Manual para destruir el país
Lo escribió Fidel para el chavismo, era preciso contar con un traidor para asumirlo, pero eso no fue un problema. Luego le diría: al principio mantén ocultas las verdaderas intenciones, habla de la Patria sin parar, sobre todo para justificar cualquier locura que necesitemos implementar.
Siembra odios, culpa a los ciudadanos que producen, estudian, escriben, crean, trabajan… de ser los responsables de los males que aquejan a la sociedad. Es necesario destruirlos, normalmente las personas con cierta preparación e independientes económicamente son difíciles de someter.
Insúltalos, ponle apodos, calúmnialos, enfréntalos al desprecio público, mejor si alguna revolucionaria los agrede públicamente. Haz el payaso, se chabacano, inculto, diferénciate de un universitario educado para después poder ir contra ellos. nivela a la sociedad por lo bajo, para evitar que quieran progresar, no vaya a ser que se superen y se conviertan en escuálidos… nada de eso fue tampoco un problema para el insepulto.
Luego miente, destruye, persigue, viola las leyes impunemente, desmoraliza, empobrece al pueblo lentamente y así acabaras con la voluntad de rebelarse… elimina el aparato productivo. La pérdida de empleos, el racionamiento de comida y medicinas, las colas, la escasez, los convertirá en dependientes, no se atreverán a reaccionar; después culpa de la falta de alimentos, de insumos médicos, agua y electricidad… a la guerra económica, al Imperio y a los dirigentes de la oposición.
Mete preso a personalidades seleccionadas, a los otros los paralizará el miedo, no te excedas, así la reacción internacional será escasa. Financia aliados en el continente, paga deudas externas, regala petróleo, corrompe a las fuerzas armadas, como resultado nadie se meterá contigo.
Paralelamente controla las instituciones, contamínalas, que el pueblo pierda la fe en ellas, mientras más mediocres sean los que pongas a dirigirlas, más serviles serán.
Chávez siguió a pies juntillas el manual, solo que no conocía el final, estaba previsto que, llegado el momento, lo sustituirían por una ficha formada en la Habana: Nicolás Maduro.
No solo fue Chávez quien enfermo, la sociedad también se contaminó, el chavismo se convirtió en epidemia, gracias a ellos, hoy en día el 80% de los venezolanos vive en pobreza y cerca del 74% han perdido hasta 8 kilos de peso durante el último año.
La desnutrición, el hambre, la falta de higiene, las epidemias, la muerte por falta de medicamentos dejaron de ser una posibilidad circunstancial y se convirtieron en la dura realidad. Los recursos de la república dejaron de estar al servicio de los venezolanos, se convirtieron en la fuente de financiamiento del programa de Raúl Castro.
Por ello, después de disminuir su condición a los ciudadanos y a las instituciones, les tocó el turno a los espacios democráticos de libertad, la arremetida contra toda fuerza opositora, comenzando por los partidos políticos. En la nueva etapa, cero prensa libre, cero universidades autónomas, cero elecciones y destrucción de la Asamblea Nacional, ya que ahora no contaban con el parapeto de Diosdado para controlarla.
Por eso vemos el mundo al revés, un Poder Electoral dedicado a impedir elecciones y el referéndum, pasando por encima de la norma constitucional, al Poder Judicial, integrado de manera ilegal por personas que no cumplen los requisitos para ser parte del organismo y presidido por un delincuente con prontuario judicial, dedicado exclusivamente a legitimar las acciones ilegales del régimen y vemos a un Poder Ciudadano conformado por militantes partidistas, que dan la espalda al pueblo que están obligados a defender.
El presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (APUCV) y representante profesoral ante el Consejo Universitario, Víctor Márquez, aseguró que el verdadero legado del fallecido mandatario Hugo Chávez es la crisis y la situación actual que vive el país.Márquez aprovechó el aniversario de la muerte de Chávez para enumerar los problemas que azotan a Venezuela en la actualidad y para responsabilizar de la crisis al extinto líder de la revolución.
"No olvidemos que Chávez vive en cada bala disparada, en cada avión lleno de despedidas, en cada muestra de odio y de resentimiento.
Tampoco olvidemos que Chávez vive en cada cola por comida, en cada niño desnutrido, en cada muerte por falta de medicinas.
Mucho menos olvidemos que Chávez vive en cada empresa quebrada o expropiada, en la ciudad más violenta del mundo, en la escasez".
"Chávez vive hoy, más que nunca, en los rostros de la pobreza. Sus ojos en todas partes confiesan un 'yo quería verlos así: arruinados'.
Chávez vive en el populismo, en la persecución y la represión, en cada preso político y torturado. Vive en nuestra tragedia. Vive y se ríe".
"Chávez vive en cada venezolano que come de la basura en nuestras calles.
Chávez vive en cada sueño truncado, en cada frustración, en cada semilla de miseria. Vive en la pesadilla a la que llamó Venezuela. Ese es el verdadero legado.
Dejemos que Chávez viva, pero para decirle al futuro y al mundo que él nos trajo hasta aquí, hasta la desgracia".
El Manual previó irrespetarlo todo, una clásica forma de desmoralizar las personas honestas y exacerbar los malos instintos. Desde las cámaras de televisión se autorizó a robar; se destruyó PDVSA, despidiendo a 22 mil empleados calificados; se denigró a sacerdotes y obispos, se insultó a presidentes de países amigos, se atacó a Israel desde lo más profundo de sus entrañas, se condenó a prisión sin juicio; se les rindió homenaje a terroristas, guerrilleros y a colectivos asesinos.
Pero sobre todo se deshonoró el legado de Bolívar, colocando su apellido a lado del desastre nacional.
Se armó a los amigos de Iris Varela, los de Lina Ron, de Robert Serra, de Mata Figueroa, con ellos realizaron el trabajo sucio.
El cinismo se convirtió en política de estado, así nadie podía entender esta realidad, hablaron de amor y asesinaron estudiantes, los colectivos, brazo armado de la revolución, se presentaron como asociaciones culturales.
Si perdían una alcaldía o gobernación le quitaban el presupuesto y las atribuciones, al perder la Asamblea Nacional recurrieron a los amanuenses del TSJ. Robaron las riquezas producida por otros y lo llamaron expropiación.
