«Un acto de belleza y de amor
para la Tauromaquia»
🐂
Con esta frase resumió el joven director de cine norteamericano Samuel Mac Fadden su cortometraje «Amanecer», una interesante creación audiovisual que se presentó ayer en Sevilla.
El estreno mundial de esta obra tuvo lugar en el marco de los «Mano a mano» que organiza la Fundación Cajasol, que ha patrocinado esta producción que para su director es «un poema visual sobre la tauromaquia y la ciudad de Sevilla».
El protagonista de la historia es el torero sevillano Paco Lama de Góngora que destacó que «es una película que tiene varias lecturas y se analiza mejor el mensaje cuántas más veces la ves». Para el diestro «cada imagen están cargada de un mensaje: el torero siempre va en búsqueda de la belleza, el toreo está lleno de sueños, nunca llegamos a alcanzar la faena perfecta aunque vamos siempre detrás de ella».
El cortometraje, que cuenta con un texto poético de Antonio García Barbeito, está rodado en lugares como la Casa de Pilatos, la Plaza de España, el anfiteatro romano de Itálica o la plaza de toros de Huelva (aunque represente a Sevilla) y tiene un hondo contenido filosófico además de metáforas y simbolismos relacionados con el mundo del arte.
Samuel Mac Fadden confesó ser «un enamorado de la tauromaquia y de Sevilla» y explicó que empezó a imaginar la película el Domingo de Resurrección de 2015, en la despedida de Espartaco de la Maestranza.
Diálogo torero Mac Fadden destacó que «Amanecer» es «un diálogo del torero y del poeta con la ciudad» y citó a José Bergamín al señalar que «una tarde de toros es la búsqueda de un milagro».
El director, que ha estudiado cine en Irlanda e Italia, también tuvo referencias para Jean Coctea u y a Orson Welles que «se planteó en Sevilla si sería posible captar el toreo con el lenguaje del cine, un arte que es visible e invisible al mismo tiempo. En mi opinión, la única forma posible es una perspectiva lírica».
"Si quieres torear bien olvida que tienes cuerpo, se torea con el alma como se sueña y se juega, como se baila y se canta" Juan Belmonte"El toreo es un doble ejercicio físico metafísico de integración espiritual en el que se valora el significado de lo humano heroicamente o puramente: en cuerpo y alma, aparentemente inmortal". José Bergamín"LA CORRIDA DE TOROS HAY QUE VERLO CON LOS OJOS DEL ALMA" YANKA
🌅
AMANECER
Abre los ojos.
Es la hora. Es la hora.
Si me quieres tener.
Bebe mis aires y tenme en el olor.
Tenme en la luz
y en el color de las cosas
que conforman mi esencia.
No pretendas tocarme.
Mírame. Huéleme. Suéñame.
Invéntame en ti.
Y deja que mi belleza te posea.
Y cuando todo eso hayas logrado,
soñarás que me tienes.
Soy un sueño.
Y sé feliz soñándome.
Que nada tangible será entonces,
más grande para tu deseo.
Andaré los caminos
que a tu amor me conduzcan.
Alcanzaré los cielos que te dan lo celeste.
Infinitos azules donde la noche
nunca termina de ser noche.
Incapaz de perderte de su alta mirada.
Pintaré rosicleres por la tarde en Triana.
Seré rizo en el agua del río que se tiende
ofreciéndote un largo camino de aventura.
Me beberé tus aires, tu luz, tu olor de vida.
Y soñaré que tengo tus muslos en mis manos,
tu boca entre mis besos, tu pasión en la mía.
Abrazado al misterio de tu silencio cálido.
Soñaré la faena de mi cumbre y mi gloria.
Y si acaso, no llego a tu altura exigida,
me dejaré los cuernos de una luna en menguante,
la expiración cansada de mi roto deseo.
Bórdame en ese pliegue de rosa del capote.
Hazme hebra de sueño en tu lenta muleta.
Quiero ser a la mar que repique en tu pecho
mientras el oro calza redondo tu pisada de aspirante
de dios de un reino limitado.
