EL Rincón de Yanka: LIBRO "EL ENGAÑO MÁS GRANDE EN LA HISTORIA DE LA SALUD ": UNA CORTINA DE HUMO PARA UN MUNDO SIN LIBERTAD 👿💀👿

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miércoles, 4 de agosto de 2021

LIBRO "EL ENGAÑO MÁS GRANDE EN LA HISTORIA DE LA SALUD ": UNA CORTINA DE HUMO PARA UN MUNDO SIN LIBERTAD 👿💀👿



EL ENGAÑO MÁS GRANDE 
EN LA HISTORIA DE LA SALUD
Una cortina de humo para un mundo sin libertad

HABER ENCERRADO A DIOS EN EL CUARTO OSCURO TIENE SUS CONSECUENCIAS, SOBRE TODO PARA LOS MÁS DÉBILES Y NECESITADOS

La letra pequeña de la Agenda 2030, 
hoja de ruta del Nuevo Orden Mundial, 
es el nazismo con tecnología punta



El libro presenta una visión alternativa, no solo de la llamada pandemia, oficialmente producida por el SARS-CoV-2, sino de las piezas que componen este escenario distópico. Sus autores no niegan la enfermedad COVID, con sus neumonías, trombos y desórdenes neurológicos y mentales, ni tampoco las muertes. Lo que está en entredicho es la causa, y esta hay que buscarla en otros focos distintos al virus: los campos electromagnéticos, algunos adyuvantes de las vacunas, como el polisorbato 80, el tritonx o el óxido de grafeno. Los autores cuestionan la engañosa prueba PCR -base de todo este escenario covidiano-, la mentira acientífica de los asintomáticos, los contagios o las "olas" ad hoc, y advierten del peligro de las vacunas experimentales que están llevando a la muerte y a sufrir efectos adversos irreversibles a miles de ciudadanos en todo el mundo, ante el silencio de los responsables.

Este libro es un grito de alarma ante el suicidio asistido al que se está induciendo a la humanidad. En él se desvela la gran mentira urdida, so pretexto de una crisis sanitaria que no es tal. Estamos ante una estrategia geopolítica global, de cambio económico y de valores éticos y espirituales, diseñado por las élites que manejan el mundo en la sombra, ayudados por sus fieles servidores, especialmente los políticos,. Se está librando una guerra contra la raza humana, con el fin de controlarla, esclavizarla, animalizarla y robarle su esencia, en aras de un transhumanismo perverso, aparte de reducir el número de habitantes en varios millones.
Este libro es un ruego a los científicos de bien, médicos, sanitarios en general, periodistas, jueces, fiscales, funcionarios, policías y demás instituciones del Estado. Si no hubiera corrupción en las cúpulas de estos estamentos, esta situación no sería posible. ¡No seáis cómplices!

Este libro es una llamada al despertar, a la acción y a la esperanza.

Para entender la deriva del mundo en la actualidad, hacia una sociedad sin valores, en la que la vida no tiene ningún valor y se frivoliza y comercia con la muerte, basta ir hacia atrás solo unas décadas. Haber encerrado a Dios en el cuarto oscuro tiene sus consecuencias, sobre todo para los más débiles y necesitados.

El proyecto nazi, aparentemente fallido, fue un experimento a gran escala que sentó las bases para el mundo distópico de hoy, aunque muchos están tan dormidos que aún no se han enterado de lo que ya asoma sobre el terreno abonado durante décadas. Las semillas llevan tiempo sembradas y han ido enraizando en nuestras mentes. El Mal trabaja de manera subterránea y sigilosa, pero implacable. El ciudadano no tiene ni idea de lo que esconde la Agenda 2030, representada en ese pin multicolor y siniestro que todos los líderes del mundo, incluido el rey de España Felipe VI, lucen en sus almidonadas solapas. Lo hacen, además, con cierto regusto, al estilo de los asesinos en serie, siempre dejando pistas en ese juego macabro de huida y exhibicionismo. Los psicópatas de Davos, auténticos asesinos a sueldo de las élites globalistas ya han dejado caer algunas perlas sobre la vida que le espera al género humano en este planeta que están diseñando a su antojo y medida; perlas como “no tendréis NADA, pero seréis felices”. Ese NADA no solo se refiere al despojo de la propiedad privada, sino a la LIBERTAD en todo su concepto, al libre albedrío inherente como seres humanos y divinos. El ser humano será una especie de zombi, robotizado y dominados por la inteligencia artificial, completamente esclavizado y sin voluntad. Por eso dicen que seremos felices, como los personajes de Huxley, pero peor. Tendremos los hijos que nos permitan, los pensamientos que nos “inoculen” a través de mensajes explícitos y, sobre todo, subliminales por medio de frecuencias, y nuestras emociones y estados de ánimo puntuales serán controlados desde el gran ordenador central. No será necesario prohibir pensar, porque al transhumano de los próximos años le darán todo pensado. El planeta será una cárcel vigilada por satélites, drones y demás artilugios manejados por policías androides, sin empatía de ningún tipo. Los gobiernos tendrán licencia para matar –casi como ahora— no solo a los viejos y tullidos, sino a los considerados indeseables para la estabilidad del rebaño. Con la particularidad de que nadie se extrañará y a nadie le importará. Habrá un tope de vida útil. Llegados a esa edad, en los propios centros de confinamiento de viejos, tan tristes como los morideros actuales, pero peores, aplicarán un remedio de punto final, y listo. Tampoco nadie se extrañará y todos se alegrarán porque será por la salud del planeta, mucho más importante que la de los humanos, el nuevo sacramento inmolatorio de la religión del clima. Ni siquiera parece ciencia ficción, pues la profecía de Orwell hace tiempo que empezó a cumplirse, así como otras hipótesis futuristas sustanciadas en la industria de Hollywood y las modernas series ad hoc de manipulación a través del efecto priming, –mal traducido por primado negativo— para crear la memoria implícita. A través de la ficción nos fijan la idea –los Simpson llevan años adelantándose a todo tipo de “innovaciones”—. Conscientemente lo contemplamos como película, pero nuestro subconsciente no diferencia entre lo real y lo imaginario, por lo cual cuando aparece el hecho real ya nos resuena y nos es más fácil admitirlo. Podríamos poner un buen número de ejemplos de los últimos años. ¿Vamos a permitirles que nos sigan destruyendo?

