Afanisis:
La extraña condición que padecen
los venezolanos por la crisis
los venezolanos por la crisis
Venezuela, el país donde pasan tantas cosas y al mismo tiempo, no pasa nada más que nada y peor...
El incremento en la inseguridad, desabastecimiento, desempleo, inflación; la ausencia de mecanismos democráticos y los efectos de la emigración forzosa podrían estar conduciendo a los venezolanos a una extraña condición fundamentada, principalmente, en la depresión que les ocasiona la crítica situación de su país; así lo aseguraron los expertos consultados por Caraota Investiga.
“La afanisis es un mecanismo defensivo, inconsciente, que consiste en no desear nada para no decepcionarse por nada. Es exiliar el deseo, que siempre tiene una connotación de ansiedad, de no corresponderse lo imaginado con lo obtenido. La afanisis es una medida extrema, una forma de protección que al mismo tiempo te vuelve un zombie… estas no son elecciones deliberadas, varían de persona en persona. Lo grave es su crecimiento dentro de la población”, explicó el doctor en psicología, Adrián Liberman.
De acuerdo con el análisis realizado por el Dr. Liberman, la sociedad venezolana presenta esta condición de forma insidiosa pero creciente “Cada vez es mas difícil sostener deseos y más frecuente el no creer en nada”. Sin embargo, la psicóloga, Goretti Da Silva, indicó que el incremento de la afanisis en el país “todavía no ha calado porque nosotros a todo le buscamos un chiste, un cuento, un humor y salimos a flote y duramos muy poco tiempo estando decaídos (…) es bueno, a veces, cuando uno está triste, retirarse un poquito, hacer reflexión, tomar fuerza y salir nuevamente, eso es lo que hace el venezolano. Se levanta muy temprano para ir a trabajar, es un mito eso de que el venezolano es flojo, la mayoría somos gente trabajadora”.
Pese a que la doctora Da Silva espera que este mecanismo defensivo no se esté presentando en el país suramericano, acotó que la afanisis genera un sentimiento de vacío, “de que no consigo nada, no tengo nada, todo es miedo, todo es una tremenda angustia; pareciera que perdiera efecto el disfrute, como que ya disfrutar significa que no me lo merezco…”.
Un reflejo de cómo vivir con afanisis se registra en la sociedad cubana. De acuerdo con los expertos consultados, durante el “Periodo especial” en los años 90, Cuba entró en una crisis económica como resultado del colapso de la Unión Soviética y por ende del Consejo de Ayuda Mutua Económica, mejor conocido como Comecon. La isla que recibía petróleo y otros combustibles de la Unión Soviética quedó a la deriva y ello, la obligó a establecer una serie de reformas para sobrevivir al pico del petróleo.
Dichas medidas, tomadas en su momento por el fallecido Fidel Castro, hicieron retroceder a la sociedad cubana a sus inicios más primitivos. Castro obligó a su población a sostenerse de la agricultura para que su Gobierno no decayera ante la crisis; asimismo, las decisiones gubernamentales generaron una reducción notable del uso de automóviles en las calles -por falta de combustible- y disminuyera la calidad de vida de sus ciudadanos por la baja inversión en salud, alimentación y comenzaran los racionamientos en sus servicios más básicos. Esto obligó a las personas a dejar atrás sus deseos de superación para abarcar solo las necesidades más elementales del ser humano.
“Algunos de los ejemplos de eso tiene que ver con fenómenos como el de la población cubana que, ni siquiera, se plantea la posibilidad de modificar su estatus quo o su nivel de vida sino que el horizonte es simplemente la supervivencia en su sentido más crudo”, destacó el Dr. Liberman.
“Yo que estuve en La Habana y mira fue uno de los países de los que quise salir enseguida, aquello se sentía pesado el ambiente, se sentía gris. La Habana parece un pueblo de Venezuela no una ciudad, donde las casas son bonitas, allá las rejas eran de alambres como de gallinero, las calles rotas (…) luego en la noche es una oscuridad, muchos de los sitios oscuros y aquello daba miedo. Eso es lo que también ya estamos viendo aquí, en muchas avenidas vemos que no hay luz, vemos vías rotas y eso va deprimiendo a la gente. El mensaje de desesperanza y depresión puede continuar si el ambiente sigue siendo el mismo. Puede llegar un punto en el que nos podemos acostumbrar y eso es lo que no puede pasar”, reforzó Da Silva.