Fomentaron el submundo del delito, traficantes, corruptos, comisiones, las empresas de maletín, testaferros, contratos a dedo. Todo fue valido y con tres objetivos, enriquecerse aceleradamente, corromper para silenciar y comprar conciencias, y por ultimo conseguir apoyo irrestricto civil y armado, en el ámbito nacional e internacional.
Siempre se han sentido cómodos del otro lado de la legalidad, no en balde siempre han sido comunistas, milicianos castristas, asalta bancos, asesinos o encapuchados.
Todo parecía funcionarles, algunos todavía se sienten poderosos, otros por el contrario están raspando la olla y con ganas de perderse fuera del país. Las infantas ya están instaladas en el extranjero con sus testaferros.
Intuyen que el pueblo considera a Maduro un fraude y están conscientes que el modelo castro-marxista fracasó. Por eso le tienen miedo a cualquier proceso electoral… ya no tienen pueblo, vienen más “Villa Rosa”, los veremos con terror a circular… 2017 será el fin del chavismo y seremos testigos de un nuevo cambio.
El trabajo de reconstruir el país será arduo, habrá que atender lo urgente y lo importante paralelamente, para poder atender todos los frentes: político, económico, social y moral.
Tendremos que reinventar la Fuerzas Armadas, limpiarlas de la corrupción, de los que permitieron oficiales cubanos en los cuarteles y no defendieron la soberanía nacional. Se convertirá una prioridad recuperar PDVSA y el mercado petrolero, las empresas básicas el Guayana y el Arco Minero del Orinoco, sin olvidar insertarnos en las nuevas metas internacionales de protección de la naturaleza.
Será necesario recuperar la noción de servicio público y limpiar ministerios e instituciones de agentes partidistas, sin caer en la persecución del ciudadano trabajador. Devolverle la dignidad al Claustro Universitario, implementar un proceso de devolución, financiamiento y ayuda a la empresa privada, fomentando la inversión para crear empleos.
Reconstruir hospitales y promover las industrias y las empresas de producción de alimentos y de la salud. Igualmente, la industria del turismo y las editoriales.
El sistema carcelario y las policías, forman parte de las urgencias a resolver, sin olvidar la repatriación de los capitales mal habidos y el castigo ejemplarizante de los culpables de este desastre.
Gánate tu cédula, venezolano
LA RENTA Y EL RECLAMO:
ENSAYO SOBRE PETRÓLEO
Y ECONOMÍA POLÍTICA EN VENEZUELA
DIEGO BAUTISTA URBANEJA
Diego Bautista Urbaneja (DBU) acaba de publicar (Editorial Alfa, julio 2013) el extensolibro de obligada lectura “La Renta y el Reclamo-Ensayo sobre petróleo y economíapolítica en Venezuela”.Nos lleva a través de la influencia que ha tenido el petróleo en la economía política yen la política económica venezolana, desde los tiempos de Juan Vicente Gómez (1908-1935) hasta el régimen de Hugo Chávez (1999-2012). Enfatiza (…) en la formaen la que la presencia de esa voluminosa riqueza que no es producto de nuestroesfuerzo ha determinado en los venezolanos toda una manera de concebir nuestrarelación con el trabajo, los derechos, la riqueza, la igualdad, el gobierno…DBU de entrada da una sencilla definición de la renta petrolera: (…) La renta es lo queel Estado le cobra a quienes van a explotar el petróleo, sea cual sea el nombre bajo elcual se le cobre: impuesto, regalías, derechos… y del reclamo de renta…Dame renta, toma renta…
La renta y el reclamo constituye un extraordinario esfuerzo por historiar el pensamiento económico nacional, así como por elaborar una novedosa teorización sobre el Estado rentista centrada en la idea de que el acontecer histórico venezolano tiene su eje nuclear en lo que los venezolanos han reflexionado, decidido y hecho con el petróleo y la renta que este produce, hasta la conformación de una verdadera conciencia rentística. A medida que esta conciencia rentística se va asentando históricamente, nadie piensa, en materia económica, en otra cosa que no sea el petró «Hace ya décadas que el país no se dedica a otra cosa que no sea ver qué hace con él, y hace también mucho que el petróleo está allí, en el occipital de los venezolanos, respaldando lo que ellos puedan pensar respecto a qué es aquello a lo que tienen derecho. De modo que no es necesario recordar o tener en cuenta nada más a la hora de pensar en sus expectativas legítimas. La justicia es, cada vez más, la justicia en el uso de la renta». Para el autor, sin embargo, el rentismo no es un destino «Somos nosotros los que a lo largo de la historia hemos decidido lo que él ha hecho de nosotros y los que decidiremos lo que él hará de nosotros. Esta es la premisa de la que siempre ha de partirse y esa es la premisa de la que se ha partido en esa llamada a superarlo que una y otra vez alguna voz le ha propuesto al país».
En esta categoría define dos reclamadores: los propios reclamadores, los de dame lo mío que me pertenece, es decir, los rent-claimants, y los buscadoresde la renta del Estado (que no producen) o rent-seekers; y aclara las dos caras quetiene la explotación petrolera: la productiva (capitales, fuerza de trabajo, gerencia,tecnología, etc.) y la rentística (lo que cobra el propietario del recurso por permitir quequien lo va a explotar tenga acceso a él).En el periodo gomecista dice que no hubo rentismo como tal, los ingresos no eransignificantes, pero el gobierno utilizó parte de esos recursos para pagar totalmente ladeuda externa del país en 1930. Como una señal para comenzar a atender a los rentseekers se crea el Banco Agrícola y Pecuario, y DBU resalta que (…)
No fue tal el usoel de invertir en el campo sino el de adquirir tierras urbanas y el de contar con un fondocon el cual incursionar en el negocio de la construcción o en las actividadescomerciales…A la muerte de Gómez en 1935, llega Eleazar López Contreras a la presidencia de laRepublica y comienza el Estado a hacerse cargo de los bienes públicos gracias alproducto de la renta. DBU aclara que (…) son muchas las tareas que solo el Estadopuede acometer, no solo porque por su naturaleza tienden a ser subproducidas si selas deja en manos particulares, sino porque en un país como la Venezuela de 1936,solo el Estado tiene los recursos para emprenderlas… Valdría destacar que allícomenzó la tarea para de algún modo complacer a los rent-claimants. Es en esteperiodo presidencial que comienza a hablarse de la “siembra del petróleo” (ArturoUslar Pietri, 1936), que a decir de DBU es construir las bases para una economía nopetrolera. ¿Pero quienes serian esos sembradores? ¿los rent-seekers?, donde DBUaclara que esa propuesta chocaba con las aspiraciones de los rent-claimants, hechoque la naciente clase política recogió bajo la premisa que ese bien, la renta, era detodos, y no de un grupo!!! La decisión fue que el Estado comenzara la siembra…
Allí comienza la politización del petróleo. En 1941 llega al gobierno de Isaías Medina Angarita y reivindica la captura de larenta con la promulgación de la Ley de Hidrocarburos de 1943, donde se definen muybien los conceptos de impuesto de exploración, impuesto inicial de explotación,impuesto superficial, impuesto de explotación (la regalía hoy), impuesto de consumo,impuesto de transporte, y el impuesto sobre la renta a las empresas de hidrocarburos.
