LA ACTITUD QUE ABRE PUERTAS
Sonreír, mantener la discreción, o ayudar a los demás. Claves para ser alguien agradable con quien todos desearán relacionarse.
Cambiar nuestra forma de ser es posible. Huya del “yo soy así” y entrene los puntos que aparecen a continuación. Es imposible fallar en todos. Puede que necesite trabajar unos cuantos. No se agobie. Los cambios requieren el deseo de renovarse, planificarlos, pasar a la acción, entrenarlos a través de la repetición y tener paciencia con ellos. Interprete con benevolencia. Si tiene alguna duda de la intención de un comentario o de la acción de alguien, es mejor que le pregunte antes que decidir que lo ha hecho o dicho para fastidiarle. Si piensa que los demás tienen malas intenciones, no se dará cuenta de lo bueno que puedan hacer por usted.
Expectativas positivas. El “piensa mal y acertarás” solo le lleva a anticipar que la gente le va a fallar. ¿Usted falla a los demás, es poco fiable, deshonesto, mentiroso? No, la mayoría de nosotros somos personas de bien. Nos equivocamos y cometemos errores, pero no suelen ser intencionados. Yo creo que ese refrán lo inventó el mismo que dice que “cree el ladrón que todos son de su condición”. Lo que esperamos de los demás condiciona el trato que tenemos con ellos. Si espera cosas buenas, será amable, sonreirá, dará tiempo, se sentirá tranquilo, confiará. Pero también ocurrirá lo contrario. Si espera que le fallen se fijará más en detalles negativos. Está claro que alguien en algún momento de nuestra vida va a ser injusto con nosotros. Pero sacar conclusiones de que todo el mundo será igual es un sinvivir. No es fácil relacionarse con personas desconfiadas porque nos hacen sentir deshonestos.
Flexibilidad. ¡Qué difícil es mantener una relación tranquila con alguien terco e inflexible! La capacidad de adaptación es una conducta inteligente y requiere flexibilidad. Transigir no es una debilidad. Ceder es tener empatía y reconocer que la opción del otro también es una buena opción. Si consiente, los demás también lo harán. Pero si no es capaz de adaptarse a los planes de los demás y se ofusca cuando no se sale con la suya, nadie querrá contar con usted porque supondrá una barrera para las prioridades del equipo o de otra persona. La flexibilidad mejora mucho la comunicación y facilita el entendimiento.
Dulzura. La dulzura se encuentra en el volumen, el tono, en la expresión facial, en las palabras que elige o en su mirada. Las personas dulces proyectan una calidez sincera. Su expresión facial invita a devolverles una mirada o sonrisa iguales. Su manera relajada de pedirle algo hace que se sienta valorado y querido. La dulzura es la mejor rival de la agresividad y del trato seco.
Transparencia. Guarde un as en la manga para los trucos de magia, pero no para relacionarse con los demás. Hable, exprese cómo se siente, qué le ocurre o lo que le preocupa. Hágalo con naturalidad. Las personas que hablan de sí mismas con naturalidad nos parecen cercanas. Por el contrario, hay personas que parecen misteriosas y que esperan que los demás adivinen lo que les pasa. Es gente que no nos hace sentir cómodos.
Deje la seriedad para las emergencias. No es sinónimo de responsabilidad. Sea divertido y desenfadado. Relacionarse con personas serias a veces es incómodo. No provoca un ambiente relajado y distendido en el que los demás se sientan con confianza para ser ellos mismos.
Trabaje su expresión facial y sus gestos. La sonrisa invita al otro a sonreír, y los demás le interpretan como una persona asequible, relajada y abierta a relacionarse. Sonreír es gratis y le abrirá muchas puertas. No mire por encima del hombro, ni levante el dedo acusador. La naturalidad a la hora de expresarse de forma agradable requiere un entrenamiento. Si ha decidido sonreír más, lo normal es que al principio su gesto risueño no le salga con toda la naturalidad del mundo. Pero concédase un tiempo.
Escuche y preste atención. Nos gusta relacionarnos con las personas que se interesan por nosotros y nos escuchan. Haga sentir bien a los demás prestándoles atención, reforzando las pasiones del otro, valorando sus progresos, elogiando detalles, desde la ropa que llevan a su último logro laboral. Deje la crítica y los consejos no pedidos. Se trata de pasar un buen rato, no de dar lecciones a otros.
"La forma en que ves a la gente es la forma en la que la tratas, y la forma en la que la tratas es en lo que se convierte". Goethe
Sea servicial, que no servil. Haga favores gratuitos, de esos que salen de uno con la única finalidad de ayudar y contribuir al bienestar de otra persona. No mida, actúe en función de su corazón, valores y sentimientos. Las personas serviciales se ofrecen: “¿Puedo ayudarte en algo?”. No se trata de estar al servicio de los demás y perder espacio para nosotros. Pero también hay que olvidarse de vez en cuando de uno mismo para pensar en qué y cómo puedo contribuir y prestar ayuda. Busque el término medio para tener tiempo para todo.
