Es probable que muy pocos de los que se preparan para votar en las elecciones europeas se hayan preguntado por el significado político de su gesto. Al estar llamados a elegir un «parlamento europeo» no especificado, pueden creer de buena fe que están haciendo algo que corresponde a la elección de los parlamentos de los países de los que son ciudadanos. Es importante aclarar de inmediato que este no es el caso en absoluto. Cuando hoy hablamos de Europa, lo más importante que se elimina es, ante todo, la realidad política y jurídica de la propia Unión Europea. Que se trata de una autentico fraude se desprende del hecho que se evita por todos los medios dar a conocer una verdad que es tan embarazosa como evidente. Me refiero al hecho de que desde el punto de vista del derecho constitucional, Europa no existe: lo que llamamos la «Unión Europea» es técnicamente un pacto entre Estados.
El Tratado de Maastricht, que entró en vigor en 1993 y que dio su forma actual a la Unión Europea, es la sanción definitiva de la identidad europea como mero acuerdo intergubernamental entre estados. Consecuentemente hablar de democracia en relación con Europa no tenía sentido, los funcionarios de la Unión Europea intentaron llenar este déficit democrático redactando el proyecto de la llamada Constitución europea.
Es significativo que el texto que lleva este nombre, elaborado por comisiones de burócratas sin ninguna base popular y aprobado por una conferencia intergubernamental en 2004, cuando fue sometido a votación popular, como en Francia y Holanda en 2005, fuera impresionantemente rechazado por una gran mayoría. Ante el fracaso de la aprobación popular, que efectivamente anuló la llamada "Constitución", el proyecto fue tácitamente -y tal vez deberíamos decir vergonzosamente- abandonado y reemplazado por un nuevo tratado internacional, el llamado Tratado de Lisboa de 2007.
Huelga decir que, desde un punto de vista jurídico, este documento no es una constitución, sino un acuerdo entre gobiernos cuya única coherencia se refiere al derecho internacional y que, por tanto, han tenido cuidado de no someterlo a la aprobación popular. No sorprende, por tanto, que el llamado Parlamento Europeo que se está eligiendo no sea, en realidad, un parlamento, porque carece del poder de proponer leyes, y que está enteramente en manos de la Comisión Europea. Unos años antes, el problema de la Constitución europea había suscitado un debate entre un jurista alemán cuya competencia nadie podía dudar, Dieter Grimm, y Jürgen Habermas, quien, como la mayoría de los que se llaman a sí mismos filósofos, estaba completamente carente de una cultura jurídica.
Es significativo que el texto que lleva este nombre, elaborado por comisiones de burócratas sin ninguna base popular y aprobado por una conferencia intergubernamental en 2004, cuando fue sometido a votación popular, como en Francia y Holanda en 2005, fuera impresionantemente rechazado por una gran mayoría. Ante el fracaso de la aprobación popular, que efectivamente anuló la llamada "Constitución", el proyecto fue tácitamente -y tal vez deberíamos decir vergonzosamente- abandonado y reemplazado por un nuevo tratado internacional, el llamado Tratado de Lisboa de 2007.
Huelga decir que, desde un punto de vista jurídico, este documento no es una constitución, sino un acuerdo entre gobiernos cuya única coherencia se refiere al derecho internacional y que, por tanto, han tenido cuidado de no someterlo a la aprobación popular. No sorprende, por tanto, que el llamado Parlamento Europeo que se está eligiendo no sea, en realidad, un parlamento, porque carece del poder de proponer leyes, y que está enteramente en manos de la Comisión Europea. Unos años antes, el problema de la Constitución europea había suscitado un debate entre un jurista alemán cuya competencia nadie podía dudar, Dieter Grimm, y Jürgen Habermas, quien, como la mayoría de los que se llaman a sí mismos filósofos, estaba completamente carente de una cultura jurídica.
Frente a Jürgen Habermas, que pensaba que en última instancia la constitución se podía basar en una mítica "opinión pública", Dieter Grimm tuvo buenas razones para explicar la imposibilidad de una constitución por la sencilla razón de que no existe un pueblo europeo y, por lo tanto, algo así como un poder constituyente carecía de todas las bases posibles... Porque como todos reconocemos el poder establecido presupone un poder constituyente, la idea de un poder constituyente europeo es la gran ausente en los discursos sobre Europa.
