EL Rincón de Yanka: EL PUEBLO ESPAÑOL NO ES SABIO PORQUE ES MASA COBARDE Y MANIPULABLE Y SIN SENTIDO COMÚN

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martes, 7 de mayo de 2019

EL PUEBLO ESPAÑOL NO ES SABIO PORQUE ES MASA COBARDE Y MANIPULABLE Y SIN SENTIDO COMÚN

El derroche electoral

Al final ha ganado la cobardía la manipulación y el miedo, y lo de siempre que viene la derecha cuando no hay más derecha más reaccionaria, que PSOE, PODEMITAS Y NAZIONALISTAS, donde sus dirigente viven como grandes multimillonarios.

Han ganado Zapatero I y II; Rajoy el rajao y traidor; Pedro Sánchez con golpe de estado partidocrático y también, ha sido elegido, han ganado los nacionalistas, que exigirán una vez más sus privilegios y sus cuotas, de poder ha ganado el voto adoctrinado y manipulado por los grandes lobbys, el pueblo español sigue autodestruyéndose, como ha estas horas los Otegui, Puidemont y otros se están riendo de la falta de conciencia de los españoles, Cataluña y el País Vasco son ya casi dos estados independientes, y si no lo consiguen ahora la independencia lo conseguirán mas tarde, las políticas educativas de adoctrinamiento, y odio ha ESPAÑA ESTÁ DANDO PERVERSAMENTE SUS FRUTOS gracias a PPSOE, en fin la reflexión está muy cortita en el electorado español, y sí ha eso unimos que la GUERRA DE LA PROPAGANDA, LA MANEJA MEJOR EL ENEMIGO, la guerra está casi perdida, los partidos consitucionalistas han sido limpiados del País Vasco y Catalunya y esto no es PESIMISMO, ES REALISMO

Este año va a ser extraordinario debido a la orgía de procesos electorales que vamos a tener que padecer los sufridos contribuyentes para mayor gloria de quienes dicen ser los únicos y genuinos representantes del pueblo español al que, pomposa y cínicamente, dicen estar deseando servir.
Va a ser extraordinario, tanto para los que resulten elegidos como para sus fans y forofos seguidores, así como para todos aquellos comentaristas, gurús y periodistas que sigan de cerca tales procesos: haciendo pronósticos, emitiendo juicios o haciendo causa común con los más cercanos, ideológicamente, a sus propios criterios o a sus intereses económicos.

Pero la realidad es que, quienes van a pagar toda esta fiesta permanente que vamos a tener desde ahora mismo hasta fin de año, vamos a ser nosotros, todos los españoles a los que se nos exprime a impuestos, tasas y multas para que la fiesta no decaiga y para que los elegidos por "el sabio pueblo español" –que suele tropezar una y otra vez en la misma piedra- vivan con desahogo e, incluso, se rían de ese pueblo en numerosísimas ocasiones a través de la pestilente e insoportable corrupción para hacerse muchos de ellos multimillonarios.
Esta revuelta y cada vez más inestable situación política en que vivimos y en que podemos vivir me recuerda mucho a otros tiempos pasados en que, desde luego, se diferencian de éstos en dos aspectos fundamentales: en el nivel económico de España y en la estructura social de nuestro pueblo. Sin embargo, si comparamos la situación política actual con la de las dos primeras décadas del pasado siglo XX, la identificación de esa situación es prácticamente la misma.

Es decir, si reconocemos que de un país eminentemente agrícola y atrasado socialmente, como ocurría entonces, hemos pasado a un país desarrollado económicamente y compuesto por un núcleo de clases medias que son las que le han dado estabilidad política en los últimos 50 años, debemos reconocer también que la inestabilidad política que vivió en algo más de aquellas dos primeras décadas ha vuelto a surgir en los últimos 10 años de forma exponencial, aunque el origen de esa inestabilidad actual haya que buscarla en la peculiarísima democracia en que vivimos.
En aquellos años el poder se lo repartían los dos grandes partidos mayoritarios, conservadores y liberales, cuyo prestigio se perdió tras el Desastre del 98, a través de sus enfrentamientos permanentes y en las luchas intestinas y la corrupción que comenzó a minar sus estructuras. En los tiempos actuales, con poquísimas variaciones, los dos grandes partidos, PP y PSOE, han ido dilapidando la confianza en ellos depositada por los españoles debido a sus monumentales errores políticos y, desde luego, a una corrupción que no han querido o no han podido cortar de raíz, limitándose a echarse en cara el estúpido y cansino “y tú más” con el que el pueblo español ya está más que harto.

