EL Rincón de Yanka: SEAMOS ARTÍFICES DE UNIDAD Y PAZ

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sábado, 23 de enero de 2016

SEAMOS ARTÍFICES DE UNIDAD Y PAZ


Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hemos estuchado el texto bíblico que este año guía la reflexión en la Semana de Oración para la unidad de los cristianos, que se celebra del 18 al 25 de enero. Esta semana. Tal pasaje de la Primera Carta de san Pedro ha sido elegido por un grupo ecuménico de Letonia, encargado por el Consejo Ecuménico de las Iglesias y por el Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos.

Al centro de la catedral luterana de Riga hay una fuente bautismal del siglo XII, el tiempo en que Letonia fue evangelizada por san Meinardo. Aquella fuente es un signo elocuente de un origen de la fe reconocida por todos los cristianos de Letonia, católicos, luteranos y ortodoxos. Tal origen es nuestro Bautismo común. 

El Concilio Vaticano II afirma que «el Bautismo constituye el vínculo sacramental de la unidad vigente entre todos aquellos que por medio de él han sido regenerados» (Unitatis redintegratio, 22). La Primera Carta de Pedro está dirigida a la primera generación de los cristianos para hacerlos conscientes del don recibido con el Bautismo y de las exigencias que implica. También nosotros, en esta Semana de Oración, estamos invitados a redescubrir todo esto, y a hacerlo juntos, yendo más allá de nuestras divisiones.

En primer lugar, compartir el Bautismo significa que todos somos pecadores y tenemos necesidad de ser salvados, redimidos, liberados del mal. Es este el aspecto negativo, que la Primera Carta de Pedro llama «tinieblas» cuando dice: «[Dios] los ha llamado fuera de las tinieblas para conducirlos a su admirable luz». Esta es la experiencia de la muerte, que Cristo ha hecho propia, y que es simbolizada en el Bautismo al ser sumergidos en el agua, y a la cual sigue el resurgir, símbolo de la resurrección a la nueva vida en Cristo. Cuando nosotros cristianos decimos que compartimos un solo Bautismo, afirmamos que todos nosotros –católicos, protestantes y ortodoxos- compartimos la experiencia de estar llamados de las tinieblas feroces y alienantes al encuentro con el Dios vivo, pleno de misericordia. Todos de hecho, lamentablemente, tenemos experiencia del egoísmo, que genera división, cerrazón, desprecio. Volver a partir del Bautismo quiere decir reencontrar la fuente de la misericordia, fuente de esperanza para todos, porque ninguno está excluido de la misericordia de Dios, ninguno está excluido de la misericordia de Dios.

El compartir esta gracia crea un vínculo indisoluble entre nosotros los cristianos, así que, en virtud del Bautismo, podamos considerarnos todos realmente hermanos. Somos realmente pueblo santo de Dios, aunque si, a causa de nuestros pecados, no somos todavía un pueblo plenamente unido. La misericordia de Dios, que actúa en el Bautismo, es más fuerte de nuestras divisiones, es más fuerte. En la medida en que recibimos la gracia de la misericordia, nosotros nos transformamos siempre más plenamente en pueblo de Dios, y nos transformamos también en capaces de anunciar a todos sus obras maravillosas, precisamente a partir de un simple y fraterno testimonio de unidad. Nosotros cristianos podemos anunciar a todos la fuerza del Evangelio comprometiéndonos a compartir las obras de misericordia corporales y espirituales. Este es un testimonio concreto de unidad.

En conclusión, queridos hermanos y hermanas, todos nosotros cristianos, por la gracia del Bautismo, hemos obtenido misericordia de Dios y hemos sido recibidos en su pueblo. Todos, católicos, ortodoxos y protestantes, formamos un sacerdocio real y una nación santa. Esto significa que tenemos una misión común, que es aquella de transmitir la misericordia recibida a los otros, comenzando por los más pobres y abandonados. Durante esta Semana de Oración, rezamos para que todos nosotros discípulos de Cristo encontremos el modo de colaborar juntos para llevar la misericordia del Padre a cada parte de la tierra. Gracias.

