📕 LA REBELIÓN DE LOS TEJONES
Hay pocos países tan hermosos como nuestra Venezuela, y ningún precedente de otra sociedad latinoamericana que haya luchado tanto por su libertad como lo estamos haciendo nosotros en este momento. Es un extraño designio que a los venezolanos nos haya costado siempre más cara esa libertad. Pero lo maravilloso y nuestro mayor motivo de orgullo, es que en todas sus épocas, esta tierra ha parido gente noble y dispuesta a rebelarse por el tiempo y la fuerza que sean necesarias. Estoy con ustedes con toda el alma y daría lo que fuera por marchar en las calles y los sueños de Caracas, por enfrentar el miedo y los gases de nuestra Venezuela.
La Rebelión de los Tejones, es una propuesta liberal aplicada al caso venezolano, que contiene una aguda crítica al estatismo de los últimos 80 años en Venezuela, enfatizando el paroxismo y degrades sin límites del sistema económico actual.
La Rebelión de Los Tejones aporta un tono positivo como valor agregado; Leocenis no se sentó a llorar cuando estuvo encerrado. Desde su celda soñó un país y decidió compartir su sueño, como lo demuestran las páginas que tengo entre mis manos. El autor propone -y ahí está nuestra mayor coincidencia-, un modelo económico, político y social basado en la libre empresa, la productividad, la creatividad, el trabajo y la innovación del venezolano. Rechaza y rechazamos el Estado omnipresente, que se cree con derecho a sustituir a la sociedad civil.
Hay que rechazar la pretensión de quienes, piden todo el poder bajo la promesa de protección. Porque esa historia no termina en protección, sino en corrupción. Venezuela cedió su libertad a un mesías y ahora tiene hambre y enfermedad. Cuando pide pan, le dan bombas lacrimógenas y cuando pide medicinas, les ponen francotiradores en las azoteas.
Este libro es, en el fondo, una protesta. Una protesta contra la viveza criolla llevada a la macroeconomía, contra la cultura del egoísmo llevada a la política. Y nosotros protestamos con Leocenis. Bautizo este libro en nombre de todos los presos políticos. En nombre de las madres que han perdido hijos en las marchas. En nombre de quienes hoy pasarán su primer día injustamente privados de libertad. Pero sobre todo, lo bautizo en nombre de quienes superaron las adversidades, como Leocenis García superó su prisión. En honor a un país que se levantará de sus cenizas, que será desarrollado y libre.
¡A tu salud, Venezuela! Para que vueles siempre como los papagayos en la playa, de cara al sol y por encima de la sombra”.
La obra La Rebelión de los Tejones, se encuentra en las principales librerías del país, bajo el sello editorial de Libros Marcados, quien sacó al mercado en la primera edición, unos 10 mil ejemplares.
La portada fue realizada por Gabriel Valles, quién estuvo enterrado vivo en la temida mazmorra conocida como “La Tumba”.
📧 Carta al cura chavista
y ladrón Numa Molina
y ladrón Numa Molina
Por Leocenis García
Buen día, Padre Numa Molina: en realidad no sé cómo empezar esta carta. Yo, que tengo como oficio la palabra, me siento un poco confundido, al tratar de darle encabezamiento y forma. Le escribo desde mi cuarto, tengo al frente el retrato de mis dos hijas.
Seguramente, usted leyó, el pasaje bíblico donde Jesús mirando a un niño, grita: Hay de aquel, que se meta con uno de estos niños, en verdad os digo, que más le vale atarse un molino al cuello y tirarse al mar (…) Porque de ellos es el reino de los cielos.
De usted he sabido muchas veces por sus estridencias teológicas, y porque cada semana en VTV, nos dice que Cristo es socialista, léase bien, Cristo aquel que sí hizo una revolución, y que no derramó más sangre, que no fuera la suya. También, suele usted ser nombrado en público por el Presidente Maduro, como ejemplo de sacerdote.
A lo mejor ni siquiera sabe usted—todo puede suceder—que mis hijas se encuentran en exilio no voluntario sino forzado desde hace dos años; están exiliadas de su casa.
