EL Rincón de Yanka

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viernes, 19 de septiembre de 2025

LIBRO "A MÍ ESTE SIGLO SE ME ESTÁ HACIENDO LARGOOOOOO" por LUIS PIEDRAHITA

 

A MÍ 
ESTE SIGLO
SE ME ESTÁ
HACIENDO 
LARGO

LUIS PIEDRAHITA

«Hola, jovenzuelos:
Soy Luis Piedrahita y quiero presentaros el libro más divertido del siglo XXI, A mí este siglo se me está haciendo largo. En él escribiré sobre el queso. ¿Que qué es eso? Eso es queso. Escribiré sobre las tapas de los retretes. ¿De qué va este capítulo? Va de retretes, Satanás. Escribiré sobre las bayetas y los trapos, y explicaré cómo todo trapo atrapa todo. Escribiré sobre el marisco, pues del mar más arisco sale el mejor marisco, y escribiré también sobre el estornudo y el hipo, tan diferentes y a la vez tan distintos. En definitiva, escribiré sobre todas aquellas cosas que demuestran que este siglo ha empezado equivocándose, trastabillando, y que se nos va hacer muuuuy largo… Escribiré sobre todas esas minucias e insignificancias que acumulamos por los rastrillos y los cajones de casa, como las canicas, los clips, las encías de los galápagos, la pelusilla que se nos queda en el ombligo. De todas esas cositas pequeñas
que a la larga son las que hacen de la vida algo realmente grande y de este libro algo imprescindible como el respirar, necesario como el pestañear, apetecible como el bostezar y gratificante como el rascarse.
¿Estás listo para reírte del siglo más largo de todos los tiempos?»

 "PRÓLOCO" AL LIBRO DE LUIS PIEDRAHITA

de su más profundo admirador, José Mota

Nos gusta mirar al espejo del humor porque nos devuelve un reflejo algo más dulce de nuestras miserias y nos ayuda a digerir mejor, sin ayuda de Alka-Seltzer, al monstruito que llevamos dentro. En el espejo de Luis Piedrahita ocurre lo mismo. Pero además, su humor siempre nos regala unas cuantas gotas de poesía sutilmente distribuida, para que la belleza del texto no nos distraiga de su gracia. 

Sin duda este libro está escrito desde la tripa de su autor, con la maestría y el equilibrio de quien sabe moverse con soltura por la delgada línea roja de la comedia, que separa lo bello de lo hueco. 

Luis sabe muy bien que en lo pequeño cabe lo grande y en lo grande casi nunca cabe lo pequeño. Por tanto, nos propone un viaje al centro de lo sutil; y consigue, por ejemplo, que una sala de espera nos pueda parecer mucho más divertida que un parque de atracciones, o que sintamos piedad de la naranja que va rodando por el tobogán de un exprimidor de zumos y que acabará en el vientre de algún fontanero de la calle Barquillo de Madrid. Devuelve la dignidad a seres inertes despreciados socialmente como la esponja o las axilas que, con el correr de los días, fueron fustigados con el látigo de la indiferencia, pero que hoy son devueltos al escalafón social que les corresponde. 

¿Debemos entender, por tanto, que Luis Piedrahita viene a ser una especie de defensor estilo Greenpeace de las causas pobres e inertes como las axilas y las esponjas? No, no debemos entender eso. Vale, pero ¿podríamos pensarlo? Sí, pensarlo sí, pero entenderlo no. Ya, pero ¿qué diferencia hay entre entender y pensar? ¡Basta! ¡Esta conversación es estéril! Les ruego que me disculpen. Sigo… 

Sin duda, el humor de Luis engarza perfectamente con toda aquella otra generación del 27: Tono, Mihura, Jardiel Poncela, etcétera, que el devenir de los tiempos engulló en el estómago del olvido de muchos. Era una generación con la prosa envenenada entre el humor y la poesía, y que hoy Luis —tan generosamente— nos recuerda. 

