Pin parental y derechos de los padres
para educar en España:
los puntos fuertes y los puntos débiles
para educar en España:
los puntos fuertes y los puntos débiles
El "#PINParental" es una herramienta con la que los padres pueden controlar que no adoctrinen a sus hijos en los colegios. Los políticos han explicitado su intención de apropiarse de los hijos de los demás a través del Estado. La nueva lucha por la libertad se da en la confrontación de las familias con el Estado. En 1921 Alejandra Kollontai miembro del Comité Central Bolchevique y la primera comisaria (ministra) elegida después de la Revolución de Octubre de 1917 escribía en su ensayo "Comunismo y familia" lo siguiente: El objetivo de este gobierno es imponer una moral de Estado, imponiendo a los niños, desde su más tierna infancia, cómo tienen que pensar. Incluso llegando a trasformar la realidad biológica del sexo para adaptarlo a su ideología en pro de adoctrinar a los más pequeños para que pierdan su identidad y todo vínculo afectivo familiar.
La Constitución española no recoge lo que decía El ABC del comunismo del soviético Bujarin en 1919, que en su párrafo 79 declaraba "el niño pertenece a la sociedad; [...] el derecho de los padres a educar a sus hijos, desde un punto de vista socialista, no tiene fundamento".
No, la Constitución española dice lo contrario: en su artículo 27.3 reconoce "el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones" (con las de los padres, se entiende).
La legislación y la jurisprudencia española han empezado a tratar estos temas en casos concretos, pero aún queda mucho por hacer, señala el grupo de reflexión Qveremos, una plataforma que defiende "verdad, valor y valores en política", incluyendo "una educación en libertad, alejada de ideologías".
A raíz del debate sobre "el pin parental", que en realidad es un debate sobre el derecho de los padres a que sus hijos reciban cierta formación religiosa y moral (y no la contraria) Qveremos señala cuáles son los puntos fuertes y débiles a favor de los padres.
El contexto español: huir de lo malo yendo a colegios "buenos"
"Desde hace muchos años se han ido introduciendo en los colegios actividades complementarias impartidas por personal no docente que inciden en la formación de aspectos que pueden estar relacionados con las creencias de los padres. Las clases de sexualidad no son fruto de los tiempos actuales, sino que vienen del socialismo de los ochenta. Frente a esto, una parte importante de los disidentes de dicha formación han optado por buscar la elección de centros donde dicha formación no se impartiese o se impartiese de modo suavizado", explica el análisis de Qveremos. "Se podría decir que muchas familias han apostado, frente a algo que no les gusta, por el “sálvese el que pueda”.
Pero este intento de refugiar a los hijos en colegios "seguros" (concertados, que son un tercio de los colegios en España) en realidad es injusto con muchas familias y niños porque "sólo las élites (sea por medios económicos, sea por nivel de formación o criterio) se sustraen a una formación que consideran nociva".
Lo que propone Qveremos: "el contenido de la enseñanza debe ser neutral, evitando siempre el adoctrinamiento, y procurando no incidir los contenidos en materias que puedan ser contrarias a las legítimas creencias de los padres".
¿Qué vemos en las leyes españolas sobre el tema?
La Constitución, en su artículo 27.3, reconoce a los padres como sujetos titulares del derecho a que los hijos reciban una educación acorde a sus creencias.
Qveremos ve que en España "este derecho se ha desarrollado hasta el momento mediante medidas para garantizar asignaturas religiosas, y potenciando mecanismos para facilitar (si bien de forma limitada) la elección de centro. Sin embargo, la legislación no ha llegado a afrontar con seriedad el problema del potencial adoctrinamiento en las escuelas".
La palabra "adoctrinar" es importante porque hay jurisprudencia: el Tribunal Constitucional, desde una sentencia de 1981 (STC 5/1981), ha declarado que el límite de la libertad docente está en que no llegue a adoctrinar. El Tribunal Constitucional también proscribe el concepto de "ciencia oficial". Cuando alguien imparte ideología de género en el colegio estaría adoctrinando en esa ideología, y vulneraría el deber de no adoctrinar.
Así, la sentencia STC 5/1981, que tenía como ponente a Francisco Tomás y Valiente (por designación del Partido Socialista; en 1996 sería asesinado por ETA), declaraba:
"La neutralidad ideológica de la enseñanza en los centros escolares PÚBLICOS regulados en la L.O.E.C.E. impone a los docentes que en ellos desempeñan su función una obligación de renuncia a cualquier forma de adoctrinamiento ideológico, que es la única actitud compatible con el respeto a la libertad de las familias que, por decisión libre o forzadas por las circunstancias, no han elegido para sus hijos centros docentes con una orientación ideológica determinada y explícita".
