EL Rincón de Yanka: BASURA

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domingo, 23 de julio de 2023

LIBRO Y PROGRAMA "JESÚS QUINTERO Y ANTONIO GALA" EN TRECE NOCHES 📺


JESÚS QUINTERO 
Y ANTONIO GALA 
EN 
TRECE NOCHES

LA BASURA CONECTA CON LA BASURA

Introducción

La televisión era una mina abandonada y saqueada. La televisión era la palabra que más se pronunciaba y el tótem de mayor culto. Se leían menos periódicos y revistas que en los años treinta. El pueblo vivía en permanente zapping.
Nada ni nadie existía si no salía en la caja tonta. Ser era ser visto y la televisión estaba para ser visto, para salir. Los mercaderes y los políticos aprovechaban el medio más poderoso de todos los tiempos para vender su mercancía. La basura, el morbo, la frivolidad, la violencia, el sexo y el sentimentalismo barato y de lágrima fácil se habían convertido en el único reclamo para atraer a la audiencia, a la que se halagaba alimentando sus más bajos instintos. Todos buscaban una primacía absurda, porque además no había primicia. Todos buscaban el gran caso que les permitiera montar un juicio paralelo cada noche en sus programas.

Todos buscaban la gran exclusiva que hiciera reventar los audímetros y les supusiera el mayor pelotazo de su vida. Pero, mientras tanto, se dedicaban a copiarse, a repetir los mismos argumentos con los mismos inevitables personajes, cada vez peor y con menos gracia. La televisión estaba llena de bufones millonarios. Los informativos perdían rigor y credibilidad y pasaban a formar parte del espectáculo. Los debates eran gallineros en los que se imponían el guirigay, el grito, el golpe de efectos, las bromas de mal gusto, las descalificaciones, los insultos, y la más elemental falta de ética y de respeto. No había ideología ni ideas ni reflexión ni opinión. Todo era fuego de artificio, pirotecnia, vacío intelectual y moral.

Los platos estaban llenos de un público mercenario, que se emocionaba, aplaudía, lloraba o reía a una orden del regidor. Nada era espontáneo ni verdadero ni auténtico. Se hacía una programación para bobos que no entendían nada mínimamente profundo ni tenían otra inquietud en la vida que las desgracias de los culebrones y los cotilleos de la prensa rosa. Si el pueblo supiera lo que realmente piensan de él los que programan las televisiones públicas y privadas, probablemente habría otra guerra civil. España entera era una portería. 

La televisión pasaba de la cultura como de algo aburrido y que no le interesaba a nadie. En su circo no había lugar para los sabios, los filósofos, los intelectuales, los líderes de opinión, los creadores, los poetas, los hombres y mujeres que de verdad tenían cosas interesantes que decir e historias que contar. En la patria de Cervantes, de Picasso, de Federico García Lorca y de Juan Ramón Jiménez los reyes de la audiencia eran las Veneno, los padres Apeles, los Chiquito de la Calzada y los Lequio de turno. La noticia más importante de la década era que la becaria Mónica Lewinsky había aprobado el examen oral en el despacho oval. Las portadas y los espacios de prime time estaban reservadas a las estrellas de la Liga de las Estrellas, a las diosas de las pasarelas y a los más famosos de entre los guapos, ricos y famosos.

En este desolador panorama, en este Apocalipsis de la verdadera comunicación, tuve la idea y el placer, hace años, de grabar una serie de televisión con el escritor Antonio Gala. Se trataba de «Trece noches», un programa que se emitió en Andalucía, con el que pretendíamos reivindicar la palabra, el diálogo, el pensamiento, la sabiduría, frente a la basura que inunda los medios.
Una mesa, una luz azul, dos hombres, la noche y la palabra eran los únicos elementos con los que se quería atraer la atención del espectador inteligente y sensible, cansado de la televisión fecal.
Durante trece noches, Antonio Gala y yo dialogamos, en profundidad, sin prisas, sobre trece temas de ahora y de siempre: el amor, el sentido de la vida, el paso del tiempo, la soledad, la muerte, la guerra y la paz, la religión, la política, el dinero, España y los españoles, los mitos, los paraísos, el arte y la cultura. 

El resultado, en mi opinión, es un documento único, imprescindible para conocer de cerca y a fondo a uno de los más brillantes intelectuales del siglo XX: Antonio Gala, dramaturgo, poeta, novelista, un hombre culto, valiente, ameno y profundo, dotado de un envidiable poder de comunicación.
Con «Trece noches» quería alejarme de mi etapa de malditismo y marginalidad. Después de haber profundizado en anteriores programas, como «El perro verde» y «Qué sabe nadie», en la locura, las situaciones límite, lo excepcional y lo raro, en definitiva, ahora necesitaba enfrentarme a la sabiduría y al conocimiento, en un intento revolucionario de regresar al principio, al verbo, de rescatar la palabra de esa maraña de imágenes, casi siempre frívola y engañosa, en la que está atrapada, para devolverle su auténtico protagonismo.

La serie se grabó en Sevilla. Antonio Gala llegó con su secretario, se instaló en un pequeño apartamento de la judería sevillana y se concentró en el trabajo. Fue quizá lo primero que me llamó la atención: su seriedad profesional, el rigor que se exige a sí mismo y, en consecuencia, exige a los demás. Aunque le sobran recursos e ingenio para salir brillantemente de cualquier trance, se preparaba cada encuentro como si fuese a pasar un examen.
La idea del programa no era hacer trece entrevistas, a un personaje, sobre trece asuntos, sino dialogar con un maestro de la palabra, con un hombre sabio, sobre trece temas, en el sentido casi platónico del término diálogo. Gala era, de algún modo, Sócrates, y yo un alumno que preguntaba con la curiosidad de quien busca respuesta. Sin embargo, no siempre estábamos de acuerdo. El discípulo, a veces, salía respondón y rebelde, con lo que el choque, el enfrentamiento, la esgrima dialéctica se hacían inevitables.

