EL Rincón de Yanka: LIBRO "LA CONSTRUCCIÓN DE LA AMÉRICA HISPÁNICA" y "La Academia de la Historia tendría que pedir perdón a España por permitir el triunfo de la leyenda negra" por CESÁREO JARABO JORDÁN

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viernes, 15 de agosto de 2025

LIBRO "LA CONSTRUCCIÓN DE LA AMÉRICA HISPÁNICA" y "La Academia de la Historia tendría que pedir perdón a España por permitir el triunfo de la leyenda negra" por CESÁREO JARABO JORDÁN


LA CONSTRUCCIÓN DE LA
AMÉRICA HISPÁNICA

El legado civilizador de España
en el Nuevo Mundo


Una obra monumental que revela el genio organizativo, jurídico, científico y humano de la España imperial. De la Casa de Contratación al traje espacial, una herencia que transformó el mundo.
Esta obra meticulosa documenta el extraordinario legado institucional, jurídico, científico y cultural que España estableció en los territorios americanos durante su época imperial. El lector descubrirá el funcionamiento de instituciones clave como el Consejo de Indias, la Santa Hermandad o el Juzgado General de Indios, al tiempo que comprenderá la verdadera dimensión de acontecimientos como la Controversia de Valladolid o la Real Expedición de la Vacuna.
La Corona española implantó un sofisticado sistema de gobierno que reconocía derechos fundamentales a los indígenas, creaba figuras como el Protector de Indios y establecía tratados formales con los pueblos originarios. Brillan con luz propia innovaciones jurídicas como el juicio de residencia, junto a avances científicos en campos como la cartografía, la navegación o la medicina.

UN IMPERIO QUE LEGISLÓ A FAVOR DE LOS MÁS DÉBILES,
DEBATIÓ SOBRE LA LEGITIMIDAD DE SUS PROPIAS CONQUISTAS Y
COMPARTIÓ SUS DESCUBRIMIENTOS CON TODA LA HUMANIDAD.

Esta obra invita a redescubrir la verdadera dimensión de la presencia española en América: una potencia que construyó una sociedad nueva donde convergieron mundos, lenguas, razas y credos, adelantándose siglos a su tiempo en el reconocimiento de derechos humanos y en el desarrollo del conocimiento científico.
Este libro es un arma cultural poderosa contra la autocensura, el relativismo y la desmemoria. Una llamada a redescubrir la Hispanidad como modelo histórico alternativo frente a la globalización deshumanizante. Una obra imprescindible para quienes no aceptan que se pida perdón por lo que fue, sencillamente, grandioso.
«España no llevó solamente su espada, llevó su alma. No impuso solamente leyes, sembró civilización». Paul Claudel, poeta y diplomático francés.

PRÓLOGO

El prólogo de un libro se concibe comúnmente como una reflexión, una exposición introductoria o incluso una síntesis —que a todo prologuista honra— con el propósito de hacer una aproximación al lector de la obra y sobre su autor. Este es el propósito que me anima y en ambos casos, obra y autor, debo anticipar que estamos ante dos elementos muy sobresalientes que merecen toda consideración. 

La Historia de una gran comunidad como es la hispanoamericana puede servir de lastre o de revulsivo para las generaciones presentes o futuras. El autor pretende lo segundo y doy fe que lo consigue, haciendo justicia del reconocimiento al ímprobo esfuerzo de generaciones de nuestros antepasados que pusieron por delante el beneficio colectivo al bienestar personal. Los orígenes singulares y magnos fundamentos que engendraron esta ingente labor colectiva no deja dudas pues es constatable que su principal pretensión no fue otro que el progreso, no solo material de la comunidad que se alcanzó con altas cotas a las puertas de las independencias americanas, sino también de excelencia en lo espiritual, lo político y lo cultural. 

