EL Rincón de Yanka: OFENSA

inicio














Mostrando entradas con la etiqueta OFENSA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta OFENSA. Mostrar todas las entradas

domingo, 6 de octubre de 2019

EL PROBLEMA DE LA TOLERANCIA SOCIAL 👥


El problema de la tolerancia social

"Cuando el relativismo moral se absolutiza 
en nombre de la tolerancia, 
los derechos básicos se relativizan 
y se abre la puerta al totalitarismo" 
Cardenal Ratzinger 

"El pueblo que valora sus privilegios por encima de sus principios, pronto pierde unos y otros".  Dwigth D. Eisenhower

"Benevolencia no quiere decir 
tolerancia de lo ruin, 
o conformidad con lo inepto, 
sino voluntad de bien". 
Antonio Machado
"El relativismo moral, negador de normas 
y valores objetivos, 
es el camino más seguro 
hacia la autodestrucción, 
la frustración, la perversión y la infelicidad". 
Alexander Torres Mega

"La tolerancia es un crimen cuando lo que se tolera es la maldad". Thomas Mann



La paradoja de la tolerancia es importante en la discusión sobre si hay que establecer límites a la libertad de expresión. Popper afirmó que permitir libertad de expresión a aquellos que la utilizarían para eliminarla es una paradoja. Rosenfeld declara «parece contradictorio extender la libertad de expresión a extremistas que... si triunfan, suprimirían sin dudar las opiniones de aquellos con los que discrepan»

LIBERTAD DE EXPRESIÓN NO ES LIBERTAD DE OFENSIÓN U OPRESIÓN: LIBERTINAJE.

Libertad de Expresión NO ES = Libertad de Ofensión u Opresión: Insultar y denigrar cualquier otro Derecho Humano como la libertad de pensamiento o credo.
El derecho de Libertad de Expresión no puede implicar el derecho de ofender ni atacar ni incumplir otros derechos humanos como los de libertad religiosa o de pensamiento.
Libertad, es entender y aceptar que todos los seres humanos poseemos iguales derechos

* El mundo moderno se parece cada vez más a una inmensa aldea global, en la que se exige la colaboración de todos para el bien común. La coexistencia tolerante entre las diversas razas, culturas y religiones se ha convertido en una necesidad ineludible para nuestra sociedad contemporánea. La ampliación de nuestro horizonte vital ha transformado nuestra actitud respecto a los demás. Cada vez se impone más el respeto, la apertura y el diálogo con el que es diferente, en lugar de su rechazo, el recelo o la sospecha. El problema de la tolerancia, tan viejo como la convivencia humana, va tomando un sentido nuevo en nuestros días.

Frente al sentido que la expresión tenía en la antigüedad (más de aguante pasivo y paciente ante lo considerado como un mal para la propia convicción), la tolerancia se reviste hoy de un alcance más positivo. La tolerancia civil es un elemento constitutivo del ideal de sociedad democrática: se basa en el reconocimiento de la igualdad de todos los hombres, así como en la defensa de sus derechos fundamentales. Pero no son pocos los lugares en los que la Iglesia hoy aparece como la principal –cuando no la única- defensora del respeto a la libertad de las conciencias y promotora de los derechos humanos, a partir de las exigencias del bien común.

* No podemos identificar esta tolerancia, requisito indispensable para la convivencia, con la simple indiferencia doctrinal, es decir, con un relativismo que se adueña de la inteligencia una vez que se renuncia al conocimiento de la verdad, religiosa o moral. Tampoco equivale a la absoluta independencia de nuestra conciencia creada, a la hora de determinar por sí misma lo que está bien o mal: donde impera la duda escéptica se impone no el diálogo fecundo, sino el enfrentamiento de diversas opiniones. La tolerancia no puede consistir en confiar sin más, de manera acrítica, la soberanía a una mayoría muchas veces indocumentada o poco formada, a fin de que decida sobre lo que es bueno o incluso lo mejor.

