EL Rincón de Yanka: PARAGUANÁ

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sábado, 14 de junio de 2025

EL CRONISTA ALÍ BRETT MARTÍNEZ EVOCA EL RECUERDO DE "AQUELLA PARAGUANÁ" 🌵


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Emociones que no razones son las que inducen al quehacer microhistórico. Las microhistorias manan normalmente del amor a las raices” asi ilustra González (2010:14) la sensibilidad que aflora en el historiador para dar un toque quizá, de mayor complejidad en la inclusión de métodos y técnicas diversas al estudio temporo-espacial que logra superar las barreras tradicionales del mundo historiográfico. Así encontramos sumido en esta vertiente al cronista de Paraguaná, Alí Brett Martínez, con una prosa que delinea el enigma de las tierras falconianas. Su itinerario intelectual abarca su experiencia por las reivindicaciones laborales en la conocida huelga petrolera de 1936. Entre los años 1953 al 55 es columnista del periódico Médano de Punto Fijo. También fue corresponsal en Paraguaná del diario La Calle, y dos años después en el diario El Nacional. En 1963 aparece en la revista Momento, de 1964 al 67 es redactor de Variedades, el Gallo Pelón, El Venezolano, El Siglo, La Verdad, Diner's y Bohemia, así como en Panorama y Crítica de Maracaibo.

Entre sus obras se menciona con especial querencia "Aquella Paraguaná", son páginas que atesoran los orígenes de la población de la Península de Paraguaná y de los personajes que habitaron el territorio, junto a la transformación que sufrió su sociedad durante el siglo XX desde la llegada de las empresas petroleras, perdiendo el carácter colonial que le caracterizaba tras el súbito influjo de extranjeros en la población. El libro que fue editado en dos oportunidades (1971, 1988), de acuerdo con Petit abarca los amorosos testimonios que adquieren una particular y mágica dimensión. Un viaje donde nos invita a ser testigos de excepción, para mostrar una realidad en la que narra espontáneamente la vida de un pueblo y que nos permite vivir, fuera de distanciamientos, la Paraguaná que en ese momento existía, sin el punto ni la raya que el progreso con sus hombres fijaría en los mapas de la Paraguaná contemporánea.

