MI VERDAD SOBRE LOS INCENDIOS
EN EL BIERZO
👥🔥💥
Carta de José Luis Prada
a los medios del Bierzo
del 29 de marzo de 1998
JOSÉ LUIS PRADA MÉNDEZ (A TOPE)
Carta abierta y en línea directa al presidente de la Junta de Castilla y León, al presidente de la Diputación de León y a la presidenta del Consejo Comarcal del Bierzo y… a quien quiera leer estas mis amargas quejas sobre el oscuro y negro porvenir de nuestro Bierzo…
Antes de nada, quiero decir que esta carta me está “quemando” en el pecho desde hace más de diez años; ¿por qué no me manifesté antes?, pues fue porque no creía que mis apreciaciones y posibles soluciones sobre este escabroso tema fuesen interesantes o lo suficientemente importantes para que se tuviesen en cuenta… También porque creía que los técnicos, los funcionarios y en última instancia la administración buscaría esa posible solución…
Los años pasan, uno, dos, cuatro, seis, ocho, nueve, diez… los incendios y el deterioro de nuestro hábitat sigue creciendo día a día, casi hora a hora; es lamentable, pero es así; ¡no hay vuelta de hoja!
Sé que desde vuestros respectivos puestos estáis preocupados, sé que os muerde tanto como a mí esa “sangría” de árboles y de vegetación que se sucede un día sí y otro también…
Sé, en fin, que estáis buscando soluciones ¡eso seguro! Pero tenéis que reconocer conmigo que de momento esas soluciones no funcionan, es por ello por lo que en este preciso momento en que hubo en esta última semana más de cincuenta incendios, con toda humildad os hago llegar mis reflexiones sobre el tema sin más connotaciones que el deseo de aportar mi grano de arena para el bien de esta nuestra Región.
Se están reforestando cada año muchísimas hectáreas en El Bierzo. Se contratan a diversas empresas las replantaciones; vienen grandes máquinas y en unos pocos días se hace el trabajo.
A continuación, otro monte comunal, otro y otro… ¡Lo importante es decir que se repoblaron este año tantas hectáreas, cuanto más número de ellas mejor! Con buena fe todo el mundo cree que este es el camino…. Bueno… pues yo os digo que así no se consigue nada más que el rechazo del vecindario, ya que de las grandes cantidades de dinero gastado no se queda ni una peseta en el pueblo… los hombres parados siguen parados… y los que aún tienen algún ganado vacuno o rebaño de ovejas o cabras ven como se les “jode” sus lugares de pastoreo…
Pasan dos, tres años, y como por ese monte que se replantó no se vuelve más; crece el matorral alrededor de las jóvenes plantas y … sucede lo que inevitablemente sucede, que arde, sí, arde, y por supuesto, que nadie lo quema… pero el monte del pueblo arde… ¿?
La administración busca la solución para atajar el mal, adecua medios, “invierte” en maquinaria contra incendios, moviliza a sus técnicos, contrata personal para hacer de bomberos, en fin… pone “toda la carne en el asador”. ¡Nunca mejor dicho!… Se apaga un incendio aquí, surge otro allí, otro, otro, se apagan estos, surge otro en el otro extremo… ¡uf! ¡no puede ser!… ¡no hay manera! Surgen voces exigiendo “más personal, más camiones cisterna, más helicópteros, más dinero, más, más, más de todo. Amigos: este no es el camino.
Mi primera reflexión sobre el tema
Hagan las replantaciones con mano de obra de cada pueblo, en vez de tantas hectáreas al año; hagan solamente la mitad, o un tercio, o una cuanta parte; una vez hecho, cuiden, limpien y desbrocen el matorral que sale alrededor de los árboles, también con personal parado de los mismos pueblos; al año siguiente lo mismo, y en tres o cuatro años tienen plantadas el número de hectáreas que ahora hacen en un año, con la diferencia abismal que no van a arder porque no hay broza para ello y porque los vecinos se cuidarán de tener tajo para seguir viviendo…. Pero lo más importante es, que al contar con ellos para todos los trabajos esa repoblación ya la sienten como suya y la cuidarán, porque es su comida de ahora y saben que será su riqueza para el futuro… Si en vez de este trabajo se les da el de bombero o apagadores del fuego, no cabe duda de que esto es una equivocación total. Hay siempre que prever la enfermedad antes de que el mal ya sea irremediable…, y el incendio, una vez que ya está en marcha no hay remedio… Después habrá otro, y otro, y otro…
Mi segunda reflexión
No puedo entender como aún ahora se están replantado pinos en El Bierzo. Eso es DEMENCIAL, así de claro y así de sencillo, hacerlo así es NO conocer esta Región; plantemos castaños, cerezos, robles, encinas, fresnos, hayas, servales, madroños, acebos…, ¡qué tardan más en ser productivos!… no se preocupen… las cosas buenas siempre tardan más en dar la cara, pero al final producen más, por su calidad, aparte de que enriquecen el suelo, y, sobre todo, embellecen esta tierra que lo único que necesita es tener con ella un mínimo de atención…
No se puede hacer rasero común y comparar un terreno árido y seco de Soria (con todos mis respetos) con el terreno y el clima del Bierzo, ¡la verdad es que no lo entiendo…!