Yo soy brillo en el lomo de tu estoque,
un guiño que te invita a tu mismo misterio;
el misterio indecible que nos amarra, amantes
con maroma celuna en el ruedo del sueño.
- ¿Me dejarás ser dueño de toda tu belleza?
- Es mucho lo que pides,
conténtate mi amado con vestirte
de luz con mis luces eternas,
con quedarte embriagado en mis aires de oro,
con gozar los azules que brindo a tu mirada,
con este privilegio de rozarte conmigo.
- ¿Y dónde estará entonces, mi gloria, mi triunfo;
el triunfo del arte que pregona mi sangre?
- En decir que una vez dejé que me soñaras.
Porque es arte
Se puso el trapo entre las manos como quien se pone en la voz un cante viejo, como quien se acomoda una guitarra llena de soledad, libre de dueño. Y el cante, aunque de otro, va y le suena como nunca sonó con otros ecos, y la guitarra, suave, se despeina para él solo, inédita de trémolos. Cogió el milagro y lo mimó lo mismo que se mima de un hijo el primer sueño, y lo probó por éste, el otro lado, lo abrochó a la cintura como un beso... Y el muchacho creaba y no sabía que estaba la verónica naciendo, y la media, como pose de baile, le reclamaba cantes más festeros.
Pero aquel duro que el hombre traía no era el duro común de los toreros, ni era común su juego de muñecas, ni era común su derechazo inmenso. Percales y franelas se le iban enredando en su magia, su misterio: «El que quiera este duro que lo pague; quien no quiera, que busque otros "dineros". El duro que yo traigo es este duro, y este será el de siempre, yo lo advierto». Y así nació la fe por un estilo, por una maestría que es un credo; y así fuimos a verlo, y... «nada hoy», y los curristas van... «¿has visto el viento? ¿Y el primero? Sin casta y sin empuje. ¿Y el cuarto? El cuarto, el cuarto... ¡un burriciego!».
Pero el día que el dios de oro bajaba las manos donde sube un cante eterno, el día que aquel duro se ponía de canto derramando sus secretos... el día que los toros se venían por donde tienen que venirse ciertos, el día que las telas presentían el arte en cada grano del albero... ese día valían las esperas lo que vale un billete de ida al cielo... Bordaba tres y media, y... ¡la gloria!, colocaba el perfil y... ¡un monumento! Ese día en el monte y en la plaza ya no había más matas que el romero. Y era ya aquel torero un cantaor desangrado de cantes de un milenio.
La soledad torera es como un cante al que le has de poder y engrandecerlo. Cantar es torear puntas del grito; torear es cantar con todo el cuerpo. Y el muchacho traía en su capote y en su muleta mucho de flamenco; el compás siempre al quite, la justeza, tres y media, señor, y ¡ahí queda eso! Un trincherazo para que trabajen pintores y escultores, y el secreto de ir a torear como quien baila, y salir de ese baile tan torero.
Y el duro siempre en pie, sin inmutarse, sin cambiarse, sin darse al compadreo, sin engañar, sin justificaciones: al vino, vino, y a lo hecho, pecho. O está la tarde de formarle un lío o está la tarde para irse huyendo. Te hiela o te achicharra, nunca tibio, nada de medias tintas: luz o infierno. Y lo mismo en persona, que las luces no le cambian el paso ni su viento: si es hora de entregarse, a darse todo; si no es mi sitio, adiós y buen provecho. Siempre con la verdad, con ese duro que le sigue brillando. Y tan flamenco. Por eso gana el Arte con su nombre resonando entre los académicos.
¡Qué olor, Santa Isabel, por esa Hungría donde el monte, por él, todo es Romero...!
"AMANECER" DE SAMUEL MAC FADDEN
CONTIGO
Llévame, amor mio, por aquellos redondeles
que tapizan arenales de un dorado color...
¡Quiero mirar el dulce vivir de la fiesta brava!
donde entona la tarde
un paso doble de cielo anda luz...
¡Olé!
Marleni Delgado Chávez
0 comments :
Publicar un comentario