EL Rincón de Yanka: PRESENCIA

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domingo, 2 de marzo de 2025

LIBRO "SOBRE LA MUERTE Y LOS MORIBUNDOS": ALIVIO DEL SUFRIMIENTO PSICOLÓGICO por ELISABETH KÜBLER-ROSS 🙏🙌


SOBRE LA MUERTE 
Y LOS MORIBUNDOS

ALIVIO DEL SUFRIMIENTO 
PSICOLÓGICO

Aprende a identificar y comprender tus sentimientos y transformar las actitudes para aliviar el sufrimiento psicológico.
Negar la muerte como hecho individual o social (con mecanismos del tipo «ya me preocuparé cuando sea necesario») tiene una importante consecuencia: la falta de preparación psicológica cuando se presenta el trance; especialmente en el paciente, pero también en los allegados o el equipo que lo atiende.
Sobre la muerte y los moribundos cubre esta carencia. A través de la identificación y comprensión de los sentimientos -ira, negación, aceptación...- de los moribundos, esta obra muestra cómo controlar dichas emociones y cómo transformar las actitudes para aliviar el sufrimiento psicológico. Por ello, este libro es no solo indispensable para profesionales de la sanidad y psicólogos, sino también para todas las personas que deseen abordar su futuro con responsabilidad.
PREFACIO

Cuando me preguntaron si querría escribir un libro sobre la muerte y los moribundos, yo acepté el reto con entusiasmo. A la hora de la verdad, cuando me senté y me pregunté en qué me había comprometido, la cosa fue diferente. 
¿Por dónde empezar? ¿Qué incluir? ¿Cuánto podía decir a los extraños que iban a leer el libro? ¿Cuánto podía compartir con ellos de mi experiencia con pacientes moribundos? ¿Cuántas cosas hay que no se comunican verbalmente, que han de ser sentidas, experimentadas, vistas, y son muy difíciles de expresar en palabras? Llevo dos años y medio trabajando con pacientes moribundos, y este libro hablará del comienzo de este experimento, que resultó ser una experiencia importante e instructiva para todos los participantes. No pretende ser un manual de cómo tratar a los pacientes moribundos, ni un estudio completo de la psicología del moribundo. 

Es, simplemente, el resultado de una nueva e interesante oportunidad de reconsiderar al paciente como ser humano, hacerle participar en diálogos, y aprender de él lo bueno y lo malo del trato que se da al paciente en los hospitales; Le hemos pedido que sea nuestro maestro para que podamos aprender más sobre las etapas finales de la vida, con todas sus angustias, temores y esperanzas. Simplemente, cuento la historia de los pacientes que compartieron estas angustias, esperanzas y frustraciones con nosotros. 
Espero que esto anime a otros a no apartarse de los enfermos "sin esperanza" sino a acercarse más a ellos, ya que pueden ayudarles mucho durante sus últimas horas. 
Los que se sientan capaces de hacer esto descubrirán, además, que es una experiencia mutuamente compensatoria; aprenderán mucho sobre el funcionamiento de la mente humana, unos aspectos de la conducta humana únicos en nuestra existencia, y saldrán de ella enriquecidos y quizá con menos ansiedades sobre su propio final.

No me dejes pedir protección ante los peligros,
sino valor para afrontarlos.
No me dejes suplicar que se calme mi dolor,
sino que tenga ánimo para dominarlo.
No me dejes buscar aliados
en él campo de batalla de la vida,
como no sea mi propia fuerza.
No me dejes anhelar la salvación
lleno de miedo e inquietud,
sino desear la paciencia necesaria
para conquistar mi libertad.
Concédeme no ser un cobarde,
experimentar tu misericordia sólo en mi éxito;
pero déjame sentir que tu mano me sostiene en mi fracaso.



Los que tienen la fortaleza y el amor suficientes para sentarse junto a un paciente moribundo en el silencio que va más allá de las palabras sabrán que ese momento no es espantoso ni doloroso, sino el pacífico cese del funcionamiento del cuerpo. Observar la muerte pacífica de un ser humano nos recuerda la caída de una estrella; en un cielo inmenso, una de entre un millón de luces brilla sólo unos momentos y desaparece para siempre en la noche perpetua. Ser terapista de un paciente moribundo nos hace conscientes de la calidad de único que posee cada individuo en este vasto mar de la humanidad. Nos hace conscientes de nuestra finitud, de la limitación de nuestra vida. Pocos de nosotros viven más de setenta años, y no obstante, en ese breve tiempo, la mayoría creamos y vivimos una biografía única, y nos urdimos en la trama de la historia humana.