No es que nuestro entorno deje de ser el mismo después de leer este libro. No. Es que quizá nuestro entorno nunca fue lo que parecía. El autor dibuja la sonrisa con una palmada en el alma y, aunque a veces pueda golpear fuerte, siempre lo hace con guante de terciopelo. 

Gracias, Luis, por devolver a lo invisible su bosón de humor correspondiente. Que Dios lo guarde a usted muchos años, a fin de preservar la sonrisa colectiva. 

Y ahora espero que disfruten de este libro como yo lo he hecho. Desabróchense los cinturones de las mandíbulas, ocluyan los esfínteres, relajen las gónadas y, por favor, apaguen los móviles: esto va a comenzar.

Luis Piedrahita: La tapa del WC I El Club de la Comedia

LAS TAPAS DEL VÁTER 

¡Va de retrete, Satanás! 

La cosa está mal. Mi sobrino se ha tragado un euro y no sabemos si ingresarlo en el hospital o en el banco. Mejor en un hospital privado, que estarán más pendientes del euro. 

Cuando la cosa está mal, nadie se acuerda de los débiles; por eso yo quería volver a hablar de uno de los seres más insignificantes de la creación: esos topecillos blancos con forma de supositorio que viven debajo de la tapa del váter. 

Esos topecillos expuestos a mil penurias como la tapa de bisagra floja. Esa tapa que es como erección de jubilado: se aguanta arriba un momentito, pero enseguida se va para abajo. Además con mala leche. ¡Placa! Unos sustos. Es la tapa Ibex 35: cae cuando menos te lo esperas. 

Aunque quizá sea peor cuando se queda arriba, como bien sabe la nalga desnuda. Que no te das cuenta, te vas a sentar y es como caer al vacío… Pero un vacío lleno. Lleno de agua. No hay nalga desnuda preparada para contradicción tan inesperada y refrescante. Te quedas estupefacto, con el esfínter a remojo…; y la gente no lo sabe, pero de ahí viene la expresión «quedarse anonadado». 

Con el tiempo, los topecillos se van deteriorando… Siempre hay uno que se rompe y se queda ahí el trozo. Ves el váter abierto, con el diente partido, y te recuerda a Mikel Erentxun. Siempre hay otro topecillo que se suelta, pero de un lado solamente…, y queda el pobre dando vueltas cual Cristo escaso de clavos. Girando sobre sí mismo como cuando dejas remar a una novia en las barquitas del Retiro. 

Y cuando los topecillos flaquean, entonces se da un fenómeno espantoso: la tapa que derrapa. Cuando uno está sentado en la taza… que, por cierto, yo siempre me he preguntado por qué lo llaman taza… Eso no se parece a una taza. Eso se parece más bien a un casco de astronauta, a una tortuga escayolada o a una bañera para gnomos, pero no a una taza. Bueno, a lo que vamos… La tapa que derrapa es ese fenómeno que se da cuando tú estás sentado ahí, de repente te ladeas un poco… y descarrilas. La tapa te hace un extraño, tipo toro mecánico, y no tienes dónde agarrarte. Vamos a ver… Si eso fuera una taza de verdad, ahí habría un asa para sujetarse. Vamos, digo yo. Que a mí me da igual, pero eso le pasa a King África y al pobre se le queda un moflete fuera. Qué paradoja, ¿verdad? Porque a él no le hace ninguna gracia, pero en realidad se parte el culo. 

A base de que la tapa descarrile muchas veces, al final sólo queda un topecillo, que tú lo ves ahí, de color amarillorina… Sin amigos… Solitario como diente en encía de yonqui. Y te da una pena… Te dan ganas de apadrinarlo. El pobre mira como funcionario responsable a la hora del café: «Es que no doy abasto. Mis compañeros se han ido y me he quedado yo solo haciendo el trabajo de cuatro». 

Pero existe una raza de superváteres a los que nunca se les caen los topecillos. Las tapas de los váteres de los trenes, que pesan como tapas de alcantarilla. En caso de que el tren coja un bache y la tapa se venga para abajo, eso se oye fuera del tren con efecto Doppler. 