Pregunte e interésese por los otros. A las personas les gusta hablar de ellas mismas y se sienten a gusto cuando se les da la oportunidad de contar sus cambios, su vida en pareja, el futuro de sus hijos, intereses, el trabajo… No sea el protagonista de las conversaciones. No necesita tener una relación íntima con la persona para interesarse.
Mejor tener paz que tener razón. ¡Qué tranquilidad da poder permitirse no justificar todo, no tener que argumentar las ideas para sentirse comprendido y qué relax para cualquier intercambio, sobremesa o conversación! Las personas que siempre quieren llevar razón son agotadoras. Muestran con orgullo sus conocimientos, argumentos y se creen en posición de la verdad. No es agradable conversar con ellos.
Sea discreto, sobre todo con la información de otros. En este mundo de cotilleo en el que muchos viven la vida de los demás por no vivir la suya propia, se ha terminado por convertir el hablar de otros en algo normal. La indiscreción y la imprudencia le alejan de las relaciones de confianza. No hable de la vida privada, chismes o intimidades de nadie, y menos sin haber pedido permiso. No espere que le digan: “Esto no lo cuentes”. Coja la costumbre de no hacerlo.
Dice un proverbio del libro "Cómo ganar amigos e influir sobre las personas", de Dale Carnegie: Si quiere coger miel, no pegue puntapiés a la colmena. Esperamos ser bientratados porque forma parte del respeto que merecemos y porque nos hace sentir especiales. Pero este deseo debe acompañarse de comportamientos recíprocos y bidireccionales.
UNA PALABRA
CARLOS VARELA
Una palabra no dice nada
y al mismo tiempo lo esconde todo
igual que el viento esconde el agua
como las flores que esconden lodo
Una mirada no dice nada
y al mismo tiempo lo dice todo
como la lluvia sobre tu cara
o el viejo mapa de algún tesoro
Como la lluvia sobre tu cara
o el viejo mapa de algún tesoro
Una verdad no dice nada
y al mismo tiempo lo esconde todo
como una hoguera que no se apaga
como una piedra que nace polvo
Si un dia me faltas no seré nada
y al mismo tiempo lo seré todo
porque en tus ojos están mis alas
y esta la orilla donde me ahogo
Porque en tus ojos están mis alas
y esta la orilla donde me ahogo
13 consejos practiquísimos
para invertir en tus relaciones
1. Ten expectativas positivas
2. Busca relacionarte con personas
con una escala de valores parecida.
3. Sé flexible.
4. Trata a los demás con dulzura.
5. Sé trasparente.
6. Deja la seriedad para las emergencias.
7. Trabaja tu expresión facial y tus gestos.
8. Sé un tipo divertido y pásatelo bien.
9. Escucha y presta atención.
10. Pregúntate e interésate por los demás.
11. Sé servicial, que no servil.
12. Recuerda: mejor tener paz que razón.
13. Y no olvides ser discreto, especialmente con la información del los demás.
(Patch Adams)
Quiero conectar con la gente
Los comportamientos programados pueden ser alterados
si modificamos los factores ambientales.
El mapa de la empatía no es un concepto educativo, sino que se emplea como estrategia de marketing para convertir a las personas en clientes que compren productos o adquieran servicios servicios de una determinada marca. Por tanto, el mapa de la empatía tiene como finalidad comprender tan bien como sea posible al potencial cliente de una marca, entendiendo por comprender tanto sus necesidades explícitas como implícitas. Los que me leéis con asiduidad sabéis cuánto me gusta introducir elementos del marketing al ámbito educativo. Pues bien, el artículo de hoy quiere trasladar el mapa de la empatía a las aulas. Te aseguro que el resultado del artículo te va a sorprender por lo adaptable del mapa al entorno educativo. ¿Quieres saber cómo se aplica el mapa de la empatía en el ámbito educativo? Pues sigue leyendo y te lo enseñaré.
¿Qué es el mapa de de la empatía?
¿Para qué sirve?
El mapa de la empatía o lo que es lo mismo: conocer para vender más, conocer para entender más y mejor a tus alumnos. Tanto en el marketing como en la educación la relación con las personas debe basarse en el principio de la relación de confianza. Y para conseguir dicha relación de confianza se hace imprescindible la empatía para establecer relaciones que puedan perdurar en el tiempo. Tanto el marketing como la educación ha basado la relación entre clientes/alumnos a partir de lo que se llama la segmentación, es decir, establecer categorías, agrupaciones o segmentos en los que clasificar a los clientes/alumnos. No es que la segmentación sea algo negativo. Pero en este sentido el mapa de la empatía viene a ser una superación de lo que se entiende por segmentación, que en ocasiones tiende a agrupar y a generalizar sin obtener los resultados deseados. El mapa de la empatía quiere ir un paso más allá diseminando cuáles son las necesidades concretas de cada cliente/alumno para ofrecer la mayor atención y llegar a una mejor comprensión de la persona.
