EL Rincón de Yanka: 📗 DESPUÉS DEL DÍA DIEZ EN LOS ANDES

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viernes, 3 de marzo de 2017

📗 DESPUÉS DEL DÍA DIEZ EN LOS ANDES

📗CARLITOS PÁEZ. "DESPUÉS DEL DÍA DIEZ. 
El viernes 13 de octubre de 1972 un avión uruguayo, que llevaba 45 pasajeros a Chile, de los cuales muchos eran estudiantes y jugadores de un equipo de rugby, se estrelló en la Cordillera de los Andes. Doce murieron a causa de la caída, los sobrevivientes a ésta tuvieron que soportar entre otras cosas a la temible cordillera, 30 grados bajo cero durante las noches y al hambre. 

Trataron de resistir con las escasas reservas alimenticias que poseían, esperando ser rescatados, pero su esperanza cayó al enterarse por una radio, que se había abandonado la búsqueda. Desesperados ante la ausencia de alimentos y agotada su resistencia física, se vieron obligados a alimentarse de sus compañeros muertos para poder seguir viviendo.Finalmente hartos de las bajísimas temperaturas, los amenazadores aludes, angustiados por la continua muerte de sus compañeros, dos de los rugbiers deciden cruzar las inmensas montañas para así llegar a Chile. De esta manera es como el 22 de diciembre de 1972, después de haber estado durante 72 días aislados de todo, el mundo se entera de que dieciséis son los sobrevivientes que vencieron a la muerte en la Cordillera de los Andes.  



Carlitos Páez ofrece una mirada distinta y personal sobre un hecho trágico del que se ha escrito mucho aportando aquí una dimensión humana más allá de la tragedia concreta; reflexiona también sobre lo que significa convertirse en una figura pública y en una suerte de "milagro andante", habla del valor y la dimensión humana de sus compañeros de accidente y de lo que en aquellos días fue: el trabajo en equipo, la creatividad, la lucha por tolerar la frustración, la actitud para conseguir pequeñas metas, una experiencia, en fin , que es también modelo para enfrentarse al día a día.

"Tengo una buena noticia que darte: la búsqueda se terminó, ya no nos buscan más. A partir de ahora dependemos solamente de nosotros mismos". 
Esta frase pronunciada el décimo día fue clave para el grupo de adolescentes que sufrió el accidente aéreo de los Andes en el año 1972. Estas palabras supusieron un cambio de actitud que consiguió su salvación ante la perplejidad del resto del mundo. Pasaron de ser "sobrevivientes", esperando a ser rescatados de una forma pasiva, a convertirse en "vivientes", y por tanto a tomar las riendas de su propio destino.
Carlitos Páez es uno de los 16 supervivientes de la tragedia de los Andes, el más optimista del grupo, el "hombre de temple de hierro" como era calificado por sus compañeros, pero también el "niño bien" que pasó de una vida de absoluto bienestar a vivir una experiencia extrema.
"¿Cómo podía sospechar quién era yo realmente? Solamente manejaba ciertas seguridades sobre lo que había sido hasta aquel preciso momento. Y hasta que subí al avión que volaría hacia Santiago de Chile, yo era el niño mimado, el hijo atendido y hasta sobreprotegido, el que podía disfrutar de todas las comodidades. El desayuno en la cama, la protectora bolsa de agua caliente en las noches invernales, la facilidad de una vida sin sobresaltos". 

"En los Andes me encontré con reservas interiores y con capacidades que no tenía la menor idea que llevaba adentro".

Además de relatar lo ocurrido en los Andes, Carlitos se sincera en estas páginas en un alarde de valentía para mostrar cómo este episodio de su vida le ayudó a superar otras cordilleras posteriores. La presión de los medios de comunicación, su constante comparación con un padre "fuera de lo normal" y una personalidad propensa a las adicciones dieron lugar a su caída en las drogas y el alcohol. Un submundo que logró superar gracias a lo aprendido en las montañas.

"Cuando alguien se convierte en una figura pública se expone a la mirada permanente de los demás. Uno se siente observado, juzgado, aceptado o rechazado. Nos encontrábamos bajo la lupa de los curiosos, de los que seguían los pasos que dábamos quienes habíamos regresado de los Andes". 

Carlitos Páez ofrece una mirada distinta y personal sobre este hecho trágico aportando una dimensión humana más allá de la tragedia concreta. Reflexiona sobre lo que significa convertirse en una suerte de "milagro andante", habla del valor de sus compañeros de accidente, de lo que significó el trabajo en equipo, la creatividad, la lucha por tolerar la frustración, la fe, la esperanza y la actitud para conseguir pequeñas metas que luego les llevaron a la gran meta final.

"El grupo es un respaldo indestructible que ayuda a despertar las cualidades dormidas de cada uno de sus integrantes". 

Después del día 10 es una obra muy emotiva y llena de optimismo que demuestra que la actitud es fundamental para hacer frente a las adversidades incluso cuando todo parece perdido.

"Cuarenta y cinco años después del accidente puedo afirmar que la experiencia de los Andes terminó siendo una historia triunfalista. Quedó demostrado que se había impuesto la vida, que había triunfado la decisión de un grupo de gente que en medio de la adversidad más cruel apostó por no abandonarse".



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EL MILAGRO DE LOS ANDES