La expedición que organizó Colon en 1492 con el apoyo inestimable de la Reina Isabel I de Castilla y el establecimiento de bases sólidas de una civilización que concretaron con el paso de los años los súbditos españoles en América constituyó, no solo un cambio rotundo en el porvenir de los reinos de la península ibérica, un impulso para la cristiandad sino además un cambio trascendental de la Historia de la Humanidad. Si digo bien, de la Humanidad. Los habitantes de la tierra desconocían algo tan asumido en nuestros días como los límites, las características geográficas y hasta la forma de nuestro planeta. Esta asombrosa gesta, esta proeza humana abarcando la comprensión de la misma realidad del globo terráqueo que propició la Corona de Castilla en 1492 no tiene parangón en cuanto al reto humano y tecnológico de la época, del anisa exploradora de los hombres españoles y portugueses en la Historia de la Humanidad, por ello estos capítulos del pasado se merecen cuando menos una atención adecuada, un interés consistente y constante, y un trato riguroso que, en ocasiones o me atrevería a decir incluso con demasiada frecuencia, no se da por razones espurias, ocultación torticera, por conveniencia ideológica, geoestratégica, política o por simple desidia. 

Por esta razón, el simple hecho de atreverse a la apasionante experiencia de investigar, documentar, redactar, revisar, y escribir un libro de esta naturaleza es un motivo de satisfacción, o más bien diría yo de admiración, pero además nos parece una cuestión de necesidad. 
El lector tiene en sus manos un trabajo concienzudo, serio y riguroso como los que nos tiene acostumbrado el autor haciendo justicia a la grandeza de dicha gesta española. La prolífica actividad intelectual de Cesáreo Jarabo en la edición de nuevos trabajos de referencia como el que nos ocupa, así como en la divulgación es incansable asumiendo contra viento y marea, el esfuerzo silencioso, fértil y espartano por divulgar el conocimiento honesto del pasado, la defensa de la verdad histórica y la recuperación de la memoria colectiva hispánica tan maltratada cuando no groseramente vilipendiada. 

Merecen ser expuestas algunas líneas más sobre su autor, que bien conozco y me honro en su amistad, así como esta obra. Cesáreo Jarabo es un extraordinario investigador, un apasionado divulgador de la historia y cultura española. Asume sin desmayo la ardua e incansable labor de estudio y divulgación de hechos históricos por noble espíritu de compromiso. Compromiso con la verdad histórica y la divulgación honesta, sincera del pasado. Sobresale siempre la meticulosidad con la que afronta cada trabajo sin dejar ningún episodio de nuestra singular historia en el olvido o condenado al ostracismo. Podría decirse que este compromiso es muestra de un profundo espíritu de rebeldía contra el mal trato al pasado hispánico y que en los tiempos que corren es tan necesario conocer bien. El mérito de este autor se agranda y es muy significativo porque en estos tiempos hay un vacío de conocimiento, extraño, sospechoso, ofensivo con las omisiones de numerosas universidades y centros académicos. Los mal pensados y otros dirán lo mejor informados pensaran quizás que tan lamentable trato académico tiene una intención «oculta»: conseguir que un pueblo sin pasado o en el mejor de los casos con un pasado bochornosamente distorsionado pierda el aprecio a si mismo y por lo tanto se convierta en un pueblo condenado a desparecer. Sin memoria colectiva, no hay autoestima y quien carece de vocación a defenderse incurre en una forma de inconsciencia que nos lleva a la muerte como diría Ramiro de Maeztu. Y esto el autor lo sabe bien. 

Respecto a lo que se refiere el contenido de esta magnífica obra, el lector va a encontrar un portento de erudición. Esta obra no deja ningún aspecto sustancial de ese pasado hispanoamericano en el olvido por lo que se convierte de facto en una obra de referencia. Se aborda con verbo firme, narración amena e inteligencia todos los aspectos que han determinado el devenir de los tiempos y que dieron forma a la historia de Hispanoamérica tal y como hoy la conocemos. La obra saca a la luz la esencia de nuestro ser. Se afronta con maestría de escribano versado la descripción de las instituciones elementales, las personalidades más notables, la economía, el ordenamiento jurídico de Indias, la ciencia, el legado de desarrollo y progreso. En definitiva, la labor civilizadora de España que se dejó, no solo el continente americano sino en islas del Pacifico como Filipinas o la Guinea Ecuatorial. 
El libro por lo tanto nos da muestra de un trabajo ímprobo de dedicación y esfuerzo que aspira cuando menos al reconocimiento de los ciudadanos intelectualmente más honestos.  
Este libro es un texto de obligado conocimiento para todos y bien harían los centros de enseñanza en darse cuenta de ello retomando un conocimiento sensato de nuestro pasado.

