EL Rincón de Yanka: EN LA PLANDEMIA EMPEZAMOS A SER FUERTEMENTE ATACADOS POR EL MALIGNO INICUO DE LA MENTIRA 👿🔆

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domingo, 21 de marzo de 2021

EN LA PLANDEMIA EMPEZAMOS A SER FUERTEMENTE ATACADOS POR EL MALIGNO INICUO DE LA MENTIRA 👿🔆



Las consecuencias individuales.

La pandemia de coronavirus y todo lo que ha sucedido a su alrededor se ha convertido en el mayor ataque demoníaco que ha sufrido nuestra generación y las generaciones de las que tengamos historia.
Los ángeles caídos y sus secuaces han trabajado horas extras en esto.
Se ha sentido a nivel individual, con trastornos fuertes de nuestras vidas, nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestros nervios.
Pero muchos no han podido comprender que estamos en medio de la intensificación de la batalla espiritual entre el bien y el mal.

En este artículo te queremos contar cómo ha sido el ataque, qué síntomas son atribuibles a él y cómo debemos combatir esta batalla espiritual.

Una especie de gripe que ha matado a algo más de dos millones de personas, en más de un año, en un planeta habitado por más de 7 mil millones de personas, ha logrado aterrorizar a todo el planeta, confinar los países durante semanas y en repetidas ocasiones y cerrar las iglesias para los fieles.
Se ha producido un aumento fuerte de los trastornos psicológicos y los sistemas de salud han prestado menos atención a otras enfermedades, con el deterioro consecuente de la salud de la población.
Ha dejado por el camino millones de desocupados, miles de empresas han quebrado, y la pobreza se ha disparado.

Los medios de comunicación han exacerbado el miedo de una manera casi quirúrgica.
Las Big Tech y los grandes medios no han permitido que circule información diferente a la oficial de la Organización Mundial de la Salud, generando suspicacias, y obviamente no permitiendo saber lo que piensan científicos que tienen una visión diferente a la Organización Mundial de la Salud.
Mientras que los más poderosos del mundo se reúnen en el Foro Económico Mundial de Davos y las Big Tech y los medios de comunicación esconden las críticas a su proyecto y dan visibilidad sólo a los elogios.
Estas mismas élites son las que han trabajado durante décadas para cambiar la moral cristiana del mundo occidental y bajar la población, invirtiendo millones de dólares en ongs propulsoras de nuevas moralidades y en campañas electorales para sus candidatos.
Y son las que ahora dicen que el coronavirus es la oportunidad que estaban esperando para reiniciar el mundo a su manera, con menos clase media, grandes multinacionales que manejen la economía y un gobierno mundial que controle la población al estilo chino.

Sin dudas estamos bajo un ataque espiritual intenso, como nunca antes.

Un ataque espiritual es cuando una persona es agredida por el diablo o los demonios, a través del uso de personas que son sus secuaces directos o que ocasionalmente son usados por él.
Y en este caso el ataque es para hacer que la población adopte una determinada conducta o estilo de vida, obediencia y reclusión.
Esto es inédito para nuestra generación y no se recuerdan en la historia casos parecidos.
Los ataques espirituales pueden conducir al sufrimiento espiritual de las personas.
Especialmente cuando no tienen una buena capacidad para sentir el amor y la presencia del Señor en su vida.
Y Dios suele permitir que se manifiesten de esa manera los ataques espirituales en algunos, porque la lucha conduce a un mayor amor por Él.
Una forma de descubrir si se estás experimentando las consecuencias de este ataque espiritual es sentir miedo, dudas, trastornos del sueño, fatiga extrema y una debilitante falta de concentración.