Durante las trece noches procuré que Antonio Gala no se perdiera en las estrellas, que hablara al nivel del hombre, con los pies en la tierra, y siempre que podía intentaba desequilibrarlo y bajarlo a la cruda realidad, con preguntas desconcertantes, irónicas e incluso impertinentes.
En cada programa procuraba introducir cuestiones personales, porque no sólo me interesaba la visión teórica de Gala sobre cada tema, sino también, y sobre todo, su experiencia humana, su visión directa y su reflexión práctica.
Como buen dramaturgo, Antonio Gala conoce a la perfección todos los recursos del teatro, y los emplea como un actor magistral. Confieso que, por momentos, me hacía dudar de la sinceridad de su discurso. No sabía si lo
que me estaba diciendo lo sentía de verdad o sólo lo interpretaba magistralmente.

El diálogo discurría, a veces, ceremoniosamente, remansándose en bellos y profundos parlamentos. Otras, por el contrario, era un chispeante toca y daca, un continuo intercambio de preguntas, como una ráfaga de metralleta.
Antonio Gala es una de las personalidades más carismática de este país, aunque no tenga una opinión muy favorable del carisma: «Cuando escucho carisma, se me pone la carne de gallisna», me dijo una noche que hablábamos de la política. Pese a ello, él es un personaje carismático que llega a todo tipo de públicos. La prueba es que en un país, como el nuestro, en el que pocos leen, Antonio Gala es un escritor del que todo el mundo ha oído hablar y al que todo el mundo ha oído hablar alguna vez, supongo que con fascinación.

Una de las virtudes que más me impresionan de Gala es su valentía, su independencia y libertad de pensamiento, esa disposición a jugársela, si hace falta, por defender sus verdades en voz alta.
Otra de sus cualidades es su don de comunicación. Siempre me han fascinado los oradores, los maestros de la elocuencia. No creo exagerar si afirmo que Antonio Gala es, para mi gusto, el más brillante hablador de estos tiempos, aunque sé que es mucho más que un orador. Él es, en directo, mejor que cualquiera de sus libros.

Después de casi treinta horas de charla ante una cámara y muchas más en privado, creo que conozco un poco a Gala. Hemos convivido y lo he visto de cerca. He sufrido sus caprichos, su divismo —no siempre amable—, su mala uva cuando las cosas no son como él espera o desea y los picotazos de su afilada lengua. A veces, es como un niño, puede ser duro y arrogante. Tiene carácter y lo manifiesta. Pese a sus manías, estoy convencido de que Antonio Gala es mucho mejor al natural. Aunque no es un hombre fácil, gana cuando se le trata de cerca. En sus apariciones en público suele dar la imagen que de él se espera: brillante, poético, casi rozando lo sublime… Pero Antonio Gala es todo eso y mucho más. Es tierno, divertido, socarrón, ingenuo como un niño a veces, desconfiado, profundo, superficial, ingenioso…

Como Oscar Wilde, es un creador de frases para la posteridad, que con frecuencia se pierden sin que nadie las recoja. Gala acuñó célebres
expresiones, como «contra Franco vivíamos mejor» o «el oro del becerro», que luego se han hecho populares.
Este libro, sin ir más lejos, está lleno de frases rotundas y de golpes geniales. Cuando le pregunto, por ejemplo, que qué mundo le gustaría
dejarle a sus hijos, Antonio Gala me responde: «Hombre, a mí me gustaría, sobre todo, dejarle algunos hijos al mundo». Cuando le pregunto si habla solo, me contesta: 

«En España, muchas veces, hablar solo es la única manera de tener una conversación coherente». A la pregunta: ¿cree usted en un amor para toda la vida?, responde: «Para toda la vida de los demás, sí; para toda la vida mía, no». Cuando le digo: usted estuvo una vez en la frontera de la muerte, ¿no?, exclama: «¿En la frontera?… ¡Estuve en San Juan de Luz, como mínimo!». A propósito de la muerte, recuerdo un día que paseábamos por Buenos Aires Antonio y yo. En un momento dado, saqué el tema de Andalucía y de lo mal que trata a sus mejores hijos. Desde Blanco White a Cernuda cuántos andaluces habían tenido que abandonar su tierra, huyendo del desprecio. Le decía a Gala que en Andalucía la gente sólo era solidaria con los muertos, en los entierros. A lo que Antonio me contestó: 

«Sí, pero a los entierros van para comprobar si el muerto se ha muerto de verdad. No se engañe usted, amigo Quintero». Podría citar miles de ejemplos más de la agudeza y de la rapidez mental de Gala, pero prefiero que cada lector los descubra por sí mismo.

En «Trece noches» Antonio Gala aparece tal cual, al natural, fiel a su imagen, pero enriqueciéndola con perfiles menos conocidos, que lo humanizan más si cabe y lo acercan al lector. El libro, al igual que la serie de la que procede, ofrece la oportunidad de pasar trece veladas con Antonio Gala, en amena y siempre provechosa tertulia.
Gala tiene la virtud de hablar como si le hablase a una sola oreja, de hacer que quien lo escucha sienta que le habla a él.
En «Trece noches» esa sensación es aún más fuerte, puesto que siempre se
pretendió tener presente al espectador, a nuestros «semejantes», como a Gala le gustaba decir al referirse al público, a la audiencia.
Creo, por tanto, que el principal atractivo de este libro es que nos permite conocer directamente, de primera mano, a un personaje singular que reflexiona, desde el conocimiento y la experiencia, sobre algunos temas sobre los que todos hemos reflexionado alguna vez. Un personaje que no sólo dice cosas hermosas y verdaderas, sino que se implica y se retrata a sí mismo a través de sus opiniones, anécdotas y recuerdos.

En «Trece noches» está el mejor Antonio Gala, ese Antonio Gala del que ya dije que gana cuando se le trata de cerca, cuando uno se aproxima a su área de fuego y la atraviesa para calentarse.