Qué mejor homenaje a la obra del notable cronista que traer de vuelta las páginas de Aquella Paraguaná:
  • Paraguaná era Faustino Riera en Adícora; el doctor Otero y el bachiller Peña en Pueblo Nuevo; Salustio y Lulio Sierralta en La Florida; Elicelis Blanco y David García en Jadacaquiva, Diógenes Osorio, de Acaboa, maniático, ilustrado y quijotesco que nos hacía repetir lámpara, lámpara, lámpara, para divertirse luego escuchando paralam, paralam, paralam; Regino Pachano Plaza en su mantuana estancia de Jacuque, orgulloso de sus vínculos familiares con el Mariscal Falcón y con mesoneros de rancio estilo aristocrático; los Hermoso en Isito y La Italia; Genaro Ruiz, Tiolai Alvarez, los Brett y los Irausquín en Los Taques; Hilario Bracho en Amuay y también José María Romero, faculto en medicamentos por su parentesco con el doctor Otero, y Chita Ocando, su esposa, elegida administradora del correo local mediante votación popular; Don Hipérides Ocando, en Jayana y Cumujacoa, purista del idioma hasta el punto de caminar varias leguas para convencer a un porfiado, diccionario en mano, que múcura no es lo mismo que cantimplora; los Ocando y Gerónimo Lugo en La Vela; Esteban Brett, los García y Leónidas Ocando en La Trinidad; Martín Yagua, las Caches y Atanasio Aular en Quitaire; Nanito Pulgar y Eleazar Quintero en Buena Vista; Octaviano Zavala, Antonio Ochoa y Chobo Padilla en Punta Cardón; Modesto López en Moruy; los Naranjos en Yabuquiva; Cristóbal y Francisco Medina en El Cardón; los Cayama en Santa Ana; Teodoro Thielen en las Margaritas; Hilario Villa en La Vaca; Porfirio Pelayo, el de la Libertadora, en El Cayude con aquel inolvidable reloj de piedra; los Iturbe en Cunacho: Amoroso Altuza en Cerro Atravesado; los Puente en Santa Elena; los Aldama en Jayana, y los Thompson en Los Pozos.
  • Paraguaná también era una casa blanca de cumbrera y camareta para la inercia de una solterona que culpaba de su suerte a la mata de macasar de su patio.
  • Paraguaná era asimismo alguna vez una casa de campo mirando hacia una escuela a través de un camino por donde iban y venían, de tarde en tarde, enlazados de las manos, una muchacha fragante como rosa recién abierta y un joven atemorizado por los submarinos nazis.
  • Paraguaná era Pancha Ramirez refiriendo cuentos de muertos y de fantasmas por las noches a la hora de repartir la mazamorra en el patio de la casa familiar mientras pasaban las daras hacia Sariano y Caseto. Una vez que alguien no trajo pescado de la costa, Pancha Ramírez dijo: a que si yo diba tria, que no era otra cosa a que si yo hubiera ido hubiera traído. Contaba también pasajes del refranero español como éste en el cual un cochino y un pájaro -transformado por ella en chuchube- aparecían como protagonistas y que ella relataba, con sonsonete de rezandera así:
  • “Agua que apaga candela – candela que quema palo – palo que mata gato – gato que mata ratón – ratón que agujera pared – pared que sujeta viento – viento que lleva nube – nube que tapa sol – sol que derrite puerco – puerco que patica quebró”.
  • Paraguaná era Marinchare y Comencho doblados por la miseria y seguidos por un rebaño de perros que se les fueron muriendo de hambre por los caminos.
  • Paraguaná era el grito del jopeador que venia con los rebaños de vuelta de Paso de León o Pozo de Piedra.
  • Paraguaná era la banda de música de los Núñez, la mas famosa de la península, tocando en el club de Pueblo Nuevo de donde una vez sacaron a alguien por el “delito” de ser negro. Estúpida y aldeana discriminación producto de un mantuanismo sin sustentación de clases. En Paraguaná se conocen casos de familias que desheredaron a sus hijas por haberse casado con negros.
  • Paraguaná era una muchacha en espera de un novio que había ido a Maracaibo o Aruba a hacer los cobres para el matrimonio.
  • Paraguaná era una loca que salía para el monte en los días previos a su parto y regresaba con un hijo en un brazo y un haz de leña en la cabeza.
  • Paraguaná era el pueblo que tenía como médicos a los curanderos Julio Atacho y Agustín Medina. Atacho vivía en Moruy, siempre cargaba la camisa por fuera, le gustaba el trago y recomendaba remedios botánicos como, por ejemplo, los guarapos de la raspadura del yabo. Medina era más solicitado que Atacho y a la casa donde estaba recetando un paciente siempre llegaban varias personas a buscarlo, para llevarlo a otro lugar. Agustín Medina vivía en Caracagua, siempre andaba en una mula y cargaba un rebaño de perros atrás.
  • Paraguaná era una mujer que la noche de la boda le hizo un huequito al traje con que fue al lecho nupcial para evitar que el marido le viera el cuerpo. Que distanciados estamos de aquellos tiempos en esta época de mini-faldas y pantalones calientes. Un episodio como éste está relatado en la apasionante novela Cien Años de Soledad del colombiano García Márquez.
  • Paraguaná era un peón jalando azada de sol a sol por un bolívar diario y la manutención.
  • Paraguaná era el hombre con la azada en el hombro hacia el conuco, contento porque había caído la anhelada nortada para echar la semilla en el surco.
  • Paraguaná eran varias muchachas pintadas con carmín de papelito, vestidas de colores chillones caminando por una vereda, rumbo a la casa de un compadre donde había unos valses con el clarinete de Silvestres Lanoy, con la tambora de Mónico Guanipa o con el cornetín de Persides Bracho.
  • Paraguaná era un joven que envió un telegrama a su papá después de haber recibido un palo en el ojo, en estos términos: Palo echado, ojo afuera, mande anteojo.
