EL Rincón de Yanka: LIBRO "FRANCO: UNA BIOGRAFÍA PERSONAL Y POLÍTICA" por STANLEY G. PAYNE y JESÚS PALACIOS

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lunes, 4 de agosto de 2025

LIBRO "FRANCO: UNA BIOGRAFÍA PERSONAL Y POLÍTICA" por STANLEY G. PAYNE y JESÚS PALACIOS

FRANCO
UNA BIOGRAFÍA 
PERSONAL Y POLÍTICA

En plena segunda década del siglo XXI y casi 40 años después de su muerte, Franco y su larga dictadura aún no han quedado totalmente relegados para la Historia, sino que continúan levantando encendidas pasiones, al menos entre una parte de sus compatriotas. Aunque hay numerosos trabajos sobre Franco, y no se puede esperar que ninguno de ellos cierre definitivamente el estudio sobre una figura tan compleja y polarizada, nosotros hemos llegado a la conclusión de que era el momento de hacer un nuevo esfuerzo de descripción y evaluación. Hemos tenido acceso a un buen número de nuevas fuentes, desde la documentación del archivo de la Fundación Nacional Francisco Franco y el testimonio personal de su hija Carmen Franco Polo, duquesa de Franco —a partir de las entrevistas que mantuvimos con ella en enero de 2008—, hasta la abundante información procedente de nuevas fuentes secundarias. Nuestros lectores podrán juzgar si aportamos aquí datos significativos para la comprensión de la época de Franco en la historia de España.
En el 50 aniversario de la muerte de Franco

Esta biografía es el primer estudio objetivo y desapasionado sobre la figura que gobernó España durante casi cuarenta años y que se convirtió en el líder político con mayor poder de la historia del país.
Sobre Franco y su dictadura se han escrito numerosos libros, pero generalmente polarizados hacia la hagiografía o la crítica de denuncia incompleta. Los autores, reconocidos historiadores, han creado una obra a partir de una profunda investigación en fuentes primarias. Esta es la primera biografía académica rigurosa que presenta a un Franco auténtico en término objetivos, que describe sus años de infancia y adolescencia, su relación con las mujeres y su vida personal y de familia, su papel en la rebelión militar, la forja de su dictadura, su política tortuosa y de máxima tentación con el Eje en la Segunda Guerra Mundial, su metamorfosis política, sus relaciones con don Juan y Juan Carlos, sus incertidumbres en la sucesión de la jefatura del Estado y su negativa a fabricar la bomba atómica. Y es la primera biografía seria que dedica un capítulo entero a su responsabilidad y dirección en la represión de la posguerra.

«Por fin se nos presenta una obra objetiva 
y equilibrada y, sobre todo, desapasionada… 
Es sin duda una de las mejores… 
Franco cuenta con su propio estudio académico serio». 
Robert Stradling

PRÓLOGO


“Hace 50 años que falleció Francisco Franco y, sin embargo, su figura se ha convertido en el actor político más importante de la España actual para el presidente Pedro Sánchez, su gobierno, las izquierdas y los grupos separatistas, incluido el terrorista vasco. En esto participa también el principal partido de la oposición, el liberal conservador Partido Popular, que bien por inacción, claudicación o complicidad con el Partido Socialista, ha contemporizado con este espectáculo destructivo…” Así comienza el prólogo especial que, para la nueva edición de Franco, una biografía personal y política, hemos escrito el profesor Stanley Payne y yo bajo el sello de La Esfera de los Libros.

La figura de Franco ha marcado de manera indeleble la Historia Contemporánea de España y, sin embargo, sigue siendo un gran desconocido para las nuevas generaciones, o simplemente demonizado y criminalizado por el sectarismo político del Partido Socialista y las izquierdas en general, con la complacencia pasiva del Partido Popular. La nefasta clase política que está en el poder, pero que no gobierna, ha hecho de España un estado fallido, y la propaganda demagógica busca destruir su mito y su obra.

Esto, por mucho que lo han intentado tergiversando las páginas de la historia, no lo han podido conseguir, de ahí la necesidad de traer a Franco a la escena política de la lucha partidista actual en un burdo señuelo de confrontación y polarización social. Se trata sin duda alguna de una aberración. Y por mucha inquina y resentimiento vertido en las leyes de odio de las memorias histórico-democrática, no podrán anular que España creó después de dos milenios una de las historias más trascendentales de cualquier país en el mundo en la personalidad de Francisco Franco.

La propaganda de la manipulación izquierdista achaca a Franco que fue un conspirador durante la Segunda República. No existe ningún dato veraz que lo pruebe. Franco nunca fue actor ni protagonista directo en la política. Su actitud estuvo marcada por la prudencia ante los bruscos cambios del régimen. Aceptó la legalidad republicana a pesar de su personal aversión. Y si bien es cierto que durante la violencia revolucionaria del Frente Popular en la primavera del 36 mantuvo contacto con colegas de armas que estaban conspirando, siempre fue partidario de buscar una solución política, hecho que intentó hasta el último momento. Y si finalmente se unió a la rebelión cívico militar fue porque tras el crimen de Estado de Calvo Sotelo y la destrucción del orden constitucional, era mucho más peligroso no rebelarse que rebelarse. Por sus dotes de mando y liderazgo militar aglutinó a distintas fuerzas contrarrevolucionarias, para llegar a convertirse en la máxima figura del bando sublevado y, después, en jefe indiscutido del nuevo régimen.