—¿Usted se deja acariciar?
—Depende.
—¿De qué?
—¿Qué está usted insinuando en este instante?
—Nada malo. ¿De qué depende?
—Depende del momento, de la ocasión, de la mano… No se crea usted.
Yo estoy cada vez más propenso a la caricia.
—Yo le veía arisco.
—Tengo fama de arisco, tengo fama de distante. Pero es que, verdaderamente, al distante hay que aproximarse para que esté menos distante. Hay un área de fuego, que tiene cada ser humano, y hay que atravesarla, para calentarse en ella, para quemarse si es preciso.

En «Trece noches» Antonio Gala nos permite que nos aproximemos a él, sin reserva, como amigos que charlan animadamente en la mesa de un café de lo divino y de lo humano, mientras pasa la noche.

VER+:



13 Noches - Jesus Quintero (7) by PEDROARTES


"Trece Noches" con Jesús Quintero & Antonio Gala (1991) 1x04 - La soledad
 
La viral discusión entre Alsina y Quintero

viernes, 26 de mayo de 2023

LIBRO "TELEBASURA Y DEMOCRACIA" 📺💩 por GUSTAVO BUENO


GUSTAVO BUENO

«Cada pueblo tiene la televisión 
que se merece»

Partiendo de la premisa «sin basura no podríamos vivir», Gustavo Bueno analiza el concepto de telebasura teniendo presente que «la basura muchas veces está en el que ve la televisión» y no en el propio medio. Para ello, ha seguido la experiencia de Gran Hermano con la mentalidad de un antropólogo, sabiendo que se trataba de un observatorio de la realidad española.
Telebasura y democracia recoge el brillante análisis de este filósofo sobre las razones del éxito de un programa que ha llegado a convocar antes sus televisores a once millones de españoles. En su nueva obra, Gustavo Bueno define la basura para después profundizar en los espacios televisivos, al tiempo que repasa la programación de la televisión española de las últimas décadas con el fin de recordarnos que en una sociedad democrática la audiencia siempre debe tener la última palabra.
«La audiencia en la sociedad democrática, es la que manda y la televisión basura tiene que obedecer a esta demanda. Y no ya por razones éticas o morales, sino por razones de simple supervivencia democrática. Lope de Vega, hombre de teatro, conocía las leyes del mercado siglos antes de la televisión: "Si el vulgo es necio, es justo hablarle en necio para darle gusto"». Gustavo Bueno.



No parece creíble que Telecinco vaya a renunciar 
a la telebasura, aunque haya retirado 'Sálvame'

SERIA ILUSO pensar que Telecinco va a renunciara la telebasura por la decisión de eliminar Sálvame de su parri­lla después de 14 años de emisión. Des­de que las Mama Chicho aterrizaron en España a comienzos de los 90 del siglo pasado, la cadena ha hecho for­tuna entre una audiencia cada vez más receptiva a esos formatos pensados para estúpidos aburridos. Pero nada hay de extraño, porque la basura no está sólo en determinados programas o en presentadores y tertulianos de es­casa catadura moral, sino en las cabe­zas de quienes los ven y hasta se divierten con ellos. 
«Es indiferente», con­cluía Gustavo Bueno en "Telebasura y democracia", «que los contenidos ofre­cidos sean de calidad o no, incluso de que sean limpios o basura. El mensaje es el medio, siempre que el medio no ofrezca mercancías disolventes». 

Esto es, la televisión no es el reflejo de la so­ciedad, como se afirma a veces para disculparla, sino el instrumento atra­vés del cual se inventa una realidad destinada a las subjetividades que se pretenden controlar. De ahí que un país consuma tanta «papilla televisiva» co­mo le es posible, en función de su ni­vel culrural. Y  España ha ido descen­diendo enlos rankings internaciona­les sobre calidad de la enseñanza, de­bido a una sucesión de leyes educati­vas cuyo principal logro ha consistido en alargar la etapa infantil y adoles­cente de los ciudadanos. A ellos van destinados programas como Sávame, Operación Triunfo o MasterChef.

Dedicaba el filósofo el apéndice de aquel libro ya clásico a ridiculizar un bienintencionado "Manifiesto contra la telebasura" redactado por varias orga­nizaciones políticas y sociales en no­viembre de 1997. Y sorprende la inge­nuidad de aquel escrito, viendo lo que     ha ocurrido en España en apenas un cuarto de siglo. No hay espacio en nin­guna cadena convencional que no es­té intoxicado por una misma forma de entender el entretenimiento. Tampo­co en las nuevas plataformas, cuyas series, salvo muy raras excepciones, responden a clichés idénticos que im­ponen los algoritmos con variaciones de ambientes y momentos históricos.

Pero en algunas ocasiones, la bús­queda de la audiencía lleva a estos programas a cruzar los límites de la lega­lidad. Recientemente, ha sido condenado a 15 meses de prisión por abusos sexuales un concursante de GH Revo­lution y su productora tendrá que in­demnizar a la victima. Además, desde 2017 hay abierta una investigación en la que están implicados los directivos de La Fábrica de la Tele, la productora de Sálvame, un periodista y un policía retirado por haber hecho pública infor­mación confidencial de decenas de afec­tados, la mayor parte de ellos habitua­les de la prensa rosa. Las acusaciones son bastante graves por tratarse de fil­traciones que afectan a la intimidad de las personas. Y quizá sea eso lo que ha llevado a Telecinco a eliminar el pro­grama de su parrilla. Porque no se trata ya sólo de telebasura, sino de un apa­rente delito con responsabilidad penal.