Fedecámaras se funda en 1944, para contrarrestar al naciente Estado empresario, ypara participar de manera más integral en la formulación de la política económica (losfuturos rent-seekers organizados). Se establece en este periodo que la fuente deacumulación originaria del capitalismo venezolano es la renta petrolera, bautizadocomo capitalismo rentístico (Asdrúbal Baptista). Aclara DBU que hasta 1945 no espatente la existencia de los rent-claimants en la sociedad venezolana.Llega el trienio adeco (1945-1948). Se masifican los sindicatos y los gremios (lamayoría bajo la hegemonía del partido de gobierno). Se afianza la conciencia de quela principal tarea del Estado es trasegar la renta. Se crea la Corporación Venezolanade Fomento, y el Consejo de Economía Nacional (aquí participa el sector laboral) conel objetivo de traspasar la renta al sector industrial privado. En 1948 se establecedefinitivamente el “impuesto adicional”, modificando la Ley de Impuesto sobre laRenta, después conocido como el fifty-fifty, que no era más que si sumados todos losimpuestos pagados por las empresas, la tributación de estas no alcanzaba al 50% desus ganancias, quedaban obligadas a satisfacer al Fisco la respectiva diferencia; yadesde 1945 se estaba implantando un impuesto extraordinario sobre las ganancias,pero de forma puntual.
Y llega la dictadura con el golpe del 24 de noviembre de 1948, DBU resalta que (…)todo el sistema de demandas de cuotas de renta en vías de configuración se deshace,tanto por su vertiente sindical como por su vertiente empresarial…Es la época delNuevo Ideal Nacional y de la formación de las empresas básicas en manos del Estado,inyectándole grandes inversiones, el régimen se reserva un área de las “empresasbásicas”, sin darle entrada al capitalismo nacional (este se orienta hacia laconstrucción, el comercio, los servicios y la manufactura nacional, pero nada paraexportar y producir renta productiva), pero no interviene en la economía, y no hayseñales de los reclamadores de renta, DBU señala que en los 8 años de la dictadurasolo ocurren seis huelgas. La renta llega a los reclamadores por la sobre-evaluaciónde la moneda, el bajo nivel de impuestos, las grandes obras de infraestructura y unaque otra entrega a sectores y actores específicos. Y para aumentar la renta, en 1956y 1957 se entregan concesiones petroleras por un valor de 2.117 millones de US$.Para controlar efectivamente la renta en 1950 se crea el Ministerio de Minas eHidrocarburos, y en 1952 la Comisión Interministerial Permanente entre los despachosde Hacienda y Minas, para revisar los precios del petróleo y sus productos, y de losminerales del hierro, fuentes para el cálculo de la renta.En 1958 se inaugura la democracia en Venezuela.
El periodo se distingue por unacuerdo entre todos los sectores, en un estilo consensual; todo es tripartito: GobiernoEmpresarios-Sindicatos, dirigido por los partidos políticos (se había firmado el Pactode Punto Fijo y funcionaba el puntofijismo); así los partidos políticos comienzan aintervenir en la distribución de la renta, por su ocupación de los diferentes órganos delEstado. Con respecto a la renta, en el breve periodo de la Junta de gobierno de 1958el fifty-fifty se convierte en 60-40%, modificando el ISLR.Se crea la Cámara del Petróleo en 1959 (sin proponérselo originalmente serán futurosrent-seekers), y por esa vía las compañías petroleras ingresan a la ventanaempresarial que es Fedecámaras. Se aprueba la Constitución de 1961, con lo que sereafirma el Estado presidencialista y centralista, máximo manejador de la renta, unEstado que a decir de DBU a través de sus empresas básicas, procrea en su propioseno potentes fuentes de reclamo de renta.
El consensualismo. Se discute sobre las rentas buenas (las que conducen la economía a gradossuperiores de productividad y nivel tecnológico, capaces de desarrollar bienesexportables para producir divisas) y las rentas malas (las que no le aportan a la Fedecámaras se funda en 1944, para contrarrestar al naciente Estado empresario, ypara participar de manera más integral en la formulación de la política económica (losfuturos rent-seekers organizados). Se establece en este periodo que la fuente deacumulación originaria del capitalismo venezolano es la renta petrolera, bautizadocomo capitalismo rentístico (Asdrúbal Baptista). Aclara DBU que hasta 1945 no espatente la existencia de los rent-claimants en la sociedad venezolana.Llega el trienio adeco (1945-1948). Se masifican los sindicatos y los gremios (lamayoría bajo la hegemonía del partido de gobierno). Se afianza la conciencia de quela principal tarea del Estado es trasegar la renta. Se crea la Corporación Venezolanade Fomento, y el Consejo de Economía Nacional (aquí participa el sector laboral) conel objetivo de traspasar la renta al sector industrial privado.
