de un proceso de formación de masas, se vuelve radicalmente dispuesto a sacrificar todo su interés individual. Una tercera característica, por nombrar solo algunas, es que una vez que las personas están atrapadas en un proceso de formación en masa, generalmente muestran una tendencia a la crueldad hacia las personas que no aceptan la narrativa o no la siguen... Por lo general, lo hacen como si fuera un deber ético. Al final, suelen tender, primero, a estigmatizar, y luego a eliminar, a destruir, a las personas que no van con las masas.
Y es por eso que es tan extremadamente importante comprender los mecanismos psicológicos en funcionamiento, porque si comprende los mecanismos en funcionamiento, puede evitar que la formación de masas se vuelva tan profunda que las personas lleguen a este punto crítico en el que realmente están fanáticamente convencidas de que deben destruir a todo el que no los acompañe.
Por lo tanto, es extremadamente importante entender el mecanismo. Si lo entiendes, puedes estar seguro de que la multitud, la masa, primero se destruirá a sí misma, o se agotará, antes de comenzar a destruir a las personas que no están de acuerdo con la masa. Entonces, es de crucial importancia, y eso es lo que describe mi libro. Describe cómo surge una masa, una multitud, en una sociedad, bajo qué condiciones surge, cuáles son los mecanismos del proceso de formación de masas y qué se puede hacer al respecto. Eso es extremadamente importante.
Voy a mencionar esto desde el principio. Por lo general, es imposible despertar a las masas. Una vez que surge un proceso de formación de masas en una sociedad, es extremadamente difícil despertar a las masas. Pero [despertarlos es] importante, [porque] puedes evitar que las masas y sus líderes se convenzan tan fanáticamente de su narrativa que comiencen a destruir a las personas que no están de acuerdo con ellos”.
De hecho, para aquellos de nosotros que no caímos bajo el hechizo de la narrativa irracional de COVID, la crueldad con la que el liderazgo político, los medios y la gente en general intentaron forzar el cumplimiento fue sorprendentemente abominable. Muchos fueron agredidos físicamente, y algunos incluso asesinados, simplemente por no usar cubrebocas, lo que sabíamos era una estrategia de prevención inútil.
Contexto histórico de la hipnosis masiva
Es más fácil entender qué es la formación de masas si la consideras como hipnosis de masas, porque no son simplemente similares, son idénticas, dice Desmet. La formación de masas es una especie de hipnosis que surge cuando se cumplen determinadas condiciones. Y, de manera inquietante, estas condiciones, y el trance hipnótico que surge, casi siempre preceden al surgimiento de los sistemas totalitarios. Si bien el totalitarismo y una dictadura clásica comparten ciertas características, existen claras diferencias a nivel psicológico. Según Desmet, una dictadura clásica, a nivel psicológico, es muy primitiva. Es una sociedad que le teme a un grupo pequeño, a un régimen dictatorial, por su potencial agresivo. El totalitarismo, por otro lado, surge de un mecanismo psicológico muy diferente. Curiosamente, el estado totalitario en realidad no existía antes del siglo XX. Es un fenómeno relativamente nuevo y se basa en la formación de masas o la hipnosis de masas.
Las condiciones para este estado hipnótico masivo (que se enumeran a continuación) se cumplieron por primera vez justo antes del surgimiento de la Unión Soviética y la Alemania nazi, por lo que ese es nuestro contexto histórico. Estas condiciones se volvieron a cumplir justo antes de la crisis del COVID. Lo que estamos viendo ahora es un tipo diferente de totalitarismo, en gran parte debido a los avances tecnológicos que han creado herramientas extremadamente efectivas para influir inconscientemente en el público. Ahora tenemos herramientas muy sofisticadas con las que hipnotizar a masas de personas mucho más grandes que en épocas anteriores. Pero mientras nuestro totalitarismo actual es global en lugar de regional, y la guerra de la información es más sofisticada que cualquier cosa que los soviéticos o los nazis pudieran reunir, las dinámicas psicológicas básicas siguen siendo idénticas.
Comprender la hipnosis
Entonces, ¿cuáles son esas dinámicas psicológicas? “Formación en masa” es un término clínico que en la jerga de los profanos podría traducirse simplemente como una especie de hipnosis en masa, que puede ocurrir una vez que se cumplen ciertas condiciones. Cuando estás siendo hipnotizado, lo primero que hará el hipnotizador es separar o retirar tu atención de la realidad o el entorno que te rodea. Luego, a través de su sugerencia hipnótica, generalmente una narración muy simple o una oración en voz alta, el hipnotizador enfocará toda su atención en un solo punto, por ejemplo, un péndulo en movimiento o simplemente su voz. Desde la perspectiva de la persona hipnotizada, parecerá como si la realidad se hubiera desvanecido. Un ejemplo extremo de esto es el uso de la hipnosis para hacer que las personas sean insensibles al dolor durante la cirugía. En esa situación, el enfoque mental del paciente es tan estrecho e intenso que no se da cuenta de que su cuerpo está siendo cortado.