Ayer, tomé la decisión de recuperarle la casa que el Gobierno nacional les robó, con una medida cautelar ordenada por la Fiscal General, Luisa Ortega Díaz. La tomé, después de haberme negado por meses a pedir las cosas que el gobierno socialista me ha robado. Lo hice, porque esa casa, no es mía, es de mis hijas, y sino la lucho, soy un mal padre.
Eso me movió. Para un hombre, si es verdadero hombre, la familia es lo que más pesa.
Hoy, acompañado del coraje de quien sabe que lucha por una causa justa y de mi abogada, me presenté en la casa.
Me recibieron hombres desconocidos, fueron amables; llenos de confusión, preguntaron qué quería. Les dije: Soy, Leocenis García, mis hijas son las dueñas de esta casa, dejen de invertirle dinero, porque esto volverá a sus dueños.
Un poco más nerviosos, dijeron: “hable con el Padre”. Otro, dijo “el Padre Numa, no está pero le daremos su mensaje”. Usted, está ahí, porque el Gobierno, le entregó una casa que se robó.
Usted, Padre Numa, que le ha tocado predicar sobre el buen ladrón que según el evangelio, crucificaron al lado del Maestro Jesús. ¿Cuál de los dos, es usted?
Quiero creer que usted es como aquel que compresivo con su miseria, mira al maestro y le dice: Maestro, acuérdate de mí, ten compasión. ¿O es aquel que usa a Cristo como un trampolín, y dice: “sálvate, y sálvanos”?
Padre Numa, usted es un, ladrón. Usted duerme en una casa que pertenece a unas niñas. Y cuando mis hijas lloraban mi ausencia, después de haber padecido más de dieciocho meses de cárcel bajo el Gobierno de Nicolás Maduro, usted rezaba en uno de sus cuartos.
Usted no ignora, que mi único crimen fue serle leal a un mandato que los hombres libres tenemos, es decir, ser fiel a principios irrenunciables como la verdad. Como castigo a ese “delito”, sin un expediente que probara que era un terrorista o un financiador de tales prácticas, se me acusó de nada en concreto
Usted dormía en la casa de mis hijas, mientras a mí se me mantenía preso, amarrado por la fuerza. Y un hombre así, no podía defenderlas.
Qué clase de sacerdote es usted. Cómo puede usted manchar el nombre de la Santa Iglesia, como en los tiempos de los Borgia donde la sífilis y la inmoralidad campeaban por sus anchas.
Padre, quizás, miles de venezolanos, hombres, mujeres y niños viven la misma suerte que ahora yo. Es decir, ladrones, que ocupan casas, fincas, terrenos, en nombre de un pueblo que dicen representar, pero al que terminan apuñalando por la espalda.
Usted, es hoy, el templo vivo de una corrupción, depravación que, se ha enseñoreado del país.
Usted Padre, es ese estiércol que hay que limpiar de nuestra nación. Es gente como usted, -los ladrones-, los que han convertido a este país en una caldera de odio, donde todos pedimos en todos los tonos un cambio radical en los métodos empleados hasta hoy.
Todo el que piensa y el que crea, el que construye y el que siembra, el que sufre y el que aguarda, en fin, todos los que trabajan, y no roban como usted; aspiramos a que el orden se instaure y nos sean devueltos nuestros derechos.
¿Hacia dónde van ustedes, que apoyan el robo de la propiedad privada? ¿Hacia dónde va Venezuela cuando sus hijos, deben ver que un cura que se dice revolucionario es un ladrón?¿Hacia dónde vamos, Padre Numa? Yo quiero que me respondas de hombre a hombre, categóricamente y sin esguinces.
Padre, huya, corra, no de mí. Huya de su conciencia, de su esencia, porque por más que vierta alcohol, por más perfume que rocíe sobre su sotana, usted es eso, estiércol.
He perdonado todo. La cárcel, la expropiación de 6to Poder, la persecución no me ha dejado con odio en mi corazón. Pero usted, hizo llorar a mis hijas, y eso créame, eso, jamás lo voy olvidar.