VER+:





¿Qué es el fraude?
- Elecciones aseguradas.
¿Qué son las elecciones aseguradas?
- Felicidad de la democracia.
¿Qué es la democracia?
- El reinado de los mercaderes por medio del lucro, soborno y fraude.
¿Qué es un partido?
- Es la liga de los que quieren vivir sin trabajar, comer sin producir, ocupar empleos sin estar preparados y gozar honores sin merecerlos (LA CASTA FEUDAL).
¿Qué es el sufragio universal?
- La manivela del hacer opinar al pueblo de lo que no entiende para no darle mano en lo que no entiende.
¿Qué es el liberalismo¿
- El enemigo de Dios y el amigo interesado del pueblo.
¿Qué es el Estado?
- La burocracia erigida en dios.
¿Qué es la defensa de las instituciones liberales?
- Un judío detrás.




sábado, 1 de febrero de 2020

HAY TELEMIERDA PORQUE HAY TELEMIERDEROS 📺😵





Cómo La "Telebasura o Telemierda" 
ha Influido para que Gobierne el populismo 
y la manipulación

¿Están programas como las Mama Chicho, Sálvame o Mujeres, Hombres y viceversa detrás del auge de los populismos en Europa? 
El Washington Post denuncia cómo la "televisión de pacotilla" de Mediaset hizo "tontos (mamones)" a los niños italianos y españoles
Un estudio publicado por la revista académica American Economic Review apunta a que en parte sí ya que hay una relación directa entre el consumo de la llamada televisión basura, el nivel de educación y la predisposición a votar a los líderes populistas.
"A mayor exposición al entretenimiento barato, mayor vulnerabilidad a la retórica populista de mensajes simples y respuestas fáciles"
A mayor exposición al entretenimiento barato y de escaso valor cultural, los ciudadanos mostraron menos habilidades cognitivas, más vulnerables a la retórica populista y más proclividad a apoyar a políticos que vendían mensajes simples y respuestas fáciles.
Los jóvenes que vieron Mediaset durante sus años de formación crecerían para ser menos sofisticados cognitivamente y menos cívicos
Los jóvenes que vieron programación de Mediaset durante sus años de formación crecieron para ser menos sofisticados cognitivamente, menos cívicos y menos activos políticamente.
Además, los jóvenes que consumieron la televisión de Mediaset, centrada en el entretenimiento y no en contenidos educativos o informativos, obtuvieron puntuaciones en matemáticas y lectura significativamente peores que sus compañeros que no vieron ese canal.
Cada hora que pasas viendo televisión es una hora que no estás leyendo, jugando afuera o socializando con otros niños. Eso puede tener efectos a largo plazo en qué tipo de persona se convertirá.

El diario norteamericano "The Washington Post" ha golpeado a Mediaset con un artículo en el que analiza cómo a lo largo de los años el canal que creó Silvio Berlusconi ha conseguido hacer "tontos" a los italianos y españoles y, como consecuencia, ha permitido que los líderes populistas lleguen al poder.
Bajo el título "Cómo la televisión de pacotilla hizo a los niños más tontos y permitió una ola de líderes populistas", el periodista analiza, en base a numerosos estudios y las citas de investigadores, cómo la programación del canal, "agresivo y descaradamente poco sofisticado", "contrarrestó la misión educativa de la RAI y de TVE con una gran dosis de caricaturas, deportes, telenovelas, películas y entretenimiento" y dio "un impulso" a los candidatos populistas, "que venden mensajes simples y repuestas fáciles".

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viernes, 6 de diciembre de 2019

EL NEGOCIO, FRAUDE Y ESTAFA DEL CAMBIO CLIMÁTICO ☀

¿Quién niega el cambio climático?
🌎🌍🌏

Vox acusa a la izquierda de usar el cambio climático para cambiar "nuestro modo de vida".

"Ni negamos el cambio climático ni lo afirmamos. Eso se lo dejamos a los científicos", ha defendido Iván Espinosa de los Monteros.
El portavoz parlamentario de Vox ha manifestado, en declaraciones a los periodistas antes de asistir a la inauguración de la COP25, que "la extrema izquierda utiliza el cambio climático para cambiar nuestro modo de vida y nuestra fuerza industrial".

"Estamos aquí porque representamos a más de 3,5 millones de personas y para vigilar muy de cerca a la extrema izquierda, porque esto lo pagamos entre todos y se están diciendo cosas peligrosas para el futuro de España", ha añadido. Y ha culpado a la izquierda de que la cumbre se celebre en Madrid y no en Chile.





“No hay ninguna “emergencia climática”, ni amenaza de catástrofe total, ni ningún motivo para la alarma. La “emergencia climática” es una expresión alarmista recién patentada por el negocio del clima para sembrar pánico artificial y la enésima herramienta política del globalismo para su delirante operación de control social”. 

Respecto al panel de expertos de la ONU, la posición de la formación sobre el grupo de científicos que avala sus decisiones fue que «la ONU nos parece un organismo muy desacreditado que se ha alejado mucho de los objetivos con que nació, que no eran otros que arbitrar entre las naciones para mantener la paz”. Y concluyen su argumentario sobre el organismo internacional diciendo: 

“Para nosotros es la Madre de Todos los Chiringuitos, esparciendo dinero público entre cientos de miles de asociaciones sin ningún tipo de control parlamentario. Los españoles no votamos a ninguno de esos que gestionan nuestro dinero y de los que no podemos controlar su actuación”.


“El cambio es la única cosa en el universo que no cambia.” 
Helmuth Wilhem


Los informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU sobre el calentamiento global son, en realidad, una “gran mentira”. Una "estafa". Es “falso” que el CO2 aumente las temperaturas del planeta. Los miembros del IPCC actúan bajo premisas “corruptas”. Un miembro del IPCC, Vincent Gray, denuncia en un informe que los datos científicos son manipulados. De hecho, los informes son modificados para eliminar cualquier evidencia de que el calentamiento se debe a procesos naturales.

El prestigioso documental de Al Gore sobre el supuesto cambio climático que sufre el planeta, titulado Una Verdad Incómoda, podría servir perfectamente para describir los entresijos de corruptelas y falsedades científicas que subyacen en el seno del IPCC.

