EL Rincón de Yanka: POLIGIÓN Y RELÍTICA por MANUEL VALERA 🐑🐑🐑🐑🐑

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domingo, 6 de abril de 2025

POLIGIÓN Y RELÍTICA por MANUEL VALERA 🐑🐑🐑🐑🐑

Poligión


Poligión o Relítica, no sé qué término es mejor para designar a ese monstruo que a veces llamamos sistema. Porque es político, sí, pero con mecanismos religiosos. Por eso Poligión. Por eso Relitica.

Ha terminado siendo todo lo rnismo, ahora ya declaradamente, puesto que han admitido los capataces de la granja que habría que ir creando una nueva religión global. En ese nuevo sistema de creencias, intuimos de sobra qué Mandamientos se van a grabar sobre las tablas que bajará el nuevo Moisés. De entrada, sabemos que no será Moisés, sino un señor que antes se percibía señora pero que después de ponerse pelo rosáceo etl Turquía ejerce la bilateralidad de fluidez de género neutro.com. Por supuesto, el nuevo Decálogo sagrado vendrá cargado de culpa, mucha culpa. Porque la culpa es la gasolina que mueve el motor de esta Poligión, de esta Relítica.

Culpable, sin más, si eres hombre. Si eres hombre blanco, claro está. Tu heteropeinado es el causante de todos los males desde el amanecer del mundo. Has de deconstruirte, o sea: dejarte destruir.
Culpable de existir. Ya da igual de qué color vengas, si blanco, negro o naranjito, aunque siempre serás más culpable como blanco, que quede claro. La nueva religión se basa en la premisa de que el ser humano es un mal para el planeta y que, por lo tanto, nacer te hace indigno. En vez de pecado original, ahora hablan de huella de carbono. La esencia es la misma: contaminas, y tu mera existencia empuja al mundo hacia el Apocalipsis, hacia el Cambio Climático, hacia un final malísimo que sólo puede evitarse si asumes tu culpa, te dejas esclavizar y exterminar.

Consecuencia de lo anterior es que la propiedad será considerada un crimen. Un crimen contra el resto. Poseer, en tu caso, pobre pecador que esparces tanta huella de carbono a tu paso, supondrá incrementar ese mal. 
¿A cuento de qué has de tener tú nada a tu nombre, contra el grupo, alabado sea el grupo, el bien común, el rebaño, la colmena? 
Ya están los grandes sacerdotes para poseerlo todo, en tu nombre, ellos que sí saben vivir sin contaminar ni acercarnos al Fin de los Días.
Y ahí tenemos otro dogma de fe: el grupo. El rebaño, hemos dicho, la colmena, el bálamo (banco de sardinas), la piara. Perteneces a él. Nada fuera de él. Todo acto de pensamiento individual atentará contra el Gran Pensamiento Común, que ellos se ocuparán de suministramos. No habrá que pensar, será cómodo: haz, piensa, actúa, siente, odia, teme, fumígate, inyéctate cuanto te digamos, y así irá todo bien. O irá mal, pero siempre por tu culpa.

La Poligión nos irá explicando cómo percibir e interpretar el mundo, nos dirá qué es Verdad y qué es Mentira, nos explicará la Historia de la Humanidad, en mayúsculas, que no es tal y como era ayer ni como lo será mañana, sino que cada jornada se irá adaptando a las necesidades del BIC, del Bien Imperante Común, ya veremos si naranja o cristal.
La Relítica te dirá cuándo morir, sobre todo si ya m produces. Pero, ¿qué hay que producir en tiempos de tanto avance tecnológico? ¿Acaso dolor, sufrimiento?
¿Es eso lo que ordenan de este rebaño? ¿Cómo si no explicamos que sigan existiendo guerras, precisamente alimentadas por ellos mismos? No son preguntas que nosotros, basura pecadora y contaminante, tengamos que hacernos. Obediencia buena. Pensamiento malo. Ciencia buena, siempre que llamemos ciencia a lo que ellos nos dicen, sin hacer preguntas ni rechistar ni sospechar que nos engañan.

