EL Rincón de Yanka: YA LO AVISABA FRANCISCO FRANCO SOBRE LA GENOCIDA MASONERÍA, EN SU LIBRO BAJO SEUDÓNIMO JADIM BOOR 👿💀👿

inicio














jueves, 12 de agosto de 2021

YA LO AVISABA FRANCISCO FRANCO SOBRE LA GENOCIDA MASONERÍA, EN SU LIBRO BAJO SEUDÓNIMO JADIM BOOR 👿💀👿


"La Masonería de Jakim Boor" 
el libro que escribió Franco contra la misma


NACE este libro como una necesidad viva, pues son muchos los españoles que, dentro y fuera del país, anhelan conocer la verdad y alcance de una de las cuestiones más apasionantes, pero a la propia vez, peor conocidas, de nuestro tiempo: la de la masonería.
Nos hallamos ante uno de los secretos menos investigados de la Edad Moderna; ante uno de sus más repugnantes misterios. Llevados de las apariencias, no son pocos quienes con harta inocencia admiten que la masonería ni tiene la importancia que se le quiere achacar, ni sus fines son tan innobles, ni sus procedimientos tan criminales.
El libro del general Franco que presentamos al público de habla española trata aquellas cuestiones que ponen mejor de relieve lo que fue la Masonería en España, sus medios tenebrosos y sus fines, no por inconfesables menos conocidos: odio a la Iglesia y a la España tradicional. Por primera vez se afrontan clara y valientemente mil sucesos, hasta ahora silenciados o hábilmente modificados por una época historiográfica de tinte marcadamente liberal y masónico. Por primera vez se verán acontecimientos – anejos y recientes – tratados al desnudo, puesto al descubierto con sus causas verdaderas. Lo mismo el motín de Ésquilache que la ferrerada, la lucha en el siglo XVIII contra la Compañía de Jesús como el apuñalamiento de la Monarquía o la pasada campaña contra España, todo viene tratado aquí. Es un libro del que nadie podrá ya prescindir, en cuanto que quiera conocer las causas principales de la decadencia española, debida a la enemiga de la famosa secta.

Este libro será una sorpresa para muchos, si bien es suficientemente conocido entre quienes conocen algo en profundidad la historia del franquismo y la figura de Franco. El seudónimo “Jakin Boor” esconde el nombre del autor que no es sino Francisco Franco, y este libro recopila una serie de artículos sobre la masonería escritos entre 1946 y 1951. Es interesante conocer este libro para salir al paso de quienes niegan a Franco una estatura intelectual, y entender un poco mejor el sentido de la España que quiso construir, hoy barrida casi totalmente.
En estos textos se aborda la relación entre la masonería, los judíos y el Estado de Israel que ya era abiertamente hostil a España. Denunciaba el carácter destructivo de las logias masónicas para España y el catolicismo, lo que naturalmente convertía a la organización en enemiga del proyecto nacional-católico que el régimen había concebido para nuestro país y comenzaba a construir en la posguerra.
El seudónimo “Jakin Boor” viene de las dos palabras “Jakhin”y “Boaz” que son las dos columnas simbólicas presentes en todos los templos masónicos, idealmente referidas a dos columnas del antiguo Templo de Salomón. Se podría entender como una especie de sarcasmo este seudónimo, pero no parece que tenga un significado ulterior. Las historias-habladurías según las cuales a Franco se le negó el ingreso en la masonería, y por ello la combatió después con particular saña, no parecen tener mayor fundamento. Desde luego no es necesario recurrir a ello para “explicar” el por qué Franco combatió esta organización: las motivaciones ideales y políticas están bastante claras, sin que haga ninguna falta buscar dudosas, o directamente inventadas, motivaciones personales.

Naturalmente viene a la mente la manida expresión conspiración judeo-masónica que hoy se menciona con irrisión, pero son indudables tanto el carácter judaizante de la masonería moderna, que la convirtió en algo muy distinto de lo que habían sido las corporaciones de constructores de la Edad Media, como su papel como una de las fuerzas determinantes en la formación del mundo moderno; además, no pocas veces ha bajado al terreno político y geopolítico, defendiendo intereses en exceso materiales y muy lejanos de su teórica misión iniciática y cultural.
Las consideraciones de este libro están naturalmente ligadas al momento histórico en que fue escrito, pero no están totalmente obsoletas, porque los poderes en la sombra siguen bien presentes y más que nunca. De hecho actualmente celebran su triunfo, en ese aquelarre de degeneración social y tiranía encubierta que se llama Nuevo Orden Mundial. Por todo ello estos textos escritos hace tantas décadas por Franco aún hoy pueden ser leídos con provecho.

“Estoy convencido de que la Masonería es muy buena en Inglaterra para Inglaterra; 
lo malo es que en España sigue siendo muy buena para Inglaterra”.

