EL Rincón de Yanka: 2025

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MARANATHÁ, VEN SEÑOR JESÚS, MARAN ATHA, EL SEÑOR VIENE

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martes, 2 de diciembre de 2025

EL POETA E INOCENTE MANUEL SATURIO VALENCIA, ÚLTIMO FUSILADO EN COLOMBIA (1907) por EL RACISMO CLASISTA CRIOLLO y OTROS...


A finales del siglo XIX Manuel Saturio Valencia Mena era en Popayán, Colombia, el primer hombre negro que estudiaba leyes en la Universidad del Cauca. Había nacido el 24 de diciembre de 1867 en una gloriosa Quibdó reconocida por el comercio del oro y por la pobreza de su gente negra. A pesar de las difíciles circunstancias que vivió, Saturio fue un niño que aprendió con los capuchinos el latín y el francés, y fue tan aventajado aprendiz, que recibió apoyo de los religiosos para realizar sus estudios superiores a muchas horas de su natal Chocó.

Valencia regresa a su tierra para ejercer como personero, juez de rentas y ejecuciones fiscales, y juez penal. Según sus biógrafos, fue el primer hombre negro en América en ser nombrado para estas funciones públicas. Estuvo como muchos jóvenes de su tiempo en la guerra de los Mil Días, donde obtuvo el grado de capitán en las tropas gobiernistas conservadoras y aprendió sobre política y partidismo.

Poeta del Atrato, Manuel Saturio fue un gran autodidacta, cultivador de la música y los cantos en las escuelas. Es considerado como el primer literato negro del Chocó, pero debido al racismo de la época, muchos de sus escritos quedaron inéditos en el silencio de una sociedad que hasta hacía pocos años había vivido y rentado del comercio de esclavizados.

La historia de Manuel Saturio está llena de eventos dramáticos y dolorosos, y el final de sus días tiene como telón de fondo pasiones de amor y odio racial que terminaron con su fusilamiento hace 118 años.

Valencia enamoró y embarazó a Deyanira Castro, una joven blanca hija de un importante líder liberal. Esta aventura terminó en una tremenda venganza por parte de la familia asaltada en su digniddad de raza y noble apellido. En la madrugada del primero de mayo de 1907 Manuel Saturio embriagado y sin conciencia de lo que sucedía, fue inculpado del incendio ocurrido en el centro de la ciudad. Su cinturón y una bola de trapo con restos de petróleo fueron la evidencia para incriminarlo por atentar contra la notable sociedad quibdoseña. La Constitución de 1886 condenaba con pena de muerte a los incendiarios. En seis días y cinco noches lo enjuiciaron y lo condenaron. Su delito era “imperdonable”, había atentado contra las familias de élite que habitaban la famosa carrera primera, cuyos andenes estaban destinados a la exclusividad genética de la blanquitud.

En este largo siglo que corre desde su fusilamiento, se han escrito novelas, poemas, ensayos, artículos y un guion para teatro que en el año 2011 hizo su solitario debut en la ciudad de Popayán, en el extinto Teatro Bolívar, bajo la dirección de Eugenio Gómez, una treintena de actores y actrices del Chocó y con el nombre de “Amangualados”.

Verdad y mito, Manuel Saturio Valencia Mena constituye el ícono de una tradición literaria y oral que merece un lugar de reconocimiento, pues sólo hombres de su talla producen tanto interés literario e histórico sobre los sucesos de su existencia.

Cuatro notables novelas de la mano de tres escritores y una escritora afrocolombiana: “La Palizada” de Miguel A. Caicedo (1952), “Memorias del Odio” de Rogerio Velásquez Murillo (1953), “Mi Cristo Negro” de María Teresa Martínez (1983) y “El fusilamiento del diablo” de Manuel Zapata Olivella (1986). Cientos de ensayos entre los cuales sobresalen: “Manuel Saturio Valencia: El hombre”, Miguel A. Caicedo (1992), “Héroes y políticos: Quibdó desde 1900”, Peter Wade (1997) y “Violencia y Resistencia: una perspectiva de la literatura afrocolombiana” de Marvín A. Lewis (1987), y “A cien años del fusilamiento de Manuel Saturio” de César E. Rivas Lara (2007), hacen parte de una notable antología que incluye muchas más obras.

Según la tradición oral chocoana, el poeta fusilado nos dejó en sus versos, razones poderosas para luchar contra el racismo:

“A yo que soy inorante
me precisa preguntá
si el coló blanco es virtú
pa yo mandame blanquiá…

Pregunto al hombre leal
porque saber me precisa
¿si el negro no se bautiza
en la pila bautismal?
Si hay otro má principal
má patras o má palante
má bonita o má brillante
donde bautizan al blanco,
me darán un punto franco
a yo que soy inorante”.