Mi tercera reflexión
Con el dinero que se llevan los dueños de esas grandes máquinas (que no dudo que se lo merezcan), se pueden crear puestos de trabajo (de momento temporales, más adelante, ya se verá), quitan del paro a gente que se estaba aburriendo y creándose mala hostia, y así se ayuda a que los pueblos sigan vivos y con ilusión. ¡De poco vale ponerles todos los servicios, agua, luz, desagües, calles, si lo más importante, que es el trabajo, no lo tienen!…
Parece una tontería… pero yo les aseguro que nunca invertirán mejor el dinero que involucrando a los propios vecinos y a las Juntas Vecinales, por supuesto, que se tarda un poco más en ver los resultados pero ese creo que debe de ser el reto, que lo que se haga, perdure a través del tiempo… Gastar ese dinero en crear una gran estructura para apagar los fuegos es lo último que se debe de hacer. Hay que gastarlo, sí, en tener el monte limpio para que los incendios no surjan…
Mi cuarta reflexión
Afirmo que si en El Bierzo se hubiese respetado la masa forestal autóctona… bueno… afirmo más: si los Bercianos no quemaran sistemáticamente año tras año todas las plantaciones de pinos que el estado hizo desde el año 1945, los pinos, aunque no me gusten, hubiesen producido más riqueza que la que generó el carbón en todos estos años, y ¡claro! tendríamos árboles… aunque fuesen pinos. ¡Ah! y otra cosa: hoy esa riqueza seguiría estando aquí, al alcance de todos, y no estaríamos ahora suplicando, implorando, mendigando ayudas a Bruselas, o a Madrid o a Valladolid, y lo que es peor, viendo, soportando y sufriendo el descalabro tan enorme de las minas a cielo abierto, o ahora, en la actualidad, el descalabro de las canteras de piedra, o viendo los ríos discurrir por nuestros pueblos pidiendo socorro ante los brutales atentados a que son sometidos en aras a la creación de empleo y en aras a la creación de una riqueza mal entendida.
Tienen que perdonarme estas consideraciones, lo hago desde la más absoluta buena fe, con el ánimo de aportar el resultado de mis observaciones a lo largo de todos estos años, de sufrir lo poco y lo mucho viendo cómo se extingue inexorablemente la vegetación que era emblemática y que ahora ya casi tenemos que hablar de ella a través del recuerdo… y yo como cacabelense, como berciano y como leonés NO QUIERO CONSENTIRLO. ¡Ah! Y menos como padre…; quiero que mis hijos y mis nietos se sientan orgullosos de su padre y no me miren con ira y con desprecio por dejar perder lo que es patrimonio de todos, de nosotros y de ellos… Punto…»
Repoblación forestal
¿para quién?
05/07/2017
Llevo oyendo afirmaciones de que invirtiendo no sé cuantos cientos de miles de millones en nuestra provincia, en repoblar nuestros montes, se van a generar no sé cuantos miles de puestos de trabajo y un desarrollo importantísimo en nuestro mundo rural. Yo, la verdad, oigo todo eso un día sí y otro también y, casi, casi, me da la risa… Al final en vez de risa me pongo de mala ostia.
Me explicaré el porqué: desde que tengo uso de razón (por desgracia la tuve que tener nada más que me salieron los dientes), ya se oían en la radio y en los periódicos, ¡aquellos periódicos y radio del movimiento!, las bondades y las riquezas que traían consigo las repoblaciones forestales que, por decreto, ¡por supuesto!, se ordenaban desde el gobierno central de Madrid.