Padre, yo duermo tranquilo, no sé si esta noche, usted lo hará. Vaya buscándose el molino y átaselo al cuello.
Saludos, padre Numa.
Leocenis García
Las sotanas en el chavismo
Como proceso político es difícil hacer un juicio de la historia que se escribe todos los días, y en Venezuela el fenómeno Chávez y su programa político sigue dando aún de que hablar.
Muchas quizás son las aristas que valdría la pena comentar, pero la relación Iglesia – Estado con la revolución bolivariana no ha sido fácil, sin embargo, todo en su justa medida, también, han tenido y tienen algunas voces dentro la misma iglesia que lo siguen y apoyan.
Como en todo proceso político no son siempre los mismos que hablan a los que hablarán mañana, es un proceso dinámico y también las voces de curas en el chavismo aparecen en diferentes momentos en la palestra pública.
Recientemente el sacerdote jesuita Numa Molina publicó un extenso comentario sobre la realidad del país, en el que habla abiertamente de su inconformidad con la posición del episcopado venezolano en los últimos documentos y pronunciamientos:
“Los obispos venezolanos carecen de una mirada imparcial sobre lo que sucede en el país, pareciera que se enteran de la realidad mediante los medios privados de tendencia marcadamente derechista. Su discurso se sigue identificando con los grupos que promueven violencia en el país”… Concluyendo: “Hoy cómo lamento que los pastores no reconozcan a sus ovejas, ni respeten sus individualidades ideológicas a la hora de emitir comunicados”.
Numa Molina es sacerdote jesuita desde hace 20 años, actualmente atiende la iglesia de San Francisco en el centro de Caracas, y aparece siempre en los eventos de tinte religioso con Nicolás Maduro, inclusive en la visita realizada en el año 2013 al Papa Francisco en el Vaticano, él fue el único sacerdote de la comitiva que ingresó a la Biblioteca Apostólica.
En los últimas días también circuló una fotografía posterior a la celebración de una misa en la Domus Santa Martha, en la que el sacerdote saludó al Papa Francisco y le comentó sobre la realidad venezolana.
Pero este no es el único, quizás ahora menos mediático también está monseñor Nelson Torrealba Pinto, del clero de la Arquidiócesis de Barquisimeto, actualmente es profesor de la Universidad Nacional de las Fuerzas Armadas en el área de filosofía y ocupó importantes cargos durante los años de la presidencia de Hugo Chávez en Venezuela.
En el año 2008 fue consejero eclesiástico de la embajada de Venezuela en la Santa Sede, posteriormente de ocupar el cargo de vicario general de la arquidiócesis de la que está incardinado.
En recientes declaraciones por un programa de televisión local, monseñor Torrealba apuntó al dialogo como vía para la solución de la crisis del país, afirmó que hay escasez de medicinas y alimentos, y comentó sobre los venezolanos yéndose del país.
En el caso opuesto está el sacerdote de Maracaibo, José Palmar, quien fuese uno de los principales propulsores del chavismo, hoy en día, está absolutamente en contra del gobierno, e inclusive en una entrevista publicada en el año 2012, antes el último triunfo electoral de Chávez, afirmó: “Le pido perdón a mi país, a mi Iglesia y a mi familia por haber contribuído a que este régimen castrocomunista se atornillara en Venezuela”.
Las desavenencias entre el padre Palmar y el chavismo iniciaron entre el 2005 y el 2006 cuando el gobierno abrió un proceso jurídico contra un diario “La Economía Hoy”, medio al que estaba vinculado el sacerdote con un joven periodista Leocenis García.
En 2007 formalizaron unas denuncias de corrupción en PDVSA, la compañía de petróleo del país, ante la Asamblea Nacional, lo que le valió la cárcel en 2008 al periodista.
En esta simbiosis, sacerdotes y medios de comunicación, Palmar tampoco ha sido el único, en la misma Arquidiócesis de Maracaibo el sacerdote Vidal Atencio también estuvo cercano al chavismo en estos años, actualmente es presidente de Coquivacoa Televisión, que es uno de los medios locales de la región.