***
A yo que soy ignorante
Me precisa preguntar
Si el color blanco es virtud
Pa' yo mandarme a blanquear

Pregunta el hombre leal
Porque saber me precisa
Si el negro no se bautiza
En la pila bautismal

Si hay otra más principal

Má pa' tras o má pa'lante
Más bonita o más brillante
Onde bautizan al blanco
Me darán un punto franco
A yo, que soy ignorante

Dos hombres y una mujer
Todos somos descendientes
Porque al negro solamente
Con desprecio lo han de ver

La misma sangre ha de ser
Aunque el negro singular
Siempre han de colocar
En un lugar separado

Si el negro no se bautiza
Me preciso preguntar
Negro fue san Benedicto
Negras fueron sus pinturas
Y en la sagrada escritura
letras blancas yo no he visto

Negros los clavos de Cristo
Que murió en la santa cruz
Será que bajo Jesús
Por el blanco a padecer
Solo así podré saber
Si el color blanco es virtud

Cuando tengamos que darle
A mi Dios estrechas cuentas
Como el negro va pagar
Por el blanco las ofensas

Si al negro no se le encuentra
Un delito que culpar
Me dirán que no es verdad
Que el blanco no tiene pena
O si es que no se condena
Pa' yo mándame a blanquear


Manuel Saturio Valencia, 
último fusilado en Colombia (1907)

Muchos personajes han pasado a la historia por sus condiciones excepcionales, escritores, poetas militares entre otros, hoy son recordados como eminencias e incluso sus nombres hacen parte de museos, monumentos, cátedras y programas de formación que deben ser estudiados de manera obligatoria, sin embargo hay personajes hoy invisibilizados en la historia que además de haber sido profesionales universitarios incluso graduados con honores ni los mismos maestros los recuerdan; mejor dicho los forzaron a no mencionarlos..

Uno de esos personajes que seguramente su maestro nunca le habló, fue Manuel Saturio Valencia. Este negro que nació el 24 de diciembre de 1867, en Quibdó, departamento del choco, Colombia,  hijo único de Manuel Saturio Valencia y Tránsito Mena quienes se ocupaban de oficios doméstico, lo criaron sujeto a los principios éticos y morales basado en el respeto, la honestidad y la disciplina.

El joven Saturio desde niño comenzó a mostrar sus capacidades intelectuales y fue así como inició su participación de cantó en el coro parroquial de la ciudad y aprendió latín y francés de unos monjes Capuchinos.

Fue un estudiante destacado, tanto que los mismos monjes se encargaron luego de sus estudios superiores en la facultad de derecho de la universidad del cauca donde terminó sus estudios pasando a la historia como el primer abogado negro de ese claustro de educación superior ubicado en la ilustre ciudad blanca de Popayán.

Más tarde regresó a Quibdó, se alineó con el Partido Conservador, un partido minoritario en la región. En 1899, inició la Guerra de los Mil Días.

Manuel alcanzó el rango de Capitán en las fuerzas del gobierno.

Manuel también fue profesor autodidacta de música y canto en varias escuelas; fue juez y personero municipal siendo considerado como el primer literato negro de la región.

Por la misma opresión racial de la época, sus obras quedaron como inéditas, así como Ingermina o la hija de calamar de Juan José Nieto Gil.

Un día como hoy el intelectual abogado sedujo a una joven de raza blanca llamada Deyanira Castro, hija de un importante líder liberal.

La señora salió embarazada de aquel “encuentro”. Cuando la familia de la distinguida dama se da cuenta que está esperando hijo de un negro, de inmediato diseñan un macabro plan para evitar “dañar la raza” con el advenimiento de un mulato.

Es así que en la madrugada del primer día de mayo de 1907, buscaron a Saturio, lo embriagaron con vino, le quitaron sus documentos y algunas de sus prendas, y fueron hasta la Carrera Primera de Quibdó y provocaron un incendio sobre dos viviendas con techos de Paja, y después salieron del lugar.

Entre las cenizas fueron recuperados una bola de trapo casi quemada, el cinturón de Manuel Saturio, y unos documentos con su nombre. El Artículo 29 de la Constitución de Colombia de 1886 expresaba explícitamente lo siguiente:

Artículo 29. Sólo impondrá el Legislador la Pena Capital para castigar, en los casos que se definan como más graves, los siguientes delitos como:

Traición a la patria, cuando se estuviera en estado de guerra regular, o de carácter internacional, parricidio, asesinato, incendio, asalto en cuadrilla de malhechores, piratería y ciertos delitos militares definidos por las leyes del ejército.

Según la ley que se desprendía de la constitución de 1886 sancionada por Rafael Núñez, no importaba la magnitud del incendio, por eso de inmediato Saturio Valencia fue condenado a muerte por el delito de pirómano.

El juicio fue muy breve, transcurriendo apenas seis días entre los hechos y la condena, todo un registro de celeridad en la aplicación de la justicia en Colombia.

El gravísimo hecho de haber incendiado la carrera primera de Quibdó, que representaba los intereses de la sociedad blanca chocoana, motivó la condena a muerte del destacado abogado titulado.

Dice la historia, que luego de haber recibido la descarga de los fusiles, Saturio quedó vivo; sin embargo violando la ley de indulto, volvieron a cargar las armas y con una segunda ráfaga el 7 de mayo de 1907 asesinaron al abogado e intelectual Manuel Saturio Valencia.