¿Poligión o Relítica? Es complicado ponerle nombre a tan clamoroso crimen. La cosa es, ¿estamos ante un crimen nuevo, o ante uno muy antiguo al que ahora le han dado una mano de pintura? Poligión, Relítica...

Relítica


Me piden más letras sobre la Relitica, sobre la Poligión, sobre esta nueva religión política o política religiosa -valgan todas estas redundancias-, con la que  el poder pretende amasamos, en el sentido estricto de la palabra. Según algunas versiones, el término religión proviene del latín religare, unir. Otras dicen que de relegare, releer, regresar a los textos. Para lo que hablamos, pensemos en esa acepción que señala hacia la reunión del rebaño. ¿Para qué van a reunir al rebaño los dueños del cotarro, sino para ordeñar, esquilar, cebar y sacrificar? En ello andan.
Y para tal fin, es importante crear la liturgia, una serie de actos simbólicos que tranquilicen el alma del atribulado creyente, incapaz de sobrellevar la culpa con la que ha sido cargado. Ya vimos que somos culpables, según este nuevo credo, de haber nacido. Contaminamos, somos huella de carbono, una amenaza global. Para limpiamos de una mancha que volverá enseguida -porque se renueva, somos el mal sin interrupción-  han ideado una serie de mecanismos que, en verdad, sólo sirven para mantenernos atados al sistema de creencias, para mantenernos obedientes. Esclavos.

Te descargas de culpa pereg¡inando a los contenedores de colores, donde puedes separar por su naturaleza el contenido de un paso por este valle de lágrimas. Reciclar se ha convertido en un sacramento mediante el cual obtienes el perdón por unas  horas.  Alabado  sea  el  contenedor  amarillo, aunque ellos luego mezclen todas las basuras, aunque ellos sean los que te vendieron el plástico.
En esta línea, lo del coche eléctrico, que te  dicen que no contamina porque no lleva tubo de escape. Como persona  de fe, leerás el rótulo "Sin emisiones" y no te plantearás de dónde viene la energía con la que se mueve ese vehículo ni si la fabricación o las piezas de tal modelo hacen que el conjunto resulte más perjudicial que un diésel moderno. Y además, cuando el coche eléctrico se deshaga en llamas, como ayer en el barrio, de Alcorcón, Madrid, con mue1tos incluidos, tú interpretarás que se trata de la zarza ardiente a través de la cual la deidad te habla, quizá exigiendo la vida de tu hijo.

Otro mecanismo de control con un uso de limpieza de tu conciencia: los impuestos. Hacienda somos todos, el grupo, que decíamos ayer. Purifícate dejándote robar. Es para Sanidad y Educación (ja, ja, ja ...). Que tú tengas tu dinero es pecado. Que el fruto de tu esfuerzo sea para ti y los tuyos resulta egoísta. Alabado sea el Estado, que reparte panes y peces. Lo  único, que el milagro llega inverso: donde teitlas doce cestas llenas de panes y peces, él te deja cinco mendrugos y dos raspas. Bendito sea.

Más modos de mantenemos asidos: el odio, la separación. Odiarás al que no cree en la Relitica, al que critica a la Poligión.  Ese blasfemo es el peor enemigo del planeta. Tu peor enemigo. Ódialo. Se te suministrará, creyente, un rosario de insultos prefabricados: negacionista, conspiranoico, ultraderechista, insolidario, magufo... Odiar es bueno si el odiado es malo.

Los Padres de la Relítica o Poligión te incitan a obedecer bobadas porque si obedeces lo pequeño, cómo no vas a obedecer lo grande: cuando te envíen a matar -al frente ruso o cargando contra tus vecinos que se manifiestan- o a matarte -es por tu bien, hay que bajar la curva-. Nos conocen muy bien como masa, cierto. Pero, joder, cómo los tenemos calados nosotros también a ellos. Amén.