EL Rincón de Yanka: MINIMALISMO

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viernes, 6 de mayo de 2011

LA MODA ENGAÑOSA DEL CAFÉ ENCAPSULADO






La limitación de la libertad individual hecha atractiva con diseño y marketing
Lo que se vende como extravagancia es en realidad un intento encubierto de monopolización del mercado




Lo que ha cambiado con Nespresso es la imagen de esta nueva forma de consumo de café, que hasta su aparición no tenía aún la imagen de calidad y extravagancia que Nestlé ha sabido conseguir con diseños exclusivos, cápsulas de colores y cafés de calidad en mezclas variadas, a veces aromatizadas, y con diferentes intensidades.

Las cápsulas (y esto seguramente vale para todos estos sistemas de café encapsulado) son formadas por aluminio y diferentes folios de plástico tipo membranas que encierran el café al vacío y lo protegen contra la oxidación. Por otra parte, se pierde todo el rito de la preparación del café, pero no sólo eso: Al tratarse de sistemas patentados, las máquinas sólo funcionan usando las cápsulas diseñadas para ellas, es decir, siempre de la misma marca, y sólo se pueden adquirir en las tiendas de la marca, salvo las de menor coste y calidad que se encuentran en los hipermercados. Es decir, resulta imposible preparar café con otras marcas como en una máquina de espresso tradicional, lo que limita la libertad de elección del consumidor y supone una desventaja competitiva para otros fabricantes y manufactureros de café que no tienen acceso a estos sistemas de cápsulas.



Comparado con cafés tradicionales, hay una diferencia abismal, como la hay también entre tostaderos industriales y manufacturas de menor tamaño que tuestan el café de forma más lenta y cuidadosa, mientras que las grandes fábricas lo hacen a gran velocidad con temperaturas más elevadas, lo que destruye el aroma del café e incrementa su contenido de ácidos. Una buena manufactura de café tuesta los granos durante 15-20 minutos a fuego lento, lo que hace que sus cafés se toleren mucho mejor que otros de tipo industrial. No sólo cuenta el origen y la calidad del grano, sino sobre todo su tratamiento.

Por muy elegante y exclusivo que quede comprar cápsulas de café en tiendas Nespresso (no siendo nada elegante que últimamente, ante el éxito del invento, se tenga que hacer cola a pesar de la eficacia de su personal), si luego el café tiene efectos secundarios adversos (como el dolor de estómago y subidas de tensión) y se convierte el consumo de café en una especie de sistema aséptico y plastificado de bebida rápida acompañado de la pérdida de libertad de elección y uso obligatorio de determinadas máquinas, acaba dejando un mal sabor de boca en todos los sentidos.

La experiencia es gratificante hasta cierto punto, pero el sistema es totalitario y excluyente. Por muy bonito que sea el disfraz, la libertad individual se queda en el camino.


+INFORMACIÓN:

La Rebelión - Los granos de café contraatacan




miércoles, 9 de febrero de 2011

SOBRE LOS RESTAURANTES DE COMIDA MINIMALISTA (HUMOR)



LOS RESTAURANTES YA NO SON LO QUE ERAN
(LEO HARLEM - EL CLUB DE LA COMEDIA)


Gin Tonic - Los Morancos

VER +:



jueves, 20 de enero de 2011

Se suicida la madre de Isabelle Caro, la modelo que murió con anorexia nerviosa


La madre de Isabellle Caro, la modelo francesa cuya muerte en noviembre se ha convertido en un símbolo del poder devastador de la anorexia nerviosa, se ha suicidado, según informa el diario londinense 'TheTimes', que cita a la familia de la modelo.

Christian Caro, el padrastro de Isabelle, ha informado también de que denunciará al hospital en el que murió la modelo, de 28 años, por homicidio, ya que considera que la negligencia de sus médicos causó la muerte. El hospital niega sus acusaciones y afirma que la paciente murió de una neumonía complicada por su fragilidad.