La tapa de los váteres de los trenes es terrible, no por ella en sí, sino por lo que tiene debajo. Ese váter carcelario de los trenes. ¡De metal! Eso no es una taza, eso es un cazo. Un cazo con tapa. Esa tapa de méame y no me toques. Orinar en un tren es como orinar encima de un monopatín en marcha. No se puede apuntar y, claro, pasa lo que pasa: que está todo empapado. De hecho, estás ahí sentado y piensas: «Si ahora mismo descarrila el tren…, yo prefiero no sobrevivir». Debe de ser muy humillante que después de un accidente ferroviario encuentren tu cadáver dentro del WC del tren y tengan que casar tu ADN con el de dos mil personas… 

La tapa de váter de avión también está más mojada que los pies de Gene Kelly, pero tiene una cosa muy curiosa debajo: un aspirador atómico. Cuando tiras de la cisterna en un avión, suena ¡DSSSSSSSSS! y se abre una especie de agujero negro a otra dimensión. Eso aspira tan fuerte que, si no te andas con ojo, te chupa las lentillas. Yo conozco a un señor que tiró de la cadena estando sentado y se dio la vuelta como un calcetín. Por eso, aunque la cosa está mal, la próxima vez que mi sobrino se trague un euro lo sentaré en un váter de avión y tiraré de la cadena para recuperar la moneda.

¿SABÍAS QUE…? 

En la ciudad de Suwon, Corea del Sur, podemos visitar un parque temático dedicado a los váteres. La principal atracción del recinto es el Museo del Váter, cuya sede es un blanco edificio con forma de inodoro. El impulsor del proyecto, Sim Jae-duck, fue el primer presidente de la Asociación Mundial del Váter, un organismo cuyo objetivo es informar sobre los beneficios de los váteres. El museo, de entrada gratuita, recibe cuarenta mil visitantes al año. Estaría bien que en los servicios del museo hubiese cuadros de Goya.

LUIS PIEDRAHITA: "El público te perdona cualquier cosa, excepto el aburrimiento"

 
Luis Piedrahita es "Apocalípticamente correcto"

jueves, 18 de septiembre de 2025

18º ANIVERSARIO (BODAS DE CUARZO) DE EL RINCÓN DE YANKA: 💎 SIMBOLIZA LA SABIDURÍA, LA TEMPLANZA Y LA MADUREZ


Se acercó a mí uno de los siete ángeles 
de las siete copas llenas de las siete últimas plagas 
y me dijo: «Ven, que te voy a mostrar a la novia, 
a la esposa del Cordero».
Me trasladó en espíritu a un cerro muy grande 
y elevado y me mostró la Ciudad Santa de Jerusalén, 
que bajaba del cielo de junto a Dios, 
envuelta en la gloria de Dios. 
Resplandecía como piedra muy preciosa, 
con el color del jaspe cristalino. 
Ap 21, 9-11
💎
La amatista o el jaspe ES UN CUARZO, es una de las gemas más populares y antiguas del mundo, que se remontan a la antigua Grecia. Su nombre proviene de la palabra griega «amethystos», que significa sobrio, y hace referencia a la idea de mantener una mentalidad sólida y equilibrada. 

Las amatistas se forman en geodas o rocas huecas por la cristalización del agua saturada de minerales, gases y material volcánico. Son duraderas y tienen una dureza de siete en la escala de Mohs, lo que las hace ideales para joyería. La piedra puede tallarse en una gran variedad de formas y se encuentra en varios países. El precio de la piedra depende del tamaño y profundidad del color.

La amatista es un tipo de cuarzo con un rico simbolismo, representando principalmente la sabiduría, la espiritualidad, la protección, LA TEMPLANZA y la paz. Se la considera una piedra que calma la mente, alivia el estrés y la ansiedad, mejora la claridad mental y la intuición, y protege contra energías negativas.

Los primeros cristianos asociaron la amatista con Cristo debido a su capacidad para apaciguar las pasiones físicas y su simbolismo de pureza de espíritu. Se creía que sus tonalidades violáceas y rojizas representaban el sufrimiento y las heridas de Cristo.