“Seamos artífices de unidad y paz, 
dejando de lado las diferencias”, 
el Papa a los Luteranos
“Los cristianos estamos llamados a ser testigos creíbles de unidad y artífices de paz y de reconciliación”, lo dijo el Papa Francisco a los miembros de la Delegación Ecuménica de la Iglesia Luterana de Finlandia, a quienes recibió en Audiencia con ocasión de la tradicional peregrinación por la fiesta de San Enrique, en el marco de la semana dedicada a la oración por la unidad de los cristianos.
Texto completo del discurso del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas, Eminencias,

Dirijo mi cordial bienvenida a ustedes, que también este año han querido visitar al Obispo de Roma con ocasión de la tradicional peregrinación por la fiesta de San Enrique. Agradezco al Obispo Luterano de Helsinki, Irja Askola, por sus corteses palabras.

Su peregrinación ecuménica es un signo elocuente del hecho que, como luteranos, ortodoxos y católicos, han descubierto lo que los une y, juntos, desean dar testimonio de Jesucristo, que es el fundamento de la unidad.

En particular, estamos agradecidos al Señor por los resultados que se han conseguido en el diálogo entre luteranos y católicos. Recuerdo el documento común “Justification in the Life of the Church”. Sobre esta base, tal diálogo prosigue en su prometedor camino hacia una interpretación compartida, a nivel sacramental, de Iglesia, Eucaristía y Ministerio. Los importantes pasos adelante realizados juntos están construyendo un sólido fundamento de comunión de vida en la fe y en la espiritualidad, y las relaciones son siempre más impregnados por un espíritu de serena confrontación y de fraterno compartir.

La común vocación de todos los cristianos está bien evidenciada por el texto bíblico de referencia de la Semana de Oración para la unidad de los cristianos, que inicia hoy: 

“Ustedes, en cambio, son una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido para anunciar las maravillas de aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz” (1 Pt 2,9).

En nuestro diálogo, algunas diferencias actualmente permanecen en la doctrina y en la práctica. Pero esto no debe desanimarnos, sino al contrario, alentarnos a proseguir juntos el camino hacia una siempre mayor unidad, también superando viejas concepciones y reticencias. En un mundo muchas veces golpeado por los conflictos y marcado por secularismo e indiferencia, todos unidos estamos llamados a comprometernos en confesar a Jesucristo, haciéndonos siempre más testigos creíbles de unidad y artífices de paz y de reconciliación.

Queridos hermanos y hermanas, me alegro por su común empeño por el cuidado de la creación, y les agradezco de corazón por el gesto simbólico de hospitalidad que han querido ofrecerme a nombre del pueblo Finlandés.

En la esperanza que su visita contribuya a reforzar la colaboración entre sus respectivas comunidades, pido para todos ustedes abundantes gracias de Dios y los acompaño de corazón con mi fraterna bendición.

Los invito a rezar juntos el Padre Nuestro…



SOMOS UNO EN JESÚS - DANNY BERRIOS

DIGAMOS BASTA

LAS BIENAVENTURANZAS 
MT 5:


1.Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron.

2.Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:


3.«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
4.Bienaventurados los mansos, porque ellos posseerán en herencia la tierra.
5.Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
6.Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.
7.Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
8.Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
9.Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10.Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
11.Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.

12.Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.
13.«Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.
14.«Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte.
15.Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa.
16.Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
17.«No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
18.Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda.
19.Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.
20.«Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.


¿Por qué los malvados están unidos mientras los buenos, no?: 
"Los malvados se unen por conveniencia mientras 
que los "buenos" se desunen por conveniencia, también". 
Yanka

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Para DIOS, TODOS SOMOS sus hijos,
menos para los fundamentalistas