En aquellos años la situación política se enrareció debido a una larga y cruel guerra en Marruecos, en la que murieron miles de jóvenes españoles debido a la ineptitud con que fue tratada por los dos grandes partidos que dominaban el poder y que no lograron terminar con ella victoriosamente, tal y como demandaba el pueblo español. En los tiempos actuales, la larguísima lucha contra el terrorismo catalán, vasco y últimamente yihadista, también ha enrarecido la situación política hasta el punto de que es dificilísimo saber quién ha ganado la lucha, por ejemplo, contra ETA, cuando los proetarras gobiernan en un tercio de las provincias vascas y en buena parte de Navarra. Ni se sabe aún quiénes promovieron y desde qué despachos la masacre del 11-M de 2004 en Madrid.
En aquellos años, la actuación política de los dos grandes partidos se veía mediatizada por las fuerzas obreras representadas por los anarquistas y por los marxistas del PSOE (en 1921 nacía el PCE escindiéndose del PSOE), fuerzas revolucionarias y antisistema que lo que buscaron continuamente era no sólo la desaparición de la Monarquía, la Iglesia, el Ejército, el capitalismo y la propiedad privada, sino la implantación en España del comunismo libertario o de la dictadura del proletariado. Recordemos que el primer golpe de Estado del PSOE se produjo en 1917. En los tiempos actuales los dos grandes partidos, PP y PSOE, han promovido, en virtud de sus propios intereses partidistas, el enorme poder otorgado a las fuerzas nacionalseparatistas catalanas y vascas que han dominado en gran medida la política española a través de sus continuas victorias separatistas conseguidas a base de las concesiones y prebendas otorgadas o admitidas por el PP y el PSOE. Además, de la brutal crisis económica surgida en 2007 fuerzas revolucionarias antisistema han aparecido para hacerse con el poder a través de la clásica “agit-prop” comunista, facilitada por determinados medios de comunicación.
Pues yo creo que sí. Que somos IDIOTAS y que nos dejamos manipular. Y, lo que es peor, que nuestra casta dirigente lo sabe. Por eso repite tantas veces que "el pueblo español es muy sabio". Y que la mayoría de la gente cree que la verdad es la que cuentan los de su tribu, y que sólo ven el mundo a través de la SER o de la COPE. Y así nos luce el pelo.

Así es cómo las instituciones utilizan el miedo 
para gobernar el mundo
El miedo se produce por un sentimiento de inquietud causado por un peligro real o imaginario, y acaba consolidándose como una sensación de inseguridad que, desde lo individual, se vuelve colectiva. Así, el miedo de una sociedad es el estado de inseguridad. Y, ¿quién protege a la sociedad? Los gobernantes.

A través de la historia, todas las instituciones que han tenido el poder han utilizado el miedo para conseguir sus objetivos: las instituciones religiosas con el pecado (el premio y el castigo), las instituciones políticas con el delito (lo correcto y lo incorrecto), las instituciones educativas con el saber (lo apropiado y lo inapropiado), las instituciones económicas con el trabajo (lo productivo y lo improductivo), y así varios ejemplos. Una vez el sistema se acepta como correcto, el individuo tiene miedo a ser improductivo, a hacer algo inapropiado, a ser castigado, etc.

Con la creación de las leyes, que determinan el bien y el mal, aparecen los enemigos. Enemigo es todo aquel opositor que se cuestione el sistema establecido, y puede estar dentro del sistema o fuera. Para el enemigo interno existen las leyes, para el enemigo externo, la guerra.
El concepto de enemigo justifica la existencia de los defensores del sistema. Existiendo un enemigo (aunque sea potencial), tiene que existir un ejército. Según la lógica del sistema y de la política del miedo, el enemigo interno quiere derrotar a los poderes acabando con el sistema, mientras que el enemigo exterior tiene como objetivo invadir.
En el escenario mundial actual, hemos asistido al nacimiento de un “enemigo global”, el terrorismo, que actúa violentamente reivindicando sus causas particulares. La imposibilidad de previsión o control sobre este enemigo (que no tiene nacionalidad), inquieta a la sociedad, no ya de un país concreto, sino de todo el mundo.


GUSTAVO BUENO: YO NO CONFÍO EN EL PUEBLO ESPAÑOL

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