Bueno: Ustedes se preguntan ¿y qué pasó con el embarazo de Deyanira? Pues tan pronto nació el mulato producto del amor de un negro y una blanca, los familiares de Deyanira lo empacaron en una caja de cartón y sin ninguna compasión los arrojaron vivo al río Atrato cosa que no cuentan los maestros de historia.


⚖️ En el corazón del Chocó, Colombia, nació un poeta al que la justicia le dio la espalda.
Manuel Saturio Valencia, abogado y soñador afrocolombiano, fue el último fusilado de Colombia, condenado por un crimen que nunca existió.
Lo silenciaron con balas, pero su nombre aún grita memoria.
En una tierra donde el oro brillaba más que la justicia, nació un hombre que se atrevió a pensar.
Manuel Saturio Valencia (1867–1907), hijo del Chocó, poeta, abogado y soñador afrocolombiano, creyó que el conocimiento podía liberarlo de las cadenas invisibles del racismo.
Desde las aulas de la Universidad de Antioquia, su talento deslumbró a quienes no soportaban verlo ascender. En una república que hablaba de igualdad… pero temía la piel negra, su inteligencia se volvió un desafío.
🔥 En 1907, una disputa personal con una mujer blanca de clase alta bastó para encender la furia de una sociedad enferma de prejuicio. Lo acusaron de incendio y traición, con pruebas débiles, fabricadas, y un juicio decidido antes de empezar.
El Archivo General de la Nación lo confirma: su condena fue un espejo del racismo institucional que gobernaba los tribunales de la época.
El 3 de mayo de 1907, al amanecer, lo llevaron al paredón en Quibdó.
Dicen que antes del disparo pidió recitar un verso. Nadie lo permitió.
Las balas callaron su voz… pero también sellaron el fin de la pena de muerte en Colombia.
Desde entonces, Manuel Saturio Valencia no es solo “el último ejecutado legalmente”:
es el símbolo del talento traicionado, del color condenado, del país que prefirió el silencio antes que reconocer su propio racismo.
Hoy, su nombre vuelve a pronunciarse con respeto, como el de un hombre que murió de pie, defendiendo la dignidad de su raza y el derecho a ser libre.


En el corazón del Caribe nació un hombre al que la historia quiso borrar.
Juan José Nieto Gil fue el único presidente afrodescendiente de Colombia, un líder que desafió el racismo y el olvido.
Su rostro fue cambiado, pero su verdad nunca se apagó.


Nació en Mompox, Colombia,  hijo de una mujer negra y de un padre blanco que nunca lo reconoció. A pesar del racismo y la pobreza, Candelario Obeso llegó a la Universidad Nacional y escribió el primer libro de literatura negra en América Latina. Murió joven, cansado del olvido… pero su voz sigue viva en cada palabra que resiste. 🔥


En los Estados Unidos de Colombia de 1876, un joven mulato nacido en Camarones, La Guajira, desafió al poder con la palabra como su única arma. Luis Antonio Robles fue el primer afrodescendiente en alcanzar un alto cargo nacional, enfrentando el racismo con inteligencia y valentía. Su voz fue más fuerte que el silencio, su historia más duradera que el olvido. 


En 1920, en Guapi, Cauca, nació un niño que escuchaba cómo el mar hablaba en versos. Su nombre era Helcías Martán Góngora, y con el tiempo se convirtió en el poeta que transformó el dolor, la fe y la herencia afro del Pacífico en palabra.
Mientras Colombia miraba hacia los Andes, él escribía desde la orilla del océano, entre marimbas, manglares y silencios. Dirigió revistas, bibliotecas y proyectos culturales, pero su mayor obra fue la dignidad de su pueblo. En cada poema, el mar se hizo voz y la negritud se volvió eternidad.
Murió en 1984 sin el reconocimiento que merecía… pero su palabra no se hundió: sigue resonando en el viento del litoral, donde la poesía se confunde con las olas. 
¿Sabías que un poeta del Pacífico convirtió el oleaje en palabra y la memoria afro en patria? 
Nació en 1920, en Guapi, Cauca, un pequeño puerto del litoral sur del Pacífico colombiano, cuando las lanchas de vela aún unían los pueblos del manglar y la marimba marcaba el ritmo de la vida. 
Creció entre los cantos del río Guapi y los rezos de los pescadores, en una época en que el país apenas reconocía la existencia de su costa negra. 
Desde allí partió a Bogotá, donde estudió Derecho en el Externado de Colombia, pero nunca se apartó del mar que lo formó. 
En los años 40 y 50, mientras el país se desangraba en guerras políticas, Helcías Martán Góngora escribía versos para quienes no tenían voz. 
Regresó a Popayán como gestor cultural, dirigió Extensión Cultural en la Universidad del Cauca, fundó la revista Esparavel y convirtió su poesía en resistencia. 
En plena segunda mitad del siglo XX, cuando el centralismo bogotano dominaba la literatura, Helcías hablaba desde el margen: del mar, del tambor, del Cristo negro. 
Murió en Cali en 1984, sin el reconocimiento que su obra merecía.
Pero su voz sigue viva: en cada verso, el Pacífico respira, y la palabra se convierte otra vez en mar.