CARTA SIN SELLO 
A ISRAEL STERN 

Sobre la piedra solitaria 
De la Ley, fundaste un reino. 
Escondiste el rostro 
Como Moisés escondió el suyo, 
Y oraste cara al muro 
Con la disposición antigua 
Del que ora. 
Sólo hay un error 
Que extingue tu mansión. 
El mismo que acecha 
mi casa Y despoja al día 
Su seguridad de durar. 
Es el que inspira 
la mano audaz De los 
que llegan Desafiando 
tu fortaleza Y mi choza. 
Una misma tormenta 
Roe nuestros huesos. 
Es la incontrolable nada 
Que no supiste prever. 
Esa nada que extiende el 
aire También es un peligro.


Si de ti me olvidaré
Enséñanos a orar bajo la luz
Ofrécenos tus labios
para alcanzar la gracia
Déjanos descansar en la tentación
de tus colinas.
No nos liberes jamás de esta pasión
de tus albas.
Y enséñanos a caminar tu paz
por angostas callejuelas de clavarios
por plateados domos orientales,
por la Cruz que de Gólgota refleja.
Acógenos al amor de tu Templo
tejido con lamentaciones,
peregrinos, humillamos la sandalia
ante el clamor de la piedras.
Inmersa estás en un tiempo
sin consuelo, doncella mandarina
del olivo y la azucena.
Jerusalem. Danos el pan de tus olivos
presente en la paz que ilumina
nuestra comunión de sangres.
Nosotros, los huérfanos de luz.
Oramos por tus resplandores.

Umbilical cordón del mundo.



Jeites - Mi Sol Mayor (2017) - 11. Amatista

miércoles, 17 de septiembre de 2025

LA GUERRA COGNITIVA ESTÁ AQUÍ: ¿ESTÁS PREPARADO? 👥😵

 
LA  GUERRA  COGNITIVA:  
OPCIÓN   ESTRATÉGICA   EMERGENTE  
EN  LA  ZONA  GRIS   DE   LA  
COMPETICIÓN   GEOPOLÍTICA


1 INTRODUCCIÓN

La guerra cognitiva se define como un conjunto de actividades destinadas a influir, modificar o controlar percepciones, emociones, actitudes, comportamientos y procesos de toma de decisiones con el objetivo de alterar las capacidades cognitivas de individuos y grupos para alcanzar una posición de ventaja estratégica sobre los adversarios sin necesidad de recurrir al uso directo de la fuerza. Se fundamenta en el uso de las ciencias neurocognitivas y otros avances científicos y tecnológicos, como la nanotecnología, la biotecnología o la robótica, para manipular y perturbar la cognición humana, un componente fundamental en el actual entorno de seguridad internacional. 

Este artículo presenta la guerra cognitiva como una opción estratégica al servicio de los intereses de poder y seguridad de diferentes competidores globales en un escenario internacional definido por la transformación y la creciente rivalidad geopolítica

La naturaleza, siempre cambiante, que caracteriza la evolución de los diversos entornos de seguridad internacional, nos sitúa, ya entrada la segunda década del siglo XXI, en un momento de extrema complejidad, inestabilidad, conflictividad, incertidumbre e impredecibilidad. Vivimos en un acelerado y dinámico proceso de transformación global condicionado por la tensión y superposición de dos dinámicas contrapuestas: la globalización y la progresiva fragmentación del mundo global. Una dialéctica que alimenta este proceso de globalización fragmentada, donde las nuevas dinámicas de ruptura, cuestionamiento y relativización de estructuras y poderes hegemónicos por parte de actores estatales y no estatales con intereses enfrentados interactúan con las inercias de un orden global que todavía persiste, conformando un entorno de multipolaridad compleja e inestable, donde ningún polo de poder, con su bloque de actores asociado, dispone de las capacidades e instrumentos necesarios para imponerse de forma inapelable en la configuración y consolidación de las reglas del nuevo gran juego de competición geopolítica, en la intersección de dos procesos antagónicos. 