'Marie [la madre de la modelo] se sentía culpable porque llevó a Isabelle al hospital de Bichat [al norte de Paríss]. Ella no quería ir a ese hospital", ha manifestado Caro al diario suizo '20 minutes'. Según el padrastro, Isabelle acabó de hundirse por las declaraciones que Oliverio Toscani hizo tras la muerte de su hija. El fotógrafo italiano, que trabajó con Isabelle cuando ésta ya estaba seriamente enferma, la describió como 'arrogante" e interesada en medrar.

En realidad, la situación de Marie Caro ya quedó malparada cuando se publicó la autobiografía de su hija, 'La chica que no quería crecer'. "Tenía mucho miedo de crecer, porque estaba convencida de que mi madre iba a dejar de quererme si dejaba de ser su pequeña niña". Isabelle dedicó ese libro a su padrastro, Christian.







viernes, 31 de diciembre de 2010

EL MINIMALISMO CULTURAL DE LA ANOREXIA: MENOS ES MÁS... MUERTE


Quiero dejar como último post o entrada del año 2010  como homenaje a ISABELLE CARO. Una mujer que denunció al mundo de la moda y del sistema idiotizador y patogenizador  del mercado de la moda. Y sobre todo a los diseñadores o modistos que por ganar más dinero han promocionado esta maldita enfermadad a nuestros jóvenes. Son PATOGENIZADORES,  MALÉVOLOS E INICUOS PROMOTORES DE LA CULTURA DE MUERTE Y DE LA DESHUMANIZACIÓN: MALDITOS SEAN...

Los modistas, diseñadores  en su gran mayoría son homosexuales.  Ellos promueven la moda minimalista (menos es más... muerte y ganancias)  de la mujer ultradelgada por que una mujer ultra delgada esconde sus formas y su cuerpo sin formas y es similar al de un hombre.  Es la razon por que los modistas promueven esta moda de la antibelleza, de la antisalud,  a costa de muchas vidas, ahorran en tela, no tienen que romperse la cabeza en que le haga el vestido y promueven la homosexualidad: estas razones son fuertes y suficientes.

LOS MALDITOS MODISTAS 
Y DISEÑADORES DE LA MODA ANORÉXICA 

La modelo y actriz francesa Isabelle Caro, quien en 2007 posó desnuda en una campaña publicitaria mostrando su cuerpo devastado por la anorexia para alertar sobre esta enfermedad, murió el pasado noviembre, tal y como informó el diario helvético «20 Minutes». La modelo, de 28 años, provocó hace tres años una verdadera conmoción en Roma con sus fotografías para «No-lita», realizadas por el fotógrafo Oliviero Toscani.

Ante la polémica, Caro explicó que había aceptado posar para alertar a las jóvenes sobre el peligro de las dietas, de los dictados de la moda y de la anorexia. Su objetivo, dijo claramente, era sensibilizar a las mujeres sobre esa amenaza, que pesaba sobre su vida desde que ella tenía 13 años y que le había llevado a pesar 31 kilos para 1,64 metros en el momento en el que participó en la campaña de publicidad.

La muerte de Caro, que ha sido guardada en secreto por la familia, ocurrió el pasado 17 de noviembre y su causa no ha sido revelada. Su amigo Vincent Bigler señaló al diario suizo que la actriz había estado hospitalizada durante dos semanas por una neumonía y que últimamente mostraba un estado de extrema fatiga, aunque indicó que no conocía el motivo exacto del fallecimiento.





VER +:
http://elrincondeyanka.blogspot.com/2010/12/en-torno-al-minimalismo-contemporaneo.html







ACUSO A LOS MODISTOS, AL MUNDO DE LA MODA, A LOS MEDIOS DE EMISIÓN, AL CINE, A LAS ACTRICES, A LA TELEVISIÓN, A LAS PRESENTADORAS, A LAS MODELOS, AL MUNDO DE LA PUBLICIDAD, AL CINE Y A LA LETIZIA POR PROMOCIONAR LA ANOREXIA... 
¡malditos!