  • Paraguaná era una familia que viajaba hasta cinco leguas a pie con los zapatos en la mano para asistir a una fiesta de Los Taques. Los zapatos en los campos de la península duraban hasta diez años porque la gente se los ponía únicamente en tiempos de fiesta. Se acostumbraba ir en alpargatas hasta las cercanías del lugar de la celebración. Aquí se calzaban los zapatos y escondían las alpargatas en el monte para tomarlas al regreso y hacer lo mismo que a la venida.
  • Paraguaná eran las Oviedo en Buena Vista con su filosofía personal para comunicarse con los criados. A un policía que comía en su casa cuando le ofrecían huevos fritos y leche le decían: “Arrime lo que le cuelga y venga a comer manjar de ano y zumo de entrepiernas”. Al mandar al peón al jaguey a buscar agua para el café con leche ordenaban: “Muchacho, toma el madero hueco y vete a la profundidad a coger el líquido cristalino para hacer el blanco oscuro”. Para decirle al criado que tomara la escopeta y matara el gavilán comedor de pollos, le explicaban: “Coge la estrepitosa y corre a matar el rapi-rapi que no le deja pío-pío a la cloc-cloc.
  • Paraguaná era Cayetano Otero que media sus monedas con las de los demás para demostrar que las suyas eran más grandes. El mismo que ponía a descansar su carro debajo de un cují después de regresar de un largo viaje, como se hace con las bestias. Alababa las dimensiones de su casa y decía que ésta era tan grande, pero tan grande, que gritaban Cayetano en la cocina y el eco repetía: Caaayetaaanooo. Sólo las oes se oían en la sala, las demás letras se quedaban en los recovecos de la distancia, según la fantasía del personaje.
  • Paraguaná era un viejo que tapaba los caminos de los alrededores de su casa para evitar que los carros de los enamorados de sus hijas llegaran.
  • Paraguaná era un gallero desconfiado que al vender los huevos de sus gallinas de raza los pasaba por agua caliente o los traspasaba con una aguja para que nadie cogiera crías de sus animales.
  • Paraguaná era un lugar cuya gente consideraba que Fulano estaba corriendo tierra porque se había ido para Cumarebo. Era aquí asimismo donde decían Maracay de tierra, como si existiesen dos ciudades con este mismo nombre.
  • Paraguaná era un pueblo donde su gente caminaba cinco y más leguas en busca de una cucaracha para destriparla y freirla como medicamento contra el dolor de oído. Conocemos el caso concreto de uno que anduvo diez kilómetros a medianoche en solicitud de uno de estos insectos. Las tripas del animal las freian con aceite de comer y después la introducían en el oído al enfermo. Para estos dolores acostumbraban también cocinar el excremento del conejo.
  • Paraguaná era el balbuceo del chivato en los corrales en tiempos de frescura y rifazón. Animal que casi habla al declararsele a la cabra, a la cual le ofrece hasta camisón en su lenguaje fácilmente descifrable. Los más entendidos y suspicaces aseguran que el chivato en el acoso a la cabra le pide sexo por su nombre.
  • Paraguaná es el pueblo donde uno pregunta por un enfermo y le responden: está aliviaíto. Lo mismo que preguntarle, ¿cuándo viniste?, y ¿cuándo te vas?, a quien acaba de llegar.
  • Paraguaná es ahora un grupo de mujeres jugando canasta todo el día en un campo petrolero; las que se levantan en la tarde sorprendidas al ver su nivada colorama porque están comprometidas en la organización del baby-shower de Súsan Camber, quien antes de vivir en el Senior Staff se llamaba Susana Cambero.
  • Paraguaná es un lugar tan moderno ahora que cuando uno pregunta por un amigo en una casa de las urbanizaciones petroleras, la señora responde: él está en el aire. Uno piensa que el amigo ha ingresado a una escuela de aviación, o por lo menos que es un radioaficionado. Decir en un campo petrolero de Punto Fijo, Fulano está en el aire, significa que está en el cuarto del aire acondicionado.
  • Paraguaná es una casa de pretiles, con un tanque, un corral de chivos, un cují debajo del cual está amarrado un burro, y más allá otro cují donde en tiempos de frescura está montado cincho con un queso “encargado de por empleado de la Chel que se lo va a llevar a su compadre, un doctor que vive en Caracas”.
  • Y es así mismo la península un hombre del pueblo que busca desesperadamente por las playas una hueva de lisa para regalarsela al médico que se portó muy bien cuando la operación de su señora.
  • Paraguaná es el chuchube columpiando su canto a las tres de la tarde desde los copos del cují mientras “el viento de las vacas” bate el chinchorro de los que sestean en los corredores.
  • Paraguaná es una mujer de manos encantadoras haciendo muñecas de trapo con recortes de cretona.
  • Paraguaná es el cují jorobado por el viento; es el chiguare convertido en la peluca del médano que termina donde comienza la fulgurante e interminable salineta.
  • Paraguaná es un camino con cruces que recuerdan a los que murieron de hambre el año 12 o a los que fallecieron tupidos con semeruco.
  • En Paraguaná era frecuente la gente que se tupía con semeruco. A los tapados acostumbraban a meterle una paleta por el recto y posteriormente le daban un purgante de aceite para que expulsaran las semillas.
  • Paraguaná es el aguacero echando banderitas amarillas para anunciar las lluvias que tanto regocijan al conuquero. En la península cuando llueve se acostumbra a pedir albricias, es como pedir recompensa cariñosa a un padre por darle la buena nueva del nacimiento de su primer hijo.
  • Paraguaná era un pueblo donde el padre de familia le examinaba las manos al pretendiente de su hija antes de arreglar el compromiso. El aspirante con callos en las manos tenía ventaja sobre los demás, pues con ello demostraba su condición de “hombre de trabajo”, cualidad de primer orden para la gente de esta tierra.
Referencia Bibliográfica.
Brett-Martínez Alí (1971). 
Aquella Paraguaná. Ed. Adaro: Caracas

