La mitología huichol, huichola, wixárica o wirrarica es el conjunto de mitos y relatos, formas de ver el mundo, conocimientos y concepciones que integran la cultura perteneciente a la religión y cultura prehispánica y actual del pueblo wixarica o huichol. Trata sobre la concepción del mundo y la cosmogonía de este pueblo mesoamericano. Es de las pocas culturas que no fue reemplazada por las creencias españolas al paso de la conquista y sigue floreciendo al centro norte de la República mexicana.
La mayor parte de la mitología huichol o wixárica se ha obtenido a partir de las tradiciones orales, las cuales son hereditarias. Sin embargo, existe un nivel muy considerable de preservación en cuanto a la tradición se refiere, de hecho la cultura huichola y la cora son las dos mejores conservadas de Mesoamérica en cuanto al culto nativo. Existen muy pocas diferencias regionales en su mitología y esta a su vez es muy amplia.
El panteón wixarica en su totalidad consta de más de cuatro decenas de deidades, todas con un papel fundamental dentro de la trama de los diferentes mitos e historias de este pueblo.
Con un papel primordial se encuentra la deidad suprema llamada Tututzi Maxa Kwaxi (Nuestro bisabuelo Cola de venado), quien encabeza el árbol genealógico de los dioses y espíritus mitológicos, esta deidad suprema representa el universo mismo, la esencia que se encuentra en cualquier substancia material o inmaterial. Tututzi tiene dos deidades que le siguen en importancia, y estas son la pareja primordial y divinal; el dios del fuego primigenio (Nairy) y la diosa de la tierra (Takutzi Nakawe) cuyo significado es "Nuestra abuela tierra".
Takutzi Nakawe y Nairy son el aspecto monstruoso y primigenio de estas deidades ya que en su aspecto más humano y virtuoso de Nakawe se le dice simplemente Tukutzi y al aspecto bondadoso de Nairy se le denomina Tatewari "Nuestro abuelo fuego".
Esta pareja solar representante de la vida tiene un hijo llamado Tamatzi Kauyumari "Nuestro hermano mayor Venado Azul" que presenta diferentes facetas, puede presentarse como Tamatzi Parietzika, el dios del amanecer y de la aurora, como Tamatzi Iriye que es el dios de los arqueros, como Tamatzi Eaka Teiwari que es el dios de viento, hermano de Tatei Niaariwame y como Tamatzi Wakiri que es el dios tepehuano. Hay que destacar que por sí mismo Tamatzi es la deidad más importante de toda la mitología wixarica y toma un papel muy semejante a Quetzalcoatl de los mexicas, siendo como este un dios de la civilización y del conocimiento. Igualmente muy importante por su cualidad de representar tanto el alimento terrenal como el espiritual.
Importantes también son las deidades serpiente del agua (Nia`ariwamete) y las diosas del maíz hijas de la diosa Tatei Namakate Uteanaka, así como los cinco cazadores cósmicos (Ututawi, Tutuhauki, Tzipurawi, Wawatze y Tututaka Pitziteka).
Cabe resaltar la importancia del número cinco en la mitología wixarica ya que existen cinco diosas del maíz, cinco facetas de Tamatzi, cinco lugares sagrados, cinco direcciones del universo, etc.
La tríada fundamental
Desde la perspectiva teológica existen dos tríadas en la concepción wirrarika, el conformado por Tututzi Maxa Kwaxi (El creadór), Nairy (Abuelo fuego primitivo) y Tukutzi Nakawe (Abuela tierra primordial). Luego de ésta primera tríada aparece una segunda trimurti, pero esta surge de manera invertida y está formada por los hijos de la tierra y el fuego ya en su forma virtuosa (Tatéwari y Tukutzi), es conformada por Tatei Wexica Wimari (Nuestra madre águila), Tayau (Nuestro padre sol) y Tamatzi Kauyumari (Nuestro hermano mayor Venado azul).
Desde la perspectiva sociológica la tríada wirrarika es la conformada por el peyote, el maíz y el venado, teniendo significado fundamental por representar los alimentos (tanto del cuerpo como del espíritu), aunque teniendo también importancia simbólicamente el águila de dos cabezas (bicéfala) y la serpiente.