Por tanto, desde el punto de vista de su supuesta Constitución, la Unión Europea no tiene legitimidad. Por tanto, es perfectamente comprensible que una entidad política sin una constitución legítima no pueda expresar la voluntad política de los pueblos europeos. La única apariencia de unidad se logra cuando Europa actúa como vasallo de Estados Unidos, participando en guerras que de ninguna manera corresponden a nuestros intereses comunes y menos aún a la voluntad popular. La Unión Europea actúa hoy como una rama de la OTAN (que es en sí misma un acuerdo militar entre estados).
Por tanto, desde el punto de vista de su supuesta Constitución, la Unión Europea no tiene legitimidad. Por tanto, es perfectamente comprensible que una entidad política sin una constitución legítima no pueda expresar la voluntad política de los pueblos europeos. La única apariencia de unidad se logra cuando Europa actúa como vasallo de Estados Unidos, participando en guerras que de ninguna manera corresponden a nuestros intereses comunes y menos aún a la voluntad popular. La Unión Europea actúa hoy como una rama de la OTAN (que es en sí misma un acuerdo militar entre estados).
Sólo un poder constituyente de este tipo podría devolver la legitimidad y la realidad a las instituciones europeas. Entonces, debería quedar claro para entendidos y legos algo simple: según todos los diccionarios los impostores son «aquellos que obligan a otros a creer cosas ajenas a la verdad y a actuar según esa credulidad» . En otras palabras, la Unión Europea y su extensa burocracia son actualmente nada más que una autentica 'impostura'.
Otra idea de Europa sólo será posible cuando hayamos terminado con esta impostura. Para decirlo sin pretensiones ni reservas: si realmente queremos pensar en una Europa política, lo primero que debemos hacer es quitar del camino a la Unión Europea -o al menos, estar preparados para el momento en que, como parece ahora- inminente, se derrumbe.
Otra idea de Europa sólo será posible cuando hayamos terminado con esta impostura. Para decirlo sin pretensiones ni reservas: si realmente queremos pensar en una Europa política, lo primero que debemos hacer es quitar del camino a la Unión Europea -o al menos, estar preparados para el momento en que, como parece ahora- inminente, se derrumbe.
¿Cuánto nos cuesta mantener
el Parlamento Europeo?
(En el año 2014)
el Parlamento Europeo?
(En el año 2014)
Cada ciudadano europeo paga 3,10 euros al año para mantener el Parlamento Europeo. El 35% se destina a pagar a personal y políticos, y aproximadamente un 27% sirve para pagar sueldos y gastos de los eurodiputados.
Cada ciudadano europeo paga 3,10 euros al año para mantener el Parlamento Europeo, en comparación con lo que representa el 37,8% del coste del Bundestag para cada alemán (8,20 euros); el 38,2% de lo que su Parlamento nacional cuesta a cada francés (8,10 euros); el 42,4% del coste que supone para cada británico (7,30 euros) o el 53,4% del gasto al que debe hacer frente cada estadounidense.
El presupuesto del Parlamento Europeo para 2014 es de 1.756 millones de euros. De esta cantidad, el 35% se destina a gastos de personal, principalmente el salario de los 6.817 empleados que trabajan en la Secretaría General y en los grupos políticos, entre los que se incluyen los costes de interpretación, traducción y gastos de misión.
Aproximadamente un 27% del presupuesto para 2014 se destina a gastos de los diputados, entre los que se incluyen salarios, gastos de viajes, despachos y la remuneración de asistentes personales. Además, los eurodiputados pueden elegir su propio personal; para ello, el Parlamento cuenta, según presupuesto, con 1.566 asistentes acreditados a su disposición.
Del total de trabajadores el Parlamento, incluyendo los de plantilla y los temporales, 4.036 trabajan en Bruselas; 100, en Estrasburgo; 2.445, en Luxemburgo y 236 en otros lugares. El 59% son mujeres y la media de edad es de 46 años, sobre todo belgas, a los que siguen italianos, franceses, alemanes y españoles.
En el Parlamento se utilizan 24 lenguas oficiales, por lo que el peso de la traducción es bastante elevado. Cuenta con 430 intérpretes de plantilla y puede recurrir a 2.500 autónomos, de los que entre 800 y 1.000 están disponibles para las sesiones plenarias. Unos 700 traductores que traducen más de 100.000 páginas al mes. La Dirección General de Traducción del Parlamento dispone del 23,5% del total de la plantilla que trabaja en él.
A las dos últimas lenguas en incorporarse el año pasado -el irlandés y el croata-, el parlamento traduce alemán, búlgaro, checo, danés, alemán, inglés, estonio, finlandés, francés, griego, húngaro, italiano, letón, lituano, maltés, polaco, portugués, rumano, eslovaco, esloveno, español y sueco.