De la misma manera, no importa cuántas personas resulten heridas por las medidas del COVID, porque el foco está en el COVID y todo lo demás se ha desvanecido, en términos psicológicos. Las personas pueden ser asesinadas por no usar una máscara y el hipnotizado no levantará una ceja. Los niños pueden morir de hambre y los amigos pueden suicidarse por desesperación financiera; nada de esto tendrá un impacto psicológico en los hipnotizados porque para ellos, la difícil situación de los demás no se registra. Un ejemplo perfecto de este cegamiento psicológico de la realidad es cómo las muertes y lesiones por pinchazos de COVID simplemente no se reconocen y ni siquiera se consideran causales.
Las personas recibirán la inyección, sufrirán lesiones masivas y dirán: «Gracias a Dios que recibí la inyección o hubiera sido mucho peor». No pueden concebir la posibilidad de que hayan resultado heridos por el disparo. ¡Incluso he visto a personas expresar su gratitud por la inyección cuando alguien a quien supuestamente amaban murió a las pocas horas o días de recibirla! Es alucinante. La dinámica psicológica de la hipnosis explica este comportamiento irracional e incomprensible, pero sigue siendo bastante surrealista.
“Aunque conozco los mecanismos en funcionamiento, sigo desconcertado cada vez que sucede”, dijo Desmet. “Casi no puedo creer lo que veo. Conozco a alguien cuyo marido murió unos días después de la vacuna, mientras dormía, de un infarto”. “Y pensé: ‘Ahora abrirá los ojos y se despertará’. En absoluto”, agregó. “Simplemente continuó de la misma manera fanática, incluso más fanática, hablando de lo felices que deberíamos estar porque tenemos esta vacuna. Increíble, sí.
Las raíces psicológicas de la formación de masas
Como se mencionó, la formación masiva, o la hipnosis masiva, puede ocurrir cuando ciertas condiciones psicológicas están presentes en una parte suficientemente grande de la sociedad.
Las cuatro condiciones centrales que deben existir para que surja la formación masiva son:
Soledad generalizada y falta de vinculación social, lo que conduce a:
Experimentar la vida como sin sentido, sin propósito y sin sentido, y/o enfrentarse a circunstancias persistentes que no tienen sentido racional, lo que conduce a:
Ansiedad y descontento flotantes y generalizados (ansiedad/descontento que no tiene una causa aparente o distinta), lo que conduce a:
Frustración y agresión flotantes y generalizadas (la frustración y la agresión no tienen una causa discernible), lo que da como resultado una sensación de descontrol.
Cómo surge la formación de masas en una sociedad
Una vez que una parte suficientemente grande de la sociedad se siente ansiosa y fuera de control, esa sociedad se vuelve altamente vulnerable a la hipnosis masiva. Desmet explica:
“El aislamiento social, la falta de significado, la ansiedad flotante, la frustración y la agresión son altamente aversivos porque si las personas se sienten ansiosas, sin saber por qué se sienten ansiosas, por lo general se sienten fuera de control. Sienten que no pueden protegerse de su ansiedad. Y, si en estas condiciones se distribuye una narrativa a través de los medios de comunicación, indicando un objeto de ansiedad y, al mismo tiempo, brindando una estrategia para lidiar con el objeto de ansiedad, entonces toda esta ansiedad flotante podría conectarse con el objeto. de ansiedad Y puede haber una gran voluntad de participar en una estrategia para lidiar con el objeto de la ansiedad, sin importar cuán absurda sea la estrategia. Entonces, incluso si está claro desde el principio, para todos los que quieran verlo, que la estrategia para lidiar con el objeto de la ansiedad podría cobrar muchas más víctimas que el objeto de la ansiedad en sí mismo… incluso entonces, podría existir esta gran voluntad. participar en una estrategia de trato con el objeto de la ansiedad. Ese es el primer paso de todo mecanismo importante de formación de masas. Ya sea que se trate de las Cruzadas, la caza de brujas, la Revolución Francesa, el comienzo de la Unión Soviética o la Alemania nazi, vemos el mismo mecanismo, una y otra vez. Hay mucha ansiedad flotante. Alguien proporciona una narrativa que indica un objeto de ansiedad y una estrategia para lidiar con él. Y luego toda la ansiedad se conecta con el objeto [propuesto] de ansiedad. Las personas participan en una estrategia para lidiar con el objeto de la ansiedad que arroja una primera ventaja psicológica importante, ya partir de ahí las personas tienen la impresión de que pueden controlar su ansiedad. Está conectado a un objeto y tienen una estrategia para lidiar con él”.
La problemática vinculación social de la formación de masas
Una vez que las personas que solían sentirse solas, ansiosas y fuera de control comienzan a participar en la estrategia que se les presenta como la solución a su ansiedad, surge un nuevo vínculo social. Esto, entonces, refuerza la hipnosis masiva, ya que ahora ya no se sienten aislados y solos. Este refuerzo es una especie de intoxicación mental, y es la verdadera razón por la que la gente compra la narrativa, sin importar cuán absurda sea. “Continuarán aceptando la narrativa, porque crea este nuevo vínculo social”, dice Desmet. Si bien el vínculo social es algo bueno, en este caso se vuelve extremadamente destructivo, porque la frustración y la agresión que flotan libremente todavía están allí y necesitan una salida. Estas emociones necesitan ser dirigidas a alguien. Lo que es peor, bajo el hechizo de la formación en masa, la gente pierde sus inhibiciones y el sentido de la proporción. Entonces, como hemos visto durante la pandemia de COVID, las personas atacarán y arremeterán de las maneras más irracionales contra cualquiera que no crea en la narrativa. La agresión subyacente siempre estará dirigida a la parte de la población que no está hipnotizada.