El mapa de la empatía es una herramienta creada por la empresa de consultoría de negocios XPLANE que tiene como objetivo conseguir un mayor grado de conocimiento de la persona profundizando en lo que les rodea, preocupa, anhela y desea. En concreto, Alex Osterwalter es quien propone la creación de lo que se denomina el mapa de la empatía con la finalidad de comprender mejor a las personas y así poder usar dicha información en satisfacer sus necesidades y ayudarlas a partir de las informaciones que de ellas se obtienen.
El mapa de la empatía aplicado al ámbito educativo. ¿Para qué sirve?
Cualquier alumno que se precie tiene unas características
que podrían considerarse comunes y que son:
Aspiraciones
Necesidades
Frustraciones
Partiendo de estas tres premisas es donde el mapa de la empatía genera seis preguntas básicas con las que poder entender mejor a las personas y, por ende, a tus alumnos.
Los 6 elementos básicos del mapa de la empatía. Haciendo las mejores preguntas para obtener un mayor y mejor conocimiento de tus alumnos.
1. ¿Qué piensa y siente el alumno? Hay que preocuparse y ocuparse de los que piensa y siente cada alumno. Para hacerlo es indispensable tener en cuenta los siguientes aspectos:
Conocer qué mueve al alumno.
Saber cuáles son sus verdaderas preocupaciones.
Descubrir lo que realmente le importa y no es capaz de verbalizar.
Preguntarle cuáles son sus intereses, preocupaciones y aspiraciones.
2. ¿Qué dice y hace el alumno? Es fundamental para el buen conocimiento de cualquier alumno conocer tanto lo que dice como lo que hace. Para ello se puede partir de las siguientes premisas:
Observar su comportamiento en el aula.
Valorar su presencia, su modo de comportarse.
Tener muy en cuenta a las personas con las que habla y establece relaciones.
Apreciar aquello que para el alumno es realmente importante porque es capaz de verbalizarlo.
Aprender a distinguir entre lo que dice y hace y lo que en realidad piensa.
3. ¿Qué ve el alumno? Esta tercera pregunta se basa en todo lo que rodea a un alumno. En este sentido cabe insistir en:
Averiguar cuál es el entorno en el que se mueve el alumno.
Conocer a las personas que forman parte esencial de dicho entorno.
Descubrir la problemática que puede provocar dicho entorno en el alumno.
4. ¿Qué escucha el alumno? Un alumno es lo que es en muchas ocasiones no sólo por el entorno, sino por lo que escucha en ese entorno. Por tanto, se trata de:
Descubrir lo que escucha el alumno en su entorno.
Establecer diferencias entre lo que escucha de sus familias y lo que escucha de sus alumnos.
Averiguar qué personas, familiares o compañeros, son los que ejercen una mayor influencia en el alumno.
Averiguar qué medios son los que usa el alumno a la hora de escuchar (medios naturales o artificiales como redes sociales o mensajería instantánea).
5. ¿Qué frustra al alumno? El camino hacia la madurez no está exenta de frustraciones. Como docente debes tener este aspecto muy presente a la hora de llegar a conocer a un alumno. Por eso se trata de:
Saber cuáles son las principales frustraciones del alumno.
Descubrir a qué le tiene miedo y de qué manera puede verbalizarlo.
Conocer cuáles son los elementos u obstáculos que producen el miedo y la frustración en el alumno.
6. ¿Qué motiva al alumno? La motivación es el motor del que nace la fuerza interior de un alumno. De ahí que sea tan importante:
Saber qué objetivos, necesidades y deseos tiene el alumno.
Descubrir cómo hará el alumno para conseguir dichos objetivos.
Conocer los medios que el alumno empleará para alcanzar los objetivos que se haya propuesto.
Como ves, el mapa de la empatía tiene como objeto una mayor personalización del conocimiento del alumnos. La empatía sólo sirve en tanto en cuanto dispones de la información esencial del alumno al que quieras ayudar, al que quieres conocer más y mejor. Mediante el mapa de la empatía la segmentación, es decir, la categorización y etiquetación se transforma en personalización, conocimiento profundo que se traducirá en un ayuda afectiva y efectiva en el tiempo.
El mapa de la empatía y de la alteridad
y el Design Thinking.
No quiero acabar esta entrada sin hacer alusión a una metodología muy relacionada con el mapa de la empatía. Se trata del Pensamiento de Diseño o Design Thinking, una metodología dirigida expresamente a la resolución de problemas a partir de un entorno creativo. He citado la importancia delDesign Thinking porque creo que dicha herramienta parte de una idea que creo que es perfectamente extrapolable al ámbito educativo y es la resolución y el aprendizaje a partir de la cooperación y del trabajo en equipo. Al igual que el mapa de la empatía, el Design Thinking pone en el centro a las personas, fomenta la empatía y defiende la creatividad como la mejor opción para la resolución de problemas. Además, el Design Thinking no tiene como prioridad la calificación, sino el aprendizaje, algo que creo que se podría trasladar perfectamente a las aulas. No quiero extenderme más porque tengo la intención de dedicar un artículo específico sobre los beneficios del Design Thinking en la educación.
Aún así, te dejo esta interesantísima presentación para que vayas descubriendo por ti mismo qué es el Design Thinking:
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