Congreso Nacional de Laicos
“Pueblo de Dios (en entrada y...) en salida”
“Pueblo de Dios (en entrada y...) en salida”
Jesús nos reta a saber leer los signos de los tiempos (GS 4). “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación” (Cf. Mc 16,15), ese es el gran desafío que tenemos como Iglesia. En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: Cuando veis una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: “Va a llover”, y así sucede. Y cuando sopla el sur, decís: “Viene bochorno”, y así sucede. ¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo? ¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? (Lc 12,54-57).
DOCUMENTO-CUESTIONARIO
CONGRESO NACIONAL DEL LAICADO
CONGRESO NACIONAL DEL LAICADO
De camino al 14 de febrero 2020
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Los laicos están llamados a convertirse en los protagonistas en la iglesia española de este curso que ahora comienza.
«La reflexión principal girará en torno al laicado, parte fundamental de ese Pueblo de Dios, y a su papel en la Iglesia y en el mundo», explican desde la organización del encuentro. «El gran objetivo es dinamizar el laicado y, sobre todo, ponerlo en la dirección de una Iglesia en salida que acompañe a los hombres y a las mujeres en sus anhelos y necesidades».
«Por un lado nos falta comprender todavía el papel que estamos llamados a desempeñar dentro de la Iglesia pero, principalmente, lo que se espera de nosotros fuera de ella». «El mundo, a pesar de que parece que rechaza la fe, a Dios y a la propia Iglesia, sigue teniendo necesidades y la Iglesia tiene respuestas. Nos corresponde sobre todo a los laicos hacer llegar esas respuestas». Y tras los retos, las tentaciones.
«Los laicos tenemos esta doble tentación de, por un lado, centrar nuestra misión en el interior de la iglesia renunciando a lo que está fuera o, al contrario, estar simplemente fuera y dejar nuestras funciones dentro de la Iglesia».
Bajo el lema ‘Pueblo de Dios en salida’, el evento, auspiciado por la Conferencia Episcopal, se celebrará en febrero de 2020
“Nos importa mucho que después no quede en papel mojado”, asegura Dolores García, presidenta del Foro de Laicos
Aunque sea en las profundidades y no haya trascendido visiblemente a la superficie del paisaje, lo cierto es que se está produciendo todo un movimiento sísmico en la Iglesia con la toma de conciencia de que el 95% de sus miembros son laicos: ni sacerdotes, ni religiosas, religiosos o consagrados. Y estos laicos no son el objeto de la misión evangelizadora de los no laicos, sino verdaderos corresponsables de la misión del Pueblo de Dios en salida.
“Pueblo de Dios en salida” es, precisamente, el camino que la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar (CEAS) ha propuesto para hacer efectivo el paso de un laicado concebido como consumidor de actividades eclesiásticas a un laicado corresponsable. Habrá un congreso nacional de laicos, sí, pero ‘Pueblo de Dios en salida’ no es solo el título: es también el antes y el después.
“Se trata de un camino protagonizado por los laicos. Empieza antes del Congreso y planteará líneas concretas de proyección del laicado para los próximos años”.
Un marcado carácter sinodal y práctico
La Plenaria de la Conferencia Episcopal de abril de 2018 aprobó la celebración del Congreso Nacional de Laicos. Encargó su organización a la CEAS, que informó de los avances durante la Comisión Permanente, celebrada los pasados 26 y 27 de febrero. El sábado 9 de marzo se celebra en Madrid un encuentro con los delegados diocesanos de apostolado seglar y presidentes de asociaciones de movimientos laicales para presentarles el itinerario, escuchar y recoger sugerencias: serán unas 90 personas, y un momento clave en el impulso de este camino.