Hablando en términos generales, por lo general, una vez que se está formando la masa, alrededor del 30 por ciento de la población será hipnotizada, y esto generalmente incluye a los líderes que pronuncian la narrativa hipnotizadora al público, el 10 por ciento permanece sin hipnotizar y no acepta la narrativa. , y la mayoría, el 60 por ciento, siente que hay algo mal con la narrativa, pero acepta simplemente porque no quiere sobresalir o causar problemas.
Otro problema con el vínculo social que surge es que el vínculo no es entre individuos, sino un vínculo entre el individuo y el colectivo. Esto da lugar a un sentimiento de solidaridad fanática con el colectivo, pero no hay solidaridad hacia ningún individuo determinado. Entonces, los individuos son sacrificados sin piedad por el «bien mayor» del colectivo sin rostro.
“Esto explica, por ejemplo, por qué durante la crisis del coronavirus todo el mundo hablaba de solidaridad, pero la gente aceptaba que si alguien tenía un accidente en la calle, ya no se le permitía ayudar a esa persona a menos que tuviera una máscara quirúrgica y guantes. a tu disposición”, dijo Desmet. “Eso también explica por qué, mientras todo el mundo hablaba de solidaridad, la gente aceptaba que si su padre o su madre se estaban muriendo, no se les permitía visitarlos”.
Al final, terminas con una atmósfera radical y paranoica en la que las personas ya no confían entre sí y en la que las personas están dispuestas a denunciar a sus seres queridos al gobierno.
“Entonces, ese es el problema con la formación de masas”, afirmó Desmet. “Es la solidaridad del individuo con el colectivo, y nunca con otros individuos”. “Eso explica lo que sucedió durante la revolución en Irán”, continuó. “Hablé con una mujer que vivió en Irán durante la revolución, que en realidad fue el comienzo de un régimen totalitario en Irán”. “Ella presenció, con sus propios ojos, cómo una madre denunció a su hijo al gobierno, y cómo le colgó la soga al cuello justo antes de que muriera, y cómo afirmó ser una heroína por hacerlo. Esos son los efectos dramáticos de la formación masiva”.
Sin enemigo externo, ¿qué sucede?
Ahora nos enfrentamos a una situación más complicada que en cualquier momento anterior, porque el totalitarismo que ahora está surgiendo no tiene enemigos externos, a excepción de los ciudadanos que no están hipnotizados y no compran las falsas narrativas. La Alemania nazi, por ejemplo, fue destruida por enemigos externos que se levantaron contra ella. Por otro lado, hay una ventaja en esto, porque los estados totalitarios siempre necesitan un enemigo. Eso es algo que George Orwell describió muy bien en su libro “1984”. Para que el proceso de formación de masas continúe existiendo, debe haber un enemigo externo sobre el cual el Estado pueda enfocar la agresión de las masas hipnotizadas.
La resistencia no violenta y la franqueza son cruciales
Esto nos lleva a un punto clave, y es la necesidad de una resistencia no violenta y de hablar en contra de la narrativa. La resistencia violenta te convierte automáticamente en un objetivo para la agresión, por lo que “la resistencia dentro de un sistema totalitario siempre tiene que apegarse a los principios de la resistencia no violenta”, dijo Desmet. Pero también debe continuar hablando de manera clara, racional y no abusiva. Desmet explica:
“El primer y más importante principio al que debe adherirse la resistencia durante un proceso de formación de masas y totalitarismo emergente, es que las personas que no están de acuerdo con las masas tienen que seguir hablando. Eso es lo más crucial. Como el totalitarismo se basa en la formación de masas, y la formación de masas es una especie de hipnosis, la formación de masas siempre es provocada por la voz del líder, que mantiene a la población en un proceso de hipnosis. Y cuando las voces disonantes continúen hablando, no podrán despertar a las masas, pero perturbarán constantemente el proceso de formación de masas. Interferirán constantemente con la hipnosis. Si hay personas que continúan hablando, la formación de masas generalmente no será tan profunda como para que haya una voluntad en la población de destruir a las personas que no están de acuerdo con las masas. Eso es crucial. Históricamente hablando, si miras lo que pasó en la Unión Soviética y en la Alemania nazi, está claro que fue exactamente en el momento en que la oposición dejó de hablar en público que el sistema totalitario comenzó a volverse cruel. En 1930, en la Unión Soviética, la oposición dejó de hablar y, entre seis y ocho meses, Stalin comenzó sus grandes purgas, que se cobraron decenas de millones de víctimas. Y luego, en 1935, sucedió exactamente lo mismo en la Alemania nazi. La oposición fue silenciada o detenida para hablar. Prefirieron pasar a la clandestinidad. Pensaban que se trataba de una dictadura