ROGERIO VELÁSQUEZ MURILLO: Nació en Sipí, Chocó, en 1908, y dedicó su vida a rescatar la memoria que Colombia ignoró. Etnógrafo, historiador y maestro del Instituto Etnológico del Cauca, recorrió selvas y ríos para escuchar los cantos, los rezos y las raíces de su pueblo.
Entre lluvias escribió Ritos de la muerte en el Alto y Bajo Baudó, Instrumentos musicales del Chocó y Gentilicios africanos del occidente de Colombia. Llamó a su gente “la negredumbre”, una identidad silenciada que él transformó en historia.
Murió en 1965 sin homenajes, pero sus Ensayos escogidos devolvieron su voz a la nación. Fue la tinta que salvó del olvido al pueblo negro del Pacífico.


¿Sabías que en una casa de Getsemaní, Cartagena, Colombia, un hombre negro escribió versos que hicieron temblar al silencio?  
Jorge Artel, nacido en 1909, convirtió el dolor y el orgullo de su raza en poesía. En 1940 publicó Tambores en la noche, donde el sonido del Caribe se volvió palabra y la palabra resistencia.
Mientras otros callaban, él escribió con ritmo de mar y fuego. Sus versos no pedían aplausos, pedían justicia. 
Hoy su voz aún retumba en las calles de Cartagena, recordando que la negritud también es raíz, pensamiento y poesía. 🖤

TAMBORES EN LA NOCHE

Negro soy

Negro soy desde hace muchos siglos. 
Poeta de mi raza, heredé su dolor. 
Y la emoción que digo ha de ser pura 
en el bronco son del grito 
y el monorrítmico tambor. 

El hondo, estremecido acento 
en que trisca la voz de los ancestros, 
es mi voz. 

La angustia humana que exalto 
no es decorativa joya 
para turistas. 

¡Yo no canto un dolor de exportación!

La voz de los ancestros

Oigo galopar los vientos 
bajo la sombra musical del puerto. 
Los vientos, mil caminos ebrios y sedientos, 
repujados de gritos ancestrales, 
se lanzan al mar. 
Voces en ellos hablan 
de una antigua tortura, 
voces claras para el alma 
turbia de sed y de ebriedad. 

¿De qué angustia remota será el signo fatal 
que sella en mí este anhelo de claves imprecisas? 
Oigo galopar los vientos, 
sus voces desprendidas 
de lo más hondo del tiempo 
me devuelven un eco 
de tamboriles muertos, 
de quejumbres perdidas
en no sé cuál tierra ignota, 
donde cesó la luz de las hogueras 
con las notas de la última lúbrica canción. 

Mi pensamiento vuela 
sobre el ala más fuerte 
de esos vientos ruidosos del puerto, 
y miro las naves dolorosas 
donde acaso vinieron 
los que pudieron ser nuestros abuelos.
 —¡Padres de la raza morena!—. 
Contemplo en sus pupilas caminos de nostalgias, 
rutas de dulzura, 
temblores de cadena y rebelión. 

¡Almas anchurosas y libres 
vigorizaban los pechos y las manos cautivas! 
Una doliente humanidad se refugiaba 
en su música oscura de vibrátiles fibras… 
—Anclados a su dolor anciano 
iban cantando por la herida…—. 

¡Oigo galopar los vientos, 
temblores de cadena y rebelión, 
mientras yo —Jorge Artel— 
galeote de un ansia suprema, 
hundo remos de angustias en la noche!

Tambores en la noche

Los tambores en la noche, 
parece que siguieran nuestros pasos… 
Tambores que suenan como fatigados 
en los sombríos rincones portuarios, 
en los bares oscuros, aquelárricos, 
donde ceñudos lobos se fuman las horas, 
plasmando en sus pupilas 
un confuso motivo de rutas perdidas, 
de banderas y mástiles y proas. 

Los tambores en la noche 
son como un grito humano. 
Trémulos de música les he oído gemir, 
cuando esos hombres que llevan 
la emoción en las manos 
les arrancan la angustia de una oscura saudade, 
de una íntima añoranza, 
donde vigila el alma dulcemente salvaje
de mi vibrante raza, 
con sus siglos mojados en quejumbres de gaitas. 

Los tambores en la noche 
parece que siguieran nuestros pasos. 
Tambores misteriosos que resuenan 
en las enramadas de los rudos boteros, 
acompasando el golpe con los cantos 
de los decimeros, con el grito blasfemo 
y la algazara, con los juramentos 
de los marineros… en tanto que se anuncia 
tras los gibosos montes 
un caprichoso recorte de mañana. 

Los tambores en la noche, hablan. 
¡Y es su voz una llamada tan honda, 
tan fuerte y clara, 
que parece como si fueran sonándonos en el alma!


VER+:




Capítulo 1 de 4 Saturio

Los republicanos fueron más racistas y 
despiadados que los realistas.