Además, la obra tiene una estructura óptima para alcanzar una correcta exposición de la visión verdadera y de conjunto de lo que ha sido la aportación de España a América —y de América a España— y por lo tanto al mundo. Un análisis cabal y pormenorizado de las singularidades, de las diferentes etapas de desarrollo, de las instituciones, de hitos históricos que definen un espíritu de grandeza de nuestros antepasados que favorecen la comprensión documentada de la realidad histórica y de nuestro ethos hispánico, es decir del conjunto de rasgos que constituyen nuestra comunidad hispánica llamada a los grandes retos de presencia en lo universal. 

Y para ir concluyendo, según escribo estas líneas y en estos mismos momentos me encuentro con la noticia (El Debate. 14/3/2025) que «El Instituto Cervantes abraza la “desconquista” española promovida por la presidenta por México». La noticia no sorprende a nadie en España por la suicida tendencia patria que sin pudor exhiben los poderes públicos cuando de hacer justicia histórica se trata y de romper una lanza en justicia por nuestro pasado. Los organismos oficiales llamados —en teoría— a la divulgación y defensa de la cultura española no se implican para nada en esta labor y, más bien por el contrario, se suman a cuantas campañas e iniciativas se produzcan para la estigmatización de lo hispano. Por esta razón se hacen más necesarias las investigaciones serias y escritores como Cesáreo Jarabo pues lo que no haga la sociedad civil hispanoamericana que es quien ha asumido la verdadera labor de estudio, defensa y difusión de la verdad histórica, no lo va a hacer nadie. 

Solo cabe decir para finalizar esta modesta introducción, que este libro le proporcionará mucho disfrute en su lectura, contribuirá a mejorar conocimientos y a redescubrir un fascinante pasado, pero lo que es más importante contribuirá a la forja de ciudadanos de ambos hemisferios más libres, juiciosos y bien formados. Que así sea.

Madrid, marzo de 2025
JULIO HENCHE 
Abogado y escritor


Cesáreo Jarabo Jordán (Gascueña, Cuenca, 1953) es licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad Autónoma de Barcelona. Autor de numerosos trabajos históricos, ha abordado a lo largo de los años temas tan diversos como Los Campamentos del Frente de Juventudes —su tesis de licenciatura—, la figura de Omar Ben Hafsún en la novela histórica El primero de los insurgentes, o la Primera República en El cantonalismo. Hispanista convencido, se ha adentrado en el estudio de los momentos de esplendor del Imperio español, así como en las causas de su decadencia y descomposición. 

Entre sus obras destacan 1898. Un hito en la gran traición y El final del Imperio de España en América, donde analiza el desastre de 1898 y sus implicaciones históricas. También ha publicado El aprendiz de Quijote, un ensayo en torno a la célebre obra cervantina. Su actividad se extiende al ámbito audiovisual, con una prolífica serie de vídeos en YouTube — bajo el título “Pensamiento hispánico”— en los que disecciona los elementos que conforman la génesis y evolución de la Hispanidad. Colaborador habitual en diversas publicaciones digitales, imparte conferencias y participa en debates en canales hispanistas, siempre con el objetivo de profundizar en la historia y el legado cultural del mundo hispano.

En esta entrevista, conversamos con él sobre su más reciente trabajo, La construcción de la América Hispánica, un exhaustivo compendio que analiza con detalle la génesis de la Hispanidad y su proyección humanística en el mundo. 

Usted es una persona bastante conocida y referencial en el elenco de personalidades que se dedican desde hace un lustro a difundir los valores de la hispanidad y su origen, desarrollo civilizatorio y derrumbe, sus causas y procesos. El libro que presentamos hoy ante nuestros lectores contiene una documentación y datos de tal envergadura que a mi parecer es un libro de consulta, con cierto sentido enciclopédico. 
¿Qué le ha inspirado a usted el escribir una obra que implica muchas horas de estudio y recopilación? La composición de este libro, casi casi, podemos decir que ha sido casual. Ha sido como el que encuentra algo que no buscaba.
Pero claro, encontrar algo que no se busca no deja de ser producto del trabajo, de la investigación. Es el caso que estoy en grupo de amigos de las historia que funciona en Internet bajo el nombre de “España en la Historia”. Es ahí donde el coordinador me dijo un día que por qué no escribía algo sobre Diego García de Paredes. Lo hice, y a partir de ahí cada semana aporté un nuevo personaje, siendo que esa labor me llevó a hacer lo mismo con acontecimientos que me parecían curiosos. Las semanas fueron pasando, y los artículos empezaron a contarse por centenares, lo que me llevó a ordenarlos por temas y presentárselo a mi editor, que de entrada rechazó todo lo que hacía referencia a cuestiones militares, y me dijo que agrupase lo que tenía hecho sobre cuestiones de ciencia, derecho y economía.
Eso me costo muy poco, y el resultado está recogido en el libro que recientemente ha sido publicado con el título de La construcción de la América Hispánica. 