VER+:



ALÍ PRIMERA - Paraguanera

martes, 13 de mayo de 2025

DÉCIMA: 70 AÑOS... ¡A MUNDO JUDIBANA MIRA! por PIERO LIBERATORE 🌵


DÉCIMA: 70 AÑOS... 
¡A MUNDO JUDIBANA MIRA!
AUTOR: PIERO LIBERATORE
MAYO 2025
🌵

I
Eso es algo muy arrecho.
Que uno tenga que vivir.
Siempre listo para huir.
Y con un nudo en el pecho.
Carente de todo derecho
Con la vaina de los servicios.
Calles, casas y edificios.
Todos las quejas tenemos.
Nos arrechamos o perdemos.
De Judibana los beneficios.

II

Sabían que Judibana
Tiene Casa de la Cultura
Con cara de sepultura.
Fríamente inhumana
Y a nadie le da la gana
De ponerla a Caminar.
Y dan ganas de llorar
De mi pueblo la cultura,
Tienen la cara tan dura,
Nadie lo puede negar.

III
Recuerden que Judibana
Tenia un Salon de Arte
Y gente de todas partes.
Venía de buena gana
Chuchubes, tunas e iguanas
Se dieron a conocer
Y mucho fino pincel
De Paraguaná salió,
Por el apoyo que se dio
Al arte aquí en Judibana.

IV

Y nadie quiere escuchar
Cómo pasamos tormento,
Buscando a todo momento,
Agua para el hogar,
bañarnos, lavar y fregar.
Es ahora una "rarez",
A veces una vez por mes,
Que vemos salir la "agüita"
Como si fuera bendita,
Que Tremenda desfachatez.

V

El asunto de la Basura
es más que desesperante
las excusas son bastantes,
el basuraje, locura,
y hasta la casa del cura,
la basura va a parar,
y quien nos va a ayudar,
pregunto como pendejo,
y es que ni al "Concejo",
le importa este lugar?

VI
Las noches de Judibana
ahora son un espanto,
y que uno que otro asalto
se da en cualquier manzana,
andando en la oscurana
por falta de iluminación,
rece siempre una oración,
si sale de madrugada,
por las calles de Judibana,
Mire que mortificación!!!

VII
Huecos hay un porción
en toda Judibana,
y a nadie le da la gana
hacer la reparación
en esta urbanización,
en la ocho y la siete,
un Alcalde que respete
y que eche un asfaltico,
pare bola un ratico
no sea tan impertinente.

VIII

Por ahí andan en Judibana
buscando real pa' fiesta,
será que no tienen en cuenta
la tragedia de Judibana,
mucha gente ya no gana
ni pa' pagar el sustento,
y no es estar hambriento
pero si con arrecherita.
Judibana no es ahorita
lo que era en su momento

IX

Que oigan las autoridades,
el reclamo de Judibana
y no a esa caravana de toros,
vacas y alacranes,
que andan como caimanes.
Venga Señora Alcaldesa
informese con certeza,
y con toda claridad
y en esta comunidad,
cumpla como Alcaldesa 
(de los Taques).
(María Arcaya, chavista) 


70 ANIVERSARIO DE JUDIBANA



miércoles, 7 de mayo de 2025

🌵 EL PARAGUANERO SACERDOTE DON GREGORIO CUAURO QUE HUYÓ DE VENEZUELA Y QUE AHORA ESTÁ EN ⛪ LA PARROQUIA SAN JULIÁN DE MONDEGO Y VARIAS MÁS, EN SADA, LA CORUÑA

Don Gregorio Cuauro, sacerdote: 
«Hui de Venezuela 
y todas las noches sueño con mi país»
Su trabajo ha multiplicado el número de fieles en la parroquia sadense de Mondego. También colabora en Abegondo y en los hospitales

Gregorio no ha bostezado en ningún momento de la entrevista. Parece fresco en este miércoles de Semana Santa, como si hubiera descansado ocho horas de profundo sueño. Pero su noche no ha sido tan plácida. Pasó toda la madrugada en un hospital de La Coruña ejerciendo las labores de capellán. 
«Pero a las cuatro de la mañana me vine a la parroquia san Julián de Mondego a dar el biberón a las ovejitas recién nacidas», señala. Y vuelta al hospital.
Este tipo de aprietos nocturnos no suponen ningún desgaste para Gregorio Cuauro, sacerdote venezolano instalado en esta parroquia de Sada y al que le han asignado todas las iglesias de Abegondo, además de su papel en los centros hospitalarios.
Todo es poco para quien fue perseguido en su propio país del que tuvo que huir a escondidas. «En Venezuela era secretario y canciller de dos obispos, dirigía un seminario y era párroco en zonas marginadas y otras más pudientes», recuerda el sacerdote de Mondego.

Pero entonces empezó a desarrollar un papel más social, a combatir la hambruna con un comedor al que acudían a diario medio millar de personas. Apostilla que él nunca fue opositor al gobierno de Maduro, «sino a las injusticias». 
En este contexto se produjo un levantamiento estudiantil que contó con el apoyo del sacerdote. Y ahí le pusieron la cruz desde las altas instancias gubernamentales. 
«Comencé a protestar contra el hambre que vivía el país, y entonces comenzaron a seguirme, a importunarme, a impedir que estacionara mi coche en las grandes manifestaciones, siempre intentaban evitar que hablase en los actos de protesta», señala este hombre, que dejó en Venezuela a tres hermanas, un hermano y una sensación de muchas cosas por hacer. Él mismo les envía dinero y medicamentos regularmente para aliviar su situación.