VER+:




Indígenas y negros ¿Contra la independencia de América?


lunes, 1 de diciembre de 2025

LIBRO "BOLCHEVIQUES: DE ETA AL MOVIMIENTO SOCIALISTA: 💥 EL REARME DEL COMUNISMO por FERNANDO JOSÉ VAQUERO OROQUIETA

 
BOLCHEVIQUES:
DE  ETA 
AL  MOVIMIENTO  SOCIALISTA:
EL  REARME  DEL  COMUNISMO
💥

Cuando ETA dejó de matar, las juventudes de la extrema izquierda nacionalista vasca se dividieron. La rama más radical adoptó un marxismo-leninismo que rechaza el «aburguesamiento» de Bildu (o de Podemos) y la democracia burguesa en la que participan. Poco después convergieron con la mayoría de los miembros de Arran, las juventudes de la CUP (la extrema izquierda nacionalista catalana) y del PCE, en una amalgama que trabaja ya en crear un partido comunista europeo con el que abordar una nueva etapa revolucionaria.
Hemos visto a estos nuevos bolcheviques protagonizar incidentes durante la Vuelta a España. Les vemos tomando el protagonismo en universidades y entidades juveniles. Les vemos reventando violentamente las carpas y manifestaciones de otros partidos. Pero por alguna razón, en los medios seguimos oyendo hablar de otros radicales mucho menos ambiciosos, numerosos u organizados.

Para cualquier persona interesada en conocer el origen, intenciones e ideología de estos aspirantes a revolucionario, que trabajan y se organizan para destruir el Estado y la democracia, el último libro de Fernando José Vaquero Oroquieta es lectura imprescindible. Aborda la materia de un modo completo y riguroso, trazando el origen del movimiento a través de la historia de la extrema izquierda española, así como su evolución y su posición actual en base al análisis de sus propios textos publicados.
El autor es criminólogo, ex subdirector de la prisión de Pamplona, columnista, y autor de siete libros centrados en terrorismo y radicalismo, varios de ellos editados por Pompaelo.

El fantasma del comunismo vuelve a recorrer Europa encarnado en una nueva generación de jóvenes revolucionarios empeñados en resucitarlo, a pesar de la histórica derrota del Ciclo de Octubre. Así, la escena comunista-revolucionaria, en España, se encuentra conmocionada tras la irrupción de una nueva fuerza juvenil que se reclama decididamente comunista, y por ello, en ruptura generacional con la socialdemocracia, el revisionismo y sus expresiones movimentistas: hablamos del Movimiento Socialista.

Sus orígenes radican en la izquierda abertzale, desde la que marcharían en busca de un nuevo paradigma político que no es otro que un marxismo-leninismo actualizado y atento a las fracturas que presenta el sistema: precarización de las condiciones de vida de crecientes contingentes, proletarización de la juventud, nuevos retos identitarios, imposibilidad de acceso de una gran mayoría a una vivienda decente, irrupción de nuevas formaciones políticas, transformaciones autoritarias de los Estados… Todo ello enmarcado en una geopolítica internacional en dramática convulsión por la irrupción de los BRICS, la salvaje guerra en Gaza y un capitalismo global en crisis.

Así, estos jóvenes, quienes vienen organizando el andamiaje de un futuro Partido Comunista europeo por medio de Ikasle Abertzaleak, Gazte Koordinadora Sozialista (GKS), las mujeres socialistas de Itaia, el Consejo Socialista de Euskal Herria (EHKS), Organització Juvenil Socialista (OJS), Coordinadora Juvenil Socialista (CJS) y la Coordinadora da Mocidade Socialista (CMS), se vienen lanzando frenéticamente a una militancia total ante la expectativa de un nuevo ciclo revolucionario; última oportunidad para la revolución socialista mundial y el Estado-comuna socialista.

Este libro, auténtico vademécum de la extrema izquierda, ofrece al lector, también, una amplia exposición de las propuestas estratégicas de dichas organizaciones a partir de sus propios documentos programáticos, lo que permitirá al lector una buena comprensión de tan inesperado como relevante fenómeno político-social juvenil.

«Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo»
(Manifiesto Comunista, Karl Marx y Friedrich Engels, 1848)

«Solo la acción política independiente y revolucionaria del proletariado global puede sacar a la humanidad de la encrucijada que vive entre tambores de guerra, crisis económica y destrucción medioambiental. Necesitamos convertir la barbarie capitalista en una sociedad de personas libres, y las fuerzas productivas de la humanidad en un medio para el pleno desarrollo de todas y todos. La recomposición de un proletariado, hoy fragmentado y débil, en clase política revolucionaria es por tanto la más inmediata de las grandes tareas de nuestro tiempo».
(Coordinadora Juvenil Socialista, de la presentación de su Propuesta política para la juventud trabajadora, 2024)

INTRODUCCIÓN

Un nuevo sujeto político se viene configurando en Vascongadas y Navarra, desde hace unos años y de manera creciente, rivalizando en la hegemonía callejera con la propia izquierda abertzale de la que procede. Nos referimos a Gazte Koordinadora Sozialista, más conocida por su sigla GKS, embrión de otras estructuras alineadas con su presupuestos políticos comunistas, caso de los Consejos Socialistas (EHKS a nivel de toda Euskal Herria), la red de mujeres socialistas Itaia, el Sindicato de Vivienda Socialista y, en su conjunto, el autodenominado Movimiento Socialista (MS), quien engloba todas las anteriores, presentadas como andamiaje de un futuro partido comunista internacional.

