Nuestros Viejitos
Padres héroes y madres
heroínas del hogar
¿Qué hicieron papá y mamá
para envejecer de un momento a otro?
👪👴💕👵
👪👴💕👵
Pasamos buena parte de nuestra existencia cultivando estos estereotipos.
Hasta que un día el padre héroe comienza a pensar todo el tiempo, protesta bajito y habla de cosas que no tienen ni pie ni cabeza.
La heroína del hogar comienza a tener dificultades en terminar las frases y empieza a enojarse con la empleada.
¿Qué hicieron papá y mamá para envejecer de un momento a otro?
Envejecieron …
Nuestros padres envejecieron.
Nadie nos había preparado para eso.
Un bello día ellos pierden la compostura, se vuelven más vulnerables y adquieren unas manías “bobas”.
Tienen muchos kilómetros andados y saben todo, y lo que no saben lo inventan.
Están cansados de cuidar de los otros y de servir de ejemplo:
ahora llego el momento de los, de ser cuidados y mimados por nosotros.
No hacen más planes a largo plazo, ahora se dedican a pequeñas aventuras como comer a escondidas todo lo que el médico les prohibió.
Tienen manchas en la piel.
De repente están tristes.
Mas no están caducos: están caducos los hijos, que rechazan aceptar el ciclo de la vida.
Es complicado aceptar que nuestros héroes y heroínas ya no están con el control de la situación.
Están frágiles y un poco olvidadizos, tienen ese derecho, pero seguimos exigiendo de ellos la energía de una locomotora.
No admitimos sus flaquezas, su tristeza.
Nos sentimos irritados y algunos llegamos a gritarles si se equivocan con el celular u otro electrónico, y encima no tenemos paciencia para oír por milésima vez la misma historia que cuentan como si terminaran de haberla vivido.
En vez de aceptar con serenidad el hecho de que adoptan un ritmo más lento con el pasar de los años, simplemente nos irritamos por haber traicionado nuestra confianza, la confianza de que serían indestructibles, como los super héroes.
Provocamos discusiones inútiles y nos enojamos con nuestra insistencia para que todo siga como siempre fue.
Nuestra intolerancia solo puede ser miedo.
Miedo de perderlos, y miedo de perdernos, miedo de también dejar de ser lúcidos y joviales.
Con nuestros enojos, solo provocamos más tristeza a aquellos que un día solo procuraron darnos alegría.
¿Por qué no conseguimos ser un poco de lo que ellos fueron para nosotros?
¡Cuantas veces estos héroes y heroínas estuvieron noches enteras junto a nosotros, medicando, cuidando y midiendo fiebres!
Y nos enojamos cuando ellos se olvidan de tomar sus
remedios, y al pelear con ellos los dejamos llorando, tal cual criaturas que fuimos un día.
El tiempo nos enseña a sacar provecho de cada etapa de la vida, pero es difícil aceptar las etapas de los otros…
Mas cuando los otros fueron nuestros pilares, aquellos para los cuales siempre podíamos volver y sabíamos que estarían con sus brazos abiertos y que ahora están dando señales de que un día irán a partir sin nosotros.
Hagamos por ellos hoy lo mejor, lo máximo que podemos para que mañana cuando ellos ya no estén más … y podamos recordarlos con cariño, de sus sonrisas de alegría y no de las lágrimas de tristeza que ellos hayan derramado por causa nuestra.
Al final, nuestros héroes de ayer…. Serán nuestros héroes eternamente.
Y LLEGA EL DÍA… LOS HIJOS SON PRESTADOS.
ALGÚN DÍA SE IRÁN. HAY QUE EDUCARLOS BIEN.
RECITADA PARA MI PADRE
EL SACRIFICIO DE UN PADRE
GUSTAVO GUICHÓN
GUSTAVO GUICHÓN
Muchos libros yo he leído,
de grandes y buenos autores,
y en sus páginas mejores,
nunca esta verdad, he leído:
De que un padre vive oprimido
y ninguno lo alienta
y todo el mundo comenta
que lo más grande es la madre.
¿Y el sacrificio de un padre?
Ninguno lo tiene en cuenta.
Hay que pensar y escribir
el sacrificio de un padre
porque no solamente la madre
es la que sabe sufrir.
Con esto quiero decir
de que un padre sabe querer
y por sus hijos y su mujer
con amor va a trabajar
y hasta es capaz de robar
pero, para traer de qué comer.
La madre le hace un perjuicio a su hijo
por un error porque debido a su gran amor
con su mimo le da vicio,
en cambio, el padre, para mi hace juicio
aunque su amor es severo,
él los acaricia muy poco,
pero los hace marchar derecho
para subir el repecho
de este mundo embustero.
Él les lleva el pan sagrado
amasado con sudor,
y por sus hijos con amor,
él vive sacrificado.
Y por eso estoy de su lado
aunque el pecho me taladre,
está bien el cantarle a la madre,
con ese amor infinito,
pero también, un poquito,
hay que acordarse del padre.
PARA MI PAPÁ - ISABEL GARCÍA
EL PADRE - HÉCTOR GAGLIARDI
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