Durante su liderazgo puso fin a la cruenta y devastadora Guerra Civil revolucionaria, derrotó completamente al Frente Popular, que había acabado con el último atisbo de democracia y de libertad en la Segunda República y saqueado una gran parte del país, destruyendo su economía e intentando exterminar el catolicismo español, para llegar a crear con firmeza una nueva unidad nacional. Mantuvo a España fuera de la guerra mundial y llevó a cabo un enorme proceso de reconstrucción, que durante veinte años fue posible sin ayuda extranjera, superando los años de condena internacional y en una parte de aislamiento.

Después, y a lo largo de veinticinco años, consiguió la definitiva modernización de España, una asignatura pendiente durante más de tres siglos tras el ocaso del imperio español. Y durante el gran desarrollo industrial de los años sesenta y setenta creó instituciones y leyes que, no siendo del todo su objetivo, permitirían el surgimiento de una nueva cultura. Con Franco se dio por vez primera en la historia el hecho de que una dictadura evolucionada a sistema autoritario, se transformara después de casi cuarenta años en una democracia constitucional por sus propias instituciones de un modo legal.

Estos hechos son los que han provocado la reacción de odio en unos responsables políticos que, sin haber pertenecido a las generaciones de la guerra civil y la posguerra, y que ni siquiera conocieron el franquismo, decidieron asumir ser los derrotados, desatando unos absurdos deseos de venganza sobre muertos. También Franco cometió algunos errores importantes durante su mandato. Al menos dos de ellos fueron notables; de un lado, impidió que se desarrollara el programa nuclear al paralizar el “Proyecto Islero”, cuando estaba en una fase muy avanzada, que, al inicio de los setenta, hubiera convertido a España en potencia atómica. El segundo error fue designar su sucesor al príncipe Juan Carlos, en la confianza de que los cambios que se harían tras su óbito, mantendrían lo principal de las estructuras del régimen. Sin embargo, Juan Carlos, que engaño a todos, llevó a cabo de forma tan improvisada como acelerada, la ruptura total con el régimen y con la persona que lo había hecho rey, para hacer de España un estado plurinacional bajo una democracia liberal.

Sin embargo, el proceso inicial de la Transición fue modélico, si bien tutelada por Norteamérica. Dicho proceso fue obra de los reformistas internos y externos del régimen, en el que para nada participaron los grupos de izquierdas y separatistas, que intentaron torpedearlo, y sólo se sumaron al mismo tras la convocatoria de las primeras elecciones del 15 de junio de 1977. El gran éxito de la Transición fueron las dos Leyes de Amnistía de 1976 y 1977, que buscaban pasar página a los conflictos, violencia y crímenes del pasado en beneficio de la convivencia y de la reconciliación de los políticos, únicamente, puesto que la sociedad en general ya estaba reconciliada en los años sesenta.

Sin entrar a detallar los tres agujeros negros de la Transición; magnicidio de Carrero Blanco, 23-F y 11-M, durante los primeros quince años de la Transición la clase política respetó no hacer afrenta de los hechos pasados ni exigir cuentas ni venganza sobre ellos a los adversarios políticos. Un asunto para los especialistas e historiadores. Pero durante la campaña electoral de 1993, Felipe González, que gobernaba en minoría y ante el temor fundado de perder las elecciones, sacó a relucir por vez primera el fantasma de Franco al asociar a la derecha con el franquismo, asegurando que votar al PP era volver al régimen de Franco. Ante tal estigma El PP se doblegó y renunció a la batalla ideológica y de las ideas, cediendo a la izquierda el control del debate y una falsa superioridad moral que el Partido Socialista ha explotado al punto de convertir en inútil e inane la oposición conservadora, hasta forzarla, incluso, a que el presidente Aznar en 2002, gobernando con mayoría absoluta, expresara su reconocimiento a quienes ‘padecieron represión durante la dictadura franquista’.