Caso venezolano…
De acuerdo con la explicación dada por el doctor Liberman, una de las dificultades que hay en la población venezolana es la de asociar deseo con esfuerzo. En sintonía con lo mencionado por el especialista, se realizaron varias encuestas para percibir de primera mano las reacciones de la gente ante la pregunta ¿Cómo te sientes hoy?, interrogante que cobró fuerza cuando al llegar a los encuestados, la Policía Nacional Bolivariana se encontraba disparando por doquier bombas lacrimógenas que afectaban tanto a quienes manifestaban como a quienes transitaban por una de las principales avenidas de al capital.
El experto agregó que estas reacciones se deben a que el país está deprimido, “no ahora sino hace muchos años -18 años al menos- producto de un trauma continuo que vive la población. Trauma de una experiencia que es difícil de asimilar por su intensidad y que tiene que ver con el menoscabo continuo de los derechos, la violencia delincuencial desatada, los efectos de una emigración forzosa de una buena parte de la población, el desempleo, la devaluación…”.
Añadió que la melancolía del venezolano se genera cuando reitera que el pasado era mucho mejor que el presente.
“Podemos decir que esta conducta de frustración y angustia constante, que queremos salir a flote y sentimos que estamos hundidos, sí lleva a tener una conducta de depresión en el venezolano”, reafirmó Da Silva; comentario con el que acompañó en vista de que “la población ha tendido a tener una actitud derrotista al ver que muchas veces no se cumplen sus objetivos, por ejemplo vemos a los manifestantes van a protestar y solo pueden llegar a un punto porque no los dejan continuar y esa situación ocurre día tras día y comienza una frustración”.
La psicóloga destacó que el hecho de que esta condición en los venezolanos continúe puede convertirse en un estado “peligroso porque cuando hablamos de que hay una depresión generalizada, es cuando ya los síntomas, por lo cual uno dice que una persona está deprimida, se hacen notables por más de dos años y convierte a la población en un estado de enfermedad y baja de entusiasmo. Cuando veamos a un amigo en esa situación, que crea que todo será un fracaso, hay que darle ánimos”.
"Lo que resistes, persiste.
Lo que aceptas te transforma".
Carl Jung
"Estamos ante un desafío:
podemos convertir esta experiencia
en una victoria o limitarnos a vegetar
dejando de ser personas".
Viktor Frankl
Por su parte, Liberman destacó que “Las consecuencias pueden ser varias, una es que las personas desistan de una vez y para siempre acerca de modificar o proponer un cambio en el Estado. El otro camino puede ser, llegar a la desesperanza, a la catatonía que es una especie de paralización donde no hay que intentar nada porque nada va a ser posible de ser logrado. Hay una suerte de adaptación mutua de los actores del juego donde uno asusta y victimiza y el otro es victimizado y las situaciones no cambian sino que se pueden sostener a lo largo de muchísimo tiempo”.
¿Solo afecta a quienes se quedan?
En cambio, el venezolano que está en el exterior, tiene una melancolía, indescriptible... parece un turpial enjaulado, aveloriado...
De acuerdo a los especialistas y a las declaraciones de los venezolanos que han participado en las protestas contra el desgobierno de Nicolás Maduro desde los diferentes países del mundo, el sentimiento en común de aquellos que rechazan la crisis es de insatisfacción constante; debido a que, su migración es percibida – por ellos mismos – como una forma de huir para mejorar su calidad de vida.
No es un secreto para nadie que muchos de los ciudadanos de esta tierra que migran hacia otras naciones abandonan sus carreras universitarias para trabajar “de lo que se consiga”. Desde hace más de cuatro meses
–cuando las protestas contra el régimen se intensificaron nacional e internacionalmente– venezolanos han afirmado que volverán a su país cuando retorne la democracia.
En líneas generales, la afanisis es aplicado en diferentes sociedades en situación de crisis como un mecanismo de defensa para evitar la desilusión y la realidad de que su país de residencia no puede brindarle oportunidades para su superación. Actualmente en Venezuela, la opinión de los expertos apuntan a que podría originarse una condición generalizada donde reine la depresión; no obstante, ambos advierten que es una situación que puede y debe ser evitada por la misma sociedad.
Roberto de Vries
En base a los tres elementos que la OMS individualiza como los elementos que traducen la salud mental de una sociedad, se trabaja su presencia en los venezolanos de la actualidad que nos reflejan una sociedad en la que hay víctimas avergonzadas, desgobierno tiránico ycontumaz, y una oposición de pacto oligárquico complaciente. Cómo está la función intelectual de cada uno de estos grupos, cómo establece relaciones con los otros y para qué trabajan.
