Pío Moa, autor de ‘Europa,
introducción a su historia’:
España es europeísta e hispanófoba
El historiador vuelve a dar la batalla con "Europa, introducción a su historia", en el que sostiene que se puede hablar de civilización europea porque hay un elemento vertebrador: la cultura cristiana, ya sea en su variante católica, ortodoxa o protestante.
Hoy el proyecto europeo, y no sólo el de la Unión Europea, está más cuestionado que nunca. Por no decir que navega a la deriva. En gran parte, sostiene el historiador Pío Moa, por renegar y atacar las raíces cristianas del continente.
A juicio del historiador gallego el mayor desafío al que se enfrenta el viejo continente ni siquiera es la invasión islámica, sino la propia burocracia de Bruselas, cuya renuncia a los valores explica su vocación a destruir la cultura y civilización europeas.
Moa vuelve a dar la batalla con “Europa, introducción a su historia” (La esfera de los libros), en el que sitúa la etapa de la Ilustración como la de mayor hostilidad hacia la idea religiosa. Lo peor, recoge, son las ideologías que nacieron de ahí. Todas negaron a Dios. “Estas ideologías son muy opuestas entre sí y rechazan la fe que se deposita en la razón como capaz de establecer unas conclusiones generales, universales e inequívocas sobre el ser humano y el mundo”.
Pese a todo (las diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas de Europa) el autor cree que se puede hablar de civilización europea porque hay un elemento vertebrador: la cultura cristiana, ya sea en su variante católica, ortodoxa o protestante.
Dedica el libro “a los políticos y periodistas”. ¿Tan mal ve a ambos gremios?
Hace poco Juan Luis Cebrián dijo que la clase política y los medios de comunicación están bastante degradados, y él sabe bastante de eso porque ha sido uno de los que más han contribuido a ello. Hay una falta de cultura, de conocimiento histórico y de análisis político terrorífico tanto en los medios como en la política. Yo intento con esta introducción a la historia de Europa que estos personajes sepan un poco de lo que hablan porque son muy europeístas y eurobeatos y tienen una completa falta de sentido crítico, y, sin embargo o por ello mismo, saben muy poco de lo que ha sido y significa Europa.
¿Existe la civilización europea como tal? En ese caso, ¿qué es lo que vertebra Europa? Hablamos de un continente muy heterogéneo en cuanto a lengua, arte, cultura, economía…
Europa ha sido un laberinto de lenguas y culturas que han estado muy a la greña unas con otras. Sin embargo, hay una base que nos permite hablar de civilización europea y es la cultura cristiana en sus tres variantes: católica, protestante y ortodoxa. Y a pesar de las diferencias entre ellas es un elemento cultural civilizatorio porque es el que salvó la civilización cuando cayó el Imperio Romano de Occidente.
“Desde el Concilio Vaticano II da la impresión de que la Iglesia más que orientar a la sociedad se está orientando por ella, es decir, por los subproductos de la Ilustración, o sea, por las ideologías”
También ha habido ataques al cristianismo dentro de Europa.
Es que también caracteriza a la civilización europea la revuelta contra la fe cristiana que se produce a partir de la Ilustración. Pero el cristianismo tiene una particularidad respecto a otras religiones: separa al César de Dios, separa el poder espiritual del poder político y esto crea una dinámica histórica muy fuerte de tensión entre ambos poderes y al mismo tiempo una tensión entre la fe y la razón. El cristianismo hereda el racionalismo, la filosofía de Grecia y el Derecho Romano, etc. Esta tensión interna es muy creativa en general, aunque a veces generó violencia como en la Edad Media. Más tarde, en la Ilustración, se produce una revuelta de la razón contra la fe.
¿En qué se basó esta revuelta?
Es una crítica que supone que la religión cristiana -y la religión en general- es un producto de la ignorancia y la impotencia del ser humano. En la Ilustración se produce una especie de religión sustitutoria o sucedánea en la cual se supone que la razón se vuelve omnipotente, es decir, permite superar la ignorancia que ha dado lugar a las religiones tradicionales y que la técnica y la ciencia permiten superar la impotencia del ser humano ante el mundo.