clásica, pero no fue así. Estaban lidiando con algo completamente diferente. Se enfrentaban a un estado totalitario. Y al decidir pasar a la clandestinidad, fue una decisión fatal para ellos. Entonces, también en la Alemania nazi, dentro de un período de un año después de que la oposición dejó de hablar en público, comenzó la crueldad y el sistema comenzó a destruir primero a sus oponentes. Eso es siempre lo mismo. En la primera etapa, los sistemas totalitarios o de masas comienzan a atacar a quienes no les acompañan. Pero, después de un tiempo, simplemente comienzan a atacar y destruir a todos, grupo tras grupo. Y, en la Unión Soviética, donde el proceso de formación de masas fue muy lejos, mucho más lejos que en la Alemania nazi, Stalin empezó a eliminar a la aristocracia, a los pequeños granjeros, a los grandes granjeros, a los orfebres, a los judíos, a toda la gente que según él nunca se convertiría en buenos comunistas. Pero después de un tiempo, simplemente comenzó a eliminar grupo tras grupo sin ninguna lógica. Solo todos. Por eso Hannah Arendt decía que un estado totalitario es siempre un monstruo que devora a sus propios hijos. Y ese proceso destructivo comienza cuando la gente deja de hablar. Esa es probablemente la razón por la que, a principios del siglo XX, hubo varios países donde hubo formación de masas, pero donde nunca hubo un estado totalitario en toda regla. Probablemente, hubo suficientes personas que no se callaron, que continuaron hablando. Eso es algo que es tan crucial de entender. Cuando surge la formación de masas, la gente suele sentir que no tiene sentido hablar porque la gente no se despierta. La gente no parece sensible a sus contraargumentos racionales. Pero nunca debemos olvidar que hablar claro tiene un efecto inmediato. Quizás no que despierte a las masas, sino que perturbe el proceso de formación de masas y la hipnosis. Y de esa manera, evita que las masas se vuelvan altamente destructivas hacia las personas que no las acompañan. También pasa algo más. Las masas comienzan a agotarse. Comienzan a destruirse a sí mismos antes de comenzar a destruir a las personas que no los acompañan. Entonces, esa es la estrategia que se utilizará para la resistencia interna hacia los regímenes totalitarios”.
Rechazar el transhumanismo y la tecnocracia
Como se mencionó anteriormente, los líderes que declaran las narrativas también están siempre hipnotizados. Son fanáticos en ese sentido. Sin embargo, si bien los líderes mundiales de hoy son fanáticos del transhumanismo y la tecnocracia, es posible que no crean necesariamente lo que dicen sobre el COVID.
Muchos saben que están diciendo mentiras, pero justifican esas mentiras como necesarias para llevar a buen término las ideologías del transhumanismo y la tecnocracia. La ridícula agenda de COVID es un medio para un fin. Esta es otra razón por la que debemos seguir presionando y alzando la voz, porque una vez que desaparezcan los contraargumentos, estos líderes se volverán aún más fanáticos en su búsqueda ideológica.
“Al final, el desafío final no es tanto mostrarle a la gente que el coronavirus no era tan peligroso como esperábamos, o que la narrativa de COVID está mal, sino que esta ideología es problemática: esta ideología transhumanista y tecnocrática es un desastre para la humanidad; este pensamiento mecanicista, esta creencia de que el universo y el hombre es una especie de sistema mecanicista material, que debe ser dirigido y manipulado de una manera transhumanista tecnocrática mecanicista. Ese es el desafío final: mostrarle a la gente que, al final, una visión transhumanista del hombre y del mundo implicará una deshumanización radical de nuestra sociedad. Entonces, creo que ese es el verdadero desafío al que nos enfrentamos. Mostrando a la gente, ‘Mira, olvídate por un momento de la narrativa de la corona’. A lo que nos dirigimos, si seguimos en el mismo camino, es a una sociedad transhumanista radicalmente controlada tecnológicamente, que no dejará espacio alguno para la vida de un ser humano”.
Empeorará antes de mejorar
Al igual que yo, Desmet está convencida de que nos dirigimos rápidamente hacia el totalitarismo global y que las cosas empeorarán mucho antes de mejorar. ¿Por qué? Porque estamos solo en las etapas iniciales del proceso de totalitarismo. En el horizonte, la identidad digital todavía ocupa un lugar preponderante, y con eso viene una red de control insondablemente poderosa capaz de quebrar a casi cualquiera. El rayo de esperanza es este: todos los que han estudiado la formación de masas y el totalitarismo han llegado a la conclusión de que ambos son intrínsecamente autodestructivos. No pueden sobrevivir. Y cuantos más medios tenga a su disposición para controlar a la población, antes podrá destruirse a sí mismo, porque el totalitarismo destruye la esencia del ser humano.