PRÓLOGO

Nace este libro como una necesidad viva, pues son muchos los españoles que, dentro y fuera del país, anhelan conocer la verdad y alcance de una de las cuestiones más apasionantes, pero a la propia vez, peor conocidas, de nuestro tiempo: la de la masonería. Se hace indispensable el recoger en un texto hechos probados y registrados en los anales españoles que, omitidos por la mayoría de los historiadores liberales, destacan la magnitud del cáncer que corroe a nuestra sociedad. Uno de los medios preferidos por la masonería para alcanzar sus fines es el secreto. No se le podía favorecer el juego. Era preciso desenmascararla, sacar a la luz y satisfacer la legítima curiosidad de tantos en ello interesados. Movidos por esta necesidad es por lo que agrupamos bajo el título de este libro una serie de artículos publicados en el diario Arriba desde 1946 hasta la fecha. Teniendo, pues, el lazo de unión de la materia común a que se refieren y existiendo entre ellos un encadenamiento lógico, ofrecen al mismo tiempo la particularidad de su independencia. Queremos decir que estaban escritos para ser entendidos individualmente, porque así lo requerían las circunstancias en que se publicaban. El conjunto de lectores de la Prensa es una masa fluida para la cual si cada artículo hiciera referencia al anterior el texto del mismo perdería sentido. Era preciso, por ello, insistir en los puntos generales, a riesgo de repetirse. Esa nota es la que observará el que leyere, pues hemos preferido recoger completos los textos de los susodichos artículos, no sólo porque, en último término, parece aconsejable dejar bien sentados los principios básicos de nuestra argumentación, sino, además, porque de esa forma el que precise en un momento dado información sobre cualquiera de los temas indicados en el índice no se verá obligado a la rebusca fatigosa de datos complementarios entre el resto de las páginas.

Pero, además, surge este libro como una defensa de la Patria. Como decimos en sus principios: “no hubiéramos descubierto estas intimidades.., si la vesania y la pasión de que contra nuestra Patria dan muestras no nos obligase en nuestro puesto de vanguardia a no abandonar una sola de las armas que Dios nos ha puesto en nuestras manos”, Y ninguna más eficaz que desentrañar y hacer públicas las actividades de esa secreta institución, con sus fines conocidos (odio a Roma y a España) y sus hechos inconfesables.
Nos hallamos ante uno de los secretos menos investigados de la Edad Moderna; ante uno de sus más repugnantes misterios. Llevados de las apariencias, no son pocos quienes con harta inocencia admiten que la masonería ni tiene la importancia que se le quiere achacar, ni sus fines son tan innobles, ni sus procedimientos tan criminales. Y exponen como principal argumento el hecho de que en Inglaterra la mayoría de la gente de más alta calidad social pertenece a la masonería.

He aquí, pues, el campo que es necesario deslindar. No atacamos a la masonería inglesa, y poco nos preocuparía si se encerrase en los límites naturales de sus dominios, porque lo que nos interesa no son tanto sus características como su afán de extenderse desbordando sus fronteras. La masonería es un producto inglés, al modo como el comunismo lo es ruso; un producto que ha logrado nacionalizarse en otros países, como en Norteamérica, y especialmente en Francia, a la manera que el comunismo lo ha hecho en Yugoslavia. Pero de la misma forma que el comunismo, en Francia o en Italia, no respira más que conforme a lo que le indican sus amos desde Moscú, de análoga forma la masonería española cumplía aquellas consignas que partían de Londres o de París. Que la masonería fue la activa socavadora de nuestro imperio nadie puede negarlo. Ella fue quien logró la expulsión de los jesuitas, uno de los hechos que causaron más daño a nuestra América. Ella, quien llevó la guerra a nuestras colonias y quien convirtió a nuestro siglo XIX en un rosario sin fin de revoluciones y de contiendas civiles. Para inglaterra fue el medio de activar la desmembración de un imperio que le hacia sombra; para Francia, el mejor sistema de eliminar su frontera sur y una rival. A ninguna de las dos naciones le convino jamás una España fuerte, y jugaron “al alimón” para lograrlo. Si ello puede parecer a algunos natural y humano, más lógico, natural y humano es que los españoles procuremos zafarnos de tan “generosos” amigos, eliminando la peste que nos envían, aunque venga encubierta por la amistad; que nunca nos han sido más dañinas las maniobras franco-inglesas que cuando presentaban por delante la sonrisa de lo amistoso. La política internacional no suele tener entrañas; en ella, amistades y sentimentalismos no cuentan. Jamás un país suele llevar su celo por otro más allá de sus propios intereses. Eso es la moneda corriente, y debemos sujetarnos a ella, Y porque el derecho de protegerse es bueno para todas las naciones es por lo que en defensa de su independencia y de sus legítimos intereses, trata España de precaverse de la masonería. 