De un lado, la globalización, definida por la hiperconectividad, el desarrollo tecnológico y la interdependencia; pero también por las dinámicas transnacionales; los flujos masivos comerciales; la relevancia de las cadenas de suministro; la deslocalización empresarial; la libertad de movimientos de mercancías, trabajadores, capital y servicios; definida, en definitiva, por la configuración de una conciencia colectiva global. Un fenómeno multidimensional, generador de una conectografía2 fundamentada en una progresión tecnológica sin precedentes que, sin embargo, ha gestado su propia dinámica de desglobalización, caracterizada por la fragmentación política, la prevalencia de intereses nacionales excluyentes, el proteccionismo económico, la desinformación y otros desórdenes informativos, la polarización ideológica, así como la configuración de bloques multilaterales antagónicos, pero muy flexibles, que orbitan en torno a un determinado polo de poder, aunque sin renunciar al pragmatismo político que exige la ansiada búsqueda de la autonomía estratégica en defensa de intereses propios (y al servicio de ajenos) en un mundo en transición, altamente volátil, inestable y conflictivo. 

En definitiva, una tensión dicotómica estimulada por el paradigma del cambio3, que representa una acelerada revolución tecnológica en términos de impacto, alcance, versatilidad y velocidad, puesta al servicio de sofisticadas estrategias de manipulación e ingeniería social de las poblaciones, audiencias nacionales e internacionales, individuos y grupos, combatientes y no combatientes, con el objetivo de confundir, alterar, fragmentar, limitar, dirigir, en definitiva, influir en la capacidad de entendimiento del ser humano en un contexto en transformación y permanente competición global. 

Un objetivo estratégico recurrente, pero con inquietantes perspectivas en términos de impacto como consecuencia de la convergencia entre un acelerado proceso de digitalización, derivado de los avances sin precedentes en las tecnologías de la información y comunicación (TIC), y la progresión científico-tecnológica en los campos de las ciencias básicas y aplicadas. En el primer caso, para generar, sobre todo como consecuencia de la expansión de las redes sociales, un nuevo entorno de oportunidades en los flujos de información y comunicación, potenciando desórdenes informativos de alcance global como la desinformación4

Un fenómeno ya habitual, donde subyacen estrategias de subversión político-informativas; acciones FIMI (Foreign Information Manipulation Interference) o de interferencia extranjeras; operaciones de inteligencia encubiertas y orquestadas por los Estados con la colaboración de actores no estatales maliciosos; usos de trolls y chatbots, entre otras iniciativas, que operan como instrumentos de influencia y control en manos de actores estatales y no estatales en la consecución de objetivos político-militares orientados a debilitar, desestabilizar y, en último término, derrotar al adversario sin necesidad de combatir una guerra convencional en el espacio físico. 

De forma simultánea, los destacados avances tecnológicos en diversos campos científicos como la neurociencia, la psicología, la farmacología, la biología o la ingeniería han permitido profundizar en el conocimiento del cerebro humano y, por lo tanto, en los procesos vinculados con la percepción, la recepción, la selección y el procesamiento de la información. De hecho, las sinergias entre las ciencias cognitivas, las biológicas y las tecnológicas han impulsado el desarrollo de nuevas, sofisticadas y eficaces formas en el diseño y diseminación de narrativas que, junto con otros avances tecnológicos, han facilitado una mayor comprensión de las funciones cognitivas humanas, abriendo un horizonte de posibilidades en su interactuación con máquinas y algoritmos. 

Avances tecnológicos exponenciales que están modificando la forma en la que los actores internacionales, Estados y actores no estatales, ejercen su poder, proyectan su influencia y, en último término, conducen sus relaciones internacionales en entornos de seguridad cambiantes, inestables y hostiles. Escenarios, donde los límites entre la guerra y la paz, entre lo político y militar, entre lo táctico y lo estratégico, entre lo cinético y lo no cinético, entre lo interno y lo internacional, entre lo estatal y no estatal se tornan cada vez más difusos, desdibujados en la confusa y expansiva zona gris que ocupa los entornos de seguridad del siglo XXI. 