El agua en un vaso está llena de destellos; 
el agua del mar es oscura. 
La pequeña verdad tiene palabras claras; 
la gran verdad tiene un gran silencio. 
TAGORE, de Pájaros errantes, CLXXVI

VER+:


Elizabeth Kubler Ross - Sob... by Hector Quispe


Tagore La Cosecha by Laura Hernandez


miércoles, 6 de mayo de 2020

💻 LA IGLESIA JERÁRQUICA VIRTUAL EGOCÉNTRICA NO ES IGLESIA ENCARNADA NI HUMANADA






Entramos en la versión de animación 3D de “Church of Fools" (Iglesia de los necios). Nos dan la bienvenida con el siguiente mensaje: 

“Puede elegir un personaje de dibujos animados, entrar en la iglesia, caminar, sentarse en un banco, explorar el santuario o hacer sus oraciones. Incluso puede tocar las campanas de la iglesia". Tal cual. Se trata de vivir la experiencia religiosa en primera persona. En ella, además, podrás leer sermones, debatir en el foro, participar en la “cafetería – chat” y compartir vivencias.
La iglesia en línea está en auge en estos días aislados de coronavirus. Algunas iglesias están transmitiendo y otras están usando el video Zoom, pero ninguna, hasta donde sabemos, está usando la tecnología ahora antigua de Shockwave, que en 2004 permitió a Ship of Fools lanzar un experimento de tres meses en una iglesia en línea llamada Iglesia de Tontos.
El edificio gótico era virtual y funcionaba como un juego de computadora, pero la oración, la adoración y las relaciones eran reales.

La congregación inició sesión desde todo el mundo como avatares, que podrían participar en los servicios programados. Aquellos que no pudieron entrar aparecieron como fantasmas, avatares transparentes que podían observar pero no participar.

La llamada iglesia en línea no cumple con los requisitos que Dios ha instituido para su Iglesia. 

La Iglesia es entonces un cuerpo vivo, tangible, real, cuidado y velado por los pastores y obispos, creciendo y ayudándose entre sí. Ver predicaciones en YouTube, o conectarte a ver predicaciones los domingos cuando pudieras ir a congregarte no quiere decir que estás obedeciendo a Dios en tu asistencia a una iglesia local (Heb. 11:25). 
Al contrario, la idea de que puedes ir a la Iglesia en línea alimenta la noción incorrecta de que debemos buscar siempre nuestra comodidad. Cristo hizo un llamado a lo opuesto. Cristo quiere seguidores que estén dispuestos a negarse a sí mismos (Mt. 16:24), que estén dispuestos a amar a otros (Jn. 13:35), y que quieran estar bajo la autoridad de pastores (Heb. 13:17). La Iglesia no se trata de mí, mi comodidad, mis deseos, mi tiempo, o mi preferencia. La Iglesia es la máxima expresión del amor de Cristo a su pueblo (Ef. 1:22), su autoridad es el centro que une a la iglesia, y no mi opinión o gustos. Cuando he reemplazado la iglesia local por una “iglesia” en línea, eso refleja más mi deseo por hacer las cosas a mi manera que una necesidad por obedecer su Palabra.
Rod Dreher aporta una cita demoledora del teólogo anglicano Ephraim Radner: “a los cristianos no nos queda ni un solo lugar seguro en la tierra, ni siquiera nuestras Iglesias lo son. Es una nueva Era”.

En una iglesia de La Coruña:
HASTA FECHA DE HOY (15/06/2020)
CONFESIONES

Mientras dure la excepcionalidad no se utilizarán los confesionarios.

· Durante este tiempo, todavía incierto, pueden los fieles recibir el perdón sacramental haciendo un acto de contrición y recibir la absolución sub conditione con el compromiso de confesarse cuando sea posible.

· Si con todo, alguien quiere confesarse, ha de avisar en la sacristía (o en Portería de Fonseca) y en un espacio amplio (salas de visitas/capilla de san Ignacio), guardar la distancia social de seguridad y colocarse mascarrilla confesor y penitente.
· Al concluir el encuentro se procederá a limpiar las manos y la superficie de objetos con los que se ha estado en contacto.

Apaga y vámonos...

“Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.” (Marcos 16,15-16).“Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.” (Mateo 28,18-20).“Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.” (Hechos de los Apóstoles 1,8).