El proceso tendrá el marcado carácter sinodal, de discernimiento y espiritual que Francisco quiere imprimir en la Iglesia. La primera etapa (precongreso) será en el ámbito diocesano, de los movimientos y asociaciones hasta octubre de 2019. Se organizarán grupos de laicos para reflexionar, con el método de la lectio divina, a la luz de la exhortación Gaudete et exsultate, sobre la vocación universal a la santidad, y para trabajar el documento-cuestionario “Un laicado en acción”. Las experiencias y sugerencias se recogerán en un encuentro diocesano, y servirán para elaborar un Instrumentum laboris entre noviembre de 2019 y enero de 2020. Romero calcula que unas 45 diócesis de 69 trabajan ya los materiales que se les ha distribuido.
Que no se quede en papel mojado
La segunda etapa será propiamente el Congreso “Pueblo de Dios en salida”, del 14 al 16 de febrero. No será un congreso al uso de ponencias: “Es un congreso de laicos, preparado por los laicos, en el que van a hablar los laicos; ellos mismos harán las propuestas concretas de acción para los próximos años”, asegura Dolores García, presidenta del Foro de Laicos, y miembro de la comisión organizadora.
“Los laicos serán el 95% de los participantes y los que hablarán; los obispos, escucharán”; los cuatro temas que vertebrarán el Congreso: primer anuncio, acompañamiento, formación y presencia pública.
“Nos importa mucho que después no quede en papel mojado”, afirma Dolores García. Por ello, la tercera etapa, o postcongreso, “tratará de concretar las líneas de acción en la realidad diocesana y de los movimientos y asociaciones, potenciándose el seguimiento mediante acciones a través de encuentros periódicos que ayuden a reforzar la vocación e impulsar la misión de los laicos”, explica.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
El objetivo general es impulsar la conversión pastoral y misionera del laicado en el Pueblo de Dios, como signo e instrumento del anuncio del Evangelio de la esperanza y de la alegría, para acompañar a las personas en sus anhelos y necesidades, en su camino hacia una vida más plena.
- Tomar conciencia de la vocación bautismal, de la llamada universal a la santidad y, por tanto, de la responsabilidad laical en nuestras comunidades y en la transformación del mundo. La vocación bautismal del laicado para la misión.
- Potenciar la caridad política como corazón de la identidad y espiritualidad laical. Dimensión socio-política de la fe.
- Transmitir, desde el discernimiento, una mirada de esperanza ante los desafíos que nos presenta la evolución de nuestra sociedad actual. Vivir la misión con alegría y esperanza
- Ser espacio de comunión, como Pueblo de Dios, desde el cual promover nuevas dinámicas de trabajo pastoral en las Diócesis y a nivel nacional en lo que concierne al apostolado seglar, para llegar a los bautizados, alejados por cualquier causa. Comunión para la acción misionera.
- Visibilizar la realidad de un laicado que, a título personal y familiar, en movimientos, asociaciones y comunidades, desde la vivencia del Evangelio, comparten experiencias y líneas de acción en la Iglesia y en el mundo. Llamados a ser “discípulos misioneros” en la Iglesia y en mundo.
CLAVES DE FONDO
- Dar voz al laicado asociado y no asociado, en tanto que somos auténticos protagonista de este proceso. Se trata, por tanto, de desarrollar una actitud de escucha, de aspiraciones y de experiencias.
- Vivir la sinodalidad y la corresponsabilidad laical. Somos miembros del pueblo de Dios, llamados, junto con nuestros Pastores, a una misión en la Iglesia y en el mundo.
- Ejercitar el discernimiento a la luz de la Palabra que transmite y vive la Iglesia.
- Promover una cultura del encuentro frente a la cultura del descarte, en clave misionera.
- Impulsar un laicado en entrada, en salida y alegre. Tenemos como Iglesia un mensaje positivo y de servicio que deseamos ofrecer, desde la sencillez, a la sociedad actual, descubriendo también los signos de la presencia de Dios que hay en el mundo de hoy.
NOTA IMPORTANTE
En cada pregunta se ofrecen diversas respuestas opcionales. Responder señalando solo tres de las ideas indicadas (señalar con una X sobre el recuadro). Si no encuentran las respuestas entre las indicadas, responder por escrito con una o dos líneas que se suman a las tres señaladas con la X.