* Por mucho que el desarrollo de la ciencia y la política haya conducido a un sentido crítico de la autoridad, a la afirmación de la autonomía entre el orden social y el espiritual, así como a una visión desacralizada de esa misma autoridad, no podemos conformarnos con una concepción absolutamente privada (y escondida) de la fe y la religión, como si fuera el único camino para garantizar la convivencia social. Vale que no se deban confundir los órdenes de la realidad ni, por ende, imponer determinados criterios de una creencia particular; pero no se puede dividir la intrínseca unidad del hombre real, que es interior y exterior, individual y social, creyente a la vez que miembro de una sociedad.

* Digámoslo una vez más: la tolerancia civil defendida y reclamada por la sociedad contemporánea, y sostenida también por la Iglesia, nada tiene que ver con un indiferentismo moral o religioso que termina por renunciar al criterio del bien y de la verdad. En la esencia del cristianismo está su dimensión misionera, es decir, el deseo que todos los hombres lleguen al conocimiento de Cristo Dios y se salven, que brota de la firme convicción de haber recibido, en el evangelio, el depósito de la Verdad. Pero hemos comprendido, y está hoy fuera de duda, que la fidelidad a dicha misión no supone el recurso a la violenta imposición. Aun cuando el respeto a la libertad individual lleve consigo la posibilidad del rechazo, o incluso la descarada oposición, ese será siempre el riesgo de la Iglesia, que también Dios ha jugado toda vez que su gracia viene ofrecida al hombre pero nunca impuesta. Lejos de considerar al otro como un enemigo o un competidor, la visión cristiana nos permite descubrir en él un compañero de camino, necesario para construir nuestra civilización.

* Respetar al otro, en su alteridad singular, significa humanizar las relaciones intersubjetivas: el cristiano enriquece esta relación, propia de la virtud de la justicia natural, con el ardor de la caridad sobrenatural. La oferta cristiana no avasalla, sino que ofrece e ilumina los diversos modos de organizar la vida social, dando y reconociendo a cada uno la posibilidad de seguir los dictados de su propia conciencia en libertad. Ahora bien, este espíritu de tolerancia, si quiere ser auténtico o eficaz, debe poder exteriorizarse en un estatuto jurídico y social, o sea, en un régimen de convivencia real. No basta con que no se obligue a nadie a abrazar determinadas posturas o creencias, políticas o religiosas; un régimen verdaderamente tolerante debe favorecer que cada uno tenga libre acceso a la profesión de sus ideas, sin que se vea entorpecido por presiones del tipo que sea.




EL PROBLEMA DE LA TOLERANCIA SOCIAL

La ideología de los derechos humanos. FORJA 113 

 VER+:


domingo, 18 de febrero de 2018

LA PALABRA "DIOS" TAN PROFANADA, ENSANGRENTADA, PERVERTIDA...


"La palabra “Dios” Esta palabra se ha repetido incesantemente, con mil variaciones a lo largo de la historia humana. Ella ha sido glorificada y venerada pero también profanada, ensangrentada, pervertida hasta hacerla casi irrecognoscible, ya que los humanos la han utilizado para sus propios fines, han querido legitimar con ella sus elecciones, sacralizar muertes violentas o persecuciones inhumanas. Por eso algunos han propuesto hacer silencio sobre Dios, poner esa palabra entre paréntesis durante varios siglos, para que una vez purificada y renacida pudiera volver a ser moneda limpia y real tesoro en nuestras manos. 

Pero al hacer esa propuesta, los humanos se han percatado de que las palabras no son arbitrarias, de que no nacen por casualidad, ni se mantienen sin razón, de que perder una palabra es perder un segmento y una sonoridad de la realidad. Se han percatado al mismo tiempo de que la palabra Dios ha ido unida a las empresas más sagradas de nuestra historia, al amor más limpio y gratuito, a la generosidad absoluta y a la esperanza acreditada con una vida de servicio. Han sabido que en cuanto mortales somos más grandes por lo que soñamos, aun cuando escape a nuestra conquista, que por lo que podemos alcanzar y dominar por nosotros mismos. 