En definitiva, “totalitarismo” se refiere a la ambición del sistema. Quiere eliminar la capacidad de elección individual, y al hacerlo, destruye el núcleo de lo que es ser humano, “porque la energía psicológica en un ser humano emerge en cada momento en que un ser humano puede hacer una elección que es realmente su elección propia”, dice Desmet. Cuanto más rápido un sistema destruye al individuo, más pronto colapsa el sistema. Una vez más, la única arma contra la destrucción brutal de la humanidad es hacer retroceder, alzar la voz, resistir sin violencia. Puede que no detenga el totalitarismo en seco, pero puede mantener a raya las atrocidades más atroces. También proporcionará un pequeño espacio donde los resistentes puedan tratar de sobrevivir juntos y prosperar en medio del paisaje totalitario.
“Entonces, si queremos tener éxito, tendremos que pensar en estructuras paralelas que nos permitan ser un poco autosuficientes. Podemos intentar asegurarnos de que ya no necesitamos demasiado el sistema. Pero incluso estas estructuras paralelas serían destruidas en un momento si la gente no continúa hablando. Entonces, eso es crucial. Trato de traer esto a la atención de todos. Podemos construir estructuras paralelas tanto como queramos, pero si el sistema se vuelve demasiado destructivo y decide usar todo su potencial agresivo, entonces las estructuras paralelas serán destruidas. Pero el sistema nunca llegará a este nivel de profundidad de la hipnosis si hay voces disonantes que continúan hablando. Por lo tanto, estoy muy dedicado a seguir hablando”.
Si bien es imposible hacer predicciones precisas, el presentimiento de Desmet es que probablemente pasarán al menos siete u ocho años antes de que el sistema totalitario que emerge actualmente se consuma y se autodestruya. Podría ser más, podría ser menos. La sociedad es un sistema dinámico complejo, e incluso los sistemas dinámicos simples no se pueden predecir ni siquiera con un segundo de anticipación. Esto se conoce como la imprevisibilidad determinista de los ecosistemas dinámicos complejos.
Más información
Independientemente de cuánto tiempo tome, la clave será sobrevivir a todo y hacer lo que podamos para minimizar la carnicería. Un desafío clave a nivel individual será mantener los principios elementales de la humanidad. En la entrevista, Desmet habló sobre el libro de Aleksandr Solzhenitsyn, «El archipiélago Gulag», que destaca la importancia de aferrarse a su humanidad en medio de una situación inhumana. “Eso, tal vez, es lo único que puede garantizarnos un buen resultado de todo el proceso, que es un proceso necesario, creo. Esta crisis no tiene sentido. No es sin sentido. Es un proceso en el que la sociedad puede dar a luz algo nuevo, algo mucho mejor de lo que existe hasta ahora”, dijo. Para obtener más información sobre este tema verdaderamente crucial, asegúrese de obtener una copia del libro de Desmet, «La psicología del totalitarismo» .
Introducción
«EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS», eso es lo que nuestro subconsciente nos dice cuando escuchamos o leemos la palabra «maquiavélico». Aunque la célebre frase no aparece en las obras de Nicolás Maquiavelo, ha servido para definir un pensamiento político que tiene su origen en el siglo XVI y que se asocia a una forma de gobierno autoritaria, incluso malvada. Sin embargo, debemos darnos cuenta de que, en ocasiones, por simplificar y porque somos víctimas de nuestros sesgos cognitivos, tan solo vemos el árbol (la frase) pero no el bosque (el libro), en parte también porque ignoramos el contexto histórico.
Esto nos lleva a rechazar ideas que podrían resultar muy interesantes. Nicolás Maquiavelo, con su obra principal, El príncipe, nos ofrece lo que hoy llamaríamos un manual o una guía. Un recetario para «torpes» con las estrategias necesarias para alcanzar el poder político o mantenerlo, para crear un Estado fuerte, sin dar demasiada importancia a los medios empleados. Nos encontramos, en definitiva, ante un pensamiento despojado de idealismos y utopías, alejado de justificaciones religiosas y centrado en la naturaleza humana como condicionante eterno de las relaciones sociales y, por lo tanto, también de las de poder.
Hoy en día vivimos una época de cambio profundo, una era disruptiva marcada por innovaciones tecnológicas que no dejan de sorprendernos, y que incluso son parte fundamental del enfrentamiento geopolítico entre Estados Unidos, que ahora es vista como la superpotencia en decadencia, y China, cuyo imparable desarrollo tiene como objetivo final hacerse con el dominio mundial. Las tecnologías emergentes (o ya emergidas y en constante mejora), en el ámbito de la inteligencia artificial, la computación cuántica, el internet de las cosas, los sistemas y procedimientos de comunicación, la biotecnología, la robótica o los avances en el espacio, están redefiniendo al ser humano y también la manera en que nos relacionamos, tanto con otras personas como con las máquinas. En este punto de inflexión histórico, en el que los acontecimientos se precipitan con increíble velocidad, estas profundas transformaciones nos obligan a redefinir algunos conceptos que se han mantenido casi invariables desde el siglo XVI.
En las siguientes páginas descubriremos si Maquiavelo todavía nos ofrece lecciones de vida válidas y revelaciones acerca del poder, que se puedan aplicar al contexto actual, puesto que es indudable que la psicología humana sí ha permanecido invariable en sus valores fundamentales. Y también en sus debilidades y pasiones.
