EL Rincón de Yanka: LOS SIETE SELLOS, TROMPETAS Y COPAS DE LA IRA: AVISOS Y REFUGIOS DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS DEL APOCALIPSIS: ¿CATÁSTROFE O BIENAVENTURANZA? 💥

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domingo, 14 de marzo de 2021

LOS SIETE SELLOS, TROMPETAS Y COPAS DE LA IRA: AVISOS Y REFUGIOS DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS DEL APOCALIPSIS: ¿CATÁSTROFE O BIENAVENTURANZA? 💥


Los siete sellos, trompetas y copas descritos 
en el libro de Apocalipsis representan los juicios finales de Dios 
que se derraman en un mundo incrédulo en los últimos tiempos.

Los juicios de los sellos, las trompetas y las copas se presentan en los capítulos 6, 8 y 15 de Apocalipsis. Cada juicio se divide en siete actos distintos que traen destrucción a la tierra y a los que están vivos en ese momento. El número siete en la Biblia a menudo se refiere a la perfección y/o integridad, y el hecho de que hay tres categorías de juicios (tal vez correspondientes a la Trinidad) puede indicar que son juicios del Dios trino y representan su ira completa e integra sobre un mundo rebelde.

Los juicios comienzan con los juicios de los sellos, introducidos por primera vez en el capítulo 5 de Apocalipsis: "En la mano derecha del que estaba sentado en el trono vi un rollo escrito por ambos lados y sellado con siete sellos. También vi a un ángel poderoso que proclamaba a gran voz: «¿Quién es digno de romper los sellos y de abrir el rollo?» Pero ni en el cielo ni en la tierra, ni debajo de la tierra, hubo nadie capaz de abrirlo ni de examinar su contenido. Y lloraba yo mucho porque no se había encontrado a nadie que fuera digno de abrir el rollo ni de examinar su contenido. Uno de los ancianos me dijo: «¡Deja de llorar, que ya el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido! Él sí puede abrir el rollo y sus siete sellos»." (Apocalipsis 5: 1–5).
Dios el Padre sostiene en su mano derecha (la mano derecha que simboliza la autoridad) un libro, que en el primer siglo habría sido un rollo hecho de una especie de papiro enrollado por ambos lados y cerrado con siete sellos. El pergamino tiene escritura tanto en el interior como en el exterior, lo cual era típico de los contratos en el Medio Oriente. El interior de estos rollos contenía los detalles del contrato, y en el exterior estaba escrito un resumen del contrato. Solo el propietario de la propiedad u objetos de valor estaba legalmente autorizado para romper los sellos adheridos al rollo.

Esto es lo que se comunica en Apocalipsis 
Jesucristo, el León de la tribu de Judá, se le presenta con Su herencia, que es la tierra y todo lo que contiene: "Pídeme, y como herencia te entregaré las naciones; ¡tuyos serán los confines de la tierra! "(Salmo 2: 8). Su propiedad ha sido usurpada y robada por Satanás, y el contenido del documento no contiene cuál es la herencia, sino cómo Cristo recuperará lo que es legítimamente suyo.

Los primeros seis juicios de los sellos se desatan en el capítulo 6 de Apocalipsis y se componen de lo siguiente:

• Primer sello (verss. 1-2): al Anticristo se le deja suelto en el mundo
• Segundo sello (verss. 3-4) - comienzan las guerras y se pierde la paz
• Tercer sello (verss. 5-6) - estalla la hambruna
• Cuarto sello (verss. 7-8) - el resultado final de la guerra y el hambre, que es la muerte
• Quinto sello (verss. 9-11) - persecución del pueblo de Dios, lo que trae más de la venganza de Dios sobre el mundo, pero no hasta que su maldad se haya llenado con la muerte del último mártir
• Sexto sello (verss. 12-17) - un gran terremoto junto con otras turbulencias celestiales.

Los juicios del sello también se describen en el discurso de Jesús en el Monte de los Olivos, que se encuentran en Mateo 24. Los primeros cuatro se mencionan en los verss. 1-7; el quinto en vers. 9; y el sexto en los verss. 7 y 29.
La ruptura del séptimo sello ocurre en Apocalipsis 8 y marca la segunda ola de juicios, los juicios de trompeta: "Cuando el Cordero rompió el séptimo sello, hubo silencio en el cielo como por media hora. Y vi a los siete ángeles que están de pie delante de Dios, a los cuales se les dieron siete trompetas. [...] Los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas." (Apocalipsis 8: 1-2, 6).

Las primeras seis trompetas se componen de los siguientes juicios:

• Primera trompeta (vers. 7) - un tercio de la tierra, árboles y hierba se queman
• Segunda trompeta (verss. 8-9) - un tercio de las criaturas marinas mueren y las naves son destruidas
• Tercera trompeta (verss. 10-11) - un tercio de las aguas son contaminadas y muchos mueren
• Cuarta trompeta (vers. 12) - un tercio del sol, la luna y las estrellas se oscurecen
• Quinta trompeta (verss. 9: 1-11) - Langostas / demonios son liberados para atormentar a las personas
• Sexta trompeta (verss. 9: 13-19) - Cuatro demonios atados son liberados para matar a un tercio de la humanidad con un ejército.

El sonido de la séptima trompeta proclama la pronta venida de Cristo y marca el comienzo de la última serie de juicios, los juicios de las copas: "Vi en el cielo otra señal grande y maravillosa: siete ángeles con las siete plagas, que son las últimas, pues con ellas se consumará la ira de Dios. [...] Uno de los cuatro seres vivientes dio a cada uno de los siete ángeles una copa de oro llena del furor de Dios, quien vive por los siglos de los siglos." (Apocalipsis 15: 1, 7).

Mientras que muchos de los juicios de las trompetas afectan a un tercio de su objetivo, los juicios de las copas son más completos en su efecto:

• Primera copa (vers. 16: 2): llagas horribles en aquellos con la marca de la bestia
• Segunda copa (vers. 16: 3) - Todo en el mar muere
• Tercera copa (verss. 16: 4-7) - Todas las aguas se contaminan
• Cuarta copa (verss. 16: 8-9) - El sol quema y abrasa a las personas
• Quinta copa (verss. 16: 10-11) - Trae oscuridad total sobre el reino del Anticristo
• Sexta copa (verss. 16: 12-16) - El Éufrates se seca; vienen los reyes de Oriente, y se prepara la escena para la batalla de Armagedón
• Séptima copa (verss. 16: 17-21) – Se produce un gran terremoto; caen ciudades de naciones; ocurre una gran tormenta de granizo

El séptimo sello da paso a las trompetas y copas:

El cap. 11: (v.15: séptima trompeta) serían al final, al final de los 3 días de tinieblas, y Armagedón.
A mitad de la tribulación (de los 3,5 años): claman los mártires en el cielo:
Cap. 6
9 Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los degollados a causa de la Palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron.
10 Se pusieron a gritar con fuerte voz: «¿Hasta cuándo, Dueño santo y veraz, vas a estar sin hacer justicia y sin tomar venganza por nuestra sangre de los habitantes de la tierra?»

Tras la sexta trompeta tenemos un intermedio (al igual que lo habíamos encontrado tras el sexto sello). En este intermedio el autor del Apocalipsis nos presenta una serie de visiones que parece deben ser consideradas como la transición del «Apocalipsis del Día de Yahveh» al «Apocalipsis de las Bestias y de su derrota por el Mesías»
En la sexta trompeta y el sexta copa se convocan a las naciones de la tierra sometidas a los espíritus inmundos para dar la batalla de Armagedón.
Y cuando el séptimo Ángel se ponga a tocar la trompeta, se habrá consumado el Misterio = de Dios (Ap 10,7)

La séptima trompeta y copa suponen la plaga, como consta en el cap.11,18 la “ira de Dios” contra las naciones que se revelaron. Es la plaga del “juicio”, en el que llegó la hora de “recompensar a los siervos de Dios” y de “destruir a los que destruían la tierra”.
El séptimo sello es todas las siete trompetas y las siete copas. Las siete trompetas y copas no siguen al séptimo sello, son el séptimo sello.
Las siete trompetas no es radicalmente diferente del de las siete copas. El mensaje es fundamentalmente el mismo. O mejor, anuncia las mismas verdades, pero con acentos distintos cada vez, cambiando la iluminación o el punto de vista. Las visiones repiten constantemente las mismas afirmaciones, pero abren perspectivas propiamente escatológicas.
Los siete sellos del itinerario de la historia abiertos por el Cordero no deben de ser calculados en etapas de meses, años o siglos. Dividiendo toda la historia en siete etapas, Juan quiere enseñar lo siguiente: todo, todos los acontecimientos, todos los pueblos, todas las personas, aun las que se dicen neutrales, aun el emperador con su imperio, queriéndolo o no, todo y todos estamos dentro de la gran lucha entre el bien y el mal, entre la justicia y la injusticia, entre la libertad y la opresión, entre Dios o Satanás. ¡Velad!

Apocalipsis 15 

Las últimas Siete Plagas (copas) Los últimos siete ángeles son presentados como procediendo del Templo celestial para comenzar sus juicios- plagas finales para la tierra. Esto será el castigo completo y final sobre la maldad de la humanidad y la destrucción del reino del Anticristo. Estos siete juicios parecen ocurrir en una sucesión rápida al final del período de 7 años. Esta rapidez solo hace que su impacto sea mucho peor. El propósito del capítulo 15 es demostrar cómo Dios es justo y santo al desarrollar estos juicios contra Su creación rebelde y aún todos estos eventos son parte de Su plan perfecto. El uso intercambiable de plagas y copas está diseñado para mostrar diferentes aspectos de estos juicios. Estas series de juicios de las copas, como un grupo, hacen el tercer ay (11:14), en consecuencia el tercer ay involucra las siete plagas, que completarán el misterio de Dios (10:7). Tan pronto como estos juicios de las copas estén completos, Jesús regresará a la tierra (Mt 24:30-31; Ap 19.11). 

I. La Introducción de los siete ángeles (15:1) 15:1 
Vi en el cielo otra señal, grande y admirable; siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios. 15:1 Juan vio otra (allos, otra de la misma clase ) gran (megas, alto, fiero, grande - usado 11 veces en este capítulo) y maravillosa señal, pero no se nos dice qué será tan grande y admirable, a no ser que sea la aparición del horror de las plagas sobre la tierra, o solo el hecho de que estos últimos siete juicios serán el fin de los juicios de Dios sobre el reino del Anticristo. Una señal se refiere a un símbolo de una lección o verdad. Si los pecadores podían darse cuenta de cuán serio es Dios en cuanto a tratar con el pecado, ellos tendrían mucho miedo de ofenderle a Él. Solo un pecado de comer una fruta prohibida reveló la naturaleza arrogante, egocéntrica, egoísta y desconfiable que se manifestaría en miles de formas malvadas durante miles de años. La ira de Dios fue demostrada contra Cristo, para que Él pudiera ser justo al perdonar los pecados. En la Tribulación, la ira de Dios será desplegada contra los pecadores (no contra el pecado) y contra Satanás, a fin de demostrar que la justicia en la tierra es hechura de Dios: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor (Ro 12:19). Este es el día del rembolso, del pago, de la devolución. Las siete plagas (plhgh, un soplo, duro golpe, herida no en el sentido de enfermedades o epidemias) son los siete juicios de la copas (16:1), que son más extensos, mucho peores y más globales que los juicios de las trompetas del 8:2-11:19. Estos son los últimos juicios, que indican que los juicios de las copas vienen después de los juicios de los sellos y las trompetas en secuencia cronológica y, como grupo, constituyen las siete trompetas. Estos juicios venideros son tan horribles que la ira (thumos, pasión, rabia, ira, calor, hervor, una palabra fuerte que describe la actitud de Dios contra el pecado) de Dios es considerada como

Las últimas siete copas completa (teleo, tiempo aoristo acumulativo, lleva al fin de un largo proceso por lo que entonces, lo que se ha hecho corresponde a lo que ha sido dicho, STRONG ), por lo que, entonces, será exactamente como dijo que sería. Estos juicios cumplirán el justo propósito de Dios en el Período de la Tribulación 90 y el fin de los tiempos. Sofonías 3:8 describe este tiempo: Por tanto, esperadme, dice Jehová, Hasta el día que me levante para juzgaros; Porque mi determinación es reunir las naciones, Juntar los reinos, Para derramar sobre ellos mi enojo, Todo el ardor de mi ira; Por el fuego de mi celo Será consumida toda la tierra. La acción es necesaria debido a que Dios está trayendo justicia a la maldad global. Sin embargo, la consecuencia final de la ira eterna de Dios será sentenciar a todos los pecadores que no se arrepintieron para que se unan a Satanás en el infierno eternamente (Mt 25:41). Los siete sellos destruirán al 1/4 de la tierra (cap. 6-8), luego las siete trompetas destruirán 1/3 de la tierra (cap.9-11) dejando viva a un poco menos del 50% de la población mundial para la 2da mitad del período de la Tribulación (esto no incluye el número de muertos en otras catástrofes). Estas siete plagas (juicios de las copas), son los peores juicios, y son dirigidos contra el mundo entero que tendrá una gran cantidad de muertos. Estas acciones destruirán completamente el reino del Imperio malvado del Anticristo. Ningún lugar de la tierra se librará de las plagas: la tierra, el mar, los ríos y los lagos; el cielo y el reino de la bestia. 

II. La Alabanza de los Mártires de la Tribulación (15:2-4) 
2 Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. 

15:2ª 
El mar de vidrio parece como el mar de cristal del 4:6 y aquellos que aseguran la victoria sobre la bestia son el mismo grupo, aunque tal vez ahora ampliado, como en el 7:9-17. El vidrio mezclado con fuego es un símbolo de la justa ira y juicio? o es el vidrio de una ventana desde donde se observa el fuego? (Ver atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles en el 14:10). Los que estaban presentes habrán tenido victoria sobre la bestia (el Anticristo, 13:1), sobre su imagen (13:14-15) y sobre su marca (13:16-17) y el número de su hombre (13:18). Esta repetición enfatiza la esfera o circunstancias de esta victoria. La presión que llevarán será tremenda. Estos tendrán victoria (nikao, conquistar o prevalecer ) sobre la bestia al rehusar ser intimidados por la amenaza de muerte, ellos no se doblegarán ante la idolatría obligatoria. La victoria viene debido a su audacia. El temor se usa 77 veces en el NT, para advertirnos que no debemos estar temerosos o somos exhortados a temer selectivamente a los pronunciamientos de Dios más que a las amenazas del hombre. Reflexión: De esta muestra de versículos, defina algunos principios del temor del NT: Mt 10:28 (Lc 12:5) Mt 10:31 (Lc 12:7) Lc 5:26 Lc 12:32 Jn 7:13 Hch 5:5 Hch 13:26 (Ro. 3:18) Ro 8:15 2 Cor. 7:15 Ef 5:21 (6:5) Fil 1:14} Fil 2:12 1 Ti 5:20 2 Ti 1:7 He 2: :2b 

Ellos tenían arpas que les había dado Dios, como en el 5:8 y 14:2, 13. El repetido énfasis de adoración, especialmente con instrumentos como la guitarra o el arpa (Gr. Kithara, instrumentos de cuerdas ), comunica cuán importantes son los instrumentos musicales y la adoración para la hueste celestial. Dios Mismo está asegurándose de que cada uno participe de la experiencia de adoración. El regocijo es en parte debido a que las oraciones de los santos de la Tribulación (6:9-19) están a punto de ser contestadas, ya que la justa venganza de Dios está siendo derramada sobre aquellos que han maltratado a Su pueblo. Esta es la razón por la que Pablo advirtió que no nos venguemos nosotros mismos (Ro 12:19). Reflexión: Puedes tú ver la razón por la que no se debe vengar uno mismo en Santiago 1:20? 3 Y cantan el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. 15:3 

El cántico de Moisés y el cántico del Cordero, (arnion, forma diminutiva, cordero pequeño ) celebraron la liberación de los temibles enemigos. El cántico de Moisés se regocija sobre la liberación de Israel de Egipto y la destrucción del ejército del Faraón en el Mar Rojo (Ex 15:1-18; Dt 32). Fue entonada en el culto de la tarde cada Sabath como recordatorio a los Judíos de la liberación y soberanía de parte de Dios. La canción del Cordero pequeño se refiere a la liberación final de la Iglesia de los ataques y dominio de Satanás. El pueblo de Dios será liberado del poder del Anticristo y ellos estarán en el cielo debido a que el Cordero, el Señor Jesús, fue el cordero sacrificado por los pecados del mundo y ellos creerán en Él. En estas canciones de alabanza a Dios, Él es alabado por Sus grandes obras, justicia, verdad (16:7), gloria y santidad. John Phillips compara estas dos canciones: El cántico de Moisés fue entonado en el Mar Rojo, el cántico del Cordero es entonado en el mar de cristal; el cántico de Moisés fue una canción de triunfo sobre Egipto, el cántico del Cordero es una canción de triunfo sobre Babilonia; el cántico de Moisés cuenta cómo Dios sacó a su pueblo, el cántico del Cordero cuenta cómo Dios ingresó a Su pueblo; el cántico de Moisés conmemoró la ejecución del enemigo, la expectativa de los santos, y la exaltación del Señor; el cántico del Cordero habla de los mismos tres temas. 

III. La Apertura del Templo (15:5) 
5 Después de estas cosas miré, y he aquí fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio; 15:5 Después de estas cosas implica un intervalo de tiempo entre estas dos secciones. La primera sección mostró a los santos en el cielo alabando a Dios con un completo entendimiento de la causa de Su ira; la segunda sección, enfatizará la causa de lo que está por suceder. La frase introductoria una vez más presenta una sorprendente nueva visión que aparece cuatro veces en el Apocalipsis (4:1; 7:1; aquí y en 18:1). Juan miró (oida, percibir, discernir, entender ) y comprendió el significado de lo que esto significa. Esta nueva visión revelará los juicios de las copas (cap. 16), pero primero Juan ve a los mensajeros angelicales de las copas. Juan había visto el templo sagrado antes, Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo (11:19). 

El templo (naos) se refiere al Santo de los Santos, el santuario interno en donde Dios habita, de donde saldrán los ángeles. Este tabernáculo celestial fue el modelo original del que copió Moisés el plano para el tabernáculo terrenal en el desierto (He 9:23). Esta es la razón por la que la construcción del tabernáculo/templo era tan sagrado: fue construido para reflejar el tabernáculo celestial. La frase, tabernáculo del testimonio es una traducción Griega del Hebreo Tabernáculo del Testimonio (Nm 17:7; 18:2). El testimonio (marturion, testigo de lo que es verdad ) se deriva de la presencia dentro del arca del pacto de las tablas de piedra, las cuales contienen los Diez Mandamientos. Esto da testimonio de la pecaminosidad universal del hombre que es incapaz de obedecerlos. La ley prueba que el hombre es culpable delante de Dios e inaceptable para Él. Por otro lado, la superficie superior del arca es cubierta anualmente con la sangre del sacrificio de un cordero inocente para probar que Dios ha provisto el pago completo por la pecaminosidad del hombre. Esto ilustró la obra de Cristo en la cruz (Hch 7:44; He 9:1-5). Tanto el tabernáculo como el templo representaron la morada de Dios y el lugar en donde el hombre podía encontrar a Dios ya que sus pecados estaban cubiertos. Normalmente el tabernáculo estaba cubierto con un velo que solo abría el sumo sacerdote una vez al año, pero ahora está abierto para que todos vean todo lo que sucede delante del trono (11:19) y de la expansión de la santidad de Dios confrontando al hombre pecaminoso. 

6 Cuando el templo se abrió, salieron siete ángeles vestidos de lino limpio y resplandeciente (símbolo de pureza y justicia y verdad (1 Jn 1:5) con cintos de oro ceñidos alrededor del pecho (simbolizando la gloria de Dios). En una aparente puesta en marcha solemne, una de las cuatro criaturas vivientes (Querubín o el rango más alto de las huestes celestiales) trajo a cada uno de los siete ángeles una copa de plagas de la ira de Dios. Las copas (phiale, un recipiente amplio y poco profundo, un platillo ) no eran para verter, sino para salpicar o derramar todo su contenido de una sola vez. Estos fueron recipientes usados en el templo para varios propósitos incluyendo para receptar la sangre de los sacrificios (Ex 27:3; 1 R 7:50; 2 R 25:15). No habría cómo detener ya que el contenido entero de la copa inundaría la tierra como una unidad, afectando a todos. Tal vez antes de que esto comience, deberíamos motivarnos a orar por pueblos, ciudades y naciones alrededor del mundo para que el evangelio alcance pronto su área. 

7 Los querubines (cuatro criaturas vivientes) están comprometidas a proteger la gloria de Dios y Su justicia. Son los agentes de la puesta en marcha de estos últimos siete ángeles, distribuyéndoles los más horribles de todos los juicios con completa divina autoridad. Estas copas están llenas (gemo, lleno hasta el borde ), eso enfatiza los efectos devastadores de estos juicios. La frase final quien vive por siempre y para siempre, indica Su naturaleza eterna, la cual es diferente de todo y de todos en el cielo e indica que solo Él tiene el poder de poner punto final al pecado para que éste no exista más en Su presencia. Este es el propósito del tiempo y de la historia. Dios ha mantenido pacientemente Su juicio en gracia (2 Pe 3:8-9), pero ahora su gracia ha alcanzado su fin. El hombre ha fallado en responder a la verdad; a cambio, ha rechazado la oferta de gracia de Dios, rehusándose a creer que la ira vendrá alguna vez. El milenio y la eternidad son historias diferentes de una entera nueva existencia y relación con Dios. Todo ahora es preparatorio para ese tiempo. Jesús conoce en cuanto al derramamiento de la ira de Dios y Él detestó el pensamiento de tener que sufrirlo, inclusive gotas de sudor de sangre lo contemplaron (Lc 22:44), pero Él lo sufrió una vez y para siempre para que los pecadores arrepentidos nunca tuvieran que ser condenados a vivir eternamente bajo Su ira. Ahora la ira de Dios está a punto de ser derramada sobre los pecadores por lo que ellos hicieron y le hicieron a Jesús y a Sí mismo. Los pecadores han sido constantemente advertidos a través del período de la Tribulación, ellos han visto gente milagrosa ( y a los 2 testigos) demostrar el poder de Dios; sin embargo, con todo eso ellos endurecerán sus corazones y cosecharán las consecuencias (Prov 28:14). Reflexión: Has conocido gente que se rehúsa a escuchar el evangelio, o que no considera confiar en Cristo? (Vea Juan 3:19) 