En 1948 se establecedefinitivamente el “impuesto adicional”, modificando la Ley de Impuesto sobre laRenta, después conocido como el fifty-fifty, que no era más que si sumados todos losimpuestos pagados por las empresas, la tributación de estas no alcanzaba al 50% desus ganancias, quedaban obligadas a satisfacer al Fisco la respectiva diferencia; yadesde 1945 se estaba implantando un impuesto extraordinario sobre las ganancias,pero de forma puntual.Y llega la dictadura con el golpe del 24 de noviembre de 1948, DBU resalta que (…)todo el sistema de demandas de cuotas de renta en vías de configuración se deshace,tanto por su vertiente sindical como por su vertiente empresarial…Es la época delNuevo Ideal Nacional y de la formación de las empresas básicas en manos del Estado,inyectándole grandes inversiones, el régimen se reserva un área de las “empresasbásicas”, sin darle entrada al capitalismo nacional (este se orienta hacia laconstrucción, el comercio, los servicios y la manufactura nacional, pero nada paraexportar y producir renta productiva), pero no interviene en la economía, y no hayseñales de los reclamadores de renta, DBU señala que en los 8 años de la dictadurasolo ocurren seis huelgas. La renta llega a los reclamadores por la sobre-evaluaciónde la moneda, el bajo nivel de impuestos, las grandes obras de infraestructura y unaque otra entrega a sectores y actores específicos. Y para aumentar la renta, en 1956y 1957 se entregan concesiones petroleras por un valor de 2.117 millones de US$.Para controlar efectivamente la renta en 1950 se crea el Ministerio de Minas e Hidrocarburos, y en 1952 la Comisión Interministerial Permanente entre los despachosde Hacienda y Minas, para revisar los precios del petróleo y sus productos, y de losminerales del hierro, fuentes para el cálculo de la renta.
En 1958 se inaugura la democracia en Venezuela. El periodo se distingue por unacuerdo entre todos los sectores, en un estilo consensual; todo es tripartito: GobiernoEmpresarios-Sindicatos, dirigido por los partidos políticos (se había firmado el Pactode Punto Fijo y funcionaba el puntofijismo); así los partidos políticos comienzan aintervenir en la distribución de la renta, por su ocupación de los diferentes órganos delEstado. Con respecto a la renta, en el breve periodo de la Junta de gobierno de 1958el fifty-fifty se convierte en 60-40%, modificando el ISLR.Se crea la Cámara del Petróleo en 1959 (sin proponérselo originalmente serán futurosrent-seekers), y por esa vía las compañías petroleras ingresan a la ventanaempresarial que es Fedecámaras. Se aprueba la Constitución de 1961, con lo que sereafirma el Estado presidencialista y centralista, máximo manejador de la renta, un Estado que a decir de DBU a través de sus empresas básicas, procrea en su propioseno potentes fuentes de reclamo de renta.
El consensualismo. Se discute sobre las rentas buenas (las que conducen la economía a gradossuperiores de productividad y nivel tecnológico, capaces de desarrollar bienesexportables para producir divisas) y las rentas malas (las que no le aportan a la excepción de usar la renta para palear la gran crisis bancaria de 1994, que era la delos reclamadores de renta que tenían sus ahorros en esos bancos, y acelerar “LaApertura petrolera” comenzada tímidamente en 1992, y hasta 1997, con el proyectoCristóbal Colón, tres Rondas de Convenios Operativos, 8 Asociaciones Estratégicasde exploración a riesgo y ganancias compartidas (1996) y las 4 Asociaciones de laFaja del Orinoco. También en 1997 va a aparecer una nueva forma de distribuir renta,con la oferta pública de bonos petroleros garantizados por PDVSA. Al final de sumandato crea el Fondo para la Estabilización Macroeconómica, con el objeto deprocurar que las fluctuaciones del precio del petróleo (de la renta) no afecten elequilibrio fiscal, cambiario y monetario del país.Y llegó 1999 (Hugo Chávez) con un gobierno que a titulo de DBU (…) pone enmarcha un proceso de distribución directa de renta hacia sectores populares y sefinancia del mismo sector de actividad económica estatal y social, con elementos dediscriminación política en lo que sea posible y/o necesario.
Añadiría que ya son nimás ni menos que las Misiones (para los reclamadores) y la boliburgesia y losgolilleros (los buscadores). DBU escribe: el máximo líder HRChF decide asignar rentaatendiendo al objetivo que su proyecto político le señala… en consecuencia, todos losescenarios donde la balanza de recursos se incline en otra dirección deben serexcluidos del proceso político efectivo...Estamos ante un proceso de politizaciónprimaria de la asignación de renta... Por lo demás, siempre hay cabida para el tratofavorable a los empresarios privados plegados al proyecto político hegemónico…Elcerco jurídico, político, ideológico a las empresas privadas las condena a situacioneseconómicas o laborales criticas, lo cual da justificaciones para su expropiación ynacionalización…Y ocurre lo que nunca ocurrió en casi 100 años de rentismo: la internacionalización dela renta a países y gobiernos extranjeros, atado a un floreciente comercio importador.
Es patético lo que nos recuerda DBU: Nadie se acuerda de otra cosa que no sea depetróleo. Hace décadas que el país no se dedica sino a ver que hace con él, y hacemucho que el petróleo está en el occipital de los venezolanos…Finalmente DBU llega a algunas conclusiones:1. Es necesario pasar de una economía rentística a una no rentística (aunque laprimera seguirá siendo importante)2. El mercado interno para la empresa privada está agotado3. Ya la renta no es suficiente para mover la economía del país4. Ha sido negativo que el capital privado no pueda invertir en los sectores“básicos” y “estratégicos”5. La discusión de porque hay razones para que el Estado maneje la renta6. Es preocupante la salida de la renta al exterior, con la figura de la fuga decapitales7. La renta ha producido el crecimiento de la deuda interna y externa.Diego Bautista Urbaneja arriba a algunas soluciones:
1. Cancelar las formas de trasiego de la renta a la sociedad, con las figuras de la devaluación y la tasa de cambio2.
La empresa petrolera debe continuar siendo propiedad del Estado (no aclaraque parte de la cadena de valor de la industria petrolera como un todo, ya quehoy por hoy las industrias del gas natural, refinación y petroquímica no estánreservadas al Estado)3. Abrir al capital privado nichos de inversión interna en los recursos naturales4. Nuevas relaciones Estado-Mercado-Sector privado5. Un Estado que abra caminos y brinde soporte al sector privado6. Apoyo al conocimiento 7. Aliviar a la renta de cargas económicas innecesarias, que se le atribuyen alEstado8. Crear el Fondo de Estabilización, Capitalización y Ahorro9. La renta debe ser para el desarrollo de las capacidades de los ciudadanos10. Regresar la “renta ida”11. El nuevo rol de la renta: la producción de bienes públicos, y definir quieneslograran esto;
¿Qué sectores sociales y que sectores políticos?12. La descentralización13. … El tema de los bienes públicosAdemás de lo de la propiedad por parte del Estado de la Industria Petrolera, que nocompartimos en absoluto, porque deberíamos vernos en el éxito de las estatales quehan ido a la Bolsa como la Statoil (Noruega), Petrobras (Brasil), Ecopetrol (Colombia),y más recientemente Petroperú (Perú), esta ultima puso el 49% de su valor en elmercado; es en el punto 13 donde definitivamente no coincidimos con DBU. El partedel paradigma que por ser la renta un bien público, debe estar a la disposición detodos por igual, de allí que la producción de estos bienes debe ser por parte delEstado! (…) de manera que la propuesta va de los que es de todos a lo que es detodos… que trata de justificar como un hecho cultural… de manera que el país de losreclamadores sigue allí…y termina diciendo: (…) lo que se reclama sea la provisiónadecuada de bienes públicos, por parte del Estado (el “dueño” de la renta) no laentrega de cuotas de renta.Me permito recordar que es conocido que lo que es de todos es de nadie.
El concepto de bienes públicos, junto con el de servicios públicos es obsoleto. Losbienes son para disfrute de los ciudadanos, y los servicios son para el público (Rosales, IESA). Ya pasó el tiempo en que porque eran “públicos” tenían que serprestados por el Estado. Hoy en día en el mundo moderno esos servicios sonprestados tanto por las autoridades como por el sector privado, y en la mayoría de loscasos estos últimos son más exitosos: desde los servicios de aseo, pasando por laeducación (las universidades y colegios privados), las carreteras (turnpikes), el correo(DHL, MRW, Fedex), los cementerios, las prisiones, gas, electricidad, hasta la justicia(arbitrajes, Cortes y tribunales internacionales) y hasta los ejércitos (M. Naim, El findel poder, 2013).
Así, las empresas petroleras estatales exitosas antes mencionadasque están en la Bolsa de Valores.Por lo demás, en nuestro país, totalmente presidencialista, el Estado ha sidocapturado por los gobiernos de turno, y más recientemente por el partido de gobierno.En estos tiempos es un eufemismo, una ironía decir que el Estado debe manejar larenta y producir los “bienes públicos”.Y le preguntaría: ¿Por qué la promoción del Estado empresario (de recogedor debasura, de constructor de cementerios, de proveedor de electricidad y gas natural, detelefónicas, de importador de bienes y servicios, banquero, etc., etc.) para alcanzaresa propuesta? … por favor!Su propuesta también va en contra de las propuestas de una verdaderadescentralización, tanto política como económica. Y decimos económica porque losestados de la Republica tienen que dejar de sobrevivir con las limosnas del “situadoconstitucional” y otras dadivas del gobierno federal (central). En un verdadero proceso de descentralización los estados, además de nombraralcaldes y gobernadores (la descentralización política que ya existe), y cobrar pírricosimpuestos, tienen que labrarse su futuro económico y social, dependiendo cada unodel mejor aprovechamiento de sus recursos naturales y de sus ciudadanos, es deciruna auténtica y genuina descentralización económica.
6Los estados que tienen costas hacia el mar Caribe deben vivir de los recursos del mar,incluido uno de los más importantes el turismo; los estados que tienen recursos dehidrocarburos vivir de su explotación, los estados que tienen recursos mineralesmetálicos y no metálicos y/o agua, aprovechar al máximo su desarrollo; los estadosque tienen tierras apropiadas para la ganadería y el agro servirse plenamente de esasventajas. Y dichosos los estados que acumulan más de uno de esos recursos. Eso lesdaría a cada estado mucho más que los exiguos bolívares que reciben hoy delgobierno central.El gobierno central debe ser el desarrollador de las leyes paraguas que le servirán alos estados a preparar las suyas a nivel local, en especial las leyes que tengan que vercon la seguridad nacional, el desarrollo sustentable, la seguridad energética, laatención del mercado interno, el aprovechamiento de los recursos, y las ambientales,entre otras. Por supuesto el gobierno central tendrá prioridad sobre los asuntoscomunes a varios estados, como los sistemas de comunicación e infraestructura, y enespecial en aspectos diplomáticos para los estados fronterizos.
Esa sería la verdadera descentralización económica, que catapultaría las economíasde cada estado. Y para controlar, supervisar este desarrollo, así como para otorgar lasrespectivas licencias y permisos, imponer las multas, llevar las estadísticas, recaudarlos impuestos, cada estado debe desarrollar sus entes reguladores locales,autárquicos e independientes tanto del gobierno local como del federal.Y por supuesto existirían los impuestos federales, pero también los impuestosestatales, para el íntegro desarrollo de cada entidad. Claro que habrá estados másricos que otros, pero ninguno tendrá la pobreza que padecen hoy. Y esto resolveríade plano el tema de la renta. La renta que producen los estados con los recursos quela generan, se quedaría mayormente en los respectivos estados para el desarrollo decada entidad y el beneficio de sus ciudadanos, y los ciudadanos de cada entidadregional pagarían sus impuestos federales y locales.