Siempre se escabullía cuando lo iban a detener, salvo en una ocasión. 
«Me tuvieron tres horas haciéndome preguntas tontas», señala. Pero un día le dieron un soplo de que lo iban a arrestar. 
«Fue gente del propio gobierno quien me avisó, algunos me respetaban». 
Así, lo sacaron escondido de su parroquia el mismo día que la calle celebraba un referendo contra Maduro. Su destino fue Argentina, donde trabajó a las órdenes de Fernando Carlos Maletti, un obispo muy amigo del papa Francisco.

NOTA: FUE EL PRIMER PÁRROCO PARAGUANERO DE MI PARROQUIA "CRISTO REY" DE JUDIBANA, EDO. FALCÓN, VENEZUELA.



martes, 6 de junio de 2023

60 AÑOS TRANSFORMANDO VIDAS: INSTITUTO MARISTA JUAN XXIII DE PUNTA CARDÓN, PARAGUANÁ, FALCÓN, VENEZUELA 🕂🏫🕂



60 Años 
Transformando Vidas

Un poco de historia📹

🔸Fue en 1963 cuando Paraguaná se convirtió en territorio Marista, gracias a la llegada de los Hermanos Isodoro Galarraga, Enrique Hernando, Primitivo Arriaga y José Luis Salvador.
🔸Está presencia Marista lleva por nombre Juan XXIII en honor al Papa Bueno que para esos tiempos acababa de Fallecer.
🔸Se dió inicio a las actividades escolares con 68 alumnos, finalizando el año escolar con 124 inscritos.

"Una vez más nace un Colegio Marista en la más grande pobreza y sencillez".
"Hemos venido a hacernos presentes. Quiera Dios que tengamos este sentido de responsabilidad " Hermano Isodoro Galarraga durante la inauguración.







































MARCELINO CHAMPAGNAT: UN CO... by Yanka

sábado, 24 de diciembre de 2022

POEMA "HABÍA UNA VEZ UN NIÑO QUE NACIÓ", "SI LA TIERRA FUERA", "QUISIERA QUE EL NIÑO DIOS" y "CANTOS PARA ARRULLAR ABUELOS" por GUILLERMO DE LEÓN CALLES

 HABÍA UNA VEZ UN NIÑO QUE NACIÓ

GUILLERMO DE LEÓN CALLES

“Daría la vida por no morir”.

 

Coral Paraguaná y Guillermo de León Calles. Había un vez un niño. Canto de esperanza.

HABÍA UNA VEZ UN NIÑO QUE NACIÓ
en un establo donde nunca jugó,
ni elevó volantines que enrredarán 
sus trapos con los rayos del sol,
 ni botó un trompo nuevo 
para que le compraran un trompito mejor.

Había una vez un niño que nunca fue a la escuela 
ni se puso a llorar porque la lluvia, 
un día, a su uniforme muy blanco llegara a remojar 
y porque le pidieran 
que se aprendiera entera la tabla de sumar. 

Había una vez un niño, por Dios, un niño bien, 
que tenía tres reyes para jugar con él, 
y una estrella enterita y todito Belén.

Si La Tierra, tierra fuera. Guillermo de León Calle, Miguel Angel Bosch - Serenata Guayanesa

Si la Tierra fuera
GUILLERMO DE LEÓN CALLES

Que linda sería la Tierra
si la Tierra, Tierra fuera
con su fauna piel de monte
y una flor en la conciencia.

Que dulce sería este mundo
si al manto de ozono fresco
le remendaran la vida
con hilos de caramelo.

Y que libres los turpiales
si sus vuelos consiguieran
el camino limpiecito
barrido por las estrellas.

Y que libre el ser humano
Si el latido regresara
al pecho de los cocuyos
y al canto de las cigarras.

Que puro sería el planeta
si los ríos le regalaran
un océano azul cielo
donde lavarse la cara.

Que niño sería este globo
si los sueños permitiera
que haya un Dios de comiquitas
entreabriéndole la puerta.

Aguinaldo "QUISIERA QUE EL NIÑO DIOS" de Guillermo de León Calles

QUISIERA QUE EL NIÑO DIOS EN SU PRÓXIMO MILAGRO
CONSTRUYA UN CAMINO NUEVO QUE LO TRAIGA HASTA MI CUARTO.
QUISIERA ESTO NIÑO DIOS EN TU PRÓXIMO MILAGRO.

QUISIERA UN CUATRO BONITO DONDE PUEDA YO TOCAR
LO QUE EN OTRAS CASAS LLAMAN FELIZ NAVIDAD. (2)

QUISIERA QUE EL NIÑO DIOS EN SU PRÓXIMO MILAGRO
CONSTRUYA UN CAMINO NUEVO QUE LO TRAIGA HASTA MI CUARTO.
QUISIERA ESTO NIÑO DIOS EN TU PRÓXIMO MILAGRO.

Guillermo De Leon - Domingo.