Church of Fools: service

💻

La misa duró unos cuarenta minutos y fue creada, incluido el sermón, las oraciones y la música con inteligencia artificial.


De esta manera, la jerarquía onanista o autocomplaciente apuesta por la tecnología digital para tratar de ofrecer respuestas pastorales en momentos difíciles.

La jornada se celebrará de manera virtual a través de una aplicación digital desde las 11:00 horas hasta las 13:00 horas. Además de las ponencias, se presentará la evaluación de las conclusiones del Congreso de Laicos; los proyectos para los próximos meses y las perspectivas para el próximo curso.
Se trata de un encuentro que va dirigido a todos los delegados diocesanos de apostolado seglar, los responsables de movimientos, asociaciones y otras realidades laicales.


Por otra parte, el día 31 de mayo se celebrará el Día de la Acción Apostólica y el Apostolado Seglar, como todos los años, bajo el lema: “Hacia un renovado (virtual) Pentecostés”.



Nosotros los católicos lo que esperamos de nuestros pastores es que nos faciliten y defiendan el derecho que como fieles tenemos a practicar el culto y a recibir los sacramentos.
“Inesperado” es en mi opinión el documento publicado por la comisión episcopal para las comunicaciones sociales, en el que se afirma que las empresas de comunicación están abriendo “una ventana a la esperanza y al futuro” 
No, nosotros los cristianos, por bautizados, no esperamos que nuestros obispos se dediquen a pasarles la mano por el lomo a los medios de comunicación y a los políticos. Nosotros, lo que esperamos de nuestros pastores es que nos faciliten y defiendan el derecho que como fieles tenemos a practicar el culto y a recibir los sacramentos, adoptando las medidas especiales que haga falta para poder ejercer ese derecho en esta situación de pandemia.

Muchos católicos, entre los que me incluyo, lo que esperamos de nuestros obispos es que pongan los medios y den la cara ante quien sea, para que el culto sea posible y que se incluya entre las actividades esenciales como son la compra-venta en farmacias, hipermercados y estancos o pasear a las mascotas.
Nosotros los que esperamos es que un obispo no mande desalojar la catedral a los pocos fieles que asisten a los oficios de Semana Santa, sino que defienda el legítimo derecho a la libertad de culto y denuncie a quien haya dado la orden a la policía, aunque sea el mismísimo Ministro del Interior.

Nosotros lo que esperamos es que cuando pasemos por delante de una iglesia estén sus puertas abiertas y expuesto el Santísimo Sacramento, para poder adorarlo. Y lo mismo que un tike de un supermercado justifica la salida de casa para que a uno no le multen, con más motivo pueda valer el comprobante y la firma de nuestro párroco de que se ha estado en la iglesia, adorando al Santísimo, recibiendo la comunión, confesándose o asistiendo a la Santa Misa.
Ya se habrán dado cuenta que, por un deber de conciencia, se me ha acabado la tregua del silencio y por eso quiero acabar reclamando a nuestros obispos que dejen ya de una vez de emitir comunicados “inesperados” y tomen ejemplo de tantos sacerdotes heroicos que, a escondidas, están haciendo todo lo que pueden, y no hacen lo que deben y exigen estás circunstancias, porque les falta la cercanía y el apoyo de sus superiores eclesiásticos, que se han refugiado en el escondite de lo “inesperado”.

Pero eminencia, si no criticábamos a los sacerdotes, 
solo a ustedes, los obispos onanistas


En estos momentos críticos en los que se puede encontrar la muerte a la vuelta de la esquina, la mayoría de los obispos nos han dejado tirados y abandonados en internet, donde ni se puede recibir a Jesús Sacramentado, ni el perdón de los pecados.


La mayoría de los obispos de España han ido todavía más lejos que un Gobierno de comunistas y socialistas y decidieron prohibirnos a los fieles asistir a la celebración de la Santa Misa, cuando el decreto del Gobierno no prohíbe el culto. Y dice en su escrito el cardenal que han cerrado los templos para no contagiarnos. Por esta regla de tres habría que haber cerrado también los hipermercados, las farmacias y los estancos, donde la gente está más apiñada que en una iglesia. Tomando las mismas medidas que se adoptan en estos centros comerciales, el cardenal Omella podría haber celebrado la Santa Misa en su gran catedral de Barcelona con un centenar de fieles, por lo menos. Y detrás del arzobispo de Barcelona podrían haber seguido los canónigos diciendo misa, ininterrumpidamente, hasta que hubiera asistido toda la fila, que esto es exactamente lo que se ha hecho ejemplarmente en los hipermercados: no dejar tirado a ninguno de sus clientes.