De  factura  administrativa   alegal,   su   origen   radica en una de las diversas fracturas sufridas  por  la izquierda abertzale, una vez ETA abandonara la lucha armad a optando estratégicamente por la participación institucional. Este movimiento disidente  evolucionará, tan rápida como decididamente, hasta el punto de autoconcebirse como protagonista generacional de un nuevo paradigma político en ruptura con la izquierda abertzale originaria. Y se visibilizará definitivamente con la crisis sufrida por el histórico sindicato estudiantil Ikasle Abertzaleak, organización mayoritaria en los campus universitarios vascos y navarro desde hace décadas, así como en gran parte de los centros educativos públicos de aquellos territorios, algunos de los cuales saltarían a la notoriedad mediática cuando nutridos grupos escolares homenajearían, en sucesivas convocatorias, a los presos y muertos de ETA, en las instalaciones de sus propios centros; caso, por ejemplo, del célebre, por tamaña circunstancia, Instituto Iturrama en Pamplona.

Ikasle Abertzaleak rompió con el oficialismo abertzale allá por 2018, por entender que Amado Otegi y su partido Sortu estarían dilapidando el bagaje revolucionario del MLNV, al  optar  mayormente  por  el  posibilismo  institucional y la gestión reformista del sistema,  abandonando  por ello, según aquellos jóvenes críticos, su perspectiva revolucionaria y de clase y el programa comunista. Desde aquella escisión estudiantil se alumbraría, poco después, con las aportaciones de otros muchos ex­ militantes procedentes de las demás entidades juveniles abertzales, ese nuevo sujeto político que en País Vasco y Navarra se denomina Gazte Koordinadora Sozialista (GKS, Coordinadora Juvenil Socialista, en su traducción); una realidad muchas veces enfrentada a la izquierda abertzale clásica u oficial, incluso llegando a las manos, en su decidida apuesta por «la organización independiente de la clase trabajadora vasca en su lucha por la emancipación proletaria» y «la lucha contra el partido de la burguesía vasca». Su programa es, por tanto, netamente comunista; si bien todavía no se proclama partido comunista como tal.

La progresiva incorporación en esta corriente de militantes más veteranos, al superar sus estudios universitarios e incorporarse al mercado laboral, les generó la necesidad de levantar nuevas estructuras intergeneracionales, siendo el caso de los denominados Kontseilu Sozialista (Consejos Socialistas) de diversas localidades y comarcas, que se federarían en el Consejo Socialista de Euskal Herria (EHKS), portavoz del conjunto del Movimiento Socialista y embrión de un futuro partido comunista de nuevo cuño.

En el desarrollo de su constante trabajo político, sectorial y comunitario, estas estructuras militantes se vienen esforzando en una exigente y dogmática formación marxista, de ahí la importancia que otorgan a sus acciones educativas de todo tipo, especialmente a sus encuentros masivos, caso de los anuales Gazte Topagune Sozialista (Encuentro de Jóvenes Socialistas) en los que habrían  participado,  en la convocatoria  de 2024, hasta 10.000 jóvenes, según los recuentos más optimistas; un número superior, en todo caso, al alcanzado en los eventos análogos organizados por sus ex-correligionarios de Ernai, las juventudes de Sortu, ahora feroces rivales. A este trabajo de formación doctrinal, enmarcado en una intensa y continua dinámica militante de índole comunitaria, hay que sumarle la elaboración y difusión de sus documentos programáticos, numerosas producciones audiovisuales a base de debates y sesudos análisis doctrinales y de actualidad, así como una notable producción de otros textos de carácter teórico, especialmente a través de Gedar, su portal oficial en Internet, y la revista Arteka.

En una primera impresión, todos estos materiales doctrinales resuenan, a estas alturas del siglo XXI, no poco dogmáticos y vetustos, más propios acaso de las plomizas y casi por completo olvidadas elucubraciones que caracterizaron, hace ya décadas y en un contexto geopolítico muy distinto, a ETA Berri y el ulterior EMK, por ejemplo, o a las escisiones trotskistas de ETA. No obstante, vienen incorporando a sus trabajos continuas referencias a epifenómenos propios de la presente coyuntura política y social, como son la precarización del mercado laboral y de las condiciones de vida en general, que afecta especialmente a los jóvenes, así como análisis, denuncias y propuestas respecto a su casi imposible acceso a la vivienda, las dificultades existentes en las relaciones entre ambos sexos, que pretenden sean igualitarias y liberadoras, los nuevos conflictos geopolíticos, etc., etc.