Aquellas replantaciones en los años 50, 55, no gustaban en los pueblos, porque eran impuestas por ley, sin respetar para nada las costumbres, ni las tradiciones, ni la forma de vivir que tenían, ¡había que aceptarlas por cojones!. De todas maneras, en aquellos años no había en el campo, hablo de la montaña del Bierzo, Ancares y Fornela, ó La Cabrera, ó Ibias, en Asturias, ó Cervantes, en Lugo…, digo que no había medios para tener dinero contante y sonante.
Aquellos sueldos que se pagaban por ir a plantar pinos les venían muy bien a aquellas familias, ya que cobraban en pesetas, listas para poder comprar lo más necesario; aceite, azúcar, vino, en fin, lo más elemental… En ese sentido, las replantaciones cumplieron un fin social extraordinario, dentro de la pobreza extrema que había, eso es innegable.
Cuando los años fueron pasando, aquellos sueldos se acababan, y para colmo, el monte en donde había pastado el ganado toda la vida, no se podía tocar, ¡la cosa era fea para aquella gente!, ¿la solución?, los que podían, los jóvenes, se marcharon para las grandes ciudades: Madrid, Barcelona, Bilbao… Otros, emigraron al extranjero… Otros se fueron a las minas, en fin…, en los pueblos se quedaba muy poca gente. Eso era, en definitiva, lo que se intentaba desde Madrid, que la gente se largara del pueblo, para así, la clase dirigente, venderles en la ciudad aquellas casas asépticas, anodinas y “muy finas”, apiñados en grandes y monstruosas colmenas. ¡Cuantas fortunas se hicieron así!.
Fue un verdadero desmán… Otra cosa que soñaban aquellos dirigentes era también tener en aquellos montes repoblados, ya sin gente, su coto particular para cazar. Sí, sí, en el fondo esa era otra de las razones de tanta repoblación forestal, hecha siempre desde arriba, desde el ordeno y mando, hecha siempre desde la prepotencia y desde el supuesto que el hombre del pueblo no sabe, no reclama, no incordia…
En aquellos pueblos, a pesar de todo, quedó gente, poca, pero alguna quedó… Una cosa que no sabían aquellos insignes mandatarios, ni creo que aún lo hayan aprendido a través del tiempo otros del presente inmediato es: que el hombre del pueblo parece tonto hasta que quiere… ¡Nada más!. Cuando ve, que le están “jodiendo” por todas partes, se defiende y lo hace con los medios a su alcance…, y…, entonces, arde un monte aquí, arde un pinar mas allá, arde un seto de castaños otro día, arde, lo que tenga que arder…, ¡faltaría más!
Desde los años 60 hasta los 70-75, los incendios iban parejos, más o menos, a las replantaciones hechas. Desde esa fecha hasta hoy, se quema más de diez o quince veces lo que se replanta. El ritmo ¡tiene tela!. Esta es la realidad, esta es la simple y llana verdad. No es cuestión de gastar cientos de miles de millones. La función del bosque en León debe de tener tres premisas: Económica, Ecológica y, por supuesto, Social.
Se debe de plantear una política de entendimiento coordinada y pactada entre el Estado ó la autonomía, los ayuntamientos, Juntas vecinales, y los propios vecinos, haciéndoles ver con hechos y realidades que al plantar sus montes se hará con mano de obra del propio entorno, que en la limpieza y desbroce de los años venideros, se hará con la gente de lugar. Se les hará ver que el dinero a “invertir” no se va para una o varias empresas “de no se sabe donde”, que todo lo dejan hecho de cualquier manera… en fin… se le hará ver a la gente del pueblo que se plantan árboles de los que antes había, robles, castaños, abedules, madroños, hayas, cerezos, etc., que cuando sean grandes harán un bosque de verdad con vida, y así se cumpla el lema que debe ser el santo y seña del tema forestal “producir conservando”. Señores: ¡no hay más secretos!.
No se pueden seguir haciendo leyes y más leyes, decretos y más decretos, sin tener en cuenta al verdadero protagonista del tema forestal: el ciudadano del pueblo, que es quien lo tiene que ver claro, vivir el bosque plenamente para atenderlo y cuidarlo por propia convicción, ¡no tiene duda!. Si como está pasando hasta ahora ,se le atosiga con noticias de miles de millones y él no ve ni un duro, y encima, se le rodea de pinos…, se encabrona , y al final, sucede lo que a todo el mundo nos parece como uno de los mayores desastres de nuestra provincia… ¡no tiene duda! Escribo todo esto con rabia y hasta con un cierto dogmatismo…, pero es que ves como está cuidado Santander o el País Vasco, que están aquí al lado, y no puedes menos que revelarte…
Tendremos incendios y deterioro, ¡todo el que queramos!, mientras se sigan dando noticias de miles de millones. Hay que bajarse de la burra y hablar de gastar “tantas mil” en tal, o cual pueblo, con los vecinos, allí es donde se genera el embrión del Futuro Forestal de nuestra provincia, allí, sólo allí, ¡ojo periodistas!. No entréis al trapo de los miles de millones. No sirven nada más que para ver espejismos.