El 1% de los ingresos va al presupuesto. Apenas un 1% de la riqueza de la Unión, es decir, unos 240 euros por habitante, va a parar al presupuesto anual de la UE, que asciende a más de 120.000 millones de euros al año. En 2011, en plena crisis económica, el presupuesto europeo para ese año (129,3 millones de euros) supuso el 1,02% del PIB europeo anual, que ese año fue de 12.649 millones, en comparación con países como Reino Unido (cuyo gasto público ese año supuso un 48,5% de su PIB nacional), Finlandia (54,8%) o España (45,2%).
Los Estados miembros financian la UE con un 0,73% de su renta nacional bruta, pero estos sólo representan dos tercios del presupuesto final de la Unión. La UE obtiene también recursos propios de los derechos de importación que cobra a los productos procedentes de países no miembros y de un porcentaje del impuesto sobre el valor añadido (IVA) recaudado por cada país miembro.
La UE retiene impuestos sobre los sueldos de su personal, además de recibir las aportaciones de países no miembros a programas europeos, a lo que hay que añadir los importes de las multas a empresas que vulneran la normativa europea.
¿De tres sedes a una?
Las sedes de las instituciones europeas se reparten entre Estrasburgo (Francia), donde está la sede oficial y de la mayor parte de las sesiones plenarias; Bruselas (Bélgica): donde tienen lugar las reuniones de las comisiones parlamentarias, y Luxemburgo: sede de la Secretaría del Parlamento (dirección de personal).
Los eurodiputados han solicitado una sede única, ya que supondría un el 4,96% del presupuesto del Parlamento Europeo para 2014, unos 88,9 millones de euros al año. No obstante, para llevarlo a cabo habría falta modificar el Tratado de la Unión.
* Información procedente de la
Oficina del Parlamento Europeo en España
EL PARLAMENTO EUROPEO:
un cáncer para el bolsillo del contribuyente
(tal y como está organizado en la actualidad).
¿Sabía
usted que cada europarlamentario, buena parte de los cuales apenas
balbucean otro idioma distinto del suyo, perciben un sueldo de 180.000 €s, más una dieta de 350 €s diarios, 28.000 €s adicionales
al mes para pagar "asesores", y, por si fuera poco, aviones y hasta
taxis gratuitos? (hay casos documentados en que los europarlamentarios
se ponen de acuerdo con el taxista para repartirse en B el importe
inflado de la carrera del taxi: se lo escuché decir a Aleix Vidal
Quadras).
¿Algún
partido lleva en su programa acabar con este dispendio? No debería
pagárseles más de lo que son capaces de ganar en la vida real.
Si las actividades de Estrasburgo se trasladaran a Bruselas,
se podrían ahorrar 103 millones €s
Mantener
las tres sedes de trabajo que, actualmente, tiene el Parlamento Europeo
(Estrasburgo, Bruselas y Luxemburgo) supone un coste adicional de casi
120 millones de euros, según estimaciones de la propia cámara
legislativa comunitaria consultadas por Europa Press. La Eurocámara
tiene a Estrasburgo como sede para las sesiones plenaarias; a Bruselas
como sede de comisiones y grupos parlamentatios; y a Luxemburgo como
sede de la Secretaría General del organismo.
El
uso de esta triple sede comporta unos gastos adicionales de 119,9
millones de euros cada año, aunque si todas las actividades de
Estrasburgo se trasladaran a Bruselas, se podrían ahorrar 103 millones
de euros, según un reciente estudio elaborado por la Eurocámara.
La eurodiputada Alemana Christine Anderson te cuenta en dos minutos
lo que en realidad es la Unión Europea
La heroica eurodiputada Christine Anderson se enfrenta
al Tratado de la OMS y pide a los votantes
que hagan responsables a los eurodiputados.
"Puede que no lo sepas, pero la abolición de la democracia por las élites globales continúa... El plan es permitir que la OMS se apodere de los poderes de gobierno ejecutivo de los Estados miembros en [el caso] de una pandemia. Otorgar poderes de gobierno a un organismo no electo es exactamente lo contrario del recurso democrático y le quita al pueblo la posibilidad de responsabilizar a los funcionarios...
A todas las personas en Europa, me gustaría decir, empezar a actuar ahora... Hágales saber que cualquier diputado al Parlamento Europeo que apoye esto o que vote a favor de esto nunca más obtendrá su voto".