Diosas del agua
Existen cinco diosas del agua ubicadas en cada uno de los cinco puntos cardinales de la cosmología indígena, son llamadas las "Madres de la lluvia", las cuales son: Tatei Niaariwame para la lluvia del sur; Tatei Yrameka para la lluvia del norte, es venerada en un santuario en la sierra de Durango y también es llamada "Nuestra madre del retoño"; Tatei Kiewimuka para la lluvia del oriente, llamada también "Nuestra madre del venado"; Tatei Matinieri para la lluvia del poniente y Tatei Aitzarika para la lluvia del centro.
La diosa Tatei Niaariwame, además de ser la "madre lluvia del sur", es además la madre de las de las demás diosas de las lluvias siendo denominada bajo ésta faceta como "Nuestra diosa serpiente". En alegoría de la formación de las nubes Tatei Niaariwame al subir al cielo se convierte en Haikú, la "Diosa nube serpiente del cielo".
Los Cinco cazadores
Los cinco cazadores cósmicos (Llamados hikurutame en la terminología ritual y ahuatáme para los cazadores originales) tienen una estrecha relación con las cinco direcciones del universo para los wirrarika, Wewetsari es el cazador del sur y representa a Tatei Uteanaka (Diosa madre del maíz), Ututawi es el cazador del norte y representa al lobo Kamukime, Tzipurawi es el cazador del oeste y representa a Tamatzi cuando salió del occidente por el océano pacífico (Haramara), Tutuhauki es el cazador del este representando al dios Kauyumari (Venado Azul) y por ende a Wirikuta y el peyote, y por último el cazador cósmico Pitsiteka que representa el centro del universo donde esta el fuego (Tatéwari). Dentro de la ritualistica wixarika los participantes encarnan (hacen el papel de) a estas deidades, especialmente en el Hikuri Neixa (Danza del peyote).
Las cinco direcciones del universo
Dentro de la concepción wixarika existen cinco direcciones principales del universo, las cuales son representadas por sus correspondientes deidades femeninas: Tatei Rapawiyema, diosa madre del sur quien tiene su santuario en el Lago de Chapala y cuyo color es el amarillo; Tatei Jautze Kupuri, diosa madre del norte, su color es el blanco; Tatei Sakaimuka, diosa madre del oeste quien tiene su santuario en la costa de Nayarit y que es compañera de Tatei Kiewimuka que es diosa lluvia del oeste, su color es el negro; Tatei Uwiutali, diosa madre del oriente, cuyo color es el rojo y el centro donde yace el fuego Tatewari, su color es el morado, aunque también se consideran direcciones arriba y abajo, cuyas deidades tutelares son Tatei Wexika Wimari (Diosa madre águila, esposa de Tau el sol) para arriba que tiene como color al azul y Tatewari (Dios del Fuego, pareja de Nakawe la tierra) para abajo que tiene como color el verde.
Sin embargo cada una de las cinco direcciones está regida también deidades masculinas (A excepción del poniente) como regentes, Tamatz Kauyumari "nuestro hermano mayor Venado azul" rige el oriente por lo tanto es la deidad del Peyote, ya que Wirikuta está al oriente; Uxikuikame rige el norte, Watemukame el sur y Tatei Niaariwame el poniente, al centro esta el fuego bajo todo contexto.
El Hikuri
Para el pueblo wixarika el hikuri (El Peyote) es un símbolo religioso bastante importante y es que éste es uno de los medios por medio el cual los maarakames (sacerdotes) y los peregrinos a Wirikuta, tierra de Tatei Matinieri y Tamatz Kauyumari tienen para contactar con sus dioses. Sin embargo, a pesar de su significado religioso también representa el alimento, de alguna manera el maíz de los huicholes. Según la cosmogénesis wixarika el dios "Nuestro hermano mayor venado azul" en su esfuerzo por levantar a su padre el sol al cielo perdió parte de sus cuernos, los cuales cayeron a la tierra y germinaron dando origen al peyote, de ésta manera el peyote quedó divinizado en la cultura huichola.
Luego según relata el mito, un grupo de cazadores pertenecientes a un pueblo en hambruna salieron a cazar sin encontrar presa alguna, después de varios días de viaje encontraron un venado, el cual salieron a matar, lo persiguieron durante varias semanas hasta llegar a Wirikuta donde desapareció y se convirtió en peyote, los hombres desconcertados volvieron a la aldea cargados de dicha cactácea desértica, la comieron y le dieron a su gente, les quitó el hambre y los curó de sus enfermedades, de ésta forma de alguna manera el hikuri también representa el alimento.
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