Al final, el ciudadano que lee el periódico ya no se cree nada, tantos miles de millones por aquí y por allá, al final, se hace escéptico, se encierra en sí mismo y va a lo suyo… ¡Eso es fatal para una comunidad!… Punto…
¡QUÉ QUINCE AÑOS PERDIDOS!
Hace muchos años, más de quince, que se proclamó el paraje de las Médulas como patrimonio de la humanidad. ¡Cuánto polvo se levantó! Cuántas expectativas se hicieron sobre la riqueza que iba a generar aquella denominación... A partir de aquel momento todo sería jauja, vendrían oleadas de turistas a visitar tan excepcional paisaje. Los ayuntamientos que tenían competencias sobre el territorio: Borrenes, Carucedo y Puente de Domingo Flórez se enzarzaron en inverosímiles disputas para ver quien manejaba «el invento», los tres querían ser los amos y señores de aquella «bicoca en dulce», que era la designación tan rimbombante «Patrimonio de la Humanidad» para Las Médulas, que ciertamente era una cosa buena ¡cómo no lo iba a ser! pero era, como todo lo bueno, un diamante en bruto que tiene un valor inmenso pero que hay que trabajarlo, adecentarlo, pulirlo y ponerlo como se dice ahora «en valor».
Todo dios lanzó las campanas al vuelo. ¡Había que aprovechar ya aquella nominación! ¡joder vaya suerte¡ Se aprestan a «lidiar» el tema: Junta, Diputación, Consejo Comarcal, todos quieren «estar ahí». Se designa un patronato con los nombres más «sonoros» del Bierzo para «dirigir la operación», y ¡Hala! todo el mundo contento. No cabía duda. Con un patronato así plagado de personalidades la cosa tenía que funcionar por cojones. Os lo juro, cuando vi aquella «orquesta» integrada por personas que en esencia y personalmente cada uno de ellos era bueno en sí mismo, se me antojó que todos podrían ser directores, pero que no podrían dar un concierto excelente ya que faltaba lo primordial, no había quién manejase el clarinete, ni la flauta, ni los timbales, ni el oboe, ni los violines. No había que ser un experto en música para vaticinar que «el concierto» que diesen no tenía posibilidades de funcionar….
Diréis ¿Por qué no lo dijiste en aquel momento? Pues muy sencillo, tú no puedes oponerte a una avalancha como la que se generó en todo El Bierzo, en León y en Valladolid; era como un Tsunami. ¡Por Dios! Tú ignorante, cómo puedes torpedear algo tan excepcional… Nadie y digo nadie, se percató que había que crear una estructura sólida, que había que adecentar, ordenar y pulir un poco aquel diamante en bruto. Todos querían estar, presumir y de alguna manera sacar provecho, cuanto antes mejor. Los tres ayuntamientos, en vez de unirse, discreparon en todo; ¡ojo! No critico a sus alcaldes, ya que ellos eran el exponente de sus convecinos, que querían las cosas ya, con los que tenían que cumplir…. ¿Esperar, trabajar unidos, cooperar para sacar provecho futuro todos….? De eso nada, ¡faltaría más!. Aquí cada uno lo suyo. ¿los demás? ¡que se arreglen!.
Sí, queridos amigos, así somos en El Bierzo. Bueno… el caso es que gente a ver las Médulas vinieron y vienen aún mucho. ¡Es demasiado el valor que tiene ese paraje en estado latente! ¿os habéis fijado en la poca estética que ofrece el propio pueblo de Las Médulas?.
Diréis ¿Por qué no lo dijiste en aquel momento? Pues muy sencillo, tú no puedes oponerte a una avalancha como la que se generó en todo El Bierzo, en León y en Valladolid; era como un Tsunami. ¡Por Dios! Tú ignorante, cómo puedes torpedear algo tan excepcional… Nadie y digo nadie, se percató que había que crear una estructura sólida, que había que adecentar, ordenar y pulir un poco aquel diamante en bruto. Todos querían estar, presumir y de alguna manera sacar provecho, cuanto antes mejor. Los tres ayuntamientos, en vez de unirse, discreparon en todo; ¡ojo! No critico a sus alcaldes, ya que ellos eran el exponente de sus convecinos, que querían las cosas ya, con los que tenían que cumplir…. ¿Esperar, trabajar unidos, cooperar para sacar provecho futuro todos….? De eso nada, ¡faltaría más!. Aquí cada uno lo suyo. ¿los demás? ¡que se arreglen!.