Desde que Felipe Wharton, uno de los hombres más pervertidos de su siglo, fundó la primera logia de España hasta nuestros días, la masonería puso su mano en todas las desgracias patrias. Ella fue quien provocó la caída de Ensenada. Ella, quien eliminó a los jesuitas, quien forjó a los afrancesados, quien minó nuestro Imperio, quien atizó nuestras guerras civiles y quien procuró que la impiedad se extendiera. Ya en nuestro siglo, la masonería fue quien derribó a Maura y quien se afanó siempre por atarnos de pies y manos ante el enemigo, la que apuñaló a la Monarquía y, finalmente, quien se debate rabiosa ante nuestro gesto actual de viril independencia. ¿Cómo se nos puede negar el derecho de defendernos de ella? ¿Es que puede alguien escandalizarse porque España la haya puesto fuera de la ley? Los masones en España significan esto: la traición a la patria y la amenaza de la religión; abyectas figuras que, por medrar, son capaces de vender sus hermanos al enemigo.
Todo esto es lo que se demuestra en estas páginas. El que quiera conocer cuánta maldad, qué perversos planes, qué odiosos medios utiliza la masonería, que lea estas páginas. Quien quiera encontrar las pruebas de por qué España acusa a la masonería y la expulsa de su seno, que compulse este libro.
Que después de leído, si lo hace atentamente, no puede quitarnos la razón.

Los servidores del globalismo satánico
Todavía recuerdo la risilla maliciosa e ignorante de muchos elementos de la izquierda casposa y de la pijoprogresía recordando la frase del Generalísimo Franco, cuando decía aquello de que el más grave peligro que amenaza a España es su enemigo visceral por antonomasia: la masonería en connivencia con el marxismo asesino.
Sonreían, con malvada ignorancia, sin conocer muy bien la dimensión real de aquella frase que nos alertaba sobre un enemigo que siempre estaba alerta, aguardando el momento en que bajásemos la guardia para lanzarnos su zarpazo.
Hoy, pasados muchos años desde la muerte de Franco, aquella advertencia no solo sigue vigente, sino que a cada paso se está haciendo más real.
Sin embargo, hoy, el enemigo a batir, más allá de una España a cada paso más entregada y derrotada, es la civilización cristiana en toda su dimensión social y cultural. La familia, la procreación, las costumbres y tradiciones, etc. son los objetivos prioritarios de este globalismo internacional que pretende crear un nuevo orden mundial.
El gran contubernio está servido con tipos tan siniestros como Bill Gates, Soros, etc., todos ellos del mismo origen y estrechamente vinculados a las distintas logias masónicas, contando incluso con el concurso de grandes mandatarios de la Iglesia católica, que hacen la vista gorda o simplemente se ponen de su lado, y con el apoyo militar del potente Ejército rojo chino.
Un buen ejemplo de lo antedicho es el miserable abandono de los cristianos afganos, dejados a su suerte, en la seguridad de que, tarde o temprano, serán vilmente asesinados por los criminales talibanes.

Hemos llegado a unos extremos de tal degradación moral que, a los políticos de turno de una Europa a cada paso más servil y envilecida, se les llena la boca alegando que su principal preocupación, a la hora de evacuar a los afganos, son las mujeres y las niñas, un mensaje que deja entrever que los niños, sean de la edad que sean, y los hombres, aunque sean ancianos, son irrelevantes y, por tanto, ciudadanos de segundo orden que no merecen la mínima atención. Una prolongación de los postulados que, con tanto fervor, defiende la ex concubina y el feminazismo.
Sin embargo, en el caso de los cristianos afganos, ni siquiera las mujeres y las niñas han merecido el mínimo de atención toda vez que el cristianismo es uno de los objetivos a batir por ese malvado globalismo internacional, manejado por la masonería con la aquiescencia, incluso, como se ha señalado, de importantes representantes del catolicismo oficial.

Estamos siendo cercados por esa oligarquía internacional que mueve los hilos tras las sombras y que, a la postre, ha sido capaz de comprar a una buena parte de los políticos corruptos que dirigen las naciones occidentales para que, con sus leyes y normas liberticidas, nos conduzcan como mansas ovejas al matadero.
Para esto, la “plandemia” del maldito chinovirus les ha venido de maravilla lo que hace suponer, a cada paso de forma más fundada, que su origen se debe, precisamente, a estas miserables oligarquías globalistas con el objetivo de domeñar a toda la raza humana.
Ya estábamos advertidos con aquel denominado “evento 201”, de octubre de 2019, en el que el supuesto sobre el que trabajaron las fuerzas globalistas fue, precisamente, una gran pandemia universal, con sus consecuencias, limitación de libertades, confinamientos indiscriminados y vacunaciones masivas. Exactamente lo mismo que sucedió, precisamente, en la fecha prevista “20” (2020), “1” (enero).