El experimento colectivo del nazismo

Antes de Davos y de Bilderberg, el nazismo fue un experimento colectivo, financiado por las élites, en el que todos los países “avanzados” estaban de acuerdo en mayor o menor medida. De este periodo, durante años, solo ha salido a la luz aquello que ha convenido al sistema, estableciendo la estrategia del silencio con el fin de borrar de la mente colectiva los horrores perpetrados contra inocentes humanos.
A propósito de los no menos horrores de esta pandemia COVID, puesta en marcha por los herederos de los que diseñaron el nazismo y protegieron a Hitler, condecorándolo con miles de alabanzas, se habla de unos nuevos Procesos de Núremberg y hay abogados muy comprometidos con la causa, apoyados por miles de personas que buscan justicia, para hacer que estos desalmados sean condenados por crímenes contra la humanidad. Yo añadiría que unos Juicios de Núrembeg, pero de verdad. Esta vez, sin pantomima; nada de paripés como en 1945. Y si allí, en teoría, se juzgó a políticos, militares, médicos y jueces, en esta ocasión el espectro hay que ampliarlo, y nadie debe escapar ni ser dulcificado. Y la OMS, una de las organizaciones más corruptas del mundo, con el resto de organismos de las Naciones Unidas, debe ser fumigada o disuelta. Las inhabilitaciones deben ser generales.
Núremberg fue puro teatro. Después de los Procesos, y una vez condenados algunos de los ejecutores de la muerte, el resto se colocó el disfraz de profesionales honorables que ponían su ciencia al servicio de la sociedad. Nadie quería ni se atrevía a hablar de Núremberg. Nadie conocía ni había tenido trato con Mengele y otros condenados. Nadie había aplaudido la paranoia de Hitler y sus delirios de exterminio de las etnias consideradas inferiores genéticamente. Terminada la guerra, muchos científicos se presentaron como víctimas del nazismo y el mundo lo creyó. Como bien dice la investigadora Fernanda Núñez: “Esas relaciones fueron ocultadas durante más de cuarenta y cinco años, hasta que los profesores de facultades que habían participado en esas investigaciones desaparecieron de las esferas del poder médico. Las nuevas generaciones de investigadores no tenían ninguna razón para ocultar las ambigüedades y actuaciones de sus antecesores. Por otra parte, se empezaba a discutir la naturaleza misma de la ciencia y a dudar sobre los cánones que rezaban que la ciencia era intrínsecamente democrática y virginalmente apolítica, paradigmas que habían permitido considerar a la ciencia nazi como una seudociencia, practicada por dementes y maniáticos, y que también habían permitido a los científicos alemanes, al terminar la guerra, presentarse como víctimas del nazismo. Benoit Massin recuerda que quien analizaba las muestras enviadas por el doctor Mengele desde Auschwitz era el Instituto del Premio Nobel Butenandt. Con la versión apologética aceptada por la opinión mundial, los científicos alemanes, cuyo saber era fundamental para la reconstrucción de Europa o los laboratorios yanquis, fueron exculpados de todo pecado, lo que permitió a ambiguos personajes, con un currículum nazi perfecto, seguir dirigiendo las grandes instituciones biomédicas alemanas hasta los años noventa”.

Durante más de cuarenta y cinco años camparon a sus anchas por universidades norteamericanas y alemanas, sin que nadie les recordase su pasado. Solo cuando, debido a la ley natural de la edad, fueron desapareciendo, sus colegas científicos tuvieron vía libre para sacar a la luz las oscuras investigaciones de sus compañeros nazis. Michael Crichton dice a este respecto: “Después de la Segunda Guerra Mundial, nadie era eugenésico y nadie lo había sido. Los biógrafos de los personajes célebres y poderosos no se explayaron sobre la atracción ejercida por esta filosofía en sus biografiados y, en ocasiones, ni siquiera lo mencionaban. La eugenesia dejó de ser tema en las aulas universitarias, aunque algunos sostienen que sus ideas siguen vigentes bajo una forma distinta”. [1]
El concepto utilitarista de “vidas inútiles” se siguió extendiendo. Durante años, apenas se divulgaron noticias que pudiesen recordar lo ocurrido en Alemania, pero eso no quiere decir que los ideólogos no siguieran adelante con su idea de conseguir una raza sin taras y una sociedad que no tuviese que destinar fondos del erario público para atender vidas que no daban la talla, según el baremo de la moderna aristocracia biológica. Tanto en Europa como en Estados Unidos y Sudamérica, médicos y biólogos continuaron con el estudio de las medidas eugenésicas y eutanásicas, y el pasado nazi de muchos quedó en el olvido.

Por qué se ocultó la verdad

Unos cuantos condenados sirvieron como ejemplo de que la justicia actuaba rectamente. Sin embargo, como quedó dicho unas líneas más arriba, gran parte de los participantes en el plan de exterminio nazi salieron impunes y continuaron en sus plazas universitarias y laboratorios; entre ellos, el mentor de Mengele, Otmar von Verschuer, que fue apoyado por la comunidad científica internacional y protegido para que no fuera estigmatizado. Así, todos estos personajes siniestros pudieron seguir investigando sobre sus ideas exterminadoras. La razón de protegerlos internacionalmente –sobre todo, Estados Unidos– fue porque al amparo de las políticas que se estaban llevando a cabo en Alemania, otros estados habían conseguido grandes sumas de dinero –de la Fundación Rockefeller, por ejemplo– para seguir investigando y llevar a la práctica planes de exterminio similares. Conviene recordar una vez más que, casi sin excepción, los científicos seguidores de las ideas de Darwin y demás ideólogos de la manipulación de la vida y la muerte, no trabajan por el bien de la humanidad. Sabiéndolo o no, están al servicio del mal.
Para estos falsos filántropos que proponen y apoyan planes para eliminar a los más débiles, el proyecto nazi fue una especie de experiencia de laboratorio. Pero, conocidos sus crímenes, las mentes diabólicas consideraron que si se condenaba a todo el “elenco” y se le daba la publicidad merecida, la humanidad quedaría inmunizada y nunca más permitiría que desde el poder le impusieran políticas para eliminar a seres humanos. Y eso era trabajar contra sus propios intereses a medio y largo plazo.

Y así llegamos a los años ochenta y noventa, con una amnesia casi absoluta sobre los horrores del Tercer Reich. Es entonces cuando los “amos del mundo”, valiéndose de políticos-marioneta sin escrúpulos, entran a saco con el ventilador de la ingeniería verbal/social, con el fin de manipular a la humanidad para propiciar el cambio de valores, que alcanza el punto culminante en estos días de relajo moral y Cultura de la muerte a gran escala, con aborto a petición, genotipado de embriones, eugenesia, cribado prenatal, eliminación de los bebés con defecto, ideología de género, matrimonio homosexual, promiscuidad al por mayor, sexo desordenado, pornografía, vientres de alquiler, eutanasia a domicilio y suicidio asistido. Todo ello bajo el paraguas de una gran corrupción en todos los ámbitos, incluido el espiritual. Si la sociedad ha ido admitiendo sin rechistar esta inversión satánica de los valores que nos ennoblecen, quiere decir que está gravemente enferma. Aun así, la gente de bien merece que se haga justicia. Un nuevo Núremberg es posible y necesario. ¡Pero esta vez de verdad!