VER+:
EUROPA NO ES NI EL TINGLADO DE BRUSELAS NI LAMPEDUSA:
¡ES NUESTRA CIVILIZACIÓN!
Europa no es la organización de Bruselas, y tampoco una moneda o un banco central.
Europa no es un espacio mundializado y sin fronteras.
Europa no es el mundo africano. Tampoco es tierra islámica.
Europa no es ni la fealdad ni el no-arte.
Europa es el continente de los europeos.
Europa son milenarios de historia: 700 millones de europeos.
Europa es una identidad: la civilización europea y cristiana.
Europa
son los templos griegos, los acueductos y teatros romanos, las capillas
románicas, las catedrales góticas, los palacios renacentistas, las
plazas mayores, los conventos, las iglesias barrocas, los castillos
clásicos, los edificios modernistas.
Europa son salvajes acantilados, majestuosas montañas, apacibles ríos.
Europa es el sentimiento de la naturaleza.
Europa son paisajes ajardinados por el hombre: desde los bosques hasta los pólders, desde los prados hasta los cultivos en terrazas.
Europa es el sentimiento de la naturaleza.
Europa son paisajes ajardinados por el hombre: desde los bosques hasta los pólders, desde los prados hasta los cultivos en terrazas.
Europa es la tierra del manzano y del olivo, de la viña y de la cebada.
Europa
no es el universo de la comida basura: es la gastronomía del aceite y
de la mantequilla, del vino y de la cerveza, del queso y del pan, del
salchichón y del jamón.
Europa
no es el mundo de la abstracción: es el arte de la representación, de
Praxíteles a Rodin, de los frescos de Pompeya a la Secesión de Viena.
Europa es el imaginario celta y el misterio cristiano.
Europa es la civilización que transforma la piedra en encaje.
Europa es el rechazo del aturdimiento: es la cultura que ha inventado el canto polifónico y la orquesta sinfónica.
Europa no es el mundo de Belfegor: es la civilización que honra a la mujer, diosa, madre o guerrera.
Europa es la cultura de la caballería y del amor cortés.
Europa es la cultura de la caballería y del amor cortés.
Europa
no es el mundo del control, es la patria de la libertad: la ciudadanía
griega, el foro romano, la Gran Carta inglesa de 1215, las ciudades y
las universidades libres del Medioevo, el despertar de los pueblos en el
siglo XIX.
Europa
es un patrimonio literario y mitológico: Homero, Virgilio, Hesiodo, los
Eddas, el Cantar de los Nibelungos y el ciclo artúrico. Es también
Shakespeare, Cervantes y Grimm.
Europa
es el espíritu de invención y de conquista: es Leonardo da Vinci y
Gutenberg; son las carabelas, las mongolfieras, los inicios de la
aviación y Ariane; son los puentes colgantes sobre los mares.
Europa
son los héroes que la han defendido a lo largo de los siglos: es
Leónidas y sus 300 espartanos que salvan a Grecia contra Asia; es
Escipión el Africano que salva a Roma de Cartago; es don Pelayo que
emprende la Reconquista; es Godrefoy de Bouillon que libera Tierra Santa
y funda el reino franco de Jerusalén; son Fernando de Aragón e Isabel
de Castilla que liberan Granada; es Iván el Terrible que aleja a los
mongoles de la santa Rusia; es don Juan de Austria que vence a los
turcos en Lepanto.
Europa
son lugares emblemáticos: el Partenón, la Plaza de San Marcos, San
Pedro de Roma, la Torre de Belém, Santiago de Compostela, el Monte
Saint-Michel, la Torre de Londres, la Puerta de Brandeburgo, las torres
del Kremlin.
¡Tal es nuestra civilización!
Hoy Europa es el hombre enfermo del mundo. Está culpabilizada, colonizada, debilitada. Pero no es ni fatal ni duradero. ¡Basta de arrepentimientos! ¡Afirmemos nuestra larga memoria! Escuchemos el mensaje de esperanza lanzado por Dominique Venner:
«Creo en las cualidades específicas de los europeos, que están provisionalmente adormecidos. Creo en el poderío de su individualidad, en su inventiva y en el despertar de su energía. El despertar vendrá. ¿Cuándo? No lo sé, pero no dudo de que ese despertar llegará».
