Y LA PALABRA SE HIZO PUEBLO
Entonces el agua,
en su cálido impulso de vida,
sabrá emplear su maternal lodo
para lavar las sangrientas manos de los hombres
que encontrarán el secreto de su canción auténtica.
Ya no tendrá el arpa cuerdas rotas
y la flauta reanudará su aire joven y dulce.
El primer himno será para la Justicia.
La Guerra irá, insepultada,
a ahogarse en la lejanía, donde el Mal expira
en sucia muerte
para siempre.
Amar,
Amar,
Amar sin reserva,
con todo nuestro ser
y cantar a nuestros mártires,
al pan blanco,
a la luz
para siempre.
Muhammad Aziz al-Hababi
Marruecos
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