B. La reacción a la presencia de Dios (15:8) Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles. 15:8 A medida que Dios pone en movimientos estos juicios finales, el humo por la gloria de Dios, y por su poder llenó el templo prohibiendo entrar al área del templo. El humo ilustra la absoluta santidad de Dios, imposible verla o asociarla con maldad. Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio (Hab 1:13). Tan pronto como el tabernáculo se abrió aparecieron los ángeles, y el tabernáculo se llenó de humo, como lo hizo con Moisés (Ex 40:34-35) cuando él terminó la construcción del tabernáculo hasta que fue hora de que Israel emprenda viaje. Es como que la adoración fue suspendida hasta que este acto final de la historia esté completo. La misericordia ahora es historia pasada. La intercesión es puesta en pausa ya que nada ahora puede retrasar el derramamiento de la ira. Este es el comienzo del fin. Dios está totalmente comprometido con la ira y la justicia en estos días finales de la Tribulación. Todo lo demás cesará. El Salmista escribió, Tú,

8  Las últimas siete copas 174 temible eres tú; Y quién podrá estar en pie delante de ti cuando se encienda tu ira? (Sal 76:7). Reflexión: Cómo se comporta la gente cuando cree que nunca va a ser trincada o atrapada? Si alguien nunca, en toda su vida, ha sido castigado por hacer mal, ha aprendido a creer que no es malo o malvado, y por lo tanto cualquier castigo repentino es injusto? Cómo responde el castigado a aquel que lo castiga? (Prov 14:16).

LAS SIETE COPAS DE LA IRA DE DIOS

Texto: Apocalipsis 15: 1; 16: 1-21 
Contexto literario: La visión del santuario de Apocalipsis 15 explica el origen sobrenatural de las plagas: son enviadas desde la sala del trono en el cielo y expresan la fidelidad de Dios. Las plagas no son fuerzas ciegas o catástrofes naturales. El propósito de las plagas postreras es ejecutar el veredicto de Dios sobre sus enemigos, para rescatar a los seguidores de Cristo de mano de sus opresores. La composición literaria del Apocalipsis muestra que las plagas siguen después del último llamado al arrepentimiento (Apoc. 14:6-12) y después del sellamiento de los santos (7:1-4). Los teólogos dispensacionalistas asumen que los seguidores de Cristo serán arrebatados al cielo antes que comiencen a derramarse las plagas, de manera que no serán afectados por la ira de Dios. Pero la suposición de un arrebatamiento no está apoyado por una hermenéutica seria de la Palabra de Dios. La analogía de las plagas que cayeron antes sobre Egipto muestra que Israel permaneció en la tierra de Gosén de manera que Faraón pudiera ver la "diferencia entre los egipcios y los israelitas" (Éxo. 11:7; 8:22, 23). El día de la ira de Dios comienza con las siete últimas plagas (Apoc. 15:1; 6:17). En primer lugar, las plagas apuntan a despertar el reconocimiento de que Babilonia se ha opuesto al Creador con su imposición de la marca de la bestia, su adoración de la imagen de la bestia y su persecución de los que rechazan la marca. 

A. "Una úlcera maligna y pestilente" para "los que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen" (Apoc. 16:2). 
1. Esto demuestra que el pueblo de Dios no sufrirá esta plaga ni ninguna siguiente 
II. El Derramamiento de la Segunda Copa por parte del Ángel (16: 3) A. La segunda plaga convierte el mar "en sangre como de muerto" (Apoc. 16:3) 
1. Causa la destrucción de una gran porción de la creación para la humanidad 2. Muestra indudablemente "el dedo" de un Creador ofendido 
3. Muestra la condenación divina por el derramamiento de la sangre de los mártires a) "Por cuanto derramaron la sangre de los santos y los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen” (6) 
III. El Derramamiento de la Tercera Copa por parte del Ángel (16: 4-7) A. Convierte los ríos y las fuentes de las aguas en sangre (Apoc. 16:4). 
1. El agua para beber se convierte en una maldición. 
2. Los moradores de la tierra han rehusado reconocer al Creador del mar y de las fuentes de las aguas (14:7). 
B. Esta plaga es una respuesta adecuada para los que han hecho caso omiso de Dios como la fuente y el sostenedor de la vida humana. 
1. Los ángeles responden con alabanzas al Santo, y dicen: "Justo eres tú, oh Señor" (16:5, 7). 
C. Estas plagas siguen una a la otra en rápida sucesión y en un tiempo muy corto, porque si no nadie sobreviviría a las tres primeras plagas. 

IV. El Derramamiento de la Cuarta Copa por parte del Ángel (16: 8-9) 
A. La cuarta plaga tiene el propósito de quemar con el sol a los habitantes de la tierra. 
1. Este calor hará que la gente maldiga el nombre de Dios 
2. La frase que dice "y no se arrepintieron para darle gloria" (16:9) 
3. No significa que estas personas tenía la puerta de la gracia abierta 4. Más bien es un “estribillo” que pone de relieve una vez más la obstinación de los perdidos contra Dios. 
B. El contraste es evidente. Mientras que voces celestiales alaban a Dios por sus juicios finales (vs. 5-7, 11), voces terrenales lo maldicen por sus juicios. 1. Es una actitud similar como la que mostró el Egipto de la antigüedad durante las plagas en los días de Moisés. 
2. Cuando la gente rehúsa persistentemente arrepentirse, ¡llega el momento cuando ya no pueden arrepentirse 

V. El Derramamiento de la Quinta Copa por parte del Ángel (16: 10-11) 
A. La quinta plaga se derrama "sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas" (Apoc. 16:10). 
1. Esta plaga es similar a la novena plaga de Moisés, cuando Egipto quedó cubierto con una oscuridad total durante tres días. 
2. "Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días. 3. Pero todo el pueblo de Dios tenían luz en sus habitaciones" (Éxo. 10:23). 
B. Durante la quinta plaga, el "reino" de la bestia será paralizado por una oscuridad sobrenatural e impenetrable. 
1. Un veredicto celestial apropiado para los que han rechazado a Cristo como la luz del mundo y "amaron más las tinieblas que la luz" (Juan 3:19). 
C. El reino de la bestia será mundial, porque se extiende a todos los pueblos y naciones (Apoc. 13:8; 14:8). D. En vez de reconocer su pecado, maldicen a Dios "por sus dolores y por sus úlceras" (16:11). 
1. Las úlceras que se producen durante la primera plaga continúan bajo la quinta 
2. Oímos nuevamente el estribillo: "No se arrepintieron de sus obras" (v 11). 3. Beasley-Murray explica que: los que maldicen a Dios por sus juicios son los obstinados. La marca de la bestia los ha llevado a una hostilidad hacia Dios y su santidad. 

VI. El Derramamiento de la Sexta Copa por parte del Ángel (16: 12) 
A. La sexta copa se derrama sobre "el gran río Éufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente" (Apoc. 16:12). 
1. El Éufrates es el río de la Babilonia antigua (ver Jer. 51:63, 64), este río corría por el centro de la ciudad. 
2. Ciro el Grande desvió las aguas del río Éufrates en el año 539 a. C., y entró con sus tropas por el cauce del río y destruyó la ciudad de Babilonia 
3. La caída de Babilonia puso fin al Imperio neobabilónico. 
4. El Apocalipsis transforma la historia antigua de la caída de Babilonia, por medio del secamiento del río Éufrates, en un tipo profético para la caída de Babilonia la Grande [Iglesia Católico Romana]. 