La polémica con el padre Vidal van desde una presunta postulación de candidatura para alcalde hasta la exposición de una fotografía de Hugo Chávez y Simón Bolívar en un altar para la celebración de la eucaristía, lo que le valió un llamado de atención por parte de la jerarquía eclesial.
Actualmente el sacerdote se encuentra apartado de sus funciones sacerdotales y solo se ocupa de la dirección del mencionado canal de televisión.
Por último, y quizás no tan contundente pero si certero, fue la relación de monseñor Mario Moronta con el fallecido Hugo Chávez, amistad que lo llevó a presidir una celebración de la eucaristía con el mandatario, en medio del tratamiento contra el cáncer que padecía, y le fue administrado por el prelado el sacramento de la unción de los enfermos.
Previo al rito, el obispo recalcó: “Muchas veces cuando uno va a una casa donde hay un enfermo o a un hospital, mucha gente se asusta porque antes la llamaban la extrema unción (y se realizaba) cuando ya no había más nada qué hacer. Pero, después del Concilio Vaticano II la iglesia le ha dado el verdadero sentido a la unción de los enfermos, que es para que tenga fortaleza”.
«Es la unción de los enfermos, antes se llamaba la extremaunción (…) no hay que asustarse, esto es para que el enfermo tenga fortaleza física, pero sobre todo espiritual, esto requiere una preparación espiritual y se le da a quien ha recibido esa preparación», y posteriormente le administró la unción con el óleo para los enfermos.
Pero no solo fue una atención pastoral la brindada por monseñor Moronta a Hugo Chávez, también fue el único obispo de la Conferencia Episcopal Venezolana en dedicarle una Carta Pastoral al Socialismo del Siglo XXI.
Monseñor Moronta es un obispo reconocido continentalmente, es el titular de San Cristóbal, una de las sedes en los estados fronterizos con Colombia, al occidente de Venezuela, es teólogo biblista y un escritor activo de libros, homilías y mensajes.
En la carta pastoral reproducida por el Centro Gumilla en una edición del año 2007, se evidencian los fundamentos del Proyecto Socialismo del Siglo XXI, al que monseñor Moronta quizo colaborar desde la visión de la Iglesia, la contribución del Concilio Plenario de Venezuela, y los principios de la Doctrina Social.
“Los voceros del gobierno han señalado que el diseño del “Socialismo del siglo XXI es importante garantizar tanto la participación libre en la discusión y toma de decisiones sobre su estructura como la creación de un modelo que no se limite a imponer la voluntad de la mayoría sino integre las ideas de las minorías de forma tal que el sistema político que se derive cuente con la legitimidad necesaria para sentar y consolidar las bases de la convivencia pacífica de toda la ciudadanía. Corresponde al propio Presidente de la República (Hugo Chávez) y a las organizaciones que propician este modelo crear las condiciones para el encuentro de todos los venezolanos y de todas las tendencias, sin exclusiones, en el proceso de diseñar y poner en práctica el modelo político que mejor garantice el bien común”.
Más aún, invitó a todos los fieles a la discusión del proyecto político de Chávez: “Por eso, en esta coyuntura en la que vivimos y en la que se nos presenta un proyecto socio- político, “el Socialismo del siglo XXI”, todos los católicos hemos de estar dispuestos a aportar lo que es propio de la Iglesia y desde la perspectiva de un compromiso liberador con los hermanos, lo cual su- pone la práctica del mandamiento del amor con la solidaridad, la fraternidad, la justicia y la paz”.
La polémica con monseñor Moronta no quedó allí, y el mismo Chávez meses después cuestionó el cardenalato de Urosa, afirmando que para él su candidato era monseñor Moronta y que debían designarlo “super cardenal”.
Las personas siempre pasan, pero la historia recogerá esta otra parte de la opinión de la iglesia, en este fenómeno político que atraviesa Venezuela.
EL CURA CASTROCHAVISTA
LIBERTICIDA "NUMA MOLINA"
¿Por qué el chavismo es tan bueno para organizar el mal
y tan malo para organizar el bien?
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