"Cantos para Arrullar Abuelos"

Aunque suenen las campanas y se despierten los niños, 
si tú no cruzas la calle, nadie sabrá que es domingo.
Aunque le pongan abuela a los santos, trajes limpio.
Y  tu no muestras tu rostro mojado de puro frío,
si tus manos no recuentan el rosario envejecido,
aunque festejen los pájaros, en tí, no será domingo.

Domingo es rocío pañuelo en tu pelo amanecido,
es tu paso custodiando de la tierra, los latidos.
Domingo es tela planchada y es ojal en tu vestido.
Y aunque mañana sea lunes, en tus rezos no hay domingo.


VER+:



miércoles, 21 de diciembre de 2022

CUANDO ÉRAMOS CHÉVERES Y SEGUIMOS SIÉNDOLO A PESAR DE TANTA INDIFERENCIA EGOCÉNTRICA 👫👦👧👫



 CUANDO ÉRAMOS CHÉVERES

"Cuanto extraño a los que reconozcan 
y vivan la humildad sabia". 

"Lo mas entrañable de lo vivido 
no ha sido ni pronunciado ni efectuado. 
Tan solo el encuentro efervescente 
en la alba mirada implícita de complicidad". 

"Hay cada vez más infelices que dejan 
de "VER" los reflejos infinitos de comunión 
de la "VIDA", para encerrarse sólo en el ensimismado 
mirarse al espejo de su propio vacío". 

"Para los de aquí, soy de allá;
para los de allá, soy de aquí;
pero, para los amigos,
soy uno de ellos". 

Yanka

Cuando éramos chamos, la gente, los vecinos, los conocidos y desconocidos, los compañeros eran importante para cada uno de nosotros. La cortesía y la cordialidad era norma generalizada. Nos presentaban a alguien y ya éramos buenos conocidos para siempre. Ahora, pasan unos diás y te encuentras al que te presentaron, le quieres saludar y pasa por tu lado como si nada, como si no te conociera. No le dan importancia a la presentación personal.

Casi toda mi generación como mis compañeros de estudios éramos chéveres, éramos amigables, joviales,  simpáticos, respetuosos, éramos panas.

En nuestros tiempos de estudiantes, varias palabras del diccionario no existían para nosotros como la traición, la enemistad, la envidia, la soberbia, la calumnia, la grosería, el insulto, la vileza, el desagradecimiento, la división, la desafección y el rencor.

Hace unos años celebramos el trigésimo aniversario de la VIII promoción de bachilleres del Instituto marista Juan XXIII de Punta Cardón. Fue un reencuentro muy emotivo e impactante; pareciera que no hubieran pasado los años entre nosotros. Éramos los mismos compañeros de siempre... Formábamos la misma generación que nos identificaba y nos unificaba. Pensábamos, sentíamos, nos reíamos como siempre lo hicimos juntos. 

Cuando la amistad con tu gente va creciendo en tu infancia-adolescencia, nunca muere. Ellos te conocen y tú los conoces. La amistad se une con unos lazos que no los separa nada ni nadie. El amigo de tus años mozos es para siempre... No es comparable con otras amistades que haces a lo largo de tu vida. 

En cambio, las generaciones posteriores a la nuestra, han cambiado. Nosotros, la generación X, hermanos de la generación Y, padres de la generación milénica y generación Z, somos totalmente distintos. Han perdido la fragancia de la inocencia y del sonrojo. Se han perdido lo que nosotros sí convivimos y compartimos: ¡ A M I S T A D !

LA ESENCIA DE LOS AMIGOS DE LA INFANCIA

"FUE UN PLACER COINCIDIR
EN ESTA VIDA"


Presuntos Implicados - Como Hemos Cambiado
 
CUANDO ME VAYA / Melocos y Natalia

«Estoy de pie aquí, la frente coronada de mil arrugas, estoy aquí de pie, como un viejo San Bernardo, y yo miro a la lejanía, muy lejos, hasta el confín de mi infancia...». Bohumil Hrabal

viernes, 24 de junio de 2022

CARMELO DUARTE PÉREZ, UN MAESTRO POETA CANARIO DE PARAGUANÁ 🌵


🌵

Carmelo Duarte Pérez nació en la Villa de Breña Baja, Isla de La Palma, Canarias, el 9 de junio de 1907. Aprendió a leer y a escribir con su propia madre, ingresando a continuación en la escuela primaria de su villa natal. Realizó el bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Cruz de La Palma y, posteriormente, estudia magisterio en la Escuela Normal de Maestros, en La Laguna, Tenerife.
Apenas dos años después, y a raíz de la Guerra Civil Española, es encarcelado durante cinco años debido a sus ideas políticas republicanas.
A la salida de prisión continua su labor educativa y funda el Colegio Cervantes, siendo posteriormente también director de la Academia Pérez Galdós de Santa Cruz de La Palma.

Después de sufrir nuevamente prisión en 1949, decide embarcarse para Venezuela en el velero Delfina Noya que parte clandestinamente de La Galga, Puntallana, el 14 de mayo de 1950.
En este país americano, residió consagrado a la enseñanza y, como escritor, pero sobre todo como poeta, dejó para la posteridad una obra fecunda de una delicada sensibilidad artística y literaria.