Hay que recordar aquellas palabras premonitorias de tipejos como Bill Gates que advertían de que estábamos entrando en la “era de las vacunas” o que aseguraba que en la tierra sobran muchos humanos. No entiendo como personajes tan filántropos como estos, en un ejercicio de solidaridad hacia los demás, no son los primeros en inmolarse por el bien de la humanidad, dando ejemplo de su filantropía ejerciente, y así ya no sobraría tanta gente.
Llama la atención que, con todos los muertos que ha provocado, según dicen, el maldito virus de los chinos, no se haya registrado ni una sola baja entre los altos dirigentes del globalismo mundial, máxime cuando una buena parte de ellos son “venerables” ancianos, suponemos que con patologías previas. Una circunstancia esta que rompe el principio estadístico de las probabilidades. Pero, sin embargo, todos ellos siguen rufos, respaldando esa vacunación universal con una y mil dosis, todas ellas salidas de las todopoderosas empresas farmacéuticas de las que son propietarios o accionistas.

Pese a todo, este afán por cambiar el orden mundial no termina con esa inoculación permanente de sucesivas vacunas que, incluso, alguno advierte que pueden llegar a ser mensuales, el gran negocio del siglo.
A cada paso, en los medios de comunicación, le da voz a todos estos listillos y listillas, más de estas últimas, niñatas en cuyas casas cuelgan diplomas universitarios de tal o cual disciplina, algunas de ellas desconocidas, que, convertidas en una suerte de gurús o influenciadores, nos hablan de que hay que limitar la ingestión de carne por el bien del planeta; que hay que prescindir del aire acondicionado y de las calefacciones por el bien de la tierra, que hay que viajar en tren, en bicicleta o a pie para que no sufra nuestro querido globo terráqueo, etc. Mil sandeces sin fundamento alguno, nacidas de la mente retorcida del globalismo al que estos gurús, igual que los medios de comunicación que les da pábulo, sirven cual vulgares perros y perras fieles.

Y en medio de todo esto, con el terror inoculado de forma consciente y calculada, España sigue sin despertar, con un elevado porcentaje de españoles ocultos tras los bozales, protestando si te acercas un poco a ellos, aceptando una y mil vacunas y dispuestos a sacrificar, para siempre, sus libertades con tal de vivir, aunque sea una vida triste, gris y anodina en la que no se sonría, ni se cante.
Entretanto, este miserable gobierno socialista-comunista, con el del “pantalón de pitillo” al frente sigue con su campaña de acoso y derribo a España, cercando la monarquía para, a la primera ocasión, darle el “golpe del conejo” y proclamar la república bolivariana o comunista, contando con el concurso de toda esa patulea de golpistas, proetarras, separatistas, perroflautas, etc, que son los que lo mantienen en la Moncloa.

Nuestro nivel democrático, si se puede llamar así, ha llegado al tal grado de corrupción y degradación que esta canalla que nos gobierna te amenaza con cárcel y multas si se te ocurre hablar de Franco, que repito, fue Jefe del Estado Español, respetado por todos los mandatarios del mundo, y tolera, alegando “libertad de expresión”, las ofensas de Alsasua contra las Fuerzas de Orden Público del otro día; ese homenaje que los etarras y proetarras planean tributar a uno de sus cabecillas asesinos dentro de unos días en Bilbao o que un mentecato, por muy virreyezuelo autonómico que sea, se permita decir públicamente, en tono amenazante, que en tal o cual año su región se independizará de España y el tipo ese no está ya detenido.

El colmo de la miseria de los socialistas, el partido más corrupto, criminal y canalla de la Historia de España que vende lo que haga falta con tal de mantenerse en el machito de la poltrona.

FRANCO ANTIMASÓN COMO BUEN CRISTIANO

 

Jakim Boor (Franco). Masonería by Bibioteca.Obradoiro


FRANCO YA LO SABÍA

FRANCISCO FRANCO SABÍA QUE LA REPÚBLICA 
ERA UN CÁNCER PARA ESPAÑA.
EL COMUNISMO SIEMPRE HA GENERADO 
MISERIA Y POBREZA.

YA SE AVISABA...

VER+:



PRÓLOGO DEL LIBRO "CAUSA GENERAL".
 LA DOMINACIÓN ROJA EN ESPAÑA 💥

DAMIÁN GALERÓN: EL RÉGIMEN DE FRANCO Y EL FINAL DE LA IGLESIA. (1a. parte)
 
EL HUNDIMIENTO (El final de la Iglesia 2ª). DAMIAN GALERÓN 

Damián Galerón. La caida de España

VER+: