El sargento Anton Schmid
(9 de enero de 1900 - 13 de abril de 1942).
Anton Schmid era un devoto pero apolítico católico romano y electricista de profesión, que fue reclutado en el ejército austrohúngaro durante la Primera Guerra Mundial y en la Wehrmacht durante la Segunda Guerra Mundial, pero no se esperaba que sirviera en el frente debido a su edad.
Al principio estuvo destinado en Polonia y Bielorrusia. A finales de agosto de 1941, después de la invasión de la Unión Soviética, fue transferido al Batallón Landeswehr 898 en Vilna, entonces parte de la zona de ocupación alemana del Reichskommissariat Ostland. Schmid fue reasignado a una oficina llamada Feldkommandantur 814, cuyo personal se encargó de recoger a los soldados alemanes que habían sido separados de sus unidades y reasignarlos. Aunque el sargento Schmid interrogaba a los soldados estrictamente, simpatizó con ellos (muchos de ellos sufrían de fatiga de combate) y evitó acusarlos de delitos bajo la ley militar alemana, como la deserción o la cobardía frente al enemigo, lo que hubiera tenido como resultado una corte marcial y la pena de muerte.
Comenzó a ayudar a los judíos después de ser abordado por dos suplicando su intercesión. Schmid escondió judíos en su apartamento, obtuvo permisos de trabajo para salvar a los judíos de la masacre de Ponary, transfirió judíos en camiones de la Wehrmacht a lugares más seguros y ayudó al gueto de Vilna.
Se estima que salvó hasta 300 judíos antes de su arresto en enero de 1942. Schmid fue sometido a un consejo de guerra por proteger activamente a los judíos, condenado a muerte y fusilado el 13 de abril de 1942.
Fue uno de los tres únicos soldados de la Wehrmacht que fueron ejecutados por ayudar a los judíos.
El escritor y cazador de nazis Simón Wiesenthal ha reproducido declaraciones de judíos de Vilna en las que se refirieron al cabo Anton Schmid:
"Bajo un riesgo absoluto entraba en el ghetto para llevar alimentos a los hambrientos judíos. En sus bolsillos escondía mamaderas con leche para los bebés. El sabía que en los bosques había judíos escondidos y se preocupó por hacerles llegar alimentos y medicamentos así también como armas de la Wehrmacht para que defendieran sus vidas. Hasta prestó su casa para refugiar a perseguidos”. Judíos de Vilna
“Anton Schmid hizo todo sin esperar agradecimiento. Lo hacía de pura bondad. Para nosotros, ese hombre alto, delgado, tranquilo, en su uniforme de soldado alemán era algo así como un santo”.
En las cartas que escribió a su mujer Steffi y a su hija Grete esperaba ya su rápido fin, pero lo explicaba diciendo que no podía de otra manera, que poseía un “corazón demasiado blando”. Judíos perseguidos
Sargento de la Wehrmacht (nombre de las fuerzas armadas alemanas por el régimen Nazi, encuadraba las Waffen-SS), fue testigo de la persecución y hacinamiento de los judíos en Ghettos, y del asesinato de cientos de ellos. Schmid, escribió una carta a su mujer, describiendo su horror ante la visión de los crímenes en masa; ¿Sabes lo que es eso para mi corazón?, no puedo pensármelo, debo ayudarles. Salvó la vida de miles de judíos y solo proclamaría:
"Yo solo actúo como un ser humano que no quiere hacer daño a nadie". Anton Schmid
Alemania rebautizó, la base militar de Feldwebel, con el nombre de Anton Schmid, en honor a su valentía. En Viena hay una calle con su nombre.
En 1964, más de 20 años después de su muerte, el estado de Israel y el Yad Vashem, le otorgaron el titulo de Justo entre las Naciones, por su conducta humanitaria, por su heroísmo, y por su valentía. Nunca se hubiera conocido la historia de Anton Schmid, de no ser por los que le deben sus vidas.
Anton Schmid usó su uniforme para salvar 300 vidas
en el gueto de Vilna sabiendo que le costaría la suya.
Una historia real de coraje imposible.


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