Mucha confusión y pensamientos obsesivos interfieren con la capacidad para pensar o comunicarse con claridad.
La confusión es como una situación de pánico o una ruptura del orden. Es como estar rodeado por una nube espesa que afecta todo sobre ti y tu vida.
Se puede percibir la presencia del mal todo el tiempo. Los demonios atacan todo el día y toda la noche.
En un ataque espiritual aparece la obsesión que es como una idea o un pensamiento que continuamente preocupa o se entromete en la mente de una persona.
El espíritu de obsesión puede trabajar en conjunto con los espíritus de depresión, acoso, ansiedad, duda, desánimo, desesperación y más.
El espíritu de terror puede trabajar junto con los espíritus del miedo y el control.
La falta de sueño es otro de los síntomas del ataque espiritual.
Provoca miedo y agotamiento, lo que aumenta la confusión y deja a la persona incapaz de vivir su vida de manera saludable.
También aparece la depresión en algunos, principalmente porque no saben de donde agarrarse, no sienten a Dios y tiende a creer que los ha abandonado.

Y como resultado, viene el aislamiento de los demás.
En este caso de la pandemia y los confinamientos, debes considerar que se trata de un ataque generalizado a las personas en todo el mundo.
No es sólo contra ti, pero lo cierto es que lo sientes tu y debes ponerte a salvo.
Debes pensar que estás en medio de una guerra contra un enemigo que quiere tu sumisión.
Y el enemigo usará tácticas de violencia e intimidación para controlar a sus víctimas.
Las batallas que enfrentamos en este momento pueden hacer que muchas cosas se sientan inciertas.

Por eso es importante reconocer que estamos siendo atacados por una fuerza que no es humana, pero por medio de humanos que se prestan para ello.
Y reconocer cómo es que trabajan.
Trabajan para consumirnos en la duda, el miedo y la preocupación. Intentan engañarnos haciéndonos pensar que estamos indefensos.
Intentan destruir lo que amamos.
Buscan nuestra confusión, desconfianza y paranoia.
Intentan llevarnos a una espiral descendente de depresión y desesperación.
Provocan enfermedades y dolencias.
Buscan la desunión y el conflicto. Romper el cuerpo de Cristo.
Nos tientan a confiar en nosotros mismos y en los ángeles de luz disfrazados que envían, que son sus secuaces.
Todos los días, nuevos titulares e historias destacadas nos recuerdan que no tenemos el control y que lo lograremos si hacemos caso a lo que proponen.
Pero tenemos la opción de elegir a quién escuchamos y en qué creemos.
Debemos esforzarnos en reconocer quién está en la raíz del miedo y la preocupación.

¿Y cómo salir de esto?
Si se quiere salir del ataque hay que buscar el antídoto al demonio.
Y el antídoto son Jesús, la Virgen María, el Espíritu Santo, los ángeles.
Hay que pedirles ayuda en oración y vivir de la forma que nos piden.
La mejor defensa es vivir una vida en gracia de Dios.
También significa identificar de dónde viene el mal para no exponerse a él.

Y cuáles son las expresiones y los miedos que quiere infundir.
La confesión y la Eucaristía son esenciales en la lucha contra el mal.
Jesús nos dio la confesión por una razón. Nos libera del pecado y renueva el alma.
La Eucaristía, en tanto da la fuerza y ayudará a vivir una vida más pura y santa.
Si las iglesias están cerradas haz una contrición perfecta y la comunión espiritual.
La oración es muy importante, pero también difícil cuando uno está en medio de un ataque espiritual.
A veces las cosas se sienten tan mal que la oración es imposible.
Simplemente basta con repetir el santo nombre de Jesús una y otra vez.
Los sacramentales, medallas, escapularios, también nos protegen del enemigo, pero el poder que llevan se basa en la fe de la persona que los usa.
También te ayuda el agua, el aceite de oliva, la sal y las velas benditas o exorcizadas.
Este tipo de bendición es muy eficaz contra los demonios.
El diablo también teme especialmente las comuniones fervientes y visitas frecuentes al Santísimo Sacramento.
De modo que además de ir a misa diaria si puedes, confesarte semanalmente, hay que orar el rosario diariamente, y ayunar de la mejor manera que se pueda.
Todo cristiano tiene un gran poder, mucho mayor que el de aquéllos que actúan para generar pánico a través de los medios de comunicación.
Pero para poner ese poder en acción y beneficiarse, el cristiano debe tener una fe fuerte.
Eso significa que necesitamos confiar completamente en Dios y creer que Jesucristo puede hacer todas las cosas.