La gran mayoría de la población venezolana no está al tanto que la OMS califica la salud mental de ella y del resto de los habitantes del mundo en base a tres grandes criterios que establecen el estado de equilibrio entre las personas y su entorno sociocultural, éstos tres criterios definen que la salud mental se logra a través de su participación intelectual, de las diferentes relaciones que establece y de su trabajo, pero, al mismo tiempo, este desconocimiento no impide que se dé cuenta del constante deterioro de su equilibrio y productividad mental como consecuencia de múltiples variables que han tenido impacto desde la política, la economía y desde lo social. Ahora, trataré de repasar la salud mental de nosotros los venezolanos, con algunos parámetros que si bien no están fundamentados en el conocimiento científico de data confiable, objetivamente trabajada para dar datos fríos, si está hecha con el respeto mínimo a la verdad observada que un científico debe respetar ante sí mismo, confiando en que la objetividad está por encima de cualquier rasgo o simpatía ideológica o partidista que podría modificar la percepción de una realidad tan compleja y complicada como ha sido la sociedad venezolana en lo que va de siglo XXI y para lo que, aclaro desde ahora como estudioso social que mi posicionamiento ideológico está en el ser renovador ante los cambios (antes que revolucionario o conservador), demócrata en la convivencia (un “yo” sólido que respeta el “yo” de los otros y capacitado para hacer grupos en “nosotros”) y, finalmente práctico en la acción política lo que significa que estoy más en el encuentro racional de soluciones concertadas que en la defensa de posiciones dogmáticas o pragmáticas a priori que, por lo general agravan los problemas como el de la salud mental de una sociedad.
VERGÜENZA, CONTUMACIA Y AUTODESTRUCCIÓN
De esta manera y utilizando los tres parámetros que coloca la OMS, en los momentos actuales para calificar la salud mental, el venezolano, ahora está dividido en tres grandes sectores de acuerdo a su historia sociopolítica reciente, haciendo cada uno de ellos, que los otros dos se profundicen más en lo que pareciera convertirse en un círculo de profundización del subdesarrollo. El primero que calificamos y evaluamos es un venezolano “víctima” (que carece de poder), a un segundo que llamamos “victimario” (que alimenta y eterniza su poder de las víctimas) y a otro, tercero, que llamamos “superviviente” y que son todos los venezolanos que habiendo sido independientes hasta hace poco tiempo hoy, se encuentran negados a ser víctimas de los actuales victimarios desplazando a los antiguos sobrevivientes que se fueron en su mayoría a ser víctimas y otros a engrosar el rol de victimarios, este tercer tipo de venezolanos, los antiguos triunfadores meritocráticos, son ahora supervivientes “ilustrados”, con altos niveles de desarrollo intelectual, social y hasta económico.
En este año hemos encontrado en forma sorpresiva que las víctimas tienen “vergüenza” al sentirse los causantes de haber colocado en las posiciones de poder a quienes están ahora, fortaleciéndolos y afianzándolos continuamente. Hoy se sienten, sin expresarlo abiertamente, vejados por ellos. Reconocer abiertamente que se equivocaron eligiendo les haría sentir aparte de avergonzados, con peor credibilidad.
Los victimarios practican la “contumacia” (RAE: tenacidad y dureza en mantener un error), entendiendo que existen las posibilidades que se haga por crasa ignorancia o, en forma estratégica, para el logro de un objetivo muy específico, incluso de tipo ideológico en el cual es necesario derrumbar el sistema anterior en base a la profundización de estos fracasos.
Los supervivientes ilustrados son los antiguos independientes con logros y éxitos en el pasado que hoy, por mantenerse en el país por las razones más diversas, se encuentran “indignados” (lo que no sienten las víctimas) pero además con un gran sentido de impotencia. Esta mezcla de indignación impotente es una realidad muy cercana a la autodestrucción.
INTELECTUALIDAD ENFOCADA
Con estos brevísimos perfiles básicos de la población venezolana 2016, podemos imaginar fácilmente sobre cuál es la participación intelectual de cada sector descrito y que será, en el grupo de las víctimas, volverse sinvergüenzas o luchar contra este sentimiento de vejación continua y de haber sido simples herramientas; en el gobierno contumaz, su intelectualidad se enfoca en cómo defender por un tiempo más esa contumacia para lograr que los supervivientes ilustrados terminen de irse o autodestruirse y a estos supervivientes ilustrados, que son personajes de la desesperación culta, su intelectualidad está dirigida a cómo encontrar una vía que les abra la posibilidad real de obtener el poder en las próximas semanas.