Si descartamos de nuestros labios la palabra Dios, ¿no perderíamos con ella todo un universo de sentido, de esperanza y de ensueño? Entonces, ¿no tendríamos que hacer lo mismo con otras palabras sagradas como amor, libertad, justicia, gratuidad, gratitud, esperanza? Dos grandes autores del siglo XX, un judío Martin Buber y un católico Karl Rahner, nos han ofrecido dos bellísimas meditaciones sobre esa palabra y su lugar específico en el itinerario y destino de la humanidad *"EL QUEHACER DE LA TEOLOGÍA de Olegario González de Cardedal
*(M.Buber, Eclipse de Dios. Estudio sobre las relaciones entre religión y filosofía (Salamanca 2003)37-45; K.Rahner, Curso fundamental sobre la fe. Introducción al cristianismo (Barcelona 1979) 66-74 (Meditación sobre la palabra Dios).


“El hombre no puede vivir sin arrodillarse.
Si rechaza a Dios, se arrodilla ante un ídolo.
No hay ateos sino idólatras.”
Fiodor Dostoievski

Dejemos a Dios ser Dios. Queremos que Dios vuelva a ocupar el lugar que le corresponde en el corazón del hombre, en el sentido a su vida, y se libere de falsos dioses y circunstancias que no le permiten llegar a su madurez y plenitud como persona.





domingo, 22 de julio de 2012

LA OFENSA: PON AMOR DONDE NO HAY AMOR Y RECOGERÁS...



PON AMOR DONDE NO HAY AMOR
Y RECOGERÁS AMOR...





viernes, 4 de febrero de 2011

LA OFENSA



la_ofensa


miércoles, 26 de agosto de 2009

PERDONAR ES LIBERARSE


"El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió". Madre Teresa de Calcuta



"Perdonar no es olvidar, es recordar sin dolor, sin amargura, sin la herida abierta; perdonar es recordar sin andar cargando eso, sin respirar por la herida, entonces te darás cuenta que has perdonado". Autor desconocido


"Casi todos piden la paz, pero, casi nadie pide perdón". Yanka 





miércoles, 6 de febrero de 2008

Poner la otra mejilla: NO significa RESISTIRSE sino OPONERSE


Uno de los dichos de Jesús más conocidos es aquel que dice: A quien te abofetee la mejilla derecha, ofrécele también la otra (Mt 5, 39).
Suele interpretarse comúnmente esta frase como una invitación a sufrir, sin rebeliones, ofensas e injurias. Esta lectura supone que la persona religiosa y buena debe evitar toda reacción violenta, y padecer con resignación las agresiones.
Es que dar la otra mejilla, en este caso la izquierda, es que pegues con la palma de la mano ya que antes había sido el dorso de la mano que significa desprecio. Pegar con la palma de la mano, quiere decir, que soy algo tuyo que te importa, como si fuera cercano o familiar a tí, porque somos hermanos. Quiere significar que te importa, que tiene la misma dignidad que tú. 
Es necesario que visualices la imagen de la acción de la bofetada.

NOTA O COMENTARIO DE LA BIBLIA DE JERUSALÉN sobre Mt 5, 39:

"Jesús no prohibe oponerse dignamente a los ataques injustos, ver Jn 18, 22s ni, mucho menos, combatir el mal en el mundo":

Jesús ante el sumo sacerdote

Entonces el sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de sus enseñanzas.
Jesús le respondió: Yo he hablado al mundo abiertamente; siempre enseñé en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en secreto.
¿Por qué me preguntas a mí? Pregúntales a los que han oído lo que hablé; he aquí, éstos saben lo que he dicho.
Cuando dijo esto, uno de los alguaciles que estaba cerca, dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote?