Con esto queremos decir que elgobierno central tiene es que hacer su presupuesto y vivir de los impuestos que recibade los ciudadanos de cada estado y de la capital, y no del aprovechamiento directo dela riqueza que producen las regiones, en especial la renta petrolera.Los estados deben ser libres de organizar sus gobiernos estatales en la forma quedeseen, mientras se ajusten a las exigencias de la Constitución. Los estados tambiénpueden organizar sus sistemas judiciales, educativos, de salud, infraestructura, etc.Todo un cambio de paradigma, pero sería la solución económica y social, paraavanzar hacia tener un país del primer mundo: entrar en la modernidad.Y no es válido el argumento de que la “Federación” como propuesta del siglo XIX fueun fracaso, ya que la Constitución actual en la Exposición de Motivos de sus PrincipiosFundamentales enfatiza: (…) en cuanto a la estructura del Estado venezolano, eldiseño constitucional consagra un Estado federal, que se define como descentralizado, para así expresar la voluntad de transformar el anterior Estado centralizado en unverdadero modelo federal… por lo anterior la Carta Magna venezolana subraya que esun Estado descentralizado (Artículos 4to. y 6to.), por supuesto que se requerirá unareforma a la misma, porque aunque habla de descentralización, esta ata a los estadosa ser dependientes absolutos del gobierno central, por su esencia presidencialista.
Un buen ejemplo de una nación federal es el caso de México, donde el Instituto Nacional de Estadística y Geografía informa anualmente del aporte de cada estado alproducto interno bruto (PIB) de la nación. Algún día sabremos cuanto aportan al PIBde Venezuela los estados Sucre, Cojedes o Trujillo, solo para dar un ejemplo. Detallesdel caso México en: http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/cn/pibe/.
Esto resolvería de una vez por todas lo del destino de la renta que producen losestados donde se explota el petróleo y el gas natural. Esa renta tiene que irmayormente a sus ciudadanos, así como los beneficios de los estados turísticos,mineros, agrícolas o ganaderos irían a los suyos. Brasil, Colombia, Perú, Bolivia y Argentina son algunos ejemplos de esta propuesta en materia de petróleo. Por supuesto que esta propuesta de descentralización económica no va a ocurrir de lanoche a la mañana, tiene que ser un proceso gradual que podrá llevar varios años, yen unos estados más rápido que en otros, pero hay que dar las señales claras que sequiere ir en esa dirección. Nuestras “elites” y los factores de poder, en especial lospolíticos deben ser ganados para estas propuestas, propuestas estas que estánesperando los ciudadanos, porque sería realmente otra forma de gobernar, y no másde lo mismo.
Ya en el libro de Asdrúbal Baptista, "Teoría económica del capitalismo rentístico", su expresión más desarrollada y acabada– y salir al paso al supuesto determinista que sustenta esta teorización: “El petróleo nos hizo”.
En este sentido, el texto se propone sustentar lo que el autor resume en la siguiente frase: “El petróleo nos hizo como nosotros quisimos que nos hiciera”, de suerte que al argumento causal, determinista –fatalista incluso– se sale al paso con un planteamiento conforme al cual entran a formar parte del estudio y a ser consideradas variables de primer orden no solo la existencia de un recurso generador de renta (de cuantiosa, de exorbitante renta), sino el conjunto –el crisol, dicho en sus términos– de decisiones de política económica, de líderes en situación de tomar dichas decisiones, de intereses y objetivos políticos que se persiguen con ellas, y de actores sociales que reclaman su participación en la renta que el petróleo genera. Nótese, en este sentido, lo que ya desde el título se nos ofrece y que en absoluto constituye una casualidad. Si bien La renta y el reclamo es, sin duda, un libro sobre petróleo, desde el título nos invita a pasearnos por el hecho de que, para los venezolanos, este recurso se ha convertido en sinónimo de renta porque así hemos decidido que lo sea dentro del crisol de decisiones que sobre su uso se han podido tomar.
Así, pues, el centro del estudio deja de ser el petróleo y comienzan a ser las decisiones políticas que se toman en cada momento o período estudiado, en función de las variables renta y reclamo. No solo cuenta, como objeto de estudio, la renta que se produce, sino la situación estratégica en la que pueden hallarse los actores que la distribuirán o la reclamarán, así como el modo de concebir la legitimidad de dicho reclamo, en un proceso que el autor denomina “de maduración de la conciencia rentística”. Según Urbaneja, a medida que esta conciencia rentística se va asentando históricamente en el país, nadie piensa, en materia económica, en otra cosa que no sea el petróleo:
Hace ya décadas que el país no se dedica a otra cosa que no sea ver qué hace con él, y hace también mucho que el petróleo está allí, en el occipital de los venezolanos, respaldando lo que ellos puedan pensar respecto a qué es aquello a lo que tienen derecho. De modo que no es necesario recordar o tener en cuenta nada más a la hora de pensar en sus expectativas legítimas. La justicia es, cada vez más, la justicia en el uso de la renta (2013, p. 441).
En el texto, la noción de renta se analiza desde diversos puntos de vista –inscritos todos en las más solventes teorizaciones contemporáneas sobre economía política– para aterrizar luego en la realidad venezolana; al igual que la otra noción central, la de reclamo por parte de los diversos sectores sociales que, a lo largo de la historia, van cobrando existencia, identidad y poder para reclamar algo a lo que conciben como su derecho, en un contexto en el cual se maneja un planteamiento de fondo, así sea de forma intuitiva: el país posee un recurso que está ahí, que no produce ningún particular, y al Estado compete distribuirlo; no (o no necesariamente) redistribuirlo por vía impositiva o a través de la provisión de bienes públicos. Hace falta, pues, reclamar para obtener, forcejeo en el cual las partes muestran el poder específico y relativo que las legitima en el reclamo. Las élites decidirán, calcularán –esto es central en el planteamiento– la porción de renta que resulta económica, social y políticamente razonable repartir.
Ese conjunto de decisiones, tomadas históricamente por grupos humanos en función de una racionalidad derivada de planes, de programas, de principios rectores, de opciones ideológicas y de reglas de decisión –y no el fatalismo de la ominosa presencia del excremento del diablo entre nosotros–, amplía el espectro del objeto a estudiar al incorporar la variable política al tema exclusivamente económico y al complejizar el esquema y convertirlo en una suerte de pugilato permanente entre, por una parte, una renta obtenida y no exactamente producida –en los términos de la teoría económica clásica–, que sirve para orientar recursos, desarrollar proyectos, resolver problemas, pero también para mitigar conflictos; y, por la otra, grupos formados dentro de un sistema de pensamiento que legitima su actividad de buscadores o reclamadores de renta, lo que muchas veces ha convertido la usual redistribución –por parte del Estado– de recursos producidos por particulares (y aquí cada palabra está imbuida de significado para las teorías económica y política), en distribución –lo que en muchos casos implica privatización privilegiada y sectorial, no universalizable– de porciones desiguales de renta a unos sectores sociales (y no a otros o no a todos) en función del peso específico del grupo que reclama.