A lo mejor tan insólita decisión del presidente de la Conferencia episcopal tenga explicación en el título de su artículo: “Hombres de carne y hueso”. Reducido a materia el hombre es suficiente con que puede ir a Mercadona, a la farmacia o al estanco. Y eso sí que a mí, aunque por razones distintas a las suyas, me causa todavía más dolor y perplejidad que lo que según Omella le causan escritos como el mío. Y, sobre todo me provoca un inmenso desasosiego que con tanta frecuencia a nuestros prelados se les olvide que los hombres, además de carne y hueso, también tenemos un alma, que necesita el alimento que se nos niega cuando cierran las iglesias… ¡Nuestras iglesias!
Esta visión del hombre, materialista y pegada a la tierra, impropia de un pastor de la Iglesia y de un sucesor de los apóstoles es la que explica el contenido de ciertos comunicados y declaraciones carentes de contenido espiritual, que emite la Conferencia Episcopal, que podía firmar cualquiera de los mercachifles políticos y que nos los suele trasmitir un monseñor, portavoz de la Conferencia Episcopal, toda una lumbrera que ha declarado, “que el tiempo es superior al espacio”…
Sobre todo me provoca un inmenso desasosiego que con tanta frecuencia a nuestros prelados se les olvide que los hombres, además de carne y hueso, también tenemos un alma, que necesita el alimento que se nos niega cuando cierran las iglesias… ¡Nuestras iglesias! 
Estoy hasta los pelos de la cabeza de escuchar las melonadas de monseñor Argüello, que en definitiva redundan en el desprestigio de quienes dice ser su portavoz. Pero todavía no le he escuchado ni una sola palabra de las intervenciones que en días pasados ha hecho la policía de manera ilegal, cuando ha interrumpido varias celebraciones de la Santa Misa en la que asistían unas pocas personas, adoptando todavía medidas más escrupulosas que la de los clientes de un supermercado. Y esto pasa cuando alguien no se hace respetar, por haber ido más lejos que un Gobierno de socialistas y comunistas.
Es normal que cuando un obispo va de buen rollito con los enemigos de la Iglesia, le acaben tomando a uno por el pito del sereno; algo que, casualmente, no sucede con los poquísimos obispos que han dejado abiertas las puertas de sus iglesias, permitiendo asistir a misa a los fieles que lo deseen. A estos, de los que no hace falta dar nombres y que se pueden contar con los dedos de una mano, les respetan hasta los que no pisan la iglesia y los que la frecuentamos no escribimos artículos criticándoles. 
Javier Paredes.
Catedrático de Historia Contemporánea 
de la Universidad de Alcalá

Y el Gobierno se lava las manos: es la autoridad local la que decide si suprime una misa o no.

Son sólo algunos ejemplos de lo que está pasando en todo el país. En cualquier caso, es la Iglesia clandestina que se esconde de sus propios vecinos, mientras el Gobierno se lava las manos. No necesita mancharse. Pero eso sí, ha dejado el huevo de la serpiente en la normativa sobre el estado de alarma: será la propia autoridad, incluido en la autoridad el guindilla de las multas, quien decida qué contagia y qué no contagia. Es decir, el que decida qué es legal y qué es perseguible. Se trata del mayor ataque a la libertad religiosa de toda la historia democrática.

Termina una pandemia 
que ha devastado la práctica religiosa


Son tantos los factores que explican o tratan de explicar la abrumadora crisis de la práctica religiosa en Occidente en los últimos años, una notable aceleración de un proceso iniciado ya saben ustedes cuándo, que parece ocioso singularizar uno. Sin embargo, no cabe duda de que la actitud de la jerarquía durante la pandemia es uno de los más notables.

La Organización Mundial de la Salud ha decretado que la peste de coronavirus, que ha cambiado el mundo para siempre, ha terminado. Y aunque no creemos que las enfermedades acaten los decretos humanos, nos parece un buen momento para recordar el daño que la cobardía y falta de visión sobrenatural de nuestros pastores hicieron a la práctica religiosa y, probablemente, a la fe de cientos de miles de fieles.