Sí, queridos amigos, así somos en El Bierzo. Bueno… el caso es que gente a ver las Médulas vinieron y vienen aún mucho. ¡Es demasiado el valor que tiene ese paraje en estado latente! ¿os habéis fijado en la poca estética que ofrece el propio pueblo de Las Médulas?.
Yo siempre dije y sigo diciendo que es imperdonable la anarquía en sus construcciones. Nadie puso unas bases para por lo menos solucionar en algo tanto despropósito… Esto que digo es también consecuencia de las observaciones de los visitantes…
A alguien le puede parecer que estoy echando leña al fuego, ¡no!, porque no se sí sabréis que la gente que va a ver Las Médulas, no para a dejar su «dinerito» en el pueblo, algo deja no cabe duda, se va a gastarlo a otros enclaves del Bierzo y Valdeorras y mucha gente viene al Palacio, o sea, que desde mi perspectiva me interesaría que siguiese siendo así, pero no es eso lo que tenemos que hacer en El Bierzo sino presentar una oferta digna de excelencia en todo, para que la gente vuelva y los propios ciudadanos de los tres ayuntamientos puedan disfrutar de los beneficios inherentes a una buena gestión de todos los colectivos implicados.
Decía que el Patronato o Fundación que surgió en aquel momento fue i-no-pe-ran-te, eso nadie me lo puede rebatir, por la filosofía de su constitución, no por otra cosa. Esperemos que ahora después de más de 15 años perdidos y digo perdidos sin paliativos, se vayan haciendo cosas poco a poco, siempre con miras de futuro, sin hacer caso a intereses particulares del «pronto y ya» sino al del «pasito a pasito se anda el camino».
Decía que el Patronato o Fundación que surgió en aquel momento fue i-no-pe-ran-te, eso nadie me lo puede rebatir, por la filosofía de su constitución, no por otra cosa. Esperemos que ahora después de más de 15 años perdidos y digo perdidos sin paliativos, se vayan haciendo cosas poco a poco, siempre con miras de futuro, sin hacer caso a intereses particulares del «pronto y ya» sino al del «pasito a pasito se anda el camino».
Las Médulas necesitan cariño, trabajo, mucho trabajo y sobre todo persistencia y constancia aprovechando al máximo la experiencia que tiene la Gerencia y la que se le supone a la nueva Junta Rectora... No se caerá en el error de la anterior.
De aquella ya estaba viendo todo lo que iba a suceder con claridad meridiana… Se hablaría y se debatiría hasta lo indecible, como siempre... sin «coger el toro por los cuernos». Así que con ocho hombres de nuestra pequeña empresa nos fuimos armados de herramientas de todo tipo, a hacer algo que fuese tangible y tocable y a la vez imitable, estuvimos durante 7 días trabajando a Tope… sí, A Tope, para ir desbrozando, limpiando y aclarando el terreno para embellecer aquel lugar, «aquel diamante en bruto», en la creencia de que serviría por lo menos de ejemplo.
De aquella ya estaba viendo todo lo que iba a suceder con claridad meridiana… Se hablaría y se debatiría hasta lo indecible, como siempre... sin «coger el toro por los cuernos». Así que con ocho hombres de nuestra pequeña empresa nos fuimos armados de herramientas de todo tipo, a hacer algo que fuese tangible y tocable y a la vez imitable, estuvimos durante 7 días trabajando a Tope… sí, A Tope, para ir desbrozando, limpiando y aclarando el terreno para embellecer aquel lugar, «aquel diamante en bruto», en la creencia de que serviría por lo menos de ejemplo.
¡Craso error! Nadie se dio por aludido… allí quedó enterrado el trabajo de ocho hombres durante toda una semana. Bueno, miento, el último día nos invitaron a comer una paella Fina y Pedro, en su casa, en reconocimiento a nuestra labor. Por cierto, estaba buenísima. Nos sentimos muy recompensados, ¡algo es algo!. ¡Que quince años perdidos!... ¿os imagináis si estuvieran Las Médulas en Italia o en Francia, o en Cataluña, por ejemplo?... ¡Somos incorregibles!…
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