El Panel Intergubernamental constituye el principal grupo de expertos que, bajo el paraguas de la ONU, desarrolla los informes climáticos que sirven de referencia a administraciones públicas y grupos ecologistas para mantener, ante la opinión pública internacional, que el mundo se enfrenta a un calentamiento global de dimensiones catastróficas debido a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Y ello, cómo no, por culpa del ser humano y del desarrollo económico.

Sin embargo, el origen antropogénico (es decir, causado por el hombre) del cambio climático no sólo es puesto en duda por un pequeño e irrelevante número de pseudocientíficos escépticos, que actuán bajo la tutela y servidumbre de las grandes petroleras, tal y como suelen argumentar los defensores del calentamiento global.

El número de expertos y climatólogos que cuestiona la validez de dicha teoría es cada vez mayor. De hecho, incluso alguno de los miembros que han formado parte del prestigioso IPCC (ganador del premio Nobel de la Paz en 2007) denuncia que el trabajo del IPCC es “esencialmente corrupto” abogando, incluso, por su “abolición” o, al menos, “reforma en profundidad”.



Teoría "falsa" sobre el CO2



El autor de estas afirmaciones es el prestigioso climatólogo neozelandés Vincent Gray que, desde 1990, ha trabajado en el seno del IPCC, por lo que conoce perfectamente su funcionamiento interno. Así, en un reciente documento hecho público el pasado 11 de julio de 2007, Gray desgrana los grandes mitos y “mentiras” presentes en el afamado trabajo de este supuesto panel internacional de expertos en materia de cambio climático.

El citado documento (ver adjunto), bajo el título de IPCC: Sesgando el Clima, no tiene desperdicio. Su inicio es, ya de por sí, demoledor al afirmar lo siguiente: “He sido un Experto Evaluador del IPCC desde su primer gran informe en 1990. El IPCC se ha distinguido por proporcionar pruebas de que el clima de la Tierra ha sido dañado por los cambios que han originado las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero”.
Sin embargo, esta afirmación es “falsa”. La realidad y evidencias científicas han sido “distorsionadas e hiladas para apoyar una campaña mundial”, con el objetivo de “limitar las emisiones de ciertos gases de efecto invernadero que carece de base científica”, según dicho informe, recogido en el blog desde el exilio.

Manipulación de datos

En esencia, Gray denuncia que este grupo de expertos carece de independencia. El Panel está formado por funcionarios y burócratas, así como por científicos que son seleccionados por los propios gobiernos en función de su posicionamiento favorable a la tesis del calentamiento global.
De hecho, tal y como explica el documento, dicha teoría se ha intentado promover “sin éxito” en, al menos, dos ocasiones anteriores a lo largo del último siglo: “La primera fue realizada por el químico sueco Svante Arrhenius en 1895”. Si embargo, no cuajó, ya que la temperatura de la Tierra se enfrió posteriormente durante 15 años consecutivos, y luego el planeta se vio envuelto en dos guerras mundiales y una grave crisis económica.
El segundo intento, también fallido, fue llevado a cabo por Guy Stewart Callendar, que revisó esta teoría en 1938. Pero, una vez más, la temperatura se enfrió a lo largo de casi cuatro décadas. “Después de esto, los ciclos naturales del planeta comenzaron a elevar las temperaturas”, algo que fue aprovechado por los ambientalistas para revivir la tesis del efecto invernadero. La idea cuajó, finalmente, en la conferencia de la ONU sobre el Clima celebrada en Río de Janeiro (Brasil) en 1992.

Restricciones económicas

El objetivo de dicha cumbre internacional, según Gray era claro: “Convertir la teoría del cambio climático en un arma para emprender una campaña destinada a empobrecer el mundo”. Y es que, los sucesivos informes del IPCC (existen cuatro hasta el momento) han sido empleados con el fin de implementar “crecientes restricciones a la actividad económica”, advierte el climatólogo.
El IPCC fue creado con el fin de acumular “pruebas” de que el “mundo” está sufriendo un “calentamiento global” como consecuencia del aumento del CO2 en la atmósfera. Sin embargo, “nunca ha existido la intención de proporcionar un planteamiento equilibrado e imparcial, así como una evaluación científica sobre el clima”. Desde el inicio de sus trabajos siempre “ha habido científicos que han mostrado su desacuerdo” con la tesis de que los GEI son “perjudiciales”, pero sus opiniones “no se han incluido en los informes del IPCC” bajo la excusa de alcanzar el “mayor consenso posible”, añade Gray.
Además, los informes del IPCC contienen una cláusula de exención de responsabilidad, que reza lo siguiente: El término “cambio climático” por parte del IPCC se refiere “a cualquier cambio que registre el clima del planeta en el tiempo, ya sea debido a causas naturales o como resultado de la actividad humana”. Sin embargo, tan sólo los gases de efecto invernadero (GEI) están autorizados a “cambiar el clima”, indica Gray. Mientras, los procesos naturales son percibidos como meras “variables” que, en la práctica, carecen de relevancia científica.

La gran "estafa" climática

Por otra parte, el climatólogo advierte de que el “Resumen para los responsables políticos” sobre los informes del IPCC son elaborados respondiendo al interés de los “Gobiernos patrocinadores”. Por ello, es “elaborado principalmente por científicos que son seleccionados” por los Estados. Es decir, no son expertos independientes, tal y como arguyen los ecologistas y la mayoría de medios de comunicación.
En realidad, se trata de un “Resumen de políticas” aprobado por los responsables de formular esas mismas medidas. Las afirmaciones de Gray a este respecto son contundentes e, incluso, temibles: Los capítulos y contenidos de cada informe del IPCC se “organizan de tal modo que promuevan la idea de que el cambio climático es causado por el aumento de gases de efecto invernadero”. Así, según el miembro del Panel, las “observaciones sobre la evolución real del clima son, o bien ocultas, o bien suavizadas, filtradas...”.
De hecho, los datos científicos contradicen los modelos de predicción que contienen los diferentes informes, y por ello, han sido modificados u ocultados en los trabajos posteriores, según Gray. Así, los modelos climáticos que contenía el Primer Informe (1990) “exageraron las predicciones de temperatura actual”, advierte.