Y, es que, la morfología de los conflictos contemporáneos se sustenta sobre la base de un complejo paradigma de hibridación, donde las tácticas de subversión no cinéticas se combinan con acciones cinéticas de coerción-disuasión y proyección de fuerza desplegadas en los dominios tradicionales. 
Alternativas híbridas que permiten combatir al adversario con criterios de eficiencia y eficacia, simplemente controlando, no sólo lo que piensa en términos de suministro de contenidos y construcción de significados y narrativas; sino, y lo más importante, cómo piensa y actúa, lo que afecta a las funciones cognitivas de los individuos. 

2. Tecnologías emergentes, disruptivas y convergentes en la era de la información: la cognición humana como objetivo 
Así, la guerra cognitiva como concepto emergente surge en la era de la información, vinculada a la enorme progresión de las TIC. En una era de no paz/no guerra, definida por la confluencia de múltiples y complejos factores como la irrupción de las denominadas tecnologías disruptivas emergentes5 (EDT); la proliferación de amenazas y conflictos híbridos; o la participación de múltiples actores de naturaleza asimétrica con intereses cambiantes, dispuestos a confrontar en el escenario no cinético que brinda la mente humana, donde se encuentran las percepciones, las emociones o la memoria. Configurando, así, nuevos horizontes de competición gracias a las posibilidades que ofrecen los desarrollos vinculados con la inteligencia artificial, la biotecnología o la computación cuántica 6, tecnologías disruptivas con el potencial de transformar/revolucionar la conducción de los asuntos militares en los escenarios de un futuro cercano. 

Un planteamiento que sería abordado en un extenso informe, Converging Technologies for Human Performance7, impulsado por la National Science Foundation (NSF) de Estados Unidos, publicado en 2002 con el visto bueno del Departamento de Defensa (DoD), con el objetivo de promover un ambicioso proyecto de innovación científico-tecnológica de carácter multidisciplinar, conformado bajo el acrónimo NBIC 8 , y diseñado para aglutinar las aportaciones y avances tecnológicos experimentados en cuatro campos científicos diferenciados, pero convergentes: la Nanotecnología (nanorobot, nanosensores y otras nanoestructuras); Biotecnología (biogenoma, bioingeniería, neurofarmacología); las tecnologías de la Información (computación, microelectrónica); además de las tecnologías Cognitivas (ciencia cognitiva y neurotecnología, psicología). 

Partiendo de una perspectiva neurotecnológica9, las investigaciones y avances de las tecnologías convergentes NBIC, proyecto replicado posteriormente por distintos países y organizaciones intergubernamentales10, se centran en la experimentación y creación de técnicas y procedimientos altamente efectivos, como el perfeccionamiento de complejos sistemas híbridos humano-máquina, orientados a transformar y mejorar las capacidades sensoriales y cognitivas del ser humano, no solo en los campos de la medicina o la educación, sino en los ámbitos de la seguridad y la defensa de los Estados. 

Nos encontramos, pues, ante unas tecnologías altamente disruptivas en términos de alcance, versatilidad, aplicabilidad y potencial innovador, especialmente, en los escenarios de conflicto no cinéticos de carácter asimétrico, no plausibles y focalizados en estrategias de subversión. Una disrupción tecnológica que está impactando en la configuración de los entornos de seguridad y defensa, brindando a los competidores geopolíticos múltiples posibilidades de acción, algunas aún por explorar, en el ámbito de lo que se ya se ha comenzado a configurar como el sexto dominio11: la mente humana.
______________________________