Obispos, conferencias episcopales y la propia Roma se dieron una prisa indecente en interrumpir el culto público totalmente durante meses. Se adelantaron, incluso, en muchas partes -España, por ejemplo- al propio poder político -al que ni soñaron en desafiar en defensa de los fieles-, y en la propia Roma el Papa ordenó a su vicario cerrar físicamente las iglesias en una iniciativa de la que tuvo en seguida que desdecirse ante la indignación generalizada.

De repente, todos aceptaron sin un murmullo de protesta -y sí, en algunos casos, de alivio- que la Misa no era, no es, un “servicio esencial”. Animaron a los fieles a seguir la celebración por la televisión o por Internet, y suspendieron la obligación de asistir a Misa o incluso a seguirla online con la mayor tranquilidad. Soportaron en silencio que abrieran muchos otros servicios, mientras los fieles se veían imposibilitados de acceder a los sacramentos. Se negaban confesiones, viáticos, unciones de enfermos, comuniones. Tampoco alzaron mucho la voz cuando la policía interrumpía el Santísimo Sacrificio, en algún caso el de todo un obispo en su catedral.

Cuando abrieron, impusieron medidas propias de la Peste Negra, como si la gente se estuviera muriendo por las calles: aforos, distancia de seguridad, hidrogel a granel entrando en el ritual y sustituyendo al agua bendita (que no ha regresado a todos los templos), mascarillas…

Por caridad, se decía. Lo que nadie se molestó en investigar si todo aquello servía realmente para algo, y ahora que vemos que Suecia, el país disidente que se negó a someterse a todo esta histeria sanitaria, es la nación de Europa con menor exceso de mortalidad, las razones para dudar son abrumadoras.

No, muchos fieles no vieron tanto ‘caridad’ como miedo y mundanidad. Les ha llamado la atención que el alto clero le diera súbitamente tan escasa importancia a los canales habituales de la gracia. También sorprendía que, en un momento en que incluso cardenales como Hollerich o McElroy -ambos elevados por Francisco- pueden cuestionar públicamente la doctrina perenne de la Iglesia sobre cuestiones incuesionadas como la actividad homosexual, lo que emanaba de la corrupta OMS y de las ideologizadas autoridades políticas se aceptase como verdades incuestionables.

Como la presunta vacuna, ese ‘acto de amor’ al que se nos empujaba desde los más altos púlpitos. Porque no era por ti, era por los demás, para no contagiar. No importa que el contagio llevase en la abrumadora mayoría de los casos a algo no peor que una gripe, o que a poco hubiera que reconocerse públicamente que el producto no paraba la transmisión y nunca se pretendió que lo hiciera. Extraño amor.

Pero dicen que la victoria tiene siempre muchos padres mientras que la derrota es huérfana. O, si se prefiere, que cuando los resultados de nuestras prédicas no son los esperados, todo el mundo pretende que nunca se ha dicho lo que se dijo.

Ahora la CEI, nos cuenta el autor del blog Secretum Meum Mihi, la Conferencia Episcopal Italiana quiere que se interrumpan los servicios de Misas en streaming. Dicen:

“Acogiendo la comunicación de la OMS, señalamos que todas las actividades eclesiales, litúrgicas y devociones piadosas pueden volver a ser vividas en las modalidades habituales precedentes a la emergencia sanitaria.

Sin perjuicio de la posibilidad de que los obispos diocesanos dispongan o sugieran algunas normas prudenciales como la higienización de manos antes de la distribución la Comunión o el uso de mascarilla para visitas a enfermos frágiles, ancianos o inmunodeficientes.

También creemos oportuno que las celebraciones retransmitidas vía streaming cesen, o al menos sean disminuidas en su número. Las actividades en los establecimientos sanitarios, sociosanitarias y de asistencia social seguirán las normas propias de los lugares en los que se desarrollen”.

Y es que online no se puede pasar el cepillo.

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En base a esta noticia de INFOVATICANA, conviene matizar algunos detalles. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los obispos son masones, pertenecientes a una de la numerosas logias de las sociedades secretas, siendo una de ellas y, por cierto, muy poderosa, es la masonería eclesiástica, cuyo centro está en el Vaticano. 

Todas estas sociedades secretas son de inspiracion satánica, la cual, está ampliamente extendida en todos los niveles y rangos jerárquicos dentro de la Iglesia Católica. Teniendo en cuenta esta noticia, se puede comprender porqué razón la gran mayoría de los obispos en todo el mundo se precipitaron ordenando el cierre de las iglesias. Es cierto que la orden fue dada personalmente por Francisco, pero ese cierre de todas las iglesias, ordenado por los propios obispos, se adelantó incluso a las normas sanitarias previstas por los gobiernos. 