RECONOCER ES LO PRIMERO
INTERPRETAR A LA LUZ DEL ESPÍRITU
ELEGIR CAMINOS DE RESURRECCIÓN
DATOS PERSONALES
INTERPRETAR A LA LUZ DEL ESPÍRITU
ELEGIR CAMINOS DE RESURRECCIÓN
DATOS PERSONALES
“Deseamos aprender a vivir como una Iglesia en salida, que sale realmente de sí misma para ir al encuentro de los que se fueron o de los que nunca han venido y mostrarles el Dios misericordioso revelado en Jesucristo. «La alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera»” (Iglesia en misión al servicio de nuestro Pueblo, Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española, 14)En Iglesia en misión al servicio de nuestro Pueblo se nos invita, a la hora de reflexionar sobre el papel de la Iglesia, a empezar por nosotros mismos, por nuestra propia responsabilidad.
Para salir, primero hay que entrar.
Iglesia en Entrada para ser Iglesia en Salida...
Iglesia en Entrada para ser Iglesia en Salida...
Sí a una Iglesia “en salida”; pero antes, o al unísono, una Iglesia “en entrada”. Una Iglesia evangelizadora tiene que ser siempre una Iglesia evangelizada, o comprometida en un serio proceso de evangelización intraeclesial. Pablo VI nos lo recordó meridianamente en su siempre actual “Evangelii nuntiandi”. Nuestra Iglesia, nuestras comunidades, parroquias y diócesis, tienen que entrar en sí mismas, en un arduo, profundo y sincero análisis de sí mismas para sumarse al reto de Francisco, que es, obviamente, el reto de Cristo.
Necesitamos un honesto “examen de conciencia eclesial” que nos permita ser discípulos/misioneros, como nos decía Aparecida y nos repite tanto Francisco; sólo así podemos percibirnos en un “estado permanente de misión” (Aparecida 201, EG 25). Si esta vez no hacemos las cosas bien, si todo se queda en el último eslogan, el último grito, la palabra puntual de moda para titular documentos y edulcorar conferencias, volveremos a morder el amargo sabor del fracaso evangelizador.
Y continuaremos lamentándonos, echando balones fuera, blindándonos en una espiritualidad desencarnada y anacrónica, contando el número de fieles de la misa del domingo pasado, expidiendo certificados y “partidas”, soñando el regreso de los jóvenes y los matrimonios, celebrando muchas misas y pocas eucaristías, y, sobre todo, se irá agrietando cada vez más en nuestro interior “la alegría del Evangelio que llena el corazón y la vida de quienes nos encontramos con Jesús” (EG, 1).
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Lamentablemente no veo ningún aspecto positivo porque realmente no estamos ni en camino de entrada ni de salida ni de nada.
Puro quietismo en una jerarquía sin conversión ni renovación.
Se requiere un cambio profundo de la eclesiología y del clericalismo mental y eclesiástico.
Una Iglesia más eclesial y menos eclesiástica.
Hay que crear verdaderos espacios de diálogo eclesial sin preguntas condicionadas.
Una Iglesia más evangélica que contagie esperanza y entusiasmo.
Los documentos pastorales se incumplen como es el caso del CLIM que no hizo nada para la promoción del FORO DE LAICOS.
La Iglesia no es una ONG. La Iglesia que no evangeliza no es Iglesia.
Es un escándalo la COPE y 13 TV. Unos medios que no evangelizan. Y eso que el derecho canónico dice que los obispos no pueden ser empresarios ni mercantilistas.
La Iglesia es apostólica, profética y carismática (diakónica y koinónica).
Gran parte de la propia jerarquía eclesiástica son obstáculos escandalosos para nuestra vocación cristiana.
El consejo económico parroquial debe organizarse con espíritu comunitario, eclesial y transparente.
DESARROLLAR LA VERDADERA COMUNIÓN ECLESIAL Y SEGLAR:
UN TEMA PARA REFLEXIONAR, PARA DESARROLLAR Y PARA COMPRENDERLO QUE NOS ESTÁ PERJUDICANDO EN LA TRANSMISIÓN EVANGÉLICA.