Jesús le respondió: Si he hablado mal, da testimonio de lo que he hablado mal; pero si hablé bien, ¿por qué me pegas?

VER+:

¿QUÉ ES MÁS FÁCIL PERDONAR O PEDIR PERDÓN?

Se habla mucho del perdón, de perdonar...,

pero, de "PEDIR PERDÓN", "I´M SORRY", "LO SIENTO", casi no se escucha (Sobre todo en España).
O mejor dicho: quién va a perdonar, si nadie le pide perdón. Porque para perdonar, primero te tendrán que pedir perdón.
¿Y quién pide perdón? ¿Sino cómo puedes perdonar?

Se dice que no hace falta pedir perdón para perdonar. Si es así, tampoco será necesario pedir perdón a Dios para que perdone. (Ver parábola del hijo Pródigo).

En la parábola, el Padre interrumpe a su hijo sólo hasta después de pedirle perdón y no le deja terminar de decir todo lo que tenía pensado decirle -porque es necesario expresarlo para el bien del que se confiesa-, para ser sanado, para ser liberado, porque por sí es terapeútico:

..."Al fin se puso a pensar: ...Volveré a la casa de mi padre y le diré: Padre, he pecado contra Dios y contra ti, y ya no merezco llamarme tu hijo: trátame como a uno de tus trabajadores." El hijo sólo le pudo decir: ‘Padre, he pecado contra Dios y contra ti, y ya no merezco llamarme tu hijo.’ Pero el padre ordenó a sus criados: ‘Sacad en seguida las mejores ropas y vestidlo;..."
Cuando pecamos contra Dios y/o contra el prójimo, necesitamos confesarlo pidiendo el perdón. Por eso hay tanto trabajo para los psiquiatras al no Celebrarse el Sacramento de Reconciliación.

Como dice la frase "Perdonar es divino; pedir perdón es humano". Será que no somos muy humanos o, nos creeremos muy divinos... Pero, ojo y oído:

Podemos ser muy soberbios en no pedir nunca perdón. Creernos siempre los ofendidos y nunca los que ofenden (mecanismo de autodefensa). Es muy fácil culpar a los demás.

Mt 6:


14 Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes.


15 Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.

(Como nosotros pedimos perdón a Dios en el Padrenuestro "perdona nuestra ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden o nos piden perdón por habernos ofendido").

Hay un adverbio "también": como yo pido perdón a Dios también perdono a los que me piden perdón).

"El Perdonar" como el "pedir perdón" está muy relacionado.

Mt 5:

21 Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, será condenado por el tribunal. 22 Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, será condenado por el tribunal. Y todo aquel que lo insulta, será castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, será condenado a la Gehena de fuego. 23 Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, 24 deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda. 25 Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. 26 Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.

..................................................................................................
"Fíjense bien: Si tu hermano te ofende, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. Si te ofende siete veces al día y otras tantas vuelve arrepentido y te dice: “Lo siento”, perdónalo»". Lc 17, 3-4
..................................................................................................
San Mateo (18,21-35):

En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?»
Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo". 
El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: "Págame lo que me debes".
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré". Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. 
Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».

"SEÑOR, PERDÓN POR NO PEDIR PERDÓN" 
Yanka

"Casi todos piden la paz, pero, casi nadie pide perdón" 
Yanka

"Llevo los últimos años pidiendo perdón por todo,
y, en cambio, a mí nadie me pide perdón por nada" 
anónimo

"Hay un remedio para las culpas: reconocerlas" 
Franz Grillparzer

"Las tres palabras más difíciles de pronunciar son:
“me he equivocado”". 
Bertrand Russell

"Enseñemos a perdonar; pero si enseñamos también a no ofender,
sería más eficiente". 
José Ingenieros

"La mayoría de las personas prefieren confesar
los pecados de los demás" 
Mary Ann Evans