RELACIONES POSIBLES
En cuanto a las posibilidades de relaciones, estas solo tienen tres posibilidades que son la integración víctima/victimario en una clásica relación de dependencia en la que se continúen dando las de “amorodio” tan frecuentes en las telenovelas y los boleros; la segunda que estaría dada entre las víctimas avergonzadas y los supervivientes autodestructivos que generaría un cuadro de alta explosión social y que se da con la aparición de líderes que busquen esto tanto en las víctimas para que superen la vergüenza o de los supervivientes ilustrados que se den cuenta que son mayoría excluida en los actuales momentos. Y la tercera posibilidad que los contumaces se integren en formas creativas o veladas a los supervivientes ilustrados dando pie a actuaciones de Real Politik pero que ya muchos verían como la aparición más evidente de la que llamamos “Groteske Politik” que haría a las víctimas avergonzadas terminar por reír por la fealdad de las acciones, la exageración de sus dinámicas, la ridiculez de sus conclusiones y las carcajadas que se dan para esconder los gritos de llanto.
ACTIVIDAD LABORAL DE ACUERDO A LA INTELECTUALIDAD
En cuanto al tercer elemento de Participación Laboral como indicador fundamental de Salud Mental, ninguno de los tres grupos, en sus actuales condiciones está en capacidad de realizar trabajos para el crecimiento y desarrollo de la sociedad venezolana ya que la gran cantidad de víctimas en supervivencia (no de supervivientes como víctimas) solo buscan garantizar la presencia de los elementos básicos de comidas y medicamentos que le permitan seguir vivos, mientras que los contumaces tienen como trabajo fundamental seguir en el poder que les asegure no caer en supervivencia y los supervivientes indignados e impotentes en no caer en la cercana situación de convertirse en sumisas víctimas de un liderazgo que no deja el poder fácilmente.
Con todo este planteamiento, la pregunta es si algún grupo de venezolanos puede llenar los criterios de salud mental que establece la OMS.
LA SALIDA VENEZOLANA EN SALUD MENTAL
Con esta dura descripción de perfiles básicos de la dinámica social venezolana, la posible salida a todo esta realidad y que es un elemento que aparte le conviene a todo el entorno sociopolítico y económico de América Latina, está en la aparición de algunos cambios precisos en la mentalidad de quienes están liderando estas dinámicas que, aunque luzcan algo complejas y hasta imposibles de lograr, puedan ser comprendidas bajo el concepto poderoso pero peligroso (por las malas interpretaciones que se hagan de él) de Poder Mental como la capacidad para generar pensamientos que comiencen con una adecuada percepción de la realidad que facilite las actitudes proactivas para evitar las continuas y fallidas respuestas reactivas que no utilizan adecuadamente la memoria ni la inteligencia haciendo que las reacciones no tengan un criterio sólido sino eternamente improvisado.
¿CÓMO QUITARLE VERGÜENZA AL PUEBLO?
En este caso específico, con la metódica con la que enfrentamos la presencia de nuestra salud mental como sociedad, el pensamiento proactivo tiene que encontrar cómo quitarle la vergüenza a una sociedad que ha “fallado” escogiendo a sus dirigentes, aprovechando –incluso- la parte buena del sentir vergüenza que es la presencia de la otredad o de la importancia del otro en la vida propia. Saber quitar la vergüenza y canalizarla a las acciones concretas como emoción o como sentimiento destructivo no es fácil, más cuando vemos en la práctica, cuando daño hace su presencia en las vidas humanas individuales. ¿Alguien tiene la terapéutica para la vergüenza colectiva que está dañando a muchas sociedades?
¿CÓMO NEUTRALIZAR LA CONTUMACIA?
¿Cómo decirles a los líderes que practican la contumacia que dejen de hacerlo por el bien de las sociedades y de ellos mismos? ¿Cómo hacerles conocer qué las ideologías, entendidas como esquemas para obtener la mejor sociedad posible, es también flexible y cambiante?¿Cómo explicarles que las ideologías no están para hacer que la gente sea feliz sino para que el ser humano tenga el mayor bienestar posible y que la felicidad, es un problema de tipo personal que cada quien debe enfrentar de manera particular?
¿QUÉ HACER CON LA INDIGNACIÓN?
¿Cómo hacer que muchos de los supervivientes ilustrados, manejen de manera más adecuada su indignación? ¿Qué se podría manejar mejor con criterios éticos de una mejor convivencia en vez de con severos esquemas morales de poder herido? ¿Cómo hacer que la indignación no se vuelva en contra de quien la siente? ¿Dónde está una clara escala de valores que permita actuar en forma eficaz contra los elementos que generan indignación?
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