Hay una gran falta de inter-conexión y de coordinación estructural eclesial. Me explico:A pesar de que hay una gran y buena Estructura de organización Eclesiástica: parroquias (comunidad de comunidades), ARCIPRESTAZGOS, VICARÍAS, DIÓCESIS, PROVINCIA... ETC. Ahí está el problema sustancial, es un problema de sustantivos: Ya no puede ser únicamente una organización eclesiástica, sino, que debe ser auténticamente y genuinamente "ECLESIAL", EN TODO EL SIGNIFICADO ACTUAL QUE TIENE EL NOMBRE "ECLESIAL", DENTRO DE UNA ESPIRITUALIDAD Y FUNCIONALIDAD DE COMUNIÓN. AHÍ ESTÁN LOS DOCUMENTOS DEL CONCILIO VATICANO II Y LAS CARTAS PASTORALES EPISCOPALES. Es la misma disfunción estructural y funcional eclesial la que delimita y desintoniza la comunicación diocesana y al mismo tiempo la transmisión del evangelio.Además de la estructura eclesiástica de mayor responsabilidad y de mayor dirección para subordinar y coordinar las respectivas estructuras laicales o ministeriales dentro del consejo parroquial. En cada parroquia, arciprestazgo, vicaría; tienen que haber una coordinación eclesiástica y una coordinación (o diaconía) laical o ministerial. Es decir un coordinador de laicos en general compuesto por un coordinador de catequistas, un coordinador del ministerio de música, así como lo hay de cáritas o de asociaciones o cofradías, etc... Todo tiene que ser desde la misma base o parroquia, pasando por los arciprestazgos, las vicarías y las diócesis en coordinación totalmente eclesial. (Pero no tiene que basarse en ACCIÓN CATÓLICA. NO PUEDE SER PARALELA AL APOSTOLADO SEGLAR EN GENERAL. NO PUEDE HABER DISTINCIONES). O más sencillamente habrá que ir desarrollando el consejo pastoral a mayores ámbitos, no tan solo parroquialmente, sino además, arciprestagamente, vicarialmente, diocesanamente y provincialmente y nacionalmente y mundialmente. Como también, el tema de los movimientos estaría resuelto si se cumpliera nuestro SABIO Y DISCERNIDO DOCUMENTO "CLIM", SOBRE EL TEMA DEL FORO DE LAICOS DIOCESANOS. UNA PLATAFORMA DE INTERCONEXIÓN DE LOS DIFERENTES MOVIMIENTOS O ASOCIACIONES LAICALES Y ECLESIALES... COORDINADOS O ESTRUCTURADOS BASÁNDOSE EN LA ORGANIZACIÓN ECLESIÁSTICA: PARROQUIAS, ARCIPRESTAZGOS, VICARÍAS, DIÓCESIS, ETC...
Es una cuestión de cambio de mentalidad, de cambio de sistema, de cambio de lenguaje. Cada vez más, los laicos notamos la gran irrealidad de concordancia eclesial que hay en nuestra Iglesia. Ya que como ha dicho el expresidente nacional del foro de laicos, Juan José Rodríguez: "Lo de la corresponsabilidad está muy claro a nivel doctrinal, pero a la hora de la verdad es difícil hacer un ejercicio práctico de ella" Y porque lo que es nuevo pide novedad, que no es lo mismo que "novedosidad". Porque los problemas actuales necesitan soluciones actuales. El vino nuevo necesita odres nuevos". Para poder discernir los "nuevos" signos de los "nuevos" tiempos en el mundo y dentro de la misma Iglesia. La "nueva" pastoral requiere per se un "nuevo o renovado" sistema estructural eclesial. Nuevas estrategias, nuevos planteamientos, nuevos métodos...