Que puede derrotar al mal con un solo soplo.
Es importante también reconocer que el Señor permite el sufrimiento para nuestro crecimiento espiritual.
Y ese crecimiento siempre nos lleva a un mayor amor por Dios.
Porque el miedo causa aislamiento, y el aislamiento aumenta la opresión, intensifica la depresión y motiva una profunda soledad.
Es necesario sentir la presencia consoladora de Dios en el interior y hablar diariamente con Él.
Y recuerda, que Dios tiene el control y no importa cuánto creas que Jesús te ha dejado, y los pecados que hayas cometido.
Él te está acercando cada vez más a Él durante estos ataques espirituales.


1 – LLEVA UNA VIDA ORDENADA

Es un pre requisito y la parte central de la armadura.
En primer lugar, debemos prestar atención a la oración y a nuestra propia vida espiritual y a las lecturas espirituales, por ejemplo la Biblia.
Si no lo hacemos, llegamos a ser como un «canal» de información moral y piadosa en lugar de un «depósito».
El agua entra y sale de un canal, pero el agua no queda depositada en él. San Bernardo puso de esta manera:
«Si eres sabio, usted será un embalse y no un canal…
Los canales permiten que el agua fluya, y no retienen una gota.
Pero el depósito se llena primero, y luego, sin vaciarse, derrama su desbordamiento que renueva los campos».
En segundo lugar, tenemos que estar firmemente arraigados en nuestra vocación.
Eso podría ser la vida matrimonial, el sacerdocio, la vida consagrada.
Sea cual sea tu vocación, tienes que ser fiel en todas las cosas a la llamada que Dios te ha dado.
En tercer lugar, viene tu misión, ministerio y el trabajo temporal.
No todos son llamados al ministerio en la Iglesia a tiempo completo.
Pero todos tenemos algún tipo de trabajo que nos involucraremos.

2 – VIGILA Y RECHAZA INMEDIATAMENTE LA TENTACIÓN Y EL PECADO

Permanece despierto y ora para para superar las tentaciones del diablo.
La razón exacta de la caída de los Apóstoles, abandonando a Jesús en el Huerto, era que no fueron vigilantes en la oración.
Parte del problema en el combate espiritual es la respuesta aletargada, lenta y anémica a la tentación.
La gracia de Dios siempre debe prevalecer a través del arma de la oración.
Debemos comprometernos con nuestra propia voluntad rechazando virilmente y con fuerza la tentación desde el principio.
Frecuentemente las tentaciones obtienen fortaleza sobre nosotros.
Porque abrimos un poco la puerta y la cola del diablo entra, siendo luego difícil echarlo.
A menudo tenemos tentación porque nos colocamos en una situación cerca del pecado.

Recuerda los muchos proverbios:

«No juegues con fuego», «El que juega con el peligro perecerá en el peligro», «El que camina en la cuerda floja caerá».
Una de las razones por las que Eva comió del fruto prohibido se debe a la sencilla razón que estaba cerca del árbol que Dios le dijo que no comieran de él.

3 – NOMBRA AL ENEMIGO Y LÁNZALE DARDOS DE FUEGO

Cuando la tentación estalla puede resultar muy útil simplemente admitir de una manera muy tranquila:
«Estoy siendo tentado por el diablo, el enemigo de Dios».
Identifícalo y luego domestícalo.
Descubrir al enemigo en el ataque es la mitad de la batalla.
La ignorancia de la presencia del enemigo puede aumentar su poder sobre nosotros.
Al ser asaltado por el enemigo es muy recomendable ofrecer oraciones cortas y fervientes.
Estas pueden resultar muy eficaces para poner al diablo en la fuga.