NOTAS:


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NO SE ENTIENDE QUE NO HAYA VACUNAS SI TENEMOS EN CUENTA QUE, AL MENOS LA PARTE ESENCIAL DE SU CONTENIDO, HACE DOS O TRES AÑOS QUE ESTÁ PREPARADA, SEGÚN LAS PROPIAS PALABRAS DE BILL GATES

Vacunas, desinformación, encubrimiento 
y dictadura global 
para una sociedad transgénica y mutante


No sé si un nuevo Núremberg será posible. No será por falta de no reclamarlo. Ignoro si algún día será juzgado el elenco de personajes e instituciones que están perpetrando este genocidio, este exterminio de la humanidad, minuciosamente programado y calculado desde las cúpulas de las élites globalistas que, a su vez, son las cloacas de este sistema corrupto desde la noche de los tiempos. La humanidad ha sido siempre engañada, condenada a la uniformidad que confieren las normas del rebaño. Algo que unos cuantos “despiertos” han sabido siempre a lo largo del tiempo y que ahora se manifiesta abiertamente ante quien quiera ver y oír. Pero hay demasiados ciegos y sordos, demasiados sentidos anulados que no cumplen con su función, demasiadas neuronas desconexionadas. Ha habido un excesivo cuidado en frenar la evolución del sapiens, distrayendo el camino de su destino sagrado, anulando su don de discernimiento, capacidad inherente a su naturaleza que lo habilita para elegir siempre lo bueno y lo conveniente de acuerdo a las leyes naturales emanadas de la gran sabiduría divina.

En este presente continuo, la humanidad está sufriendo el mayor ataque de su historia, mucho peor y más irreversible que cualquier guerra anterior, cualquier bomba o cualquier tortura. Con el disfraz de una falsa pandemia, causada por un falso virus se está interrumpiendo la evolución de la sociedad conduciéndola al matadero. Literalmente. No voy a repetir lo que he ido expresando en artículos anteriores a lo largo de este larguísimo año, cuando todo este show empezó a ser el monotema de los medios de comunicación, y que volverán a ver la luz monográficamente en forma de libro sobre la otra cara de la pandemia.
La dinámica sigue siendo la misma, abusando de la comunicación de doble vínculo –orden contraorden—para debilitar mentes y conciencias, tanto por parte de los gobiernos como de los diferentes órganos consultivos y la apropia OMS, la matriz del plan pandemia, obedeciendo órdenes. Pero así es todo, preludio de la dictadura orwelliana que ya se ensaya en el mundo y que sufrimos con dolor y muerte.

Lo que realmente me sorprende es el rifirrafe sobre las vacunas, tanto sobre su seguridad, como sobre el número de dosis disponibles. Era de esperar que lo tuviesen mejor organizado, una vez conocida la cantidad entregada por Pedro Sánchez a la Fundación Bill & Melinda Gates y los acuerdos con los “encargados” de la pandemia. A este respecto, rescato unos párrafos de un artículo que publiqué en septiembre pasado: “Desde estas grandes corporaciones, que tienen a la OMS como portavoz, se ha diseñado la cantidad que cada país debe aportar para vacunas, además, con carácter indefinido. Esto se ha conseguido, entre otros valedores, gracias a la corruptísima Comisión Europea (recordemos que hace tres meses dio luz verde a la experimentación con humanos de las vacunas de ARN), que abandera Ursula von Leyen, al inefable Victor Dzau, presidente de la Academia Nacional de Medicina de los Estados Unidos y miembro del consejo de la Junta de Seguimiento de la Preparación Mundial (GPMB, por sus siglas en inglés), un organismo creado en 2017, para coordinar el reparto masivo de medicamentos y vacunas en caso de pandemias. Es fácil ver lo que se estaba planeando. Victor Dzau pertenece asimismo al comité asesor de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en ingles), a los que curiosamente también está vinculado Anthony Fauci, que fue quien desvió fondos para la investigación del virus quimera en Wuhan. La familia de Dzau está vinculada a los agroquímicos. Comprendo que no es fácil seguir el entramado. La GPMB es la OMS más el Banco Mundial. Curiosamente, el también corrupto exdirector de la OMS, Kofi Annan, también forma parte del consejo de la GPMB. ¡Entre pillos anda el juego! Y aquí, en una suerte de promiscuidad monetaria indecente, convergen los grandes emporios de la Big Pharma, que, como quedó dicho, ya no se conforman con fabricar y vender medicamentos y vacunas que no necesitamos, sino que han conseguido, con el pretexto de la pandemia, que los países les financien las investigaciones. La Unión Europea aportó hace cuatro meses algo más de 7.000 millones de euros [nos referimos a los meses de mayo-junio de 2020]. La ocurrencia de asustar al mundo con una pandemia para obtener financiación salió de un lumbreras del Banco Mundial, que seguro ya habrá recibido la recompensa, llamado Tim Evans que, curiosamente, también participó como panelista en el Evento 201. Y no por un periodo limitado de tiempo, sino ¡para siempre! Lo llamativo es que ni siquiera lo ocultan, pues en su web están colgados los datos. Puede que los retiren, como hizo el Banco Mundial cuando le descubrimos sus chanchullos covidianos en los que andaban en 2017 y 2018. Bucear en estas cloacas es realmente mareante.

Desde estos grupos de poder se han diseñado todas las medidas que debían adoptar los países, desde los pequeños detalles de salir a aplaudir a las ocho de la tarde hasta la gran ruina económica, pasando por la técnica denominada “control del mensaje” e “inundación de la zona”, es decir, bombardeo mediático para que no se hable de otra cosa en los medios, en la calle y en las familias, a la vez que va aumentando la bola del miedo. Algunos de los organismos involucrados en la elaboración de informes, además del archiconocido del Imperial College de Londres y el fraudulento informe de Neil Ferguson sobre de la tasa de muertos, se encuentran el Instituto John Hopkins, la fundación Bill & Melinda Gates, la Wellcome Trust y Cruz Roja, entre otros. A esta gente le interesa el dinero, pero le interesa aún más robarnos el nuestro. Porque de esta manera, los países se ven obligados a endeudarse y a depender de fondos internacionales, y lo mismo los ciudadanos. Cuanto más vulnerables seamos, más fácilmente se nos dirige y controla”. Hasta aquí mis palabras de septiembre pasado.
El escenario actual con las vacunas tiene, en mi opinión, tres posibles interpretaciones o causas: primero, que, en efecto, habían puesto en marcha el golpe de Estado pandémico sin tener concretados los diferentes flecos, dejando a la improvisación lo que fuese surgiendo, porque “o lo hacían ahora o ya no podrían”, como hemos apuntado en otras ocasiones, dado que el proceso del despertar de la conciencia humana que va in crescendo y es imparable. ¡Por eso quieren frenarlo! Al decir que o lo hacían ahora o ya no sería posible, debo aclarar para los neófitos en los grandes ritos de las élites, que aparte de lo expuesto sobre el despertar, todas sus acciones de gran impacto están dirigidas por los “números”, la astrología, los rituales y la simbología. Nada de esto es secreto y en los últimos años suelen hacerlo bastante a la vista. Basta hacer un visionado sobre determinados edificios, salas o recintos para comprobarlo. Recordemos también la inauguración del túnel de San Gotardo (2016), la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres (2012), los atentados del 11S (Nueva York, 2001) y los del 11M (Madrid, 2004) o la ceremonia masónica “funeral” por las víctimas de la COVID (Madrid, 2020).

No se entiende que no haya vacunas si tenemos en cuenta que, al menos la parte esencial de su contenido, hace dos o tres años que está preparada, según las propias palabras de Bill Gates, cuando anunció su ID-2020, y es bien sabido cuál es el fin, que no es vacunar contra ninguna enfermedad real o imaginaria, sino que responde a un plan avieso contra la humanidad que ya hemos enunciado en repetidas ocasiones.