1 Soledad Segoviano Monterrubio es Profesora de Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid e investigadora en el Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI). E-mail: DOI
2 Blázquez Navarro, Irene: “Tecnología y geopolítica: sobre una teoría del cambio en las Relaciones Internacionales”, Economía y Geopolítica en un mundo en conflicto, Revista ICE, nº 935, (abril, mayo, junio2024), p. 136
3 Ibid., p. 135 
4 Aunque no existe un consenso generalizado en torno al concepto de desinformación, la Comisión Europea lo plantea como un tipo de información verificablemente falsa o engañosa que se crea, presenta y divulga con fines lucrativos o para engañar deliberadamente a la población y que puede causar un perjuicio público […] que comprende amenazas contra los procesos democráticos políticos y de elaboración de políticas, así como contra la protección de la salud, el medio ambiente o la seguridad de los ciudadanos de la UE, citado en: “Informe C: Desinformación en la era digital”, Oficina de Ciencia y Tecnología del Congreso de los Diputados (Oficina C) 2023, p.1. De acuerdo con este Informe, una de las clasificaciones más extendidas para abordar los denominados desórdenes informativos gira en torno a tres conceptos diferenciados: información errónea, definida como falsa, pero sin intención de provocar un perjuicio; información dañina, puede ser real o falsa, no siempre verificable, elaborada y compartida con la intención de causar un daño explícito; y, por último, desinformación, definida como información verificablemente falsa con la intención de provocar daño, en Ibid., p.3 
5 Una tecnología disruptiva es aquella que convierte en obsoleta una tecnología existente, alterando, desde la forma de operar hasta el propio tejido industrial, López Vicente, Patricia: “Tecnologías Disruptivas: Mirando el futuro Tecnológico”, Boletín de Observación Tecnológica en Defensa, nº 25 (2009), pp. 172-176; por su parte, las tecnologías emergentes se refieren al efecto de emerger con un escaso nivel de desarrollo, pero con importantes expectativas de futuro. Tienen potencial disruptivo si tienen la capacidad de promover cambios revolucionarios y desplazar tecnologías existentes, en: Riola Rodríguez, José María: “La dimensión tecnológica de la innovación disruptiva en el ámbito de defensa”, p. 22, en CESEDEN: Tecnologías disruptivas y sus efectos sobre la seguridad, mayo 2015  
6 La Agencia Europea de Defensa (AED) identifica seis tecnologías especialmente disruptivas: tecnologías basadas en la computación cuántica; inteligencia artificial (IA); robótica y sistemas de armas autónomos; análisis y procesamiento big data; sistemas de armas hipersónicas y tecnologías espaciales; junto con nuevos materiales avanzados. Por su parte, Estados Unidos incorpora las armas de energía dirigida y la biotecnología, veáse: “Emerging disruptive technologies in defense”, European Parliament 2022  
8 Claverie, Bernand and Du Cluzel, François: “Cognitive warfare: the advent of cognitics in the field of warfare”, Capítulo 2, p. 6, en Claverie, Bernad et, al. (2022): Cognitive warfare: the future of cognitive dominance, NATO Collaboration Support Office
9 Ibid.
10 Unos años más tarde, en 2006, salía a la luz un segundo informe Managing Nano-Bio-Info-Cogno Innovations: Converging Technologies in Society, donde se insistía en los importantes avances para la condición humana, derivados de la fusión de estas tecnologías convergentes. Ambos informes tendrían gran impacto, no solo en Estados Unidos y en la UE, sino en Japón, China, Canadá o España, donde se impulsarían importantes proyectos vinculados con las NBIC con enormes implicaciones sociales, económicas y empresariales.
11 En la actualidad, existe un importante debate entre los aliados de la OTAN sobre la conveniencia de considerar el cerebro humano y, por tanto, sus capacidades cognitivas y sensoriales, como un sexto dominio operativo en términos estratégicos-militares. La idea es generar debate para valorar si es preciso recomendar la identificación de la Mente Humana como el sexto dominio, en la medida que la cognición es crucial en el proceso de toma de decisiones políticas y clave en el comportamiento de individuos, grupos y organizaciones. Véase: Le Guyader, Hervé (2022): “Cognitive Domain: A Sixth Domain of Operations”, Capítulo 3, p.2, en Bernad et, al., op., cit.

Control y Dominio


La Guerra Cognitiva de Pedro Baños
 
La Guerra Cognitiva está aquí | ¿Estás preparado? con DANIEL ESTULIN

LA BATALLA POR TU MENTE
CÓMO SOBREVIVIR EN LA ERA 
DE LA MANIPULACIÓN MASIVA

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