Algunos ejemplos de estas oraciones cortas pero poderosas podrían ser:

“Jesús, yo confío en ti …”
“Dulce Corazón de María se mi salvación …”
“¡Señor, sálvame …”
“Señor ven a mi rescate …”.
Y por supuesto invocar con fe y confianza los santos nombres de Jesús, María y San José.

4 – COMBATE CON EFICACIA EL ESTADO DE DESOLACIÓN

Todos pasamos por desolaciones.
La desolación espiritual siempre tiene una referencia a Dios y a sus cosas.
Se siente como oscuridad ante la verdad divina, insensibilidad ante la Palabra, pereza para el bien, lejanía del Señor.
Puede tener una fuerza inesperada, y tambalea las buenas intenciones que teníamos sólo un día antes.
Si se prolonga un tiempo resulta una prueba espiritual particularmente dura.
Por ejemplo San Ignacio de Loyola tuvo tentaciones de quitarse la vida, atormentado por sus escrúpulos.

Mientras estas en estado de desolación, San Ignacio nos arma con cuatro armas fundamentales:

– más oración,
– más meditación,
– examina tu conciencia (mira por qué estás en desolación)
– y finalmente aplícate alguna penitencia adecuada.

Algunos demonios son expulsados sólo a través de la oración y la penitencia.

5 – COMBATE LA PEREZA

En una ocasión, Santa Faustina contó en su Diario que el diablo estaba vagando por los pasillos buscando desesperadamente a alguien para tentar.
Santa Faustina paró al diablo y le pidió que por obediencia a Jesús le dijera cuál era el mayor peligro para las monjas.
De mala gana el diablo respondió: las almas perezosas e indolentes.
Todos hemos escuchado el dicho: «La ociosidad es el taller del diablo».
Esto significa que si no tenemos nada que hacer entonces el diablo nos dará mucho que hacer.
El gran San Juan Bosco temía mortalmente el tiempo de vacaciones para sus muchachos en el Oratorio.
¿Por qué? Demasiado tiempo libre da plena entrada al diablo en la vida de la juventud.
¿Cuántas veces hemos pecado precedidos por momentos, horas o incluso días de indolencia y pereza?
Nuestra filosofía debe ser la de San Alberto Hurtado, «Hay dos lugares para descansar: El cementerio y el cielo», el presente es el momento de trabajar por nuestra salvación con santo temor.

El lema mayor de San Benito debería ser nuestro: “Ora et Labora”, ora y trabaja.

6 – USA LAS TRES ARMAS DE JESÚS EN EL DESIERTO

Por supuesto, nuestro mejor ejemplo para todo es Jesús quien dijo: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida».
Al cabo de cuarenta días en el desierto, el diablo llegó para tentarlo.
Jesús con fuerza y fácilmente conquistó al diablo con tres armas que tenemos que aprender a utilizar:
la oración, el ayuno, y el uso de la Palabra de Dios.
Jesús tenía una experiencia de oración prolongada en el desierto.
Añadió a esto cuarenta días de ayuno; no comió nada.
Finalmente el diablo le tentó con la Palabra de Dios y Jesús también usó la Palabra de Dios como una flecha afilada para perforar los esfuerzos de satanás.

La oración ferviente y prolongada, la abnegación constante y la familiaridad con la Palabra de Dios, tanto meditándola como poniéndola en práctica, son armas eficaces para combatir y vencer a satanás.

7 – ÁBRETE A TU DIRECTOR ESPIRITUAL

Una vez más, el Maestro San Ignacio viene al rescate.
En la 13ª Regla de Discernimiento el santo nos advierte que al diablo le gusta el secreto.
De modo que si uno se encuentra en un profundo estado de desolación y se abre a un Director Espiritual puede vencer la tentación.
El silencio total es como un corte o una herida profunda que se oculta debajo de una curita.
Hasta que esa herida no se expone al sol y se desinfecta no sólo no se curará sino se estará aún más infectada, se ulcerará y habrá riesgo de gangrena o peor aún de amputación.
Una vez que la tentación se revela a un Director Espiritual se adquiere poder.
Abrumada por la tentación, la duda y la confusión, poco antes de hacer sus votos, Santa Teresa se abrió a su maestra de novicias y Superiora revelando su estado de alma.
Casi de inmediato la tentación desapareció, hizo sus votos y pasó a ser una de las más grandes santas modernas.
¿Qué hubiera pasado con ella si hubiera seguido el consejo del diablo manteniendo el estado de su alma en secreto?
Sin lugar a dudas no tendríamos a Santa Teresa de Lisieux, Doctora de la Iglesia.