La segunda interpretación es algo más sinuosa, menos lógica, más subliminal, pero de mayor alcance y de peores consecuencias. El nuevo escenario de escasez de vacunas infunde más incertidumbre en unos, y más fanatismo vanucófilo en otros, que asimilan el pinchazo a un elixir mágico, una suerte de pasaporte a la inmortalidad. ¿Qué hay detrás de esta escasez de vacunas? ¿Qué esconde toda esta guerra de marcas? ¿Es solo una pugna económica? ¿Qué significados tienen las interrupciones por los efectos secundarios para reanudarlas al día siguiente? ¿Solo un desorden de previsión? Mucho nos tememos que no. Es sabido que el encubrimiento en torno a este tema es total; las élites pierden peso frente a una buena parte de ciudadanos dudosos, mientras otros han integrado que están siendo conejillos de Indias, pero como han ido recibiendo la inoculación del miedo en megadosis, y su disonancia cognitiva es tan aguda, no pueden admitir que si las autoridades sanitarias y su médico de cabecera recomiendan vacunarse, pueda haber algún interés que no sea el manido “salvar vidas”. Por eso, han asumido que en esta ruleta rusa, si toca, prefieren morir por la vacuna que por la COVID. ¡Así somos de irracionales! ¡Y de previsibles!
Otro análisis del acontecer surrealista de este tema es que, a pesar de los muertos por las vacunas COVID y de todos los graves efectos secundarios que produce –silenciados sistemáticamente por las autoridades sanitarias— no es el golpe fatal. Podría tratarse solo de los entremeses del gran banquete satánico. Esto sería solo un show preliminar de acondicionamiento, en el que podrían ocurrir dos cosas: que el número de disidentes sea cada vez mayor, como estamos viendo estos días, que los obligue a tomar medidas y establecer la vacunación obligatoria; o bien que, como los efectos secundarios graves –cáncer, esclerosis múltiple, enfermedades autoinmunes y neurológicas, infartos o infertilidad—, no son a las inmediatas, de alguna manera, echaría por tierra la opinión y las advertencias de los científicos disidentes, y muchos se apuntarían a la vacuna anual que han establecido, sin tener que recurrir a una ley de vacunación obligatoria, pero sí con muchas restricciones para los no vacunados.

Los aludidos efectos secundarios van más allá de todo lo experimentado hasta ahora. Hablamos de otra cosa, algo inimaginable por un ser medianamente normal y sí por mentes maquiavélicas que no tienen el menor respeto por la humanidad. No olvidemos que la COVID no es la causa, sino el pretexto para hacer del ser humano un androide, un mutante, un transhumano, sin sentimientos, con la misma empatía que puede tener una máquina manejada por control remoto. A los humanos ya se nos maneja así y me remito al presente rabioso que vivimos, en el que hemos aceptado sin rechistar todo tipo de privaciones, de vejaciones, de persecuciones, recibiendo órdenes que atentan contra la dignidad en todos los aspectos posibles. Compramos nuestras propias cadenas y perseguimos a quienes en una acción de rebeldía de supervivencia osan seguir los mandatos de la racionalidad saltándose las alienantes normas flagelantes. “El mejor policía es el vecino”, dice una máxima comunista, con más razón si esto es remunerado por el Estado totalitario. Y así ocurre siempre. Da igual que hablemos de la Inquisición, de Rusia, de Cuba, de la Guerra Civil o de la guerra COVID. Cada fin de semana escuchamos las declaraciones de gente enmascarada criticando y tildando de “irresponsables” a quienes se reúnen, van a la playa o no llevan mascarilla. ¿Es el preludio de una “policía civil” que será necesaria cuando atornillen más la carencia de libertad? ¿Verían bien estos intolerantes manipulados que nos encerrasen en campos de concentración a aquellos que nos negamos a que una vacuna nos estropee la vida? ¿Seremos considerados peligrosos por pensar libremente e intentar vivir alejados de la distopía? De todo lo que ocurre nada es casual. Siguen testándonos y comprobando la medida de nuestro punto de ruptura. ¿Dónde está ese punto?


Medios de comunicación, científicos, médicos 
vendidos y políticos sin escrúpulos, 
acosan, persiguen y acorralan al rebaño humano


Mientras los robos, altercados, navajazos y trapicheos varios se suceden en las calles, con total impunidad, la policía se ocupa en los nuevos quehaceres covidianos, como es irrumpir en las discotecas nocturnas, convertidas en cotos de caza, armados hasta los dientes, como para detener a terroristas. Sea en el papel de perros o en el de cazadores, lo cierto es que estos agentes antidisturbios, pagados por la sociedad, aceptan sin rechistar la representación de la performance, para ilustrar los telediarios y las tertulias de loros sabelotodo cómplices del fraude. Se necesitan escenas impactantes para seguir alimentando el monstruo pandémico y que la historia para no dormir no decaiga. Hay que incrementar el acoso y seguir mostrando que estamos ante un gran peligro causado por un virus misterioso que, a pesar de no haber sido aislado, purificado y secuenciado, muta continuamente dando lugar a variantes exóticas cada vez más mediáticas. Un virus caprichoso y errático que actúa por horas, por días, por zonas y por ambientes. Primero atacó sin piedad a los viejos –hagámonos los tontos y obviemos las sedaciones masivas por el vergonzoso “triaje de guerra”. Es como si el virus y su pléyade de variantes actuase estratégicamente como hacen las bandas criminales humanas. Ahora, les toca el turno a los niños. Han conseguido meterlos en el carrusel de las dosis de por vida. Aparte de la cantaleta de los contagios, arguyen su derecho a tener el pasaporte covid. El mismo patrón argumentario del falso filántropo Bill Gates cuando anunció la vacuna de puntos cuánticos o chips “para que los desheredados del mundo, que ni siquiera tienen registro de nacimiento, puedan estar censados”. ¡Menudo favor! ¿No se preguntan por qué todo esto? ¿No les parece extraño? ¿Suelen preguntarse o cuestionarse algo cuando visionan o leen las noticias? ¿Han pensado que podría tratarse de un montaje? Dejo estas preguntas para la reflexión.

Imágenes impactantes y reales –sin ensayo ni teatro— son las que se ocultan sistemáticamente, mostrando a personas que caen al suelo tras recibir la vacuna, o afectados por las secuelas irreversibles, como infartos, trombos, mielitis, neumonías, daños neurológicos y muertes, aparte de otros efectos menos graves, como dolores de cabeza, cansancio y malestar general, en definitiva, pérdida de la calidad de vida. Todo esto se oculta, gracias a quienes dirigen la representación y a todos sus eslabones. Hemos hablado en otras ocasiones de terrorismo informativo, refiriéndonos a los medios de comunicación oficialistas, pero ya va siendo hora de dar un paso más y hablar de terrorismo médico. No entra en este apartado la clase médica al completo; tampoco los equivocados, que no saben de qué va esto y actúan de buena fe; pero sí los que son conscientes del engaño y callan por sus particulares conflictos de intereses, del tipo que sea. ¡Cómo es posible que un profesional obligado por el Juramento Hipocrático a obrar con rectitud se erija en servidor de los intereses políticos y económicos, en detrimento de la salud de los ciudadanos, que prometen defender por encima de todo! Los vemos a todas horas mintiendo, infundiendo miedo sobre estadísticas, contagios, ingresados, ucis y muertes. Quieren obsesionarnos, desquiciarnos, robarnos no solo la libertad, sino la esperanza; que soñemos con el virus y la muerte, y que eso sea nuestro primer pensamiento al despertar por la mañana.