Exageraciones y falta de evidencias científicas

Es más. Los escenarios climáticos que elaboran los científicos “no son predicciones del futuro y no deben utilizarse como tales”, según advierten los propios documentos internos del Panel. Pese a ello, aunque los autores de los trabajos declaran insistentemente que dichas hipótesis no deben ser tomadas como previsiones, tales advertencias ha sido “sistemáticamente ignoradas por los políticos, los medios de comunicación y los gobiernos, sin una sola protesta oficial por parte de cualquier miembro del IPCC”, asegura Gray.
Además, el climatólogo denuncia que los métodos de “evaluación” climática (que no “validación”) que elabora el IPCC nos son comprobados científicamente. Y es que, “la mayoría de los expertos dependen financieramente de la aceptación de los modelos, por lo que sus opiniones se ven afectadas por un conflicto de intereses”, asegura.

Modificación de informes

En este sentido, desde 1995, el IPCC siempre hace “proyecciones”, nunca “predicciones”. Así, el propio Panel admite de algún modo que “sus modelos no son adecuados, en absoluto” para predecir el clima del futuro, advierte Gray.
Las afirmaciones de Gray no son meras opiniones. Así, el climatólogo demuestra que algunos de los borradores del IPCC han sido modificados parcialmente en la redacción final de los informes, eliminando aquellas conclusiones que cuestionaban el origen antropogénico del calentamiento global.
Algunos párrafos eliminados o modificados en la redacción definitiva del segundo informe del IPCC (1995) son elocuentes, tal y como expone el documento de Gray:

SECCIÓN 8.4.1.1
“No se excluye la posibilidad de que una parte significativa de la tendencia (calentamiento) se deba a factores naturales”. MODIFICADA
SECCIÓN 8.4.2.1
“Ninguno de los estudios antes citados han puesto de manifiesto una clara evidencia para que podamos atribuir los cambios observados (temperatura) a un incremento específico en la emisión de GEI”. ELIMINADA
SECCIÓN 8.6
“Finalmente, llegamos a la cuestión más difícil de todas: ¿Cuándo podemos atribuir de un modo inequívoco el cambio climático a causas antropogénicas (emisión de CO2)? [...] No es de sorprender que la mejor respuesta a esta pregunta sea No lo sabemos”. ELIMINADA

Intereses gubernamentales

De este modo, las opiniones contrarias a la tesis del CO2 como causante del calentamiento han sido “eliminadas”, tal y como demuestra Gray. Por último, el climatólogo pone en evidencia que el último informe del IPCC (2007), tanto el Resumen para políticos como el técnico, ha sido cocinado exclusivamente por los representantes afines a los gobiernos promotores de la tesis sobre el cambio climático.
La mayoría de sus conclusiones “no han sido aprobadas” por los científicos del Panel integrados en el Grupo de Trabajo I, asegura Gray. Todo ello constituye un gran “engaño”, por lo que este científico aboga por la “disolución” del IPCC o, al menos, por aplicar una profunda reforma en el seno de su funcionamiento.
Los estudios del IPCC ignoran que “durante los últimos 8 años no ha habido calentamiento global”. Con el paso de los años como miembro del Panel, Gray concluye que la recopilación de datos y métodos científicos han sido empleados de forma “iarracional” por esta entidad, en teoría, científica.

El IPCC desaparecerá

Por todo ello, “considero que el IPCC es fundamentalmente corrupto. La única reforma que podría contemplar, sería su abolición”. Sus trabajos y sucesivos informes se han manipulado para tratar de demostrar que las emisiones de CO2 están “dañando el clima”.
Gray concluye que “la desaparición del IPCC, por desgracia, no sólo es deseable sino inevitable". La razón es que el mundo se dará cuenta lentamente de que "sus predicciones no van a ocurrir. La ausencia de cualquier calentamiento global en los últimos ocho años tan sólo es el principio. Tarde o temprano todos se darán cuenta de que esta organización, y la teoría que existe tras ella, es falsa. Lamentablemente, su influencia provocará graves problemas económicos antes de que esto ocurra".

El negocio del cambio climático
Empresas y fondos apuestan por industrias que se beneficiarán del aumento de las temperaturas. Para los inversores la clave estará en el agua
En este mundo extremo, en el que la nieve cae como estalactitas y en el que la OCDE advierte de que casi la mitad de la población mundial vivirá en 2030 en condiciones graves de estrés hídrico, algunos se preparan para hacer (mucho) dinero.
El calentamiento global aumenta la posibilidad de padecer alergias, incrementa los déficits nutricionales, multiplica la exposición a catástrofes ambientales y enfrenta a millones de seres humanos al desabastecimiento de agua y alimentos. Frente a esta situación, la industria actúa de dos formas: adaptándose o innovando. Y ambas pueden ser muy lucrativas. Por eso, ante esta “nueva normalidad” algunos emprendedores han lanzado diseños innovadores, como barreras contra tormentas marinas, islas y penínsulas artificiales o plantas desalinizadoras. El negocio lo abarca casi todo. Desde energías renovables (solar, eólica, marina) hasta sistemas para manipular el clima (geoingeniería). Pero, al lado de quienes crean viven quienes, sencillamente, aprovechan las nuevas oportunidades. La previsible carestía de agua provoca que cada vez más países e inversores acaparen tierras en África y Latinoamérica para asegurarse reservas acuíferas.
La plataforma Land Matrix ya contabiliza 35,64 millones de hectáreas (casi cuatro veces el tamaño de Portugal) acaparadas en el mundo. Además, como señala el periodista McKenzie Funk, quien acaba de publicar Windfall (The Booming Business of Global Warming), “el deshielo en el Ártico abre paso a la explotación de las petroleras” y a nuevas rutas de navegación y comercio, lo cual, a la vez, podría avivar la tensión geopolítica entre los países de la zona.