¿Qué ha supuesto el negar a Dios
Fundamentalmente ha dado lugar a ideologías que tienen concepciones del mundo, la vida y el ser humano que se basan en la razón y excluyen la fe. La conclusión han sido unas ideologías muy opuestas entre sí que rechazan la fe que se deposita en la razón como capaz de establecer unas conclusiones generales, universales e inequívocas sobre el ser humano y el mundo.
Si tomamos la Ilustración como el momento en el que Europa comenzó a renegar de sus raíces, ¿por qué tiene tan buena prensa?
Es una cosa curiosa porque los resultados de la Ilustración han sido muy contradictorios. La verdad es que la fe tradicional cristiana no excluye a la razón ni mucho menos, pero establece una tensión entre dos elementos que por un lado son complementarios y, por otro, opuestos. Esto es lo que en gran medida produce el pensamiento europeo.
¿Qué papel ha jugado la Iglesia frente a estas ideologías?
Desde el Concilio Vaticano II da la impresión de que la Iglesia más que orientar a la sociedad se está orientando por ella, es decir, por los subproductos de la Ilustración, o sea, por las ideologías. Es mi impresión.
“La Unión Europea va contra todo lo que ha sido Europa y trata de establecer una cierta homogeneidad, incluso lingüística, con el inglés como idioma superior”
¿Y qué papel tiene la religión en el devenir humano? Usted hace tiempo que rechazó la idea marxista de que la economía da sentido a la historia. ¿Por qué la mayoría de autores no tiene en cuenta la religión como motor de cambio?
Porque la economía es un elemento más fácilmente contrastable que la religión. Usted puede ver cómo casi todas las interpretaciones de la vida y el sentido de la vida se basan en la economía, que se puede medir. La técnica se puede desarrollar o comprobar, pero con la religión es más difícil. La religión opera de dos maneras: mediante la moral, que cuando se separa del hecho religioso se convierte en simples convenciones que pueden cambiar de manera arbitraria según las circunstancias. En ese caso el ser humano se ve perdido en un vendaval. Y por otro lado ejerce una influencia difícil de concretar e imposible de medir a través de la sugestión. La religión es el elemento sugestivo y creativo de las culturas.
¿A qué se refiere?
Lo explico: desde un punto de vista racional y científico un libro no es más que un volumen que se puede medir, pesar y ver las letras que tiene, pero ese libro representa el espíritu de alguien que lo ha creado y ese espíritu no aparece en el libro, no aparece en una máquina… y sin embargo está ahí. Pues con la religión pasa algo parecido: tiene una fuerza sugestiva extraordinaria que se manifiesta tanto en la economía como en el arte o la ciencia. Por eso enfoco la historia de Europa desde el punto de vista de cómo el cristianismo ha salvado la civilización tras las épocas de las invasiones y cómo finalmente ha suscitado por sus tensiones internas entre razón y fe esta tendencia de romper con la fe e imponer la razón que, sin embargo, ha dado lugar a tremendas atrocidades.Sede del parlamento europeo / Wikimedia
¿Y la Europa de hoy? ¿Es la UE fiel a la idea de civilización europea?
No, es lo contrario. La UE, que no debió haber pasado nunca del mercado común que era beneficioso en principio para todos, va contra todo lo que ha sido Europa. Es una exacerbación de algunos de los ideales de la Ilustración que rompe con la historia, las naciones, las culturas y la diversidad cultural que ha creado a Europa. En su lugar trata de establecer una cierta homogeneidad incluso lingüística con el inglés como idioma superior, que es extremadamente perjudicial y conduce a un nuevo totalitarismo.
¿Qué le debe España a Europa? ¿Y al revés?
España siempre ha estado en Europa y ha dado más a ésta de lo que ha recibido de ella. En la alta Edad Media se fueron formando dos Europas: la de las naciones, que son las del arco atlántico; y la de los imperios, en el centro y el este. España, dentro de la Europa occidental, ha sido una de las grandes salvadoras de la cultura y la civilización europea. Desgraciadamente a partir del siglo XVII pierde su originalidad y su fuerza creativa. El siglo XVIII es un siglo más bien francés y el XIX inglés, y es desastroso para España. Ahora no sabemos lo que España podría aportar a una época de decadencia que vive Europa a partir de 1945.