Pero este novedoso fenómeno político, que conviene diferenciar de otras disidencias procedentes de la izquierda abertzale, caso del «Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión» que bien podría calificarse como meramente nostálgico de ETA y su MLNV, ha saltad o por imitación al resto de España, arrastrando a compactos y numerosos grupos juveniles de entusiastas militantes marxistas, en diversos territorios y sucesivas oleadas; de manera que ya puede rastrearse su activismo y presencia en gran parte de la geografía española. Y todo ello hasta el punto de poder afirmarse que el Movimiento Socialista constituye hoy la principal fuerzas marxista-revolucionaria española -y no únicamente en su ámbito juvenil, pese a su procedencia- a la izquierda de Podemos y Sumar.

Todas estas nuevas organizaciones juveniles, así como sus sindicatos de vivienda socialista, los espacios de encuentro, sus centros socialistas, junto a su correspondiente trabajo militante, vienen configurando al que ellos mismos denominan -ya lo hemos visto- como Movimiento Socialista; una realidad organizativa y humana inesperada que constituye una rompedora novedad en el espacio de la extrema izquierda por diversas circunstancias. 

En primer lugar, por tratarse de un movimiento casi exclusivamente juvenil, lo que podría interpretarse como auténtica ruptura generacional y proletaria; circunstancias que no fueron determinantes en la configuración de otros movimientos sociales previos, caso del generado en el entorno de las protestas sociales del 15-M. 

En segundo lugar, por tratarse de un fenómeno de voluntad, conciencia e identidad netamente comunista; si bien, nacido de manera autónoma de las diversas tradiciones comunistas históricas, ya fuere la soviética, la maoísta, o la de otros actores igualmente periclitados, como el titoísmo o el trotskismo, que mal que bien, aún siguen disponiendo de mínimos partidos emuladores un poco por todas partes. 

En tercer lugar, el joven Movimiento Socialista ha alcanzado, en su breve existencia, una capacidad de movilización inédita en el seno de la extrema izquierda española, a pesar de hacerlo mayormente en solitario; desbordando en activismo a cualquier otra organización supuestamente rival. Recordemos que, a partir de su fulgurante relanzamiento, a partir de los movimientos sociales que confluyeron o se generaron en el 15-M, la  extrema izquierda, pese a su desconcertante fragmentación orgánica y prototípicas luchas cainitas, siempre ha mantenido una notable presencia callejera; no tanto en las desplegadas ritualmente con motivo de sus convocatorias clásicas, caso de las celebraciones anuales del 1º de Mayo o del 14 de Abril republicano, como con las diversas Mareas (verde, blanca, azul...) espoleadas por un enrevesado amasijo de organizaciones de desigual calado. 

En cuarto, y último lugar, por tratarse de un fenómeno que parecía circunscribirse inicialmente a Vascongadas y Navarra, territorios de actuación de la izquierda abertzale y el nacionalismo vasco radical; si bien sería observado y analizado muy tempranamente e imitado finalmente por otros colectivos de jóvenes descontentos con la praxis de las organizaciones en las que se iniciaron y foguearon política y socialmente, ya fueren de cariz nacionalista (caso de los jóvenes escindidos desde Arran o Purna) o comunistas de manera explícita (los procedentes desde las juventudes del histórico Partido Comunista de España, la UJCE).

Este homogéneo conjunto de organizaciones también presenta una serie de interrogantes, si bien ya hemos anticipado algunas claves y respuestas: ¿de dónde vienen?, ¿qué pretenden?, ¿porqué rechazaron los cauces orgánicos y mentales de sus mayores?, ¿cómo redescubrieron el marxismo?, ¿qué objetivos tácticos y estratégicos se plantean para el futuro? Pero se nos ocurren también otros. Así,  semejante vocación  comunista,  ¿es sincera? ¿Optarán por la vía parlamentaria o por la insurrecciona!? ¿Cuáles son sus documentos teóricos de carácter táctico y estratégico? ¿Quiénes son sus líderes? ¿Qué valoración realizan de las diversas expresiones de violencia política que ha practicado el comunismo por todo el mundo, a lo largo del siglo XX, desde que transitara decididamente los caminos de la guerra civil rusa?

El volumen que tiene entre sus manos, amable lector, pretende responder, desde la modestia de nuestro intento, todos estos interrogantes. Y a usted corresponde juzgar su resultado.


El auge de una nueva generación de jóvenes comunistas intransigentes que rompe con la izquierda abertzale y busca un nuevo ciclo revolucionario

La violenta incursión en el campus pamplonés de la Universidad de Navarra, el pasado jueves 30 de octubre, a cargo de varios centenares de encapuchados movilizados al compás de consignas «antifascistas», recordó a la opinión pública española que la kale borroka no había muerto. Sin embargo, la violencia callejera «antifa» no es competencia exclusiva de Vascongadas y Navarra. Recordemos, así, los incidentes acaecidos en la pasada Vuelta Ciclista a España, especialmente a su término en Madrid; pero también los fuertes enfrentamientos con la policía cuando miles de personas protestaban por el desalojo de la Antiga Escola Massana del Raval barcelonés el 29 de enero último.