Además, hay que recordar que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha reconocido un fuerte derecho a la objeción de conciencia de los padres, no ya contra cursos externos de gente externa al colegio (como sería esta charla de transexualidad en un colegio público de Madrid a la que asistió ReL), sino incluso respecto a las materias curriculares que se pretenden impartir a los hijos. El TEDH se pronunció a favor de esta objeción de conciencia en las Sentencias Folgerø contra Noruega, de 29 de junio de 2007 y Zengin contra Turquía, de 9 de octubre de 2007.
"Con mayor razón, si cabe, pueden los padres españoles oponerse a que personas ajenas al profesorado del centro impongan a sus hijos charlas o actividades cuyo propósito no es otro que propagar la agenda ideológica de la izquierda radical", señala Qveremos.
Manifestación en Perú por los derechos de los padres frente a la ideología de género... pero en realidad este derecho contra el adoctrinamiento puede aplicarse a muchas ideologías
¿El pin parental? Sí, pero no es bastante
"El pin parental es un mecanismo administrativo para hacer efectivos los derechos de los padres. Un buen invento que no debe ser rechazado, sino acogido en interés de todos. También de las personas de izquierdas que se verían con dicho pin blindadas frente a potenciales enseñanzas que no fuesen de su gusto en el futuro (basta una pregunta: ¿habría sido deseable el pin parental en el pasado frente a la formación del espíritu nacional y las actividades complementarias de la asignatura?)", plantea Qveremos.
Pero el pin parental no es suficiente, porque "se queda corto mientras solo se vaya a desarrollar en algunas comunidades autónomas y mientras sólo los padres más informados puedan ejercer el veto de acuerdo a sus creencias".
¿Qué hacer entonces? "Lo más efectivo sería procurar las reformas necesarias en las leyes generales para alcanzar que la legislación de educación establezca con claridad los límites del adoctrinamiento y el ejercicio por los padres de la objeción de conciencia frente a contenidos educativos (curriculares o no). Dos aspectos estos en los que la jurisprudencia ha tenido que frenar al poder".
En diciembre de 2016 periodistas de ReL y el sacerdote y periodista Julián Lozano acudieron a una charla de transexualidad en un colegio público de la región de Madrid y descubrieron cómo se estaba adoctrinando a los niños de 10 y 11 años en una ideología anticientífica, como recoge el vídeo ("la ciencia no puede saber si soy hombre o mujer").
MANIFIESTO
La sociedad experimenta hoy hartazgo ante la situación política. Y se mueve entre la apatía y el vértigo del populismo. Es necesario un liderazgo nuevo, que cohesione a la sociedad, y nos ayude a enfrentarnos a los retos actuales con creatividad e ilusión. Qveremos una política en la que el centro sea la persona y su dignidad. En la que el Bien Común prime sobre intereses partidistas o personales. Política que debe estar encarnada por personas nuevas.
Qveremos que las propuestas políticas vuelvan a ser ilusionantes. Qveremos partidos representativos, en los que haya debate de ideas, siendo canales auténticos para la participación política de la sociedad.
Qveremos políticos preparados y capaces, no profesionales de la política. Qveremos tolerancia cero con la corrupción, con controles y medidas eficientes para lograrlo.
Qveremos una justicia independiente de injerencias políticas. Una justicia ágil, en la que se pueda confiar. Qveremos que las instituciones y los organismos reguladores cumplan de forma real su misión de control, siendo garantía de las libertades individuales.
Qveremos proteger a los más débiles. Qveremos proteger de forma efectiva a las madres y a sus bebés, poniendo fin al drama del aborto. Qveremos cuidar de nuestros ancianos. Qveremos trabajar por la integración de los inmigrantes y los discapacitados.
Qveremos que la familia continúe siendo el pilar fundamental de la sociedad, apoyándola de forma efectiva, promoviendo la natalidad, y acabando con las políticas que buscan difuminar su rol con experimentos de ingeniería social.
Qveremos una educación en libertad, alejada de ideologías. Una educación en la que las aptitudes y habilidades sean parte fundamental de la formación como personas de niños y jóvenes.
Qveremos que España sea el proyecto común de todos los españoles. Orgullosos de nuestra nación, de su historia y de sus gentes.