10 estrategias de la manipulación mediática
El coronel del Ejército de Tierra en la reserva, Pedro Baños, exjefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo de Ejército Europeo en Estrasburgo, relató en su libro –un auténtico «best seller»–, «Así se domina el mundo. Desvelando las claves del poder mundial», las 10 estrategias de la manipulación mediática que elaboró el francés Sylvain Timsit.
Una vez más se hace realidad el viejo dicho, lo evidente es lo que nadie ve hasta que alguien lo explica con claridad.
Baños lo hace con la mayor de las claridades, lo que induce a una serena reflexión sobre quién mueve los hilos.
Las diez estrategias son estas:
1. DISTRAER LO IMPORTANTE
La distracción se convierte en el elemento primordial del control social. Consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de las decisiones de las élites políticas y económicas, empleando para ello el bombardeo constante de distracciones y de informaciones irrelevantes, al tiempo que se evita que la gente se interese por los conocimientos esenciales.
En Occidente, por ejemplo, el deporte se ha convertido en la principal distracción para desviar el interés público de lo verdaderamente importante.
2. CREAR PROBLEMAS Y DESPUES OFRECER SOLUCIONES
Esta estrategia, conocida también como «problema-reacción-solución», consiste en crear un problema para causar cierta reacción en el público a fin de que sea éste quien exija las medidas que los dirigentes deseaban imponer.
Puede ir desde desencadenar violencia urbana, perpetrar atentados sangrientos o crear crisis económicas con el fin de que la gente demande mayores medidas de seguridad, incluso a costa de su libertad, o de un retroceso en las prestaciones sociales.
También se la podría denominar «estrategia del caos constructivo», consistente en generar caos, violencia y destrucción, o al menos aparentarlo de modo que la gente se lo crea, con la finalidad de generar luego otro modelo de sociedad al antojo y voluntad plena, sin ninguna oposición popular, pues será la propia gente la que reclame la vuelta a la normalidad.
3. GRADUALIDAD
Para conseguir la aceptación de una medida extrema, basta con aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Así lo que hubiera podido conducir a una revolución se va tolerando mansamente.
4. DIFERIR EN EL TIEMPO
Presentar una decisión impopular como «dolorosa y necesaria», consiguiendo así la aceptación pública instantánea de algo que será aplicado en el futuro.
5. DIRIGIRSE AL PÚBLICO COMO CRIATURAS DE POCA EDAD
Cuanto más se intenta engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono pueril, empleando lenguaje y mensajes básicos comprensibles hasta por los más torpes.
6. UTILIZAR MÁS LA EMOCIÓN QUE LA REFLEXIÓN
Emplear al emoción provoca un cortocircuito en el análisis racional, afectando al sentido crítico de los individuos. Al quedar así inermes, se les puede implantar ideas, deseos, miedos, temores y compulsiones o inducir comportamientos.
7. MANTENER AL PÚBLICO EN LA IGNORANCIA Y LA MEDIOCRIDAD
Hacer que el público sea incapaz de comprender las técnicas y métodos utilizados para su control y su esclavitud, comenzando por una educación deficiente de las clases más bajas para que queden sometidas a las élites.
8. ESTIMULAR AL PÚBLICO A SER COMPLACIENTE CON LA MEDIOCRIDAD
Promover entre la gente que está de moda ser estúpido, vulgar e inculto, algo fácilmente reconocible en los «realities shows».
9. REFORZAR LA AUTOCULPABILIDAD
Hacer creer al individuo que él es el único culpable de su propia desgracia por ser poco inteligente, tener pocas capacidades o no esforzarse lo suficiente. De este modo entra en un estado depresivo que inhibe su acción, y sin ella no puede haber revolución.
10. CONOCER A LOS INDIVIDUOS MEJOR DE LO QUE ELLOS MISMOS SE CONOCEN
Actualmente la tecnología posibilita un conocimiento de las personas que puede llegar a ser superior al que tienen de sí mismas, por lo que pueden ser controladas con mayor facilidad por quien lleva las riendas.
El decálogo de manipulación de masas de Pedro Baños a examen: laclave está en la literatura española
Nos preparan una realidad que será un infierno. Lo dice también Barak Obama. Con la luz azul activarán neuronas que en ratones, los hacen comer por el tiempo que ellos quieran, o ponerse violentos. Poner pensamientos. Como si fuera una frase que se repite ininterrumpida mente.
Ya hay videos de lugares públicos que en lugar de las clásicas luces blancas las tienen azules. La noche será como un estado de sitio para nosotros.
Si están haciendo de todo para que escaseen los alimentos y si sumaran escasez más activar el comer, están creando canibalismo.
Masas violentas de repente sin causa y sin control más que el de ellos.
Tendremos que tener rifles para dispararles a las luces.
O bien empezar a practicar con una onda o gomera como el rey David.
CONTROL MENTAL RELIGIOSO Y EMINENTE GUERRA SANTA
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¿Ha muerto la libertad? Control mental, manipulación de las masas y esclavitud moderna
EL ARTE DEL CONTROL MENTAL
ZAPATERO | ¿BUEN TALANTE?