Así Cristo y su pueblo estarán situados en el centro de la caída de la Babilonia moderna. 
Babilonia se desempeñó como el opresor de Israel. 
El Éufrates era una parte integral de la Babilonia antigua, que la protegía y por eso era hostil hacia Israel.  Las naciones son una parte integral de la Iglesia Católico Romana, que la protege y por eso es hostil hacia los que guardan los Mandamientos de Dios. 
El secamiento del Éufrates indicaba el juicio de Dios sobre Babilonia, causando su súbita caída. Cumplió el papel de preparar la liberación de Israel. 
Ciro y sus reyes aliados de Media y Persia (Jer. 50:41; 51:11, 28) llegaron a Babilonia como los "reyes del oriente". 
De igual manera los aliados de la Iglesia Católico Romana se volverán hacia ella y quedará el camino preparado para el ejército que viene del Oriente [el Señor Jesucristo con su ejército celestial]. 
El río Éufrates de la Babilonia antigua, simboliza una extensión mundial de "pueblos, muchedumbres, naciones” que ayudan a la bestia. 

VII. El Derramamiento de la Séptima Copa por parte del Ángel (16: 17-21) 
A. "El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. 

1. Entonces hubo relámpagos y voces y truenos. 
2. Un temblor de tierra, un terremoto tan grande, que jamás hubo desde que los hombres han estado en la tierra. 
3. La gran ciudad fue dividida en tres partes 
4. Las ciudades de las naciones cayeron 
5. La gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira 
6. Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados. 
7. Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento. 
8. Los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande" (Apoc. 16:17-21). 

B. La séptima plaga es ordenada por una "gran voz" que sale del templo en el cielo, declarando: ¡Hecho está! (Apoc. 16:17). Esto significa que Dios mismo completa esta plaga de juicio como la culminación. 

A. La violación a los Mandamientos de Dios es lo que trae sobre las personas las plagas; o sea: 
1. Permitir que algo o alguien ocupe el lugar que le corresponde solo a Dios 2. Tomar el nombre de Dios en vano; es decir, profesar pertenecer al pueblo de Dios y vivir contario a sus requerimientos. 
3. Violar el sábado 
4. No respetar a los padres 
5. Matar, o sea, vivir en pleitos con las personas; en 1 de Juna 3: 15 dice que: “Todo el que aborrece a su hermano es homicida, y vosotros sabéis que ningún homicida tiene vida eterna” 
6. Tener relaciones sexuales sin estar casado es una violación al séptimo Mandamiento; la Biblia dice en 1 Corintios 6:9-10, “ni los fornicarios, […] ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, […] ni los borrachos, ni los maldicientes, […] heredarán el reino de Dios”. 
7. No diezmar también es robar, y el anterior texto dice que los ladrones no heredaran el reino de los cielos. 
8. Pueda que usted vaya a la tumba antes que vengan las plagas, pero si muere en desobediencia resucitará en el día final para recibir algo peor que las plagas, la condenación eterna. 

B. Conocer a Jesucristo de una manera personal, es el antídoto contra la marca de la bestia y las siete plagas postreras. 1. Cuando todo estaba perdido, Jesucristo decidió morir para darle esperanza al pecador. 2. El sacrificio de Jesucristo es suficiente para perdonar y restaurar al ser humano 3. De este sacrificio solo se beneficiarán aquellos que lo acepten como su salvador personal. 4. El desánimo en los jóvenes de la iglesia es la evidencia de la escasez de comunión con Jesucristo. 5. Recuerde que usted hoy tiene la oportunidad de pedir perdón por sus pecados y abandonarlos. Haga de Jesucristo su confidente y amigo, ahora que hay oportunidad de salvación.

El Apocalipsis, ¿catástrofe o bienaventuranza?

Es importante la meditación de cada una de las bienaventuranzas, a fin de hacerlas actuales y participar de ellas

Para la mayoría de la gente, la palabra Apocalipsis es sinónimo de catástrofe, de una etapa de destrucción. Por ello, muchos quieren encontrar en el Libro de la Revelación una descripción del cataclismo que ha de poner fin a nuestra historia. Esta errada ideas, basada en no otra cosa que la ignorancia bíblica, y apoyada por las producciones cinematográficas y las interpretaciones tendenciosas que sobre el libro hacen diversas sectas, provoca en la gente no solo confusión, sino peor aún, miedo y angustia.

Ciertamente que el Apocalipsis presenta un relato trágico, en cuanto a que hace referencia concreta a la persecución de la naciente iglesia por el Imperio Romano, pero el objetivo fundamental es más bien ilustrar cómo pese a esta persecución, el reino de Dios prevalecerá. De esta forma, el libro del Apocalipsis es en verdad un mensaje de buenas noticias. Se trata de un conjunto de revelaciones expresadas bajo el género literario apocalíptico, que se caracteriza por la abundancia de simbolismos que hay que descifrar. Para el estudioso de este libro, no resulta tan complicado vislumbrar fuertes semejanzas entre los símbolos usados en la Revelación de Juan, y otros textos bíblicos, sobre todo el libro de Daniel.

Pero incluso sin adentrarse en las profundidades de la exégesis, basta una cuidadosa lectura para percibir el mensaje alentador de este libro: a lo largo del escrito, el autor del Apocalipsis –que se identifica a sí mismo como Juan-, expone siete bienaventuranzas. No sólo una, sino siete, nada menos que el número que representa la totalidad. Así pues, es posible entender que el libro es un texto de total bienaventuranza. “Dichoso el que lea y los que escuchen las palabras de esta profecía y guarden lo escrito en ella”.

En este artículo mostraré las siete bienaventuranzas del Apocalipsis, con un breve análisis que espero sirva al lector para comprender mejor su mensaje. Para desarrollar mi escrito, he empleado el texto de la Edición Española de la Biblia de Jerusalén.

Las siete bienaventuranzas que se encuentran a lo largo del Apocalipsis, son las siguientes:

1,3: Dichoso el que lea y los que escuchen las palabras de esta profecía y guarden lo escrito en ella, porque el Tiempo está cerca.
14,13: Luego oí una voz que decía desde el cielo: «Escribe: Dichosos los muertos que mueren en el Señor. Desde ahora, sí –dice el Espíritu–, que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan.»
16,15: Mira que vengo como ladrón. Dichoso el que esté en vela y conserve sus vestidos, para no andar desnudo y que se vean sus vergüenzas.
19,9: Luego me dice: «Escribe: Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.» Me dijo además: «Estas son palabras verdaderas de Dios.»
20,6: Dichoso y santo el que participa en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene poder sobre éstos, sino que serán Sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él mil años.
22,7: Mira, vengo pronto. Dichoso el que guarde las palabras proféticas de este libro.
22,14: Dichosos los que laven sus vestiduras, así podrán disponer del árbol de la Vida, y entrarán por las puertas en la Ciudad.