Eso quiere decir que, en el fondo, el cierre arbitrario de las iglesias por parte de los obispos durante la falsa pandemia, tenía el objetivo de apagar, de eliminar la fe en la mayoría de los fieles. Lo que estamos viviendo es el resultado de esa política suicida de la mayoría de la jerarquía actual de la Iglesia, carentes de fe y de carisma y vocación. (Damián Galerón)

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LA FE NACE, POR GRACIA, DE LA EXPERIENCIA

"Que el Señor remueva las aguas de nuestra existencia, 
estancadas por la "cómoda herejía de la indiferencia", 
como precisaba Papini". 


La fe cristiana surgió como la fe del ver. Se ve el rostro de Dios crucificado y resucitado, a quien se puede mirar, lo cual indica la importancia de los sentidos en la fe.
Piense en lo que sucede en la culminación de la vida cristiana que es la Eucaristía, en todos los sentidos que están implicados en esta experiencia. La Eucaristía es un momento absolutamente sacro en el que cada hombre puede decir: «Yo toco, veo y me como a Cristo». Los sentidos son todo. Aunque después, delante del Misterio, como dice santo Tomás, los sentidos menguan: entonces queda la contemplación.
¿Me equivoco, o con frecuencia también en la Iglesia esta atención a la realidad ha sido sustituida por un vago espiritualismo o "virtualismo", como si para vivir la experiencia cristiana hiciera falta separarse de la realidad y refugiarse en un intimismo exasperado?
Seguramente. Ha habido formas que han jugado mucho, incluso demasiado, con la emotividad. Se ha dado un exceso de emotividad que ha llevado a formas de un subjetivismo exasperado. Por ejemplo, se ha producido una falta de respeto hacia la forma concreta de oración de la Iglesia que es la liturgia. Hay oraciones que no tienen espesor teológico, profundidad ni espiritualidad, sino que están construidas sólo sobre un vago espiritualismo.
El Evangelio, en cambio, habla continuamente de hechos y experiencias concretas. Los doce primeros tuvieron la experiencia de un hombre que vivía con ellos, que caminaba con ellos, que comía con ellos y que decía que era Dios. Y lo relatan sin adornos literarios. Y de estas experiencias vividas nació la Iglesia.
El Dios del que hablamos, no sólo se ha hecho escuchar, sino que se ha hecho uno de nosotros. Y consigo trae a nuestra vida la respuesta a la pregunta fundamental por el sentido: "con la encarnación el Hijo de Dios se ha unido en cierto modo a todo hombre. Ha trabajado con manos de hombres, ha pensado con mente de hombre, ha actuado con voluntad de hombre, ha amado con corazón de hombre. Naciendo de María Virgen, él verdaderamente se ha hecho uno de nosotros, en todo semejante a nosotros, menos en el pecado" (GS 22). Ningún pretexto de parte nuestra. Él ha experimentado en todo nuestra condición humana, sobre todo allí cuando ella significa dolor, sufrimiento, enfermedad, muerte.

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"Al Angel de la Iglesia de Laodicea escribe: 


Así habla el Amén, el Testigo fiel y veraz, el Principio de la creación de Dios. Conozco tu conducta: 
no eres ni frío ni caliente. 
¡Ojalá fueras frío o caliente! 
Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. 
Tú dices: «Soy rico; me he enriquecido; nada me falta». Y no te das cuenta de que eres un desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. 
Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas, vestidos blancos para que te cubras, y no quede al descubierto la vergüenza de tu desnudez, y un colirio para que te des en los ojos y recobres la vista. 

Yo a los que amo, los reprendo y corrijo. Sé, pues, ferviente y arrepiéntete. 

Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo. 
Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como Yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono. 
El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias". Ap 3, 14-22


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“Ir contracorriente y resistir a los ídolos de la sociedad contemporánea forma parte de la misión de la Iglesia”.