La pregunta que alarma es si existe alguna relación orgánica entre todos estos hechos. Ciertamente, lo usual en el análisis es repetir los tópicos habituales: «nunca se fueron», «aquellos jóvenes consolidaron en las calles la labor institucional de EH Bildu», «los antisistema anticipan los comportamientos de las izquierdas caso de perder las próximas elecciones», etc., etcétera.

El libro nos ofrece a través de su título buenas pistas acerca de su contenido. Así, su primer término, «Bolcheviques», nos orienta hacia un sujeto colectivo que pretende transformar la realidad, un siglo después, desde pretensiones revolucionarias idealizando la figura de Lenin y asumiendo su teoría insurreccional y organizativa. La frase que le sigue, «De ETA al Movimiento Socialista», nos marca la génesis y la sorprendente evolución de varios miles de jóvenes que, fogueados en el ecosistema sociopolítico característico de la contrasociedad abertzale vasconavarra, rompen con sus mayores para entregarse a una retórica y acción inequívocamente comunistas, hasta el punto de juzgar al nacionalismo vasco, incluido el abertzale de Sortu, como una «ideología burguesa que ha traicionado y dividido a la clase obrera». Por último, «El rearme del comunismo», establece el marco de comprensión de un fenómeno que se extiende al resto de España con la mirada puesta en un «nuevo ciclo revolucionario».

Este nuevo texto de Fernando Vaquero refleja un enorme trabajo de recopilación de datos, investigación y análisis, que presenta al lector una visión novedosa y primera de un tema hasta ahora no tratado, como es la génesis de una nueva izquierda revolucionaria. La investigación se ha llevado a cabo tras un proceso de seguimiento de las organizaciones juveniles comunistas que, desde 2018, se han extendido rápidamente por toda la geografía española (Gazte Koordinadora Sozialista, Itaia, Consejo Socialista de Euskal Herria, en primer término; Coordinadora Juvenil Socialista, Organització Juvenil Socialista, Coordinadora da Mocidade Socialista, poco después); a partir de otras sucesivas escisiones sufridas por el PCE o la CUP, por entenderlas sus protagonistas como «revisionistas», «socialdemócratas» y, en definitiva, «traidoras». La vieja retórica bolchevique-leninista.

Ciertamente, sorprende a estas alturas de la Historia cómo es posible que miles de jóvenes españoles se incorporen a un proyecto revolucionario que pretende, nada menos, que destruir al Estado burgués para implantar un Estado totalitario socialista. ¿No se trata de una utopía descartada por la Historia tras la caída del Muro de Berlín?

Es por todo ello que, apoyándonos en el trabajo del presente libro, podemos afirmar que, con un alcance imprevisible, el fantasma del comunismo vuelve a recorrer Europa, encarnado en una generación de jóvenes revolucionarios españoles empeñados en resucitarlo, a pesar de la historia, y edificando pacientemente un andamiaje de organizaciones sectoriales que prefiguren un futuro Partido Comunista Internacional de ámbito europeo y «de ofensiva».
En el momento actual sorprende la capacidad de movilización de estos nuevos militantes que se han convertido en la máxima amenaza de la izquierda radical en España, cuyos miembros habitualmente, después del fracaso electoral, se empesebraban en posiciones socialdemócratas, como desde las protestas del 15-M hemos visto en la evolución de los comunistas revolucionarios de Podemos y Sumar.

En esta obra, se contempla la historia detallada del nuevo ciclo político de la izquierda abertzale y sus disidencias, su frenética actividad, medios de difusión, su opaco liderazgo, su abordaje del feminismo, su visceral antifascismo, su particular recepción del ecologismo y otros movimientos sociales de factura generalmente interclasista, junto a una amplia reseña expositiva de su propuesta estratégica a partir de sus propios documentos programáticos. Todo ello orientará al lector sobre tales aspectos y cuantos otros permitan una comprensión total de este inesperado fenómeno político-social juvenil.

Nadie mejor que su autor, el navarro Fernando José Vaquero Oroquieta, autor ya conocido por los lectores de esta sección de El Debate por sus libros sobre el nacionalismo vasco, el terrorismo de ETA, y las maniobras de todos ellos en sus reiterados intentos de distorsionar la Historia para justificar sus posiciones ideológicas.
Fue Marx quien pronunció aquella sentencia tantas veces repetida –como sacada fuera de contexto– que dice que «la historia se repite dos veces: primero como tragedia y después como farsa». Paradójicamente, son sus seguidores más intransigentes y noveles quienes consideran que aquella no va con ellos, pues la revolución comunista, con sus avances y retrocesos, se presentaría aún hoy como inevitable..., siempre desde una pretendida ciencia marxista.


En cinco minutos, porqué debería interesarte el último libro de Fernando Vaquero editado por Pompaelo. Pista: trata del nuevo movimiento juvenil revolucionario que agrupa a las antiguas juventudes batasunas, de la CUP y del Partido Comunista... y que está creciendo y extendiéndose. Los nuevos radicales no son los que te estaban contando.



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