LORENZO MILANI DEMUESTRA
COMO SE PUEDE EDUCAR DE OTRA FORMA
Este conmovedor libro es un clásico de la pedagogía y de la sociología italiana de mediados del siglo XX. Escrito con rabia, pero sobre todo con dolor por chicos que habían vivido en su propia carne la injusticia de una escuela clasista, que les dejaba fuera del "sistema", sin darles siquiera el diploma básico obligatorio. Finalmente "salvados" por la escuela de Barbiana, una aldea de las montañas próximas a Florencia, dirigida por un cura, Don Milani, que se hizo célebre en Italia por su tipo de enseñanza y formación, que no excluía a ningún muchacho, que sacaba lo mejor de ellos mismos y les hacia estar orgullosos de su cultura, frente a una escuela funcionarial, anquilosada, incapaz de enseñar, solo de reproducir, que crea seres individualistas, arribistas y desinteresados de la auténtica cultura, me conmocionó hace casi treinta años y también en este segunda lectura. Si bien el contexto social, político y económico actual en nuestro país no tiene nada que ver con lo que aquí se nos narra, por lo que quizá no es válido para , es un libro que deberían leer todos los maestros y profesores, como un modo de sacudirse tantas cosas que atan al pasado y que impiden progresar auténticamente. Un libro para los que aman enseñar, ya que, como estos chicos muy bien dicen con su estilo sencillo pero contundente, "el saber solo existe para darlo".
1.- No hacer repetidores.
2.- A los que parecen tontos darles clase a tiempo pleno.
3.- A los vagos basta con darles una motivación.
Igual que al tornero no se le permitiría solo entregar las piezas que le salen bien (no se esforzaría para que le salieran todas), tampoco al maestro se le debería permitir descartar "piezas" a su antojo. Se critica también las pocas clases que hay en la escuela (hay un sistema de refuerzo llamada la dopposcuela). Pero la presión de los pobres está cambiando las cosas. "Conocer a los chicos de los pobres y amar la política es todo uno. No es posible amar a las criaturas marcadas por leyes injustas y no querer leyes mejores". Es esencial buscar un buen fin. Que sea honesto y grande. "El fin justo es dedicarse al prójimo", y en este siglo solo se puede amar a través de la política, el sindicato o la escuela. Además de ese fin último hay también un fin inmediato, que es entender a los demás y hacerse entender. Ser aficionado en todo y especialista solo en el arte de hablar. Porque solo la lengua nos hace iguales. Igual es el que sabe expresarse y entiende la expresión ajena.
‘Dar la Palabra a los Pobres’, recoge la historia del sacerdote italiano Lorenzo Milani a través de sus cartas. El religioso dedica su vida a la enseñanza a los pobres, niños que no eran admitidos en la escuela oficial de esa época.
Destaca sus metodologías pedagógicas. A través de sus textos podemos ver cómo Milani intenta formar a unos alumnos fuera del sistema y con unas enseñanzas que se salían de lo común. Por ello es criticado, pero demuestra que se puede educar de otra forma.
Desde que leemos la primera carta hasta la última, que recoge su testamento, observamos como Milani, tras abrir la escuela en Barbicana, enseña a unos muchachos, hijos de trabajadores y campesinos, con unas ganas de aprender enormes. Imparte las clases con un estilo muy particular, libremente. Esto hace que tenga que luchar tanto con el sistema político del momento como contra su propia institución, la iglesia.
Toda su vida la dedica a la enseñanza. Incluso hasta cuando está enfermo sigue con la escritura de sus cartas y cumple con el horario de clases que tenía acordado con los alumnos. Enseña a los mayores sus conocimientos y metodologías para que estos sean los maestros de los pequeños.
Si duda, ‘Dar la Palabra a los Pobres’ es un libro pedagógico y muy interesante que todo maestro debería de conocer.
VER+:
LA AMOROSIDAD
PUESTA AL SERVICIO DE LOS MÁS POBRES.
HOMENAJE EN EL CUARENTA ANIVERSARIO DE SU
MUERTE
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