Áspera nada
(variación sobre un tema de León Felipe) *
¿Y si hubiese dos clases de hombres?
¿El hombre nihilista y el cristiano?
¿El hombre de la Nada y el hombre de la Cruz
redentora de Cristo?
¿Cambiaría el sentido de la historia?
Y dijo el nihilista:
Escucha, Dios, nos has dejado hambrientos.
Tu carne ya no sabe a nada.
Venga,
vamos a masticarnos los unos a los otros.
Vamos a devorarnos como Tú
nos devoras.
Yo no deseo amarte.
Tu gran amor de brazos encrespados
se extiende por mi vientre.
Es una inmensa tenia y yo, Señor,
¿levantaré mi fe sobre la nada?
Y replicó el cristiano:
Oh Dios, desguázame por dentro;
arrasa con tu luz
mi oscuridad, mi noche.
Punza con tus mil uñas mis sentidos
al asqueroso potro del dolor.
Porque, ¿sabes Señor?, a los cristianos
no nos gusta tu Cruz,
no nos gusta
el divino estandarte
con que Tú nos redimes.
Atravesamos el desierto
porque no hay más remedio, porque
tenemos sed de Ti,
sed de tu nube y hambre
de tu maná.
¡Nube! ¡Maná! ¡Fe!
Vivir es confiar en que tu mano existe
y acompaña
nuestro santo abandono.
Ah, el hombre nihilista,
el cristiano,
ciudadanos del cielo,
desterrados
que van de tumbo en tumbo,
rebotando
contras las cosas más redondas,
rebotando
contra las cosas más elementales:
Belleza, Luz, Amor.
(Áspera nada, 2014)
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* EL CRISTO... ES EL HOMBRE
¿Y si el Hombre, no Dios, se llamase Jesucristo?...
¿Si la sangre del Hombre... fuese la sangre divina del
Sol... la esencia luminosa de los astros?
¿Si con su sangre el Hombre pudiese salvar y redimir
a los Dioses?
Estoy preguntando... ¿No puedo yo preguntar?
¿No han arrojado sobre mí todas las sombras?...
Y ¿no puedo yo levantar todas las preguntas?
Y... ¿si hubiese dos clases de hombres?
Y... ¿si hubiese dos Españas, por ejemplo?
¿La España del poeta doméstico y retórico... y la
España del poeta prometeico, heroico y revolucionario?...
¿La España de las formas que se desgastan y la de las
esencias eternas?
¿La de las formas que se mueren y la de las esencias
que comienzan a organizarse de nuevo?...
Y afirmo, ya no pregunto:
En la España de las formas desgastadas
están los símbolos obliterados...
los ritos sin sentido...
los uniformes inflados
las medallas sin leyenda
los hombres huecos
los cuerpos de serrín
el poeta doméstico y retórico,
la exégesis farisaica,
el verso vano
y la oración muerta que van contando las avellanas horadadas de los rosarios.
Dios, la fuerza original y creadora, se ha ido de este
mundo y todo se ha quedado sin sustancia.
En la España de las esencias que quieren organizarse
de nuevo
están las ráfagas primeras que mueven las entrañas de
la tierra,
los huracanes incontrolables que sacuden la sustancia
dormida,
la sustancia prístina de que está hecho el árbol y el
cuerpo del hombre.
Y están también los terremotos que rompen la tierra,
desgarran la carne
y desbordan los ríos y las arterias de nuestra anatomía
para dar salida al espíritu encadenado
y mostrarle su camino hacia la renovación y hacia la Luz.
Ésta es la España de los héroes. La España prometeica,
la España en que todo se deforma y se revuelve:
las exégesis se cambian del revés,
los presagios de los grandes poetas se hacen realidad.
Prometeo se liberta,
aparecen nuevos cristos...
y las viejas parábolas evangélicas se escapan
de la ingenua retórica de los versículos para venir a mover
y a organizar nuestra vida.
Ahí están,
ahí están en el aire todavía, temblando de emoción,
cruzando los cielos desde hace veinte siglos, en la
curva evangélica de una parábola poética,
estas palabras revolucionarias,
estas palabras prometeicas:
"Es más fácil que pase un camello por el ojo de una
aguja, que entre un rico en el reino de los cielos."
Esta parábola originó nuestra lucha, nuestra guerra,
nuestra revolución hace diez años...
Porque frente al poeta doméstico que venía diciendo
que estas palabras evangélicas no eran más que
retórica... una manera retórica de hablar, se levantó el poeta prometeico
el hombre heroico y revolucionario que dijo: No hay retórica.
El verbo lírico de Cristo y de todos los grandes poetas del mundo no es retórica.
Es un índice luminoso que nos invita a la acción y al heroísmo.