El grado de surrealismo al que están llegando haría babear al guionista de Groucho Max. Según una noticia de ayer, un grupo de sanitarios se fue de cena; eso sí, ataviados con todos los accesorios pandémicos: todos vacunados, con el pasaporte covid, el test negativo, con su mascarilla, más su dosis de miedo omicroniano. A las pocas horas, la variante se carcajea y da un montón de positivos, obligados ahora a guardar cuarentena. Los maestros Ciruela enseguida improvisaron todo tipo de explicaciones. ¡El colmo del absurdo! Pero nada es al azar. Son estrategias de control, a través de la confusión y la disociación, como ocurre con la información de doble vínculo. Ante esto, caben dos reacciones, dependiendo de la fase de saturación: 1) un despertar repentino por el procesamiento de la información en la esfera cognitiva consciente, y 2) un “cortocircuito” en el hipocampo que provoca la rendición total del sujeto. La claudicación se ve reforzada por las frases intencionadas de los “maestritos” de turno con las que torturan a la audiencia: “no hemos aprendido y ha vuelto a pasar”. Una clara manifestación de la culpa, que se sustancia en un “me rindo”, “no entiendo nada” o “cada vez entiendo menos”. Es el equivalente a reconocer que “ellos saben lo que hacen” y “solo queda obedecer». Así es como los ciudadanos se convierten en piltrafas andantes, zombis, marionetas autómatas sin capacidad de pensar, deducir y discernir. Han entregado sus mentes hasta un punto de difícil retorno. Cuando las personas caen en este estado, no es fácil ayudarlas a salir del pozo y a recuperar su autoestima y posición de equilibrio.

Quienes sabiendo la verdad –y hacemos hincapié en los médicos, como guardianes sagrados de la salud— deciden continuar con el engaño, están sirviendo a enemigos de la humanidad, que representan o forman parte de los grandes grupos de poder del mundo, auténticos dueños de vidas y haciendas. Grupos económicos y mediáticos, agencias de noticias, holdings, transnacionales, farmacéuticas, agroquímicos, todos ellos interconectados con grupos terroristas, sectas destructivas y el crimen organizado con sus canales de pederastia, pornografía, tráfico de drogas, de obras de arte, de órganos, de personas y sicariato privado y de Estado. La cúpula de toda esta “cosa extraña”, que nunca se había hecho visible con tanto desafío es realmente siniestra.

Afortunadamente, cada vez es mayor el número de sanitarios que se posicionan a favor de la verdad. Pero están vetados. Solo se da voz a los que alimentan el miedo y aconsejan la vacuna –primera, segunda, tercera, cuarta dosis, y así ad infinitum—, a pesar de no inmunizar y de sus muchos efectos adversos; además de agitar el odio contra los no vacunados, que es el tema de moda.

Esto no quiere decir que no haya esperanza para la humanidad y que los “amos del mundo” vayan a tener éxito en la implementación de su plan de dominio. Estamos seguros de que no podrán, por muy tenebroso que lo veamos. Es cierto que estamos inmersos en un túnel oscuro moviéndonos a tientas. Aun así caminamos con nuestras tenues lámparas hacia la luz del sol. Son muchos profesionales de diferentes ámbitos trabajando para el bien. Científicos, médicos, abogados, jueces, periodistas, profesores y otros, están en la lucha, invirtiendo su tiempo, poniendo en juego su trabajo y arriesgando su prestigio e incluso su vida. Los mártires de la pandemia no son los muertos por covid, sino los asesinados por defender la verdad, por desvelar las mentiras de la OMS y los gobiernos del mundo, por denunciar el genocidio contra la humanidad. Pero la verdad vencerá. El Bien se impondrá al Mal. No perdamos la esperanza. La levadura está haciendo su función.

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«Se quedaban en la residencia, 
los sedaban y morían. 
Esa es la verdad. Había instrucciones»

Santa Elena. En Torrent aseguran que del 25 de marzo al 2 de abril murieron nueve ancianos que no llevaron al General, y en Alcoy eran conscientes «de lo que se podía derivar al hospital»
Domingo, 24 de mayo 2020

Entre el 25 de marzo y el 2 de abril fallecieron nueve personas por coronavirus que vivían en el centro de mayores Santa Elena. No los llevaron al hospital. Se quedaron en la residencia. Los médicos los sedaron para evitarles el dolor y allí murieron». El testimonio, crudo, es de Francisco Nemesio, secretario y portavoz del patronato que rige este centro, referencia en Torrent desde que se creó en 1927 a través de una fundación inspirada en el humanismo cristiano.

Esta semana también se ha conocido un informe interno de la conselleria de Sanidad sobre estadísticas de lugares en los que ha habido víctimas mortales por coronavirus. Indicaba que un 57% de los residentes en los geriátricos valencianos fallecidos por la pandemia han muerto en sus centros y no en los hospitales. Eso supone que 6 de cada 10 enfermos de Covid-19 de las residencias no fue llevado a un hospital para su tratamiento. En esta pandemia han muerto 525 residentes, dos de ellos se contabilizaron ayer, después de tres días sin ningún fallecido, y ha dejado un rastro de más de 170 geriátricos afectados. Ahora hay 80 con algún caso.




La residencia Santa Elena está intervenida por la conselleria de Sanidad desde el 16 de abril, cuando empezaron a incorporarse sanitarios de la administracion autonómica. La toma de control de esas instalaciones culminó el 19 de marzo. Buena parte de la plantilla del asilo estaba entonces o enferma de coronavirus o en cuarentena. El patronato había lanzado un grito de socorro porque con los medios que tenía no disponía de manos ni medos para atender a sus residentes enfermos. Y pese a la intervención, siguió el goteo de muertes. «Había un protocolo que tenían establecido para no enviar a los mayores de 75 años al hospital. Se quedaban en la residencia, los sedaban y morían. Esa es la verdad», recalca Nemesio. «Había instrucciones», reitera.
«En el hospital no iban a llevarlos a la UCI ni a ponerles ventiladores. Todos tenían más de 80 años y la instrucción era no mandar al hospital a los mayores de 75 con patologías previas o con enfermedades crónicas», afirma dolido.
Durante los últimos 15 años la edad media de los mayores que viven en geriátricos se ha situado en 84 años y muchos de ellos presentan patologías y enfermedades crónicas, lo que dificulta un tratamiento exitoso, especialmente la intubación, a los que caen bajo las garras del Covid-19.
«De esta manera, sin llevarlos al hospital, no fallecieron ni uno ni dos ni tres residentes, sino muchos más», asegura Francisco Nemesio.

