EL Rincón de Yanka: NI ESTATISMO NI LIBERALISMO: LIBERTAD POLÍTICA COLECTIVA DEMOCRÁTICA CONSTITUYENTE

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lunes, 14 de septiembre de 2015

NI ESTATISMO NI LIBERALISMO: LIBERTAD POLÍTICA COLECTIVA DEMOCRÁTICA CONSTITUYENTE

El liberalismo y el comunismo son la cara y la cruz del materialismo deshumanizador y autodestructor...
*
"La libertad no consiste en hacer lo que se quiere, 

sino en hacer lo que se debe." 

Ramón de Campoamor 


"Sin democracia, la libertad es una quimera".
Goethe

"NO QUIEREN CREER LOS DEMAGOGOS 
QUE LA PRÁCTICA DE LA LIBERTAD 
NO SE 
SOSTIENE SINO CON VIRTUDES 
Y QUE DONDE ESTAS REINAN 
ES IMPOTENTE LA 
TIRANÍA". 
SIMÓN BOLÍVAR

"La libertad significa responsabilidad, 
por eso, la mayoría de los hombres le tienen tanto miedo". 
George Bernard Shaw 

"Sin Dios y sin Religión 
no hay humanidad 
ni civilización" 
Yanka


Roto el respeto, la obediencia rota,
de Dios y de la ley perdido el freno,
vas marchando entre lágrimas y cieno,
y aire de tempestad tu rostro azota.
Ni causa oculta, ni razón ignota
busques al mal que te devora el seno;
tu iniquidad, como sutil veneno,

las fuerzas de tus músculos agota.

No esperes en revuelta sacudida

alcanzar el remedio por tu mano
¡oh sociedad rebelde y corrompida!
Perseguirás la libertad en vano,
que cuando un pueblo la virtud olvida,
lleva en sus propios vicios su tirano.

Gaspar Núñez de Arce, 
6 de enero de 1866.


El LIBERALISMO, EL INDIVIDUALISMO 

son de esos "ismos" corrupcionistas y viciosos.

En nuestras lenguas romances, el sufijo "ismo" 
sirve para denotar la corrupción de algo 
que en sí puede ser puro e íntegro.



LIBERTAD NO ES LO MISMO QUE LIBERALISMO

VER+:

                                  ...NO ES LO MISMO

"El exceso es un defecto, excepto en la caridad".


El liberalismo endiosa la libertad individual, El comunismo masifica la comunidad, el nacionalismo niega la existencia de otras naciones...


Estatismo 


proviene del francés etatisme, tiene dos significaciones principales: una en el campo de la filosofía, que significa la inmovilidad de lo estático y que, en consecuencia, se opone a lo dinámico; y otra en el ámbito de la política.



El estatismo es la preeminencia del Estado, paternalismo estatal, todo por el estado y para el estado. Por lo general este concepto se vincula con el marxismo, en razón de la transferencia de los instrumentos de producción hacia el sector público de la economía que éste propugna. Pero en realidad el concepto es más amplio. Es la traslación al Estado de responsabilidades y tareas, especialmente en el campo económico, que normalmente competen a la iniciativa privada. Y esto ha ocurrido no sólo en el marxismo sino también en el fascismo. Aunque con motivaciones diferentes, ambos sistemas ampliaron desmesuradamente el radio de acción estatal. En general, son estatistas las ideologías políticas que atribuyen al Estado funciones absorbentes. El proceso de estatificación marxista se inspira en el estatismo y conduce hacia él. Los totalitarismos fascistas incurrieron también en esta desviación. Es célebre la expresión de Mussolini: “Nada contra el Estado, nada fuera del Estado, todo dentro del Estado”. El Estado ubicuo de los fascistas y el Estado monopolizador de los comunistas fueron históricamente dos muestras claras de estatismo.



En política, liberal es el partidario DEL LIBERALISMO INDIVIDUAL, cuya expresión doctrinal es el liberalismo político.

El liberalismo, en fin, es el caldo de cultivo que la derecha aliña, creando las condiciones sociales, económicas y morales óptimas para el triunfo de la izquierda, que es la que mejor ha sabido vender las falsificaciones de la libertad inventadas por el liberalismo. Falsificaciones catastróficas para el hombre, que creyendo «elegir libremente» no hace sino ahondar en su esclavitud.

Tu libertad no empieza donde termina la de los demás, sino que, como dice Antonio García-Trevijano, tu libertad empieza donde empieza la libertad de los demás. 

¡Para que yo sea libre, tú tienes que ser libre! Sin embargo, esa libertad no se puede dejar en manos del respeto voluntario, que es una cuestión moral. Pues hay personas que respetan a los demás y personas que no se respetan ni a sí mismas. Debemos establecer unas reglas de juego que impongan ese respeto: las reglas de la libertad colectiva.



“El liberalismo... nació políticamente con la revolución francesa que inscribió como primer miembro de su triple lema: liberté; aunque sus raíces doctrinales se remontan por lo menos al protestantismo y al Renacimiento. El liberalismo es racionalista, es decir, proclama la autonomía de la razón, a la que convierte en diosa, negando de rechazo a todo otro Dios, en forma clara o sobreentendida. De la religión prescinde, considerándola a lo sumo, como cosa de sentimiento, es decir, como algo infrarracional e indigno del hombre, divertimiento inocuo de niños y mujeres. Respecto a la moral, cada uno debe forjarse la suya, según sus propias convicciones y las conveniencias sociales. En el orden político el liberalismo defiende que la misión del Estado es garantizar la libertad individual, evitantdo únicamente el choque violento de unas libertades con otras, con lo que se podría perturbar el orden público. Es la concepción llamada del Estado-gendarme. 


Por lo demás, el fuerte puede muy bien oprimir al débil; engañar al inocente el astuto; sorber al prójimo las entrañas el usurero; estrujar al pueblo por el terror el cacique; y llevar siempre, en una palabra, las de perder el hombre honrado y las de ganar el hombre sin ley y sin conciencia para el cual no hay arma prohibida. El liberalismo proclama naturalmente la libertad de pensamiento y de palabra y de conciencia y de cultos... La misma libertad para la verdad que para el error, porque para él no existen errores ni verdades, es escéptico; la misma para el bien que para el mal, porque para él ni el mal ni el bien absoluto existen. Y la libertad de contratación , porque ignora que exista un orden objetivo de justicia. En el orden económico, deshumaniza el trabajo, considerándole como una pura mercancía. Y el capital, al que rinde culto, como a su único dios. Y defiende el libre cambio, lo mismo entre individuos que entre naciones; libre cambio en que queda siempre aplastado el pobre y el débil, y más honrado y potente el rico y el poderoso. El liberalismo es pecado y fue siempre condenado por la Iglesia.”



1. DEFINICIÓN.
El liberalismo, llamado también individualismo, es una doctrina, que exaltando la bondad natural de la persona humana (del individuo), afirma en consecuencia la bondad de su conducta libre y autónoma, y establece por lo tanto el derecho a la libertad como el derecho más fundamental del hombre. El Liberalismo es, pues, una exaltación del "individuo" y una glorificación de la "libertad humana", cuyos límites ensancha más allá de lo debido; más aún, naturalmente, dada la bondad natural de la persona humana no le reconoce límite alguno.

2. FUNDAMENTO FILOSÓFICO.
Una concepción naturalista del hombre en sentido rousseaniano. Rousseau, en efecto, considera al hombre "bueno por naturaleza"; son las estructuras jurídicas y sociales las que matan en él el desarrollo espontaneo de sus sentimientos naturales, siempre buenos y orientados naturalmente al amor obsequioso de los demás. Aquí está, pues, la raíz de los conflictos humanos. Por consiguiente, la clave de solución de los mismos estará en "la vuelta a la naturaleza" (Rousseau), a la sencillez primitiva, libre de trabas jurídicas y sociales. Ahora bien, tanto más nos acercamos a ese estado primitivo y natural, cuanto más libres pongamos al hombre de trabas jurídicas y legales que desfiguran y estropean su conducta.

3. CONSECUENCIAS.
A) La perfección del hombre está en la libertad (¡legal!), la conducta libre es la conducta naturalmente buena y perfecta.
B) Como el hombre tiene derecho a su perfección, de ahí que "el derecho fundamental del hombre, es el derecho a la libertad" (¡legal, es decir, a que no se le someta a ninguna ley).

4. LIBERALISMO POLÍTICO.
De estos principios se sigue en el orden político:

4.1 La ordenación social no puede hacerse de una forma heterónima (por ley impuesta por una autoridad superior), sino autónoma, es decir, por "la voluntad de todos", que naturalmente encontrará el mejor modo de armonizar socialmente las libertades de cada uno de los individuos.
4.2 Esta "voluntad general" es la soberanía del pueblo o democracia, única forma de gobierno compatible con el derecho fundamental del hombre a su libertad. Esta voluntad general se manifiesta por el llamado "sufragio universal". El Estado democrático es el pueblo mismo, la "voluntad de todos" que directamente se gobierna a sí mismo. "Cualquier otra forma de gobierno, no serían los hombres mismos, sino instituciones jurídicas -como partidos, cooperaciones, clases- que le crecen al pueblo como excrecencias artificiales, quitándole su libertad". (Hirschberger, p. 382).
4.3 El ordenamiento social conseguido por la ley democrática(ordenamiento jurídico) pretende la armonía social, es decir, que cada uno pueda ejercer su derecho a la libertad sin perjuicio de la libertad de los demás. Para ello cada uno cede libremente (autónomamente) de su parte, de su libertad. El derecho a la libertad queda así limitado, materialmente por el derecho de los demás, formalmente por autolimitación (autonomía), y por consiguiente sin merma de la propia dignidad. El derecho natural a la libertad así limitado es el derecho positivo. La Ley es una autolimitación libre de la propia libertad, compatible con la dignidad humana, que sólo puede conseguirse en un régimen democrático, en el sentido de Rousseau.
4.4 El fin del Estado es, por consiguiente, salvaguardar las libertades individuales, restringiendo legalmente el "mínimum" posible de libertades, o sea, concediendo las máximas posibles, y asegurando la paz pública, es decir, vigilando para que nadie impida a los demás el ejercicio de su libertad individual, que cada uno haga lo que quiera con tal que no moleste al vecino.
4.5 Si este es el fin del Estado, el Estado no tiene porque reconocer oficialmente una religión (laicismo de Estado), ni concordar con la Iglesia (Separación de la Iglesia y el Estado).

5. LIBERALISMO ECONÓMICO.
Admite un orden económico regido por leyes fijas igual a lo que sucede en el orden físico de la naturaleza. En efecto, el hombre es una naturaleza material, que se mueve principalmente por intereses económicos. En esta actividad del "Homo Oeconomicus" se pueden reconocer las siguientes leyes:

5.1 El "Homo Oeconomicus" se rige en su actividad por la ley del máximo beneficio y del mínimo esfuerzo, es decir, desea la plena satisfacción de sus apetencias materiales (económicas) a cambio del menor esfuerzo.
5.2 La prosecución del interés particular redunda en beneficio del interés general, con la condición de que se garantice en igualdad de condiciones la libre concurrencia de todos y cada uno en el orden económico.

5.3 Por consiguiente, que se de:

5.3.1 Libertad de empresa. Es decir, la libertad de organización, libertad de condiciones en el contrato de trabajo: que tanto el patrono como el obrero pacten libremente como quieran, tanto el salario, como la duración de la jornada. Nada de salario mínimo, ni de duración de 8 horas de trabajo, ni de reglamentación del trabajo. Todo es lícito con tal de que se haga libremente.
5.3.2 Libertad de producción. cada empresario es libre para determinar la cantidad, la calidad, y la forma de la producción.
5.3.3 libertad de comercio. Interior y exterior sin trabas aduaneras. El comercio debe regularse por la ley de la libre concurrencia, por la ley de la oferta y la demanda.
5.3.4 Libertad de consumo. Cada uno puede usar y abusar libremente, como quiera de los bienes que posee.
5.3.5 Libertad de apropiación o derecho ilimitado de propiedad.

6. LA LIBERTAD CURA LOS ABUSOS DE LA LIBERTAD.
Es el gran axioma de la economía liberal: la economía, dicen, es como la lanza de Aquiles, que ella misma cura las heridas que hace.

7. EL ESTADO NO DEBE INTERVENIR EN LA ECONOMÍA.
Su acción debe ser solamente, vigilar el ejercicio de la plena libertad individual en armonía con las libertades de los demás: que se den para todos la misma igualdad de condiciones, y que nadie impida el derecho de os demás, y que e cumplan los contratos libremente estipulados. El Estado no debe intervenir positivamente en la vida económica y social. La defensa de la moralidad y la protección del débil no corresponde al Estado, a no ser que se viole la libertad individual de los demás. Es el "Estado gendarme". Su función se limita al famoso dicho: "laissez faire, laissez passar".

8. Se deben suprimir las Asociaciones profesionales (sindicatos) porque restringen el pleno ejercicio de la libertad individual. El Estado debe por consiguiente prohibirse.

Esto explica que al advenimiento del Liberalismo desaparecieran los antiguos gremios medievales, que habían agrupado en igualdad cristiana (cofradías) a los artesanos de un mismo oficio. De ellos dice León XIII: "los gremios de artesanos reportaron durante mucho tiempo grandes beneficios a nuestros antepasados" (R. N. n. 34). La revolución francesa decretó su supresión, en 1789. "Destruidos en el pasado siglo los antiguos gremios de artesanos, y no hubiéndoseles dado en su lugar defensa ninguna por haberse apartado las instituciones y leyes públicas de la religión de nuestros padres, poco a poco ha sucedido hallarse los obreros entregados, solos e indefensos, por la condición de los tiempos, a la inhumanidad de esos amos y al desenfrenado apetito de los competidores". (León XIII, RN/ n. 2) 

CRITICA DEL LIBERALISMO

1. SUS FRUTOS.
1.1 En el orden económico, gran incremento industrial y económico, formación de la gran industria.
En el orden social, ha sido una de las causas principales del "problema social". "Para explicar mejor como el comunismo ha conseguido de las masas obreras la aceptación, sin examen de sus errores, conviene recordar que estas masas obreras estaban preparadas para ello por el miserable abandono religioso y moral a que las había reducido en la teoría, y en la práctica, la economía liberal". (Pío XI. DR. n. 16). Todos los males que con razón denuncia mal en su obra "El Capital", que es la mejor crítica que se ha hecho del Capitalismo liberal, esencialmente abusivo e inhumano.