Las encuestas dicen que somos el país más europeísta. ¿De dónde procede esta fiebre?
España es muy europeísta porque es un país hispanófobo. Ese rechazo a la propia España que intenta encontrar una solución a una idea completamente ficticia de Europa procede del desastre de l898. Ese año se desarrollan en España ideas que afirman que nuestra historia es enferma y anormal y que por ello había que europeizarla.
“Hoy no veo líderes con ideas claras excepto Viktor Orban y los polacos, aunque sólo en parte; Fillon tampoco me gusta aunque me parece bien esa reacción en Francia porque puede beneficiar a España al igual que ha sucedido con Trump”
Ortega y Gasset decía que España es el problema y Europa la solución.
La realidad es que la historia de España no ha sido ni enferma ni anormal. Y esa europeización partía de un conocimiento real de lo que era Europa, porque para ellos Europa era Francia, Inglaterra y Alemania. Pero cada uno de estos países eran muy distintos. Pero estos europeístas eran incapaces de apreciar las diferencias entre estos países, incluso de escribir un simple libro de viajes por Europa que fuera interesante. Lo más curiosos es que ninguno de estos europeístas vio venir la Primera Guerra Mundial. Era una actitud un tanto paleta, muy típica además en España: querían superar los problemas de España pero los veían de una forma equivocada y, por lo tanto, no le encontraban solución. Su idea de Europa era absurda y en consecuencia el europeísmo es acrítico, beato y algo chabacano y se basa en la hispanofobia, una idea falsa de lo que ha sido España.
¿Ve hoy a algún líder en el continente que encarne los valores tradicionales europeos?
No veo unos líderes con unas ideas claras, excepto Viktor Orban y los polacos, aunque sólo en parte porque no son adaptables a España, que es un caso muy particular. Veo una reacción, pero no una alternativa muy clara. La reacción es absolutamente necesaria y muy justa. Putin representa lógicamente los intereses rusos que, por otra parte, son muy justificados porque Rusia está siendo asediada y tiene que defenderse.
¿Quizá en Francia?
Fillon tampoco me gusta. Me parece bien que haya esa reacción en Francia porque puede beneficiar a España al igual que ha sucedido con Trump en Estados Unidos, pero en España tenemos que buscar nuestro camino y no veo que esto se haga de una manera clara. No tenemos por qué asimilarnos demasiado a otros países y tenemos que defender nuestros intereses.
¿Cuál es el mayor desafío para Europa? ¿La invasión islámica?
El islamismo es uno de ellos, pero el mayor es cómo está planteada la propia Unión Europea, que es un intento de destruir la cultura y civilización europeas. Si el islamismo se ha convertido en un problema es gracias a la renuncia de los valores por parte de la burocracia de Bruselas.
"España es un país raro. Nos repele el vecino y nos molesta la idea de compartir solar patrio con él; habla mal el valenciano del catalán y el catalán del valenciano, habla mal el vizcaíno del riojano y el riojano del navarro, habla mal el berciano del gallego y el gallego del maragato, llama el asturiano cazurro al leonés y éste tiene al de Oviedo por súbdito de su gloriosa corona, aborrece el granadino al sevillano y el sevillano considera la Alhambra un remedo provinciano de la gloria hispalense; y todos hablan mal del castellano, quien aguanta la afrenta y mira con rencor a esos todos.
Pero si alguno levanta la mano contra la suma de cuanto no apreciamos, eso que llaman España, entonces hierve no sé qué instinto sepultado en el moho de los siglos, no sé qué furor atávico, no sé qué derecho de la sangre y ley de los pretéritos, no sé qué grito de la tierra sagrada...
Y lo fulminamos". Jose Vicente Pascual
OCCIDENTE CONTRA SÍ MISMO
"Occidente siente un odio por sí mismo que es extraño y que sólo puede considerarse como algo patólico. Sólo ve de su propia historia lo que es sensurable y destructivo, al tiempo que no es capaz de percibir lo que es grande y puro". Joseph Ratzinger
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