Recuerda este directivo del patronato de Santa Elena que entre el 12 y el 16 de marzo murieron tres residentes en el Hospital General ingresados días antes, cuando el virus todavía no había llegado a desbordar a los sanitarios. El 16 y el 18 de marzo murieron dos ancianos en la residencia. Del 21 al 24 de marzo expiraron tres residentes que habían sido hospitalizados tiempo atrás, igual que el 27, cuando finó otro en el General, «y entre el 25 de marzo y el 2 de abril fallecieron nueve residentes que no fueron hospitalizados», asegura. La conselleria de Sanidad tenía, y aún tiene, el control médico de la residencia Santa Elena. La conselleria ha llegado a medicalizar una treintena de geriatricos durante la parte más dura de la crisis, una de cada 10. Ahora aún hay 28 residencias intervenidas.

«A partir de la segunda semana de abril, cuando bajó la curva de contagio, ya volvieron a enviar a residentes de Santa Elena al hospital», sostiene Francisco Nemesio.

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El secretario del patronato y portavoz de la residencia Santa Elena ya relató cómo procedían los médicos destacados por la conselleria de Sanidad en Santa Elena. «Hemos pedido explicaciones de por qué no se llevan al hospital a los casos graves y nos han contestado que no se les aplican procedimientos extraordinarios», lamentó Nemesio. «Nos han dicho que se aplica el protocolo y que los mayores de 75 años con coronavirus y otras patologías que se pueden complicar ya no ingresan en la UCI del Hospital General ni se les conecta a un respirador automático. Los médicos hablan con la familia, les cuentan cómo está la situación y les solicitan permiso para aplicarle un tratamiento paliativo», describía Nemesio en los peores días de la residencia.

En esas fechas de las que habla el dirigente del patronato, el Hospital General, del que depende médicamente Santa Elena, no atravesaba por sus mejores momentos. El sindicato de enfermería Satse realizaba una denuncia pública sobre la saturación de este centro sanitario. Esta organización sindical, el 27 de marzo, aseguraba que la UCI estaba llena, tenía 250 pacientes ingresados en planta por Covid-19 y se estaba empezando a derivar a pacientes de otras patologías a diferentes hospitales. El General se quedaba sin hueco para los pacientes de las residencias.

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Por su parte, José Fina Pérez, directora asistencial de las residencias Domus Vi para la Comunitat Valenciana, que regenta los centros de Alicante, Cocentaina y Alcoy, el más afectado con diferencia por la pandemia con 75 mayores fallecidos, cifra dada por los familiares de los finados, también se pronunció sobre cómo se funcionaba en los días más crudos de la pandemia. Pérez afirma que en Alcoy «siempre hemos tenido el soporte del hospital», el Verge dels Lliris, pero también desliza que se actuó como buenamente se pudo: «Hemos sido muy conscientes de que había que derivar al hospital lo que se podía derivar porque había cierto colapso del sistema». Y apuntó también que «lo que está claro con esta crisis es que la sanidad no estaba preparada».

La consellera de Sanidad, Ana Barceló, negó el pasado martes que no se atendiera en los hospitales a los mayores con coronavirus procedentes de las residencias, pero tampoco negó que seis de cada 10 residentes murieran en la cama de su geriátrico. «No comparto que no se hospitalizaran los casos más graves. Siempre se hizo siguiendo el criterio clínico, fuera cual fuera la circunstancia», dijo. Barceló afirmó que a mediados de abril, en la fase más grave de la pandemia, «estuvimos a un 71 % de camas críticas, nunca se dio saturación» en los hospitales.

También dijo la consellera que «se trasladó a los departamentos de salud que el objetivo era cuidar de los mayores» y afirmó que «siempre ha primado la atención y la asistencia a las personas. Se ha seguido el criterio médico: ante la gravedad, hospitalización».

Aunque los datos y los testimonios de quienes han sufrido esta situación, como el de Francisco Nemesio o el del presidente de Aerte, la patronal de las residencias, José María Toro, no parecen dar la razón a la consellera.
José María Toro también ha manifestado que considera que hubo internos de los geriatricos, enfermos de Covid-19, que fallecieron por no ser trasladados a un hospital. Cree que posiblemente por la saturación del sistema sanitario «los hospitales no fueron capaces de dar respuesta», con lo que «hubo residentes que acabaron falleciendo en la residencia por no haber podido recibir esa atención».

Y en un informe de finales del pasado mes de abril, elaborado por la profesora de Psicología Social y doctora Sacramento Pinazo, afirmaba que durante la crisis «ha habido protocolos de triaje y se ha incluido la edad para la no realización de determinados procedimientos terapéuticos». El estudio de Pinazo, presidenta de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, se redactó para la Universitat de València y el Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local.

Pinazo incidió en la discriminación. «El estado de cuarentena en el que nos encontramos desde el 14 marzo condiciona la elaboración de protocolos de triaje para facilitar la toma de decisiones clínicas en un marco de recursos insuficientes. Y se incluye la edad para la (no) realización de determinados procedimientos terapéuticos», indicó en el informe.


FAMOSOS QUE PROMUEVEN LA VACUNA EXPERIMENTAL 
O
 CIENTÍFICOS QUE ALERTAN SOBRE EL ANTÍDOTO MAGNÉTICO

ASESINADOS. El GRAN DOCUMENTAL SOBRE EL GENOCIDIO DE MILES 
DE ANCIANOS DURANTE LA «PANDEMIA».

Nuestro tiempo en sus manos - Alfredo Díaz, doblaje.

Juicio utópico que dudo que tenga lugar algún día


EN EL AÑO 2011 YA SE HABÍA ANUNCIADO 
SOBRE EL GENOCIDIO DE LA PLANDEMIA

PLANDEMIA Y VACUNACIÓN HUMANICIDA

PLANDEMIA: TE HACEN CREER...

LA FAMILIA ROCKEFELLER Y LAS FARMACEUTICAS 


LOS MÁS FÁCILES DE ENGAÑAR 

ESTO NO ES UNA VACUNA

INTERVENCIÓN DEL Dr. Shawn Brooks Ph. D. en Oxford

CANCIÓN DE CARMEN PARIS
EN LA CONCENTRACIÓN DE PADRES POR LA VERDAD 
EN ZARAGOZA 14/08/2021

OÍDO AL PARCHE. SOBRE EL GENOCIDIO SANITARIO

DRA. PATRICIA FERNÁNDEZ: 
TODOS DEBEMOS SABER LA VERDAD

Mientras tanto, nunca olviden cómo SE REIAN DE TODOS…


"EL NEGACIONISTA"

Un video dedicado a los médicos y científicos que plantaron cara a las élites, y como no, a todos aquellos que pusieron su granito de arena. Porque no fue la vacuna quien salvó millones de vidas, fueron los negacionistas.


Qué pasó en la humanidad, 
que ya no puede sentir, 
por tener miedo a la muerte,
ha dejado de vivir. (2)

Se ocultaron las sonrisas, 
se evitaron los abrazos,
se distanciaron amigos
 y hasta los padres y hermanos.