PAPA BENEDICTO XVI


“Nuestro dolor y nuestra vergüenza por los pecados de algunos miembros de la Iglesia, y por los propios, no deben hacer olvidar cuántos cristianos dan la vida por amor: ayudan a tanta gente a curarse o a morir en paz en precarios hospitales, o acompañan personas esclavizadas por diversas adicciones en los lugares más pobres de la tierra, o se desgastan en la educación de niños y jóvenes, o cuidan ancianos abandonados por todos, o tratan de comunicar valores en ambientes hostiles, o se entregan de muchas otras maneras que muestran ese inmensoamor a la humanidad que nos ha inspirado el Dios hecho hombre. Agradezco el hermoso ejemplo que me dan tantos cristianos que ofrecen su vida y su tiempo con alegría. Ese testimonio me hace mucho bien y me sostiene en mi propio deseo de superar el egoísmo para entregarme más”.
“Tratamos de ser una Iglesia que sale de sí misma y que va hacia los hombres y las mujeres que no la frecuentan, que no la conocen, que se fueron, indiferentes”.
“Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos. Si algo debe inquietarnos santamente y preocupar nuestra conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga, sin un horizonte de sentido y de vida. Más que el temor a equivocarnos, espero que nos mueva el temor a encerrarnos en las estructuras que nos dan una falsa contención, en las normas que nos vuelven jueces implacables, en las costumbres donde nos sentimos tranquilos, mientras fuera hay una multitudhambrienta y Jesús nos repite sin cansarse: «¡Dadles vosotros de comer!»”. PAPA FRANCISCO

“¿Qué es lo que marca mejor a la Iglesia Universal? Pues que ofrece a toda persona lo que más necesita y que no puede conseguirse en ninguna otra parte”.
GILBERT KEITH CHESTERTON

“Empezando por la Monarquía y siguiendo por la Iglesia (jerarquía), ningún poder nacional ha pensado más que en sí mismo”. JOSÉ ORTEGA Y GASSET

“Ninguna religión puede siempre seguir manteniendo su pureza cuando la iglesia se convierte en vasallo servil del Estado”. FELIX ADLER



martes, 5 de mayo de 2020

¿VIRTUOSIDAD, VIRTUALIDAD O "VIRTUALISMO"? 💻 Y EL FIN DE LA REALIDAD: LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL


¿Virtualidad o "Virtualismo"?



Del latín virtus (“fuerza” o “virtud”), virtual es un adjetivo que, en su sentido original, hace referencia a aquello que tiene virtud para producir un efecto, pese a que no lo produce de presente. El concepto de virtud hace referencia a una cualidad positiva que permite producir ciertos efectos. Existen distintos usos del término vinculados a la fuerza, el valor, el poder de obrar, la eficacia de una cosa o la integridad de ánimo.
El adjetivo derivado de ‘virtud’, es ‘virtuoso’, que se aplica a las personas, con el significado de “que tiene virtudes”, “que es característico de una persona” o “que ha alcanzado una gran habilidad para hacer una determinada actividad”.

Virtualidad ("Virtualismo"): Posibilidad de ser de una cosa, una persona, un lugar o una situación que aún no existe. Virtual y virtualidad, lo opuesto a lo real y a la realidad.

Virtuosismo:

1. m. Dominio de la técnica de un arte propio del virtuoso (‖ artista que domina un instrumento musical).
2. m. Perfección en cualquier arte o técnica.
3. m. Habilidad o facilidad para superar dificultades y evitar consecuencias negativas.


Vivimos en un mundo de fantasía, un mundo de ilusión. 
La gran tarea de la vida es encontrar la realidad. Iris Murdoch


¿QUÉ SIGNIFICA VIRTUAL?

Un día que tenía mucha hambre entré apresurádamente a un restaurante. Escogí una mesa bien alejada del bullicio, porque quería aprovechar los pocos minutos que tenía ese día y utilizarlos para comer y concretar algunas ideas de programación, de un sistema que estaba desarrollando. Además, tenía ganas de planificar mis vacaciones, que desde hace mucho tiempo no sé lo que son.
Pedí una ensalada y un filete de salmón con alcaparras en manteca, para calmar el hambre voraz que tenía en ese momento.
Abrí mi ordenador portátil y mientras arrancaba el sistema operativo, me llevé un susto con aquella voz bajita detrás de mí:

- Señor, ¿me da algo de dinero?
- No tengo, pequeño.
- Por favor, sólo una moneda para comprar pan.
- Está bien, yo te compro uno.

Para variar, mi cuenta de correo estaba llena de e-mails. Me entretuve leyendo poesías, bonitos mensajes, riendo de esas divertidas bromas, etc. Ahhh! Esa música me trasladaba a México D.F., recordando un hermoso tiempo pasado.

- Señor, pida que le pongan al pan manteca y queso también!
En ese momento, me dí cuenta que el pequeño estaba a mi lado.
- Bien, pero después me dejas trabajar, que estoy muy ocupado, ¿de acuerdo?