OCCIDENTE CONTRA SÍ MISMO
"Occidente siente un odio por sí mismo que es extraño y que sólo puede considerarse como algo patólico. Sólo ve de su propia historia lo que es sensurable y destructivo, al tiempo que no es capaz de percibir lo que es grande y puro". Joseph Ratzinger
PROGRESO, DERECHOS Y LIBERTAD
EL LOBBY FEROZ
El fraude y la corrupción suponen una grave amenaza para la seguridad y los intereses financieros de la Unión Europea (UE). Las instituciones de la UE tienen como prioridad proteger estos intereses, tanto para dar el mejor uso posible al dinero de los contribuyentes como para luchar contra la delincuencia organizada y el terrorismo, para los que la corrupción es un terreno fértil.
La base jurídica para luchar contra el fraude y cualquier otra actividad ilegal que afecte a los intereses financieros de la UE es el artículo 325 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), el cual encomienda a la UE y a sus Estados miembros la tarea de proteger el presupuesto de la UE.
En el ámbito de la UE, la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude: lleva a cabo investigaciones administrativas independientes sobre el fraude, la corrupción y cualquier otra actividad ilegal que implique fondos o ingresos de la UE, con el fin de garantizar que el dinero de los contribuyentes de la UE llegue a proyectos que puedan ayudar a crear puestos de trabajo y a promover el crecimiento en Europa;
investiga las faltas graves cometidas por el personal de la UE y los miembros de las instituciones de la UE, contribuyendo así a reforzar la confianza de los ciudadanos en dichas instituciones;
desarrolla las políticas de la UE contra el fraude en su calidad de Comisión.
La Fiscalía Europea se creó de acuerdo con el Reglamento (UE) 2017/1939 y es el primer organismo de la UE con derecho a llevar a cabo investigaciones penales y a procesar el fraude y la corrupción que afecte a los intereses financieros de la UE.
La Comisión Europea aborda la corrupción tanto a escala de la UE como a escala internacional, en particular a través de sus direcciones generales de Migración y Asuntos de Interior y de Justicia y Consumidores.
La corrupción crea inseguridad en las empresas, reduce los niveles de inversión e impide que el mercado único funcione correctamente. Y, sobre todo, socava la confianza en los gobiernos, las instituciones públicas y la democracia en general.
Las instituciones de la UE tienen como objetivo:racionalizar y modernizar la normativa contra la corrupción;
hacer un seguimiento de la evolución de la lucha contra la corrupción en los Estados miembros como parte del marco del Semestre Europeo;
apoyar la aplicación de medidas nacionales de lucha contra la corrupción a través de la financiación, la asistencia técnica y el intercambio de experiencias.
El artículo 83, apartado 1, del TFUE reconoce la corrupción como un «delito contra Europa» y la incluye entre los delitos transfronterizos de especial gravedad.
El artículo 83, apartado 2, del TFUE permite establecer normas mínimas sobre la definición de delitos y sanciones en los ámbitos que han sido objeto de armonización. Esto se aplica cuando la aproximación del Derecho penal de los Estados miembros resulta esencial para garantizar la aplicación efectiva de las políticas de la UE en ese ámbito. Sobre la base de este artículo, el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea adoptaron la Directiva (UE) 2017/1371 relativa a la lucha contra el fraude a los intereses financieros de la UE mediante el Derecho penal.
hacen directamente la ley”
La falta de regulación de esta actividad ha convertido a los lobbies en unos personajes ‘oscuros’. El lobby de la industria farmacéutica, alentaria y constructora fueron los peor parados.
Según la RAE, lobby hace referencia a ‘un grupo de personas influyentes, organizado, para presionar en favor de determinados intereses’. La acción del lobby es convertir una conversación informal en una conversación influyente. Precisamente este área de trabajo es una de las más demandadas las consultoras de Comunicación, y también una de las más desconocidas. En España no hay una regulación estricta respecto a esta materia. Precisamente, la falta de regulación ha convertido a los lobistas en ´hombres oscuros’ asociados a prácticas ‘poco éticas’.
El periodista Pere Rusiñol, quién señaló como uno de los lobby más activos al sector de la construcción y el financiero.
‘Salvados’ se trasladó al centro europeo de los lobbies, Bruselas. En esta ciudad, sede del parlamento Europeo, se calcula que puede haber entre 15.000 y 30.000 lobbies. Aunque hace unos años, desde la misma Unión Europea, se puso en marcha un registro oficial ‘voluntario’ de los profesionales dedicados al lobby, aún la gran mayoría sigue operando en la ‘clandestinidad’. A diferencia de Estados Unidos, donde existe una regulación respecto a las actividades de los lobbies, en Europa aún siguen habiendo lagunas respecto a su función y límites de actuación.