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miércoles, 15 de diciembre de 2010

En torno al minimalismo contemporáneo - Nihilismo, alter ego del minimalismo: El arte de la nada



El estilo minimalista es el estilo superficiliasta y light, de la estupidez, del progresismo, de la anorexia promovida por los diseñadores para ahorrarse tela -menos es más -ganancia-, de la alta cocina minimalista (de mucho continente o plato y de poco contenido o viandas), de la nueva era y del postmodernismo. Menos es más -estupidez-.

El minimalismo es la cultura light y superficial del hombre progresista de hoy. Es la representación o la manifestación  del vacío y de la estupidez in-humana frígida nihilista individualista materialista.

En torno al minimalismo contemporáneo
por Antonio Martínez

El minimalismo no se limita a constituir una simple moda estética ni un mero signo de status. Muy al contrario, tiene su trasfondo antropológico y ético, sus antecedentes metafísicos, sus consecuencias espirituales
Vaya el lector a una gran librería y hojee un libro de arquitectura del siglo XX, o bien cualquier dominical o revista de decoración: por todas partes se encontrará usted con el omnipresente minimalismo. Nada de elementos superfluos y barrocos. Todo luz, volumen, líneas rectas, silencio y vacío. En eso consiste la esencia del minimalismo.

Occidente atraviesa hoy una etapa minimalista; al menos, el Occidente urbano de las grandes metrópolis. Se busca por doquier la sobriedad, se elimina toda ornamentación. Se aplica a todo trance la regla de la economía de elementos. Los gestos tienen que ser precisos y bien definidos. Las formas, austeras y simples. Para conseguir una percepción diáfana de los espacios, se prefieren los lucernarios y la luz cenital. Se da una clara primacía a las líneas horizontales y bajas, casi a ras de suelo. Atraen las grandes cristaleras divididas geométricamente, las extensas superficies de parquet. Ángulos rectos, color blanco y crema, junto al gris y al negro. Todo suavidad, serenidad y orden, nada de excesos ni estridencias. Geometría, silencio, luminosidad, formas rectangulares, pureza de línea. Simétrico destierro de todo lo tradicional, figurativo y colorista. De lo mediterráneo, sólo el blanco resplandeciente de las casas de Ibiza.

Abajo la retórica, viva el aforismo. Como no va más del estilo, vivir en un loft, en un ático, en un espacio abierto y diáfano que efectúa la desestructuración de la vivienda tradicional. Diseñar un oasis de silencio y orden en el tráfago caótico de la gran urbe. Adoptar un nuevo estilo de vida. ¿Qué arquitecto, interiorista, escritor, artista o fotógrafo que esté en la onda moderna no aspira hoy a vivir en este transparente entorno? Madera, cristal, geometría, estilo sueco, mesas bajas, colores crudos, ladrillo y piedra desnudos en la pared. Todo ello, igual en una cafetería que en un museo o en la sala de espera de un dentista –del mío, por ejemplo-, es actualmente símbolo inconfundible de prestigio y de alto "standing".

Pero no nos equivoquemos. Por supuesto, el minimalismo no se limita a constituir una simple moda estética ni un mero signo de status. Muy al contrario, tiene su trasfondo antropológico y ético, sus antecedentes metafísicos, sus consecuencias espirituales. Ante todo, sintoniza con el individualismo urbano contemporáneo, con la cultura del single. Todo muy "cool" y postmoderno. También todo muy homosexual: a la homosexualidad contemporánea le gustan los trajes negros y precisamente minimalistas, igual que llevar el pelo muy corto y el vello corporal depilado. Todo también muy gnóstico: se siente un asco intelectual hacia la materia biológica, sus secreciones y sus efluvios. Todo, en fin, muy desmaterializado y abstracto, en sintonía con el esteticismo audiovisual imperante y con la melancolía del hombre actual.