Se acabaron las salidas,
los gritos y tradiciones,
se acabaron las parrandas,
los bailes y las canciones.

Qué pasó en la humanidad, 
que ya no puede sentir, 
por tener miedo a la muerte,
ha dejado de vivir. (2)

Se abandonan a los ancianos,
se sometió a los infantes,
se profanaron las leyes,
se castigó a los pensantes.

Aterradas y asfixiadas, 
la gente cumple condena,
creyendo que el enemigo
puede esconderse en cualquiera.

Qué pasó en la humanidad, 
que ya no puede sentir, 
por tener miedo a la muerte,
ha dejado de vivir. (2)

Dónde va la humanidad
si prohíben ser feliz,
no puede ser natural
que te tapes la nariz.

Nada se puede cambiar,
si no comienzas por ti,
es hora de despertar,
levantarse y decidir. 
(2)

Qué pasó en la humanidad, 
que ya no puede sentir, 
por tener miedo a la muerte,
ha dejado de vivir. (2)

MI PASAPORTE CONSTITUCIONAL SANITARIO

PREGUNTAS DE UN NEGACIONISTA A UN TRAGACIONISTA

DAMIÁN GALERÓN SIN CENSURA. 
Vacuna, virus, 5g, grafeno, despoblación

¡Cuidado! quieren cambiar nuestros Cuerpos
 y hackear nuestras Mentes [¡para alejarnos de Dios!]

El proyecto que actualmente nos quieren vender las élites mundiales comprometidas con el Gran Reinicio, que ha lanzado el Foro Económico Mundial en perfecta sintonía con la ONU, dice explícitamente que la meta a corto plazo es la fusión de los seres humanos con las máquinas, o sea lo que se llama transhumanismo.
Esto está siendo dicho públicamente, no es una teoría de la conspiración.
Y sus argumentos son que eso traerá la cura de enfermedades y discapacidades que afectan a los seres humanos, el aumento de la inteligencia y otras capacidades, y la extensión de la vida.
Y ya lo están haciendo, porque los dispositivos biométricos es el campo más caliente de Silicon Valley, con gran flujo de inversiones.
Incluso el presidente de Chile, Sebastián Piñera elogió algunas cosas que ya están prontas para hacer.
Dijo elogiosamente que la tecnología de 5G iba a poder ponernos pensamientos que no son nuestros, en nuestros cerebros, desde afuera.
Y para esto naturalmente tienen que transformar nuestro cuerpo en una antena, que permita ingresar estos pensamientos a nuestro cuerpo.
Y eso ya está en marcha.
Todo esto es el proyecto final del maligno para separarnos de Dios y destruir a la raza humana.
Porque fuimos creados con un cuerpo y un alma por Dios creador, así es nuestro diseño original.
Y si renunciamos a nuestros cuerpos, renunciamos a nuestra humanidad.
Por eso el transhumanismo es la fase final del ataque a la humanidad para liquidarla.
Y a esto se llega por haber sembrado la infelicidad y los desórdenes entre los seres humanos en las últimas décadas.
Ellos están dándoles una explicación equivocada a nuestras insatisfacciones.
Nos han vendido la idea que mejorando materialmente nuestro cuerpo con implantes y conectados a la inteligencia artificial, y con la introducción de pensamientos de armonía, en nuestras mentes, seremos más felices.
Pero nuestras insatisfacciones se deben a la desobediencia a Dios desde nuestros primeros padres, que la continuamos nosotros.
Nuestro intelecto está oscurecido, no entendemos fácilmente la Verdad de Dios.
Nuestra voluntad está debilitada, incluso si entendemos la Verdad de Dios, no la elegimos.
Y nuestras pasiones están desordenadas, nos atraen cosas perversas y que nos alejan los mandamientos de Dios.
Podemos intentar enmascarar los síntomas de nuestro intelecto, voluntad y pasiones caídas y la insatisfacción con nuestros cuerpos corruptibles, a través de distracciones, drogas, o aceptando pensar lo que nos inyecten en el cerebro, como dice Piñera que ocurrirá.

Pero ninguna de estas cosas curará la enfermedad de la relación rota con nuestro creador.
Esto será curado cuando estemos en sintonía con Dios en la Tierra, para luego llegar a la felicidad eterna en el cielo.
«El cielo es el fin último y la realización de los anhelos humanos más profundos, el estado de felicidad suprema y definitiva».
De hecho, el acto de entrar en la comunión con Dios en esta vida, es lo que nos lleva a la felicidad en la vida venidera.


CAÍDA DE LOS ESPÍRITUS DE LAS TINIEBLAS 
(THE FALL OF THE SPIRITS OF DARKNESS

Rudolph Steiner advirtió en 1917 de una vacuna 
que privaría al hombre de su alma

En estas 14 conferencias, impartidas a fines de 1917, luego de cuatro años de guerra en Europa, Steiner habla sobre las complejas fuerzas espirituales detrás de la Gran Guerra, los intentos de la humanidad de construir órdenes sociales teóricamente perfectos y las muchas divisiones y trastornos que continuarían. ocurrir en la tierra en nuestro tiempo. La humanidad en general estaba dormida ante el hecho de que los espíritus caídos, expulsados ​​de los mundos espirituales, se habían vuelto intensamente activos en la tierra. Esto se manifestó particularmente en el pensamiento de las personas y en su percepción del mundo que las rodea. Pero la derrota y caída de estos espíritus también aseguró que una ciencia del espíritu siempre estaría disponible para la humanidad.
Estas conferencias dadas en Dornach, Suiza en septiembre y octubre de 1917, son de la serie de conferencias titulada: El trasfondo espiritual del mundo exterior... En la edición completa de las obras de Rudolf Steiner se publica el texto original en alemán con el título: Die Spirituellen Hintergruende der Aeusseren Welt. Der Sturz der Geister der Finsternis. Geistige Wesen und ihre Wirkungen. (No. 177 de la Revista Bibliográfica , 1961).

Hace más de 100 años, en una serie de 14 ensayos publicados bajo el título «La caída de los espíritus de la oscuridad», Rudolph Steiner advirtió a las generaciones futuras sobre una posible medida de control de masas, muy parecida a las visiones presentadas por Orwell y Huxley. Steiner imaginó un futuro en el que las vacunas podrían despojarnos de nuestra naturaleza espiritual.


“En estas catorce conferencias, pronunciadas a finales de 1917 tras cuatro años de guerra en Europa, Steiner habla de las complejas fuerzas espirituales que se desarrollaron durante la Primera Guerra Mundial, de los intentos de la humanidad por construir órdenes sociales teóricamente perfectos y de las numerosas divisiones y perturbaciones que continuarían en la Tierra hasta nuestros días. La humanidad en general no se despertó al hecho de que, expulsados de los mundos espirituales, los Espíritus caídos estaban ahora intensamente activos en la Tierra. Esto se manifestó principalmente en el pensamiento humano y la percepción del mundo circundante”.
Según Steiner, la caída en tal letargo destructivo estará marcada por una era de materialismo y centralización del poder, en la que las influencias de los “Espíritus de las Tinieblas” impulsarán a los humanos a idear nuevas tecnologías y nuevos medios de opresión.