Llegó mi comida y con ella la realidad. Hago el pedido del pequeño, y el camarero me pregunta si quiero que el niño sea retirado. Mi cargo de conciencia me impide tomar una decisión, y digo:

- No, no pasa nada. Deje que se quede. Traiga el pan y un plato de ternera con patatas fritas para él.
Entonces el niño se sentó frente a mí y preguntó:
- Señor, ¿que está haciendo?
- Estoy leyendo e-mails.
- Y ¿que son e-mails?
- Son mensajes electrónicos enviados por personas vía Internet.

Sabía que él no iba a entender nada y para evitar preguntas adicionales le dije:

- Es como si fuese una carta, pero que se envía por Internet en formato electrónico en vez de echarla al buzón del correo postal.

- Señor, ¿usted tiene Internet?
- Sí que tengo, es esencial en el mundo actual.
- Y ¿qué es Internet, señor?
- Es un lugar en la computadora donde podemos ver y oír muchas cosas, como por ejemplo noticias, música, conocer a otras personas, leer, escribir, trabajar, aprender. Tiene de todo, pero en un mundo virtual.
- Y ¿qué es lo virtual, señor?

Decido dar una explicación simplificada, con la certeza de que él poco va a entender, y me va a permitir comer mi almuerzo con tranquilidad.

- Virtual es un lugar que imaginamos, algo que no podemos tocar, alcanzar. Un lugar en el que creamos un montón de cosas que nos gustaría hacer. Creamos nuestras fantasías, transformamos el mundo en casi como quisiéremos que fuese.
- ¡Qué bueno! ¡Me gusta!
- Pequeño, ¿entonces has entendido lo que es virtual?
- Sí señor, yo también vivo en este mundo virtual.
- ¿Y tú tienes ordenador?

- No, ¡pero mi mundo también es de ese estilo, virtual! Mi madre pasa todo el día fuera, llega muy tarde y casi que no la veo. Yo me paso horas cuidando a mi hermano pequeño que vive llorando de hambre, y muchas veces le doy agua para que él piense que es sopa. Mi hermana mayor sale todo el día, dice que va a vender su cuerpo, más yo no entiendo, pues ella vuelve siempre con su cuerpo. Mi padre está en la cárcel desde hace mucho tiempo. Y yo siempre imagino a toda la familia junta en casa, mucha comida, muchos juguetes en Navidad, y yo yendo a la escuela para ser un gran médico algún día. ¿Esto no es virtual, señor?

Cerré mi ordenador portátil, no antes de que mis lágrimas cayeran sobre el teclado.
Esperé a que el niño terminase literalmente de "devorar" su plato, pagué la cuenta y le dí el cambio al pequeño, quien me lo retribuyó con una de las más bellas y sinceras sonrisas que jamás había recibido en mi vida. Y además con un "Gracias señor, usted es un maestro!".
Ahí, en ese instante, tuve la mayor prueba del virtualismo insensato en que vivimos todos los días, en cuanto a la cruel realidad rodeada de verdad, que hacemos como si no la percibiéramos!
LA GENERACIÓN DE LOS EMPANTALLADOS
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Ahora todo es virtual
la realidad ha terminado,
la hora de conversar
se ha convertido en pasado.

Virtual ahora es la calle
virtual nuestro trabajo
y virtual es todo aquello
cuando perdemos el tajo.

Virtuales son los amores
que sin virtud conseguimos
como virtual es la razón
del cómo y porque vivimos.

Virtual es la vida misma
desde el día que nacimos,
y no quedara virtud alguna
desde el día que morimos.

Virtuosismo solo tienen
unos pocos virtuosos,
que hacen lo que otros
ven imposible con sus ojos.

Virtual devaluada palabra
que a todas horas decimos,
sin saber el significado
y menos su contenido.

Navegamos por lugares
donde las olas no existen,
solo una pantalla vemos
que a veces nos pone triste,
cuando solos frente a ella
lo que vemos solo
en nuestra mente existe.

No quiero ser virtual
si la virtud no me asiste,
puede que si me confío,
virtual se vuelva todo y
de humano pase a byte.



Si vives una vida de fantasía, tu vida no vale nada 
hasta que hagas algo que desafíe tu realidad. 
Y para mí, navegar la alta mar es un reto real, porque es vida o muerte.
Morgan Freeman

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Alex Ubago - Fantasia o realidad (Video clip)