Tal es la faceta sombría del minimalismo. La cual, por cierto, no es la única: el minimalismo puede expresar también una voluntad de sentido, una búsqueda de luz. En épocas de confusión y crisis, como la nuestra, una reacción humana de carácter universal intenta volver a la esencia de las cosas. El orden geométrico, las líneas rectas, la claridad racional, actúan como barricadas formales contra la amenazante marea de caos que asedia al ser humano. Contra el sinsentido y el absurdo, contra la vorágine social que amenaza con destruir el frágil equilibrio de la conciencia, se esgrime la estrategia defensiva de refugiarse en una cápsula de silencio, claridad y orden. Por ejemplo, abandonar Madrid e irse a vivir a un pueblo de Soria, provincia española minimalista por excelencia. Y, por supuesto, instalarse allí en una casa de estilo minimalista.



En todo caso la mayoría de los arquitectos verdaderamente minimalistas (Como el arquitecto de los sifrinos y lights, Joaquín Torres)  podrían ser considerados en realidad "maximalistas", con esto quiero decir que en vez de minimizar lo que hacen es exagerar cierto efecto, detalle, sensación, caracter, etc para crear así un espacio de mayor contundencia. Maximinan la arquitectura -de exteriores o continente- y minimizan el interiorismo/decoración y el calor de HOGAR FAMILIAR como si fuera una oficina bancaria, sin recuerdos, sin vivencias, sin calor.
Como decimos, en épocas de desorden colectivo, el recurso a la transparencia y al orden. Ahora bien: la historia de Occidente desde el siglo XVII es la crónica de un desorden creciente, con sus correspondientes reacciones minimalistas avant la lettre. Contra el torbellino pesimista del barroco, contra el derrumbamiento del universo medieval, el racionalismo cartesiano, que se atrinchera en la ciudadela de la razón, constituye un fenómeno minimalista: la razón, el orden, el método, la claridad, el espíritu de geometría. Y, ya en el siglo XX, contra la Europa freudiana de la Primera Guerra Mundial y los fascismos, víctima de las fuerzas plutónicas y tanáticas emergidas de su propio subconsciente, la arquitectura racionalista y funcionalista de Walter Gropius y la Bauhaus. Contra el consumismo y la tecnocracia de la optimista década de los 50, el estilo de vida existencialista de Edith Piaf y sus jerseys negros: el existencialismo y su estética también eran minimalistas.

El minimalismo contemporáneo puede explicarse según esta misma lógica: esencia y orden contra superfluidad y desorden. La filosofía oriental, minimalista, atrae por esta razón al hombre contemporáneo: los haikús, la meditación, la caligrafía china, el ikebana, las casas japonesas, los jardines zen. También el desierto del Sahara, con su geografía minimalista de arena, silencio y cielo. Igualmente, y desde otro punto de vista, el espíritu escandinavo, el estilo nórdico, la atmósfera transparente de los paisajes circumpolares. Angularidad, simplicidad, elegancia, como en la bandera de Noruega. La minimalista arquitectura sueca, hecha de madera, cristal y piedra. Ikea, el cine en blanco y negro de Bergman.

Por doquier, como vemos, el deseo de serenidad y armonía. De algún modo, la búsqueda de los orígenes, el regreso a los elementos primordiales de la creación y al silencio de las cosas. La conciencia que se repliega sobre sí misma, en una especie de hibernación defensiva. Una voluntad también de purificación y espiritualidad. Pero ahí se bifurcan -¡ay!- dos caminos: por un lado, el encapsulamiento individualista, la mística del individuo occidental que se niega a salir de su propia subjetividad.

Encerrado en la cárcel invisible de sí mismo, se refugia en un universo taoísta de silencio y transparencia, pero pagando el tributo de una profunda soledad. El otro camino, en cambio, es el de la verdadera voluntad de luz. Aquí, el minimalismo no se utiliza como un parapeto contra la realidad, sino de una manera franciscana. Desprenderse de todo lo accesorio para reencontrarse con lo esencial. Pensemos, por ejemplo, en la escultura minimalista de Brancusi. Pensemos también en la simplicidad del peregrino. La peregrinación es siempre una aventura minimalista: ir despojándose de la impedimenta del ego y acercarse ya sin posesiones a la presencia de Dios.

¿Qué forma de minimalismo quiere elegir Occidente, hoy situado en una decisiva encrucijada? De su elección, como es obvio, depende el rumbo futuro de nuestro mundo.