Sin miedo a plantar cara a los planes excluyentes que buscan dividir la sociedad. Reforzando el sentido de pertenencia, y la solidaridad entre regiones.
Con valentía para llevar a cabo una racionalización profunda del Estado Autonómico, que lo haga sostenible y eficiente.
Qveremos una economía de inclusión, en la que no se descarte a nadie. Buscando soluciones reales a problemas reales, y afrontando con valentía los retos existentes.
Qveremos una administración eficiente y moderna, lo que requiere un cambio profundo de estructuras, y un rediseño competencial que evite duplicidades.
Qveremos garantizar la sostenibilidad y universalidad del sistema sanitario público y de pensiones. Para ello hay que invertir mejor los recursos que tenemos
Qveremos una economía abierta y flexible, en la que se incentive el ahorro y la creación de empresas.
Y PARA ELLO, QVEREMOS DAR UN PASO AL FRENTE
No nos conformamos con la realidad actual. Somos un grupo de profesionales de diversas procedencias que quiere trabajar por una sociedad y una política mejores.
Nuestro objetivo: que juntos hagamos de nuestro país un sitio mejor para todos. Y para ello hay que tomar conciencia de que no hay que resignarse al mal menor, y que todo empieza por querer. Tú también puedes dar un paso al frente.
Nos dirás: “No es posible cambiar el sistema. Aunque no nos ilusione, el mal menor es la única posibilidad.” Sin embargo, como nosotros hay muchas personas queriendo cambiar la realidad. Personas desinteresadas y con ideales, personas formadas, dispuestas a escuchar y hablar.
Hoy empezamos juntos un camino que nos llevará lejos. Tan lejos como qveramos.
La cuestión jurídica: garantizar el derecho de los padres a la neutralidad y la objeción de conciencia.
Esta posición política tiene sus consecuencias jurídicas: hablamos de un derecho universal, humano, no de un simple privilegio que se deba hacer efectivo eligiendo un tipo concreto de educación (aunque la elección sea una de las facetas del derecho a la educación). Hemos de considerar cuatro puntos clave:
1º El artículo 27 de la Constitución recoge el derecho a la educación como un derecho del menor, pero también de sus padres: el apartado 3 de dicho artículo les reconoce como los sujetos titulares del derecho a que los hijos reciban una educación acorde a sus creencias.
2º Este derecho se ha desarrollado hasta el momento mediante medidas para garantizar asignaturas religiosas, y potenciando mecanismos para facilitar (si bien de forma limitada) la elección de centro.
3º Sin embargo, la legislación no ha llegado a afrontar con seriedad el problema del potencial adoctrinamiento en las escuelas. Y hay que recordar que el Tribunal Constitucional, desde la STC 5/1981, ha declarado que el límite de la libertad docente está en el adoctrinamiento. De modo que la razón jurídica en este caso es de los padres, cuyo derecho fundamental está siendo vulnerado hoy por las leyes que amparan el adoctrinamiento de género. Leyes que con dicha jurisprudencia podemos estimar que son inconstitucionales, dado que imponen una “ciencia oficial”, proscrita por el TC.
4º En cuarto lugar, hay que recordar que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha reconocido el derecho a la objeción de conciencia de los padres incluso respecto a las materias curriculares que se pretenden impartir a los hijos (Sentencias Folgerø contra Noruega, de 29 de junio de 2007 y Zengin contra Turquía, de 9 de octubre de 2007). Con mayor razón, si cabe, pueden los padres españoles oponerse a que personas ajenas al profesorado del centro impongan a sus hijos charlas o actividades cuyo propósito no es otro que propagar la agenda ideológica de la izquierda radical.
Ideología de género en colegios públicos
Estado vs. Familia: el PIN Parental | Agustín Laje
Una importante polémica se ha desatado en España por el pin parental que ha propuesto VOX, que es sencillamente una herramienta con la cual los padres de familia pueden controlar el adoctrinamiento, en ideología de género que llevan adelante los colegios sobre sus hijos. La cuestión es bastante simple, se trata de una solicitud escrita con la que los padres piden a los directivos que se les requiera autorización expresa para bajar ciertos contenidos a los niños. El progresismo y la izquierda en general han puesto el grito en el cielo.
Más familia es menos estado y menos estado es más familia, es decir una familia con más poder de decisión tiene por consecuencia, un estado con menos poder de adoctrinamiento, y como la ideología de género sin el estado no es otra cosa que un conjunto de ideas ridículas en las que sólo una minoría de tontos dispuestos a auto engañarse creerían. Es evidente que los pijosprogres no permitirán tan fácilmente que los padres de familia ejerzan el derecho humano de escoger la educación de sus propios hijos.
Yo diría que hay al menos tres funciones fundamentales: primero, una función socializadora, es decir la familia es el primer grupo que hace posible la socialización. En sociología se llama socialización a los procesos de aprendizaje social, aprender a vivir con otros y es evidente que la primera educación en tal sentido la recibimos de nuestros padres y hermanos, y de ellos surge que la educación institucionalizada por el estado no puede desentenderse de que el origen formativo y educacional del individuo; no es el propio estado sino la propia familia.
Segundo, una función psicológica o afectiva, es decir, las familias se constituyen el grupo de contención y desarrollo afectivo más importante de la persona durante sus primeros años y por lo general a lo largo de toda su vida. Importantes escuelas de psicología, no por nada, atribuyen a las experiencias afectivas de la infancia respecto de los miembros de la familia funciones determinantes para nuestra estructuración psíquica.
Tercero, una función económica. La familia es también una unidad económica que protege económicamente a sus miembros que no están todavía listos para valerse por sí mismos en el mundo de la producción: alimentación, vestimenta, hogar, son algunos de los elementos que se desprenden de esta función, es evidente que existen familias disfuncionales y así las llamamos precisamente cuando sus funciones fundamentales cumplen o peor todavía cuando sus propios responsables atentan directamente contra los miembros más indefensos, pueden pensarse varios ejemplos, padres que socializan a sus hijos en prácticas delincuenciales, padres que abusan de sus hijos, padres que no son capaces de alimentar a sus hijos, en estos casos el estado desde luego está legitimado para socorrer al niño y cumplir de manera subsidiaria las funciones que su familia no cumplió pero siempre de manera subsidiaria lo cual significa que en una sociedad libre. Aquellas funciones que corresponden a los elementos de la sociedad civil no pueden ser arrebatadas por el estado a menos que su cumplimiento en casos específicos se torne imposible, un estado que absorbe a la sociedad civil es lo que en teoría política se denomina totalitarismo; y el totalitarismo ha demandado por definición el debilitamiento e incluso el aniquilamiento total de la familia. Como formación social intermedia, esto que vemos ahora, no es nada nuevo, Mussolini, por ejemplo, ya decía: "todo dentro del estado, nada fuera del estado, nada contra el estado". Si lo pensamos bien esto es exactamente lo mismo que están diciendo feministas militantes de género y socialistas en España y, en general, en todas partes, que si la familia se opone al estado, entonces mal por la familia porque nada puede ser concebido por fuera del estado ni siquiera las valoraciones morales sobre la propia sexualidad. También, podemos pensar en la
Rusia soviética donde el estado se propuso, sobre todo durante los primeros tiempos absorber por completo a la familia.
La feminista comunista Alejandra Kollontai escribía en 1921 en su ensayo "Comunismo y Familia" lo siguiente: "la patria comunista alimentará a criar y educar al niño, el estado de los trabajadores acudirá al auxilio de la familia sustituyéndola gradualmente. La sociedad se hará cargo de todas aquellas obligaciones que antes recaían sobre los padres. El hombre nuevo de nuestra nueva sociedad será moldeado por las organizaciones socialistas, jardines de infantes, residencias, guarderías de niños, etcétera, y muchas otras instituciones de este tipo en las que el niño pasará la mayor parte del día, es decir, lo que estamos viviendo hoy no bien disimulada del totalitarismo, el estado es una maquinaria impersonal de poder coactivo, quienes manejan el estado son personas de carne y hueso que habitualmente denominamos políticos. En una sociedad libre los políticos no son los dueños de los hijos de los demás y así es como nadie en su sano juicio le daría su billetera a un político para que se la cuide, entiendo que mucho menos le daría a su propio hijo para que se lo eduque y convengamos que los españoles tienen sobrados motivos para querer cuidar a sus hijos de los propios políticos.
El pin parental de Vox es un instrumento muy interesante y creo que la indignación que ha generado en los progres es una señal de que puede tratarse de una
herramienta que amplíe un poco la libertad de los ciudadanos contra las intentonas totalitarias del estado. Sería muy bueno poder llevar esta idea a otros países y ojalá en hispanoamérica se procure imitar este modelo.
0 comments :
Publicar un comentario