Primera Bienaventuranza

Dichoso el que lea y los que escuchen las palabras de esta profecía y guarden lo escrito en ella, porque el Tiempo está cerca. (1,3)

Así termina el autor el prólogo a las profecías que habrá de desarrollar. Una frase alentadora, que de inmediato deja sentir el gozo que se puede lograr al leer, escuchar, y poner en práctica lo prescrito en el resto del documento. Esta idea de gozo es opuesta al sentimiento de angustia que mencionaba al inicio de este artículo. Si se tratara en verdad de un texto descriptivo de los horrores que el hombre ha de padecer, las primeras palabras del autor serían de advertencia sin lugar a dudas, mas nunca de bienaventuranza.
Los primeros versículos presentan pues, los parámetros bajos los cuales se ha de interpretar el resto del libro. El libro en conjunto está en consecuencia bajo el signo de la bienaventuranza. Lo que el autor del Apocalipsis ha de describir y revelar no pretende infundir inquietud ante la amplitud de la crisis, sino que por el contrario busca compartir la convicción de que la condición de discípulo de Cristo supone un llamado a la felicidad. El escrito está sembrado de promesas de felicidad para los que observen “las palabras de esta profecía”.

Segunda Bienaventuranza

Luego oí una voz que decía desde el cielo: «Escribe: Dichosos los muertos que mueren en el Señor. Desde ahora, sí –dice el Espíritu–, que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan.» (14,13)
Esta bienaventuranza es fácil de comprender: el contraste entre el castigo de los impíos y el descanso que espera a los fieles.

Tercera Bienaventuranza

Mira que vengo como ladrón. Dichoso el que esté en vela y conserve sus vestidos, para no andar desnudo y que se vean sus vergüenzas. (16,15)

Esta bienaventuranza se encuentra en el noveno capítulo del libro, que habla sobre “Las Siete Copas de la Ira de Dios” (15,1-6,21). Estas copas son derramadas por siete ángeles, y al derramarse la sexta copa sobre el Éufrates, sus aguas se secan para preparar el camino a los reyes de Oriente, refiriéndose el autor a los Partos. Este pueblo fue un arduo enemigo para el Imperio Romano (criticado constantemente en el Apocalipsis, por su encarnada persecución al cristianismo), y el autor lo usa como prototipo de los invasores terrenos que amenazarán siempre a los imperios humanos.
Este pasaje concluye con la convocatoria de todos los reyes del mundo a reunirse en el lugar llamado en hebreo Harmaguedón (16,16b), es decir, en el monte de Meguiddó, donde murió el rey Josías. (2 R 23, 29s). Por ello, esta ciudad de la llanura que rodea la cadena del Carmelo, es usada como símbolo de desastre para los ejércitos que allí se reúnan (Za 12,11). Ante estos acontecimientos, Juan se vale de una glosa (v.15) para hacer eco a la advertencia de Cristo sobre la necesidad de “vigilar”: “Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre.” (Mt 24, 42-44).
La actualización del versículo es sencilla: la muerte ha de venir, pero bienaventurado será el que viva cerca de Dios, pues no quedará en el desamparo.

Cuarta Bienaventuranza

Luego me dice: «Escribe: Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.» Me dijo además: «Estas son palabras verdaderas de Dios.» (19,9)

La perícopa de los “Cantos triunfales en el cielo” (19) expresa el júbilo en el cielo tras la caía de Babilonia. Primero con un himno que concluye diciendo “¡Amén! ¡Aleluya!” (4d) y luego con un cántico que manifiesta su alegría porque un mundo nuevo va a comenzar: “Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su Esposa se ha engalanado y se le ha concedido vestirse de lino deslumbrante de blancura –el lino son las buenas acciones de los santos-” (19,7-8).
La literatura apocalíptica siempre se refiere a un momento histórico específico, aunque siendo un mensaje de inspiración divina, siempre puede actualizare por todos los tiempos. En el caso concreto del Apocalipsis de Juan, el texto se ocupa de la persecución de la naciente iglesia por el Imperio Romano, representado entre otras formas por Babilonia, la Célebre Ramera (recomiendo la lectura de mi artículo al respecto de este tema, La célebre Ramera de Apocalipsis 17). Pero de la misma forma que en los inicios de la iglesia, imperios y poderes van siendo derrotados por Cristo y sus seguidores, y las grandes Babilonias de todos los tiempos seguirán cayendo, pues su maldad y abuso, su deseo de lujo y desmedida acumulación de riquezas, sus persecuciones injustas, las llevarán a su ruina. Pero en medio y a pesar de todo, el reino de Dios y las bodas del Cordero han sido también una realidad patente a lo largo de nuestra historia, motivos que siguen haciendo estallar al pueblo de Dios en gritos de júbilo. La iglesia, que es la esposa (pueblo de Dios), está lista para la boda definitiva, gracias al mismo Cordero que la desposa.

Bienaventurado sea el que esté invitado a participar de estas bodas. Y para que no quede duda, esta bienaventuranza es palabra verdadera de Dios, tal como indica el autor (cf 19,9b)

Quinta Bienaventuranza

Dichoso y santo el que participa en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene poder sobre éstos, sino que serán Sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él mil años. (20,6)

Esta bienaventuranza se ubica dentro de uno de los pasajes más complicados de entender en el Apocalipsis, “El Reino de Mil Años”. Por ello, creo conveniente ahondar un poco en el análisis de la perícopa a fin de que la bienaventuranza tenga mejor sentido, y entender de paso cuáles interpretaciones del pasaje no resultan satisfactorias.
Luego vi unos tronos, y se sentaron en ellos, y se les dio el poder de juzgar; vi también las almas de los que fueron decapitados por el testimonio de Jesús y la Palabra de Dios, y a todos los que no adoraron a la Bestia ni a su imagen, y no aceptaron la marca en su frente o en su mano; revivieron y reinaron con Cristo mil años. Los demás muertos no revivieron hasta que se acabaron los mil años. Es la primera resurrección. Dichoso y santo el que participa en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene poder sobre éstos, sino que serán Sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él mil años. (20,4-6)
La Bestia de quien se habla es nuevamente el Imperio Romano, que exigía el culto a la diosa Roma y al dios César. Los cristianos al no tener más que un Dios verdadero, se rehusaban a este culto, y por ello fueron perseguidos y martirizados. Todos ellos al morir siendo fieles a Jesús, culminan sentados en tronos, según la visión de Juan. Esta es la primera resurrección, y bienaventurado sea quien participa de ella por tres razones: 
(1) no sufrirán la segunda muerte, es decir, la muerte eterna; 
(2) serán sacerdotes de Dios; 
y (3) reinarán con Cristo por mil años. El resto de los que han muerto no revivieron hasta terminar estos mil años.

Este pasaje del Apocalipsis tiene fuerte relación con Ezequiel, cuyo capítulo 37 habla de la “resurrección simbólica” de los huesos secos.
Al respecto de los mil años, existen diferentes opiniones. San Agustín por ejemplo, opinaba que los mil años comienzan con la resurrección de Cristo, por lo que la primera resurrección designaría el bautismo.
También existen interpretaciones milenaristas literales. El milenarismo puede dividirse en estricto y mitigado. Milenarismo estricto es el que admite un reinado triunfal de Cristo durante mil años, antes del juicio final. En este reinado estarían incluidos los cristianos que lograron la “primera resurrección”. Este tipo de milenarismo es declarado por nuestra iglesia como doctrina temeraria (es decir, no apoyada en datos reales) y errónea. El milenarismo mitigado por su parte, opina que Cristo, antes del juicio final, previo o no la resurrección de muchos justos, ha de venir visiblemente para reinar en la tierra. La Congregación de la Doctrina de la Fe ha declarado que el milenarismo mitigado no puede enseñarse con seguridad.

Sea como fuere, el hecho es que el que rechaza el culto a cualquier imperio terreno (llámese poder, hedonismo, o materialismo) por preferir al Reino de Cristo, será bienaventurado porque habrá de resucitar y permanecer con Cristo para siempre.