Nihilismo, alter ego del minimalismo: El arte de la nada
Manuel Gutiérrez Tejedor

Claves para entender los puntos comunes de dos conceptos, a priori, diferentes.

¿Quién dijo que una obra “artística” debe expresar algo o hacernos interiorizar algún tipo de sentimientos? ¿Por qué no se puede expresar o hacer sentir nada?

El arte minimal no suele remitir a nada más que a sí mismo. Precisamente esta negación de toda función asociativa, la autorreferencialidad y los espacios blancos o neutros que los minimalistas usaron para colocar sus autónomos “objetos específicos”, responde a una motivación política que no se debe ignorar: los artistas pretendían crear un arte que pudiera existir sin el lastre de los contenidos e ideales de formación propios de la cultura burguesa. Este arte supuso el principio del fin de la modernidad. L. Lippard afirmaba que el minimal había levantado una nueva clase de monumento funerario, palabras que enlazan con las de Nietzsche al decir que el nihilismo consiste en reducir el valor de la vida a lo mínimo.

Acercamiento al último nihilista: Nietzsche

Friedrich Wilhelm Nietzsche, el primer anarquista y el último nihilista, fue quien mejor entendió el concepto de nihilismo gracias a sus continuas crisis personales, que para él eran etapas para alcanzar la transmutación de todos los valores. Estas etapas son, aproximadamente, el nihilismo negativo, el reactivo, el pasivo y el activo. Con esta última etapa surgirá el “amanecer de la tierra”, y concluye con la muerte de Dios, donde el hombre se libera de sí mismo.

Nietzsche expone el problema del nihilismo en estrecha conexión con el del pesimismo. El límite entre los dos fenómenos no es tajante, pero podemos entender el nihilismo como el desarrollo ulterior del pesimismo: el pesimismo es la situación histórica de la civilización occidental, mientras que el nihilismo es el acontecimiento futuro que está por venir.

Etimología del nihilismo

Etimológicamente, el término nihilismo procede de la locución latina nihil (nada). De aquí se elabora el significado que se ha ido configurando en Occidente: pérdida de validez de los valores vigentes o carencia de valores. Por tanto en el nihilismo fundamentaría la cultura de la nada, un sentimiento de rechazo a toda la historia occidental viciada por los falsos ídolos: el dinero, la religión, el estado, etc. La “nada” pasa a ocupar el centro de toda existencia, lo que sólo es posible si ocupa el lugar que en Occidente pertenecía por derecho a Dios.

Nihilismo es el proceso histórico de desvalorización progresiva de aquellos valores supremos que han venido dominando en los distintos ámbitos de la vida europea y que, piensa Nietzsche, siguiendo las líneas que conducen al nihilismo extremo, podremos alcanzar una perspectiva privilegiada para el análisis e interpretación del fenómeno nihilista en su conjunto.

De la angustia existencial a la creación: requisitos para el artista "nadaista"

La angustia es la respuesta de un hombre al que se le niega la relación tranquilizadora con los dioses. Esto lo lleva a contemplar el peligro de la destrucción que la nueva religión acarrea: la tecnificació promete un futuro de progreso sin “fin”, no sólo a través de la guerra, sino a través del empobrecimiento de la relación entre los hombres con los objetos reducidos a su utilidad, separados de su magia, su poesía. Entreguerras y guerra serán, no por casualidad, el escenario de esta toma brusca de la impotencia del hombre ante el mal, ante la posibilidad de delinear el futuro mediante el pensamiento.

La creación es una pregunta en la que se conservan latentes las respuestas en forma de obras; cada pieza es la señal dejada por un paso, la herida abierta presente como búsqueda de una solución parcial. Pero en ello no hay una huida a otro universo, para los existencialistas no existe otro mundo más allá de éste, el universo de la subjetividad humana.




LOS RESTAURANTES YA NO SON LO QUE ERAN
EL CLUB DE LA COMEDIA

martes, 4 de agosto de 2009

LA BELLEZA DE LA MUJER (SEGUN LOS HOMBRES)