¿Su libro va dirigido a algún grupo de lector específico? 
Mi libro sí va dirigido a un grupo de población específico: la Hispanidad, y mi objetivo es que el pueblo hispánico avente sus complejos y conozca su gloriosa historia. Se trata de un texto divulgativo, accesible, creo, a todos los niveles de formación. El lenguaje utilizado es cordial, fácil de leer, y sus 360 páginas, que para la cultura de mensaje breve a que estamos sometidos pueden parecer interminables, son salvadas por el hecho de que está compuesto por 115 artículos independientes, algunos de ellos relacionados entre sí. 

Usted, como yo mismo, tiene formación académica como pedagogo.
¿Qué pretende con el libro a los efectos de formación de las mentes en un momento como el presente de verdadero desierto cultural? 
Aunque ha resultado sin planteamiento previo, entiendo que la estructura del libro puede ser de alto interés pedagógico para gentes de todas las edades; para los mayores desacostumbrados al estudio y para los alumnos de secundaria. Y en todo caso para cualquier persona cuyo conocimiento de la historia se limite a lo que ha aprendido en la enseñanza reglada y a quienes asumen sin cuidado la producción cinematográfica, tanto extranjera como nacional. 

¿Considera usted que hay avances en el conocimiento de la Historia relacionada con el Imperio español y lo que supuso para la civilización occidental? 
Hay avances, sí, y ya hasta en algún sector del entramado educativo ha hecho mella la actividad cultural que se está produciendo desde el mundo hispanista. Incluso se puede encontrar en red un libro de Historia de España para alumnos de tercero de la ESO

Pero la labor es ingente, pues mientras personas en principio alejadas de la enseñanza de la Historia estamos luchando por difundir la verdad histórica, el Ministerio de Educación, sumiso a las instrucciones recibidas, mantiene unos curricula negrolegendarios, y la Academia de la Historia, que podía haberse hecho notar hace ya más de un siglo, parece que empieza a desperezarse, pero dando síntomas de amodorramiento. A pesar de esa actuación de las autoridades, resulta evidente que hay un creciente interés popular por el conocimiento de la Historia, y si bien no en los medios públicos de propaganda, que se mantienen firmes en su campaña negrolegendaria, la gente, y en especial la gente joven, empieza a preguntarse cosas, y eso es muy positivo. 

¿Es posible cambiar la sensibilidad de la masa de la población que ignora, incluso la génesis de la nación que ha alumbrado su ser como persona? ¿Se puede llegar a entusiasmar con una obra como la suya, verdaderamente erudita? 
No podemos caer en el triunfalismo. Sería nuestro primer enemigo, pero ciertamente entiendo que es posible revertir la situación. Por supuesto sería mucho más fácil si contásemos con los medios que en su momento contaron los instauradores de la leyenda negra y con los medios que cuentan hoy sus mantenedores. No tenemos ministerios, no tenemos medios públicos de comunicación, pero contamos con un medio sumamente potente como es Internet. Cierto que ellos, además de ministerios, editoriales y medios de comunicación también cuentan con potentes motores de Internet, pero el caso es que nosotros vamos tejiendo una red que cada día es más extensa y tupida, y con eso, de momento tenemos más que suficiente, ya que el crecimiento de los activistas culturales es exponencial mientras la confianza en los medios del sistema es cada día menor.
Además, la confianza que da conocer que el dato no puede ser vencido por el relato, posibilita que quién toma contacto con la realidad histórica se convierta en ferviente defensor de la misma. 