2. FUNDAMENTO FILOSÓFICO.

2.1 Es falsa y utópica su concepción naturalista del hombre, su exaltación de su bondad natural, habida cuenta de su realidad existencial después del pecado original.
2.2 Es falso que la perfección humana -la norma de la moralidad- esté en la libertad de toda ley moral. Este es el gran error fundamental del liberalismo, confundir la libertad física o el libre albedrío, con la libertad moral. El hombre es físicamente libre, pero no lo es, ni lo puede ser moralmente. (Loen XIII, Libertas, nº 3 - 6).
2.3 Es falso y pernicioso afirmar que el derecho a la libertad (moral o legal) sea un derecho del hombre y el más fundamental. El hombre que es esencialmente libre con libertad física, es esencialmente súbdito, siervo de Dios. "No hay afirmación más absurda y peligrosa que esta: que el hombre, por ser naturalmente libre, debe vivir desligado de toda ley" (Libertas, nº. 6). "Es necesario a todas las naturalezas y pertenece a la perfección propia de cada una de ellas ... que el ser inferior se someta y obedezca al Ser que le es superior" (ib. nº. 12). " Es totalmente contrario a la naturaleza, la pretensión de que no existe vínculo alguno entre el hombre, o el Estado, y Dios creador, y por lo mismo Legislador Supremo y Universal" (ib.).

3. LIBERALISMO ECONÓMICO.

3.1 Lo acertado.
3.1.1 Que el orden económico tiene sus leyes, aunque no tan absolutas como piensa el liberalismo, sino condicionadas a muy diversas circunstancias.
3.1.2 Que cierta libertad, tanto individual, como colectiva, es absolutamente necesaria para estimular la iniciativa, el esfuerzo, el rendimiento y la justa competencia. Pero todas estas libertades están limitadas por la ley natural, lo mismo que cualquier otra libertad de las que propugna el liberalismo. "La libre concurrencia ... dentro de ciertos límites es justa e indudablemente beneficiosa..." (Pío XI, Q. A. nº. 88).

3.2 Lo no acertado.

3.2.1 No es cierto que el móvil principal del hombre sea siempre el interés económico.
3.2.2 No es exacto que el bien común o el interés general sea el resultado de los intereses particulares. Muchas veces el bien común pide el sacrificio inmediato del bien particular.
3.2.3 no es correcto que la libre concurrencia por sí sola produzca siempre el bien económico y remedie los males que produzca. La prueba histórica la tenemos en los terribles males producidos por las competencias y monopolios del régimen liberal. "Ultimas consecuencias del espíritu "individualista" en economía, son esas que vosotros no solo estáis viendo, sino también padeciendo: la libre concurrencia se ha destruido a sí misma; la dictadura económica se ha adueñado del mercado libre; por consiguiente, al deseo de lucro ha sucedido la desenfrenada ambición de poderío; la economía toda, se ha hecho horrendamente dura, cruel, atroz". (Pío XI, Q. A. nº. 109).
3.2.4 Es falsa y funesta la absoluta libertad de empresa, y de contratación del trabajo. El trabajo no es una mercancía, que se compra según la ley de la oferta y la demanda. El salario no puede determinarse "libremente", sino que hay que tener en cuenta ante todo la ley natural. "Pase, pues, que obrero y patrono estén libremente de acuerdo sobre lo mismo y concretamente sobre la cuantía del salario; queda sin embargo, latente siempre algo de justicia natural superior y anterior a la libre voluntad de las partes contratantes..." (León XIII, RN, nº. 32).
3.2.5 Es falso que la intervención del Estado en el orden económico sea puramente negativa -"laissiez passer"- . El Estado no es sólo tutor, sino promotor del bien común, y según esto puede y debe subsidiariamente intervenir en el orden económico. (M.M. nº. 51-58). "Tampoco del recto orden económico puede dejarse a la libre concurrencia de las fuerzas. Pues de este principio, como de una fuente envenenada, han manado todos los errores de la economía "individualista", que suprimiendo, por olvido o por la ignorancia, el carácter social y moral de la economía; estimó que esta debía ser considerada y tratada como totalmente independiente de la autoridad del Estado, ya que tenía su principio regulador en el mercado o libre concurrencia de los competidores, y por el cual podría regirse mucho mejor que por la intervención de cualquier entendimiento creado" (Pío XI Q. A. nº. 88).


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