Sexta Bienaventuranza

Mira, vengo pronto. Dichoso el que guarde las palabras proféticas de este libro. (22,7)

La Jerusalén Futura, cuarta y última parte del Libro de La Revelación, enmarca como contexto amplio esta bienaventuranza. El versículo sexto explica: «Estas palabras son ciertas y verdaderas; el Señor Dios, que inspira a los profetas, ha enviado a su Ángel para manifestar a sus siervos lo que ha de suceder pronto.» (22,6)
Se entabla un diálogo final entre el Ángel (o quizás Jesús) y Juan, el receptor de la visión. En este diálogo se comentan las visiones que se han registrado en el libro y el uso que de ellas ha de hacerse.
Muy similar en su sentido a la primera bienaventuranza del Apocalipsis, que sirvió como apertura al mensaje, esta otra prepara el final del libro, dejando claro el sentido de gozo para el que guarde lo que se ha escrito. Recordando mi opinión al respecto de la primera bienaventuranza, en este caso final, si el libro del Apocalipsis tratara de desastres, no terminaría el autor expresando una bienaventuranza para el que guarde estas profecías, sino que por el contrario, más bien expresaría un lamento por su destino, recordando como ejemplo de este caso en la lamentación de Jesús sobre Jerusalén (Lc 19,41-44) al anticipar su destrucción que ocurriría en el año 70.

Séptima Bienaventuranza

Dichosos los que laven sus vestiduras, así podrán disponer del árbol de la Vida, y entrarán por las puertas en la Ciudad. (22,14)

El capítulo 22, último del Apocalipsis, describe la nueva Creación:

Luego me mostró el río de agua de Vida, brillante como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero. En medio de la plaza, a una y otra margen del río, hay árboles de Vida, que dan su fruto doce veces, una vez cada mes y sus hojas sirven de medicina para los gentiles. Y no habrá ya maldición alguna. (22,1-3a)
En una palabra, el Cielo, donde habrá una vida sin término. El definitivo y perfecto reino de Dios. Y de este reino podrán ser parte aquellos que hayan lavado sus vestiduras, que se hayan purificado de sus pecados, como expresa la bienaventuranza. Resulta impactante la dureza del versículo siguiente a esta bienaventuranza: « ¡Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras, y todo el que ame y practique la mentira! » (22,15)
Me llama la atención el hecho de que los que participen del reino podrán disponer del árbol de la Vida, de aquél mismo árbol que Yahvé quiso preservar intacto en el Génesis, tras la caída de nuestros primeros padres. Nos narra la tradición yahvista en el libro del Génesis, que en medio del jardín del Edén Dios había sembrado dos árboles especiales: el árbol de la Vida, y el árbol de la Ciencia del Bien y del Mal. Yahvé prohibió a Adán y Eva comer del fruto del árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, pero ambos lo hicieron, y habiéndolos expulsado del jardín del Edén, puso Dios la llama de una espada vibrante, para guardar el camino del árbol de la vida (Gn 3,24c) porque cuidado, no alargue (el hombre) su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre. (Gn 3,22b)

El árbol de la vida es simplemente el símbolo de la vida eterna, pero me llama la atención la bella manera en que el mismo símbolo es usado como hilo conductor que corre de principio a fin, cuando el hombre cae (en el Génesis) y cuando el hombre entra al reino de Dios (en el Apocalipsis). El árbol de la vida (eterna) que quedó privado para el hombre al principio de la historia de la Salvación, queda accesible nuevamente para él, al culminarse esta historia.

Conclusión

Tras este recorrido “exegético” (o sobrevuelo, diría yo) por las siete bienaventuranzas que expresa el Apocalipsis, sólo hay que dar el siguiente paso, que para la fe del cristiano tiene mayor relevancia: la meditación de cada una de las bienaventuranzas, a fin de hacerlas actuales y participar de ellas.
Después de meditar sobre las bienaventuranzas del Apocalipsis, no me queda más que repetir junto con su autor:
Dice el que da testimonio de todo esto: «Sí, vengo pronto. » ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!
Que la gracia del Señor Jesús sea con todos. ¡Amén! (22,20-21)

De Ira Dei

Las Copas de la Ira

Harmaguedón

Esta es la Hora de los Ángeles

Los Refugios del Fin de los Tiempos

Los hogares de Refugio para los Cristianos 
cuando se Agudice la Tribulación ¿dónde estarán?

El gran Día de Luz

“Existe una cierta ciudad que es llamada Babilonia. Aquella ciudad es la sociedad de todos los hombres perdidos desde el Oriente hasta el Occidente. Ésta tiene el reino terreno y, según esta ciudad, podemos hablar de cierta república que ahora veis envejecer y morir (se refiere al Imperio Romano). Esta ciudad terrena fue nuestra primera madre, en ella nacimos. Pero hemos conocido a otro Padre, a Dios, y hemos abandonado el diablo; por tanto, siendo ciudadanos de la ciudad terrena, éramos hijos de Satanás. Pues, ¿cuándo se atreverá a acercarse a aquéllos que han sido acogidos por el que supera todas las cosas? (se refiere a que el demonio no se atreverá con nosotros). Hemos conocido a otra madre—la Jerusalén celeste—que es la Santa Iglesia, cuya población peregrina en la tierra, y hemos abandonado a Babilonia”. [San Agustín, Enarrationes in psalmos, 2ª Enarración sobre el Salmo 26.]

"¿Pero cómo no han pensado nunca que la "Gran Babilonia" sea toda la Tierra?
¿No es acaso la Tierra la gran meretriz que ha fornicado con todas las potencias de la tierra y del infierno, y los habitantes de la Tierra no se han prostituido a sí mismos: cuerpos y almas, con tal de triunfar en el día de la tierra?
¿No es acaso la Tierra la gran meretriz que ha fornicado con todas las potencias de la tierra y del infierno, y los habitantes de la Tierra no se han prostituido a sí mismos: cuerpos y almas, con tal de triunfar en el día de la tierra?
Sí que es así. Los delitos de la Tierra tienen todos los nombres de blasfemia, como los tiene la Bestia con la que se han aliado la Tierra y sus habitantes con tal de triunfar. Los siete pecados están como ornamento horrible sobre la cabeza de la Bestia que transporta Tierra y terrestres a los pastos del Mal, y los diez cuernos, número metafórico, están para demostrar las 'infinitas infamias cumplidas con tal de obtener, a cualquier precio, cuanto quiere su feroz codicia.
¿Acaso no está la Tierra empapada de la sangre de los mártires, ebria por este licor santo que bebido por su boca sacrílega se ha transformado en filtro de embriaguez maldita? La Bestia que la lleva: compendio y síntesis de todo el mal cumplido desde Adán en adelante con tal de triunfar en el mundo y en la carpe, trae detrás de sí a quienes, adorándola, se harán reyes de una hora y de un reino maldito. Sois reyes como hijos de Dios, y es reino eterno. Pero os hacéis reyes de una hora y de un reino maldito cuando adoráis a Satanás, el cual no puede daros más que un efímero triunfo pagado a precio de una eternidad de horror.
Y habrá Justicia. Yo vendré. Vendré porque soy Fiel y Veraz. Vendré a dar Paz a los fieles y Juicio santo a los vividos. Vendré con mi nombre cuyo sentido tan sólo es conocido por Mí y en cuyas letras están los atributos principales de Dios de quien soy Parte y Todo.
Entonces será el tiempo de mi Reino de la Tierra". (María Valtorta, 22 de agosto).
"A la Babilonia que ahora surge y que tendrá su apogeo en el imperio, sucederá un día la Jerusalén santa. Procurad que en aquel día y en el Día sin ocaso no caiga sobre vosotros la marca de los poderosos de Babilonia, de los Luciferes menores, de las filiaciones, de las excrecencias de Satanás sino el distintivo santo, inconfundible y glorioso del Hijo de Dios”. (María Valtorta, 19 de Noviembre de 1943).