¿Qué mensaje de fondo quiere transmitir a través de su libro al posible lector? 
Quiero que el lector descubra algo de lo que yo estoy profundamente convencido y que cuando lo expreso llena de estupor a mi interlocutor, que hasta llega a dudar de mi salud mental: Fuimos grandes y fuimos libres, mientras hoy somos pequeños y somos esclavos. No debo adentrarme en hechos sucedidos a lo largo del siglo XVIII y del siglo XIX, atendidos en otro libro editado con anterioridad y titulado “El fin del imperio de España en América”; sin embargo son hechos que hoy pesan como una losa sobre el pueblo español. 

No debo adentrarme, pero lo voy a hacer, porque todo lo positivo que relato en La Construcción de la América Hispánica ha sido condenado al ostracismo por quienes hoy nos esclavizan. Los españoles de ambos lados del Atlántico; los españoles del Pacífico somos esclavos; estamos colonizados por quienes siempre, y hasta el siglo XIX, nos combatieron por todos los medios; por quienes en esos momentos tenían armadas piratas que eran corridas por la marina española. Con el cambio de dinastía cambiaron demasiadas cosas y ninguna para bien. 

Con el cambio de dinastía se olvidó de manera premeditada nuestra historia y se dio pábulo al triunfo de la leyenda negra que ya llevaba dos siglos urdiéndose contra España. Con el triunfo de la Ilustración la cultura popular sufrió un deterioro sideral, cayendo el nivel de alfabetización a límites del absoluto subdesarrollo cuando resulta que en los siglos anteriores se estaban creando latinistas en las selvas amazónicas. Y todo ello conllevó un sometimiento ovejuno primero a afrancesados y posteriormente a Inglaterra, que si mantiene una base militar en Gibraltar no es sino para garantizar la sumisión absoluta de la colonia, que es España. Y ese sometimiento al enemigo histórico hizo que en la insultantemente conocida como Guerra de la Independencia, Arthur Wellington fuese nombrado capitán general de los ejércitos de España… y grande de España. Pero, ¿quién era Arthur Wellington? No otro que el pirata que vino a la Península para combatir a los ejércitos franceses, pero lo hizo con la armada que tenía dispuesta para llevar a cabo el tercer intento de asalto a Buenos Aires.

Y lo hizo para derruir los castillos que rodeaban Gibraltar, y para bombardear los incipientes núcleos industriales españoles… y para robar arte que hoy está expuesto en Londres… y para coordinar los movimientos separatistas de América. Y fue nombrado duque de Ciudad Rodrigo, y hoy, sus descendientes son grandes de España y poseedores de importantes posesiones territoriales, “obsequio” de los súbditos británicos que vienen gobernando España. Este alegato, y la posibilidad cierta de poder revertir los hechos si nos decidimos a ello, es el mensaje claro y contundente que quiero transmitir a los lectores. 

Hay una gran proliferación de obras relacionadas con el tema hispanista, afortunadamente en este momento. ¿Se haría necesario crear una academia específica sobre la Hispanidad, y sobre el Imperio español y sus fundamentos axiológicos, a imitación de la Real Academia de la Historia? 
Debo dejar manifiesto mi particular desconfianza de la Real Academia de la Historia, que desde su creación en 1738 ha sido colaborador necesario de la leyenda negra, ya que ha sabido ocultar los hechos que hoy están sacando a la luz un cada día más nutrido grupo de amigos de la historia, que no necesariamente historiadores titulados.

Tal vez, digo tal vez, la Academia de la Historia tendría que pedir perdón a España y a la Humanidad por haber permitido el triunfo de la leyenda negra sobre la historia; por haber ocultado hechos como los que ahora relato, o hechos como la gran traición de 1898, por ejemplo. Pero no es sólo la Real Academia. El Instituto Elcano, por cierto dirigido por un británico, Charles Powell, no habla de Hispanoamérica ni de Hispanidad, sino de Latinoamérica, y manifiestamente sirve los intereses británicos sin tener muy en cuenta la verdad histórica. Y todo pagado por España. Con esas dos experiencias, parece manifiestamente necesaria la creación de un instituto que se mantenga al margen del poder político establecido. 

Para terminar, resuma en una frase lo que define su libro y por qué es deseable que se lea en beneficio del futuro de la civilización occidental que se configuró desde la conquista y civilización de aquel espacio que fue la obra de España en el mundo tras el periodo de la Reconquista, en una génesis asombrosa. 
Seremos libres cuando por amor a la verdad seamos fieles a la Historia.



1 comments :

Anónimo dijo...

Acabaron con el canibalismo de los indigenas.....