Hoy, día 12, se conmemora la jornada mundial contra el Trabajo Infantil.
En la actualidad hay 215 millones de niños que trabajan en el mundo, y más de la mitad lo hace desempeñando tareas peligrosas para su integridad física o su salud. Muchos de ellos sufren, además, la forma más degradante de trabajo: la esclavitud. Mano de obra muy barata y sumisa porque no conoce sus derechos los convierten en niños sin infancia ni sueños.
Más de nueve millones de menores tratan de sobrevivir en situación de esclavitud y más de un millón es víctima del tráfico infantil. Son datos fríos que esconden rostros e infancias rotas.
El misionero salesiano español José Luis de la Fuente conoce muy de cerca la realidad de miles de niños africanos que son vendidos para trabajar como esclavos domésticos. “Son niños, sobre todo niñas, que han sido vendidos para hacer trabajos en casa, pero hablamos de menores de 8, 9 ó 10 años”, explica.
“Hay niñas que han estado trabajando 4 y 5 años obligadas y explotadas, desde por la mañana hasta por la noche. Estas niñas pueden valer alrededor de 13 euros”
- José Luis de la Fuente, misionero salesiano español en Togo.
MENORES SIN INFANCIA
Los niños y las niñas son explotados de innumerables formas:
- Porteadores.
- Vendedores ambulantes.
- Servicio doméstico.
- Aparcacoches.
- Mineros.
- Venta y tráfico de niños.
- Prostitución.
- Mendicidad.
- Reclutamiento militar.
La pobreza, la falta de educación, la pertenencia a familias desestructuradas… son causas de la explotación de los menores. Por estos motivos, y coincidiendo con la conmemoración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, desde Misiones Salesianas hemos lanzado la CAMPAÑA 'NO ESTOY EN VENTA' para denunciar esta realidad invisible. Además, trabajamos para que estos menores tengan una oportunidad de futuro: casas de acogida, formación, alfabetización, aprendizaje de oficios, reinserción familiar y social, teléfonos de atención al menor, unidades nocturnas, observatorios…
son acciones que los misioneros salesianos llevan a cabo en más de 130 países.
Kawi, 15 años
"Mis padres eran alcohólicos
y mi abuela me vendió en Nigeria
a una familia para trabajar
en el servicio doméstico.
La dueña me pegaba,
me hacía cortes con cuchillos
y me quemaba con agua hirviendo..."
VER+:
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