EL Rincón de Yanka: LIBRO "LUPUS DEUS, EL DIOS LOBO": 🐺 REGRESO AL TÓTEM por FERNANDO LÓPEZ-MIRONES 👿👥💀

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viernes, 31 de mayo de 2024

LIBRO "LUPUS DEUS, EL DIOS LOBO": 🐺 REGRESO AL TÓTEM por FERNANDO LÓPEZ-MIRONES 👿👥💀


LUPUS DEUS, 
EL DIOS LOBO:
REGRESO AL TÓTEM



NACE UNA NUEVA RELIGIÓN LAICA APOCALÍPTICA BASADA EN LA IRA, 
DISFRAZADA DE AMOR POR LA NATURALEZA, EL PLANETA Y EL CLIMA, 
DISEÑADA PARA JUSTIFICAR LA PÉRDIDA DE LIBERTADES.
SU DOGMA: EL SER HUMANO ES MALO Y EL RESTO 
DE LOS ANIMALES, LOS NUEVOS DIOSES.

Tras el convencimiento falaz de que sobran seres humanos en el planeta, se extiende amenazante una ideología inducida que considera que la vida de una mascota es más valiosa que la de personas que disienten, bebés no nacidos, o ancianos enfermos.

Nace así una peligrosa nueva religión laica apocalíptica basada en la ira, pero disfrazada de amor por la naturaleza, el planeta y el clima. Un nuevo sistema de valores que está poniendo en jaque las libertades. Su dogma: el ser humano es malo y el resto de los animales son los nuevos dioses. Esta coartada moral de «la naturaleza herida» se está utilizando para sojuzgar a la humanidad.

Un extraño encuentro con una manada de lobos en el Parque Nacional de Yellowstone, en Montana, hace veinticuatro años, abrió la reflexión de este zoólogo sobre el significado místico de un animal totémico más allá de la biología. En estas páginas argumenta, con un enfoque original y aportando datos asombrosos, lo que aquella increíble experiencia le enseñó: la diferencia entre dos perspectivas opuestas; el lobo de Dios —lupus dei— y el dios Lobo —lupus deus—.

El lobo es una criatura de Dios, pero no es un dios, como quieren que creamos. En ese matiz se sustenta toda la narrativa de agendas medioambientales, sociales y económicas planteadas por organismos supranacionales, ONG y falsos filántropos que promueven este postulado pseudorreligioso cientifista basado en que el hombre está destruyendo el planeta, pero, ¿y si no fuera cierto?

Prólogo dedicatoria a LUPUS DEUS

De los gruesos sillares de granito gris de aquel lugar manaba una energia mística inspiradora. Era la antigua casa de santa Teresa de Jesús, en la ciudad amurallada de Ávila, en el Reino de España, un 26 de marzo del año 2023, frío, pero soleado. Atravesaba el patio central ajardinado lleno de abetos, rodeado de grandes ventanas antiguas de ma­dera, para dirigirme a desayunar al comedor de las monjas antes de las conferencias del día, cuando vi a Fernando asomado a una de ellas. Nos saludamos sonriendo y me dijo: «Buenos días, ahora bajo». Entonces, una intuición irresistible me im­pulsó a hacerle una foto que incluyo en este libro.

Estábamos en el último de sus ya legendarios Encuentros Eleusinos, en concreto el número XXXVII, titulado «El Arca de Noé. Zoología sagrada». Este libro está basado en una búsqueda de años detrás de los significados mágicos de los animales en las dife­rentes culturas que me voy encontrando cuando viajo a rodar mis películas documentales. Conviviendo con los pueblos origina­rios de cada selva, desierto, bosque, río, estepa o mar, aprendí a escuchar los consejos de los ancianos sabios y de los cazadores in­dígenas, hasta darme cuenta de que las leyendas locales coincidían con la zoología muchas más veces de lo esperado. Tomando no­tas e investigando, me percaté de que hay una sabiduría ancestral acerca del comportamiento de los animales totémicos más allá de la ciencia convencional. Mi objetivo era encontrar criaturas salvajes para filmarlas; pero, siguiendo los consejos de los que viven allí, lo conseguía más eficientemente que con la simple etología. Pronto empecé a sentir lo que me narraban, hay algo místico que muchos animales detectan. Parecen saber si vas con el corazón limpio, da la sensación de que se dan cuenta de tus ondas cerebra­les, hay algo que perciben, algo que emiten, se acercan a tu tranquilidad.

Este libro se lo dedico al alma inmortal de mi último amigo, Fernando Sánchez Dragó, al que no pude salvar con el anterior. Tuvi­mos un flechazo de Prometeo que yo no merecía, me concedió honores que todavía no entiendo. No sé por qué se fijó en mí los últi­mos días de su vida, cuando él era una leyenda, y yo, solo un escritor maldito.

«Yo también quería ser zoólogo», me dijo. Este era el libro que íbamos a escribir juntos cuando se lo llevó san Gabriel, porque él merecía cruzar el Gran Río con el mayor arcángel como psicopompo. Un hombre de energía inagotable que escuchaba como un niño, hablaba como un sabio y miraba como un gato. Cuando el mundo me volvió la espalda, él me regaló un pulso de luz antes de irse; me dejó un testigo inmaterial, un ejemplo lúcido de cómo morir escribiendo y escribir muriendo.

Aquel domingo 26 de marzo de 2023 en Ávila que jamás olvidaré, cuando terminé mi conferencia titulada «Simbiología, retorno al Tótem», Fernando Sánchez Dragó, sentado a mi lado en la mesa presidencial, tomó el micrófono y dijo: «Yo, ante todo, tocayo, tengo que manifestarte mi entusiasmo. Tú encarnas mejor que nadie, y han pasado muchas personas por los Encuentros Eleusi­nos, pero tú encarnas mejor que nadie el espíritu de los Encuentros Eleusinos tal y como yo los concebí. De tal manera que yo te ofrezco la posibilidad de crear en el ámbito de estos Encuentros Eleusinos una especie de cátedra López-Mirones, de tal manera que tú, siempre que tus ocupaciones te lo permitan, acudas a los encuentros para hablar de lo que te dé la gana, coincidiendo o no coincidiendo con el tema planteado en los Encuentros. Queda creada la cátedra».

Murió quince días más tarde, el 10 de abril. No volvimos a vernos.

El Gran Gato y un lobo sin manada aullaremos juntos algún día si Dios me permite estar a su lado. Perdí a mi padre de niño, no co­nocí a mis abuelos, mi hermano mayor fue asesinado, no tenía referentes masculinos hasta que llegó él con su sonrisa y me dijo:
«Escribe, Fernando, escribe»; y eso hago.

Al siguiente Encuentro Eleusino no fui invitado. Un aullido

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