Como poeta nos regaló una series de poesías que van desde sus recuerdos de España, su llegada a Venezuela y su Paraguaná a la cual le dedico 76 poemas. Colaboro en Diarios y Revistas tanto en las Islas Canarias como en el pais, recibió numerosas distinciones y hasta una calle en las Islas Canarias lleva su nombre...Pero hay algo más importante y es el cariño, admiración y respeto de sus alumnos, sus colegas y sus amigos... Guillermo de Leon Calles uno de sus alumnos escribió sobre el y nada mejor que sus palabras como homenaje a este gran hombre que sus cenizas hoy están esparcidas en nuestra Paraguaná.
'Por él supimos de la hermosura de la vaquera de la Finojosa y de los ríos desembocados en la mar-muerte de Manrique. Por él recibimos al Arcipreste de Hita y por el profesor Carmelo Duarte , nada más y nada menos, nos visitó Lorca como institución salerosa del romancero gitano. El profesor, que acaba apenas de despedirse, hizo de Paraguaná su lienzo definitivo y lo seguirá siendo, porque pronto vendrá convertido en cenizas de luz".

El día de su velatorio fue leído a los presentes un exquisito poema, escrito por Carmelo Duarte poco tiempo antes en la ciudad de Punto Fijo, Paraguaná, Venezuela, y que termina así:

Y en un inconsecuente torbellino
Se presenta la sombra del destino
Para decir que ha terminado el viaje…

La Playa de " El Pico"

Planchada o removida por la ola,
seca o mojada, limpia y amarilla,
¡cómo estiras y encoges la presilla
de tu traje de mar cuando estás sola!

Cada estrella te brinda su corola
y tú la vas besando hasta la orilla
con un raro temblor de pesadilla,
con un dulce rumor de caracola.

No hay secreto de amor por ti ignorado
no hay quien en tu plumón no haya soñado
ni quien no vaya a ti para soñar

No importa la distancia, pues lo cierto
es que tu ciel es ancho y está abierto
para darle a la vida su cantar...


ADARO

Ahora es sólo un corazón cercado,
un cementerio de recuerdos
donde hubo un caserío
con despertar de barcos, de sirenas,
de cielo y mar cargados de crepúsculos.

Allí arrullamos horas
que las brisas yodadas confortaron:
la pesca era balsámica en la orilla
para alivio del alma.

Pero, un día, llegó un afán morboso
con su sed de huracanes
y destruyó los aposentos
cuyos escombros levantaron
una interrogación al infinito...

Quedó sólo un murmullo de mareas,
el susurro del viento
sobre ilusiones muertas
y un signo exclamativo desgarrante
que invita a presumir lo que será
"la sólo mata gente"sobre el mundo
que el ínfimo Macondo simboliza
¡Oh soledad de cien mil años!...


IREMARI

Llegaste en un regalo navideño
con todo el oro del amor de estío;
naciste en este suelo que no es mío
porque el viento y el sol no tienen dueño

Llegaste con la dicha de un empeño
que seca un mar y que endereza un río
y el oro echó raíz, a su albedrío
bajo tus pies, para agrandar mi sueño

Hoy, con tu fiebre de universitaria,
en nobles convicciones millonaria
y al ajeno dolor tierna y sufrida,

abrázate, conmigo, a la ambición
de no deberle nada al corazón
ni avergonzarte nunca de tu vida.


PICO DE SANTA ANA

(...)

IV

Amaneciste con afán de altura
y en la nube densa estás subido,
nube que halaga la eclosión de un nido
y quiere hacerte sol de tu llanura.

Entre blanco y azul va tu hermosura
en ángulo de aliento definido:
himno del pueblo que se ha refundido
con la aridez, la arena y la ternura.

Y ese afán, que te sienta y te levanta.
se hace luz del hermano que te canta
con el coraje y signo del cardón,

pues tu estampa de viejo peregrino,
al pasar de lo humano a lo divino,
duerme en el puente de mi corazón.

Duerme al socaire del deber que siento
y afecta lo profundo de un querer:
llevarte en lo más claro de mi ser
como promesa de mi pensamiento.

Llevarte, con tu gente y con tu viento,
con tu flora, tu fauna, tu poder.
hasta la hora exacta de perder
todo lo que he ganado en tu aposento.

Que aquí encontré, a mi paso por la vida,
la savia santa, que calmó mi herida,
en los benditos cuencos de tu llano

y, luego que el destino me ha rehecho.
has llenado la alforja de mi pecho,
poniendo tus estrellas en mi mano

(Paraguaná en crepúsculo)

TAL VEZ MAÑANA

Tal vez, mañana, volverás conmigo,
por el camino incierto de las sombras,
a la casa, hoy desierta, donde juntos soñamos.
No habrá huellas de tiempo
ni rostros torturados que nos miren.
Tú llegarás, liviana del azul infinito
que yo cargo en el gusto de buscarte sin tregua,
al hogar donde juntos
reestrenaremos el tambor brilloso
de aquel sollado antiguo
que fuera el alto pino en que mejor cantaron
las nubes y los pájaros
de la amiga montaña que nos vió
dormir el sol de otoño
en el espejo claro de una lágrima.