Los expertos alertan además sobre los efectos de este fenómeno en la producción global de alimentos. “La crisis alimenticia de 2008 es un buen ejemplo. Compañías como Cargil, que controla el negocio del grano, Monsanto [también habría que sumar a Bayer y Basf], primer fabricante de semillas genéticamente modificadas, o Yara, que domina el mercado de los fertilizantes, obtienen ya beneficios récord”, avisa Devlin Kuyek, experto de la ONG Grain. Y advierte: “El control de las multinacionales resulta cada vez más extremo”. Para lo discutible y para lo encomiable. En el sector del automóvil, los coches híbridos impulsados por General Motors, Honda, Ford y, sobre todo, Toyota sitúan a estos fabricantes como otros de los ganadores del calentamiento.
La quiniela de vencedores incluye también a otras industrias. Giles Money, de la gestora Schroders, espera que “la industria de la iluminación por led [consume mucho menos] crezca significativamente este año”. Habla, incluso, de un 30% para los próximos ejercicios y cita también al sector de la construcción, sobre todo en los mercados desarrollados, y al comercio electrónico, cuya baja huella de carbono, según Money, permite a los distribuidores mejores precios.

Por su parte, Luciano Diana, gestor del fondo Pictet Clean Energy, abre la conversación con un recuerdo. “El mundo gasta de media el 8% de su riqueza en energía, pero dos terceras partes se pierden antes de llegar al usuario”, sostiene. Bajo estas condiciones, el gran beneficiado del cambio climático será la eficiencia energética. Y ahí estarán las compañías de gas natural comprimido y licuado, más barato y limpio que el petróleo, o las empresas relacionadas con el ahorro de energía en la industria (Fanuc, Rockwell Automation o Delta Electronics).
Son nombres que forman frases en la novela del negocio del cambio climático. Y en ella, los seguros y las empresas que manejan información meteorológica harán caja. Por eso, Monsanto adquirió el año pasado la firma Climate Corporation, que suscribe seguros meteorológicos para granjeros. La idea es vender información a los agricultores que emplean sus semillas modificadas genéticamente. Quien conozca el tiempo ganará millones. A esa carta también juegan los grandes del seguro como AON, AIG, Zurich, Swiss Re o Lloyd’s. Esta última ve la cuenta de resultados fuera. “El cambio climático tendrá más impacto en otras partes antes que en Reino Unido. Al ser Lloyd’s una aseguradora global tenemos la responsabilidad de analizar estos impactos y asegurarnos de que todo, incluyendo precios y pólizas, va en consonancia con estos cambios”, indica Trevor Maynard, alto ejecutivo de Lloyd’s.

Ahora bien, una de las habilidades del capitalismo es su destreza para transformar un problema en un activo financiero con el que ganar dinero. Ya sea tangible, como el agua, o inasible como el dióxido de carbono. Aun así, para los inversores en el cambio climático la clave está en el agua. Las emisiones de carbono son invisibles. Pero los glaciares que se derriten, el agua que se evapora o las lluvias torrenciales son el auténtico rostro del calentamiento.
A partir de 2006, después de que Al Gore, exvicepresidente de Estados Unidos con Bill Clinton, presentara el documental Una verdad incómoda y que el deshielo en el ártico alcanzara en aquellos días su nivel récord, la industria financiera “reaccionó” a su manera. En solo dos años se lanzaron 15 fondos que invertían en agua y sus aledaños. En un suspiro reunieron 13.000 millones de dólares (9.492 millones de euros) y los grandes de la industria Goldman Sachs, UBS o Credit Suisse ficharon a analistas hídricos. Algo insólito. El agua iba a ser el petróleo.


El documental 'La gran estafa del calentamiento global', apoyado por decenas de científicos, economistas, políticos, escritores e incluso por el cofundador de Greenpeace, Patrick Moore, demuestra como la teoría del cambio climático no tiene ninguna base científica y se ha convertido en un inmenso negocio.

¿Nos han estado engañando con la gran mentira del clima?

Generalmente, la sociedad tiende a pensar que el aumento del CO2 es el gran motivo del cambio climático y del calentamiento global, pero los datos demuestran que no es así. De hecho, es la temperatura terrestre la que regula los niveles del CO2. Por ejemplo, los océanos liberan 80 toneladas de este gas, mientras que los humanos generan solo 7. Además, y según señalan los expertos del documental, el CO2 no es un gas contaminante.
A lo largo del reportaje, que dura 75 minutos, se desmitifican las teorías empleadas en los últimos años. Por ejemplo, se dice que la temperatura de la atmósfera está subiendo, como muestra de este efecto invernadero. El efecto invernadero existe porque sin él, los rayos solares serían rechazados y no calentarían la Tierra. Si hubiese un calentamiento global, las capas de la atmósfera deberían de tener mayores temperaturas que la superficie, pero en realidad, esto no es así.

El Sol regula la temperatura de la Tierra

Lo que demuestran los científicos, es que la temperatura del planeta está causada por la actividad solar.
De hecho, uno de los meteorólogos más premiados de Inglaterra, asegura en el documental que, para predecir la temperatura de la Tierra, hay que analizar el Sol. De esta manera, dependiendo de la actividad solar, en la Tierra hará más frío o más calor.
Además, si analizamos la temperatura de nuestro planeta de una manera histórica, se puede observar que, por ejemplo, entre el año 1.000 y el año 1.500 hacía más calor que ahora. ¿El motivo? Había mayor cantidad de manchas solares.

¿Por qué empezó la teoría del calentamiento global?