8 – USA SACRAMENTALES

El uso adecuado de los sacramentales puede llegar a ser muy eficaz en la lucha contra el diablo, y sobre todo tres:

Santa Teresa de Ávila insiste en usar agua bendita para expulsar al demonio de nuestra presencia. ¿Por qué?
El diablo se infla de orgullo y el agua bendita es pequeña y poco visible, este demonio odia y no la puede soportar.

Los exorcismos recurren al agua bendita.

9 – INVOCA A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

En nuestra batalla con satanás debemos utilizar todas las armas en nuestro arsenal.

Dios escogió a San Miguel Arcángel como el ángel fiel, el Príncipe de la Milicia Celestial, para echar en el infierno a lucifer y a los otros ángeles rebeldes.

San Miguel, cuyo nombre significa «Quién como Dios», es tan poderoso hoy como lo fue en el pasado.
En medio de la tormenta de las tentaciones, ¿por qué no levantar tu corazón hacia San Miguel y recurrir a él?

Puedes orar la famosa oración

San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Se nuestro amparo
contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
¡Reprímale Dios!
pedimos suplicantes.

Y tú,
¡Oh Príncipe de la Milicia Celestial!,
arroja al infierno,
con el divino poder,
a satanás
y a todos los espíritus
malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén.

Glorioso San Miguel Arcángel,
protégenos.

O simplemente rogar por su intercesión.

Su ayuda desde las alturas de los cielos te ayudará a ser victorioso en tu combate contra el enemigo.

10 – INVOCA A JESÚS, MARÍA SANTÍSIMA Y SAN JOSÉ Y REZA EL ROSARIO

María es a la persona humana a quien más teme satanás de acuerdo a lo que han recogido muchos exorcistas según las palabras de los demonios.
María tiene muchos títulos distintos, muchos vestidos distintos como se dice; cada país tiene muchas devociones marianas.
Invocar a cualquiera de ellas sirve porque es siempre la Santísima Virgen María.
En nuestra batalla contra la antigua serpiente, Génesis 3:15 honra a la mujer que aplasta la cabeza de la serpiente.
«Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. Él te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón» (Génesis 3:15).
De hecho, la serpiente antigua, el diablo puede arremeter contra nosotros con su fea lengua y escupiendo veneno, pero cuando tenemos confianza en María, ella le aplastará su cabeza.
El nombre de Jesús es uno de los más poderosas armas exorcísticas.

Y el nombre de San José es un arma central para no caer en las tentaciones desordenadas.
El Santo Rosario es a su vez la munición más efectiva para traspasar la coraza del mal y reforzar la tuya.

SI USAS ESTAS ARMAS EL MALIGNO NO PODRÁ CONTRA TÍ

En definitiva, cuando realmente busques la ayuda de las armas que Dios puso a tu disposición, puedes controlar la tentación del maligno en vez de permitir que la tentación te controle a ti.
Aquí te presentamos las 10 armas de guerra más eficaces y letales contra el gran tentador y mentiroso.
Pero es necesaria tu decisión de luchar por tu vida.
Cuando te rindes a la tentación pasarás inmediatamente al campo enemigo.
Y debes ser consciente que él nunca cumple, porque su meta es la destrucción de los seres humanos.
Y tú eres la presa más cercana que tiene.
Debes estar muy alerta.
Una reacción inmediata a la primera señal de tentación te pondrá en camino de la victoria.


VER+:

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Sancte Michael Archangele, defende nos in proelio - 
Oración a San Miguel Arcángel - Canto Gregoriano