De esta forma, una determinada manera de hacer política en el tiempo (marcada, en cada etapa que Urbaneja distingue, por un objetivo rector y por unas específicas reglas de decisión –otro eje analítico empleado por el autor, esta vez para justificar la periodización que utiliza en la diferenciación de distintos períodos históricos–) se ve decisivamente impactada por condicionantes económicos, al tiempo que una determinada manera de orientar la economía se ve igualmente impactada por decisiones políticas sobre el rumbo y el destino de la renta. Es aquí donde se halla la justificación de este ensayo como un estudio de economía política. En este sentido, el autor descansa en una cita de Drazen según la cual:
“…si la economía es el estudio del uso óptimo de recursos escasos, la economía política se preocupa por cómo la política afecta las decisiones económicas de una sociedad”.
Ello distingue este esfuerzo teórico del texto clásico de Baptista, por citar al más acabado y enjundioso, al tiempo que amplía el espectro de análisis al concebir como de primera entidad el impacto de las decisiones políticas sobre la manera de lidiar con el petróleo.
………………………….
Para el autor, tal como se aprecia tanto en el desarrollo de la obra como en su propuesta de superación del rentismo, el de la renta no es un destino inexorable: Somos nosotros los que a lo largo de la historia hemos decidido lo que [el petróleo] ha hecho de nosotros y los que decidiremos lo que él hará de nosotros. Esta es la premisa de la que siempre ha de partirse y esa es la premisa de la que se ha partido en esa llamada a superarlo que una y otra vez alguna voz le ha propuesto al país (2013, p. 447).
En este sentido, el autor se convierte en una de esas voces y adelanta una propuesta de superación del mecanismo privatizador del ingreso petrolero que el rentismo constituye, sobre la base de destinar la mayor parte posible de la renta a la provisión (universal) de bienes públicos. Que las nuevas reglas de decisión, en lo adelante, establezcan que el objetivo fundamental no es el de asignar cuotas de renta, sino el de financiar adecuadamente la provisión de los bienes públicos que hayan sido seleccionados como metas a lograr: educación, salud pública, seguridad ciudadana. Lo que aquí se propone es modificar el sentido del reclamo.
Lo que debe estar en el centro de la propuesta que podría concitar un acuerdo del país es que lo que se reclame sea la provisión adecuada de bienes públicos, no la entrega [privada] de cuotas de renta. Se acaba la puja de las justificaciones para la asignación en el propio favor de porciones mayores o menores de aquella. El reclamador ahora es la ciudadanía como un todo, o grupos de ella, pero homogéneo en tanto ciudadanos con los demás, y lo que exige son bienes públicos que por su propia naturaleza son para todos (2013, p. 442).
Son muchas las interrogantes que surgen en atención a esta propuesta. He aquí algunas: si la creación de valor en una sociedad cualquiera es un proceso que supone tanto la producción de bienes como la creación de sujetos, ¿nos es posible, a los venezolanos, trascender el esquema del rentismo? ¿Qué hace falta para modificar –desde dentro, desde nosotros mismos– la conciencia rentística –que es nuestra conciencia– y resemantizar el petróleo y la renta? ¿Por qué razones no lo hemos logrado? ¿Es realmente posible, por el lado de las élites, dejar de ver al petróleo como renta en un esquema de clientelismo largamente aprendido que implica la posibilidad de asignación privada de cuotas de renta para amortiguar conflictos, ganar adeptos, “correr arrugas” y comprar aquiescencias? ¿Es en verdad posible detener la creciente, la gigantesca operación de traspaso de renta a manos de reclamadores privados que el rentismo ha constituido y convertirla en una asignación siquiera perfectible de bienes públicos a la totalidad de los ciudadanos? ¿Es realmente posible superar la tentación de –siendo rentistas– dejar de ser reclamadores?
Docente-investigador
del Instituto de Estudios Políticos
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Universidad Central de Venezuela
VER+:
#BOLIBURGUESES #BOLIRICOS #HAMPACRACIA #HDP
Radiografía de cómo un grupo de exjerarcas chavistas y empresarios saquearon una de las principales compañías públicas de Latinoamérica
José María Irujo
Joaquín Gil
Eric Beaumard, director de sumilleres del restaurante Le Cinq en el hotel George V, uno de los más exclusivos de París, creyó haberse equivocado cuando el 20 de noviembre de 2009 comprobó en la cuenta de su sociedad Ampelies un ingreso de 99.980 dólares (90.000 euros) procedente de uno de sus mejores clientes, Diego Salazar. Era la propina del amable y conversador empresario venezolano que frecuentaba el establecimiento, donde reservaba la mejor mesa para catar sus vinos. Aquel no era el único dispendio. En Navidad, el potentado cliente le había regalado una vajilla de 78 piezas de Hermes y una cubertería de oro....
El desproporcionado aguinaldo llegó al jefe de los sumilleres desde la cuenta de Highland Asset Corp, una sociedad panameña de Salazar con cuenta abierta en la Banca Privada d’Andorra (BPA), una pequeña entidad en el entonces paraíso fiscal del mismo nombre.
Los sabuesos agentes de Tracfin, el organismo francés de prevención de blanqueo, rastrearon la propina. Y, tras meses de silenciosas pesquisas, conectaron el desenfrenado tren de vida del enigmático venezolano con uno de los mayores latrocinios de Latinoamérica.
Como si de un juego de espejos se tratara, la gratificación accionó el motor para desnudar a la red que saqueó 4.200 millones de Petróleos de Venezuela (PDVSA), según la Fiscalía del país latinoamericano.
La ostentación impúdica, los dispendios en lujo y la indiscreción sepultaron a la trama. Integrada por dirigentes chavistas, funcionarios de la poderosa firma estatal y empresarios, la red se conjuró para desfalcar los fondos de la petrolera. La fórmula consistió en el cobro de comisiones de hasta el 10% a compañías, esencialmente chinas, que aspiraban a millonarios contratos de la energética. Un alambicado esquema de sobornos que operó entre 2007 y 2012 y atrajo a sus filas a jerarcas de la primera hornada de los gobiernos del expresidente Hugo Chávez (1999-2013).