Tal vez, mañana, cruzarás conmigo,
por los llovidos zurcos de tu huerto,
contemplando el verdor lleno de estrellas.
Allí, en la tierra por amor parida,
donde anduvimos siempre
probando de la noche
sus tajadas de luna;
allí donde volaron las hojas de los días,
con su temblor de plumas y campanas,
para apurar nuestro feliz reencuentro.

Tal vez, mañana, subirás conmigo
aquellos cerros que las uvas doran;
los que dieron la leña milenaria
para el alegre humo, perfumado,
que haría la paciencia del invierno.

Tal vez, mañana, partirás conmigo
por aquel mar que amaneció en tus ojos,
creció sobre mis hombros y tiñó mis pupilas.
El allí nos aguarda con camisa de fiesta.
Nos llevarán sus olas -cerca está el horizonte-
y tu brisa celeste
empujará la vela de esa vida
que palpita en el pecho del vacío...

Quedamos en los seres y las cosas 

I

Como sombra en el agua,
nos quedamos metidos en las cosas,
Nos vemos en las manos abiertas y dolientes

de la casa paterna;
que en esos muros crece el sentimiento,
igual que en el silencio de los espejos rotos
y en el "furruco" de las gruesas cortinas.

Ya nos hemos quedado
en los goznes gastados de las puertas,
en la lumbre azulosa y sus espigas
que dan tumbo al aroma
del pan que alarga el sueño.

Quedamos en el hosco calendario
que nos golpea todas las mañanas;
en el diván de las perdidas siestas
y en tu bolso cargado de recuerdos.

Quedamos en los libros acotados;
en las oscuras venas de sus páginas
donde navega el pensamiento
en lasfiguras que lo ilustran
y reclaman su anchura de colores.

Quedamos en los vinos ausentes
en la hora de luz que miras , recelosa,
cuando tiembla por irse
para dejar en vilo nuestra cena.

Metidos en las cosas, nos quedamos, amor;
comidos por la lima de los días
en ese afán de ver las estaciones
arder en la parrilla de los surcos.

Quedamos en la niebla del ingrato quehacer
y en la ruinosa hiedra de los falsos amigos;
en la música antigua que dejamos de oir
y en todos los paisajes que no vemos.
Casi solos, cual hilo en el carrete de la vida,
envolvemos el trompo del vacío...

II

Pero la sangre sigue, renovada,
en hijos transfundida.
Hemos sembrado ideas

en la heredad, liviana, del espíritu
y no habrá flor sin besos
ni raíz sin un cuenco de agua fresca
en cada corazón que hemos forjado.

En los hijos nos queda lo que fuimos:
esperanza batida en decepciones,
esfuerzo por salvarse del naufragio
sufrido frente al puerto de la gloria;
más, la gloria está en ellos, me dijiste.

Quedamos en los hijos
como la sal en la ablución marina,
como el añil en el lejano cielo;
quedamos en la luz
que da el color divino de sus ojos
y, así, poco a poco, comprendemos
lo que es la eternidad


Llegada cierta

Cuando en la vida, sólo queda un puerto
porque todos sus barcos se han hundido
el denuedo se aleja ya vencido,
como el que avanza solo en un desierto.

Ese no estar dormido ni despierto,
ese no más querer ni ser querido,
ese no andar, siquiera, en lo sufrido,
es la llegada cierta al mundo incierto…

En un río, perdemos los instantes,
cual si corrieran a buscar diamantes
más allá del dolor y el coraje.

Y en un inconsecuente torbellino
se presenta la sombra del destino
para decir que ha terminado el viaje…

"Retorno del estudiante"
(dedicado por mi padre a sus alumnos)

Me traes lo que un día, dejé como perdido
en la fuente sigleña de la sed del mañana;
me llega,en el misterio que anida en tus pupilas,
el eco de aquel mundo que vibró en mis palabras.

Que tu ambición se alarque más allá de mi canto.
Si el azul de tus ansias lo encontraste en mis venas,
no es el azul que embriaga al sol en el ocaso,
es del cielo de mi alma con todas sus estrellas.


'Notas del silencio' (para los amigos que hoy están ausentes 
y que no están presentes) composición de Angel 'Tata' Yagua, 
es considerado el himno romántico de la ciudad de Punto Fijo.
(En las últimas fotos, aparece nuestro compañero DAVID PRATTI)




VER+:
PELÍCULA "PEQUEÑA REVANCHA" 
REALIZADA EN PARAGUANÁ (1985)

BASADO EN EL CUENTO DE Antonio Skármeta, "La composición", 1978.


LACOMPOSICION by Angélica Díaz