Salir de la cárcel del rencor 🔐
Hace unos días estaba en Francia entrevistando a Tim Guénard, que es un boxeador, en realidad fue un boxeador, una persona que desde niño conoció el sufrimiento porque fue maltratado por su papá que le rompió muchos huesos, por su mamá que le abandonó y vivió en una cárcel durante mucho tiempo. Es una cárcel invisible pero que, según me explicaba Tim, está muy presente en el corazón de muchas personas.
Es la cárcel en la que te meten cuando alguien te dice “Tú eres malo” y lo serás porque “como a tí te pegaron…Tú pegarás”, “como tus padres se separaron…Tú te separarás”, “como tú has sido educado en el odio…Tú odiarás”.
O bien, una cárcel que parece menos inocente, pero no lo es. Imaginemos un profesor que le dice a un alumno: “Tu el año que vienes tendrás problemas porque este año los has tenido”, bueno, esa cárcel es muy frecuente y esos carceleros son muy frecuentes, los que intentan meternos, encerrarnos en nuestro pasado para no salir de él. Bueno, esa cárcel es negar la acción de Dios en la vida de cada persona.
Un día Tim iba a atracar un banco en París. No era el primero que atracaba y cuando fue a cruzar la calle para atracar el banco escuchó como un papá le decía a su hijo esto: “Estoy muy orgulloso de tí” y vio como ese papá abrazaba a su hijo o le besaba o le hacía una caricia y fue tan poderoso el ejemplo, lo que él sintió…”¡Anda! ¡Un papá que se porta bien con su hijo!”, que en lugar de atacar el banco le siguió por la calle para, como decía él, “robar amor”, le faltaba amor y él quería robar ese amor que veía en ese papá y en ese hijo…Y ese papá con el que nunca habló y que le persiguió por la calle, ese que vio cómo se relacionaba con su hijo… pues nunca sabrá que eso que le digo a su hijo, fue lo que Dios utilizó para cambiar la vida de Tim, para cambiarla completamente y hoy es una persona que no sólo ha robado mucho amor de muchos papás, que se han portado bien con sus hijos sino que va dando amor primero a sus cuatro hijos, a su esposa y a tantas personas a las que va dando amor por el mundo.

Hay una historia que leí hace tiempo que más o menos recuerdo así:
"Después de muchos años, se encuentran dos compañeros sobrevivientes del campo de exterminio de Auswicht. Uno no paraba de recordar con todo odio y rencor todo lo que habían padecido juntos, ¡del horror, de la barbarie, del genocidio, del infierno!
Lo contaba como si fuera ayer mismo lo acontecido. Hasta que el otro compañero le respondió: que todavía seguía prisionero en Auswicht, que el odio lo seguía condenando y esclavizando y matando..."
0 comments :
Publicar un comentario