El mercenario y psicópata José Luis Rodríguez Zapatero autorizó en España, el empleo de las Armas Psicotrónicas, me quedé de piedra, y es que no me lo podía creer, porque no fue Aznar, tampoco fue Felipe, ni Rajoy. Es que fuiste tu, el Presidente del buen Talante. Tu fuiste, el que autorizó el uso, de estas armas del Diablo, y ahora mientras tu vives tu vida, a mi me están machacando y robando la mía. Para tu conocimiento te diré,que en la actualidad este tipo de armamento, se está utilizando para torturar a distancia, las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, a mas de 200 familias en España, y lo hacen en cuadrilla, con alevosía, y nocturnidad, El control mental, aunque desde un punto de vista teórico, pueda parecer, que esta relacionado con la Seguridad Nacional, en la practica, y para los que lo sufrimos diariamente, es una desgracia, es sufrimiento, es dolor, es exclusión, es limitación, es incomprensión y es anulación. El control mental destruye nuestras vidas, en todas sus facetas, la profesional, la familiar, la social, la personal, la física, la religiosa, la anímica, y hasta la sexual. Destruye también el ultimo reducto de nuestra privacidad, que son nuestros propios pensamientos, de la misma forma, que también destruye, nuestras relaciones sociales, dejándonos totalmente aislados, incomprendidos marginados y sin pareja.
JesuCristo, Hosana en el Cielo, Bendito el que viene en Nombre Del Señor, Hosana en el Cielo
ORACIÓN A LA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS
Señor Jesucristo, Hijo del Padre, manda ahora Tu Espíritu sobre la tierra. Haz que el Espíritu Santo habite en el corazón de todos los pueblos, para que sean preservados de la corrupción, de las calamidades y de la guerra. Que la Madre de todos los Pueblos, La Santísima Virgen María, sea nuestra Abogada. Amén
ORACIÓN DE APOYO PARA LA CONSAGRACIÓN DE MIS REDES SOCIALES A SAN JOSÉ, TERROR DE LOS DEMONIOS
ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL
ARMADURA DE DIOS
ESPADA DE DIOS
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
"EL CRISTIANO HA NACIDO PARA LUCHAR": PAPA LEÓN XIII
“Retirarse ante el enemigo o callar cuando por todas partes se levanta un incesante clamoreo para oprimir la verdad, es actitud propia o de hombres cobardes o de hombres inseguros de la verdad que profesan. "La cobardía y la duda son contrarias a la salvación del individuo y a la seguridad del Bien Común, y provechosas únicamente para los enemigos del cristianismo, porque la cobardía de los buenos fomenta la audacia de los malos. El cristiano ha nacido para la lucha”. S.S. León XIII, Papa
Creo en el Dios de Jesús y de María, el Dios de los bienaventurados, sencillos y sabios humildes como Abraham y Sara; Isaac y Rebeca; Jacob y Raquel. Y no el de los expertos racionalistas e ideologistas teólogos y entendidos escribas de todos los tiempos, El Mismo JesuCristo nunca los eligió ni como apostóles ni como discípulos. Ni antes ni ahora. Soy Venezolano, Maracucho/Maracaibero, Zuliano y Paraguanero, Falconiano; Soy Español, Gallego, Coruñés e Fillo da Morriña; HISPANOAMÉRICANO; exalumno marista y salesiano; amigo y hermano del mundo entero.
La Línea Editorial de este Rincón es la Veracidad y la Independencia imparcial.
¡¡¡ Que El Señor de La Comunicación, de La Amistad, de La Paz con Justicia, te bendiga, te guarde, te proteja, siempre... AMÉN !!! ________________________________
¡La Paz del Señor sea contigo!
¡Shalom aleijem!
¡As Salam ie aleikum!
бо да благословит вас
上帝保佑你
神はあなたに賛美する ईश्वर
Бог да те благослови
MANIFIESTO
Yanka
LA LÍNEA EDITORIAL ES LA VERACIDAD Y LA INDEPENDENCIA IMPARCIAL
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#YoTambiénSoyCristianoPerseguido
#NoEstánSolos: Ya estamos hartos de que los criminales exterminen a los cristianos solo por su fe. Ha llegado la hora de movilizarse y defenderlos. Basta de cobardía. Se valiente y osado frente a los asesinos y defiende con ardor tu fe y a los que son perseguidos por la horda. Coloca en tu página el símbolo creado por el movimiento en defensa de los cristianos perseguidos para la campaña mundial que se ha iniciado para que no nos olvidemos de todos aquellos que están siendo perseguidos y masacrados por ser cristianos. El símbolo del centro es la letra N del alfabeto árabe, con la que los yihadistas están marcando las casas de los Nazarenos, que es como ellos llaman a los cristianos. Juntos hagamos que no se olviden aquellos hermanos perseguidos en todo el mundo por amar a su Dios. #NoEstanSolos #PrayForthem #ن #YoTambiénSoyCristianoPerseguido #Iglesia #Kenya #Siria #Irak #Afganistán #ArabiaSaudí #Egipto #Irán #Libia #Nigeria #Pakistán #Somalia #Sudán #Yemen y otros...