Extractos de la caída de los espíritus de la oscuridad:

En el pasado, en el Concilio de Constantinopla, el espíritu ha sido eliminado, se ha instituido un dogma: el hombre sólo está formado por un alma y un cuerpo; hablar de espíritu es una herejía. Se aspirará bajo otra forma a eliminar el alma, la vida del alma. Y llegará el momento, tal vez en un futuro no muy lejano, en el que, en un Congreso como el que se ha celebrado en 1912, veremos desarrollarse algo muy distinto, en el que harán su aparición otras tendencias, en el que se dirá: hablar de espíritu y de alma es patológico; sólo son saludables las personas que sólo hablan del cuerpo. El hecho de que un ser humano se desarrolle de tal manera que llegue a creer que existe un espíritu o un alma es un síntoma patológico. Esta gente será gente enferma, y se encontrará una cura, estén seguros, el remedio que actuará sobre este mal. En el pasado, se ha eliminado el espíritu. El alma será eliminada mediante el medicamento.
Partiendo de una “visión sana de las cosas”, se encontrará una vacuna, mediante la cual se tratará al cuerpo desde la más temprana juventud, si es posible desde el mismo nacimiento, para que el cuerpo no llegue a pensar que hay un alma y un espíritu.
Las dos corrientes, las dos concepciones del mundo se opondrán radicalmente. Una reflexionará sobre cómo desarrollar conceptos y representaciones que estén en consonancia de la verdadera realidad, la realidad del alma y del espíritu. Los otros, los sucesores de los actuales materialistas, buscarán la vacuna que hará que los cuerpos estén “sanos”, es decir, constituidos de tal manera que ya no se hablará de los sinsentidostos que son el alma y el espíritu, sino, porque serán “sanos”, de las fuerzas mecánicas y químicas que, desde la nebulosa cósmica, han constituido los planetas y el sol.
Esto se logrará mediante la manipulación de los cuerpos. Se confiará a los médicos materialistas la tarea de librar a la humanidad de las almas. Sí, aquellos que creen que se puede predecir el futuro con la ayuda de ideas que juegan con la realidad están muy equivocados. Hay que mirar el futuro utilizando conceptos pensados seriamente, bien fundamentados y profundos. La Ciencia Espiritual no es un juego, no es sólo una teoría. Está, en frente de la evolución, un deber que hay que cumplir.

Os he explicado que los espíritus de las tinieblas soplarán a sus huéspedes, a los hombres que habitarán, para descubrir una vacuna que pueda desde la primera juventud, a través del cuerpo, extirpar la tendencia a la espiritualidad. Hoy vacunamos contra tal o cual enfermedad: en el futuro, los niños serán vacunados con un producto que puede estar muy bien compuesto, y que impedirá que los niños desarrollen en ellos las “locuras” de la vida espiritual – “locuras” en la perspectiva materialista, por supuesto.

Como he dicho anteriormente, estos son inocentes comienzos literarios. Pero todo esto tiene por objeto encontrar la manera de vacunar los cuerpos para que no se desarrolle en ellos la tendencia a las ideas espirituales, y para que durante su vida los hombres crean sólo en la existencia de la materia tal como la perciben los sentidos. Al igual que se vacuna contra la fisiopatía, se vacunará contra la tendencia a la espiritualidad. Esto a título de una indicación entre muchas cosas que aparecerán en un futuro próximo y más allá en este campo, con el fin que la confusión se cree en las fuerzas que, a través de la victoria de los espíritus de la luz, desean descender de los mundos espirituales a la tierra. Para ello, por supuesto, es necesario que las concepciones del mundo, la manera de ver de los hombres sean ganadas por la confusión, que sus conceptos, sus representaciones sean distorsionadas. Se trata de una situación grave ante la que debemos estar muy atentos. Porque es uno de los antecedentes más importantes de los acontecimientos que están teniendo lugar actualmente. Elijo a propósito mis palabras con precisión. Digo “que se preparen” y soy muy consciente de que cuando alguien habla de preparación después de lo que ha ocurrido en los últimos tres años, está diciendo algo importante. Porque el que ve las cosas en profundidad sabe que, en efecto, se trata de una preparación.
Sólo una mente superficial puede creer que mañana o pasado mañana, lo que no es una guerra en el sentido tradicional, terminará con la paz, como lo fueron las guerras de antaño. Sólo quien juzga los acontecimientos superficialmente puede creerlo. Sin duda, muchos lo creerán cuando exteriormente ocurra algo que se acerque a lo que uno se imagina; y no se pensará en todo Io que subyace bajo la superficie.

Decir que Steiner, no era ningún profeta pues él sabía bien lo que iba a pasar. Pertenecía a la Teosofía, secta masónica que se comunica mediante canalización con los “Maestros Ascendidos” que no son sino ángeles caídos. En la actualidad y por medio del Teósofo masón ya fallecido Benjamin Creme, están canalizando al Maitreya o “Instructor del Mundo” Es decir, al Anticristo, que será el que nos inocule la Marca de la bestia mediante una vacuna que nos robará el alma y estaremos perdidos para Dios. Esto los teósofos como Rudolf Steiner ya lo sabían bien desde hace más de un siglo que iba a ser así. Tienen su propia web Share Internacional.
Mediante canalización se comunican con el Anticristo, así como hacían los Nazis que emplearon el mismo método para contactar con los Caídos. Y vemos como el Nuevo Orden Mundial dictatorial y eugenésico no es sino una traslación actual del III Reich que piensa dominar el mundo. Teósofos son igualmente los fundadores de la ONU.

Lo que adelantó Steiner es hoy una realidad. Y aquí está la evidencia: Vacuna contra el Gen de Dios.



Análisis científico e indep... by Yanka

ABANDONADAS A SU SUERTE: G... by Yanka

ABANDONADAS A SU SUERTE LA DESPROTECCIÓN Y DISCRIMINACIÓN DE LAS PERSONAS MAYORES EN RESIDENCIAS DURANTE LA PANDEMIA COVID-19 EN ESPAÑA

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Análisis científico e independiente sobre la pandemia del Dr. Sergio J. Pérez Olivero, licenciado y doctor en Ciencias Químicas. (625 pág)
El objetivo del estudio es, desde un punto de vista puramente científico, arrojar luz aportando información objetiva. Para ello el autor analiza punto por punto cada uno de los dogmas incluídos en la «nueva normalidad».
Para facilitar la lectura y comprensión del estudio el autor realiza un resumen inicial a base de preguntas con respuestas que ayudan a ver las cosas con perspectiva y total claridad. ¿Sabe usted que no existe ni una sola evidencia científica que demuestre el aislamiento del famoso SARS-CoV-2?, ¿Sabe usted que los hisopos son peligrosos para la mucosa nasofaríngea?, ¿Sabe usted que las mascarillas se convierten en placas de Petri cargadas de patógenos en la cara de las personas?, ¿Sabe usted que la trasmisión del supuesto virus por vía aérea (gotas y aerosoles) no está probada científicamente?,¿Sabe usted que la mortalidad del supuesto virus es inferior a la de una gripe común?, etc.


VER+:

APOCALIPSIS ZOMBI