Como dice La Palabra: "Cuando se reúnen, cada un@ puede participar con un carisma. Pero que todo sirva para edificar"....para que todos aprendan y todos sean animados... no impidan que se hable... Pero que todo se haga decente y ordenado". 1Cor 14,1
Se nos habla de participación con sentido común. Para el bien común no para el propio... con sentido cooperativo, constructivo y edificativo. Tenemos que pensar, sentir y actuar diocesanamente, eclesialmente como pueblo de Dios. Como dice una moderna máxima "Piensa y actúa localmente y mundialmente". Tenemos que ir cambiando de mentalidad e ir actualizándonos: Necesitamos espacios no para los monólogos. Sino, para los diálogos compartidos y co-participativos de sugerencias y puntos de vista de la plena y total comunidad.
Hay una inmadura participación: Una participación indirecta e individualizada e individualizante y no compartidora, no comunitaria. Es que no damos tiempo ni espacio para poder explicar y expresar el por qué de tal sugerencia u opinión. No nos escuchamos, no hay sitio para el debate ni para el consenso ni para la decisión comunitaria. Tenemos miedo a la controversia... Tenemos miedo a la libertad de expresión comunitaria... Pero, ¿Por qué? Esto tenía que ser más involucrante... Más coordinado... Tenía que ser más compartido entre todos y todas. Para que fuera más constructivo y más sugerente y hubiese más iniciativas y entre todos surgirían nuevos puntos de vista que nos ayudarían a verlo más claro entre todos... Porque la comunión requiere la participación de todos los bautizados-discípulos:
La necesidad de una verdadera participación eclesial, exigencia de la misma comunión y misionariedad, reclama la tarea de trabajar, cada día más, por la recuperación del sacerdocio común de los fieles, hasta lograr que los laicos, -con especial atención las mujeres- en su rica diversidad carismática, lleguen a ser los protagonistas tanto de la renovación de la Iglesia como de la misión evangelizadora, con la clara conciencia de que gran parte de la responsabilidad del futuro de la Iglesia recae sobre ellos. Se trata de un protagonismo libre de todo clericalismo y que no reduzca su acción al ámbito intraeclesial.
La mayor participación eclesial de los laicos solicitará, a su vez: renovar cualitatívamente la presencia y acción de los ministros ordenados en la Iglesia (DA 186-208). Instaurar, reconocer e instituir los ministerios conferidos a los fieles que la comunidad necesite, de acuerdo a la amplia gama de carismas personales (cf. DA 211).
Fomentar y animar la incursión del laico en la sociedad para que la transforme según el querer de Dios, con la clara conciencia de que este es su campo específico de realización cristiana (cf. DA 210, 403, 406a, 497a, 505, 508, 517h).
Reconocer y asumir la capacidad que tienen los laicos, hombre y mujer, de participar y colaborar en la planificación pastoral y en la toma de decisiones en la vida eclesial (cf. DA 371, 451-458).
"Tú que duermes, despiértate,... No anden como tontos, sino como responsables. Sino que aprendan cuál es la voluntad del Señor. Más bien llénense del Espíritu Santo, y sométanse unos a otros por consideración a Cristo". Ef 5, 14-15
Como nos recuerda La Palabra: "Así, pues Cristo es quien dio los ministerios para la construcción del Cuerpo de Cristo. La meta es que todos juntos nos encontremos unidos en la misma fe y en el mismo conocimiento del Hijo de Dios"... Ef 4, 11-14
"Él (Cristo, la cabeza) da organización y cohesión al Cuerpo entero, por medio de una red de articulaciones, que son los miembros, cada uno con su actividad propia, para que el Cuerpo crezca y se construya a sí mismo en el amor". Ef 4, 15-16
Juan Carlos Vázquez
Iglesia del sagrado corazón de Jesús de La Coruña
Arciprestazgo Riazor
Vicaría de La Coruña
Diócesis de Santiago de Compostela
«En el modo que tenemos de vivir
las circunstancias, decimos ante todos,
quién es Cristo para nosotros»
L. Giussani
L. Giussani
✝️💞
Presentación Congreso de Laicos 2020 - Isaac Martín
VER+:
“Debemos ser pescadores de hombres,
no guardianes del acuario”
Mike Francen
SOÑEMOS LA IGLESIA. Canción inspirada en el documento Evangelii Gaudi
Ven espíritu Santo - Cristóbal Fones Sj
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