Y esta parábola del camello y de la aguja, del pobre y del rico
tiene un sentido que desentrañado y realizado,
puede llenar, si no de alegría ... de dignidad la vida del hombre.
Y esa es la exégesis heroica,
la exégesis prometeica, la exégesis revolucionaria. Escuchad:
Hay que salvar al rico, hay que salvarle de la dictadura
de su riqueza,
porque debajo de su riqueza hay un hombre que tiene
que entrar en el reino de los cielos,
en el reino de los héroes.
Pero también hay que salvar al pobre
porque debajo de la tiranía de su pobreza hay otro hombre
que ha nacido para héroe también.
Hay que salvar al rico y al pobre ...
Hay que matar al rico y al pobre, para que nazca el
Hombre.
El Hombre, el Hombre es lo que importa.
Ni el rico
ni el pobre importan nada...
Ni el proletario
ni el diplomático
ni el industrial
ni el arzobispo
ni el comerciante
ni el soldado
ni el artista
ni el poeta en su sentido ordinario y doméstico
importan nada.
Nuestro oficio no es nuestro Destino.
"No hay otro oficio ni empleo que aquel que enseña
al hombre a ser un Hombre".
El Hombre es lo que importa.
El Hombre ahí,
desnudo bajo la noche y frente al misterio,
con su tragedia a cuestas,
con su verdadera tragedia,
con su única tragedia...
la que surge, la que se alza cuando preguntamos,
cuando gritamos en el viento.
¿Quién soy yo?
Y el viento no responde... Y no responde nadie.
¿Quién es el Hombre?...
Tal vez sea Cristo...
Por que el Cristo no ha muerto...
Y el Cristo no es el Rey, como quieren los cristeros
y los católicos políticos y tramposos...
El Cristo es ‚el Hombre...
La sangre del Hombre...
de cualquier Hombre.
Esto lo afirmo. No lo pregunto.
¿No puedo yo afirmar?...
León Felipe
LA CRUZ NO SALVA NI ES DE DIOS.🕂
ÉL HACE NUEVO TODAS LAS COSAS
"No hay nada más liberador
y salvador y redentor
que El Amor de Dios Humanado".
La cruz no es más que la culminación de una existencia entregada. La cruz no salva por sí misma, lo que nos libera de verdad es la vida de Jesús, su forma de ser: sus gestos de amistad, sus miradas, sus manos tendidas, sus palabras de acogida, sus curaciones, su amor profundo y concreto hacia los más débiles y marginados. El egoísmo no podrá vencer jamás a la ternura, a la solidaridad, al cariño convertido en presencia. La compasión se deja afectar por el dolor del otro, y el perdón ofrece una muestra gratuita de fecundidad y éxito. En la vida entregada de Jesús, Hasta las últimas consecuencias, todas las víctimas de la historia recobran la esperanza, y comprenden que jamás podrán ser vencidos, aunque sí derrotados en algunas batallas. Permanecer en el amor es la única garantía, nuestra única esperanza de conseguir la victoria de la resurrección.
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No nos escandalizamos de la cruz, sino de la malinterpretación de la cruz como un fin en sí mismo, cuando sólo es consecuencia de la vida entregada al amor de principio a fin y de la maldad e ignorancia de un mundo que rechaza y crucifica el amor. Los hombres clavan en la cruz a Jesús, por ser fiel al amor, Dios la transforma en luz y resurrección, porque no quiere que el mal, el pecado, la muerte tengan la última palabra. El amor es más fuerte y triunfa.
No rechazamos la cruz sino la interpretación anselminiana de la cruz. En cuanto al lenguaje utilizado por distintos santos, siempre lo entenderemos en este contexto de Dios-con-nosotros que comparte nuestra propia vida y muerte para que resucitemos con él.
Sabemos que la cruz no es de Dios ni salva,
y lo que representa:
el mal del mundo que ya fue vencido.
Y para el cristiano no es la última palabra:
hemos resucitado en y por Él salvados.
Porque no hay nada más liberador y salvador que experimentar el amor de Dios.
🕂
"No soy lo que debo ser.
No soy lo que deseo ser.
Ni siquiera soy lo que espero ser,
pero una cosa sé,
por la cruz de Cristo,
no soy lo que antes fui"
John Newton
"Hay algunos que tendrían a un Cristo barato.
Le tendrán sin la cruz.
Pero el precio no va a bajar".
Samuel Rutherford - Siglo XVII
2 comments :
... Y seguiremos teniendo sed de ti señor.
Purifica pronto nuestra alma
que lentamente muere,
para que no pierda la fe...
ni la esperanza.
Hermoso e ilustrativo post Yanka.
Un abrazo.
"Si no existiera el agua, no tendría sed,
Si no existiera el pecado no necesitaría perdón,
Si no Viviera Dios, no necesitaría Amor"
Juan Manuel Navarro
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