Junto a sus cabecillas, los exviceministros de Energía Nervis Villalobos y Javier Alvarado, la organización se nutrió también de una pléyade de medio centenar de oportunistas que hicieron caja exprimiendo su cercanía al Palacio de Miraflores, sede del Gobierno venezolano. Reinas de la belleza, embajadores, empresarios sin escrúpulos, actrices, abogados y astutos arribistas del chavismo compusieron la farándula de pillaje.
El propio Salazar, aquel desconocido empresario de seguros que dejó la descomunal propina al sumiller del hotel parisino, era primo del que fuera ministro de Energía, presidente de PDVSA y exembajador en la ONU, Rafael Ramírez.
La red no dejó nada a la improvisación. Y, por eso, dirigió su mirada a un país europeo a 7.400 kilómetros de Caracas para ocultar su botín. Con 77.000 habitantes, Andorra, un micro-Estado blindado hasta 2015 por el secreto bancario, fue el lugar elegido para esconder el latrocinio.
Los depósitos de la Banca Privada d’Andorra (BPA) -un banco que hoy tiene a su cúpula directiva procesada por blanqueo- acogieron el secreto de un dinero que circuló a través de decenas de sociedades opacas radicadas en paraísos fiscales y países blindados por el secreto como Suiza o Belice.
El sistema fue sencillo. No hacía falta viajar a Europa, visitar las montañas nevadas del principado pirenaico o caminar por sus tranquilas y comerciales calles empedradas. Un avispado agente del banco andorrano en Caracas facilitaba a los miembros de la trama los formularios KYC (know your client, conoce a tu cliente, en inglés), donde estos detallaban el origen de su fortuna y facilitaban su pasaporte.
El banco creaba sociedades off shore en Panamá, como la utilizada por Salazar para las propinas. Y estas figuraban como titulares de las cuentas. Solo los más desconfiados solicitaban depósitos cifrados.
Para no levantar sospechas, el grupo comunicaba a los bancos que sus millonarios ingresos procedían de unos trabajos de asesoría que presuntamente no existieron y que, a veces, se justificaban con informes ficticios.
Gracias al maná sin fin, la red navegó por un insólito tren de lujo. El exviceministro Villalobos, el empresario Salazar, y el primo de este último, Luis Mariano Rodríguez Cabello, desembolsaron más de 10 millones en joyería, obras de arte, vinos, relojes y alquiler de helicópteros. Se hicieron también con un emporio inmobiliario valorado en decenas de millones que contempló 21 exclusivas propiedades. Viviendas de lujo, áticos de revista y apartamentos en rascacielos de ensueño integraron estas inversiones en ladrillo, que principalmente se adquirieron en Venezuela y EE. UU.
La propina de Salazar al sumiller activó en 2009 unas pesquisas internacionales que se indagan hoy en juzgados de Portugal, Estados Unidos, España y Andorra, donde una jueza procesó en 2018 a una treintena de integrantes de la red por blanqueo y pertenencia a organización criminal.
Estos son los principales protagonistas del saqueo, según una investigación de EL PAÍS hace que arrancó hace siete años:
Nervis Villalobos
Ingeniero. Viceministro de Energía y Petróleo de Venezuela entre 2007 y 2010. También fue responsable del control y suministro de electricidad entre 2001 y 2006 en el país latinoamericano. Tras abandonar sus cargos públicos, este hombre nacido en 1955 en Caracas asesoró a grandes empresas.
Javier Alvarado
Ingeniero eléctrico. Exviceministro de Energía de Venezuela y director entre 2007 y 2010 de la compañía pública Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) del país latinoamericano.
Luis Mariano Rodríguez Cabello
Empresario
Diego Salazar Carreño
Empresario de seguros nacido en Caracas en 1968.
Luis Carlos de León Pérez
Abogado corporativo de Pdvsa y exdirector financiero de la empresa estatal Electricidad de Caracas. Nació en Mississipi (EE. UU.) en 1976.
Rocío del Valle Maneiro
Embajadora de Venezuela en Londres y exembajadora en Pekín (entre 2004 y 2013)
Omar Farías Luces
Empresario. Conocido como el zar venezolano de los seguros por haber levantado un emporio en este sector al calor de los mandatos del expresidente Chávez (1999-2013) y de la joya de la corona estatal, Pdvsa.
José Luis Zabala
Nacido en Caracas en 1973, empresario y corredor de seguros
Fidel Ramírez Carreño
Director general de Servicios de Salud y Asistencia de Pdvsa.
Claudia Paola Suárez Fernández
La Miss Mundo de Venezuela en 2006, nacida en Mérida (Venezuela) es implicada en la trama de corrupción de la petrolera estatal PDVSA por la compra de un departamento.
Administrativa y reina de la belleza. Fue miss Venezuela y representó a este país en el certamen Miss Mundo de 2007.
Ramón Elías Morales Rossi
Secretario de Seguridad Ciudadana de Caracas.
Habib Ariel Coriat Harrar
Joyero. Copropietario de la joyería de lujo Daoro San Ignacio de Caracas.
José Luis Parada
Exdirector general de Producción y Explotación de PDVSA
José Márquez Cabrera
Exsecretario general de Entes Corporativos de PDVSA
Luis Abraham Bastidas Ramírez
Exgerente de Logística y Servicios Generales de PDVSA
Carmelo Urdaneta
Director general de asesoría legal del Ministerio de Energía y Petróleo de Venezuela –organismo del que depende Pdvsa- entre 2009 y 2011.
Eudomario Carruyo
Contador. Director financiero de Pdvsa entre 2005 y 2011.
Luis Enrique Tenorio
Ex primer secretario de la embajada de Venezuela en China.
Francisco Jiménez Villaroel
Director de la filial de Pdvsa Deltaven y gerente de la oficina de representación de la petrolera en China entre 2005 y 2013.
José Ramón Arias Lanz
Acumuló varios puestos: gerente técnico de la Corporación Venezolana de Petróleo, gerente de planificación de Pdvsa y director en Ecuador y Refinería del Pacífico.
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