Para entenderlo, hay que remontase a la Europa de finales de los 80, con la caída del Muro de Berlín y la época de Margaret Thatcher. La 'dama de hierro' estaba muy preocupada por la energía, en plena crisis del petróleo y del carbón, y quiso buscar otra alternativa: la encontró en la energía nuclear. Para justificarla, Thatcher explicó al mundo de que ya no se producía CO2. El descubrimiento del agujero de la capa de ozono hizo el resto.
Contemporáneo en el tiempo, con el fracaso del comunismo y la caída de la URSS, muchos de los anticapitalistas vieron en el ecologismo otra forma de luchar contra el globalismo y los grandes poderes del capitalismo mundial. 
El propio cofundador de Greenpeace, asegura en el documental que la oleada de anticapitalistas llevó a la organización a pronunciar mensajes cada vez más radicales, para mantenerse siempre como una ONG antisistema. Y poder seguir viviendo del cuento.
Para los científicos, el deshielo de los polos en determinadas épocas es tan normal como la caída de las hojas. De hecho, se muestran datos en los que en siglos y milenios anteriores, los cascotes polares ocupan mucha menos superficie que ahora y aun así, las especies como los osos polares supieron adaptarse.

El millonario negocio de las subvenciones

Otro de los puntos que se tratan en este documental es el que afecta a los medios de comunicación y al aumento de las subvenciones. En primer lugar, los medios buscan noticias espectaculares, que muchas veces no son ciertas en lo referente al cambio climático. De hecho, si la temperatura de la Tierra fuese superior se producirían menos fenómenos atmosféricos y catástrofes naturales.
En segundo lugar, la lucha contra el cambio climático supone un gran desembolso por parte de los gobiernos de todo el mundo. Mientras que en el gobierno de Bush financiaba con 170 millones de dólares el avance de la ciencia meteorológica, actualmente se están destinando más de 2.000 millones de euros.
Pero no solo eso: este documental se muestra muy crítico contra el IPCC de la ONU. El IPCC es el organismo destinado al cambio climático: sin embargo, y para sorpresa general, la mayoría de los que ocupan esos puestos ni si quiera son científicos. Se ha convertido en otro cementerio de elefantes políticos y resort de puertas giratorias.

El documental censurado en todo el mundo

'La Gran estafa del calentamiento global' (en su título original, 'The Great Global Warming Swindle') el polémico documental censurado por los gobiernos de todo el mundo. El filme, realizado por el productor de televisión británico Martin Durkin, presenta a científicos, economistas, políticos, escritores y otros intelectuales de todo el mundo que desmontan, con argumentos y datos objetivos, la teoría del calentamiento global, al que califican como "el más grande fraude de todos los tiempos".

Más de 500 científicos aseguran que la emergencia climática es falsa


Soy un físico atmosférico. He publicado más de 200 artículos científicos. Durante 30 años he enseñado en el MIT, tiempo durante el cual el clima ha cambiado muy poco. Pero el grito de “calentamiento global” ha crecido dr forma cada vez más estridente. De hecho, parece que, cuanto menos los cambios climáticos, más fuertes son las voces de los alarmistas del clima. Por lo tanto, vamos a aclararnos y crear una imagen más precisa de dónde estamos realmente en el tema del calentamiento global o, como ahora se llama- “cambio climático”. Básicamente, hay tres grupos de personas que se ocupan de este problema. Los grupos uno y dos son científicos. El grupo de tres consiste, sobretodo en su núcleo, de los políticos, ecologistas y los medios de comunicación. El grupo uno se asocia con la parte científica del Panel Internacional de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático o IPCC (Grupo de Trabajo 1). Estos son los científicos que en su mayoría creen que el reciente cambio climático se debe principalmente a los humanos quemando combustibles fósiles: petróleo, carbón y gas natural. Esto libera C02, dióxido de carbono, a la atmósfera y, en su opinión, esto podría, eventualmente, calentar de forma peligrosa el planeta. El segundo grupo está formado por los científicos que no ven esto como un problema especialmente grave. Este es el grupo al que pertenezco. Somos por lo general referidos como escépticos. Observamos que hay muchas razones de los cambios climáticos: el sol, las nubes, los océanos, las variaciones orbitales de la tierra, así como una miríada de otras variables. Ninguna de ellas es del todo entendible, y no hay evidencia de que las emisiones de CO2 sean el factor dominante. Pero en realidad hay mucho acuerdo entre los dos grupos de científicos. 

Estos son los puntos aceptados: 
1) El clima siempre está cambiando. 
2) El CO2 es un gas de efecto invernadero, sin el cual la vida en la tierra no es posible, pero de añadir a la atmósfera se tiende al calentamiento. 
3) Los niveles atmosféricos de CO2 han crecido desde el final de la Pequeña Edad de Hielo en el siglo XIX. 
4) Durante este período (los dos últimos siglos), la temperatura media global ha aumentado ligeramente y de forma errática alrededor de 1,8 grados Fahrenheit o un grado Celsius; pero sólo a partir de la década de 1960 las emisiones humanas de efecto invernadero han sido suficientes como para desempeñar un papel fundamental. 5) Dada la complejidad del clima, no hay predicción confiable sobre el futuro de la temperatura media global o en qué resultará su impacto. El IPCC ha reconocido en su propio informe de 2007 que “la predicción a largo plazo de los futuros estados de clima no es posible.”

Cambio Climatico Padre Manuel María Carreira Doctor en Astrofísica.

La gran estafa del calentamiento global 
(documental doblado versión completa, no censurada)

La verdad sobre el cambio climático. El negocio de la ONU

La Entrevista | Julio Marvizón, meteorólogo

La gran estafa del calentamiento global documental doblado 
versión completa, no censurada



"El calentamiento global es una estafa, 
el cambio climático es de origen natural, 
el CO2 es muy bueno para el crecimiento de las plantas 
y la subida del nivel del mar es la misma que 
la de los últimos 300 años. 
Hacía mucho tiempo que el Polo Sur no tenía tanto hielo..."

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