Visitamos el Parlamento Europeo de la mano de un ex eurodiputado de los Verdes, ahora convertido en lobbista, y un eurodiputado del PSOE, acostumbrado a recibir en su despacho a los enviados de los grupos de presión. Durante su visita a Bruseals, los que peor parados salieron fueron la industria farmacéutica y la alentaria
Irlanda, Países Bajos y Luxemburgo son paraísos fiscales dentro de la Unión Europea. Su laxa tributación y legislación en la materia atraen grandes cantidades de inversión extranjera a costa, en muchos casos, de que otros países comunitarios dejen de recaudar impuestos. Sin embargo, la Unión Europea se ve incapaz de abordar de manera decidida este problema, que carcome las arcas públicas de muchos Estados miembros.
Aunque a muchos todavía les cueste creerlo, en Europa llevamos años sufriendo una estrategia de las élites consistente en intentar acabar con nuestra cultura, con nuestra economía e incluso con nuestra salud, como ha quedado demostrado desde el año 2020.
Todo esto ha sido debido a que el europeo, desde siempre, ha estado acostumbrado a no dejarse someter, a luchar por sus libertades y a tener una cierta independencia con respecto al poder. Eso no les gusta a los que mandan. Ellos prefieren las gentes de Asia o de África, más acostumbradas a sufrir dictaduras y la brutalidad del poder para acabar siendo sometidos por la fuerza.
Tras todos estos años el trabajo lo tienen mucho más avanzado. En estos momentos, una gran parte de la población europea vive acobardada, ya se va acostumbrando a ser sometida por el poder, con la excusa de la seguridad, y se ha acostumbrado a un estúpido buenismo que nos está llevando a todos a un callejón sin salida.
En el día de ayer, el Parlamento Globalista Europeo dio un nuevo paso para avanzar en ese sometimiento: aprobar la Ley de Restauración de la Naturaleza. Esta es una ley que, aunque el oficialismo nos la pretenda vender como buena, nos acabará sometiendo a todos aún más puesto que es el primer paso para que en Europa se pierda la independencia alimentaria. Con la excusa de esta ley, el Sector Primario se va a ir por el desagüe.
Por eso podemos considerar que todos los diputados españoles del Parlamento Europeo que han votado a favor de esa ley son unos traidores. Juanvi, ‘El Palleter’, ha publicado en sus cuentas en redes sociales la lista de los diputados españoles que han aprobado, con su voto, esta traición. La lista es esta, tomen nota.
Estos son los eurodiputados españoles
que han apostado por hundir la agricultura española
Por un ajustado resultado de 336 votos a favor, 330 votos en contra y 13 abstenciones, el Pleno del Parlamento Europeo ha aprobado hoy la tramitación de la Ley de Restauración de la Naturaleza (LRN).
Los europarlamentarios españoles que han votado a favor de la LRN y, por tanto, en contra de los intereses de los agricultores son:
• PSOE (Grupo Social-Demócrata)
Clara Aguilera.
Estrella Durá Ferrandis.
Jonás Fernández.
Ibán García del Blanco.
Isabel García Muñoz.
Iratxe García Pérez.
Eider Gardiazaba Rubial.
Nicolás González Casares.
Mónica Silvana González.
Alicia Homs Ginel.
Javi López.
Juan Fernando López Aguilar.
César Luena.
Cristina Maestre Martín de Almagro.
Javier Moreno Sánchez.
Inmaculada Rodríguez-Piñero.
Marcos Ros Sempere.
Domènec Ruiz Devesa .
Nacho Sánchez Amor (PSOE S&D).
• Junts Per Catalunya
Clara Ponsatí Obiols.
• Republicana de Cataluña-Los Verdes
Diana Riba i Giner.
Jordi Solé.
• Cataluña en Común-Los Verdes
Ernest Urtasun.
• Ciudadanos Renew
Jordi Cañas.
Eva Maria Poptcheva.
María Soraya Rodríguez Ramos.
Maite Pagazaurtundúa.
Susana Solís Pérez.
Adrián Vázquez Lázara.
• Izquierda Unida-The Left
Manu Pineda.
Sira Sego.
• Podemos- The Left
Eugenia Rodríguez Palop .
Idoia Villanueva Ruiz.
• Anticapitalistas- The Left
Miguel Urbán Crespo.
@jorgebuxade El Parlamento Europeo no hizo nada cuando el terror islamista avisaba. Y seguirán callados cuando “pase la tormenta” me temo. #vox #europa #ue #eu #parlamento #politica ♬ sonido original - Jorge Buxadé
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