EL SILENCIO CULPABLE
QUE LA LUZ BRILLE SOBRE TI, TIERRA FÉRTIL #SOSVENEZUELA
SOY VENEZOLANO, ESPAÑOL, HISPANOAMERICANO, HISPÁNICO, AMIGO Y HERMANO DEL MUNDO ENTERO
VENEZUELA UN PAÍS PARA QUERER Y PARA LUCHAR
“Nací y crecí en un lugar donde dicen ” Pa’lante es pa’llá”, donde se pide la bendición al entrar, al salir, al levantarte y al acostarte, donde se comen arepas, cachapas y espaguetti con diablito, donde se menea el whisky con el dedo, donde se respira alegría aún en las adversidades, donde se regalan sonrisas hasta a los extraños, donde todos somos panas, donde aguantamos chalequeos, donde se trata con cariño sincero, donde los hijos de tus amigos son tus sobrinos, donde la gente siempre es amable, donde los problemas se arreglan hablando y tomando una cervecita, donde no se le guarda rencor a nadie y donde nadie se molesta por tonterías, donde hasta de lo malo se saca un chiste, donde besamos y abrazamos muchísimo, donde expresamos con cariño nuestros sentimientos, donde hay hermosas playas, ríos, selvas, montañas, nieve, llanos, sabana y desierto, un país de gente bella, cariñosa y alegre donde se mezclaron armoniosamente las razas, donde el extranjero se siente en casa y donde siempre encontramos cualquier motivo para celebrar con los amigos. Nací y crecí en VENEZUELA, me siento orgulloso de ser venezolano y seguiré manteniendo mi espíritu venezolano en cualquier lugar del mundo”
¡NO TE RINDAS!
♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥ Si la angustia te seca, si la ansiedad te asfixia, si la tristeza te ahoga, si el pesimismo te ciega... llora, grita, comunícate, exterioriza tu dolor.... pero JAMÁS te rindas.
Levanta tu mirada, respira hondo... ¡LUCHA..! amig@...lucha ... PORQUE Sí hay salida. Sí hay sentido. Sí hay ESPERANZA. Levanta tus manos y pide ayuda.
No te des por vencid@...y poco a poco verás La Luz. NO te rindas amig@, lucha. NO ESTÁS SOL@.
PORQUE VERÁS QUE SÍ VALIÓ LA PENA... ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥
LA FUERZA INVENCIBLE DE LA FE
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
"Ya veis que no soy un pesimista, ni un desencantado, ni un vencido, ni un amargado por derrota alguna. A mí no me ha derrotado nadie, y aunque así hubiera sido, la derrota sólo habría conseguido hacerme más fuerte, más optimista, más idealista, porque los únicos derrotados en este mundo son los que no creen en nada, los que no conciben un ideal, los que no ven más camino que el de su casa o su negocio, y se desesperan y reniegan de sí mismos, de su patria y de su Dios, si lo tienen, cada vez que le sale mal algún cálculo financiero o político de la matemática de su egoísmo.
¡Trabajo va a tener el enemigo para desalojarme a mi del campo de batalla! El territorio de mi estrategia es infinito, y puedo fatigar, desconcertar, desarmar y doblegar al adversario, obligándolo a recorrer por toda la tierra distancias inmensurables, a combatir sin comer, ni beber, ni tomar aliento, la vida entera; y cuando se acabe la tierra, a cabalgar por los aires sobre corceles alados, si quiere perseguirme por los campos de la imaginación y del ensueño. Y después, el enemigo no podrá renovar su gente, por la fuerza o por el interés., que no resisten mucho tiempo, y entonces, o se queda solo, o se pasa al amor, que es mi conquista, y se rinde con armas y bagajes a mi ejército invisible e invencible...."
(Fragmento de una página del discurso de Joaquín V. González "La universidad y alma argentina" 1918). ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
COMBATE Y DENUNCIA A LOS PEDÓFILOS (PEDERASTAS)
SEÑOR, TE PEDIMOS QUE PROTEJAS A L@S NIÑ@S, TE LO PEDIMOS EN EL NOMBRE DE JESÚS. AMÉN. ¡Ay de aquel que escandalice a uno de estos pequeñitos! Mejor le fuera que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos....... Lc 17,1-2 -- ÚNETE Y DENUNCIA --
SI LOS MEDIOS CALLAN, EL PUEBLO GRITA...
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FORO DE CRISTIAN@S CATÓLIC@S LAIC@S SEGLARES EN FACEBOOK
TELÉFONO DE LA ESPERANZA 902 500 002
Cuando existe la esperanza, todos los problemas son relativos
EL SENTIDO COMÚN ES IMPRESCINDIBLE PARA EL BIEN COMÚN Y PARTICULAR
SOMOS ANTI-OBSOLESCENCIA: NUESTRA CALIDAD TIENE VALOR
OBSOLESCENCIA ES LA planificación o programación del fin de la vida útil de un producto o servicio de modo que este se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible tras un período de tiempo calculado de antemano, por el fabricante o empresa de servicios, durante la fase de diseño de dicho producto o servicio, nos conduce al CONSUMISMO exacerbado, por culpa de algo evitable, destruimos recursos, planeta y dinero por algo que podríamos tener durante mucho tiempo.