REPUTACIÓN
Existen dos usos bien extendidos del término reputación, por un lado, se trata de la opinión que se tiene de alguien o de algo y por otra parte, la palabra se emplea para designar la fama y el prestigio de un individuo.
Cabe destacar, que no siempre la palabra reputación es empleada con un sentido positivo, también es común que en el lenguaje corriente y en algunos contextos usemos el término con una connotación negativa, por ejemplo, en aquellos casos en los cuales las personas o determinados lugares gozan, por determinada razón, característica o situación acaecida, entre otras alternativas, de una importancia que no resulta ser muy digna de destacar. Entonces, tal cuestión x es conocidísima por la opinión pública que es consciente de la mala reputación del lugar o de la persona.
La construcción de una buena reputación lleva tiempo y se encuentra estrechamente vinculada a la noción de coherencia, es decir, siendo coherentes en cada una de nuestras elecciones y decisiones, sin traicionar a los demás ni traicionarnos a nosotros mismos construiremos una sólida e inquebrantable reputación. En cambio, destruir una reputación a partir de una mala acción o de una opinión desacertada es algo que se puede conseguir en tan solo unos minutos.
PRESTIGIO
En la actualidad, cuando las personas queremos dar cuenta de la estima, renombre, buen crédito, la influencia, la importancia y la reputación que ostenta un individuo, empleamos el término prestigio que justamente engloba todas las mencionadas cuestiones.
Estima, importancia, buena reputación que ostenta una persona, profesional o institución
Por caso es que a las personas que gozan de esta cualidad del prestigio, por su comportamiento intachable, por su conocimiento avezado en alguna materia, por su honestidad y credibilidad, entre otras cuestiones, es que son regularmente convocadas para que por ejemplo participen de alguna campaña de concientización sobre un tema del que resultan ser representativos por lo mencionado.
Pero, paradójicamente, la palabra prestigio no siempre a lo largo de la historia ha tenido el significado positivo que presenta hoy en día, porque originalmente, la misma, se empleaba para referirse a la pomposidad, soberbia, que rayaba el mal gusto de alguna persona o de algo.
En tanto, para corroborar este significado tan opuesto y contrario al que se le da hoy en día, no tenemos más que ahondar en la raíz de la palabra, que proviene del latín prestigum, que refiere engaño o truco. Aún hoy, en algunas lenguas románicas la palabra prestigio conserva este significado original.
Luego, con el correr de los años, la palabra adquiriría el valor positivo que casi todos le atribuimos hoy, empleándola, justamente, para dar cuenta del alta estima y reputación que presenta una persona.
Las personas, algunos acontecimientos y también algunas instituciones pueden ostentar prestigio.
Aunque puede diferir de una cultura a otra y de la apreciación personal que cada uno tenga respecto de qué prevalece más, si lo espiritual o lo material, sin respeto, confianza y admiración es difícil que alguien se gane el prestigio.
MI REPUTACIÓN
(Autor Desconocido)
y no es de Arturo Pérez-Reverte
(Autor Desconocido)
y no es de Arturo Pérez-Reverte
"En mi pueblo, sin pretensión, tengo mala reputación. Haga lo que haga es igual todo lo consideran mal. Yo no pienso, pues, hacer ningún daño queriendo vivir fuera del rebaño. No, a la gente no gusta que uno tenga su propia fe". Georges Brassens
"Hasta que uno no ha perdido la reputación, no comprende que era un peso enorme y que la libertad es algo formidable". Margaret Mitchell
"Muchas personas cuidan de su reputación y no de su conciencia". Siro
En los últimos tiempos mi vida se complica.
No obstante, agradezco a todos mis amigos que todavía se atrevan a relacionarse conmigo, a pesar de todos mis defectos.
* Nací blanco de padres emigrantes gallegos en Venezuela, lo que hace de mi un racista y un huevón.
* No voto a la izquierda (ni a la partidocracia), lo que hace de mi un fascista.
* Soy creyente y confesante cristiano, lo que hace de mí un enemigo del laicismo, del relativismo y de lo políticamente correcto.
* Lucho por un mundo donde seamos políticamente
iguales y libres; y,
socialmente diferentes y libres, lo que hace de mi un elitista según el igualitarismo progre.
* Soy de sexo varón, heterosexual, casado y padre de familia, lo que me hace un contracorriente de la ideología de género, y un homófobo según el lobby gay.
* Yo reflexiono sin creerme todo lo que la prensa me dice, porque no creo en pajaritos preñaos, lo que me hace un peligro reaccionario.
* Valoro mi identidad y mi cultura, lo que hace de mí un xenófobo.
* Me gustaría vivir con seguridad y ver a los delincuentes en la cárcel, lo que hace de mí un bastardo torturador.
* Creo que cada uno debería ser recompensado según sus méritos, lo que hace de mí un egoísta antisocial.
* Estoy orgulloso de ser español, lo que atenta contra la "libertad" y el "derecho a decidir" democráticamente de los pueblos oprimidos.
* Estoy orgulloso de la historia de España, del la gesta heroica del descubrimiento de América, de sus héroes como Blas de Lezo, lo que me hace genocida según la leyenda negra anglosajona.
* He sido educado en valores y principios, lo cual hace de mí un carca que se opone al bienestar social.
* Creo que la defensa de mi país es cosa de todos los ciudadanos, lo cual hace de mi un militarista asesino.
* Soy liberal y creo en la libertad de mercado lo que hace de mí un peligro de la social democracia y del estatismo comunista.
Pues nada. He aquí una breve reseña de mi mala reputación...
* Lo escrito en rosa ha sido añadido por mí.
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