“En esa época la Iglesia se encontrará atacada por hordas terribles de la secta masónica, y esta pobre tierra estará agonizando a causa de la corrupción de las costumbres, el lujo desenfrenado, la prensa impía, y la educación secular. Los vicios de la impureza, la blasfemia, y el sacrilegio dominarán en este depravado tiempo de desolación, y quien debe hablar estará en silencio…”
"A medida que estas herejías se extiendan y dominen, la preciosa luz de la Fe se extinguirá en las almas por la casi total corrupción de las costumbres (moral).
El espíritu de impureza que saturará la atmósfera de aquellos tiempos, como un océano repugnante, inundará las calles, las plazas y los lugares públicos con una increíble libertad. Casi no habrá ya almas vírgenes en el mundo.
Por medio de la adquisición del control sobre todas las clases sociales, la Secta Masónica, será tan astuta que penetrará en el corazón de las familias para corromper incluso a los niños, y el Diablo se gloriará de nutrirse, con perfidia, de la exquisita delicadeza del corazón de los niños.
Durante estos tiempos desafortunados, el mal asaltará la inocencia infantil y, de este modo, las vocaciones al sacerdocio se perderán, y esto será un verdadero desastre.
Cuando tengan preponderancia, la luz preciosa de la Fe se extinguirá en las almas por la corrupción casi total de las costumbres. Durante este periodo habrá grandes catástrofes físicas y morales. El pequeño número de almas que, escondidas, conservarán el tesoro de la Fe y de las virtudes, sufrirán de manera indeciblemente cruel un prolongado martirio. Muchos de ellos morirán por la violencia de los sufrimientos y los que se sacrificarán por la Iglesia y por la Patria serán considerados Mártires". (Revelación de Nuestra Señora del Buen Suceso a Sor Mariana de Jesús Torres)

"Estamos viviendo en la época espiritual más oscura que la humanidad haya experimentado jamás, gracias a los avances en medicina y ciencias de la salud nunca había habido tantas personas físicamente bellas, como hoy en día pero nunca había habido tantas almas espantosas, almas desnutridas que están tan preocupadas por alimentar la carne que se olvidaron de alimentar el espíritu, las almas desnutridas no son capaces de amar, de tener compasión, no pueden perdonar, y están llenas de tanto egocentrismo que cuando mueren rechazan el amor de Dios, incluso, la fe se ha vuelto superficial, nunca ha habido un mayor riesgo en la tierra para que un alma vaya al infierno. Si tú hoy le dices a alguien he decidido ser santo, probablemente se reirán de ti, especialmente en este periodo de la historia de la humanidad, el maligno está desarrollando rápidamente y al máximo nivel los talentos artísticos de personas ambiciosas, de esta manera, él puede cautivar y capturar a millones de almas en una cultura como la nuestra que está enfocada en la carne, no hay talentos que atraigan tanto a lucifer como el arte, como nunca antes vemos a un número cada vez mayor de jóvenes estrellas que llegan al estrellato, revistiéndose de poder, riqueza y fama humana, su alto perfil e influencia proporcionan a una plataforma desde la que corromper a las masas porque sabe que la gente imita el comportamiento decadente y mundano de las estrellas. 
...La verdadera iglesia vivirá prácticamente bajo tierra como en los comienzos del cristianismo". Marino Restrepo


"La Gran Babilonia es el compendio de todas las desgracias y la ausencia de la divina gracia. Por eso, se ha convertido en guarida de herejes, de sacrílegos, de apóstatas, de lujuriosos, de homosexuales, de pervertidos... Babilonia será un montón de piedras... ante el ardor de la cólera del Señor". María de la Luz Balsells Blanco, fundadora de las Escuelas de María

"Me desperté muy temprano, y al acercarme a la cocina fui arrebatado inmediatamente. Pude ver al Señor, sostenía un pergamino con siete sellos del libro del apocalipsis. 
El pergamino parecía blanco con un toque de bronce y tenía casi un metro de largo; sus sellos eran gruesos, redondos y del color de la sangre roja oscura; entonces, el Señor me miró fijamente, sus pupilas eran llamas de fuego que atravesaban el centro de mi alma, nada se ocultaba a su mirada, todo lo que había hecho en mi vida estaba absolutamente al descubierto ante Él. 
En un instante Jesús comenzó a mostrarme internamente mis pecados pasados y sus consecuencias; yo no tenía ningún control sobre lo que me estaba sucediendo, lo que yo pensaba que eran pequeñas cosas como gritarle a mi hermano o a mi madre, no eran pequeñas, en absoluto, y mis pecados de omisión, acciones que debería haber realizado pero no las hice, golpearon mi corazón con tremendo pesar y dolor; todo había girado en torno a mí y a mi placer; el mundo había sido mi patio de recreo, todo lo que quería lo conseguía y, lo que no podía conseguir fácilmente, lo buscaba en otro lugar. 

Cristo estaba exponiendo mi falsedad y mi ira, mi violencia física y emocional, mi lujuria y abuso, mi arrogancia y calumnia, mi materialismo y codicia, mi idolatría y vanidad, mi consumo de alcohol y drogas, mis juergas y todas las cosas que yo apreciaba más que a Dios. 
La mayor parte de mi vida había sido malgastada, la pasé complaciéndome a  mí mismo e impresionando a otros pero no a Él. Fue particularmente devastador ver lo destructivas que fueron mis acciones en otras personas, ya que había conducido a muchos hijos de Dios al pecado. Vi mi sentencia en sus ojos, lo merecía. 
(...)
Empecé a sentir una corriente similar a un viento creciente pero de naturaleza espiritual.  Creció en fuerza, arremolinándose para envolverme y me resultó cada vez más difícil respirar, luego se detuvo. El aire ya no estaba allí, como si ya no lo necesitara para vivir, me encontré congelado e incapaz de moverme, mirando fijamente la gloria de Dios que se presentaba ante mi. Dentro de la visión de la gloria comenzaron a pasar ante mis ojos, diversas escenas de imágenes en movimiento, nítidas y a todo color, en cámara lenta; el Señor me mostraba los acontecimientos futuros relativos a una gran tribulación. Paralizado vi una guerra mundial que se avecinaba, un enfrentamiento nuclear, gran descontento social, caos mundial, gente poseída por satanás, futuros castigos, la humanidad por sus propias acciones llegando al punto mismo de la extinción. Vi sacerdotes asesinados y la eucaristía pisoteada, profanada por soldados con rostros de muerte. La tierra fue desolada y la destrucción reinaba en todas partes.

Vi a un grupo de unas cincuenta o cien personas caminando en la misma dirección, lejos de mí, como dirigiéndose a una parte, percibí su reverencia por la Iglesia y los sacramentos. Dios era su primer amor, por encima de todo y, su amor mutuo no tenía barreras. Ellos reían mientras hablaban y se relacionaban unos con otros. El cielo era extremadamente límpido, sin contaminación, el más claro que jamás haya visto. Toda la creación desde el pie de la tierra había sido renovada con Vida Divina. Estaba viendo un mundo futuro donde no hay enfermedad, ni dolor. Donde la vida es mucho más simple y la gente vive mucho más tiempo que ahora. Todo se veía nuevo". (VISIÓN DE VINCENT ARTEMIO SIGALA)

VER+:
Que Sucederá Antes, Durante y Después 
del Aviso de Dios a la Humanidad

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