Tras ello el PP ha permanecido sumido y entregado en la pasividad o continuando las leyes socialistas de las memorias y otras sin atreverse a modificarlas ni derogarlas. Y ello pese a ser leyes sovietizantes, no tener precedente histórico en ningún otro país, bendecir la violencia y crímenes del Frente Popular, acusando de las peores aberraciones al bando vencedor, a Franco y su régimen, deshumanizando a una gran parte o a más de la mitad de la población. La nueva edición de la biografía de Franco ha tenido diversas ediciones en lengua inglesa y en lengua china. Y amplias y numerosas reseñas críticas positivas; como las del historiador y ensayista Walter Lacqueur: “bien podría ser la obra definitiva”, o la del hispanista Robert Stradling: “Es sin duda una de los mejores… Franco cuenta con su propio estudio académico serio”.
También negativas, como las recogidas en un número de la revista Hispania Nova, entre ellos Ángel Viñas, quien además nos dedicó al profesor Payne y a mí más de doscientas entradas en La otra cara del Caudillo. Por todo ello, y pese a quienes lo utilizan como escudo de su vesania, Franco es un gigante de la historia. Y así será reconocido. Pese a la furia y odio de psicópatas como Pedro Sánchez, quien más pronto que tarde será relegado al basurero corrupto y más negro de la historia.
***
El ensayo de Stanley Paine y Jesús Palacios "Franco, a personal and political biography" (The University Wisconsin Press, Madison, 2014) o su versión en español "Franco. Una biografía personal y política" (Espasa, Madrid, 2014) ha sido presentado como una versión definitiva y equilibrada de la vida del dictador español Francisco Franco. En historia es difícil hablar de definitiva, pues siempre podemos encontrar una fuente más que ilumine sobre el pasado. Pero aún es más difícil hablar de equilibrada, sobre todo, al tratar sobre un personaje contemporáneo, con quien aún hay mucha gente que convivió y, por ello, pueden tener una opinión de primera mano (válida o no, tergiversada o no). Sin embargo, sí que hay que reconocerle una virtud al trabajo de Paine y Palacios. Tratan de utilizar la mayor cantidad posible de fuentes, desmontando mitos, que pueden venir tanto de la extrema izquierda (claramente contraria a Franco), como de la extrema derecha (favorable al dictador). El primer punto interesante a rescatar es la parte personal. Bien es cierto que los autores contaban con la ventaja de una publicación previa, "Franco, mi padre" (Esfera de los Libros, Madrid, 2008), donde recogían el testimonio directo de Carmen Franco, la hija del Caudillo. Pero, además, han buceado en otros muchos textos de gentes allegadas al dictador que fueron dando sus impresiones cercanas, hasta ofrecernos un retrato que parece fidedigno. 

Franco resulta así como un hombre tenaz que pudo suplir ciertas carencias (su baja estatura, su voz aflautada) a fuerza de ser riguroso y exigir ese rigor de sus subordinados. Amante de la literatura, aunque llegó a contar con un amplia biblioteca, más de 8000 ejemplares, sin embargo, consideraba que bastaba con leer dos o tres ensayos para dominar un tema, algo que tendrá un alto precio en cuestiones como la economía, donde tardó años en dejarse convencer sobre las virtudes del liberalismo. Hombre tradicional, nada mujeriego, practicaba un catolicismo de misa semanal, pero sin exageraciones (su esposa sí era mucho más “cachureca”). Su trayectoria política resulta aún más interesante con las nuevas luces que han dado Payne y Palacios. El estratega militar de Marruecos se convierte en un funcionario militar relativamente gris hasta su toma del poder absoluto en la Guerra Civil española, que le lleva a codearse en los años posteriores con los otros jefes de Estado totalitarios, Hitler y Mussolini, hasta que la derrota de éstos, le obliga a Franco a mantener un perfil bajo durante una larga década, de la que sale bajo el auspicio de los Estados Unidos, hasta lograr una especie de milagro económico español, que termina por limpiar el historial de sus años de autarquía. 

Palacios y Payne van comparando, acertadamente, esta trayectoria política con otros hechos contemporáneos. La guerra de Marruecos le dio mucho lustre a Franco, pero fue una guerra menor. El apoyo estadounidense a Franco fue el resultado de la Guerra Fría que no alguna cualidad excepcional del dictador. El milagro económico español fue como el milagro económico chino actual, pero avant la date (antes de la fecha), demostrando como la economía puede mejorar aún bajo un gobierno totalitario.

Y quizás aquí viene la debilidad principal del texto de Payne y Palacios: el régimen de Franco fue una dictadura, por buenas medidas económicas y sociales que tomara. Es cierto que en 1939, España se debatía entre una dictadura fascista y una comunista. Pero en 1945, habría sido posible establecer una democracia liberal en España igual que se hizo en Francia (tras cinco años de Petain), Alemania (tras doce años de Hitler) o Italia (tras veintitrés años de Mussolini). A su vez, los autores comparan el nivel de corrupción de España durante la dictadura y en la democracia posterior, olvidando un dato clave. Más allá de los casos de corrupción vinculados a la evasión fiscal, hubo un segundo tipo, el de los privilegios con los que contaron los “vencedores” de la guerra sobre los “vencidos”, que se mantuvieron durante todo el régimen y que han pasado a formar parte de los discursos exacerbados que mantienen hoy la extrema izquierda española. Finalmente, hay una referencia a la educación, considerando que los niveles de formación alcanzados en los años de la dictadura no tienen nada que envidiar a lo logrado en la democracia, pecando de una debilidad evidente: educarse con un gobierno totalitario es educarse sin libertad y estar, con ello, condenado al retraso. Con todo, por esa razón, un libro como el de Payne y Palacios resulta interesante, porque trata de romper aquellos mitos que coartan la libertad, en este caso, de debate.

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Jesús Palacios, autor de 'Franco, una biografía personal y política' -26 septiembre 2014-


FRANCO
EL PERFIL DE LA HISTORIA 

Franco (Stanley Payne) by Bitácora PI