EL Rincón de Yanka: EL LIBRO MALDITO DEL CHAVISMO (Y SU CAÍDA) por LUIS BATISTA 👿👥💥💀

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MARANATHÁ, VEN SEÑOR JESÚS, MARAN ATHA, EL SEÑOR VIENE

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miércoles, 17 de diciembre de 2025

EL LIBRO MALDITO DEL CHAVISMO (Y SU CAÍDA) por LUIS BATISTA 👿👥💥💀

 
El libro maldito del
CHAVISMO
(y su caída)

👿👥💥💀

Un bestiario sin piedad: 33 retratos en blanco y negro que convierten a la biografía del poder en una galería de monstruos. Entre carboncillo y verso satírico, este libro disecciona el chavismo como si fuera una plaga mitológica: cada capítulo es la fisionomía de un vicio, el culto, la violencia, la impunidad, la farsa; personificados en figuras oscuras, poderosas y terriblemente humanas.
Aquí no hay nombres para proteger la fábula; hay símbolos, apodos y caricaturas que hacen visible lo invisible. Ilustraciones crudas, textos cortos y poemas afilados se combinan para ofrecer una lectura tan estética como política: indignada, amarga y catártica. Además de las figuras demonológicas, encontrarás una introducción que explica la naturaleza del régimen y un prólogo diseñado para poner en contexto el bestiario como herramienta de memoria histórica y denuncia.
Este libro es para lectores que buscan entender la tragedia política desde la sátira y la imagen: para quienes quieren reírse de la ironía macabra y, a la vez, recordar quiénes pagaron el precio real. Una obra para coleccionar, debatir y regalar cuando la memoria necesita rito.
LA LITURGIA DEL CRIMEN Y LA LUCHA ESPIRITUAL

«Es que esos chavistas son unos demonios».

Hay batallas que se libran con armas visibles y hay guerras que se pelean en el hueco del alma. Lo que aquí llamamos chavismo no es solo una corriente política, ni siquiera una estructura del crimen organizado: es una religión baja, una liturgia del saqueo que ha revestido el poder con símbolos, ritos y gestos capaces de anular la voluntad. No basta analizar sus conveniencias económicas, sus actividades delictivas o sus fraudes administrativos; hay que mirar la maquinaria espiritualista que acompaña la opresión: la palería aplicada como lengua diplomática, la magia negra que se usa como amenaza simbólica, las prácticas ocultas que, en la penumbra, legitiman la transgresión de la ley, el terrorismo de Estado y la contabilidad del miedo.

Este libro entiende aquello como culto: una devoción que exige súplicas de obediencia, dádivas de lealtad y sacrificios de dignidad. Cuando el Estado invoca la obediencia, se convierte en altar; cuando la propaganda canta himnos de fidelidad, se vuelve misa negra. Los ritos son variados desde las ceremonias políticas que parecen procesiones satánicas hasta las maniobras de lo oculto -amuleto, oficio, pacto, sacrificio- que buscar atar voluntades y procurar impunidad. No son leyendas inofensivas: son herramientas de daño, y como todas herramientas de daño, dejan huella en los cuerpos, en las familias, en la memoria colectiva de un país poseído.

La experiencia sufriente del pueblo venezolano ha sido, también, una lucha espiritual ,además, de la existencial de supervivencia. No toda resistencia es política: muchas formas de resistencia son plegarias, vigilias y pequeños ritos de supervivencia. La fe popular -asesorada por santos, por cruces, por oraciones que huelen a casa- ha sido una forma de escudo. Frente a la palería y la brujería instrumentalizadas para el poder, el pueblo ha respondido con eucaristías improvisadas, con rosarios en los hospitales, con ofrendas y con canciones que invocan la dignidad. Esa lucha, interior y colectiva, es la otra cara de la historia: la que no aparece en los boletinas, pero que sostiene la posibilidad de reencontrarse.

Y, ¿qué hace a un hombre o una estructura digna de ser llamada demoníaca? No es la estética ni el disfraz: es la verdad honda de la acción.
La verdadera maldad del alma es la capacidad de convertir la compasión en cálculo, de intercambiar vidas por poder, de domesticar la empatía hasta volverla instrumento de venganza.
Hoy presentamos con solemnidad y con furia contenida, estas páginas. Porque exponer al demonio por su nombre es el primer paso para el exorcismo. Es el primer paso para erradicar la maldad.

Ese tipo de maldad es fría, rutinaria, repetitiva: no puede aparecer con cuernos, sino con firmas, contratos, listas y órdenes. Cuando un funcionario organiza y planifica la miseria como política, cuando un burócrata matraquero transforma la vida humana en cifra, cuando una cúpula convierte la fe en moneda de cambio, ahí nace el demonio: en la elección consciente de hacer daño sistemático y perdurable.

Por eso, este bestiario no es una galería de insultos: es una cartografía simbólica de tantos vicios y pecados hechos sistema integral. Cada demonio es un rostro de la máquina podrida: a veces un cargo, a veces un arquetipo, siempre un modo concreto de hacer daño. Los nombres aquí tallados -espejos, epítetos, heridas- buscan iluminar lo que se esconde debajo de los disfraces: las redes del miedo, la economía de la ración y el control por hambre, la liturgia del clientelismo, la industria del olvido y la represión.

Exorcizar no es matar a la sombra que vemos, es nombrarla con precisión, es quitarle la función sagrada que ocupó, es devolverle su condición humana para someterla a juicio moral y público. Exorcizar es también memoria: hacer que los actos sean legibles para que la justicia y la reparación puedan nacer. Por eso tomamos la palabra, el carbón y la pluma, la risa cortante y la indignación como instrumentos rituales, convertimos la creatividad en arma de luz.

Hoy, como en los viejos y oscuros libros de sellos y conjuros, enumeramos y describimos a 33 figuras diabólicas que han poseído a mi país. Hoy toca exorcizarlo, con arte, con testimonios y con verdad. Hasta que la respiración de Venezuela vuelva a ser suya y su alma liberada.

Porque el bien siempre derrota al mal. Y sí, los malos son ellos.

San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla;
sé nuestro amparo contra la perversidad
y asechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno
con el divino poder a Satanás
y a los demás espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
- y sobre todo en Venezuela -
para la perdición de las almas.

VER+:






 

En sus páginas se revela el bestiario infernal del chavismo: 33 criaturas que arrasaron con un país y lo convirtieron en una pesadilla colectiva. Dibujados como bestias del abismo, narrados como profecía y sátira, cada demonio representa una parte del mal que nos marcó.
Escrito por Luis Batista, autor de Expedientes del Chavismo y Pastillas de Memoria, este libro mezcla arte, terror político y fe.
Porque el pueblo venezolano, aferrado a Dios y al fuego justo, sigue expulsando a las bestias.
Prohibido olvidar.